BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English
  

Tres actitudes para el nuevo año por: José Luis Sicre

1/1/2018

0 Comentarios

 
Cualquier judío sabe que a un niño hay que circuncidarlo a los ocho días de nacer. Así lo ordenó Dios a Abrahán: “A los ocho días de nacer, todos vuestros varones de cada generación serán circuncidados” (Génesis 17,12). Por consiguiente, cuando la iglesia adoptó el 25 de diciembre como fecha del nacimiento, el 1 de enero pasó a celebrarse la fiesta de la circuncisión e imposición del nombre de Jesús.
Existía también una fiesta de Santa María, Madre de Dios, solemnidad que se había introducido en las iglesias orientales hacia el año 500 y que la iglesia católica romana terminó celebrando el 11 de octubre. Parecía lógico relacionar más estrechamente esta fiesta de la maternidad de María con el nacimiento de Jesús. Por eso, a partir de 1970 se trasladó la fiesta al 1 de enero.
Esto implicó unir dos celebraciones importantes el mismo día: nombre de Jesús y Maternidad divina de María. Por si fuera poco, a Pablo VI se le ocurrió celebrar también el 1 de enero la Jornada Mundial por la Paz.
Dado que incluso los cristianos más piadosos celebran el Fin de Año y no están al día siguiente con la cabeza demasiado despejada, se ha decidido aligerar un poco de celebraciones el 1 de enero.
Y lo ha pagado quien menos se podía imaginar. La fiesta del Nombre de Jesús ha perdido la categoría de fiesta y pasa a celebrarse el 3 de enero, aunque se mantiene en la misa del día 1 la referencia a la circuncisión e imposición del nombre.
El libro bíblico de los Números no lo escribió san Francisco de Asís (Nm 6,22-27)
Muchas personas piensan que esta bendición es de san Francisco de Asís. La escribió muchos siglos antes un autor bíblico para que la pronunciaran los sacerdotes sobre los israelitas. Es tan breve, clara y profunda que cualquier comentario sólo sirve para estropearla.
Tres actitudes para el nuevo año (Lucas 2,16-21)
El texto relaciona dos acontecimientos muy distintos, separados por ocho días de distancia. El primero, la visita de los pastores, es lo mismo que leímos el 25 de diciembre en la segunda misa, la del alba. En la escena se distinguen diversos personajes: empieza y termina con los pastores, que corren a Belén y vuelven alabando y dando gloria a Dios; está también presente un grupo anónimo, que podría entenderse como referencia a la demás gente de la posada, pero que probablemente nos representa a todos los cristianos, que se admiran de lo que cuentan los pastores. Finalmente, el personaje más importante, María, que conserva lo escuchado y medita sobre ello.
Estas tres actitudes se complementan: la admiración lleva a la meditación y termina en la alabanza de Dios. Tres actitudes muy recomendables para el próximo año.
La segunda escena tiene lugar ocho días más tarde. Algo tan importante y querido para nosotros como el nombre de Jesús lo cuenta Lucas en poquísimas palabras. Su sobriedad nos invita a reflexionar y dar gracias por todo lo que ha supuesto Jesús en nuestra vida.
En vez de propósitos y buenos deseos, una buena compañía
El comienzo de año es un momento ideal para hacer promesas que casi nunca se cumplen. También se formulan deseos de felicidad, generalmente centrados en la clásica fórmula: salud, dinero y amor.
La liturgia nos traslada a un mundo muy distinto. Abre el año ofreciéndonos la compañía de Dios Padre, que nos bendice y protege, de Jesús, que nos salva, de María, que medita en todo lo ocurrido.
0 Comentarios

Entregamos 2017… ¡Acogemos 2018! por: Marifé Ramos

12/31/2017

0 Comentarios

 
Silenciamos lo que nos rodea y lo que bulle en nuestro interior, para conectar mejor con el espacio sagrado que hay en lo más profundo de nuestro ser. Nos ayudarán también la postura corporal, la respiración, un símbolo, una sencilla oración y alguna Palabra.
Empezamos por recordar los encuentros con Dios que nos han ido configurando y transformando a lo largo del año. Los recordamos, recreándonos en cada uno de ellos. El Señor está conmigo, con nosotros, como está con María y con cada personaje de la Biblia. En muchos momentos su presencia ha sido ligera, como la brisa, en otros ha sido fuerte. Agradecemos cada huella, cada encuentro, como un regalo de incalculable valor.
¿Qué personas han sido don de Dios este año? Recordamos sus nombres, sus rostros y lo que nos han aportado. Con un gesto, vamos entregando al Abbá a estas personas, pidiendo su bendición sobre cada una de ellas.
También tomamos conciencia de las relaciones que nos han atrapado como en una red y oramos para recuperar la libertad y cortar los sutiles hilos emocionales que nos impiden vivir, con toda libertad, al soplo del Espíritu.
¿Qué Palabras de la Biblia nos han despertado vida, nos han consolado y ayudado? ¿Cuáles nos han sacudido e impulsado? Repetimos esas palabras o frases como si fuera la última vez que podemos hacerlo, o como si las pronunciáramos delante de Dios, en su presencia. ¿Qué llamadas percibimos para acoger mejor la Palabra en 2018?
Recordamos experiencias gozosas que hemos vivido en la liturgia. Hemos podido celebrar la vida y la muerte, cantar, orar, interceder, alabar… ¿Cómo agradecemos al final del año tanta riqueza? ¿Cómo podríamos celebrar la vida el próximo año?
Paseamos por la naturaleza, reconociendo la presencia de Dios en las flores, las plantas y los árboles. Agradecemos el oxígeno, la lluvia, el sol, la belleza… y los alimentos que nos ha dado la naturaleza. ¿Cómo hemos vivido en armonía con la madre tierra? ¿Qué errores hemos cometido? ¿Qué llamadas descubrimos?
Observamos nuestro frigorífico y los armarios de la cocina o la despensa. Tomamos conciencia de cómo hemos adquirido y comido el pan de cada día. ¿Somos conscientes de que vivimos en un mundo en el que millones de personas pasan hambre y sed a diario? ¿Cómo transformamos nuestro bienestar en trabajo por la justicia? Si nuestro compromiso con los más pobres del Reino ha sido deficiente ¿cuáles han sido las raíces de nuestra falta de compromiso? ¿Qué podemos hacer el año que empieza para compensarlo?
El Evangelio nos invita a vivir el kairós, el tiempo oportuno, la hora de Dios. ¿Vivimos enredados en el “cronos”, corriendo de un sitio a otro, como si fuéramos galgos y ejecutivos del Reino? ¿Nos hemos parado, de vez en cuando, a ajustar nuestro hacer con el ritmo de Dios, con su kairós?
Recordamos aquellos espacios en los que durante este año hemos tenido experiencias fundantes en la fe. ¿Cómo hemos cuidado esos espacios y las experiencias? ¿Con qué gesto entregamos todo lo que nos ha enredado en la superficialidad o la inconsciencia?
Nuestro ego es insaciable en su voracidad y se manifiesta a través de continuos “brotes” de egoísmo. ¿Cómo hemos alimentado el ego este año? ¿En qué fuentes tóxicas hemos bebido? ¿Hemos sido conscientes de que el seguimiento de Jesús implica caminar hacia la muerte del ego? Recordemos las frases, gestos y actitudes en las que el ego ha salido triunfador en los enfrentamientos con otras personas y las entregamos al buen Dios. Aprendemos de los errores que hemos cometido.
Jesús ha venido “a salvar lo que estaba perdido”. En este año que acaba ¿qué hemos creído que estaba perdido en nosotros mismos o en nuestra familia, comunidad, grupo, etc.? ¿Qué hemos dejado perder en la misión, por falta de esperanza? ¿Qué ponemos en las manos del Abbá, para que sea sanado y salvado? ¿Esperamos pocas novedades porque ya estamos cansados o tenemos miedo de las novedades de Dios? ¿Cómo hemos vivido la esperanza y la desesperanza este año? ¿Qué llamadas descubrimos para 2018?
Dios nos sueña santos y santas. Nos sueña tan originales, únicos e irrepetibles que no tenemos ningún modelo delante para copiarlo. No podemos darnos cuenta de dónde estamos ni como avanzamos o retrocedemos. Nuestro camino es único y lo roturamos cada día. Es un camino de confianza y fidelidad diarias. ¿Creemos que “El que ha empezado su obra en vosotros la llevará a término”? (Filipenses 1, 4-ss) ¿Cómo hemos vivido este año la llamada a la santidad? ¿Hemos conectado con el sueño de Dios y su utopía?
Cada mañana, el Maestro nos ha enviado a sembrar en su Reino, con los bolsillos repletos de semillas; nos ha señalado la parcela que convenía sembrar ese día y el talante con el que debíamos hacerlo. Al despertarnos cada día ¿hemos sido conscientes del don y la misión que hemos recibido?
Al caer la noche, el Maestro nos ha animado, motivado, corregido, impulsado, abrazado, perdonado… ¿le hemos entregado la basura del día, para acoger a la mañana siguiente nuevas semillas, con las manos abiertas y el corazón disponible?
¿Qué túneles hemos atravesado este año?: ¿Noche oscura? ¿Enfermedad? ¿Sufrimiento? ¿Soledad? ¿Miedos?... En medio de lo que hemos considerado desgracia, ¿cómo hemos percibido la Gracia? ¿Qué hemos aprendido en esas travesías?
¿Cómo nos preparamos para acoger el Año Nuevo?
Cerramos el año 2017 transformando en sabiduría los errores que hemos cometido; guardaremos esa sabiduría como un tesoro. Entregamos este año que hemos vivido, a través del sacramento del perdón o con el gesto que nos parezca más apropiado.
Recordamos que Jesús “tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras debilidades” (Mt 8, 17). Al entregarle la basura del año que acaba, dejamos espacio vital para acoger lo que necesitaremos el nuevo año. Nos ayudarán las palabras de san Pablo a los Colosenses:
“Como pueblo elegido de Dios… sea vuestro uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión... El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo, el amor… Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón… La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza… Cantad a Dios, dadle gracias de corazón… Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (3, 12-17)
Es un texto muy claro. No necesita explicación. Lo que hace falta es que entrelacemos estas palabras con nuestra realidad cotidiana, para acoger cada día con un corazón pacificado… y para vivirlo ajustándonos a la realidad, no desde nuestros deseos, añoranzas o miedos.
¡Os deseo que 2018 sea un año lleno de Gracia!
0 Comentarios

