Las órdenes religiosas se mueren: “Ya nadie está dispuesto a ser célibe y pobre” por: David Brunat6/30/2018 Casi todas las órdenes religiosas en España están gastando todos sus bienes en el cuidado de sus enfermos y ancianos. Se están muriendo, literalmente, porque no son capaces de atraer a los jóvenes. Algunas órdenes suman 800 años de historia, como los dominicos, agustinos y franciscanos. Otras más de 500 años, como los jesuitas. Pero en 20 años, 30 a lo sumo, podrían convertirse en un vestigio de la historia, víctimas de un país que vivió abrazado al catolicismo y en cuestión de unas décadas se ha secularizado casi por completo.
"Hemos de estar dispuestos a saber ir muriendo", sentencia José Ignacio González Faus, teólogo, profesor y destacado jesuita. "Es un fenómeno que tiene muchas causas y sería simplista reducirlo a una sola. No es exclusivo de España, sino de toda Europa. Algunas causas son el paso, en España precipitado, de una sociedad nacionalcatólica a otra laica; la aparición de una sociedad 'líquida', sin más valores reales que el dinero y el consumo; la culpa de la Iglesia por no saber evolucionar a tiempo. Y en España también una cristianofobia sutil. Conviene no dejarse ninguna". En los pasillos de la residencia jesuita de Palencia reina el silencio. La biblioteca está vacía, los muebles e imágenes sagradas han sido empaquetadas y donadas a otras comunidades. La Compañía de Jesús llegó a esta ciudad en 1577 y se marchó este sábado. Una misa de despedida en la iglesia de San Francisco puso punto y final a la relación de la compañía con la ciudad.
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Vamos a situarnos en el tema de hoy CORPUS CHRISTI . Porque,
1. Venimos celebrando esta fiesta desde el siglo XIII y no sé si la estamos entendiendo y viviendo en su significado original, es decir, en lo que fue y significó la últina cena de Jesús. – Esta fiesta comenzó a promoverla la religiosa Juliana de Cornillon: 1208. – La difundió Sto.Tomás de Aquino. Suyo es el poema Pange Lingua . -La instituyó como fiesta el Papa Urbano IV: 1264. – Y le dio el espaldarazo defintivio Nicolás V, al salir procesionalmente con la HOSTIA por las calles de Roma. Pero, ¿qué es lo que se pretende celebrar con esta fiesta? Muy simple: conmemorar lo que hizo Jesús en la Ultima Cena de la Pascua, fiesta la más solemne de su pueblo. La Pascua se celebraba el primer mes del año judío, que era el mes de Nisán, entre medios de marzo y abril. Como en todas las comidas, también en esta, solía presidir la mesa el padre de familia: partía un trozo de pan que daba a cada comensal; bendecía una copa de vino , que pasaba de mano en mano y de la que todos bebían; unos gestos familiares en los que participaban todos; una cena que unía a todos los comensales en comunidad y reforzaba entre ellos la fraternidad. 2.La cultura judía prohibía tomar la sangre de cualquier ser vivo. No así, los ceremoniales paganos donde el “comer el cuerpo y la sangre” de los dioses tenían una gran sentido. 3.Esta fiesta se viene celebrando en la Cristiandad de acuerdo con la doctrina fijada en el concilio de Trento (1545-1564). En él se proclama: -En la Eucaristía se ofrece un sacrificio real y verdadadero. -Se instituye a los apóstoles como sacerdotes para freceer el cuerpo y sangre de Jesús. -Este sacrificio no es sólo de alabanza y memoria del sacrificio en la cruz: es propiciatorio. – Y quien niegue alguno de estos aspectos es anatema, es decir, maldito y queda expulsado de la comunidad y de Dios mismo. 4.El concilio afirma realizarse en esta Cena la maravillosa conversión del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. En dicha conversión permanecen los accidentes del pan y del vino (color, gusto, cantidad…) pero no su sustancia, que es reemplazada por la sustancia real de Cristo. La sustancia es lo que hace que un cosa sea lo que es, en tanto que los accidentes son propiedades no esenciales de la realidad convertida. A esta conversión se la llama Consagración, que sólo pueden realizar los sacerdotes con palabras establecidas. 5. Jesús, al igual que todos los profetas, rechaza los sacrificios rituales para ganarse la benevolencia de Dios; enseña que lo único que agrada a Dios son las relacioes de justicia y misericordia entre los seres humanos. Actúa según la línea de los profetas. Así, AMOS dice: “ No os habéis vuelto a mí, porque pisoteáis al pobre, falsificáis balanzas de fraude, compráis por dinero a los débiles, tiráis por tierra la justicia, practicáis la hipocresía de un culto vano.Detesto vuestras fiestas, no gusto de vuestras oblaciones, no miro a vuestros sacrificios de novillos cebados, no quiero oir la salmodia de vuestras arpas”. (Amós , 4, 6-11 y 5, 21-23) JEREMIAS clama: “Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven para nada. ¿De modo que robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a dioses desconocidos y extranjeros y después entráis a presentaros ante mí en este templo, que lleva mi nombre, y os decís estamos salvos , para seguir cometiendo abominaciones. ¿Creéis que es una un cueva de bandidos este templo que lleva mi nombre? Atención que yo lo he visto (Jer 7,1-11) ISAIAS grita : ¿Qué me importan vuestros sacrificios? Estoy harto de holocaustos y de carneros y grasa de cebones; la sangre de toros, corderos y chivos no me agrada. ¿Por qué entráis a visitarme? Ya no me traigáis dones inútiles; el incienso me resulta abominable, novilunios, sábados, asambleas; no soporto ayuno y festividades: vuestras solemnidades las detesto, se me han vuelto una carga que no aguanto más. Cuando extendéis las manos, cierro los ojos; aunque multipliquéis las plegarias no la es escucho; vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones , buscad el derecho, la justicia, ayudad al oprimido (combatid al opresor), hcerle justicia al huérfano, defended la causa de la viuda( (Is 1, 10-20) JESUS PROCLAMA: ¿Por