En este precioso y hondo relato del evangelio de Juan son tantos los temas que el autor va hilvanando, desde diferentes niveles (histórico, simbólico, espiritual), que resulta imposible ni siquiera nombrarlos a todos en un breve comentario.
La imagen de la sed remite a nuestro Anhelo, incapaz de ser saciado por ningún objeto. La del agua, a nuestra identidad profunda, que está brotando constantemente en nuestro interior. Jesús aparece como el maestro que libera de engaños y de falsas identificaciones, para que podamos entrar en contacto con el "agua viva" que él mismo ya saborea, la única que hace posible que "nunca volvamos a tener sed". Esa agua no es "algo" –algún objeto que pudiera colmarnos- ni se halla lejos de nosotros. Constituye nuestro núcleo más profundo. Lo que suele ocurrir es que –como la samaritana- estamos lejos de ella. Al vivir "fuera" de nosotros, desconectados de la fuente, nos sucede aquello de lo que se lamentaba Agustín de Hipona: "¡Tarde te amé, hermosura siempre antigua y siempre nueva, tarde te amé!. Sin embargo, Tú estabas dentro de mí y era yo quien estaba fuera. Por fuera te buscaba y me lanzaba sobre el bien y la belleza creados por Ti. Tú estabas conmigo, era yo quien no estaba contigo ni conmigo. Me retenían lejos las cosas. No te veía ni te sentía, ni te echaba de menos. Mostraste tu resplandor y pusiste en fuga mi ceguera. Exhalaste tu perfume, y respiré, y suspiro por Ti. Gusté de Ti, y siento hambre y sed. Me tocaste, y me abraso en tu paz". Agustín lo expresa en un lenguaje teísta y dual. Pero es solo cuestión de "idiomas", porque la experiencia mística –transpersonal- puede expresarse en todos ellos. Importa solo saber que la "hermosura siempre antigua y siempre nueva" no es "algo" (ni "alguien") separado de nosotros, aunque podamos dirigirnos a ella en clave relacional, nombrándola como un "Tú". Es otro nombre de la misma "agua", de que hablaba Jesús, y constituye nuestra identidad última, aquella en la que nos reconocemos cuando nuestra mente se ha silenciado; aquella que saboreamos cuando, simplemente, nos dejamos ser; aquella que está siempre a salvo y que, más allá de las apariencias mentales, compartimos con todos los seres. Cuando nos dejamos saborearla, empieza nuestra transformación: • nos "abrasamos en su paz", por seguir con el texto de Agustín; • ya "no creemos por lo que otros nos han dicho", como dijeron los samaritanos al conocer a Jesús; • se abre camino en nosotros la sabiduría de la Unidad, que nunca viene de la mente, sino del saborear lo que somos, y permanecer en conexión con ello; • a su lado, palidecen todas las demás "hermosuras", como cantaba Juan de la Cruz: "Por toda la hermosura, / nunca yo me perderé, / sino por un no se qué, / que se alcanza por ventura". Ese "no sé qué" –la mente no puede saberlo- es la experiencia inefable de lo que somos en profundidad, el agua viva y eterna, que se expresa de infinitas maneras en todos los "oleajes" de nuestra persona y de la historia.
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Con más o menos intensidad nos están martilleando sin cesar las tragedias de Ceuta y Melilla, por los inmigrantes extenuados que llegan sin parar de África, y últimamente por las muertes producidas en Ceuta. Hemos estado bastante atentos a los medios de comunicación y a las declaraciones de los políticos, y ni unos ni otros se preguntaron por las causas profundas generadoras de este y otros muchos dramas, unos más conocidos y otros menos, que se producen a diario en el África Subsahariana.
¿Quién o quiénes somos los culpables de tanta desgracia de personas que arriesgan la vida hasta la muerte por pasar a Europa? ¿Cuáles son esas causas profundas que la producen? Sin duda la más culpable de todas es esta: Las multinacionales de los países desarrollados, están literalmente robando a todos los países del África Subsahariana sus más necesarios medios de subsistencia, tanto tierras como materias primas, en combinación con los gobiernos corruptos y sobornados de los respectivos países pobres de África, que incluso llegan a poner al servicio de aquellas su policía y su ejército. Veamos por qué: Empresas multinacionales de Kuwait, India, Arabia Saudí y China son los primeros compradores de tierras del continente africano. Pero no solo ellos, también Qatar, Bahréin, Corea del Sur y empresas de Suecia, Noruega, Alemania o Reino Unido han suscrito acuerdos con Angola, Kenia, Zambia, República Democrática del Congo, Mozambique, Senegal, Mali, Sudán, Suazilandia, Botswana, etc., en connivencia con las instituciones financieras internacionales como el BM, el FMI, la OMC, así como los gobiernos locales corruptos y sobornados al efecto. Comunidades enteras son expulsadas de sus tierras de toda la vida. Las multinacionales de los países ricos, a un ritmo sin precedentes, les están quitando las tierras más fértiles a muchos agricultores de los países más pobres de África, por un precio de miseria pero pagado a los gobiernos corruptos de esos países, obligando así a los campesinos a abandonarlas. El único medio de vida para la gran mayoría de los africanos (de un 60 a un 80 % y a veces más) es la agricultura: si les quitamos la tierra, ¿de qué van a vivir? Más en concreto, negociantes británicos en materias primas, buscan tierras por doquier en Kenia, Nigeria, Tanzania, Malawi, Etiopía, Congo, Zambia, Uganda, Madagascar, Zimbabue, Mali, Sierra Leona, Ghana y otros sitios. En los últimos años han pasado a manos de inversores ricos, multinacionales o particulares, al menos 227 millones de hectáreas, la mayoría de África, que cultivaban los campesinos pobres de este continente. Sólo Etiopía ha aprobado 815 proyectos agrícolas financiados por y para el extranjero desde 2007. Tan solo en estos últimos 4 años inversores extranjeros compraron 111 millones de Hectáreas de tierra agrícola, el 75 % también en África. Es el neocolonialismo liberal actual de las multinacionales, ávidas de tierra, un valor seguro de mercado, que no conquista territorios con ejércitos, sino que compra las tierras que cultivaban los pobres a los gobiernos corruptos de sus países, bien para producir industrialmente alimentos a base de monocultivos, con pérdida de biodiversidad, para la exportación a sus propios países u otros, bien sobre todo para dedicarlos a biocombustibles (etanol, biodiesel), o para explotar las materias primas del subsuelo: petróleo, hierro, cobre, cobalto, uranio, bauxita, coltán, etc., o también para obtención de agua dulce, un producto esencial cada vez más escaso. Estas multinacionales dan la bienvenida a la escasez y especulan con la Bolsa de Chicago comprando futuros de productos básicos para retener su salida al mercado, provocar su escasez para que suba el precio y así obtener mayores ganancias. Es escandaloso que se utilicen productos tan importantes para la alimentación de la humanidad como el maíz y la soja para biocombustibles: • En 2012 se elaboraron 84,4 millones de litros de bioetanol. Si para producir 1 litro de bioetanol se necesitan 7 kilos de maíz, el gasto de maíz fue de 590.800.000 kilos de maíz. • Para producir 1 litro de biodiesel se necesitan 7 kilos de soja, ó 5 de palma aceitera ó 3 de girasol. La soja es un producto importantísimo para la producción animal. Las consecuencias son de horror: menos