Notas sobre “El sacerdocio en el pensamiento de R. Panikkar” por: José Antonio Carmona Brea9/30/2010 Exponemos aquí la parte final de un amplio artículo que el autor hace sobre el pensamiento de Raimon Panikkar sobre el sacerdocio. El artículo completo pueden leerlo en en Blog de José Antoio Carmona (Redacción de R. C.)
No quiero acabar estas reflexiones sin transcribir parte de una entrevista que mantuvo Raimon con Gwendoline Jarczyk: G. “¿Si el sacerdocio está enraizado en la esencia del hombre (hombre nunca significa varón en el pensamiento de Panikkar), es justo excluir a las mujeres?” P. Hoy se ve como una injusticia. Hace una veintena de años (hoy -septiembre 2010- serían una treintena) avancé la tesis de que podría ser sacerdote cualquier persona que fuera capaz de serlo, esto es, que tuviera la madurez y el conocimiento necesario a la vez que lo hiciera libremente y sintiéndose llamado a ello. La asamblea de los obispos de Asia la aprobaron sin poner resistencia… Al día siguiente un jesuita me preguntó: “Cree usted que las mujeres pueden ser sacerdotes?” Le contesté: “Estoy en contra de toda discriminación” “Puede ser una señal de que hemos perdido la primera inocencia el hecho de que solamente veamos al sexo y no a la persona…” …una ordenación no habría de ser un asunto de clan, si las mujeres ordenadas imitasen a los varones en esta materia, puede que trajeran algo bueno, pero las ventajas serían muy limitadas… yo creo en el sacerdocio, pero no en la casta sacerdotal. No se trata de que las mujeres engrosen dicha casta y la consoliden, sino que la transformen… No se puede minimizar la fuerza del sistema, ¿una mujer general transformaría el ejército?… Hace falta tiempo para que esta situación evolucione y que esta evolución sea plenamente satisfactoria con lo esencial, tal como nos lo ha transmitido la sabiduría de la historia. He de añadir que mi visión del sacerdocio sólo es una manera de expresar esta situación mediática del hombre entre el cielo y la tierra. Hay religiones sin sacerdocio. No podemos absolutizar nada.” (Es traducción del original)
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Sí, querido Labordeta, ahora lo sabes aunque ya lo sabías: no habrá un día en que todos veremos una tierra que ponga libertad. Sólo podremos ver los islotes de siempre, ocupados por unos pocos desalmados que levantaron allí su bandera privada a la que llaman libertad. Y no vendrá ese día no porque no sea posible, sino porque nosotros no queremos. O mejor: no lo quiere una minoría de desalmados, pero que cuentan con nuestra complicidad gracias a un sistema perverso que nos induce a ella.
Porque para que venga ese día es indispensable que los que pertenecemos al veinte por cien de privilegiados de la humanidad (y nos creemos ser todo el género humano), bajemos claramente nuestro nivel de vida. Bajar no en lo necesario, pero sí en lo superfluo que tanto nos inunda a nivel personal y estructural. Y ese descenso de nivel es imposible por dos razones: a) como dijo Voltaire, uno de los padres de nuestra modernidad, lo superfluo nos es lo más necesario. Y b) si descendemos y dejamos de consumir, se hunde nuestro sistema asentado todo él en nuestro consumo. Así nos hemos encerrado en un laberinto sin salida, más cruel que el de Creta. Algunos ilusos intentan decirnos que, si seguimos creciendo mucho, habrá un día en que pueda llegar a todos esa libertad del pan, el agua, la salud y la educación. Pero también es falsa esa salida por dos razones: a) nuestro sistema sólo sabe crecer a condición de no distribuir: con un crecimiento que produzca ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más relativamente pobres. Y b) si seguimos con esos ritmos de crecimiento nos cargaremos el planeta (al que ya hemos puesto bastante enfermo) antes de que la libertad pueda llegar a todos. Así estamos José Antonio. Tú lo sabías. Por eso seguiste cantando que no te ibas a rendir, que eras “como esos viejos árboles batidos por el viento que azota desde el mar” y que “hemos perdido compañeros, paisajes y esperanzas en largo caminar”, pero buscabas el modo de “echar nuevas raíces”… Por eso habías cantado antes que era posible que esa hermosa mañana de la libertad “ni tú ni yo ni nadie la lleguemos a ver” (aquí corrijo tu letra que decía “el otro” en lugar de nadie). Pero seguías empeñado en que forjar esa mañana “como un viento que arranque los matojos diciendo la verdad”. Esa verdad que intento proclamar en homenaje a ti: la hermosa mañana no vendrá porque nuestro sistema la impide; y sus guardianes (desde Bill Gates a Amancio Ortega) tienen suficientes armas de destrucción masiva para acabar con todos los que intenten el cambio. Para vergüenza nuestra, ese cambio es posible, por difícil que parezca. Y para vergüenza de esta Cataluña desde la que te escribo, parte de esa alternativa ha sido elaborada aquí en Barcelona. Pero nos interesa menos que Messi o Espargaró y Ferrán Adriá. Y si no ¿quiénes conocen el libro Demcràcia económica. Vers una alternativa al capitalisme, elaborado aquí “a casa nostra”, según tesis de D. Schweickart (Against capitalism, al que algunos calificaron como “El Capital” del siglo XX)? ¿Quién se preocupa de esas cosas, no ya entre los drogados por el volteriano “¡lo superfluo, tan necesario!”, sino incluso entre los profesores de escuelas de negocios “católicas”, o entre políticos que saben que perderán votos si abordan de esos asuntos? Pero tú habías decidido que, aunque fuera a mano y sin maquinaria, ibas a seguir “limpiando los caminos de siglos de despojos contra la libertad”. Gracias. Por eso evoco en homenaje a ti, que pocos días después de que te dieran no sé qué medalla de mérito oficial, un jesuita buen amigo tuyo y mío, Jesús Mari (el que nos presentó cuando coincidimos por el Paseo de Pamplona), fue a verte ya en tu enfermedad, para contarte que en El Salvador, habían sido recibidos en la casa presidencial los supervivientes y víctimas de una de tantas matanzas del ejército; y allí mismo comenzaron a cantar: habrá un día en que todos, al levantar la vista… Me contó Jesús Mari que, cuando viste el correo electrónico de Jon Sobrino que contaba esa anécdota, le habías dicho con una lágrima en los ojos: “esto me consuela más que la medalla que me dieron el otro día”. Recordarás (o ya no necesitas recordarlo, porque ahora estás fuera del tiempo) cómo Jesús Mari mandó un correo a Jon Sobrino contándole lo que le habías dicho y cómo Jon, (que estuvo con los campesinos salvadoreños en la casa presidencial), te narró la anécdota en un correo que comenzaba simplemente: “querido Labordeta”, y terminaba comentando así el episodio: “por supuesto no eran Pavarotti ni Caballé; pero la verdad es que sonaba bastante bien”. En fin: tú decías que estabas “regular, gracias a Dios”. Nosotros seguimos “mal gracias al Capital”. Pero hoy podemos unir tus versos a los del profeta Amós cuando cantaba: ” venden al pobre por un par de hipotecas…, convierten los derechos en veneno y la justicia en amargura… Pero (Dios) jamás olvidará vuestras canalladas”. PSOE y PP cierran el paso a una ley de libertad religiosa. ERC-IU-ICV proponen una reforma que consagre la “neutralidad” del Estado
“El Gobierno no tiene política de libertad religiosa; la agenda se la marca otro Estado, el Vaticano”, denunció Ridao para censurar el cambio de intereses del Gobierno, que Público adelantó en agosto. El portavoz de IU, Gaspar Llamazares, denunció la actual ley —que data de 1980— por “obsoleta”, para defender una reforma que se adapte “a una realidad social laica” y supere así la “herencia preconstitucional” que tiñó la elaboración del texto aún vigente. Ese legado, según Llamazares, consagra la “no neutralidad del Estado” en materia religiosa, hasta permear todo, “la toma de posesión de los ministros o la financiación de la Iglesia católica”. “Inventos, con gaseosa” El término “neutralidad” preside el texto que la Cámara tumbó ayer por amplia mayoría, con el rechazo liderado por PSOE, PP, CiU y PNV. El Grupo Popular acaparó los reproches más encendidos contra un texto que, según el diputado Jorge Fernández Díaz, retrotraería a España “a finales del siglo XVIII, en el momento cumbre de la Revolución Francesa”, en el caso de ser aprobado. “Los inventos, con gaseosa, no con estas cosas tan serias”, concluyó el representante del PP. Republicanos e izquierda arcoiris sólo encontraron la complicidad del BNG para su propuesta. “El Gobierno no tiene política de libertad religiosa; la agenda se la marca otro Estado, el Vaticano”, denunció RidaoEl PNV se mostró tan distante como CiU. “No hay demanda social”, argumentó el peneuvista Aitor Esteban. La propuesta ” tiene 20 puntos, la mayoría cubiertos ya” por el actual marco normativo, sostuvo el Grupo Catalán. El PSOE fue condescendiente con el fondo y crítico con el articulado. La reforma que anunció el Gobierno “no está abandonada”, según defendió Jesús Quijano. La prioridad, sin embargo, es la economía, admitió, esa es “la responsabilidad del Gobierno, y también su riesgo”. La Iglesia se ha configurado a sí misma como verticalidad absoluta y absolutista. El Papa-Rey ejercía de soberano disponiendo de su patrimonio espiritual y material, incluido el dominio sobre la verdad fundamentado en su infalibilidad. Es Pastor supremo, vicario único y plenipotenciario de Dios en la tierra. Inmediatamente debajo de él, rodilla en tierra, han estado los Cardenales, como príncipes, y en el escalón inferior de su poderío, los presbíteros como delegados de la autoridad episcopal.