qué estáis tan ciegos que llegáis a afirmar que no se puede comer sin antes lavarse las manos impuras? ¿En qué os apoyáis para decir , que no se puede curar en el sábado? ¿De verdad pensáis que no está permitido hacer el bien y salvar una vida en sábado? ¿Que obro así porque tengo dentro a Belcebú? Vosotros letrados y fariseos estáis fuera del reino de Dios, por más que miréis no veréis; y por má que oigáis no oiréis, a no ser que os convirtáis. Sois unos hipócritas y se os pueden aplicar a medida las palabras de Isaias: “Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí.El culto que me dáis es inútil. Mirad bien lo que os digo: es más fácil que que pase un camello por por el ojo de una aguja que entre un rico en el reino de los cielos. Vosotros, que me seguís, no procedais como los grandes y poderosos de este mundo , que sólo saben dominar y oprimir. Entre vosotros , el que quiera subir que sea servidor vuestro; y el que quiera ser primero , sea esclavo de todos. Amar a Dios y al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. 6. TEOLOGIA PROVOCATIVA Lectura del evangelista Marcos (1, 12-16 y 22-26) El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron sus discípulos: – Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua? Él envió a dos de sus discípulos diciéndoles: – Id a la ciudad, os encontraréis con un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo, y donde entre decidle al dueño: “El Maestro pregunta dónde está su posada, donde va a celebrar la cena de Pascua con sus discípulos”. El os mostrará un local grande, en alto, con divanes, preparado; preparádnosla allí. Salieron los discípulos, llegaron a la ciudad, encontraron las cosas como les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían cogió un pan, pronunció una bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: – Tomad, esto es mi cuerpo. Y, cogiendo una copa, pronunció una acción de gracias, se la pasó y todos bebieron de ella. Y les dijo: – Esta es la sangre de la alianza mía, que se derrama por todos. 25 Os aseguro que ya no beberé más del producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba nuevo en el reino de Dios. Y después de cantar salieron para el Monte de los Olivos. Lectura de María e Ignacio López Vigill: Entrevista 64 Hace unos 40 años que los hermanos María y José Ignacio López Vigil, escribieron la obra UN TAL JESUS, escuchada primero como una serie radiofónica y luego publicada como libro. Fue tan enorme la incomprensión de algunas altas jerarquías de la Iglesia que llegó a ser prohibida “oficialmente” en los paises del continente. Pero la calidad evangélica de su contenido fue poco a imponiéndose y alcanzó una difusión inimaginada. Me tocó participar muy actvamente en ese momento y hoy me complace presentar un capítulo de su nueva obra OTRO DIOS ES POSIBLE (2 Tomos-Incluye CD), con 100 entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la tierra*. De ella ha escrito el obispo Pedro Casaldáliga: “Hay teólogos que responden a preguntas que nadie hace y hay tros que intentan responder a las preguntas que hacemos todos. Estas entrevistas con Jesucrisrto son una gran respuesta a inquietudes, decepciones y también a esperanzas, abordadas con humor, realismo y libertad adulta. Imagino que no faltarán los que se rasguen las vestiduras. Pero ustedes están haciendo un bello servicio al Reino de Dios y a su propagador máximo, Jesús de Nazaret”. Entrevista 64 ¿EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO? RAQUEL Los micrófonos de Emisoras Latinas regresan a Jersusalén y están instalados hoy en el Cenáculo, escenario de los hechos maravillosos de aquel Jueves Santo. Con nosotros, Jesucristo, protagonista de aquella noche memorable. En este lugar , usted celebró la Ultima Cena y la Pascua. JESUS Bueno, aquí comimos la Pascua. Todos los años, con la luna de primavera, hacíamos lo mismo. Es la gran fiesta de mi pueblo, un memorial del éxodo , cuando Moisés liberó a los esclavos del faraón. RAQUEL Sí, pero aquella Pascua fue especial. Reconstruyamos los hechos. Estaban todos reunidos cenando. Usted tomó el pan y dijo: “cómanlo, esto es mi cuerpo”. Después, la copa de vino : “bébanla, es mi sangre”. Tal vez, las palabras más sagradas de la historia de la humanidad. ¿Fue así? JESUS Sobre el pan y el vino yo dije una bendición . No recuerdo las palabras exactas, pero… no sé a dónde quieres llegar. RAQUEL A la transubstanciación. Cuando usted pronunció esas palabras Mágicas, en aquel pan estaba la presencia de Dios, ¿sí o no? JESUS Sí, en quel pan estaba Dios. RAQUEL Me alegra escucharlo. Llegué a pensar que usted echaría abajo otro dogma…. JESUS ¿De qué te asombras, Raquel? En Dios vivimos, nos movemos y somos. ¿No lo sabías ya? Levanta una piedra, ahí está Dios. Parte un trozo de madera, ahí lo encontrarás. RAQUEL Un momento. No se me vaya por los trozos, digo por las ramas. Los oyentes saben que usted consagró aquella noche el pan y el vino. JESUS El pan y el vino, y el aceite son sagrados. La comida con que nos alimentamos es un don de Dios y por eso sagrada. ¿A eso te refieres? RAQUEL No. Yo me refiero a la transubstanciación. Que por aquellas palabras suyas , el pan dejó de ser pan y el vino dejó de ser vino. JESUS ¿Cómo el pan va a dejar de ser pan y el vino de ser vino? RAQUEL Quedaron las apariencias, pero cambió la sustancia. En aquel pan estaba su cuerpo, en aquel vino estaba su sangre, usted mismo, Jesucristo, transsubstanciado. JESUS ¡Qué locura estás diciendo, Raquel! … Si yo estaba sentado en medio de todos… ¿cómo iba a estar metido al mismo tiempo en una hogaza de pan o en una copa de vino? ¿Qué truco sería ese? … ¡Ni que fuera mago! RAQUEL ¿Qué había en aquella copa que usted dio a beber a sus discípulos? ¿No era su sangre? JESUS En mi pueblo no se toma la sangre de ningún animal, menos de una persona. Me estás hablando de una cosa …..horrenda. RAQUEL Pero, entonces, ¿qué