Toda familia es divina si es verdaderamente humana por: Fray Marcos

12/30/2017

0 Comentarios

 
Debemos aclarar que el modelo de familia de aquella época tenía muy poco que ver con el nuestro. Los estudios sociológicos que se han hecho sobre la familia en tiempo de Jesús, no dejan lugar a duda. Si no tenemos en cuenta los resultados de esos estudios será imposible entender nada del ambiente en que se desarrolla la infancia de Jesús. El tipo de familia de Nazaret que se nos ha propuesto durante siglos, no ha existido nunca. El modelo de familia del tiempo de Jesús, era el patriarcal. La familia molecular era completamente inviable, tanto por motivos sociológicos como económicos. ¿Qué podían hacer dos jóvenes de 13 y 14 años con un recién nacido en los brazos?
Cuando el evangelio nos dice que José recibió en su casa a María, no quiere decir que fueran a vivir a una nueva casa. María dejó de vivir en la casa de su padre y pasó a integrarse en la familia de José. Esto no quiere decir que no tuvieran su intimidad y sus relaciones más estrechas los tres. El relato de la pérdida del Niño en Jerusalén es impensable en una familia de tres. Pero cobra su verosimilitud si tenemos en cuenta que es todo el clan el que hace la peregrinación y vuelven a casa todos juntos.
El relato evangélico que acabamos de leer, es muy rico en enseñanzas teológicas. Está escrito sesenta o setenta años después de morir Jesús. Lc quiere dejar claro, desde el principio de su evangelio, que la vida de Jesús estuvo insertada plenamente en las tradiciones judías. Su persona y su mensaje no son realidades caídas del cielo, sino surgidas desde el fondo más genuino del judaísmo tradicional.
Debemos buscar la ejemplaridad de la familia de Nazaret donde realmente está, huyendo de toda idealización que lo único que consigue es meternos en un ambiente irreal que no conduce a ninguna parte. Sus relaciones, aunque se hayan desarrollado en un marco familiar distinto, pueden servirnos como ejemplo de valores humanos que debemos desarrollar, cualquiera que sea el modelo donde tenemos que vivirlos. Jesús predicó lo que vivió. Si predicó el amor, es decir, la entrega, el servicio, la solicitud por el otro, quiere decir que primero lo vivió él. Todo ser humano nace como proyecto que tiene que ir desarrollándose a lo largo de toda la vida con la ayuda de los demás.      
Debemos tener mucho cuidado de no sacralizar ninguna institución. Las instituciones son instrumentos que tienen que estar siempre al servicio de la persona que es el valor supremo. Las instituciones no son santas ni sagradas. Nunca debemos poner a las personas al servicio de la institución, sino al contrario. Con demasiada frecuencia se abusa de las instituciones para conseguir fines ajenos al bien del hombre. Entonces tenemos la obligación de defendernos de ellas con uñas y dientes. Claro que no son las instituciones las que tienen la culpa. Son algunos seres humanos que se aprovechan de ellas para conseguir sus propios intereses a costa de los demás.
No debemos echar por la borda una institución porque me exija esfuerzo. Todo lo que me ayude a crecer en mi verdadero ser, me exigirá esfuerzo. Pero nunca puedo permitir que la institución me exija nada que me deteriore como ser humano; ni siquiera cuando me reporte ventajas o seguridades egoístas. La familia sigue siendo el marco privilegiado para el desarrollo de la persona humana, pero no sólo durante los años de la niñez o juventud, sino que debe ser el campo de entrenamiento durante todas las etapas de nuestra vida. El ser humano solo puede crecer en humanidad a través de sus relaciones con los demás.
La familia es el marco insustituible para esas relaciones profundamente humanas. Sea como hijo, como hermano, como pareja, como padre o madre, como abuelo. En cada una de esas situaciones, la calidad de la relación nos irá acercando a la plenitud humana. Los lazos de sangre o de amor natural debían ser puntos de apoyo para aprender a salir de nosotros mismos e ir a los demás con nuestra capacidad de entrega y servicio. Si en la familia superamos la tentación del egoísmo amplificado, aprenderemos a tratar a todos con la misma humanidad: exigir cada día menos y darse cada día más.
No tenemos que asustarnos de que la familia esté en crisis. El ser humano está siempre en constante evolución, si no fuera así, hubiera desaparecido hace mucho tiempo. En el evangelio no encontramos un modelo de familia. Se dio siempre por bueno el existente. Más tarde se adoptó el modelo romano, que tenía muchas ventajas, pues desde el punto de vista legal era muy avanzado. Los cristianos de los primeros siglos hicieron muy bien en adoptar ese modelo. Lo malo es que se sacralizó y se vendió después como modelo cristiano, sin hacer la más mínima crítica a los defectos que conllevaba.
Con el evangelio en la mano, debemos intentar dar respuesta a los problemas que plantea la familia hoy. La Iglesia no debe esconder la cabeza debajo del ala e ignorarlos o seguir creyendo que se deben a la mala voluntad de las personas. No conseguiremos nada si nos limitamos a decir: el matrimonio indisoluble, indisoluble, indisoluble, aunque la estadística nos diga que el 50 % se disuelven. No se trata de que las personas sean peores que hace cincuenta años. Hoy, para mantener un matrimonio, se necesita una madurez mayor.
Al no darse esa madurez, los matrimonios fracasan. Dos razones de esta mayor exigencia son: a) La estructura nuclear de la familia. Antes las relaciones familiares eran entre un número de personas mucho más amplio. Hoy, al estar constituidas por tres o cuatro miembros, la posibilidad de armonía es mucho menor, porque los egoísmos se diluyen menos. b) La mayor duración de la relación. Hoy es normal que una pareja se pase sesenta años juntos. Es más fácil que en algún momento, surjan dificultades.
Como cristianos tenemos la obligación de hacer una seria autocrítica sobre el modelo de familia que proponemos. Jesús no sancionó ningún modelo, como no determinó ningún modelo de religión u organización política. Lo que Jesús predicó no hace referencia a las instituciones, sino a las actitudes que debían tener los seres humanos en sus relaciones con los demás. Jesús enseñó que todo ser humano debía relacionarse con los demás como exige su verdadero ser, a esta exigencia le llamaba voluntad de Dios. Cualquier tipo de institución que permita esta relación plenamente humana, puede ser cristiana.
No solo no es malo que se separen dos personas que no se aman. Es completamente necesario que se separen, porque no hay cosa más inhumana que obligar, por decreto, a vivir juntas a dos personas que no se aman. Esto no contradice en nada la indisolubilidad del matrimonio, porque lo único que demostraría es a la falta de amor que ha hecho nulo, de todo derecho, lo que hemos llamado matrimonio. Si hay sacramento ciertamente es indestructible. Pero para que haya sacramento, no es suficiente que hagamos el signo. Es imprescindible que se dé la realidad significada, el amor.