producción de alimentos para consumo humano y más escasez de los mismos: aumento de la demanda mundial de alimentos, subida de precios y crisis alimentaria sobre todo para los pobres que no los pueden pagar. Es la lógica del mercado neoliberal global que exige y practica la libre circulación de capitales, de manera que las tierras o los mercados de cualquier producto, sea el que sea, han de estar siempre abiertos a transacciones transnacionales, a compradores y vendedores especuladores. Tal sucede también con los derechos de pesca en las costas de los países pobres, como Somalia, que los gobiernos respectivos venden o arriendan una y otra vez a las grandes flotas pesqueras de los países del Norte, que a su vez faenan allí protegidas militarmente contra la piratería, la cual es consecuencia lógica de las "faenas" injustas que les estamos causando. Estas formas industriales intensivas de producción de alimentos o productos energéticos, son ecológicamente insostenibles y aceleran el cambio climático. Estudios realizados en R. D. del Congo, Liberia, Mozambique, Zambia y Tanzania, demuestran que dañan gravemente el medio ambiente. Además, pasan por alto los procedimientos legales para la compra de las tierras y generan desplazamientos forzados de millones de personas, que se ven privadas de la tierra que cultivaron desde tiempo inmemorial, sin título de propiedad, por lo que los estados reclaman sobre ellas su soberanía. A El investigador Lorenzo Cotula y su equipo concluyen que en Camerún, Etiopía, Liberia, Madagascar, Malí, Senegal, Sudán, etc., las ventas de tierras se están realizando entre gobiernos y multinacionales a puerta cerrada, con contratos raramente públicos y precipitadamente. Los nativos se enteran cuando ya los obligan a dejar sus tierras. La empresa noruega Agrofuel África, dependiente de Bio Fuel Norway, aprovechó el sistema de tenencia comunal de la tierra en el norte de Ghana para apropiarse y deforestar grandes extensiones de tierra y crear "la plantación de jatrofa más grande del mundo". La compañía convenció a los funcionarios y estos al analfabeto jefe local para que firmara un contrato de 38.000 hectáreas y a varios pueblos enteros para que firmaran con la simple huella dactilar, ofreciéndoles un empleo en la explotación que nunca les concedieron. Si en algún caso les dan trabajo en industrias de caña de azúcar o palma aceitera es en condiciones de trabajo lamentables y violación de los más elementales derechos humanos, y con carencia total de representación sindical. El BM propuso a las multinacionales y gobiernos, con carácter voluntario y de buena voluntad, estos 7 principios:- respetar los derechos de la tierra y los recursos; - garantizar la seguridad alimentaria; - asegurar la transparencia, el buen gobierno y un ambiente adecuado y favorable; - consulta y participación; - inversión responsable de las empresas agrícolas; - sostenibilidad social; - sostenibilidad medioambiental. Pero como era de esperar las empresas capitalistas no asumieron estos códigos éticos por encima de los intereses y demandas de sus propietarios y accionistas. En todo caso su apariencia de transparencia la utilizaron como anzuelo para manipular a campesinos de buena fe y aprovecharse de su ingenuidad. Contra los planeamientos neoliberales de acaparamiento de tierras, el importante movimiento Vía Campesina reacciona claramente en contra con la divulgación de estos lemas: -"El acaparamiento de tierra causa hambre". -"Dejemos que los pequeños agricultores alimenten el mundo". -"L@s pequeñ@s campesin@s, con prácticas sostenibles están enfriando la Tierra". Millones de campesinos y campesinas y otros muchos movimientos sociales tienen claro que sólo la soberanía alimentaria garantiza una vida rural digna y alimentos buenos, sanos y justos para todo el planeta a partir de un uso agroecológico de la tierra. En realidad la soberanía alimentaria no es más que «el derecho de los pueblos a vivir de su tierra, y el deber de los pueblos de cuidar de la misma». Por lo tanto, no se puede de manera alguna asumir la venta de tierras a gran escala y peor aun a multinacionales extranjeras. La carrera mundial por la tierra es hostil al hombre y a la naturaleza. Para los inversores transnacionales la tierra y el agua son solamente cosas o factores de producción necesarios para obtener ganancias y producir beneficios económicos. En cambio para las poblaciones campesinas locales siempre tuvieron carácter social, cultural, ecológico, antropológicamente vinculante a la familia y a la sociedad. Veamos algunos ejemplos concretos de venta de tierras en África: Damos el dato de su Indice de Desarrollo Humano (IDH) como indicador de su deplorable situación económico-social. (0 = a subdesarrollo total, 1 = desarrollo total. España está en el 0,88). -RUANDA, un país cuya extensión, 26.338 km2, apenas duplica la de Asturias, tiene 12 millones de habitantes. Sus agricultores aprovechan incluso el pequeño fragmento de tierra que queda entre la calzada de las carreteras y sus cunetas. Cuando las compañías extrajeras llegan interesándose por tierra, sus gobernantes les dicen que la tierra que cultivan es del Gobierno, y sin darles absolutamente nada, se la venden a esas compañías, con lo que a aquellas pobres gentes no les queda más remedio que marcharse. ¿A dónde van a ir? -ETIOPIA es uno de los países más hambrientos del mundo en el que más de 13 millones de personas necesitan ayuda alimentaria, pero paradójicamente el gobierno, oportunamente sobornado, ofrece por lo menos 3 millones de hectáreas de su tierra más fértil a países ricos y a algunos de los individuos más adinerados del mundo para que exporten alimentos a sus propias poblaciones. Las 1.000 hectáreas que contienen los invernaderos de Awassa se han arrendado por 99 años a un empresario multimillonario saudí nacido en Etiopía, Mohammed al-Amoudi, uno de los 50 hombres más ricos del mundo. Su compañía Saudí Star planea gastar hasta 2.000 millones de dólares comprando y cultivando medio millón de hectáreas de terreno en Etiopía en los próximos años. Hasta ahora ha comprado cuatro fincas y ya está cultivando trigo, arroz, vegetales y flores para el mercado saudí. La India ya se hizo con 1 millón de has. en Oromia, donde el 42% de la población está amenazada de ceguera por Tracoma. Así Etiopía apenas alcanza el 0,39 en el IDH y solo tiene 1 médico por cada 50.000 habitantes. -REPUBLICA DEL CONGO: Su gobierno vende medio millón de Has. a extranjeros, lo que supone un tercio de todas las tierras cultivables del país. En la mayoría de los países pobres, los agricultores no disponen de títulos de propiedad, por lo que sus gobiernos les quitan las tierras cuando quieren, e incluso las venden sin decirles nada: solo se enteran cuando un funcionario o la policía les comunica que tienen que marcharse. IDH de este país: 0,53. Un médico por cada 11.000 habitantes. -REPUBLICA DEMOCRATICA DEL CONGO: China ha firmado un contrato con el gobierno de este país para el cultico de 2,8 millones de Has. para cultivar palma africana con destino a biocombustibles, y les alquila 10 millones Has. a empresarios de la agroindustria sudafricana. IDH 0,30. Un médico por cada 9000 habitantes. Este país dispone del 80 % del coltán que hay en el mundo, que explotan multinacionales extranjeras, con mano