hizo usted de aquel Jueves Santo? JESUS Yo hablé de unión, de comunidad. Luego, compartimos el pan. Yo brinde con la copa y, según la costumbre, todos bebimos de ella. RAQUEL Usted dijo que hicieran eso en memoria suya. JESUS Sí, tenía miedo que me apresaran. Entonces, les dije: hagamos una alianza. Pase lo que pase, sigamos unidos, como los granos de trigo en la espiga, como las uvas en el racimo. Si yo falto, reúnanse para recordar el compromiso del reino de Dios. RAQUEL A ver si nos entendemos. ¿Usted no instituyó aquella noche el sacramento de la eucaristía? JESUS No. RAQUEL Y cuando un sacerdote repite las palabras que dicen que usted dijo aquella noche, ¿qué pasa con el pan y con el vino? JESUS Nada…..porque ya pasó. RAQUEL ¿Cómo que ya pasó? ¿No ocurre ningún milagro? JESUS El milagro no está en el pan ni en el vino, Raquel. El milagro está en la comunidad. Cuando un grupo de hombres y mujeres que se quieren, que luchan por la justicia, se reúnen y dan gracias a Dios y recuerdan mis palabras… ahí está Dios en medio de ellos. RAQUEL Y aquí estamos nosotros, en medio de nuestra audiencia y con demasiadas preguntas pendientes. Una pausa y regresamos. Raquel Pérez, Emisoras Latinas, Jerusalén. *Son diálogos de radioteatro puestos en papel, editados por Inmaculada Calvo, Colección Exégesis Fe Adulta. 7.Jesús en la Eucaristía y en la vida -Si el significado de la Eucaristía consiste en que, sentados todos en torno a una misma mesa, compartimos el pan y el vino de la vida de Jesús, para amarnos como hermanos según El mismo nos mandó, Pregunta: ¿La realidad de nuestra vida y de la sociedad cristiana en que vivimos, es coherente con lo que nos mandó celebrar Jesús? ¿Si? ¿En qué? Subpregunta: ¿Nuestras misas, nuestras custodias, nuestros ropajes, nuestras procesiones, nuestras calles cubiertas de flores, nuestras músicas …..las acogería y aprobaría Jesús? ¿NO? ¿Por qué? 8. Comentario comunitario ….. Resumen ……………………………………………………………… Podemos sacar algo claro: las palabras de Jesús en su Ultima Cena hay que entenderlas en su significado más obvio: el pan y el vino, que tomamos cuando nos reunimos para recordarle, son un símbolo de que necesitamos alimentarnos de El, hacer nuestra su propia vida, asimilarla para consumirla y derramarla en beneficio de los demás. Sin pan no hay vida, sin la enseñanza y espíritu de Jesús no hay vida. Si en El y como El vivimos , seremos pan y vino que alimentan , que producen vida. Jesús vive por Dios Padre, que lo ha enviado, posee su vida y si nosotros asimilamos su vida , es la vida misma de Dios. Nos propone este programa: todos sois hermanos, que debéis ayudaros y amaros mutuamente, esa es la señal para que os reconozcan como discípulos míos. Yo he venido a dar vida: a suprimir la exclusión, la dscriminación, el desprecio, la humillación, soledad …porque todos debemos ser los unos para los otros. 9. Plegaria Eucarística Presidente: Demos gracias al Señor nuestro Dios. Todos: Es justo y necesario. Porque nos has revelado que Tú eres Amor, Principio de toda Vida, Señor de la Historia, y nos has creado para ser hijos tuyos, hermanos de una única y gran familia. Te damos gracias por el proyecto de amor Entre Raqquel y Angel, vivido bajo la inspiración de tu Espíritu. Presidente: La vida que compartimos cada día, se hace ahora oración de alabanza, expresión viva de un culto, unido siempre a la justicia y al amor. Te cantamos porque, desde el comienzo, no ha dejado de sonar, de una a otra parte de la tierra, el himno de amor , que tú has sembrado en todos los corazones: SANTO,SANTO,SANTO Todos: Invocamos la fuerza de tu Espíritu, que actúe en nosotros, para transformar nuestra debilidad y hacernos actuar de acuerdo a tu voluntad, y construir una Iglesia conforme a la misión de Jesús. Presidente: Que tu Espíritu descienda también sobre estos dones, y realice su acción transformadora. Lo celebramos ahora recordando y reviviendo la entrega de Jesús: . Mirad este pan y este vino, significan mi propia vida. Van a ser comida y bebida vuestra. cuando os juntéis a la mesa, volved a alimentaos del pan y vino de mi vida, pues yo os amé tanto que fui fiel hasta el extremo, hasta perder mi vida, para establecer la alianza nueva de Dios: una alianza de amor y fraternidad entre todos los hombres. No lo dudéis: comiendo este pan y bebiendo este vino, os apropiáis de mi vida. Este es el Sacramento de nuestra fe. Todos: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven, Señor Jesús. Con este sacramento proclamamos nuestra fe en tu Reino: en la utopía evangélica de un mundo más justo y fraterno, y fraterno, y de una humanidad liberada de opresiones. Presidente: Y proclamamos nuestra fe y comunión con la Iglesia de Jesús, santa y pecadora al mismo tiempo, y por la que luchamos para que sea anuncio y espejo del Reinoy fermento de toda causa justa y noble. Todos: En unión con todos los creyentes, y con todos los que luchan por la dignidad y liberación del hombre, nos comprometemos a dar nuestro testimonio y a brindar por un mundo más justo y solidario, y por un a Iglesia que sea de verdad anuncio y realidad de la Buena Nueva de Jesús. Por Cristo, con El y en El, a Ti, Dios Padre omnipotente, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amen. Este domingo la Iglesia celebra la fiesta de Corpus Christi, aunque en algunas ciudades se ha mantenido el jueves, uno de esos que brillan más que el sol. Reconozco que me costó explicar a una persona que no comparte la fe -ni la cultura católica- esta tradición de sacar en procesión el pan consagrado. Y más difícil puede resultar cuando, para darle solemnidad y con sincera devoción, se va adornando con oros, platas, campanillas, monaguillos… hasta el punto de que la forma consagrada resulta difícil de encontrar. Pues a pesar de la secularización en muchas ciudades y pueblos, familias enteras visten sus mejores galas para ver el cortejo sacramental.