Al margen, condenado al silencio, la obediencia y la sumisión más servil, el rebaño sometido. El redil protege y aísla contra el mundo, el demonio y la carne. Desde esa “desmundanización” la Iglesia reside no se sabe dónde, sobrevolando la temporalidad, ajena a las angustias y esperanzas del hombre concreto comprometido con su tarea histórica. Su reino no es de este mundo, aunque nunca renuncie a sus prebendas, a una economía boyante, a increíbles posesiones, a cargos honoríficos y rentables, a incalculables tesoros artísticos, arquitectónicos y a connivencias sacrílegas con regímenes dictatoriales conculcadores de los más elementales derechos humanos. Tampoco el tránsito del teocentrismo al antropocentrismo hizo mella en la estructura piramidal de la Iglesia. Ante el peligro de verse expropiada de su dominio sobre las conciencias, dedicó su empeño y magisterio a la condena de los nuevos valores. Hizo hincapié en el origen divino de su poder, atribuyó a los designios de Dios su estructura de poderío y anatematizó a todo aquel que pretendiera poner en crisis su concepción. Se definió como “sociedad perfecta” paralela a la sociedad civil y enfrentada a ella en la medida en que no aceptara la ley suprema que de ella emanaba. Se colocaba así frente al mundo en lugar de ser compañera de viaje. Condenó la secularización surgida como emancipación humanista, como responsabilidad asumida, como independencia frente al “deus ex machina” y despreció toda creación del hombre como opuesta al quehacer creador de Dios. El Concilio Vaticano II fue una eclosión renovadora. Se abrieron las ventanas –como quería Juan XXIII- y entró a chorros el aire fresco de la renovación. El rebaño pasó a ser pueblo de Dios, comunidad fraternal y profética. Surgió la Iglesia de los pobres, la Teología de la liberación, los cristianos de base comprometidos con su entorno, la puesta en duda del celibato, la defensa de la mujer como valor en sí misma, la investigación ajena a condenas y excomuniones, el laicismo tomó posesión de las leyes de los distintos estados y la humanidad asumió una conciencia de sí misma como decisión y tarea. Ante esta asunción de lo humano como valor supremo e independiente, ante esta libertad ejercida como decisión creadora de humanidad, la Jerarquía ha retomado su papel nunca abandonado: la condena humillante, el desprestigio y el refugio en la voluntad divina como negación y desprecio de todo aquello que el ser humano emprende. Con ocasión de los nombramientos de Munilla e Iceta como Obispos de San Sebastián y de Bilbao, la iglesia vasca ha mostrado públicamente su descontento con ambas imposiciones y ha exigido tener una participación activa en la elección de sus obispos. Es un clamor de los cristianos de base de muchas iglesias locales a lo ancho del mundo. No se resignan a seguir siendo sujetos pasivos, obedientes ovejas, rebaño anónimo, y exigen que se reconozca el paso de siervos a pueblo activo, a comunidad ejerciente de derechos. En la sociedad civil tenemos claro nuestro rechazo a ser súbditos porque nos hemos ganado a pulso la categoría de ciudadanos. Todavía quedan dictaduras opresoras en distintos territorios. Pero resulta insufrible que entre ellas haya que incluir a la Iglesia Católica. O la Iglesia es un ámbito de libertad creadora o no puede seguir proclamándose Iglesia de Cristo. José Comblin es uno de los autores preferidos de ATRIO. En la etapa anterior le publicamos seis artículos. A sus 87 años sigue manteniendo una frescura de pensamiento y una esperanza en el fututo del cristianismo que contagia. Que no parezca larga esta reciente conferencia suya en la UCA de El Salvador. Nos la envía, trascrita para ATRIO, Enrique A. Orellana desde Chile. Vale la pena leerla de cabo a rabo y comentarla después.
Buenas tardes a todas y todos. No es la primera vez que hablo en este lugar, pero agradezco mucho la amistad de Jon Sobrino, que nos conocemos desde hace tanto tiempo y yo lo estimo como una de las cabezas más lúcidas de este tiempo que renovó completamente la cristología. Bueno…Las preguntas de ayer me han dado la impresión que en muchas personas hay un cierto desconcierto en la situación actual de la Iglesia. O sea, como una sensación de inseguridad. Como decía Santa Teresa, de “no saber nada al respecto, que nada provoque temor”. Cuando era joven yo conocí algo semejante y, tal vez, peor. Era el pontificado de Pio XII. Él había condenado a todos los teólogos importantes, había condenado todos los movimientos sociales importantes, por ejemplo, la experiencia de los padres obreros en Francia, Bélgica y otros países. Ahí nosotros jóvenes seminaristas y después jóvenes sacerdotes estábamos más que desconcertados, preguntándonos Pero, ¿todavía hay porvenir? Yo me acuerdo que en aquel tiempo había leído una biografía de un autor austríaco del papa Pio XII. Y ahí contaba algunas palabras que había escrito el P. Liber, jesuita, profesor de Historia de la Iglesia en la Gregoriana. El P. Liber era confesor del papa. Sabía todo lo que pasaba en la cabeza de Pio XII y entonces decía: “Hoy la situación de la iglesia Católica es igual a un castillo medieval, cercado de agua, levantaron el puente y tiraron las llaves al agua. Ya no hay manera de salir (risas). O sea, la Iglesia está cortada del mundo, no tiene más ninguna posibilidad de entrar”. Eso dicho por el confesor del papa, que tenía motivos para saber esas cosas. Después de eso vino Juan XXIII y ahí, todos los que habían sido perseguidos, de repente son las luces en el Concilio y de repente todas las prohibiciones se levantan. Ahí renació la esperanza. Digo esto para que no se perturben. Algo vendrá… algo vendrá que no se sabe qué, pero algo siempre pasa. ¿Cómo explicar esas situaciones que todavía pueden recomenzar? Porque nos estamos acercando a la fase final de la cristiandad. Ya hace muchos siglos que han anunciado la muerte de la cristiandad… que está agonizando desde hace 200 años, pero todavía puede continuar su agonía durante algunas décadas o algunos años. O sea, ha dejado de ser la conciencia del mundo occidental. Ha dejado de ser la fuerza que anima, estimula, aclara, explica la fuente de la cultura, la economía, de todo lo que fue durante el tiempo de la cristiandad. Eso se ha destruido progresivamente desde la Revolución Francesa y aquí desde la independencia, desde la separación del imperio español. Entonces, poco a poco, han aparecido muchos profetas que han dicho que se ha muerto la cristiandad… hace 200 años ya. Pero la fachada es tan fuerte, resiste tanto, que se mantiene una tensión constante. Pero ahora sí creo que la cristiandad está entrando en sus fases finales. ¿Quieren una señal? La encíclica Caritas in Veritate… No sé cuántas personas aquí han leído la encíclica. Si se ve qué repercusión ha tenido en el mundo: impresionante silencio… Tal vez silencio respetuoso pero más probablemente silencio de indiferencia. A nadie ya le importa la doctrina social de la iglesia…. que también ha dejado de interesarse de lo que sucede en la realidad concreta. Hace algunos años un sociólogo jesuita muy importante el P. Calvez, que tuvo un papel importantísimo en la creación, manutención de la doctrina social de la iglesia, publicó un libro con el título: “Los silencios de la doctrina social de la iglesia”. Todavía está en silencio. Deja de entrar con fuerza en los problemas del mundo actual; se queda con teorías tan vagas, tan abstractas, tan generales…la carta Caritas in Veritate podría ser firmada por el Fondo Monetario Internacional (risas), por el Banco Mundial… sin ningún problema. No hay absolutamente nada que incomode a esa agente. ¿Entonces para què? Eso es señal. ¿Quieren otra señal? La Conferencia de Aparecida ha dicho muchísimas cosas muy buenas; quiere transformar la iglesia en una misión, pasar de una iglesia de “conservación” a una iglesia de “misión”. Sólo que piensa que eso va a ser hecho por las mismas instituciones que no son de misión sino de conservación. Eso va a ser hecho por las diócesis, por la parroquia, por los seminarios, por las congregaciones religiosas. Estos aquì de repente y por milagro van a transformarse en misioneros. Hace tres años ya y ¿que pasó en su diócesis? ¿Cómo se aplicó la opción por los pobres? No sé cómo es aquí, pero en Brasil no veo mucha transformación. Es decir, la cristiandad se está disolviendo progresivamente; pero el problema es después. Después ¿qué? ¿Qué viene… cómo? De ahí la inseguridad porque no sabemos lo que viene después. Pero al fin quedémonos con lo que dice Santa Teresa: no nos perturbemos. Esto sucedió muchas veces en la historia y todavía va a suceder probablemente muchas veces. Hay que aprender a resistir, a aguantar, no dejarse desanimar o perder la esperanza por eso que sucede. Lo que sucede es que en Roma no se convencen que la cristiandad ha muerto. Creen que las encíclicas iluminan el mundo; creen que las instituciones eclesiásticas iluminan y conducen el mundo. O sea, Es un mundo cerrado, que de hecho viven en un castillo medieval, cercado de agua. Y entonces ¿qué pasa? Vamos a ver cómo interpretar, cómo ver lo que está pasando. Y de ahí ver cuál es el “método teológico” que conviene para eso.