de obra esclava, incluso de niños, para abastecer nuestros móviles, ordenadores, tablets, Televisores, juegos, etc. -SUDAN: El gobierno de Sudán ha Puesto a disposición de Egipto, Arabia Saudí, Emiratos, Arabes, Bahréin, Qatar y el Líbano 809.332 Has de su tierra fértil. IDH 0,41. Un médico por cada 3600 habitantes. -MALI: Malí ha vendido 470.000 Has. de tierra a multinacionales de Arabia, Libia, Reino Unido, China..., y está ofreciendo hasta 2 millones más de Has., todas para regadío. Un reciente estudio sobre Malí de Wetlands International, nos dice que este desaforado regadío en el país, junto con el cambio climático, provocarán que el 70% de sus tierras queden inutilizadas para el cultivo. IDH 0,34. Un médico por cada 20.400 habitantes. -NIGERIA: Es el mayor exportador de petróleo de África Subsahariana, con 606 campos de petróleo en el delta del Níger, suministrando el 40% de las importaciones de crudo de Estados Unidos, pero en manos de compañías extranjeras, sobre todo de la anglo-holandesa Shell, contaminando totalmente de petróleo las tierras de los agricultores que tuvieron que marchar de allí con lo que la producción de cacao se redujo en un 43% (Nigeria fue el mayor exportador mundial de cacao en 1960), el caucho se redujo en un 29%, el algodón en un 65%, y el maní el 64%. Nigeria tiene unas reservas de 420 millones de toneladas de uranio, con una producción anual de 4300 toneladas, pero explotadas por la multinacional francesa Areva, participada mayoritariamente por el estado francés.Tristemente el IDH de Nigeria está en el 0,47. -TANZANIA: Según el coordinador de la red de ONG Ngorongoro, Samwel Nangiria, «las tierras de la comunidad están siendo usurpadas por el gobierno y grandes empresas de Oriente Medio y América del Norte con fines de "conservación". Los últimos nueve meses hemos trabajado duro tratando de recuperar las tierras de ocho pueblos que había acaparado el gobierno para entregársela a la familia real de Dubái». Y continúa, «En Loliondo quemaron 300 casas, unas 1.800 personas se quedaron sin hogar y más de 100.000 cabezas de ganado se quedaron sin agua ni pasto entre julio y diciembre de 2009. Según informaron, una mujer fue violada por policías enviados por el gobierno para expulsar por la fuerza a los pobladores de estas tierras». En la mayoría de los casos, las órdenes de expulsión de tierras son dictadas directamente por el gobierno. IDH 0,48. Podríamos citar más países africanos sometidos a la tiranía de las multinacionales, como Zimbabue o Malaui, sometidas a las multinacionales tabaqueras de EE.UU., o las tres grandes minas de cobre de Zambia que, vendidas por el gobierno, cayeron en manos de la multinacional minera china Noferrous. Estos tres países tienen, respectivamente, un IDH del 0.38, 0.42 y 0.45. Malaui no llega a 2 médicos por 100.000 habitantes. Según la FAO ya hay en el mundo 180 millones de familias que han quedado sin tierra, la mayor parte en África, lo que está causando el EFECTO HUIDA a los suburbios urbanos y al primer mundo. En mayo de 2009 ya había en África 11 millones de refugiados y desplazados. Ahora en Kenia está el mayor campo de refugiados del mundo, procedentes de Somalia. Por tanto que no nos hablen del efecto llamada, porque el verdadero problema está en el EFECTO HUIDA, causada por las multinacionales del norte al dejar sin medios de vida a los pueblos del sur. Ante este panorama, ¿los africanos subsaharianos cómo no van a huir hacia otros países que les ofrezcan un mínimo de esperanza, arriesgándose a perder la vida por el camino, pues allí ya la tienen perdida por hambre? Unos más y otros menos todos tenemos teléfonos móviles, GPS, televisores de plasma, videoconsolas, ordenadores, PDAs, MP3, MP4, juguetes electrónicos, cámaras de fotos, etc. gracias en gran parte al coltán de la R.D del Congo o de Ruanda, ambos países de los más pobres de África, mineral en el que se interesan al máximo compañías de Unidos, Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, etc. para beneficiar a compañías como Bayer, Nokia, IBM, Nintendo, Sangsung, Motorola, HP, Microsoft, Lenovo, Intel, Sony , etc., que se pelean por él, y que directa o indirectamente ya causó más de 5 millones de muertos. Ahora ya tenemos bastante claro qué hay detrás de las triples vallas, de desgarrarse por cortarse con sus cuchillas y espinos, de la huida de miles de subsaharianos hacia el norte, de las larguísimas marchas por el desierto, de la peligrosa y arriesgada decisión de embarcarse en las pateras o cayucos. Los ricos de los países ricos del norte con sus multinacionales y sus secuaces somos los culpables reales de toda esa inmensa tragedia de millones de subsaharianos. Como adictos a la droga consumista de las multinacionales, cada vez que cambiamos, por ejemplo, de móvil sin necesidad, estamos metiendo en el bolsillo sangre de miles y miles de niños mineros del Congo, o cargando las balas de los fusiles de los enfrentamientos entre esta república y Ruanda por el control de este mineral. Ante esta situación tan cruel y sombría que produce náuseas incoercibles ver al señor Blesa llevándose cantidad de millones de Caja Madrid-Bankia y hundiéndola en un rescate de 22.424 millones de euros públicos, que tuvimos que pagar todos los españoles, y verlo fotografiándose con hipopótamos, leones y búfalos, ñus, cebras, osos pardos..., cazados en Tanzania (que no llega a 1 médico por 100.000 habitantes), Namibia, etc., con un rifle de 10.000 € ¿Qué pensar? ¿Qué hacer? Por tanto, es necesario escarbar moral y éticamente los cimientos a los poderosos de este mundo para que caigan por si solos. Su poderío lo ejercen sobre los demás y a costa de los demás. Están encima de nosotros, sobre nosotros. Sobre todo de los más pobres de este mundo a los cuales empobrecen cruelmente y más aun a los del Tercer Mundo. Tenemos que retirarnos, dejarlos solos, para que anden al mismo nivel por donde andamos el resto de los humanos. ¿Por qué nos dejamos aplastar. La gente, el pueblo, los oprimidos, tenemos que sublevarnos ética y moralmente, tenemos que enfrentarnos al mundo de los opresores, que siempre triunfan a costa de los demás. Como humanos y más si somos creyentes en el mensaje del profeta de Nazaret y otros grandes hombres a lo largo de la historia, tenemos que luchar contra la riqueza de los ricos para que no haya pobres ni empobrecedores. Los pobres africanos, pueden recitar con triste y lamentable acierto el versículo 7 del salmo 6, que dice: "Estoy extenuado de gemir, baño mi lecho cada noche, inundo de lágrimas mi cama; mi ojo está corroído por el tedio, he envejecido entre opresores"... "Apartaos de mi todos los malvados". ¿Tiene esto algo que ver con el Evangelio de hoy? Pues sí, porque todo ser humano tiene derecho a poder vestirse de blanco, a resplandecer, a sentirse feliz como los tres discípulos sobre aquella alta montaña. Pero para serlo, también todos tenemos necesidad de ser tocados como ellos por el mensaje de Jesús, para despertar y cumplir el deber de bajar de la montaña a la arena de la vida y luchar como lo hizo Jesús por esa felicidad y dignidad para nosotros mismos y a la vez para todos los seres humanos y toda la creación, porque en el ser humano y en toda la creación se ha encarnado Dios. desnudo, eran tenidos por imprudentes, utópicos e ingenuos.