Hace ya 17 siglos Juan Crisóstomo escribió algo que desde que lo leí por primera vez cambió mi mirada sobre la eucaristía: “¿Deseas honrar el cuerpo de Cristo? No lo desprecies, pues, cuando lo contemples desnudo en los pobres, ni lo honres aquí, en el templo, con lienzos de seda, si al salir lo abandonas en su frío y desnudez.” Hace unos días veíamos las fotos de una barcaza volcando y el cuerpo de Cristo hundiéndose en el Mediterráneo. Murieron siete. Hoy nos enteramos que las fuerzas de seguridad en Melilla han devuelto en caliente el Cuerpo de Cristo. Treinta migrantes fueron devueltos en una práctica que la Convención Europea de Derechos Humanos considera ilegal. Hace unos días llegaba una chica africana a un centro de religiosas pidiendo que le ayuden a salir de una red de trata. El cuerpo de Cristo violado y esclavizado. Quedan miles de mujeres en esa situación, muchas menores. Ya seamos curas, ministros, estudiantes o personas en desempleo no podemos recibir el cuerpo de Cristo si no nos duelen las entrañas al saber que se está ahogando, que lo están expulsando y que lo están violando. Tampoco podemos ir a la procesión del Corpus si no hacemos lo que está en nuestra mano para reparar estos sacrilegios. Estimados emigrantes: Quiero que sepáis que vuestro colega, el emigrante maliense Mamoudou Gassama, os ha puesto el listón muy alto para conseguir la nacionalidad en algún país europeo. El récord, a partir de ahora, está en escalar cuatro pisos en treinta segundos y realizar un acto heroico como, por ejemplo en este caso, salvar una vida.
Los “sin papeles” no podéis venir a Europa así como así y pedir que os regularicen por las buenas. Eso sí, si tenéis papeles, es decir muchos billetes, la cosa cambia. Y, por supuesto, solamente en ese caso, no solo seréis nacionalizados de inmediato, sino que seréis bienvenidos y recibos con todos los honores y facilidades que se merecen los “con muchos papeles”. Así es la vida de cruel y despiadada con los desheredados, amigos míos. Vosotros, simplemente, habéis tenido mala suerte. Qué le vamos a hacer. Precisamente, las fronteras se inventaron para vosotros, los enfermos de penuria. Y os recuerdo que, desde el principio de los tiempos, la diosa Fortuna nunca ha estado de vuestro lado, sino de los “ricos sin fronteras”. El Espíritu de todo ser humano, de todo hombre y mujer, es patrimonio de toda la humanidad. No pertenece en exclusiva a ninguna religión, a ninguna ideología. Es la fuerza de su dignidad, la energía de los Derechos humanos que anida en el interior de cada persona. Hemos de invocar su presencia humanizadora al mundo entero tan necesitado de humanización.
En este mundo no hay paz. Los hombres y mujeres se matan de manera ciega y cruel. No sabemos resolver nuestros conflictos sin acudir a la fuerza destructora de las armas. Nos hemos acostumbrado a vivir en un mundo ensangrentado por las guerras. Que este espíritu, esta fuerza del ser humano, despierte en nosotros el respeto a toda persona. Debemos hacernos constructores de paz. No nos abandonemos al poder del mal. Muchos de nosotros y nosotras vivimos esclavos del dinero. Atrapados por un sistema que nos impide caminar juntos hacia un mundo más humano. Los poderosos son cada vez más ricos, los débiles cada vez más pobres. Este espíritu humano liberará en nosotros la fuerza para trabajar por un mundo menos injusto, más solidario. Ojalá nos hagamos más responsables y solidarios. No caigamos en manos de nuestro egoísmo. La humanidad está rota y fragmentada. Una minoría de hombres y mujeres disfrutamos de un bienestar que nos está deshumanizando cada vez más. Una mayoría inmensa muere de hambre, miseria y desnutrición. Entre nosotros crece la desigualdad y la exclusión social. La fuerza del espíritu humano despertará en nosotros la compasión que lucha por la justicia. Nos enseñará a defender siempre a los últimos. No nos dejará vivir con un corazón enfermo. Muchos viven sin conocer el amor, el hogar o la amistad. Otros caminan perdidos y sin esperanza. No conocen una vida digna, sólo la incertidumbre, el miedo o la depresión. Esperamos que el espíritu humano reavive en nosotros la atención a los que viven sufriendo. Que nos enseñe a estar más cerca de quienes están más solos. Que nos cure de la indiferencia. Muchos de nosotros y nosotras no conocen el amor ni la misericordia. Se alejan de la humanidad porque tienen miedo. Nuestros jóvenes ya no saben hablar otro lenguaje. Los valores éticos se van borrando de las conciencias. Queremos despertar en todos y todas, la fe y la confianza en la humanidad. La mayoría de nosotros, hombres y mujeres del mundo no sabemos cuidar de la vida. No acertamos a progresar sin destruir, no sabemos crecer sin acaparar. Estamos haciendo de este mundo un lugar cada vez más inseguro y peligroso. En muchos va creciendo el miedo y se va apagando la esperanza. No sabemos hacia dónde nos dirigimos. Esperamos que este espíritu humano nos. haga caminar hacia una vida más sana, más justa y solidaria. 18. Lo decisivo es el “desde dónde”