El evangelio viene de Jesucristo. La religión no viene de Jesucristo. El evangelio no es religioso. Jesús no ha fundado ninguna religión. No ha fundado ritos; no ha enseñado doctrinas; no ha organizado un sistema de gobierno… nada de eso. Se dedicó a anunciar, promover el reino de Dios. O sea, un cambio radical de toda la humanidad en todos sus aspectos. Un cambio, y un cambio cuyos autores serán los pobres. Se dirige a los pobres pensando que solamente ellos son capaces de actuar con esa sinceridad, con esa autenticidad para promover un mundo nuevo. ¿Eso sería un mensaje político? No es político en el sentido de que propone un plan, una manera…no, para eso la inteligencia humana es suficiente; pero como meta política, porque esto es una orientación dada a toda la humanidad. Y… ¿La religión? ¡Aah! Jesús no ha fundado una religión pero sus discípulos han creado una religión a partir de Él. ¿Por què? Porque la religión es algo indispensable a los seres humanos. No se puede vivir sin religión. Si la religión actual aquí se desintegra, ¡hay 38.000 religiones registradas en Estados Unidos! O sea, no faltan religiones, aparecen constantemente. El ser humano no puede vivir sin religión, aunque se aparte de las grandes religiones tradicionales. Entonces, la religión es una creación humana. Entre la religión cristiana y las demás religiones, la estructura es igual. Es una mitología. Tal como hay una mitología cristiana, hay una mitología hinduista, sintoísta, confucionista… Eso es parte indispensable para la humanidad. O sea, cómo interpretar todo lo incomprensible de la humanidad por la intervención de seres con entidades sobrenaturales, fuera de este mundo, que están dirigiendo esta realidad. En segundo lugar, una religión son ritos; ritos para apartar las amenazas y para acercarse a los beneficios. Todas las religiones tienen ritos. Y todas tienen gente separada, preparada, para administrar los ritos; para enseñar la mitología. Esto es común a todos. Entonces esto debìa suceder con los cristianos también. Debìa suceder. ¿Cómo podrían vivir sin religión? ¿Cómo empezó esa religión? Debe haber comenzado cuando Jesús se transformó en objeto de culto. Lo que sucedió bastante temprano, sobre todo entre los discípulos que no lo habían conocido, que no habían vivido con él, que no habían estado cerca. Entonces la generación siguiente o los que vivían más distantes, más lejos, entonces para ellos Jesús se transformó en objeto de culto. Con eso… se des-humanizó progresivamente. El culto de Jesús va remplazando el seguimiento de Jesús. Jesús nunca había pedido a los discípulos un acto de culto; nunca había pedido que le ofrecieran un rito… nunca. Pero sí quería el seguimiento, su seguimiento. Esa dualidad comienza a aparecer temprano; 30 años, 40 años después de la muerte de Jesús, ya aparece con fuerza suficiente para que Marcos escribiera en su evangelio precisamente para protestar contra esas tendencias de des-humanización, o sea, de hacer de Jesús un objeto de culto. Este evangelio es precisamente para recordar una palabra de profeta: ¡No! Jesùs era eso. Jesús ha hecho eso, ¡vivió aquí en este mundo! Viviò aquì en esta tierra. Con el desarrollo de la religión cristiana que se hizo—aquí problema para los teólogos—entonces, progresivamente esa tentación reapareció. ¡Nació un comienzo de doctrina! El símbolo de los Apóstoles. Y ¿qué dice el símbolo de los Apóstoles sobre Jesús? Aah…dice que nació y murió. Nada más. Como si lo demás no tuviera importancia, como si la revelación de Dios no fuera justamente la misma vida de Jesús, sus actos, sus proyectos, todo su destino terrestre… esa es la revelación, pero eso ya se va perdiendo de vista. Los símbolos de Nicea y Constantinopla: igual. Cristo nació y murió. El Concilio de Calcedonia define que Jesús tiene una naturaleza divina y una naturaleza humana. Pero, ¿qué es una naturaleza? Un ser humano no es una naturaleza. Un ser humano es una vida, es un proyecto, es un desafío, es una lucha, es una convivencia en medio de muchos otros. Eso es lo fundamental si queremos hacer el seguimiento de Jesús.
Ahora, en la religión hay una distinción básica entre sagrado y profano. Todas las religiones. Y hay un clero que se dedica a lo que es sagrado. Y los otros que están en lo profano, en la religión son receptores, no son actores; no tienen ningún papel activo. Para tener un papel activo hay que ser realmente consagrado. Eso comienza al tiempo de Constantino. Y entonces a partir de aquello van a aparecer dos líneas en la historia cristiana. Los que como el evangelio de Marcos quiere recordar: ¡No!…Jesús ha venido para mostrar el camino, para que lo sigamos. Eso es lo básico, lo fundamental. Una línea que va a renovar, a aplicar en diversas épocas históricas lo que fue la vida de Jesús y como él lo enseñó. Y en toda la historia podemos seguir. Claro que no sabemos todo, porque la gran mayoría de los que siguieron el camino de Jesús fueron pobres, de los que nunca se habló en los libros de historia y entonces no han dejado documentes. Pero hay personas que han dejado documentos y con eso podemos acompañar dónde en la historia de la iglesia cristiana, dónde aparece el evangelio. Dónde se buscó primeramente la vivencia del evangelio. Los que buscaron radicalmente el camino del evangelio fueron siempre minorías, como decía Helder Camera, “minorías abrahánicas”. La mayoría está en el otro polo; en la religión. O sea, dedicándose a la doctrina; enseñando la doctrina, defender la doctrina contra los herejes y las herejías… eso fue una de las grandes tareas; practicar los ritos y formar la clase sagrada, la clase sacerdotal. Eso nos lleva a una distinción que va a manifestarse en toda la historia. El polo “evangelio” está en lucha con el polo “religión” y “religión” con el polo “evangelio”. En toda la historia cristiana. Toda la historia cristiana es una contradicción permanente y constante entre los que se dedican a la religión y los que se dedican al evangelio. Claro que hay intermediarios y así no hay polos totales. Pero en la historia hay visiblemente dos historias; dos grupos que se manifiestan. La historia oficial: cuando yo era joven nos daban historia de la iglesia que era “historia de la institución eclesiástica” y entonces allí solo se hablaba de la religión, suponiendo que la religión era la introducción al evangelio. Pero eso es una suposición: que todo lo que ha nacido en el sistema católico viene de Jesús, como se decía en la teología tradicional en tiempos de la cristiandad: que todo lo que hay en la iglesia Católica Romana, al final, viene de Jesús. Con muchos malabarismos teológicos ahí se logra mostrar que todo tiene finalmente su raíz en Jesús. No tienen su raíz en otras religiones, en otras culturas. Como si los cristianos que se convierten a la iglesia fueran totalmente puros de toda cultura y toda religión. Todos traen su cultura y su religión; e introducen en su vida cristiana, elementos que son de su religión y cultura anterior y por eso resulta una religión que es siempre ambigua, compleja. Es inevitable porque los seres humanos que entran en la iglesia no son ángeles. Ellos están cargados de siglos y siglos de historia y de transmisión cultural y todo eso entra, naturalmente, a la iglesia. De ahí una oposición que en materia política, por ejemplo, se muestra claramente. Se dice: el evangelio procede de Dios y por lo tanto no puede cambiar. La religión es creación humana, por lo tanto puede y debe cambiar según la evolución de la cultura, las condiciones de vida de los pueblos en general. Si la religión queda apegada a su pasado, ella es poco a poco abandonada en favor de otra religión màs adaptada; o más comprensible. El evangelio se vive en la vida concreta, material, social. La religión vive en un mundo simbólico: todo es simbólico – doctrina, ritos, sacerdotes… todos son entidades simbólicas. Que no entran en la realidad material. El evangelio es universal, porque no trae ninguna cultura y no está asociado a ninguna cultura, a ninguna religión. Las religiones están siempre asociadas a una cultura. Por ejemplo, la religión católica actual está ligada a la subcultura clerical romana que la modernidad ha marginalizado, que está en plena decadencia porque sus miembros no quisieron entrar en la cultura moderna. El evangelio es renuncia al poder y a todos los poderes que existen en la sociedad. La religión busca el poder y el apoyo del poder en todas las formas de poder… ¡y son tan visibles! El poder… Recuerdo que en tiempo de la prisión de los obispos en Riobamba el nuncio decía: “si la iglesia no tiene apoyo de los gobernantes, no puede evangelizar (risas)”. Uno podría pensar al revés: que si tiene el apoyo de los poderes será difícil evangelizar. Pero esa es una mentalidad que està en resto de la cristiandad entre la iglesia fundida en una realidad político-religiosa y entonces, naturalmente, estaban unidas todas las autoridades: el clero y el gobierno; el clero y el ejército—todo unido. Renunciar a eso es muy difícil. Renunciar a la asociación con el poder es muy difícil. Voy a dar un ejemplo. Mi obispo actual en el Estado de Bahia, Brasil, es un franciscano, se llama Luis Flavio Carpio. Se hizo famoso en Brasil por dos huelgas de hambre que realizò para protestar contra un proyecto faraónico del gobierno, basado en una inmensa mentira. No hay tiempo para contar toda la historia… pero se hizo conocer y fue invitado en el Kirchentag de la Iglesia alemana. Después de la invitación habló en varias ciudades de Alemania. Un grupo se acercó diciendo que venían para entregarle una donación… una ayuda para sus obras. Y era bastante: unos $100.000 dólares. Él preguntó: “¿De dónde viene ese dinero? Le dijeron que son algunas empresas, algunos ejecutivos. Entonces dijo: “No acepto. No quiero aceptar el dinero que fue robado a los trabajadores, a los compradores de material”. No aceptó… ninguna alianza con el poder económico. Yo no sé cuántos en el clero no aceptarían…(aplausos). Ese obispo es un franciscano igual a San Francisco. Toda su vida ha sido así. Por eso me fui a vivir ahí… para santificarme un poquito en contacto con una persona tan evangélica… Entonces… ¿Cómo nació la Iglesia? La Iglesia de la que se habla: esa realidad histórica, concreta de la que tenemos experiencia. Para el pueblo en general la iglesia es el papa, los obispos, los padres, las religiosas, religiosos… ese conjunto institucional de la que se habla y que provoca también tanta incertidumbre como lo hemos visto. ¿Cómo nació la iglesia? Jesús no fundó ninguna iglesia. El mismo Jesús se consideraba como un judío; era el pueblo de Israel renovado y los primeros discípulos también; los doce apóstoles son los patriarcas de la iglesia del Israel renovado. La primera conciencia era que la continuación de Israel, la perfecciòn, la corrección de Israel. Pero una vez que el evangelio penetró en el mundo griego, ahí Israel no significaba muchas cosas para ellos y allí Pablo inventa otro nombre. Da a las comunidades que funda en las ciudades el nombre de “ekklesìa”, lo que se tradujo por “iglesia”. ¿Qué es la ekklesìa? El único sentido que tiene en griego es “la asamblea del pueblo reunido que gobierna la ciudad”; en la práctica era la gente más poderosa, pero en fin es que en la ciudad griega el pueblo se gobierna a sí mismo y lo hace en reuniones que son “ecclesías”. Pablo no da ningún nombre religioso a las comunidades; los ve como un grupo destinados a ser la animación. El mensaje de transformación de todas las ciudades, de tal manera que están constituyendo el comienzo de una humanidad nueva: y es una humanidad donde todos son iguales; todos gobiernan a todos. Después viene la carta a los Efesios en la que se habla de iglesia como traducción del “kahal” de los judíos, o sea es el nuevo Israel. Y la ecclesía es ahí tambièn el nuevo Israel. O sea, todos los discípulos de Jesús unidos en muchas comunidades, pero no unidos institucionalmente sino unidos por la misma fe. Todos constituyen la “ecclesìa”, la gran iglesia que es el cuerpo de Cristo. Todavía no existen instituciones. Pero naturalmente no podía continuar así. Los judíos que aceptaron el cristianismo no así abandonaron todos el judaísmo. Y cuando creció el número de cristianos, el número de comunidades, allí comenzaron a penetrar algunas estructuras. En el tiempo de Pablo aún no hay presbíteros, aunque san Lucas diga lo contrario; pero san Lucas no tiene ningún valor histórico: eso ya todo el mundo lo sabe. Atribuye a Pablo lo que se hacía en su tiempo; entonces imagina que Pablo fundó presbíteros, consejos presbiterales: ¿cómo se justificaría un obispo sin ordenar sacerdotes? Entonces parece evidente un comienzo de separación todavía muy sencilla, porque todavìa no hay sacralidad, no hay nada sagrado: los presbíteros no son sagrados, así como los presbíteros de las sinagogas no eran sagrados; tenían una función, una misión de gobierno, de administración, pero no una función ritual, o una función de enseñanza de una doctrina. Después aparecieron los obispos. Al final del II siglo se estima que el esquema episcopal está generalizado, pero demoró bastante. Clemente de Roma, cuando publica y escribe su carta a los Corintios, dice “presbíteros”: eso no es obispo. Todavía en Roma no hay obispo, solo presbíteros. Pero se organizó el esquema episcopal. Es probable que para las luchas contra las herejías, contra el gnosticismo, se necesitaba una autoridad más fuerte, para poder enfrentar el gnosticismo y todas las nuevas religiones sincretistas que aparecen en aquel tiempo. Y la Iglesia como institución universal, ¿cuándo aparece? Hubo en el siglo III concilios regionales: obispos de varias ciudades que se reunían. Pero una entidad para institucionalizar todo no existía. Quien inventó esta Iglesia universal fue el emperador Constantino. Él reunió a todos los obispos que había en el mundo con viajes pagados por él, alimentación pagada también por él y toda la organización del concilio fue dirigida por el emperador y los delegados del emperador. Esto constituye un precedente histórico. Hasta hoy no estamos libres de eso: que la Iglesia universal como institución haya nacido por el emperador. Después en la historia occidental cayó el emperador romano y allí progresivamente el papa logró llegar a la función imperial. Se dieron muchas luchas en la Edad Media entre el papa y el emperador, pero siempre el papa se estimaba superior al emperador. En las cruzadas, el papa era generalísimo de todos los ejércitos cristianos; era una personalidad militar: comandante en jefe del ejército cristiano. Y dentro de la línea de los Estados pontificios, todavía esto se mantiene Cuando el papa perdió el poder temporal, allí reforzó su poder sobre las Iglesias: y gobierna a las Iglesias como un emperador, o sea todos los poderes son centralizados en una sola mano y con todas las ventajas de una corte: porque si no hay nada de democracia en la Iglesia. ¿Quiénes son los que orientan al papa? ¡La corte! Los cortesanos, los que están allí cerca. Claro que él no puede hacer todo, pero en fin una corte separada del pueblo cristiano. Todavía estamos sufriendo las consecuencias de aquello. El papa Pablo VI dijo en algunos momentos que realmente había que cambiar la función actual del papa o sea de lo que hace el papa. Juan Pablo II en la “Unum sint” dice también hay que darse cuenta de que el gran obstáculo en el mundo de hoy es esa concentración de todos los poderes en el papa; habría que encontrar otra manera de ejercer eso. Eso para decir que todo esto pertenece a la religión.