Los que proclamaban que "otro mundo es posible" eran ridiculizados por los sensatos economistas y estadistas reunidos en Davos. Cuando H. Küng escribía cartas a los obispos pidiendo reformas en la Iglesia o el jesuita egipcio H. Boulad se dirigía a Benedicto XVI con varias peticiones de cambio, cuando se hablaba del peligro de que la Iglesia se convirtiese en un gueto, o se detectaba un cisma silencioso de gente que abandonaba la Iglesia... los "sensatos" creíamos que exageraban. Y resulta que ahora Francisco, el nuevo obispo de Roma, es el que, como el "niño" del cuento, dice que el sistema económico liberal, basado en la idolatría del dinero es injusto, pues enriquece a unos pocos y convierte a una gran mayoría en masas sobrantes; que la actitud de los países ricos ante los emigrantes africanos y asiáticos, muchos de los cuales mueren en el intento de llegar a las costas europeas, es una vergüenza; que vivimos en la burbuja del consumo y con el corazón anestesiado ante el sufrimiento ajeno. Francisco condena las armas químicas y ante los niños muertos en Siria lanza una campaña de oración y ayuno para evitar una nueva guerra; en Brasil les dice a los jóvenes que hagan lío y sean revolucionarios en busca de un mundo mejor y más justo; que el problema de la Iglesia es el desempleo de los jóvenes; que las confesiones religiosas del mundo deben aunarse para resolver el problema del hambre y de la falta de educación... Francisco se reconoce pecador y pide oraciones; recuerda que la Iglesia necesita una conversión y una continua reforma; que el ambiente cortesano es la lepra del Papado; que la curia es vaticano-céntrica y traslada su visión al mundo; que el clericalismo no es cristiano; que la Iglesia no puede ser restauracionista ni añorar el pasado; que los pastores han de oler a oveja y no convertirse en clérigos de despacho o coleccionistas de antigüedades, ni caer en el carrerismo; que los obispos no pueden estar siempre en los aeropuertos; que la confesión no puede ser una tortura sino un lugar de misericordia; que hay que evitar el centralismo y el autoritarismo en el gobierno de la Iglesia; que no hay que teorizar desde el laboratorio sino experimentar la realidad del pueblo. Nos invita a no tener una visión monolítica, a respetar la diversidad, a no ser narcisistas, y a recordar que la Iglesia no es una ONG piadosa sino la casa de Dios que ha de desnudarse de todo lo mundano. ¿Quién hubiera esperado hace algún tiempo que el Papa fuese este "niño" que denuncia que el "rey" camina desnudo por la historia...? El dibujante "El Roto", que publica en el diario El País de España unas viñetas humorísticas, siempre críticas y muchas veces incluso ácidas, dibujó hace poco a un personaje vestido de rojo (¿cardenal? ¿obispo? ¿monseñor?) que exclamaba indignado: "Nos ha salido un Papa cristiano. ¡Qué calamidad! Dejando a un lado la ironía sarcástica del humorista, es muy cierto que lo que Francisco dice y hace no es otra cosa que traducir el evangelio al mundo de hoy: estar más preocupado del hambre del mundo que de los problemas intraeclesiales, hacer que la Iglesia sea un signo del perdón y misericordia de Dios, una Iglesia pobre y de los pobres, ser como un hospital de campaña que sana heridas; que ha de salir a la calle, ir a las fronteras existenciales aun con peligro de accidentes; que respete a los laicos y la dignidad de las mujeres; que viva en una atmósfera de diálogo con todas las confesiones religiosas sin proselitismo, buscando ante todo el bien de la humanidad; que respete la conciencia de cada persona que es la que debe optar por el bien; que no se centre obsesivamente en temas morales como el aborto, el matrimonio de los homosexuales y el divorcio, sino que anuncie la buena noticia de la salvación en Cristo; que camine con otros en medio de las diferencias, en espíritu sinodal y fraterno; que reconozca que todos somos hijos e hijas del mismo Padre y hermanos y hermanas, una Iglesia con entrañas maternales de misericordia, que refleje la ternura de Dios y cuide de la creación... que no se grite ni aclame al Papa Francisco, sino a Jesús. Al Papa no le tiembla el pulso, ha criticado públicamente a un monseñor implicado en tráfico de divisas, ha apartado de sus cargos a un obispo que ha construido un lujoso palacio episcopal y a un nuncio acusado de pedofilia. Se respira un aire nuevo, oxigenante, con olor a Evangelio. Esto que sorprende positivamente a creyentes y no creyentes, comienza a suscitar recelo y miedo en algunos sectores eclesiales que se escandalizan farisaicamente de muchas acciones y palabras del Papa. Algunos le llaman despectivamente "el argentinito" y piden que "lo iluminen o lo eliminen"... Las florecillas del Papa Francisco Lo más sorprendente es que el nuevo obispo de Roma ha causado un impacto por sus gestos y símbolos y por sus expresiones gráficas más que por largos discursos o encíclicas que muy pocos leen. Los semiólogos explican la importancia y el impacto de los símbolos para influir y cambiar la mentalidad del pueblo. Francisco ha optado por el método de Jesús que hablaba en parábolas y hacía signos del Reino: sanar enfermos, alimentar al pueblo hambriento, comer con pecadores, lavar los pies a sus discípulos... La encíclica Lumen fidei, firmada por Francisco pero escrita mayormente por Benedicto XVI, ha tenido poca resonancia, pero en cambio el pueblo creyente y no creyente ha captado sus gestos: besar a un niño discapacitado, lavar los pies a una joven musulmana, comer en Asís con niños con síndrome de Down, lanzar al mar en Lampedusa una corona de flores amarillas y blancas en memoria de los emigrantes fallecidos, usar sus zapatos viejos de antes, no vivir en los Palacios Apostólicos, viajar por Roma en un sencillo y pequeño coche, contestar a las preguntas de un periodista no creyente, invitar a Santa Marta al rabino de Buenos Aires, regalar unos zapatitos al nieto de Cristina Fernández de Kirschner, recibir a Gustavo Gutiérrez, celebrar la eucaristía el día de San Ignacio en la Iglesia del Gesù y llevar un ramo de flores a la tumba del P. Pedro Arrupe, ex General de la Compañía de Jesús que había sido cuestionado y marginado por el Vaticano... Las florecillas del Papa Francisco recuerdan las florecillas de San Francisco de Asís y las del Papa Juan XXIII. Se ha cambiado el clima eclesial. No sabemos si el Papa Francisco podrá llevar adelante la reforma de la curia y de la Iglesia, pero ha desbloqueado el ambiente, y el invierno eclesial parece ceder a unos sencillos y todavía tímidos brotes de primavera. ¿Volverá la primavera conciliar? Un icono pastoral latinoamericano Este Papa venido del Sur, de América Latina, aporta a toda la Iglesia un estilo nuevo pastoral que refleja el caminar de la Iglesia latinoamericana desde Medellín a Aparecida: la opción por los pobres, la denuncia de las estructuras injustas de pecado, el respeto a la fe y religiosidad del pueblo sencillo, la devoción mariana, la sencillez y cordialidad, el cuidado de la Madre tierra, la confianza en la misericordia de Dios que siempre está abierto al perdón. Detrás de sus gestos y palabras está su experiencia pastoral y teológica latinoamericana, argentina, sus contactos frecuentes con las villas de miseria y los curas villeros, su sentido de pueblo, ¿el influjo de la teología de Lucio Gera y de Juan Carlos Scannone...? El programa pastoral del Papa es Aparecida, de cuya última redacción él fue el responsable: discípulos y misioneros de Jesucristo para que el pueblo tenga vida, conversión pastoral, Iglesia en estado de misión, Iglesia casa y comunidad, opción por la formación de laicos, ver en los pobres el rostro de Jesús, pues no se puede hablar de Cristo sin hablar de los pobres... Todo lo de oler a oveja, salir a la calle, ir a las fronteras... huele a América Latina y es un mensaje para todo el mundo, pero en especial para el Continente Americano. No en vano hemos de observar ese detalle significativo de que el Papa ha regalado el documento de Aparecida a varios líderes latinoamericanos. Desde el Sur de la Iglesia sopla el Espíritu, desde los pobres, los marginados, las mujeres, los jóvenes, los indígenas, desde "el niño" que descubre que el "rey", sea la sociedad o la Iglesia, está desnudo... Nos toca ahora proteger la desnudez del "rey", cubrir sus vergüenzas, instaurar entre todos un mundo más justo y fraterno, una Iglesia más sencilla y comunitaria, más nazarena, que huela a Jesús y a Evangelio. ¡Qué maravilla, tenemos un Papa realmente cristiano! Muchas personas, hemos aprendido a mirar y escuchar de manera distorsionada; no desde la presencia de Dios sino desde nuestrofalso yo. No miramos ni escuchamos desde el corazón, que desea en lo profundo volver a la comunión plena con Dios, sino desde nuestras inconsistentes necesidades, que ansiosamente intentamos satisfacer. Aprendimos a vivir más desde las expectativas (propias y de los demás) que desde la esperanza que infunde la presencia de Dios.