Meditación
Éste es el Jesús que nos interesa de verdad.
Un ser humano que recorre nuestro propio camino.
Solo así nos puede indicarnos la verdadera dirección.
En nuestra vida espiritual
lo importante es no instalarse ni apoltronarse.
Paso a paso debemos avanzar, aunque sea en la oscuridad.
Mientras sigas dando pasos, estás en el buen camino.
0 Comentarios

Donde la familia no es lo importante por: José Luis Sicre

12/29/2017

0 Comentarios

 
Dos lecturas que encajan
En una fiesta de la Sagrada Familia, esperamos que las lecturas nos animen a vivir nuestra vida familiar. Y así ocurre con las dos primeras lecturas.
El libro del Eclesiástico insiste en el respeto que debe tener el hijo a su padre y a su madre; en una época en la que no existía la Seguridad Social, “honrar padre y madre” implicaba también la ayuda económica a los progenitores. Pero no se trata sólo de eso; hay también que soportar sus fallos con cariño, “aunque chocheen”.
La carta a los Colosenses ha sido elegida por los consejos finales a las mujeres, los maridos, los hijos y los padres. En la cultura del siglo I debían resultar muy “progresistas”. Hoy día, el primero de ellos provoca la indignación de muchas personas: “Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.” Cuando se conoce la historia de aquella época resulta más fácil comprender al autor.
Un evangelio atípico
Si san Lucas hubiera sabido que, siglos más tarde, iban a inventar la Fiesta de la Sagrada Familia, probablemente habría alargado la frase final de su evangelio de hoy: “El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.” Pero no habría escrito la típica escena en la que san José trabaja con el serrucho y María cose sentada mientras el niño ayuda a su padre. A Lucas no le gustan las escenas románticas que se limitan a dejar buen sabor de boca.
Como no escribió esa hipotética escena, la liturgia ha tenido que elegir un evangelio bastante extraño. Porque, en la fiesta de la Sagrada Familia, los personajes principales son dos desconocidos: Simeón y Ana. A José ni siquiera se lo menciona por su nombre (sólo se habla de “los padres de Jesús” y, más tarde, de “su padre y su madre”). El niño, de sólo cuarenta días, no dice ni hace nada, ni siquiera llora. Sólo María adquiere un relieve especial en la bendición que le dirige Simeón, que más que bendición parece una maldición gitana.
Sin embargo, en medio de la escasez de datos sobre la familia, hay un detalle que Lucas subraya hasta la saciedad: cuatro veces repite que es un matrimonio preocupado con cumplir lo prescrito en la Ley del Señor. Este dato tiene enorme importancia. Jesús, al que muchos acusarán de ser mal judío, enemigo de la Ley de Moisés, nació y creció en una familia piadosa y ejemplar. El Antiguo y el Nuevo Testamento se funden en esa casa en la que el niño crece y se robustece.
La misma función cumplen las figuras de Simeón y Ana. Ambos son israelitas de pura cepa, modelos de la piedad más tradicional y auténtica. Y ambos ven cumplidas en Jesús sus mayores esperanzas.
Sorpresa final
Las lecturas de hoy, que comenzaron tan centradas en el tema familiar, terminan centrando la atención en Jesús. Con dos detalles fundamentales:
1. Jesús es el importante. La escena de Simeón lo presenta como el Mesías, el salvador, luz de las naciones, gloria de Israel. Ana deposita en él la esperanza de que liberará a Jerusalén. José y María son importantes, pero secundarios.
2. Jesús es motivo de desconcierto y angustia. Lo que Simeón dice de él desconcierta y admira a José y María. Pero a ésta se le anuncia lo más duro. Cualquier madre desea que su hijo sea querido y respetado, motivo de alegría para ella. En cambio, Jesús será un personaje discutido, aceptado por unos, rechazado por otros; y a ella, una espada le atravesará el alma. Lucas está anticipando lo que será la vida de María, no sólo en la cruz, sino a lo largo de toda su existencia.
0 Comentarios

La pedagogía de hoy por: Jaime Richart, Antropólogo y jurista

12/28/2017

0 Comentarios

 
Una obviedad, a veces lo que precisamente menos vemos: no nos queda otra que sobrellevar lo que nos llega de la naturaleza y de la vida tal como nos toca. Tanto lo bueno como lo malo. Porque tenemos muchas menos posibilidades de controlar nuestra vida y de “realizarnos”, de realizar nuestros propósitos de lo que se nos dice traído por la cultura cineasta americana, ya desde la escuela y creemos. Y sin embargo insiste la pedagogía al uso en llevarnos por ese camino, en lugar de exhortarnos y conducirnos por vías de la cooperación y la solidaridad, dos disposiciones de las especies vivientes superiores salvo, con las consiguientes excepciones, el caso de la nuestra y sobre todo de los dirigentes que las abandonan a las sensibilidades aisladas, no sea que la bestia comunista se adueñe de la sociedad… 


Es más, esa pedagogía se equivoca en otra cosa: el principio de la libertad, desde luego no en España pero sí en la Europa profunda, que ha sido ya realizado y se ha usado de él durante quinientos años encuentra sus medios de educación en la crítica, la liberación, el culto al “yo” y en la destrucción de formas de vida, que puede obtener éxitos momentáneos pero es frágil para los espíritus atentos. No hay más que ver cómo está dejando al planeta. (Todas las corporaciones verdaderamente educadoras han sabido desde siempre lo que era realmente importante en la pedagogía: la autoridad absoluta, una disciplina de hierro, el sacrificio y la renuncia de sí mismo, justo lo que ya no funciona. Sin embargo es desconocer profundamente a la juventud si creemos que siente placer con la libertad. El placer más profundo de la juventud está en la obediencia).
 