Primera tarea: ¿què dice el Evangelio? Entonces primero: primera tarea, el Evangelio, ¿qué dice? ¿Qué es lo que es de Jesús? ¿Qué es lo que es penetración del judaísmo, penetración de otra cultura, penetración de otro tipo de religión? ¿Qué es lo que viene de Jesús según el Nuevo Testamento? Todo el Nuevo Testamento no viene de Jesús: no; las epístolas pastorales que hablan, por ejemplo, de los presbíteros: eso no viene de Jesús. Entonces la tarea de la teología consistirá en decir qué lo que es de Jesús, qué es lo que realmente quiso, qué lo que realmente hizo y en qué consiste realmente el seguimiento de Jesús. Viendo en la historia, ¿cuáles fueron las manifestaciones, dónde, en formas diferentes, porque las situaciones culturales eran diferentes, dónde podemos reconocer la continuidad de esa línea evangélica? Porque si queremos penetrar en el mundo de hoy y presentar el cristianismo al mundo de hoy, todo lo que es religioso no interesa. Lo que puede interesar es justamente el Evangelio y el testimonio evangélico. Nadie va a convertirse por la teología: usted puede hacer todas las mejores clases, nadie va hacerse cristiano por motivo de la teología. Por eso me pregunto: ¿por qué en los seminarios se cree que la formación sacerdotal es enseñar la teología? Yo no entiendo, no entiendo. ¿No hay otra cosa que hay que hacer para evangelizar? No es mucho más complejo. Por eso hace 30 años que he decidido en presencia de Dios nunca más trabajar en seminarios (risas). Porque, eso ya no. Entonces la línea evangélica es esa! San Francisco. San Francisco era un extremista. No quería que sus hermanos tuvieran libros: nada de libros. Con el Evangelio basta: no se necesita nada más. El mismo decía: “Yo, lo que enseño, no lo aprendí de nadie, ni del papa; lo aprendí de Jesús directamente, por su Evangelio”. Bueno, eso es lo que puede convencer al mundo de hoy que está en una perturbación completa y que se aparta siempre más de las Iglesias institucionales antiguas, tradicionales. Todas las grandes religiones han nacido casi como entre 1.000 y 500 años antes de Cristo, salvo el Islam que apareció después; pero es como un ramo de la tradición judeo-cristiana. Entonces, primero eso. ¿Què hacer con la religión? Segundo la religión: ¿qué hacer con la religión? Hay que examinar en todo el sistema de religión, qué es lo que ayuda, qué realmente ayuda a entender, a comprender, a actuar según el Evangelio. ¿Eso habrá nacido por inspiración del Espíritu en monjes, por ejemplo? Si usted ve la vida de los monjes del desierto en Egipto, eso no es un mensaje: no es un mensaje y no viene del Evangelio tampoco. O sea muchas cosas vienen no se sabe de qué tradición, tal vez puede haber sido del budismo u otras cosas así. Entonces examinar qué es lo que todavía vale hoy, y sinceramente. Jesús no ha instituido 7 sacramentos. Hasta el siglo 12 se discutía si eran 10, 7, 5, 9, 4: no había acuerdo; finalmente han decidido que había 7. Bueno, por motivos de 7 días del Génesis, 7 planetas, el nùmero 7… pero hay cosas que visiblemente ya no hablan para la gente actual, por ejemplo, el sacramento de penitencia con confesión a un sacerdote. ¿Cuántos se confiesan actualmente? Hace 20 años yo atendía en la Semana Santa, en una parroquia popular, a 2.000 confesiones y el párroco también 2.000 confesiones. Hoy día: 20, 30, o sea que la gente ya no responden. Eso ha sido definido en el siglo XII, XIII: ¿por qué mantener algo que ya no tiene ningún significado y, al revés, que provoca mucho rechazo? O sea que uno necesite hablar con alguien, que al pecador le gusta hablar con alguien, pero no justamente al sacerdote: hay muchas personas, hay muchas mujeres que pueden hacer ese oficio mucho mejor, con más equilibrio, sin atemorizar como hacen los sacerdotes. Eso es una cosa… Pero hay un motón de cosas que es necesario revisar porque no tienen porvenir. Entonces es inútil querer defender o mantener algo que ya es obstáculo a la evangelización y que no ayuda absolutamente en nada. En las liturgias hay muchas cosas que cambiar. La teoría del sacrificio ha sido introducida por los judíos naturalmente. En el templo se ofrece sacrificios, los sacerdotes son personas sagradas que ofrecen el sacrificio. Toda esa teoría, hoy día no significa absolutamente nada. Que el padre sea dedicado a lo sagrado para ofrecer el sacrificio y que la Eucaristía sea un sacrificio: ¿todo esto viene de Jesús? Ah, no viene de Jesús. Entonces hay que ver si eso vale o no vale. ¿Para qué mantener algo no vale? Y después hay también la otra parte: lo que no ayuda, lo que ha sido infiltración de otras tendencias, otras corrientes, por ejemplo, la vida ascética de los monjes irlandeses. Irlanda fue la isla de los monjes. Allí los obispos no tenían autoridad; solamente servían para ordenar sacerdotes; pero, por lo demás podían descansar. Los que mandaban eran los monjes: los monasterios eran los centros, lo que era la diócesis actualmente. Esos monjes irlandeses vivían una vida ascética, pero tan extraordinariamente deshumana para nosotros que eso es imposible que venga de Jesús, es imposible que eso ayude, porque esos hombres allí eran super-hombres, pero no existen mas hombres semejantes hoy. Un ejercicio de penitencia que hacían, por ejemplo, era entrar en el río -en Irlanda los ríos son fríos- y quedarse allí desnudo para rezar todos los salmos (risas)… Esa manera de entender la vida, no; no hay que considerar que eso es cristiano; no es marca de santidad tampoco; no es así que se manifiesta la santidad. Examinar todo lo que viene de allá. Todas las congregaciones femeninas saben cuánto hay que luchar para cambiar costumbres, tradiciones que no son evangélicas. ¡Cuántos debates! Yo conozco una serie de congregaciones femeninas y ¡cuánto tiempo que se gasta en discusiones, disputas! entre las que quieren conservar todo y las que quieren abandonar lo que no sirve más y encontrar otro modo de vivir más adaptado a la situación actual. Entonces, tarea de la teología… Claro que es cambiar, eso cambia la tradición, deja de ser la ideología de todo el sistema romano: pero esa no tiene porvenir. Ese tipo de teología ya hace tiempo que ha sido progresivamente abandonada. En América Latina apareció algo: hemos conocido un nuevo franciscanismo, o sea, una nueva etapa, pero radical, de vida evangélica. ¿Cuándo nació? He hablado de los obispos que han participado en eso y que animaron Medellín y de la opción por los pobres, los santos padres de América Latina. Y ustedes los conocen. Si hay que marcar el origen del nuevo evangelismo de la Iglesia latinoamericana, yo diría, -no se olviden-, el 16 de noviembre de 1965. En ese día, en una catacumba de Roma, 40 obispos, la mayoría latinoamericanos, incitados por Helder Cámara, se juntaron y firmaron lo que se llamó “el Pacto de las Catacumbas”. Allí se comprometían a vivir pobres, en la comida, en el transporte, en la habitación. Se comprometen; no dicen lo que habría que hacer; se comprometen y de hecho lo hicieron después, una vez que llegaron a sus diócesis. Y después; a dar prioridad en todas sus actividades a lo que es de los pobres, o sea, dejando muchas cosas para dedicarse prioritariamente a los pobres y una serie de cosas que van en el mismo sentido. Esos fueron los que animaron la Conferencia de Medellín. O sea, aquí nació. Y tuvieron un contexto favorable: el Espíritu Santo ya en aquel tiempo había suscitado una serie de personas evangélicas. Las Comunidades Eclesiales de Base habían nacido ya. Religiosas insertas en las comunidades populares ya había. Pero, eran pocos y se sentían un poco como marginados en medio de los otros. Medellín les dio como una legitimidad y al mismo tiempo una animación muy grande, y se expandió. ¿Fue toda la Iglesia latinoamericana? Claro que no. Siempre es una minoría. Un día, me acuerdo, le preguntaron al cardenal Arns – un santo, con quien hemos vivido muy buenas relaciones de amistad -… un periodista le había preguntado: “usted, señor cardenal, aquí en Sao Paulo tiene mucha suerte, toda la Iglesia se hizo Iglesia de los pobres, las monjas todas al servicio de los pobres: ¡qué cosa magnífica!”. Ahí, Dom Paulo dijo: “Sí pues, aquí en Sao Paulo 20% de la religiosas se fueron a las comunidades pobres; 80% se quedaron con los ricos”. Era mucho. Hoy día no hay 20%. Esto fue una época de creación, una de esas épocas que hay a veces en la historia donde una efusión muy grande del Espíritu. Pero tenemos que vivir esa herencia: es una herencia que hay que mantener, conservar preciosamente porque eso no va a reaparecer. A veces me preguntan: ¿Por qué hoy dìa los obispos no son como en aquel tiempo? Porque en aquel tiempo es la excepción, o sea, en la historia de la Iglesia es la excepción: de vez en cuando el Espíritu Santo manda excepciones. Y ¿quién va a evangelizar el mundo de hoy? Para mí, son los laicos. Y ya aparecen muchos grupitos de jóvenes que justamente practican una vida mucho más pobre, libres de toda organización exterior, viviendo en contacto permanente con el mundo de los pobres. Ya hay; habría más si se hablara más, si fueran más conocidos. Puede ser una tarea también auxiliar de la teología: divulgar lo que está pasando realmente, dónde está el Evangelio vivido en este momento, para darlo a conocer, para que se conozcan mutuamente, porque de lo contrario pueden perder ánimo o no tener muchas perspectivas. Una vez que se unan, formen asociaciones, cada cual con su tendencia, su modo de espiritualidad. No espero mucho del clero. Entonces es una situación histórica nueva. Pero sucede que, en este momento, los laicos han dejado de ser analfabetos, eso ya hace tiempo: tienen una formación