Ante lo que llamamos “mal”, la mente se queda sin respuesta. Ni lo sabe explicar ni sabe qué hacer ante él. Se ve incluso incapaz de aceptarlo. Por lo que, ante ello, solo le quedan dos salidas: hundirse en la desesperanza o instalarse en la resistencia que vive rebelada contra el “mal”. La lucha contra el mal –aun vivida desde una actitud noble y compasiva– suele esconder motivaciones no tan limpias: desde la incapacidad de aceptar la realidad como es hasta la necesidad de paliar inconscientes sentimientos de culpabilidad, desde el afán de autoafirmación en un compromiso “noble” hasta la búsqueda de reconocimiento por parte de los demás. Cuando tomamos distancia de la mente (del yo), todo se modifica. La comprensión no nos dirá qué tenemos que hacer, pero nos situará en la actitud y el “lugar” adecuado para que la acción que brote en cada momento sea también la ajustada. Gracias a ella nos hacemos conscientes de que lo realmente decisivo es el desde dónde: desde dónde acojo el “mal” y desde dónde brota mi acción frente a él. Si estoy identificado con el yo, lo más probable es que, tanto mi percepción como mi acción (o mejor, reacción) no consigan otra cosa que incrementar el sufrimiento y, en último término, la locura del mundo. Únicamente la comprensión de quién soy hará posible que me viva desde la Sabiduría que –aunque mi mente no lo entienda– rige todo el proceso. Es esa misma sabiduría la que nos muestra que somos Vida, Plenitud y Totalidad. Eso significa, en primer lugar, que el “mal” nunca puede afectarnos decisivamente en lo que somos. Sentiremos dolor, miedo, tristeza, angustia…, porque somos seres sintientes y dotados de una rica sensibilidad. Pero, aun en medio de toda esa vorágine de sentimientos que parecen desbordarnos, lo que somos –Lo que es– se halla siempre a salvo. Tal comprensión me capacita para acoger mi propio dolor desde la aceptación limpia, como oportunidad de aprendizaje, en una actitud equilibrada entre la resistencia estéril y la resignación paralizadora. La misma comprensión me hace ver que todo sin excepción es la Totalidad misma desplegándose. Por lo que no caigo en la trampa de imaginar una Totalidad “al margen” o “más allá” de lo que en este mismo momento se está produciendo. Yo mismo soy –con todos los seres– esa misma Totalidad, también en este momento en que siento dolor, soledad, vacío… Todo, sin excepción, es la Totalidad una expresándose o manifestándose bajo todo tipo de “disfraces”. Carece de sentido querer encontrarme con la Totalidad después de que supere este sentimiento doloroso o aquella situación de injusticia: todo ello es ya, en este mismo instante, la Totalidad. Lo que de ahí se deriva es una aceptación profunda, que no nace de algún tipo de voluntarismo, sino del hecho mismo de comprender que somos esa misma Totalidad. La aceptación es, sencillamente, alineación con lo Real, tal como han expresado los sabios en algunos textos que reproducía en una entrega anterior: “La esencia de la sabiduría –afirmaba Nisargadatta– es la total aceptación del momento presente”. “¿Cómo deberíamos vivir?” –se preguntaba la beguina Matilde de Magdeburgo–. Y ella misma respondía: “Vive dándole la bienvenida a todo”. San Juan de la Cruz apunta a esa misma clave: “Me parece que el secreto de la vida consiste simplemente en aceptarla tal cual es”. Y el propio Nietzsche, desde un marco ideológico aparentemente bien distante, expresa así en anhelo de su corazón: “«Amor fati»: ¡que ese sea en adelante mi amor!… Y, en definitiva, y en grande, ¡quiero ser, un día, uno que solo dice sí”. El sabio adopta la actitud que Ortega y Gasset expresara con estas palabras: “A ser juez de las cosas, voy prefiriendo ser su amante”. Y vive la rendición lúcida que pregonaba Marco Aurelio: “Todo se me acomoda, oh Cosmos, lo que a ti se te acomoda”. La sabiduría es, por decirlo brevemente, amar lo que es. La acción brotará también de esa misma comprensión, que me hace ver que todo otro soy yo. No será un yo que hace algo por los demás, sino la Totalidad que, en mí, se ofrece amorosa y servicial, comprometida y solidaria, a los demás. No sé lo que tendré que hacer, pero sé que se hará, a través de mí, en cada momento lo adecuado. Del final del c. 4 de Mc, pasamos al final de c. 5. En este capítulo, antes del relato que vamos a leer, se narra un episodio muy raro: Jesús cura a un endemoniado y permite que los espíritus inmundos se metan en una piara de cerdos, que, acto seguido, se precipita en el mar. Jesús vuelve a atravesar el lago en dirección a Galilea, y allí encuentra de nuevo a la multitud que le busca. Tomando un poco de perspectiva descubrimos que el domingo pasado nos hablaba del “poder” de Jesús sobre la naturaleza (la tempestad calmada). Continúa el evangelio con la manifestación de “poder” sobre los espíritus inmundos (curación del endemoniado en Gerasa), que no hemos leído. Hoy damos dos pasos más: “Poder” sobre la enfermedad (la hemorroísa); Y “poder” sobre la muerte (la hija de Jairo). No cabe una síntesis más clara, ordenada y progresiva de la actividad salvadora de Jesús.