La consecuencia: Violencia, miedo y sufrimiento... Violencia conmigo mismo y con los demás Aferrarnos a nuestros "querer", a nuestros juicios y nuestras fantasías. Sentir hostilidad cuando alguien difiere de nuestro punto de vista. Miedo de perder, miedo al rechazo y la soledad, al vacío, el fracaso, y la aniquilación... Sufrir... Rivalizando, en lugar de comulgar, compitiendo, en lugar de colaborar. Creer que los demás amenazan mis posibilidades, perder de vista a la comunidad... Cuaresma es tiempo para la conversión: Liberarnos de esos modos de mirar y escuchar... des-aprender y re-aprender a mirar y a escuchar, de verdad, la verdad. Y así, disponernos a la experiencia pascual de Cristo hoy. Después del desierto, ámbito del silencio para reconocer las tentaciones, somos invitados a subir al monte con Jesús, ámbito de la experiencia de Dios... Y entonces, abrir los ojos, despertar y mirar de verdad a Cristo... Liberarnos de las visiones distorsionadas, etiquetas y prejuicios que tendemos a proyectar en Él, en nosotros mismos y en los demás... Mirar y escuchar, de verdad la verdad. Nos llaman a ser libres para ser de verdad. Somos en universal fraternidad, nos llaman a la plena comunión. Callar y escuchar al Hijo... Experimentar la presencia de Dios aquí... Dejar a Dios ser Dios... Mirar más a Jesucristo y al Padre que él nos revela... Dejarnos mirar, sintiendo su cariño sin límites...Escucharle más a él, desde lo más hondo del corazón... Y luego, volver... Volver a la vida cotidiana, impregnados de su misericordia que llena la Tierra e impregnando la vida de Él... Que la experiencia de conversión sea: Volver a dejar el falso yo y esa falsa manera de mirar. Re-aprender a escuchar, de verdad, la verdad. Espíritu de Dios, Espíritu de Cristo vivo y presente aquí... Llévame al desierto y a la soledad, condúceme al monte y a la experiencia liberadora de mirar y escuchar, de verdad, la verdad. Pudiera ser que este llamado relato de la "transfiguración" fuera, en su origen, un relato de aparición del Resucitado. Posteriormente, se habría reelaborado para transformarse en una declaración mesiánica: Jesús, avalado por las Escrituras judías, representadas en las figuras de Moisés ("la Ley") y Elías ("los Profetas"), es presentado como "Hijo amado" de Dios. Todo él es transparencia y luminosidad.
Nos viene bien que alguien nos recuerde que, aun en medio de sombras de todo tipo, somos luminosidad. Que, detrás de unos comportamientos con frecuencia obtusos, seguimos siendo transparencia. Eso es lo que los cristianos –y quizás también quienes no lo son- reconocemos en Jesús: él es el "espejo" nítido en el que vemos nuestra identidad profunda. Y esa identidad es luz y transparencia. No es casual que los humanos, aun perdidos a veces en las tinieblas de nuestra inconsciencia, añoremos la luz. Tampoco lo es que, incluso en las acciones más complicadas y cuestionadas, tratemos de justificar nuestra transparencia. Una y otra responden a lo que somos; por eso mismo, nos resultan irrenunciables. ¿Qué impide que podamos percibirlas en nosotros y en los demás? La oscuridad y la opacidad son el resultado de nuestra identificación con la mente y, en consecuencia, con el ego. La mente, por su propia constitución, no puede ver más allá de los objetos; el ego, por su misma estructura, no puede funcionar sino por la apropiación. Ambos mecanismos –objetivación y apropiación- reducen, oscurecen y velan lo real. Lo único que ofrecen es una caricatura en cierto modo onírica, haciéndonos creer que la realidad es tal como ahí se nos muestra. Mientras dura nuestra identificación con ellos, permanecemos dormidos, asumiendo como real lo que únicamente es un sueño. De un modo similar a como, al salir del sueño nocturno, advertimos la luz que disipa las pesadillas que habíamos tomado como absolutamente reales, al despertar de la identificación con la mente, percibimos la Luz de lo que es. Lo que es, es luminoso, transparente, sencillo, dulce, verdadero... Pero, para percibirlo, necesitamos despertar. Y eso implica y significa, a la vez, vivir anclados en nuestra verdadera identidad. Más allá del yo –esa pequeña creencia ilusoria a la que habíamos tomado como nuestra identidad, y que nos hacía vivir a merced de sus vaivenes, ilusiones y desengaños-, accedemos a un "lugar" siempre estable, sólido y permanente, donde nos reconocemos como Presencia inefable. Nuestra mente queda desconcertada porque no puede pensarlo. Nuestra sensibilidad puede incluso alterarse porque, de entrada, se nos muestra como "vacío" que asusta y que nos quita anteriores supuestas "certezas". Pero el "lugar" sigue ahí, siempre disponible. Y descubrimos que ese Vacío solo asusta cuando no se ha experimentado; al saborearlo, se muestra como lo que es: Plenitud y descanso. Ese lugar es luminosidad y transparencia. Y desde él todo queda transfigurado. En realidad, no es que las cosas se transfiguren, sino que, más exactamente, vemos en todo la Verdad, la Bondad y la Belleza de lo que es. Si todo se ventila, pues, en la experiencia de esa identidad profunda, que se halla siempre a salvo de cualquier circunstancia, la pregunta brota por sí sola: ¿cómo podemos acceder a ella? Y, de entrada, nos topamos con la paradoja: no hay nada a lo que acceder porque ya lo somos. Cualquier camino de búsqueda no haría sino alejarnos de ella. Por eso, no hay nada que lograr, nada que alcanzar, sino... todo que soltar. Dejamos caer todo aquello que podamos pensar o delimitar, ya que todo ello no serían sino objetos mentales. Vamos cambiando el pensamiento por la atención desnuda. Notaremos que solo queda una única cosa: la consciencia de ser, como un estado de presencia permanente que, si nos damos cuenta, veremos que nos ha acompañado desde siempre. Por eso, como sugería Nisargadatta, "simplemente abandona lo que no es tuyo, y encuentra lo que nunca perdiste: tu propio ser". O en palabras de Eckhart Tolle: "Di «soy» y no añadas nada. Sé consciente de la quietud que sigue al «soy». Siente tu presencia, el Ser desnudo, sin velos, sin vestiduras". Eso único permanente es lo que somos. Y eso es luminosidad y transparencia. Eso está siempre a salvo. Como se halla a salvo el oro cuando se funde la forma de pulsera que le habían dado; como se halla a salvo el agua, cuando la ola se deshace por completo. No somos la forma; no somos nada cambiante, sino la realidad permanente que constituye todo lo que es. El domingo pasado, tirarse del templo para ser recogido por los ángeles, era una tentación. Pero hoy, una espectacular puesta en escena de luz y sonido, nos parece la cosa más natural del mundo. Desde una visión racional es una contradicción, pero las verdades trascendentes están más allá de toda lógica, por eso, en ese orden, una formulación puede ser verdad y la contraria también.