humana, una formación cultural, una formación de su personalidad que es muy superior a lo que se enseña en los seminarios. O sea, tienen más preparación para actuar en el mundo, aunque no tengan mucha teología. Se podría dar más teología, pero es otro asunto. Ahora no vamos a pensar que mañana quienes que van a realizar el programa de Aparecida, van a ser los sacerdotes? Yo no conozco todo, pero los seminarios que yo conozco, las diócesis que yo conozco, se necesitaría 30 años para formar un clero nuevo: y ¿quién va a formarlo? Para los laicos es distinto: hay muchísima gente dispuesta, y gente con formación humana, con capacidad de pensar, de reflexionar, de entrar en relación y contactos, de dirigir grupos, comunidades, grupos. Pero muchos todavía no se atreven, no se atreven. Pero ahí está el porvenir. Para terminar con una anécdota: me llamaron a Fortaleza, en el nordeste de Brasil. Ahora, Fortaleza es una ciudad muy grande: un millón de habitantes. La Santa Sede había apartado, marginado al cardenal Aloiso Lorscheider, mandándolo al exilio en Aparecida que es un lugar de castigo para los obispos que no han agradado. Entonces allí vino un sucesor, Dom Claudio Humes que ahora es cardenal en Roma. Claudio Humes suprimió todo lo que había de social en la diócesis, despidió a todos: 300 personas con la larga trayectoria de servicio, con capacidad humana; así, sencillamente. Un día me llamaron: eran 300, llorando, lamentando: “y ahora no podemos hacer nada; y ahora, ¿qué pasa?”. Yo les dije: “pero, ustedes son personas perfectamente humanizadas, desarrolladas, con una personalidad fuerte. Han tenido éxito en su familia, han tenido éxito en sus carreras, en sus trabajos profesionales. ¿De qué ahora se preocupan si el obispo quiere o no quiere? ¿Por qué se preocupan si el párroco quiere o no quiere? Ustedes tienen toda la formación suficiente y la capacidad: ¿Por qué no actúan, no forman una asociación, un grupo, en forma independiente? Porque el derecho canònico -como muchos católicos no saben-, el derecho canònico permite la formación de asociaciones independientes del obispo, independientes del párroco -eso no se enseña mucho en las parroquias, pero es justamente algo que sí, es importante. Entonces ustedes pueden muy bien juntar 4, 5 personas para organizar un sistema de comunicación, un sistema de espiritualidad, un sistema de organización de presencia en la vida pública, en la vida política, en la vida social: 300 personas con ese valor. Si paga, si tiene que pagar a 5, cada uno va a gastar ni siquiera el 2% de lo que gana, o sea pueden muy bien mantener a 5 personas dedicadas a eso. Y van a escogerlos entre 25 y 30 años porque esa es la época creativa. Hasta los 25, el ser humano se busca. A partir de este momento termina sus estudios, ya ha conseguido un trabajo. Entonces ya quiere definir su vida: estos son los que tienen capacidad de inventar. Todas las grandes invenciones se han hecho por gente con esa edad. Pero no lo hicieron: ¿Por qué? ¿Què pasa? ¿Por qué tanta timidez? Ustedes que son tan capaces en el mundo, ¡en la Iglesia nada! No se sentían capaces, necesitaban del obispo que les diga qué hacer, necesitan sacerdotes que les digan: ¿Cómo es posible? A lo mejor no se les enseñó: pueden ser adultos en la vida civil y niños en la vida religiosa. ¡Pero nosotros podemos! Nosotros podemos hacerlo y multiplicarlo en todas las regiones que vamos a conocer. Entonces el porvenir depende de grupos de laicos semejantes, que ya existen aunque todavía estén muy dispersos. El porvenir está ahí: es nuestra tarea a todos, empezando por los jóvenes. En Brasil hay en este momento 6 millones de estudiantes universitarios; 2 millones son de familias pobres -son pobres los que ganan menos de 3 sueldos vitales, porque con menos de 3 sueldos vitales no se puede vivir decentemente-. Dos millones. Y ¿cuál es la presencia del clero? Poquísimos; algunos religiosos. ¿De las diócesis? Nada. Y allí está el porvenir. Son jóvenes que están descubriendo el mundo. Claro, hay unos que entren en las drogas, que se corrompen, pero es una minoría, o sea, el conjunto son personas que quieren hacer algo en la vida. Si no conocen el Evangelio no van a vivir como cristianos: hay que explicar, pero no explicar con cursos de teología, sino explicar haciendo, allí participando de actividades que de hecho son realmente servicios a los pobres. Eso sí, se puede. Tarea de la teología…Entonces habrá que cambiar un poquito: menos académico, más orientado hacia al mundo exterior… con todos los que no están más en la red de influjo de la Iglesia, que no reciben. Pero, presencia en eso. Y una teología que se pueda leer, sin tener formación escolástica, porque anteriormente si no se tenía formación aristotélica no se podía entender nada de esa teología tradicional. Bueno, la filosofía aristotélica ha muerto, o sea, los filósofos del siglo XX la han enterrado. Entonces, ahora tenemos libertad a ver en el mundo como nos abrimos. Gracias por su atención. (aplausos). Comienza en Nueva York la cumbre que revisa los ocho objetivos fijados para acabar en 2015 con la pobreza. Las ONG exigen a los gobiernos que aumenten los esfuerzos para lograrlos
Movilizaciones en Perú para ‘despertar’ a la conciencia pública. EFENoticias relacionadas”Se nos muere la gente a diario”Los ocho objetivos del milenio”Los Objetivos del Milenio son un fiasco”. La frase no la ha dicho ningún miembro de una ONG, ni un hippie iluminado, la pronunció el viernes pasado Olivier de Schutter, relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación. “Los Objetivos del Milenio han sido útiles para movilizar dinero y energías, pero ignoran las causas más profundas del subdesarrollo y del hambre, porque se centran en objetivos meramente estadísticos”, advirtió Schutter. Hoy comienza en la sede de Naciones Unidas en Nueva York una cumbre mundial para revisar los llamados Objetivos del Milenio, ocho retos fijados en el año 2000 para terminar con la pobreza y que tienen que estar cumplidos en 2015. Este año, en 2010, la reunión sirve para revisar cuánto y cómo se ha avanzado en el cumplimiento de esa estadística. Alrededor de 140 jefes de Estado y de Gobierno hablarán de erradicar la pobreza extrema y el hambre, reducir la mortalidad materna o promover la igualdad entre géneros. En algunos países como Ghana o Nicaragua ha habido avances ¿Sirven de algo estas cumbres o son sólo para lograr una foto de familia y para que los presidentes de gobierno aprovechen la ocasión para mantener encuentros bilaterales totalmente ajenos a la pobreza? “Los Objetivos del Milenio son un compromiso de mínimos, pero suponen una oportunidad importante para mejorar las condiciones de vida de mucha gente, para por lo menos colocar el tema en la agenda mundial”, señala Arturo Silva, director de operaciones de la delegación española de Médicos del Mundo. Multiplicar para llegar La estadística señala que, a no ser que se multipliquen los esfuerzos, va a ser prácticamente imposible conseguir los logros en 2015. Un ejemplo: la hambruna. En 2000, año en que se fijaron los Objetivos del Milenio, el 14% de la población mundial estaba desnutrida. Ese año se fijó que en 2015 el porcentaje tendría que estar reducido a la mitad, es decir, al 7%. Actualmente, en 2010, sólo se ha conseguido reducir el número de personas que no tienen para comer en medio punto porcentual: a tan sólo el 13,5%. “Hay alimentos para todos. Si hay voluntad se puede acabar con la hambruna”, señalan en Intermón-Oxfam. La hambruna sólo ha bajado medio punto porcentual en 10 años Carlos Jiménez, responsable para España del Centro Regional de Información para Europa Occidental de Naciones Unidas, asegura que no tiene “una bola de cristal” para saber qué va a ocurrir de aquí a 2015, pero se muestra “optimista”. “Los objetivos son susceptibles de ser conseguidos y se pueden conseguir, aunque es cierto que no son la panacea universal para resolver los problemas”, reconoce Jiménez. “Tenemos cinco años más por delante, si aceleramos los esfuerzos se llegará, pero la participación ciudadana es esencial”, añade Marina Navarro, coordinadora de la Campaña del Milenio de Naciones Unidas en España, que reconoce que “la fecha se está echando encima”. Como previa a la Cumbre de Nueva York, esta campaña organizó el pasado fin de semana una serie de actos por toda España centrados en hacer ruido a través de música o caceroladas. El mensaje de la lucha contra la pobreza quedó plasmado en carreras populares, actos infantiles o en lecturas en la calle. A pesar de que no cuesta encontrar gente que se apunte a actos lúdicos solidarios, la realidad es que en tiempos de aguda crisis económica el mensaje de que es necesario seguir aportando ayuda a los más necesitados empieza a flaquear. El último eurobarómetro señala que el 17% de los españoles considera que la Unión Europea no debería aumentar su ayuda al desarrollo por causa de la recesión económica, a pesar de que se ha comprometido a ello. Este rechazo ciudadano se ha multiplicado por tres en tan sólo un año, cuando ese porcentaje era de un 6%. El número de españoles reacios a subir la ayuda ha crecido por la crisis El Gobierno español ya ha aplicado la receta de la crisis económica y recortará la Ayuda Oficial al Desarrollo en 800 millones de euros para los próximos dos años. Soraya Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional ha remarcado en varias ocasiones que el recorte no afectará a programas esenciales de la cooperación española. Rodríguez asegura también que en 2015 el Gobierno español llegará a destinar a cooperación el 0, 7% de la Renta Nacional Bruta. Respecto a la