En el doble relato de hoy, descubrimos un mensaje muy profundo. Por una parte, la niña y su padre son imagen de los sometidos a la institución. Jairo es un cargo público, aunque no estrictamente religioso. La mujer enferma representa a los marginados y excluidos por una interpretación demasiado legalista de la Ley. Este simbolismo se hace más claro por el anonimato de las dos mujeres, y los doce años de enfermedad de la mujer y los doce años de vida de la niña. El número doce es símbolo de Israel. Jairo (símbolo de la institución) no encuentra salida en la religión y busca la salvación en Jesús, que ya había sido rechazado por sus jefes. La decisión es tan difícil que espera hasta el último momento para ir en busca de Jesús. La mujer enferma, también se había gastado toda su fortuna en buscar salvación, sin hallarla. Tampoco le quedaba otra salida. La religión no sólo no le daba solución, sino que la marginaba y la excluía hasta límites inimaginables hoy. Uno viola formalmente la Ley acudiendo a un proscrito. La otra viola literalmente la Ley tocando a Jesús. En ambos casos, Jesús apela a la fe-confianza como motor de salvación. Para descubrir la importancia del relato hay que tener en cuenta las leyes de pureza que afectaban a la mujer. El Levítico dice: "La mujer permanecerá impura cuando tenga su menstruación o hemorragias. La mujer era considerada impura y causante de impureza. Podemos imaginar la tara psicológica que dejaba en la mujer esta consideración de impura. La hemorroísa tenía prohibido tocar y ser tocada. Ella sabe que el acto que puede salvarle, está expresamente prohibido por la Ley. Sin embargo, doce años de sufrimiento la empujan. Esta valentía no está exenta de temor, se acerca por detrás. Tocar a Jesús no solo manifiesta la confianza en él, sino en sí misma. Su valentía le devuelve la salud. Con una aguda sensibilidad más que humana, percibe que le han tocado (todos le están apretujando). Cuando Jesús pregunta “¿Quién me ha tocado?”, está dando a entender que alguien ha llegado hasta él buscando una respuesta a su opresión. Aceptando ser tocado, más allá de la norma, entra en la dinámica que la mujer había iniciado. Se abre a la comunicación profunda y sanadora a través del cuerpo. Los dos están expresando lo mejor de sí mismos. El cuerpo “impuro” de la mujer, es reconocido y aceptado como normal. Dejándose tocar Jesús se coloca por encima de los códigos sociales y religiosos. Los cuerpos son instrumentos de encuentro liberador. El tabú de la impureza queda roto. Una relación que abarca todos los aspectos del ser, el físico, el psíquico y el religioso. La mujer obra saltándose la Ley, pero Jesús va aún más allá, y reacciona como si la Ley no existiera. El milagro se produce sin que intervenga la voluntad expresa de Jesús (una fuerza especial que sale de él. La fe-confianza de la mujer desencadena los acontecimientos. Este relato es una mina para tratar de descubrir qué es lo que sucedía de verdad cuando el evangelio habla de “milagros”. No significa una acción que va en contra de las leyes de la naturaleza. Todo lo contrario, es dejar libre la naturaleza para que pueda desarrollar su ley sin las trabas que le pone la racionalidad. Porque estar en armonía con la naturaleza no es lo normal, llegamos a llamar milagro los procesos que serían los más naturales del mundo cuando no hay obstrucción a esas fuerzas. Claro que se produce un milagro, una verdadera maravilla. Mucho más grande que convertir una piedra en pan. Un ser humano liberado de sus complejos, de sus miedos, de una religión opresora e inhumana. Un ser humano que puede empezar a ser él mismo, que empieza a valorarse porque se siente apreciado. Se reanuda el relato de la hija de Jairo con la llegada de los emisarios, que traen noticias de muerte. Jesús es portador de vida y le dice a Jairo: basta que tengas fe. La multitud se pone de parte de los emisarios de muerte y se pone a llorar; pero Jesús no hace ningún caso y sigue adelante. Cogió de la mano a la muchacha, pero a diferencia de la suegra de Pedro, no la levanta, sino que le dice: ¡levántate!, el mismo verbo Mc emplea para hablar de resurrección. En contra de lo que dice expresamente la Ley, toca a un muerto, y en vez de quedar él contaminado de muerte, comunica la vida al cadáver. No os engañemos, la importancia de estos relatos no está en el hecho de curar o de resucitar, sino en el simbolismo que encierran. Pensar que la obra de Jesús se puede encerrar en tres resurrecciones y en una docena de curaciones, es ridiculizar la figura de Jesús. Objetivamente, los curados volverán a enfermar y entonces no estará allí Jesús para curarlos. Los resucitados volverán a morir sin remedio. Sabemos que Jesús no puso el objetivo de su misión en una solución de los problemas. La salvación de Jesús es para todos y en cualquier circunstancia. También para los enfermos, marginados, explotados. Si no tenemos esto en cuenta, puedo pensar que la salvación de Jesús no es para mí. Ya en el AT queda muy claro que Dios no hizo la muerte. Jesús va más allá y nos dice que Dios no quiere nada negativo para el hombre. Aunque las limitaciones son inherentes a nuestra condición de criaturas, la salvación de Dios es siempre de un plano superior y más pleno que cualquier limitación; por eso se puede dar en plenitud, a pesar de cualquier limitación, incluida la muerte. La verdadera salvación, la que propone Jesús, libera siempre. No se trata de un premio para unos pocos privilegiados, sino de una oferta absoluta de Dios desde lo hondo de cada ser. Esa fuerza, que Jesús era capaz de poner en marcha, está disponible para todos, lo único que tenemos que hacer, es dejar que actúe en nosotros. No se trata de magia sino de conocimiento de las posibilidades que el ser humano tiene de utilizar las leyes de la naturaleza a su favor. De la misma manera que tiene poder para bloquear los procesos naturales y causar así un daño a su propio ser y/o a los demás. En los dos casos, la multitud queda al margen de los acontecimientos y de la salvación que representan. Para Jesús, los entes de razón (multitud, pueblo, iglesia) no pueden ser objetos de salvación. Lo único que le importa es la persona, porque es lo único real. Esto lo hemos olvidado, y hemos cometido y seguimos cometiendo, el disparate de sacrificar a la persona en aras de la institución. Nada hay más antievangélico que este atropello. También hoy tendría que ser nuestra principal tarea el liberar a tantos seres humanos atrapadas en las interpretaciones aberrantes de Dios y de su Lesy. La religión seguirá oprimiendo y esclavizando mientras seguimos dando más importancia a la institución que a la persona. Meditación En el orden espiritual, es imprescindible la fe-confianza. Sin confianza en el OTRO no daremos un paso. Tu lámpara está capacitada para iluminarse. Toda la energía está a tú disposición. Solo tienes que dejar que fluya la energía. La muñeca rusa