Pero no, nos preparan para la guerra social, en el fondo sin más regla que domeñar al competidor, para atenernos a la ley de la selva, a la ley del más fuerte. Por ello, ¿quién, que sea escrupuloso, respetuoso de la opinión ajena, alérgico a lo dogmático y a lo rotundo sobrevivirá en esta sociedad pugnante nuestra, sin estar abocado al fracaso en sus aspiraciones y su afán? Por eso mismo, los más aptos, los más capaces, los más lúcidos, los más inteligentes suelen estar en el anonimato o en la penumbra y se niegan a luchar, porque quienes se imponen casi siempre son los dóciles y los que carecen del escrúpulo. Por eso rara vez no se ausentan los más valiosos. No los conocemos. Además, en un país donde la investigación y la ciencia se postergan, y el arte y la intelectualidad se desdeñan ¿qué resultados obtendrá esa pedagogía? 
Desde luego en España es muy raro el puesto preeminente en la sociedad que no está ocupado por un  necio o por un cínico. Si no, hagamos un repaso a la catadura de los jerarcas y personajes que más veces por minuto salen en los medios… En cambio, ¿vemos u oímos a algún intelectual, ese ser que reflexiona las veinticuatro horas del día, en horario y canales generalistas contándonos cómo ve él la vida, cómo la entiende y cómo juzga desde otros ángulos la realidad, lo que nos ocurre y lo que precavidamente nos sucederá si nos dejamos llevar por la libertad sin freno? ¿Conocéis a quien inventó la lavadora automática o el frigorífico o la fibrina? Sólo vemos y oímos, a charlatanes, a mentirosos, a superficiales y a oportunistas. Todo el mundo les conoce y grandes mayorías se constituyen en su epígonos, les siguen, les aplauden… y les votan.
España, me refiero a la que siempre ordena y manda, no a la otra que apenas puede hacerse oír, es maestra y campeona en parir genios y talentos que por norma han de ser reconocidos fuera. España, probablemente debido a un cristianismo exacerbado y enfermizo incrustado a lo largo de las épocas, es un país en este sentido mutilado por la especialización de negarse a conciliar en la pedagogía, el pensamiento tradicional con la cultura universal…
0 Comentarios

¿Qué significa una Iglesia en salida? por: Eduardo Hoornaert

12/27/2017

0 Comentarios

 
1- El Papa sabe lo que está diciendo
El Papa Francisco sabe lo que está diciendo y es exactamente eso lo que le hace encontrar oposición en determinados sectores de la iglesia. Al principio no se le daba mucha atención a lo que él decía porque tiene un modo manso y calmo de hablar sin levantar tempestades. Así, por ejemplo, no se prestó mucha atención a los discursos del entonces Cardenal Bergoglio frente a sus colegas Cardenales, el 9 de marzo de 2013, pocos días antes del inicio del Cónclave que lo elegiría Papa:
 
– “La Iglesia debe salir de sí misma, rumbo a las periferia existenciales.
Una Iglesia auto-referencial amarra a Jesús Cristo dentro de sí y no lo deja salir.
Es una Iglesia mundana que vive para sí misma.”-
 
El texto se encuentra en el libro ‘Grandes Metas del Papa Francisco’ escrito por el Cardenal Hummes (Paulus, Sao Pablo, 2017). Allí ya se preanuncia la expresión ‘Iglesia en salida’, que, imagino, mucha gente no entiende bien. Acá procuro colocar ese modo de hablar delante de un amplio panorama histórico, pensando que ayudará a comprender su importancia.
 
2- ¿Cómo se comporta la Iglesia Católica, desde la edad media en adelante?
 
Las palabras del Papa alcanzan su verdadera dimensión cuando se las coloca delante del amplio panel de la historia de la Iglesia. Hay que remontarse a los siglos XII y XIII, ir hasta los tres grandes Papas de la Edad Media:
* Gregorio VII (1073-1085),
* Inocencio III (1198-1216) y
* Bonifacio VIII (1294-1303).
Entonces entenderemos de qué se trata.
 
Esos tres Papas eran grandes organizadores y consiguieron que la Iglesia lograse ser una gran empresa, que ejercía control sobre la vida de las personas y las Instituciones públicas. Quien no seguía las reglas era excomulgado (condenado al Infierno). Esos Papas, y toda la Corte que los rodeaba, se imaginaban que el crecimiento de la Institución cristiana implicaba automáticamente una mayor divulgación del Evangelio. Eso era lo postulado.
 
Las Autoridades se complacían en verificar que la empresa de la Iglesia sobre las sociedades se consolidaba cada vez más. De ese modo, la Iglesia se tornaba siempre más
* auto-referencial (para hablar como el Papa francisco),
* auto-centrada,
* triunfalista,
* narcisista (otro término del Papa Francisco).
 
Líderes eclesiásticos eran valorizados en la medida en que se mostraran buenos empresarios, como comprueba la historia de los tres pontificados antes mencionados. Cada vez se valorizaba más la eficiencia administrativa. La Iglesia estaba en un círculo vicioso y no se daba cuenta. Se miraba a sí misma y solo observaba el mundo desde sí misma.
 
El clericalismo crecía exponencialmente, su control sobre la población aumentaba siempre más. Cuando las Autoridades eclesiásticas hablaban de ‘reforma de la Iglesia’ (y lo hablaban mucho), era siempre en el sentido de perfeccionamiento de los instrumentos de control sobre la sociedad.
 
Todo era direccionado hacia esa finalidad:
* los sacramentos,
* las parroquias,
* las indulgencias,
* las devociones,
* las peregrinaciones.
 
Orgullosa de sus grandes sucesos de ingeniería administrativa, la Iglesia alimentaba, en sus colaboradores, tendencias al carrerismo. Clérigos eficientes podían contar con un futuro esplendoroso, inclusive con la aceptación garantida por parte del ‘pueblo fiel’.
 
Todas estas cosas acabaron creando una neurosis que se expresó de manera aguda en la tan mentada Inquisición. Esa trayectoria de voluntad extrema de controlarlo todo, hasta los últimos meandros de la conciencia y de la imaginación. Durante siglos, una mentalidad inquisitorial se instaló en la Iglesia y se apoderó de la Jerarquía. La mentalidad inquisitorial se transformó en un monstruo que lo devoraba todo sin escatimarse a los propios inquisidores.
 
Porque no fue nada raro que los inquisidores murieran de miedo los unos de los otros, ya que todos eran potencialmente sospechosos de herejía (los padres, los abuelos, ¿anduvieron con un hereje u oyeron alguna palabra herética?). Era un infierno. Todos tenían miedo de todos, nadie confiaba en nadie. La historia de la Iglesia de convirtió en una maraña inextricable de
* tramoyas,
* historias,
* intrigas,
* conspiraciones y
* corruptelas.
 
3- Movimientos históricos contrarios a esa situación
 
Gracias a Dios, en los mismos siglos XII y XIII surgieron movimientos contrarios a la Iglesia auto-referencial, que amarra a Jesús Cristo dentro de sí, que ‘secuestra’ a Jesús Cristo.
 
Acá sobresale el movimiento franciscano, que se tomó el cuidado de no indisponerse con la Jerarquía, bajo pena de ser sospechado de herejía y de esa manera quedar expuesta a los procesos de represión. Los hermanos que acompañan a Francisco se presentan como auxiliares del clero y así consiguen la bendición del Papa Inocencio III en 1215.
 
Pero no todos los movimientos tuvieron esa suerte.
 
Los valdenses, por ejemplo, se niegan a colaborar con el clero y enseguida quedaron expuestos a la crueldad de la Inquisición. Eran seguidores de Pedro Valdés, un rico comerciante de Lyon que renunció a su fortuna y se convirtió en predicador de la pobreza evangélica. Los valdenses fueron excomulgados en 1182 y dos años más tarde formalmente declarados herejes.
 
Hasta hoy, el franciscanismo permanece como un buen ejemplo de un movimiento que reacciona contra una Iglesia “ensimismada”. No es casual que el actual Papa eligiera el nombre de Francisco. Pero claro, es necesario adaptar el espíritu franciscano a los días de hoy, pues no se puede olvidar que la ‘vida religiosa’, en general, hasta bien recientemente, se organizaba en torno al paradigma monástico (los ‘votos evangélicos’ de celibato, pobreza y obediencia, la vida en casas separadas, como monasterios, prioratos, conventos y casas religiosas).
 
Ese paradigma orientó prácticamente todos los movimientos evangélicos por muchos siglos. Será necesario repensar estas cosas, porque es evidente para quien observa el mundo de hoy, que el paradigma monástico no funciona más. Oriundo de experiencias fuertes, entre los siglos VII y XII (los Padres del Desierto), ese paradigma está asentado sobre algunos principios:
* el aislamiento,
* el ‘desprecio al mundo’ (contemptus mundi, como dicen los libros espirituales),
* el distanciamiento frente a la vida de los casados.
 