utópica consecución de los Objetivos del Milenio, la secretaria de Estado señala que lo importante es que, en algunos países, sí que se están consiguiendo logros. “Estamos mejor con esta agenda que sin ella”, apunta Rodríguez, que añade que la labor de los gobiernos de los países en desarrollo para redistribuir la riqueza es esencial. Avances y malas noticias José Antonio Hernández del Toro, portavoz de Intermón-Oxfam en España, coincide con Rodríguez en que algunos países que han aplicado la agenda sí que han conseguido avances. “Como Nicaragua, Brasil o Ghana”, señala del Toro, que insiste en señalar que la mala noticia sigue estando en que “una de cada seis personas pasa hambre en el mundo”. Hay otros objetivos difíciles de medir por la estadística pero que las ONG coinciden en que se ha avanzado muy poco. Como la igualdad entre hombres y mujeres. “Apenas se han producido avances, las desigualdades están muy escondidas”, denuncia Alberto Casado, coordinador de campañas de Ayuda en Acción. Esta organización destaca lo conseguido por algunos países africanos como Ruanda, que ha aumentado el número de parlamentarias impulsando así la participación política de las mujeres. Casado cree que “al ritmo actual los Objetivos del Milenio no se van a cumplir” y considera imprescindible el papel de la sociedad civil para hacer llegar a los gobiernos el grito de que “es inmoral lo que está pasando en pleno siglo XXI”. Los líderes mundiales tienen la oportunidad en los próximos tres días en Nueva York de que los Objetivos del Milenio no se queden en una mera declaración de intenciones. “Esperemos que la cumbre no quede sólo en una foto de familia y que no pongan excusas de que no se puede hacer nada por culpa de la crisis”, concluye Arturo Silva, de Médicos del Mundo, con la cabeza puesta en los más de ocho millones de niños que murieron el año pasado por causas perfectamente tratables o previsibles. El camino que nos lleva de antagonistas a hermanos- La Asamblea comunitaria por: Gabriel Sanchez9/23/2010 Los Doce reunieron la asamblea de los discípulos y les dijeron: «No es correcto que nosotros
descuidemos la Palabra de Dios por hacernos cargo de este servicio.(Éx 18,17). Por lo tanto, hermanos, elijan entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu y de sabiduría; les confiaremos esta tarea mientras (He 2,42-He 20,24-He 21,19) que nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la Palabra.» (Cfr.Hech. 6,2-4) Montevideo, 1 de septiembre de 2010 – Extraños tiempo estos, en que desde los globalizados y mundial, hasta lo cotidiano, se puede observar un tiempo de quiebre cultural, en donde lo viejo, más allá de que el poder trabajan denodadamente por empacharlo, se esta desmoronando severamente…digamos que pronto, comenzarán a resquebrajarse los cimientos… Allí vemos como los trabajadores europeos preparan un paro general y movilización pan europeo, o que se habla en lugares como Estados Unidos de paralización de las actividades económicas…mientras los gremios no tienen ya más remedio que prepararse a resistir… En donde trabajadores de los países desarrollado, hoy se ven desalojados de sus casas, en donde el disparate mayúsculo de la economía, ha evolucionado, logrando un máximo objetivo, la acumulación de enorme riqueza en pocas manos y la pública infelicidad…Un sistema que ha llegado en su plenitud, a desparramar sufrimiento y muerte sin precedentes por todo el mundo…y lograr su propia bancarrota…hecha a pura ambición, robo, despojo y muerte…es decir a pulmón del gran capital… En esta situación, los hombres hemos sabido diagnosticar no sólo que el sistema esta en su fase Terminal, sino que el hombre moderno que le dio lugar, debe cambiar, so riesgo de encaminarse hacia su propia destrucción…Consecuentemente, las antiguas sabidurías surgidas de antiquísimas formas de vinculación, que en su avance, lo peor del hombre y la cultura, que ha logrado su completa cainización (hijos de Caín), supieren ahogar en sangre, que es la ancestral soberanía comunitaria…Cuanto de esto nos hace falta, hoy especialmente a los gobiernos del Sur que se llaman de izquierda… La Asamblea comunitaria, una antigua practica que hizo que un antiguo colectivo, se les llamará Iglesia y que en abierta traición a la misión encomendada y al mensaje recibido, dejamos de lado, para transformar a los servidores de esta vivencia comunitaria en Jerarcas, aportando al mundo lo más funesto de nosotros mismos, no sólo los gobiernos, también la Iglesia, deberemos volver a la Asamblea de la Comunidad…para volver a retomar el sendero de la Luz… Pero esto exige el ejercicio de una refundación cultural y espiritual, que genera un cambio que en forma biunívoca y sobre, se retroalimenta entre el corazón del hombre y el corazón de la cultura…La Asamblea comunitaria, es ante todo, el ejercicio de la fraternidad y exige una Asamblea de Hermanos…No será posible al hombre sobrevivir a este tiempo, como antagonista, sino como hermano y esto implica el dolorosos aprendizaje de bajar las defensas y las manipulaciones que instrumentalizan al otro, para comprender que somos esencial humanos, es decir hermanos… Por eso con paso cansino, hoy el camino que nos enseñan las naciones ancestrales, es el único camino rumbo al futuro, por eso debemos todos acércanos a abrevar de ese enorme lago de agua límpida, que es la cultura de la comunidad y aprender que debemos vincularnos…desde la Asamblea Comunitaria que reconoce la pluralidad y la complementariedad…como algo necesario para nuestra humanización, por eso el camino siempre fue y será la Asamblea de la Comunidad… (Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base) No te conozco, pero tu rostro sufriente es el de muchas, y con eso me basta. También a Jesús le bastaría, pero él además conoce tu rostro y tu nombre, y si tú se lo permites, posará dulcemente sus labios en tu frente, y le contarás tus penas. Tú le harás feliz y él aliviará tus penas.
Nada sé de ti sino el dolor de un amor frustrado (¿a quién le importan las razones?) y el doble dolor de no poder comulgar porque compartes tu vida con otro compañero; el Derecho Canónico te llama adúltera, y te prohíbe acercarte a la mesa de Jesús. Así de inhumano puede ser el Derecho Canónico cuando pone cualquier ley por encima de la carne que goza y sufre; cuanto más sagrada se considere, más perversa es la ley. Así de inhumana puede ser la Iglesia cuando alza los cánones por encima de las personas con sus penas y su dicha. Yo te aseguro, amiga, que Jesús te besa en la frente y te dice: “¿Cómo puedes dudar en venir a recibirme, amiga mía, si soy yo quien siempre está deseando recibirte? ¿Por qué vacilas en compartir mi pan, si lo que más me gustó siempre fue comer con gente tachada de pecadora por leyes hipócritas, y por ello fui yo también condenado? Un día me sentí especialmente seguro del Dios de la vida, y me brotó del alma una sentencia redonda que los canonistas puntillosos jamás han entendido: El sábado es para el ser humano y no el ser humano para el sábado (Mc 2,27) (decir ‘el sábado’ era para nosotros, los judíos, como decir era la ley más sagrada e inviolable, ¡imagínate!). Creo que, vagamente, tenía tu rostro ante mí cuando pronuncié esa máxima definitiva y feliz. Y fueron historias como la tuya las que inspiraron al profeta Isaías aquel oráculo divino que siempre llevé grabado en las entrañas: Misericordia quiero y no sacrificios (Mt 9,13). Yo no quise decir otra cosa en las parábolas de mis días más inspirados. No hagas caso, pues, de normas inhumanas, déjate llevar libremente adonde el corazón te guíe. Invítame, por favor, a tu mesa, y saborearemos juntos el pan y el vino santos de Dios”. Así te habla Jesús, amiga. Así hablaba a todas las personas heridas: Venid a mí, todas las que estáis fatigadas y agobiadas, y yo os aliviaré (Mt 11,18). Claro que no faltará quien te recuerde, con mejor o peor intención, que Jesús prohibió a un hombre separarse de su mujer e irse con otra, y a una mujer separarse del marido e irse con otro: Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre (Mc 10,9). Sí, es probable que Jesús hablara así, y no dejará de recordártelo cualquier canonista severo, y puede que algún clérigo sin entrañas te niegue ostensiblemente la comunión. No te aflijas por ello, no se lo tomes a mal, y busca en paz a alguien –serán innumerables– que te dé la comunión tan gustosamente como te la daría Jesús, porque él nunca negó la comunión a nadie, eso sí que no. Es más, el pan y el vino que compartes en casa con tu compañero, consagrados por vuestro amor, ya son para ti el mismo Jesús. Y si te encuentras de frente con el clérigo o el teólogo inflexible, dile sin acritud y con firmeza: “Amigo, Jesús te ordenó solemnemente que, si te abofetean en una mejilla, presentes la otra (Mt 5,39). ¿Acaso lo cumples? Y si no lo cumples, ¿cómo es que vas a comulgar? Jesús te ordenó que, cuando un hermano tenga algo contra ti, no te acerques al altar sin haberte reconciliado primero (Mt 5,23-24). Yo tengo algo contra ti, porque tú me señalas con el dedo y me niegas la comunión y me hieres el alma. ¿Cómo te atreves a presentar tu ofrenda en el altar y a tomar el pan consagrado? ¿Te parece acaso que esos mandatos de Jesús son menos importantes que la indisolubilidad del matrimonio? Recuerda, amigo: Misericordia quiero, y no sacrificios. Y no te olvides que el sábado se hizo para el ser humano y no el ser humano para el sábado. Y comprende que si Jesús quiso que marido y mujer no rompieran, no fue para cumplir ningún mandato divino, menos aún para aumentar dolores en el mundo, sino en todo caso para ahorrarlos. El dolor y la dicha fueron siempre