En los evangelios, los relatos de milagros son como contenedores bien cerrados, unos juntos a otros, sin que se mezcle su contenido. El pasaje de Marcos que leemos hoy recuerda, en cambio, a las muñecas rusas: un milagro dentro de otro. Jesús va a curar a una niña y se cuela por medio una enferma con flujo de sangre. Esa mezcla da gran dramatismo e interés al conjunto. La medicina tradicional: imposición de manos El comienzo parece normal: un padre preocupado por su hija gravemente enferma. Lo que no es normal es su convencimiento de que Jesús puede curarla con sólo ponerle la mano encima. En nuestra cultura, el enfermo agradece que el médico no le hable a distancia; que lo ausculte y lo palpe, si es preciso. En la cultura antigua, el hombre santo y el curandero ejerce su poder mediante el contacto físico. Jesús cura a la suegra de Pedro tomándola de la mano; imponiendo las manos cura a diversos enfermos (Mc 6,5; Lc 4,40), a un sordomudo (Mc 7,32), a un ciego (Mc 8,23.25), a la mujer tullida (Lc 13,13); poniendo barro en los ojos del ciego de nacimiento le devuelve la vista (Jn 9,15); y a los discípulos les concede el poder de curar enfermos imponiendo las manos (Mc 16,18). Quien se haya fijado en las citas, habrá visto que casi todas son del evangelio de Marcos. Parece que a Mateo y Juan no les entusiasmaba el procedimiento, podría causar la impresión de un poder mágico. Una nueva receta: tocar el manto Si Jairo está convencido de que la imposición de manos de Jesús basta para salvar a su hija, la mujer con flujo de sangre va mucho más lejos: le bastaría tocar su manto. El relato acentúa la gravedad y persistencia de la enfermedad (¡doce años!), el fracaso de los médicos y el dineral gastado en buscarle solución. De repente, a la mujer le basta oír hablar de Jesús para depositar en él toda su confianza; ni siquiera en él, en su manto. ¿Fe o desesperación? Algunos de los primeros cristianos, amantes de aplicarse los relatos evangélicos, podrían identificarse fácilmente con la mujer. «Yo también estaba desesperado, oí hablar de Jesús, y todo cambió.» La verdadera medicina: la fe La mujer se cura al punto. Pero el relato toma un sesgo dramático. Jesús nota que una fuerza especial ha salido de él y quiere saber quién la ha provocado. Pregunta, rechaza la excusa de los discípulos, mira con atención a su alrededor, hasta que la mujer se presenta temblorosa y asustada. (Marcos describe a Jesús de forma tan humana, tan poco ortodoxa, que a Mateo por poco le dio un infarto y suprimió toda esa parte de su evangelio: Jesús sabe perfectamente lo que ha pasado.) El lector termina poniéndose en contra de Jesús y a favor de la mujer. ¿Por qué le está haciendo pasar un rato tan malo? Es un recurso genial de Marcos, el mismo que utiliza en la curación de la hija de la mujer cananea: poner al lector en contra de Jesús y a favor del quien le suplica. ¿Para qué? Para que Jesús ofrezca al final la verdadera enseñanza. Imaginemos que la mujer se cura y Jesús no pregunta nada. El lector se dice: «Llevaba razón la mujer. Bastaba con tocarle el manto.» Quizá añadiría: «En realidad, quien cura es Jesús, no el manto.» Pero todo el teatro montado por Jesús sirve para llegar a una conclusión muy distinta: «Hija, tu fe te ha curado.» Ni Jesús ni el manto, «tu fe». Esta afirmación podrá parecer atrevida, casi herética, a algunos teólogos. Pero, en este caso, Mateo y Lucas coincidieron con Marcos al pie de la letra: «Hija, tu fe te ha curado.» Una medicina que, además de curar, resucita La acción vuelve a su origen, pero de forma trágica: la niña ha muerto. No hay que molestar al Maestro. Pero Jesús le recomienda al padre la medicina usada por la hemorroisa: «No tengas miedo; tú ten fe, y basta». Siguen hasta la casa y se sumergen en un mundo de llantos y lamentos. La gente es lista, no se deja engañar por Jesús Cuando yo era joven, me indignaba leer que la gente se ríe de Jesús cuando dice que la niña no está muerta, sino dormida. Me parecía una tremenda falta de respeto. Pero estaba equivocado. La risa de la gente demuestra que Jesús no puede engañarlos. Él quiere pasar desapercibido, presentar lo que hace como algo normal, sin importancia; pero la gente sabe muy bien que la niña ha muerto, que Jesús ha realizado un gran milagro. El detalle final de darle a la niña de comer sirve para demostrar la realidad de la resurrección. Resurrecciones en esta vida y fe en la vida futura La resurrección de la hija de Jairo (contada por Marcos, Mateo y Lucas) trae a la memoria otros relatos parecidos, pero peculiares: la resurrección del hijo de la viuda de Naín, que sólo cuenta Lucas; y la resurrección de Lázaro, que sólo cuenta Juan. ¿Cómo es posible que estos dos hechos tan famosos no se encuentren en los cuatro evangelios? Es cierto que la tradición oral olvida a menudo cosas y detalles. Pero resulta extraño que un evangelista no los conozca. Como un biógrafo de Beethoven que no ha oído hablar de la 9ª Sinfonía. A los evangelistas no les preocupaba, como a nosotros, el hecho histórico en cuanto tal, sino la realidad de lo que contaban. Lo importante no es que Jesús resucitara a Lázaro (que al cabo de los años volvería a morirse), sino que nos resucitará a todos a una vida sin fin. «Yo soy la resurrección y la vida» es también el gran mensaje de la resurrección de la hija de Jairo. La victoria sobre Satanás (1ª lectura) La 1ª lectura, tomada del libro de la Sabiduría, afirma que la muerte no es algo querido por Dios, sino que entró en el mundo por envidia del diablo. Aunque esto resulte discutible desde un punto de vista científico moderno, así lo interpretaban los judíos del siglo I. Con ello, la resurrección de la hija de Jairo adquiere un sentido nuevo. Marcos enfoca su evangelio como una lucha entre Jesús y Satanás. Y este es un ejemplo de su victoria sobre el que introdujo la muerte en el mundo por envidia. Una llamada a la solidaridad en tiempos de migración (2ª lectura) Aunque no tenga relación con el evangelio, el fragmento de Pablo es de enorme actualidad en una época en la que miles de personas (hermanos nuestros) se encuentran en grave necesidad de acogida, comida, vestido, trabajo… Pablo anima a los corintios a ayudar económicamente a la comunidad madre de Jerusalén, que sufre la terrible hambruna del tiempo del emperador Claudio. Su mejor argumento es recordarles el ejemplo de generosidad de nuestro Señor Jesucristo. Este evangelio nos toca de una manera especial a las mujeres de cualquier edad y condición aunque el mensaje es universal y no va dirigido únicamente a nosotras.