Queda claro, para quien observa las cosas hoy, que ese paradigma no funciona más. El principio monástico está en caída libre, aunque permanezca muy respetado. La ‘vida religiosa’ puede contar con la simpatía de la población, pero no tiene la fuerza que tenía antes. Parece algo del pasado, un tipo de vida que hasta puede  suscitar añoranzas, pero carece de significado para los días de hoy.
 
Lo mismo pasa, hasta cierto punto, con la Iglesia en general. Fuero de los limitados círculos eclesiásticos no se presta más atención a lo que el Papa o el Obispo diga. No que exista un clima hostil o de rechazo por parte de la sociedad, pero no se puede escapar de la impresión que los modos eclesiásticos, a la vista de muchos, simplemente están ‘fuera del tiempo’.
 
4- Un hecho inesperado
 
Aunque hubiera, desde la Edad Media, esos movimientos a favor de la vida evangélica que acabé de evocar, el papado no hizo pie. Durante todos esos siglos, no se hablaba de la pobreza en los altos escalones de la iglesia. Era tabú. El papa no tomaba posición.
 
Es dentro de esa historia ‘de larga duración’ que, inesperadamente, dos semanas antes de la apertura del Concilio Vaticano II (septiembre 1962), en una emisión radiofónica, fue pronunciada, por Papa Juan XXIII, la siguiente frase: La iglesia es de todos, pero es antes de todo una iglesia de pobres. Dicha sin alarde y sin elevar la voz, como si fuese la cosa más normal del mundo, esa frase, en realidad, rompe un silencio de siglos.
 
Era la primera vez que la más alta Autoridad eclesiástica declaraba que la pobreza evangélica era un desafío para la Iglesia. De repente, el discurso de Jesús en la sinagoga de Nazaret resonaba en el Vaticano:
 
“El Soplo del Señor está sobre mí:
Fui elegido por él para anunciar una buena noticia a los pobres.
Enviado por él, declaro a los prisioneros su liberación,
A los ciegos la recuperación de la vista,
A los oprimidos la libertad”. (Lc 4, 18-19)
 
5- La reacción en el Concilio Vaticano II
 
Ocurrió que las palabras papales de setiembre de 1962 pasaron ampliamente desapercibidas. No se las comenta en las diócesis y parroquias, no son divulgadas por la gran prensa ni por la televisión, no alcanzan al gran público católico. También los mismos Padres Conciliares, reunidos en Roma a lo largo de tres años, entre 1962 y 1965, muestran poco interés.
 
Hay, es cierto, un hablar del Cardenal Lercaro que, en un discurso en la Asamblea, declara que el tema de la pobreza merecería ser el ‘único tema del Concilio’. El Cardenal fue profusamente aplaudido. Pero enseguida descendió un manto de silencio. No se habló más de la pobreza en el Aula Conciliar. Los Obispos continúan con los temas que les interesan: reforma litúrgica, ecumenismo, modelo de Iglesia, dogma, lucha contra el Comunismo, seminarios y casas de formación, moral, peligro de secularización, del protestantismo y del espiritismo. La pobreza no es un tema del Concilio Vaticano II.
 
De este modo podemos decir que el posicionamiento del Papa Juan pertenece a la ‘historia flaca’ del cristianismo, a la historia de la fragilidad evangélica que, mismo en un Concilio que reúne a los Obispos del mundo entero, apenas forma una corriente subterránea.
 
6- La opción por el pobre
 
Es en América latina que esa corriente subterránea aflora a la superficie. Si el Concilio en Roma atribuyó poca atención a la cuestión de la pobreza de amplios sectores de la humanidad, no se puede decir lo mismo de la Conferencia General de Obispos de América Latina que se realiza en Medellín en Colombia) en el año de 1968.
 
Los Obispos latino-americanos no dejaron más teleguiar por el ‘Primer Mundo’ (principalmente Europa y Estados Unidos), sino que asumen corajudamente una postura de ‘Tercer Mundo’.
 
Enfrentan la realidad
* social,
* económica y
* política del continente sud-americano.
 
Hacen una ‘opción por el pobre’.
 
Ese slogan no es puro palabrerío, sino que representa acciones concretas: algunos de los Obispos más activos en Medellín pasan a hacer efectivamente una vida en consonancia con el modo de vivir común de los pobres de sus tierras. En América Latina, la opción por los pobres continúa siendo asumida por las más altas autoridades eclesiásticas a lo largo de las últimas décadas, como se verifica en los textos emanados en las sucesivas Conferencias Episcopales:
* Puebla 1797,
* Santo Domingo 1992 y
* Aparecida 2007.
 
7- El vocabulario del Papa Francisco
 
* ¿Será que los Cardenales reunidos en Roma para elegir un nuevo Papa, en el 2013, entendieron las palabras que el Cardenal Bergoglio había dicho pocos días antes?
* ¿Será que ellos se acordaban que él había sido un actor importante en la Conferencia del Episcopado Latino-americano en Aparecida, en el año 2007, cuando era Arzobispo de Buenos Aires? En aquella oportunidad, él ya se manifestó adepto a la línea de Medellín 1968.
 
Sea como fuere, esos Cardenales eligieron a Bergoglio como el nuevo Papa.
 
Enseguida de elegido, el Papa Francisco asumió la posición del Papa Juan XXIII en 1962. Exclamó, tres días después de elegido: Ah! Cómo quisiera yo una Iglesia pobre y para os pobres.
 
Las mismas palabras repite en el Documento Evangelii Gaudium (EG), uno de los primeros firmados por él: una Iglesia pobre y para los pobres, una Iglesia que haga opción por el pobre (EG 198).
 
A lo largo de sucesivas alocuciones, en diversas ocasiones, el Papa va creando todo un vocabulario propio:
* Iglesia que se mueve,
* que hace opción por los últimos,
* que va a la periferia,
* que sale de sí misma (Audiencia del 23/3/2013),
* que anda por la calle (a los ‘sacerdotes callejeros’),
* Iglesia inclusiva,
* no excluyente,
* no auto-centrada,
* no narcisista,
* que no vive para sí misma,
* no es una notaría,
* Iglesia enteramente misionera (EG 34),
* discípula misionera (EG 40),
* hospital de campaña,
* campo de refugiados.
 
También se puede citar EG 195, 197, 198 o 199.
 
La expresión de mayor realce dentro de ese nuevo vocabulario es ‘Iglesia en salida’:
 
Sueño con una opción misionera
Capaz de transformarlo todo:
Los estilos, los horarios, el lenguaje,
Una constante actitud de salida (EG 26.27).
 
‘Iglesia en salida’, he aquí la expresión que resume la posición del Papa Francisco frente a la ideología ‘auto-centrada’ que predominó en la Iglesia católica durante siglos y las prácticas originadas por esa ideología.
 
8- Un nuevo tipo de sacerdote
 
Todo esto es todavía muy frágil y corre el riesgo de ser esfumado por la polvareda de los tiempos, si no apareciera un nuevo tipo de Padre. ¿Será que, en nuestros días, ese tipo se está gestando? Depende ampliamente del futuro de las Comunidades de Base, porque, como decía Carlos Mesters, ‘no hay Comunidad de Base sin Padre’.
 
Entonces lo importante consiste en
 
sustituir rápidamente la imagen del sacerdote que aparece en la comunidad
* para celebrar la Misa,
* administrar sacramentos,
* bendecir casamientos,
* realizar ritos y liturgias,
 
por la imagen de un sacerdote que
* se mantenga en el conjunto, al lado de los laicos y laicas,
* escuchando e interviniendo de vez en cuando, como orientador y también como simple compañero.
 
Un paso difícil, que exige lucidez y determinación, pues siempre es más fácil volverse ‘a los panes de Egipto’.
 