Aunque no sabemos cómo se fraguó este relato, debe ser muy antiguo, porque Marcos ya lo narra completamente elaborado. Una vez que experimentaron en la experiencia Pascual lo que Jesús era, trataron de comunicar esa vivencia que les había dado Vida. Para hacerlo creíble, lo colocaron en la vida terrena de Jesús, justo antes del anuncio de la pasión. Así disimulaban la ceguera que les impidió descubrir quién era. No podemos pensar en una puesta en escena por parte de Jesús; no es su estilo ni encaja con la manera de presentarse ante sus discípulos. Por lo tanto, debemos entender que no es la crónica de un suceso. Se trata de una teofanía, construida con los elementos y la estructura de las muchas relatadas en el AT. Probablemente es un relato pascual, retrotraído a la época de su vida pública tiempo después de haberse elaborado. El relato está tejido con los elementos simbólicos, aportados por las numerosas teofanías que se narran en el AT. Nada en él es original; ni siquiera la voz de Dios es capaz de aportar algo nuevo, pues repite exactamente lo que dijo en el bautismo. Se trata de expresar lapresencia divina en Jesús, con un lenguaje que todos podían reconocer. Lo importante es lo que quiere comunicar, no los elementos que utiliza para la comunicación. No es muy verosímil que esta "visión" hubiera tenido lugar durante la vida terrena de Jesús. Si los apóstoles hubieran tenido antes de la pasión y muerte, esta experiencia de lo que era Jesús, no le hubieran abandonado ni negado poco después. No podemos proponerlo como un intento de preparar a los apóstoles para soportar el escándalo de la cruz. Si fue ese el objetivo, el fracaso fue absoluto: "Todos le abandonaron y huyeron". Solo en la experiencia pascual tomaron conciencia los discípulos de lo que realmente era Jesús. Entonces se dieron cuenta de que todo lo que descubrieron después de su muerte, estaba ya presente en él cuando andaban por los caminos de Palestina. Los exegetas apuntan a que estamos ante un relato pascual. Si se retrotrae a la vida terrena es con el fin de hacer ver que Jesús fue siempre un ser divino. No podemos seguir pensando en un Jesús que lleva escondido en la chistera el comodín de la divinidad, para sacarlo en los momentos de dificultad. Lo que hay de Dios en él, está en su humanidad. Lo divino nunca podrá ser percibido por los sentidos. Es hora de que tomemos en serio la encarnación y dejemos de ridiculizar a Dios. La única gloria de Dios es su amor. Nada que venga del exterior puede afectarle ni para bien ni para mal. El aplicar a Dios nuestras perspectivas de grandeza, es sencillamente ridiculizarle. La única gloria del hombre es manifestar que en él está ya ese mismo amor. El don total, la muerte por amor, es la mayor gloria de Jesús y la de todo ser humano. Jesús vivió constantemente trasfigurado, pero es ridículo pensar que esa plenitud de ser, tenía que manifestarse externamente (hasta en los vestidos) con espectaculares síntomas. Su humanidad y su divinidad se expresaba cada vez que se acercaba a un hombre para ayudarle a ser él. La única luz que transforma a Jesús es la del amor, y sólo cuando manifiesta ese amor, ilumina. Sólo en lo humano se trasparenta Dios. Los relatos de teofanía que encontramos en el AT, son intentos de trasmitir experiencias personales de seres humanos concretos. Esa vivencia es siempre interior e indecible. La presencia de Dios es el punto de partida. Esa presencia es nuestro verdadero ser. La gloria no es la meta a la que hay que llegar sino el punto de partida para llegar al don total. Tomó consigo a tres: La experiencia interior es siempre personal no colectiva, por eso los presenta con sus nombres propios. Recordemos que también Moisés subió a la montaña acompañado por tres personas concretas. El monte: Es el ámbito de lo divino en todas las tradiciones religiosas. Suponiendo que Dios está en el cielo, lo más cercano al cielo será lo mejor acondicionado para que se manifieste. Los montes más altos son el lugar donde siempre está Dios (Sinaí). Rostro resplandeciente: la gloria de Dios se comunica a aquellos que están cerca de Él. A Moisés al bajar del monte, después de haber hablado con Dios, tuvieron que taparle el rostro porque su luminosidad hería los ojos. La luz: ha sido siempre símbolo de la presencia de la Gloria de Dios. La nube: Símbolo de la presencia protectora de Dios. A los israelitas les acompañaba por el desierto una nube que les protegía del calor del sol. Moisés y Elías: Jesús conectado con todo el AT. La Ley y los Profetas en dialogo con Jesús. El evangelio es continuación del AT pero superándolo. La voz: la palabra ha sido siempre el instrumento de la acción de Dios, el vehiculo por el que su voluntad se realizaba. Es pues la expresión de la voluntad de Dios. ¡Escuchadlo! Es la clave de todo el relato. Sólo a él, ni siquiera a Moisés y a Elías. El miedo, aparece también en todas las teofanías. La presencia de lo divino asusta al hombre que se siente empequeñecido. En el AT, miedo incluso de morir por ver a Dios. La raíz del mensaje del evangelio de hoy, está en proponer a Jesús como la presencia de Dios entre los hombres, pero de manera muy distinta a como se había hecho presente en el AT. Por eso hay que escucharlo. Su humanidad llevada a plenitud es Palabra definitiva. Escuchar al Hijo es transformarse en él y llevar una vida como la suya, es decir, ser capaces de manifestar el amor a través del don total de sí. Ni la plenitud de Jesús ni la de ningún hombre están en un futuro propiciado por la acción externa de Dios. La plenitud del hombre está en la entrega total. No está en la resurrección después de la muerte ni en la dicha después del sufrimiento. La Vida y la gloria están allí donde hay amor. La vida de Jesús se presenta como un éxodo, pero el punto de llegada será el Padre, que era el punto de partida al empezar el camino. A los cristianos nos queda aún un paso por dar. No se trata de aceptar el sufrimiento y la prueba como un medio para llegar a "la gloria". Se trata de ver en la entrega, aunque sea con sufrimiento, la meta de todo ser humano. El amor es lo único que demuestra que somos hijos de Dios. Darse a los demás porque esperas una recompensa, no tiene nada de cristiano. La meta no está en la "gloria". La gloria está en el deshacerse por los demás. Jesús nos descubre un Dios que se da totalmente sin pedirnos nada a cambio. No es la esperanza en un premio, sino la confianza de una presencia, lo que me debe animar. La transfiguración nos está diciendo lo que era realmente Jesús y lo que somos realmente cada uno de nosotros. ¡Sal de tu tierra! Abandona tu materialidad y adéntrate por los caminos del Espíritu. Vives exiliado en tierra extraña, que no es el lugar que te pertenece. Meditación-contemplación Los discípulos descubrieron la verdad de Jesús. Era todo luz porque Dios lo inundaba. Ese es el punto de partida para él y para nosotros. La meta está en el don absoluto y total a los demás. ................. No se trata de esperar que se produzca en nosotros una transfiguración, sino de descubrir nuestro ser no desfigurado. No tengo que caminar hacia una meta fantástica que me prometen, sino descubrir ya en mí el más sublime don, Dios mismo. ...................... No se trata de esperar que me añadan abalorios y capisayos externos, sino de vivir mi realidad esencial que ya está en mí. Hemos imaginado a Dios en las alturas, (monte) Jesús nos dijo que está en la profundidad de mi propio ser. El tema común a las tres lecturas de este domingo es "por la renuncia al triunfo". En la primera, Abrahán debe renunciar a su patria y a su familia, experiencia muy dura que sólo conocen bien los que han tenido que emigrar. Pero obtendrá una nueva tierra y una familia numerosa como las estrellas del cielo. Incluso todas las familias del mundo se sentirán unidas a él y utilizarán su nombre para bendecirse.