Me impresiona ver a Jesús buscando la liberación radical de las personas, de todo lo que pudiera ser un obstáculo en sus relaciones, crecimiento personal, realización total. Si nos quedamos únicamente en su capacidad de sanar enfermedades, es una visión de Jesús demasiado superficial sin captar el deseo de devolver a cada persona su identidad más profunda. Él, por su experiencia de Dios, libre de las ataduras de la cultura, de las costumbres, hasta de la imagen de Dios proporcionada por la autoridad religiosa, es capaz de mirar a la persona y ver en ella una hija de Dios como Él. Por eso el evangelio nos ilustra a través de sus enseñanzas y de sus obras el mensaje profundo de Dios de querer que sus hijos e hijas se desarrollen en plenitud. Por eso en esa doble actuación de Jesús, en cada uno de los detalles que nos presenta el evangelista hay un sinfín de mensajes en los que no nos podemos parar pero intentaremos remarcar alguno que nos ayude en nuestro caminar de fe. Nos encontramos con la situación de dos mujeres, a ambos extremos de la vida: la hemorroísa lleva doce años enferma, (el tiempo de maduración de una mujer), y la muchacha que apenas empieza a vivir (como persona adulta desde la visión de ese tiempo), con doce años. Su condición por género hace que se les considere como pertenencia del varón y todas las consecuencias que eso trae para sus vidas. Y todo ello en nombre de la religión. La mujer madura, cansada de sufrir física y moralmente por su enfermedad (la pérdida constante de sangre) rompe con las normas que le separan de los demás, incluso de Dios y busca a quien pueda devolverle la salud. Para ello rompe con todas las normas de alejarse de todo lo que puede contaminar por su impureza y en su deseo de ser sanada se abre camino entre la multitud para llegar a Jesús de quien le han hablado muchos. Jesús nota que alguien le toca el manto, de una manera especial y ante su pregunta, ¿quién me ha tocado?, la mujer se lo cuenta todo. “Tu fe te ha salvado”, es lo que obtiene como respuesta. Jesús le recuerda el poder y la confianza que existe dentro de ella. Es esa confianza la que dignifica a la persona. De ahora en adelante no tendrá que depender de nadie. Esta es la gran enseñanza de Jesús: descubre tu propia dignidad y camina de acuerdo con ella. La grave enfermedad de la joven, que apenas empieza a abrirse a la vida con doce años, contrasta con lo que parece que el destino tiene preparado para ella, la muerte inminente que de hecho se confirma antes de que Jesús se pueda acercar a ella. Dentro de la cultura judía esta niña está a punto de pasar de la pertenencia al padre a la del esposo, a vivir en una situación donde el varón y la religión dirigida por una mentalidad patriarcal, deja muy poco espacio a la mujer para realizarse, para ser ella misma. Por eso Jesús dice: “La chiquilla no ha muerto, está durmiendo”. Todavía hay esperanza; al cogerla de la mano la levanta (la resucita) como a la hemorroísa y se la devuelve a los padres para que pueda vivir como hija de Dios. Tanto una mujer como la otra han entrado dentro la nueva vida que comunica Jesús a través de sus palabras y obras. ¿Quién les salva y les devuelve su salud? Ciertamente que es a través de Jesús que recobran la vida y renacen de nuevo pero en los dos casos Jesús pone el énfasis en su fe y confianza. Es tu fe, tu confianza la que te hace volver a tu ser original. No nos resultan tan extrañas hoy estas historias de mujeres, de niños cuya dignidad es pisoteada por intereses personales en situaciones de guerra, conflictos, trata de personas… refugiados huyendo de sus países en situaciones infrahumanas. Es un gran interrogante para los países que nos consideramos cristianos la manera en que olvidamos la manera de actuar de Jesús, cerrando los ojos a realidades que nos pasan por delante cada día. Hoy, igual que ayer, hay una gran cantidad de gente que busca la liberación, clama por su dignidad como hija de Dios. Deseo compartir con todos vosotros mi satisfacción al participar en un Encuentro promovido por la Federación Interreligiosa para la Paz Mundial, como fin de curso de los Talleres de Espiritualidad, en Espacio Ronda (Madrid). El objetivo era reconocernos cordialmente como hermanos; la manera de expresarnos, música, poesía, danza, oración, y mesa compartida. La solidaridad y la espiritualidad nos unen, las explicaciones pueden separarnos.
Asistimos más de treinta personas de distintos países y confesiones religiosas. Miembros del Unificacionismo -la Federación que nos convocaba- sacerdotes y laicos católicos, representantes de la Iglesia Anglicana, Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones), Comunidad Judía, Sufismo, Islam Sunní y Chiita, Budismo Tibetano y Zen, Asociación Espirita de España, Sikhismo, y profesores de Yoga y meditación. Esta es la crónica de un breve encuentro, dos horas prorrogables, y prorrogadas en intercambios espontáneos. “El programa empezó cantando todos juntos un mantra dirigido por Sarabjit Khalsa, representante del Sikhismo, acompañada al “sarangi” por Sampuran Kaur. A continuación, Teodoro Rubio, poeta y sacerdote católico, leyó un par de sus poesías con un profundo mensaje cristiano, y concluyó esta primera parte con la recitación cantada de un texto islámico a cargo de Dhia Al-Khazragy, miembro de la comunidad islámica chiita. Su voz no tuvo nada que envidiar al mejor cantaor flamenco, pero con el aliciente de transmitir algo profundo más allá de las palabras. Después vino una presentación de futuros planes a cargo de Armando Lozano, coordinador de los talleres de Espiritualidad, y la lectura de “la Oración del Discípulo” con toda la vitalidad y fuerza que caracteriza al teólogo católico Benjamín Forcano. De ahí pasamos a una de las partes más importantes de la tarde, aunque aparentemente menos trascendentes: compartir las aportaciones culinarias de distintos países (Japón, Brasil, Chile, y Francia) y disfrutar por unos minutos de la compañía de unos y otros. Subyacía en el ambiente la idea de celebración, de fiesta, y compartir la mesa juntos ayudó a crear ese sentimiento. Para concluir tuvimos un turno de oraciones de distintas tradiciones a cargo de Yael Cobano, Presidenta de la Comunidad Judía Reformista de Madrid, José Antonio Esteban, reverendo de la iglesia Española Reformada Episcopal y Jangchup Rimpoché, Geshe Rimé, maestro de Budismo Tibetano. Terminamos formando un círculo, dándonos la bendición unos a otros y cantando un himno bajo la dirección de Olga Cebrián, red de meditadores Amigos del Desierto”. |
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