Para un sacerdote, se entiende, no es fácil vivir esa experiencia, porque mismo los sacerdotes de hoy también fueron formados, en seminarios, para actuar en una Iglesia ‘auto-referencial’. Muchos no llegan a cambiar la visión, aunque la situación del mundo, de las sociedades y de las iglesias haya cambiado en los últimos 50 años. Mismo sabiendo que la Iglesia católica pierde una posición dominante en la sociedad, los sacerdotes experimentan dificultades para engranar con una ‘Iglesia en salida’. Este es el primer punto.
 
9- Un nuevo tipo de laico/laica
 
¿Será que está apareciendo, en la Iglesia católica, un nuevo tipo de laico/laica que corresponda a los dictámenes  de una ‘Iglesia en salida’?
 
En los últimos años hubo diversas iniciativas en vista de activar la colaboración de los laicos y laicas en calidad de
* Catequistas,
* Profesoras,
* Animadores y Animadoras,
* Cantoras y Cantores,
* Secretarios y Secretarias parroquiales,
* Ministros de la Eucaristía,
* Diáconos,
* Ministros del diezmo,
* Legionarios, etc.
 
Son iniciativas valederas, pero, para quien está atento a una ‘Iglesia en salida’, le queda claro que todas ellas revisten un carácter pasajero. Constituyen un paso entre el laicado totalmente pasivo y el laicado que la Iglesia misionera del Papa Francisco necesita. Tarde o temprano, el (la) laico (a) tendrá que salir de su posición de inferioridad y dependencia en relación al clero. Por lo tanto él (ella) tendrá que cuestionar el carácter corporativo de la actual organización eclesiástica.
 
Acá, de nuevo, una inmersión en las profundidades de la memoria cristiana puede ayudar. Trabajé este tema ampliamente en mi libro ‘Origens do Cristianismo’ (Paulus, São Paulo, 2016).
 
Ya antes de surgir el movimiento de Jesús existía, en el seno del judaísmo, una tensión entre la estructura laical de las Sinagogas y la estructura sacerdotal del Templo. El Movimiento de Jesús no adoptó el sistema sacerdotal, sino que optó decididamente por un modelo laico de organización. Los primeros Líderes (Obispo, Presbítero, Diácono) eran laicos, así como el mismo Jesús era un laico. En los primeros documentos cristianos encontramos casas, hombres y mujeres que trabajan solidariamente y se reúnen en casas familiares. Para pablo, un ‘Presbítero’ es un Padre de familia que tiene la confianza de la comunidad porque gobierna bien su casa (Tit 1, 6-8).
 
Hoy no se dan, dentro de la Iglesia católica, sino
* pocas formaciones laicas independientes y autónomas,
* capaces de actuar en la sociedad como asociaciones de derecho civil y
* de defender, dentro de esa sociedad, los valores cristianos.
 
En eso, igualmente, la colaboración de aquellos sacerdotes que se muestran dispuestos a reasumir la muy antigua imagen de ‘maestro’ (‘mestre’), de profeta o de ‘presbítero’, de los primeros tiempos del cristianismo, es de mucho valor.
 
Pero lo que es más importante consiste en formar Grupos fuertes y mancomunados, alimentados por lecturas bíblicas y otras lecturas espirituales (como las Cartas de Don Helder Cámara o de Mons. Romero, por ejemplo), porque no es nada fácil enfrentar sociedades empapadas de valores capitalistas.
 
En el mundo en que vivimos, se hace difícil vivir el Evangelio sin el apoyo de una Comunidad fuerte.
0 Comentarios

Dios es siempre encarnación por: Fray Marcos

12/26/2017

0 Comentarios

 
El relato de Lc no es una crónica de sucesos, sino teología narrativa, que es algo muy distinto. Hoy identificamos verdadero con histórico. En tiempo de Jesús era distinto y lo importante era la vida, no la historia. Jesús vivió en un momento y en un lugar histórico, Pero lo importante es que nos invitó a vivir la realidad de un Dios que no está atado a un tiempo ni a un espacio. Lo importante de este relato es la idea de Dios que transmite. La profundización no es nada fácil, porque exige una actitud personal de silencio y de escucha. Desde fuera, es muy poco lo que te puede ayudar a esta tarea.
Lo que deja claro el evangelista es, que Jesús se inserta plenamente en la historia universal, para que nadie pueda poner en duda su condición humana. Una censo oficial al que están sujetos como cualquier mortal, sus padres. Importa poco que los datos no sean exactos. Lo que nos interesa es la intención de Lc, es decir, conectar la buena noticia con Jesús que nace en un lugar y en un momento de la historia. A nosotros hoy lo que de verdad nos cuesta es descubrir al Jesús humano que nos pueda servir de modelo. Enfrascados durante siglos en la trascendencia, nos hemos olvidado de que no hay más divinidad que la que se manifiesta a través de la plenitud de un ser humano.
Ponernos en el lugar del que escribe es la clave para poder entender lo que nos quiere trasmitir. Para Lc, de mentalidad helenista, Dios está en el cielo. Si quiere hacerse presente, tiene que bajar. Viene a salvar a los pobres y empieza por compartir su condición. La salvación se hará desde abajo, pero para llevarla a cabo, Dios tiene que bajar primero. Pero solo lo encontrará el que está en camino, el que está buscando, el que está velando, no los que están satisfechos, instalados cómodamente en este mundo. No lo encontrarán en el bullicio de las relaciones sociales del día, sino en el silencio de la noche.
Los dioses, desde su trascendencia necesitan intermediarios. Estos se ponen en acción y quieren anunciar el acontecimiento. ¿Quién estará preparado para escucharlo? Solo los pastores, la profesión más despreciada y marginada de aquella sociedad. La salvación se anuncia en primer lugar a los oprimidos, a los que menos cuentan. Los demás están descansando, dormidos, cómodos; no necesitan ninguna salvación. Este dato es decisivo porque nosotros nos encontramos entre ese grupo que para nada necesita la salvación que el ángel anunció. Solo necesitamos que nos confirmen en nuestro bienestar.
El anuncio es ‘buena noticia’. El Dios verdadero es siempre buena noticia. La noticia es que Dios viene para salvarlos. “Os ha nacido un Salvador”. Puesta al día, la noticia sería que Dios está viniendo siempre hacia mí para darme plenitud. Los pastores salen corriendo. No será fácil encontrarlo. Alguna pista: Un niño en un pesebre (comedero) semidesnudo y entre pajas, él mismo es alimento (apuntando a la eucaristía). Está acompañado por sus padres que no dicen nada. ¿Qué podrían decir? Cuando Dios decide enviar su Palabra a los hombres, resulta que nos envía a un niño que no sabe hablar.
Es importante el matiz de que la salvación es para todo el pueblo, no para los privilegiados del momento. No en Jerusalén, sino en la ciudad de David. Él viene a destronar a los poderosos, pero se presenta como uno de los pobres y oprimidos. Esto es la causa de la alegría en el cielo y de la alabanza a Dios en la tierra. Los pastores descubren con alegría la gran noticia y no tienen más opción que proclamarla. Entre los que escuchan, sorpresa. Dios se encuentra lejos de las instituciones, lejos del templo.
El evangelista no está dando los primeros datos de una biografía sino poniendo los fundamentos de una teología. Desde la perspectiva de una biografía, tendríamos que decir: No sabemos nada; ni dónde nació, ni cuándo, ni cómo. Por el contrario, tenemos suficientes elementos de juicio para saber que no pasó nada extraordi­nario desde el punto de vista externo. Ni María ni José ni nadie se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo allí. Nació como todos los niños. Fue un niño normal. Cuando Jesús empezó su vida pública, decían sus vecinos: ¿No es este el hijo de José, su madre no se llama María? ¿De dónde saca todo eso? En otra ocasión su madre y sus hermanos vinieron a llevárselo porque decían que estaba loco. ¿Se habían olvidado de los prodigios de su nacimiento?
Y sin embargo aquello era el comienzo de todo. Allí empezaba Jesús su andadura humana, que iba a ser capaz de hacer presente a Dios entre los hombres. Era Emmanuel (Dios-con-nosotros) y era Jesús (salvado). Nacimiento, vida y muerte de Jesús, forman una unidad inseparable. Es importante su nacimiento por lo que fue su vida y su muerte. Hizo presente a Dios, amando, dándose, entregándose a los demás. Eso es lo que es Dios. Salió a su Padre. Es Hijo de Dios. Como pasó con todos los grandes personajes anteriores a él, se hace la biografía de la infancia desde la perspectiva de su vida y “milagros”.
En el ambiente de la celebración de la Navidad, hoy, lo más probable es que nos quedemos en las pajas y no vayamos al grano. La importancia del acontecimiento se la tengo que dar yo, aquí y ahora. Dios no tiene que venir de ninguna parte, ni puede estar en ninguna parte más que en otra. Dios está donde nosotros le descubrimos y le hacemos presente. Dios está donde hay amor. Allí donde un ser humano es capaz de superar su egoísmo y darse al otro. Allí donde hay comprensión, perdón, tolerancia, allí está Dios. Dios no será nada si yo no lo hago presente con mi postura ante los demás.
El único objetivo de esta fiesta es que aprendamos a amar. Que aprendamos a salir de nosotros mismos y seamos capaces de ir al otro. El verdadero amor es el resultado del nacimiento de Dios en mí, en todo ser humano, en todo niño recién nacido. No debemos cerrarnos al entorno familiar o afectivo. Debemos recordar también a aquellos niños o mayores que en este momento están muriendo de hambre o de cualquier enfermedad perfectamente curable. Mueren porque nosotros preferimos adorar un muñeco de cartón, antes que aceptar que cualquier recién nacido es divino porque en él reside Dios.
Todo lo que nos hace más humano debemos incorporarlo a la fiesta. La reunión con la familia, la comida, los encuentros y abrazos, todo puede ayudarnos a descubrir lo que somos como seres humanos y a manifestarlo con alegría. La fiesta cobrará sentido para todos en el momento que sepamos aunar lo humano y lo divino. Si unos y otros sabemos ir más allá de los mitos y folklores, nos podemos encontrar celebrando la única realidad que debe interesarnos a todos: la VIDA que está en nosotros y espera ser desplegada. Merece la pena hacer un esfuerzo en estos días y dedicar tiempo a lo que nos debía interesar de verdad: ser hoy un poco más humanos que ayer pero menos que mañana.