En la segunda lectura, Timoteo deberá renunciar a una vida cómoda y tomar parte en el duro trabajo de proclamar el evangelio. Pero obtendrá la vida inmortal que nos consiguió Jesús a través de su muerte. En el evangelio, si recordamos el episodio inmediatamente anterior (el primer anuncio de la pasión y resurrección) también queda claro el tema: Jesús, que renuncia a asegurarse la vida, obtiene la victoria simbolizada en la transfiguración. Así lo anuncia a los discípulos: «Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar a este Hombre como rey». Esta manifestación gloriosa de Jesús tendrá lugar seis días más tarde. El relato podemos dividirlo en tres partes: la subida a la montaña (versículo 1), la visión (2-8), el descenso de la montaña (9-13). Desde un punto de vista literario es una teofanía, una manifestación de Dios, y los evangelistas utilizan los mismos elementos que empleaban los autores del Antiguo Testamento para describirlas. Por eso, antes de analizar cada una de las partes, conviene recordar algunos datos de la famosa teofanía del Sinaí, cuando Dios se revela a Moisés. La teofanía del Sinaí Dios no se manifiesta en un espacio cualquiera, sino en un sitio especial, la montaña, a la que no tiene acceso todo el pueblo, sino sólo Moisés, al que a veces acompaña su hermano Aarón (Ex 19,24), o Aarón, Nadab y Abihú junto con los setenta dirigentes de Israel (Ex 24,1). La presencia de Dios se expresa mediante la imagen de una nube espesa, desde la que habla (Ex 19,9). Es también frecuente que se mencione en este contexto el fuego, el humo y el temblor de la montaña, como símbolo de la gloria y el poder de Dios que se acerca a la tierra. Estos elementos demuestran que los evangelistas no pretenden ofrecer un informe objetivo, "histórico", de lo ocurrido, sino crear un clima semejante al de las teofanías del Antiguo Testamento. La subida a la montaña Jesús sólo elige a tres discípulos, Pedro, Santiago y Juan. La exclusión de los otros nueve no debemos interpretarla sólo como un privilegio; la idea principal es que va a ocurrir algo tan importante que no puede ser presen-ciado por todos. Se dice que subieron «a una montaña alta y apartada». La tradición cristiana, que no se contenta con estas indicaciones generales, la ha identificado con el monte Tabor, que tiene poco de alto (575 m) y nada de apartado. Los evangelistas quieren indicar otra cosa: usan el frecuente simbolismo de la montaña como morada o lugar de revelación de Dios. Entre los antiguos cananeos, el monte Safón era la morada del panteón divino. Para los griegos se trataba del Olimpo. Para los israelitas, el monte sagrado era el Sinaí (u Horeb). También el Carmelo tuvo un prestigio especial entre ellos, igual que el monte Sión en Jerusalén. Una montaña «alta y apartada» aleja horizontalmente de los hombres y acerca verticalmente a Dios. En ese contexto va a tener lugar la mani-festación gloriosa de Jesús, sólo a tres de los discípulos. La visión En ella hay cuatro elementos que la hacen avanzar hasta su plenitud. • El primero es la transformación del rostro y las vestiduras de Jesús. • El segundo, la aparición de Moisés y Elías. • El tercero, la aparición de una nube luminosa que cubre a los presentes. • El cuarto, la voz que se escucha desde el cielo. 1. La transformación de Jesús la expresaba Marcos con estas palabras: «sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no es capaz de blanquearlos ningún batanero del mundo» (Mc 9,3). Mateo omite esta comparación final y añade un dato nuevo: «su rostro brillaba como el sol». La luz simboliza la gloria de Jesús, que los discípulos no habían percibido hasta ahora de forma tan sorprendente. 2. «De pronto, se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él». • Moisés es el gran mediador entre Dios y su pueblo, el profeta con el que Dios hablaba cara a cara. Sin Moisés, humanamente hablando, no habría existido el pueblo de Israel ni su religión. • Elías es el profeta que salva a esa religión en su mayor momento de crisis, hacia el siglo IX a.C., cuando está a punto de sucumbir por el influjo de la religión cananea. Sin Elías habría caído por tierra toda la obra de Moisés. Por eso los judíos concedían especial importancia a estos dos personajes. El hecho de que se aparezcan ahora a los discípulos (no a Jesús) es una manera de garantizarles la importancia del personaje al que están siguiendo. No es un hereje ni un loco, no está destruyendo la labor religiosa de siglos, se encuentra en la línea de los antiguos profetas, llevando su obra a plenitud. En este contexto, las palabras de Pedro proponiendo hacer tres chozas suenan a simple despropósito. Pero son simple consecuencia de lo que dice antes: «qué bien se está aquí». Cuando el primer anuncio de la pasión, Pedro rechazó el sufrimiento y la muerte como forma de salvar. Ahora, en la misma línea, considera preferible quedarse en lo alto del monte con Jesús, Moisés y Elías que seguir a Jesús con la cruz. 3. Como en el Sinaí, Dios se manifiesta en la nube y habla desde ella. 4. Sus primeras palabras reproducen exactamente las que se escucharon en el momento del bautismo de Jesús, cuando Dios presentaba a Jesús como su siervo. Pero aquí se añade un imperativo: "¡Escuchadlo!" La orden se relaciona directamente con las anteriores palabras de Jesús, que han provocado tanto escándalo en Pedro, y con la dura alternativa entre vida y muerte que ha planteado a sus discípulos. Ese mensaje no puede ser eludido ni trivializado. "¡Escuchadlo!" El descenso de la montaña Dos hechos cuenta Mateo en este momento: La orden de Jesús de que no hablen de la visión hasta que él resucite y la pregunta de los discípulos sobre la vuelta de Elías. Lo primero coincide con la prohibición de decir que él es el Mesías (Mt 16,20). No es momento ahora de hablar del poder y la gloria, suscitando falsas ideas y esperanzas. Después de la resurrección, cuando para creer en Cristo sea preciso aceptar el escándalo de su pasión y cruz, se podrá hablar con toda libertad también de su gloria. El segundo tema, sobre la vuelta de Elías, lo omite la liturgia. Resumen Este episodio no está contado en beneficio de Jesús, sino como experiencia positiva para los apóstoles. Después de haber escuchado a Jesús hablar de su pasión y muerte, de las duras condiciones que impone a sus seguidores, tienen tres experiencias complementarias: 1. ven a Jesús transfigurado de forma gloriosa; 2. se les aparecen Moisés y Elías; 3. escuchan la voz del cielo. Esto supone una enseñanza creciente: 1. al ver transformados su rostro y sus vestidos tienen la experiencia de que su destino final no es el fracaso, sino la gloria; 2. al aparecérseles Moisés y Elías se confirman en que Jesús es el culmen de la historia religiosa de Israel y de la revelación de Dios; 3. al escuchar la voz del cielo saben que seguir a Jesús no es una locura, sino lo más conforme al plan de Dios. Con honestidad hay que reconocer que la mujer en la Iglesia institucional encuentra un lugar, no sólo distinto al que ocupa el hombre, sino también inferior desde una indebida perspectiva jerárquica. De hecho, aquella viciada jerarcología acuñada por Y. Congar ayuda a comprender el ámbito en que ocurre esa sub-ordinación. Si por jerarcología se comprende esa suerte de estatus que distingue diferentes calidades de cristiano, la mujer aparece sub-ordinada en responsabilidad y participación, porque los espacios de “mayor jerarquía” son reservados sólo a los hombres. Ejemplo de ello es el acceso exclusivo al sacramento del orden sagrado, así como a servicios como el cardenalato, nunciaturas y otras instancias de dirección.