Meditación
Lo que el silencio no diga
nadie te lo podrá dar.
Cuanto te venga de fuera
de nada te servirá.
En tu interior está el pozo
donde tienes que beber.
Ninguna otra agua prestada
llegará a apagar tu sed.
0 Comentarios

La vida que había en la palabra es la misma que hay en mí por: Fray Marcos

12/25/2017

0 Comentarios

 
En el evangelio de Lc que leíamos anoche encontramos un relato mítico-simbólico del nacimiento de Jesús. En el de Jn que acabamos de leer, afrontamos un relato metafísico. Es casi imposible descubrir que hacen referencia al mismo ser. En ambos se quiere comunicar el misterio de la encarnación. En ambos, con lenguaje muy diverso, se nos quiere decir lo que es Dios. Pero lo que Dios es, solo podemos conocerlo si descubrimos lo que es Jesús. Por eso es tan importante esta fiesta. Mientras más nos acerquemos al Jesús de Nazaret, mejor viviremos lo que él vivió.
El misterio de la encarnación no es cosa de niños sino algo muy serio. Tan serio que en él nos va la Vida. Retomamos la idea central de la Navidad: La encarnación es la verdad fundamental del cristianismo, pero no siempre la hemos entendido bien. Estamos sin duda ante la página más sublime de toda la literatura universal que yo conozco. Se trata de himno cristológico anterior a la redacción del evangelio, fruto de la experiencia de una comunidad eminentemente mística. Es una condensación de todo el evangelio. Es prólogo pero podía ser epílogo.
En la encarnación estamos celebrando que Dios se identifica con la creación entera. Los primeros cristianos vivieron la implicación de Dios en Jesús y en cada uno de los seres humanos. Algo incomprensible a la razón pero simple para el corazón. Cuando en el s. II se encontró el evangelio con la Razón griega, los Santos Padres trataron de explicarlo racionalmente y lo complicaron hasta hacerlo irreconocible. Esa complicación se plasmó definitivamente en los s. IV y V, hasta hacerlo inútil para la vivencia espiritual. Nuestra tarea es superar la racionalidad y volver a la vivencia.
El primer versículo nos dice ya tres cosas sobre Dios y el Logos: Que el Logos está en el origen (En el principio ya existía la Palabra). Que los dos estaban volcados el uno sobre el otro. (La Palabra estaba junto a Dios). Que aunque distintos, uno y otro eran lo mismo (La Palabra era Dios). No se trata de conceptos trinitarios posniceanos. Al comenzar con la misma palabra que el Génesis, nos está diciendo que la encarnación no es el comienzo de algo nuevo, sino la culminación de la creación. El Logos no comenzó, porque es el origen de todo. Luego se hace carne (comienza a ser en el tiempo) para terminar la creación del hombre.
La traducción de ‘Logos’ por Palabra, no creo que sea la más adecuada, porque se pierde la originalidad del concepto que quiere trasmitir el texto. La palaba ‘Logos’ ya existía, pero el concepto que Jn transmite es nuevo. Esta palabra se encuentra por primera vez en Heráclito. s. VI a C, (precisamente en Éfeso, donde parece que se escribió este evangelio) y significaba la realidad permanente dentro del devenir de la realidad material. La utilizan los estoicos, Platón, y Filón de Alejandría que la emplea 1.200 veces; los evangelios solo 330. En NT tiene un amplísimo significado; desde palabra engañosa hasta el sentido cristológico del prólogo que estamos comentando.
Repito que aquí el concepto es original; no deducible de las distintas tradiciones. No se repite más, ni siquiera en Jn. El concepto es incomprensible sin la experiencia pascual. Sin una profunda experiencia mística no se puede acceder al significado que se quiere expresar. Podíamos decir que es el Proyecto eterno que esa comunidad descubrió realizado en Jesús. Es muy interesante la expresión: "junto a Dios", en griego: vuelto hacia, volcado sobre. Expresa proximidad pero también distinción. Está en íntima unión por relación pero no se confunda con Dios. Se deja un margen para el misterio. Este dato no siempre lo hemos tenido en cuenta.
“Por medio de la Palabra se hizo todo”. En el AT Dios crea siempre por su Palabra. No se trata de un sonido que emite Dios. Otra vez tenemos que ir más allá del concepto primero. Nos está diciendo que el Logos es origen de todo. Con una redundancia, intenta llevarnos más allá de la misma palabra. Al margen de Dios y del Logos, no existe nada. No se trata solamente de lo que existe en el tiempo, sino de todo lo que existe en absoluto material y espiritual.
“Y la tiniebla no la recibió. El mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron”. Esta insistencia tiene que hacernos reflexionar. En Jn se percibe esa lucha incesante entre la luz y la tiniebla. Era una idea que flotaba en el ambiente de la época. En un escrito de Qunrám se dice: Que la luz no sea vencida por las tinieblas. Ni siquiera los suyos fueron capaces de descubrirla. Tenemos aquí el primer reproche al pueblo judío que no fue capaz de ver en Jesús la Vida que podía llevarle a la comprensión de la ley.
“Pero a cuantos la recibieron…” Vemos que lo anterior era una exageración. Unos no la recibieron pero otros sí la recibieron. Se habla aquí de creer en sentido bíblico. No se trata de la aceptación de verdades sino de la aceptación de su persona. Sería: a los que confían en lo que significa Jesús y lo viven, “…les da poder para ser hijos de Dios”. Tenemos aquí la buna noticia. El que cree es engendrado como hijo de Dios. En Jn, se advierte una diferencia clara en el concepto de hijo cuando se dice de Jesús y cuando se dice de otros. Se descubre que Jesús es Hijo porque actúa como Dios, no porque conozcamos su naturaleza.
“Y la Palabra si hizo carne”. Meta de toda lo anterior. Se trata de una nueva presencia de Dios. Dios no está ya en el templo, ni en la tienda del encuentro. Ahora está en Jesús. No se identifica Palabra y Jesús. Se deja una margen para el misterio. Para la antropología semita hombre-carne, hombre-cuerpo, hombre-alma, hombre-espíritu, son aspectos de una solo realidad, el hombre. Se hizo hombre-carne; limitado pero susceptible de Espíritu. Se hizo carne, sin dejar de ser Logos, sin dejar de estar volcado sobre Dios, se identifica con lo más bajo del hombre.
Los cristianos no hemos sido aún capaces de armonizar la trascendencia con la inmanencia en Dios y en nosotros. En nuestra estructura mental cartesiana, no cabe que una realidad sea a la vez inmanente y trascendente. Por eso nuestro lenguaje sobre Dios es siempre ambiguo. Dios está más allá que toda realidad, pero a la vez es el fundamento de todo porque está siempre encarnándose. En Jesús esa encarnación se manifestó absolutamente. De esa manera nos abrió el camino para vivirla nosotros. “Les da poder para ser hijos de Dios”.
0 Comentarios