Lamentablemente, esta realidad es aceptada como natural en amplios sectores de la Iglesia; observándose tanto en la costumbre como en la práctica institucional, especialmente en ambientes jerárquicos, tradicionalistas y en el vasto espectro de fieles con débil formación cristiana que abundan en la Iglesia. En otro ámbito, la mujer encuentra un lugar no sólo de postergación, sino también una suerte de marginación. Ello deriva de su condición femenina, donde la mujer arrastra el estigma ancentral de Eva, que la convierte en fuente potencial de pecado. Ello se agudiza en virtud del celibato sacerdotal, que hace de la mujer un signo de tentación de quien el clero debe cuidarse. Acorde con ello, la desconfianza invade una parte significativa de la vida eclesial, convirtiéndose esto en un eje viciado que des-virtúa la relación entre la mujer y el clero. Así, la mujer queda signada como un peligro potencial contra quien se ha llegado a establecer la ley del celibato sacerdotal obligatorio; un inmerecido lastre endosado a la mujer para controlar la conducta del clero. Consecuentemente, el lugar de la mujer queda degradado y lapidado por una rigurosa ley que previene contra ella. No existe fundamento evangélico emanado de Jesucristo que avale tal postergación de la mujer en la Iglesia. Es más, parte de su misión redentora incluye la liberación y promoción de la mujer de toda condición de subyugación cultural. Prueba de ello es el acceso de la mujer a la plenitud de la vida cristiana, la santidad. En una época en que la mujer consigue crecientes espacios de participación en la cultura occidental, resulta no solo injustificado ese lugar de la mujer en la Iglesia, sino que es una fuente de tensión en la relación Iglesia-sociedad, que lamentablemente se expresa, en el presente, en desconfianzas recíprocas. De hecho, las conquistas alcanzadas por la mujer son fruto de luchas históricas en las que la Iglesia ha sido una tenaz opositora. Hay entonces una herida abierta que merece atención y remedio. Siendo el movimiento de liberación de la mujer un fenómeno global en expansión, la Iglesia no puede dejar de brindar atención preferencial a un tema que condiciona el futuro lugar de la Iglesia en la cultura; especialmente porque ésta debe tender puentes de confianza con todos los actores sociales para hacer efectiva su misión evangelizadora. Afortunadamente, y como precedente profético, al interior de la Iglesia - Pueblo de Dios ha surgido un movimiento genuinamente femenino que expresa este clamor de reparación y enmienda, asumiendo como propio muchas de las conquistas sociales de la mujer. Son las religiosas de la LCWR (Conferencia de líderes religiosas), una organización que tiene más de 50 mil socias y que representa al 80% de las religiosas consagras de Estados Unidos. Ellas, que sustentan gran parte de la ayuda social que la Iglesia Católica realiza en ese país, en respuesta al Concilio Vaticano II optaron por formarse; lo que les brindó la oportunidad para abrirse espacios insospechados en la sociedad y en la Iglesia. Actualmente son objeto de una evaluación doctrinal por parte de la Congregación para la Doctrina de Fe. Ellas, junto a una multitud de teólogas, como mujeres de Iglesia, son pioneras al incursionar en una compleja periferia existencial, donde han abierto un camino profético en la lucha por la liberación de la mujer, dando un testimonio admirable de re-encuentro de la Iglesia - Pueblo de Dios con el mundo. Siendo el lugar de la mujer en la Iglesia un tema de gran importancia y en evolución, el papa Francisco, en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, refresca el reconocimiento que el magisterio hace del aporte de la mujer en la sociedad y en la Iglesia. Al mismo tiempo muestra apertura al reconocer que “todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Porque «el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral» y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales.” EG 103. También reafirma el magisterio respecto del sacerdocio reservado a los varones, advirtiendo -con justa razón- que esta cuestión puede “volverse particularmente conflictiva si se identifica demasiado la potestad sacramental con el poder”. Y con magistral acierto deja abierta la senda del futuro cuando agrega que: “Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente.” EG 104. No cabe duda que en la misión que ha asumido papa Francisco de renovar la Iglesia, está la de sentar nuevas bases para construir un futuro que permita confiar a la mujer en la Iglesia el lugar de predilección que Dios confío a María, de cuya disponibilidad Dios se encarna en la historia de la salvación con una fecundidad que sólo es propio de la colaboración de la mujer. ¿Origina abusos el celibato del cura? ¿Son compatibles matrimonio y ministerio? ¿Es inhumano renunciar al sexo? Preguntas retadoras piden respuestas audaces.
Arriesguémonos a plasmar en aforismos el tema vidrioso: 1) Celibato no se opone a matrimonio. Ambos contrastan con solteronías o emparejamientos insignificantes. La opción religiosa célibe será minoritaria; no por eso elitista, ni mejor que el matrimonio, no monopoliza la dedicación apostólica o el seguimiento radical de Jesús. 2) Sexualidad es más que genitalidad y amor es más que sexualidad. La especie humana, al amar, se diferencia por elegir en la encrucijada: ayudarse a crecer personalmente, o destruirse mutuamente. 3) Necesitamos redescubrir la ternura, más allá de la permisividad y el moralismo. Un beso amoroso puede fundir a dos personas más íntimamente que un coito sin ternura. La psicología social critica la obsesión “an-orgasmo-fóbica”, es decir, el miedo a no alcanzar el orgasmo utópico prometido por la literatura excitante. 4) El acoso sexual del clero es abuso de poder e injusticia, no mero incumplimiento de voto o lastre de formación de invernadero: crisis de pubertad reprimidas explotan con retraso en forma de abusos y desviaciones en la integración sexual, Reconocidas sin ocultamiento, habrá que cortarlas y repararlas. 5) En vez de ética sexual prohibitiva, una ética constructiva de las relaciones, centrada en el respeto y ayuda al crecimiento mutuo, valdrá para parejas heterosexuales u homosexuales; para relaciones interpersonales en comunidades célibes; o para relaciones de amistad entre personas con diversas opciones de vida. 6) Compatible la vida en pareja con el ministerio, podría conferirse la ordenación a personas casadas, solteras o viudas de ambos sexos, con aptitud para animar, servir y unir a las comunidades. Tampoco sería obstáculo la orientación sexual para el celibato opcional. Homosexual, heterosexual o asexual, lo decisivo es la aptitud de la persona. 7) Varios desenlaces son posibles, si incide un enamoramiento en la opción celibataria: a) cambio de rumbo en la vida; b) represión, pero con siembra de expectativas dañosas; c) funambulismo por la cuerda floja de la doble vida ; d) a la defensiva, la persona se incapacita para amar y, por tanto, para el ministerio; e) re-elegir la opción, con gratitud y dolor, asumiendo los límites y proseguir el aprendizaje de amar más y mejor. El celibato opcional no niega el amor, pero conlleva tres renuncias: a la exclusividad de una relación íntima; al ejercicio de la sexualidad; y a la procreación y formación de una familia. No es fácil, sin represiones ni ambigüedades, integrarlas con el aprendizaje del amor. Vivir sin relación sexual puede tener sentido, pero vivir sin amar deshumaniza. Fuente: Reflexiòn y Liberación, 19 02 14 Perseverante y buen estratega. Se toma su tiempo, sabe esperar hasta que la presa se debilita. Cuarenta días y sus noches al acecho sin presentarse, más dos intentonas: la primera directa al cuerpo, a la debilidad física; y la segunda, al alma, al profundo ser espiritual. Querría haber ganado a la primera, pero no le importó intentarlo por segunda vez. De nuevo tuvo que tragarse el segundo fracaso.
Entonces recordó el refrán: "a la tercera va la vencida" que es la que le hace a uno ganador. Desplegó toda la espectacularidad escénica que tenía a mano: "se lo lleva a una montaña altísima..."para mostrarle el mayor espejismo que pueda verse: el poder del mundo. Jesús era un hueso duro de roer porque sabía cuál es el alimento que nunca se acaba "la palabra que sale de la boca de Dios". Tampoco dudo de su ser esencial, su filiación divina: "no tentarás al Señor, tu Dios". Y, sí, a la tercera va la vencida... pero gana Jesús: el poder del mundo es tan efímero como un espejismo en el desierto, tiene la misma fragilidad que una pompa de jabón en contacto con el suelo. "Vete, Satanás..." no hay nada que hacer "al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo darás culto". Ahora que comenzamos el tiempo de Cuaresma, leyendo a Mt 4, 1-11 desgranando el pulso de las Tentaciones de Jesús; mirando desde la terraza, que no es exactamente como la "montaña altísima", pero me vale para ponerme desde lo alto en perspectiva interior; sumando la ojeada el periódico de ayer y una incursión rápida en las noticias de la televisión, me atrevo a decir que cada año voy llegando a una comprensión mayor de lo que significa la incisiva tercera tentación, la del poder que genera destrucción y obstaculiza el desarrollo de la humanidad. Todo ser humano (tú que lees y yo que escribo, también) tiene experiencia de lo que significa la tentación del poder. Por eso es fácil comprender la espiral de locura interna que se desata en quien se deja llevar por ella: no puede parar, no tiene fin, arrasa todo lo que se le ponga por delante. ¿Cómo combatir en semejante batalla? Habrá que llevar una buena dieta del alimento que da vida: el Amor; dejando que proporcione las proteínas de la fe, la solidaridad, la justicia, la esperanza, la paz... para que la debilidad humana deje paso a una fortaleza confiada, ya que sabemos que"no sólo de pan vive el hombre..." . También habrá que cuidar con mimo el mobiliario interior, es decir, la vida espiritual, para no pedir a Dios magia protectora, sino ponernos en sus manos con absoluta confianza desde la comprensión de que somos hijos del mismo Padre. Así cuando nos sintamos tentados por el espejismo de ambicionar el poder del mundo, el rechazo será tan drástico como el de Jesús y podremos colaborar en la evolución hacia delante de la humanidad a base de amor, libertad, justicia, solidaridad... para todos. |
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Febrero 2023
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