Nochebuena por: Gerardo Villar

12/24/2017

0 Comentarios

 
Tengo una experiencia bonita de la noche buena. No sé si ya se podrá repetir. Me pasaba el año esperando porque, me habían dicho que había por el pueblo algunas personas buscando dónde cenar: familias sin hijos, hermanos solteros mayores, enfermos con problemas de psicología… Como ocurrió con María y José. Y tenía las botellas de butano bien llenas o en otros casos, la cocina abundante de leña.
Y todos los años llegaban los comensales. Ya se sabían el camino, puesto que no era la primera vez que subían a casa.
Qué bien cenábamos, ricos y sabrosos alimentos caseros hechos por mis familiares cocineros. Era muy difícil dialogar. Porque no salían temas oportunos. Cada uno empezábamos nuestros temas. Todo mezclado: la mili, el monte, las yeguas, la familia… los ganados
Y llegaba el momento del canto. No podía faltar un villancico y también el Asturias Patria querida… Eran cenas cortas porque el vino y el champan hacen pronto su efecto. Como es lógico no podía faltar la discusión a ver quién había sido mejor monaguillo y quién era más amigo del cura.
Y recorría sus casas llevándoles a dormir.
Eran unas noche-buenas únicas. Para repetir en nochevieja y en otras fiestas. El Niño estaba con nosotros. La noche buena se venía, la noche buena se iba. Y Jesús en medio, como un amigo más.
Salgo a buscar comensales. Si no tienes otro hogar, aquí hay una casa, en mi corazón. Contamos con la presencia de Jesús, José y María. Somos felices.
0 Comentarios

Tres mensajeros, tres promesas y un misterio por: José Luis Sicre

12/23/2017

0 Comentarios

 
Primer mensajero (Natán) y primera promesa (a David)
Al final de numerosas aventuras, David se ha convertido en rey del Norte y del Sur, de Israel y Judá. Ha conquistado una ciudad, Jebús (Jerusalén) que le servirá de capital. Se ha construido un palacio. Y ahí es donde comienzan los problemas. Mientras se aloja cómodamente en sus salas, le avergüenza ver que el arca de Dios, símbolo de la presencia del Señor, está al aire libre, protegida por una simple tienda de campaña. Decide entonces construirle una casa, un templo. El profeta Natán está de acuerdo. Dios, no. Será Él quien le construya a David una casa, una dinastía. A su heredero lo tratará como un padre a su hijo. “Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre”.
Segundo mensajero (Gabriel) y segunda promesa (a Israel)
El anuncio de Gabriel a María es como un cuadro que solo comprendemos bien cuando lo comparamos con otro situado a su izquierda: el anuncio de Gabriel a Zacarías. Entonces, contemplando las diferencias, captamos mejor su mensaje.
1) El anuncio a Zacarías tiene lugar en el espacio sagrado del templo, el de María, en un pueblecillo desconocido de Galilea, de doscientos habitantes.
2) Gabriel se aparece a un anciano venerable, casado con una mujer muy piadosa, los dos israelitas modélicos; luego Dios lo envía a una pareja joven, todavía sin casar, de los que no se menciona ninguna virtud.
3) En el primer caso, el protagonista es un varón, Zacarías; en el segundo, una muchacha, María.
4) En ambos casos se anuncia el nacimiento de un niño, pero con enormes diferencias entre ellos: Juan será un profeta, al estilo de Elías, y su misión consistirá en preparar al pueblo; Jesús será un rey que gobernará en la Casa de David eternamente. A menudo se pasa por alto el fuerte contenido político de las palabras relativas a Jesús: «Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Si tenemos en cuenta que «Hijo del Altísimo» no significa «Segunda persona de la Santísima Trinidad», sino que es un título del rey de Israel, las palabras de Gabriel repiten insistentemente la idea de la realeza de Jesús. Pero su reino no es universal, se limita a «la casa de Jacob».
5) En ambos casos, el nacimiento parece imposible: Zacarías e Isabel son ancianos; María no ha tenido relaciones con José. [La traducción habitual: “no conozco varón” se presta a malentendido, ya que María conoce a José, es su novio; lo que quiere decir es “no he tenido relaciones sexuales con ningún hombre”.]
6) Ante esa dificultad, Zacarías pide una garantía de que eso pueda ocurrir [algo que solo se percibe claramente en el texto griego: kata. ti, gnw,somai tou/toÈ]; María se limita a formular una pregunta: “¿Cómo puedo quedarme embarazada si no he tenido relaciones con un hombre?” [pw/j e;stai tou/to( evpei. a;ndra ouv ginw,skwÈ].
7) En consecuencia, mientras Zacarías queda mudo hasta el día del nacimiento de Juan, María es la que pronuncia la última palabra: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.”
Tercer mensajero (Pablo) y tercera promesa (al mundo entero)
Pablo no ha visitado todavía Roma cuando escribe su carta a los romanos. Pero tiene una larga experiencia de apostolado y de reflexión. Sobre todo, ha tenido una experiencia fundamental en el momento de su vocación: el Mesías Jesús no ha sido destinado por Dios sólo al pueblo de Israel, sino a todas las naciones.          
El misterio
Desde David hasta Pablo se recorre un largo camino y la perspectiva se abre de modo asombroso: lo que comenzó siendo la promesa a un rey, más tarde un pueblo, termina siendo la promesa al mundo entero. Como dice la segunda lectura, esta es la “revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos”.
Tres reacciones a tres mensajeros
¿Cómo reaccionan los interesados antes los mensajes que reciben?
La respuesta de David no la recoge la lectura, pero es una extensa oración de alabanza y acción de gracias por la promesa que Dios le hace (2 Samuel 7,18-29).
María reacciona con aceptación y fe. No imagina los momentos tan duros que tendrá que aceptar por causa de Jesús (“una espada te atravesará el alma”) ni la cantidad de fe que necesitaría cuando vea a su hijo criticado y condenado por terrorista y blasfemo.
La reacción de Pablo, la que desea inculcar a sus lectores romanos, es cantar la sabiduría y la gloria de Dios a través de Jesucristo.
Estas tres reacciones nos sirven para vivir estos días previos a la Navidad.
0 Comentarios
<<Anterior
    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Septiembre 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Septiembre 2021
    Agosto 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Mayo 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Agosto 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Noviembre 2010
    Octubre 2010
    Septiembre 2010
    Agosto 2010
    Julio 2010
    Junio 2010
    Mayo 2010
    Abril 2010

    Categorias

    Todo

    Canal RSS

    Picture
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2023
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English