su razón y su criterio”. No te garantizo que con estos argumentos vayas a persuadir al canonista o al clérigo. Entonces, puedes simplemente refrescarles la memoria, recordarles la historia; ante ella no resiste ninguna norma absoluta. Puedes decirle, por ejemplo, que ya en los orígenes San Pablo y San Mateo, ellos al menos, admitieron excepciones para la supuesta “indisolubilidad” impuesta por Jesús: Pablo en el caso de parejas mixtas que no pueden vivir en paz (1 Cor 7,15), Mateo en el caso de “unión ilegítima” (Mt 19,9). Si ellos se permitieron esas excepciones – sobre cuyo alcance concreto no cesan de discutir los expertos–, ¿por qué nosotros no podremos permitirnos hoy las nuestras? Siguiendo su mismo lenguaje, ¿hay alguna unión más ilegítima que aquella que no permite vivir en paz? Ésa es la pregunta decisiva, más allá de todos los cánones sagrados. Ése es el criterio evangélico, y por haberlo olvidado –y para salvar el cánon de la indisolubilidad–, nos hemos enredado en disquisiciones sobre la “nulidad” y en complejos procesos eclesiásticos cuyo desenlace depende directamente de las habilidades del abogado, las recomendaciones que uno tenga y los dineros que pueda uno gastar. No, amiga. Es más sencillo. Dios nos llama a vivir en paz. Si amas y vives en paz con tu compañero o tu compañera, aun en medio de los conflictos cotidianos, eres sacramento de Dios. Si en tu primera pareja, por lo que fuera, han desaparecido el amor y la paz, habéis dejado de ser sacramento de Dios. Y si, en el incierto camino de la vida, has encontrado un nuevo compañero (o compañera, no lo sé), y se van curando tus heridas, y vuelves a amar y reencuentras la paz compartiendo el cuerpo y la vida, entonces eres de nuevo, sois de nuevo sacramento de Dios, aunque el Derecho Canónico te diga lo contrario. Comulga en paz, amiga. Mastica despacio el pan en tu boca. Saborea a Jesús, a Dios, saborea la vida. José Arregi Para orar GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL SEÑOR (Salmo 33) Como el pan, así es de bueno, Un pan mejor que el maná, Se parte para dar vida, Plenitud y eternidad. Bueno el Señor, como el vino Que alegra sin embriagar, Entusiasma y enamora, Como el vino de Caná. Es bueno como caricia, Como perdón paternal, Como encuentro del amigo, Como abrazo maternal. Bueno como medicina, Como flor primaveral, Como música inspirada, Como agua del manantial. Es como el mejor perfume, Como aceite de paz, Como el viento que libera, Como hoguera familiar. Es tan bueno como el Padre Que no sabe castigar, Que entrega sin pedir cuentas, Que se alegra en perdonar. Como el Hijo, así es de bueno Que a otros hijos va a salvar, Se deja morir por ellos, Se deja transverberar. Es bueno como el Espíritu, Que llueve sin descansar, Todo lo llena de vida, Artista de santidad. El pontífice elogia las libertades de la democracia británicaIÑIGO SÁENZ DE UGARTE
La visita del Papa a Reino Unido dejó hoy otro momento singular. Benedicto XVI fue el primer papa en visitar la abadía de Westminster, en la celebración de un servicio religioso que compartió con el arzobispo de Canterbury. Al llegar, dio la mano por primera vez a una sacerdotisa anglicana, Jane Hedges, gran partidaria de que en el futuro las mujeres pueden ser elegidas obispos de la Iglesia anglicana. En su discurso ante las autoridades políticas y representantes de la sociedad civil, Benedicto XVI se deshizo en elogios hacia la democracia británica. Reino Unido ya no es “un país del Tercer Mundo”, como dijo el cardenal alemán Kasper en unas desafortunadas declaraciones que le dejaron sin asiento en el avión que trajo al Papa a Gran Bretaña hace dos días. El escenario elegido resaltaba la idea de reconciliación histórica entre el Estado británico y la Santa Sede. Westminster Hall, en el Parlamento, es el lugar donde en 1535 fue juzgado y condenado a muerte Tomás Moro por traición a Enrique VIII. Santo Tomás Moro canonizado en 1935 es un símbolo católico del creyente que desafía al Estado por ser fiel a su conciencia. El Papa podría haber encontrado algunos ejemplos actuales para comparar su actitud con las discrepancias que la Iglesia mantiene con las leyes británicas. Sin embargo, hoy Ratzinger jugó el papel del invitado respetuoso. Elogió a Reino Unido como “una democracia pluralista que da un gran valor a la libertad de expresión, la libertad de afiliación política y el respeto por la ley”. Los invitados debieron de quedar complacidos. El Papa planteó la cuestión en un tono más positivo que el día anterior, quizá porque el enemigo no eran los sectores laicos, sino el propio Estado británico. El pontífice comentó que el posible conflicto entre conciencia y respeto por la ley es un desafío para la democracia, no un obstáculo infranqueable. Seis detenidos La visita se vio alterada por la detención de seis personas en aplicación de la ley antiterrorista. Algunos medios los relacionaron con un posible atentado durante la visita del Papa, aunque la policía no confirmó este extremo. Cinco de los detenidos son empleados, posiblemente argelinos, de una empresa que tiene la contrata de limpieza en la zona de Westminster, donde se celebraban dos de los actos. Fueron arrestados cuando estaban a punto de iniciar su jornada de trabajo. En la intervención en sus casas, no se encontraron armas ni explosivos. Rik deVillé, sacerdote católico jubilado, recuerda la primera denuncia que recibió por abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia belga. Fue en septiembre de 1992 y creyó que se trataba de una excepción escuchada en el curso de su labor pastoral en la parroquia de Buizingen, cerca de su actual domicilio en Tollembeek, un pequeño municipio en Bélgica situado sobre la frontera que separa Flandes de Valonia.
Poco después, y viendo que el problema crecía, organizó el grupo de ayuda Derechos Humanos en la Iglesia (Mensenrechten in de Kerk, en neerlandés). En dos décadas, ha arropado a medio millar de adultos, algunos ya de 70 años, que decidieron contarle su dolorosa experiencia. Una sociedad que dio la espalda a los abusos El Papa expresa su “vergüenza” y “dolor” a cinco víctimas de abusos El Papa vuelve a condenar el nazismo en la última jornada de su viaje a Reino Unido “Las víctimas quieren un reconocimiento del mal que sufrieron” Todavía hoy, la mesa de su comedor rebosa de papeles y cajas de documentos. De una carpeta, saca una hoja con un listado escrito a mano. Son los 18 nombres más recientes. Hombres y mujeres que hablaron después de que el informe de la comisión presidida por Peter Adriaenssens, psiquiatra infantil, desvelara el pasado 10 de septiembre que las agresiones sexuales a niños abarcaron a toda Bélgica . DeVillé muestra su cuartilla, sacude la cabeza y hace una afirmación turbadora. “Contrariamente a lo que asegura la jerarquía eclesiástica, sí supieron de estas denuncias en su momento. En 1996 yo mismo alerté al actual cardenal Godfried Daneels del caso de un niño. Entonces solo era obispo, y niega que se lo dijera. Tengo tantos papeles que al principio no pude encontrar la ficha. Pero guardo una carta donde Daneels me prohíbe decir nada contra un cura”, dice con seguridad. Retirado de su parroquia desde el año pasado, el sacerdote sigue recibiendo denuncias, una de ellas en plena entrevista. Era de un varón en busca de una instancia donde depositar su queja. “Desde las primeras palabras, a veces un balbuceo, sé lo que me dirán. Lo mismo ocurre con las misivas. Piden ayuda, explican el abuso y se avergüenzan, sin necesidad, de lo que les ocurrió. A pesar de lo que cree la curia belga, no exigen cifras millonarias, como ha pasado en Estados Unidos o en Irlanda. Los obispos belgas creen que tendrán que pagarles mucho. Los casos que llevo quieren que admitan sus culpas. Que haya un reconocimiento público del mal que hicieron y se vea un castigo. De momento, a lo sumo piden que les abonen el importe de terapias y psicólogos a los que aún acuden. Ya no ejerzo, pero esta labor no concluye. La crisis de la Iglesia actual no lo permite todavía”. Como ejemplo de lo que denomina “ceguera del catolicismo belga”, muestra una hoja parroquial rebosante de cartas al director. Desde diversos ángulos, todas califican las denuncias de “operación para dañar a la Iglesia”. Una demostración palpable, según DeVillé, de que la falta de diálogo está minando la credibilidad del Vaticano. “Dios anima a hablar, pero Roma solo dicta. No escucha, y así estamos. El sacerdote representa a Dios en la sociedad y cree, por tanto, que no se puede equivocar. De ahí que, cuando ocurre algo tan terrible como los abusos, vuelva la vista a Roma. En lugar de pensar en lo que sienten los hombres, piensan en lo que dirá Roma”. Autor de cinco libros donde disecciona a la propia Iglesia, la diligencia del sacerdote contrasta con la tranquilidad de Tollembeek, un pueblo donde todavía se oye cantar a los gallos al mediodía. En su opinión, el tortuoso camino recorrido por muchas de las víctimas para acabar ante la puerta cerrada de Roma demuestra que la Iglesia actual no saldrá adelante mientras no se renueve por completo. Para ilustrar su tesis cuenta el caso de L., una chica que a los 19 años descubrió que su hermana mayor es, en realidad, su madre, violada en la adolescencia por un cura. Los padres de la agredida la llevaron a Holanda a tener el bebé. A su regreso, dijeron que habían adoptado a una niña y pensaron que nunca se sabría. Pero se descubrió, y la hija quiso denunciar. Pues bien, como el agresor era belga, trasladado primero a territorio holandés, y luego a Alemania, ninguna de las tres diócesis atendió la demanda. Acabaron en Roma, donde les dijeron que nada podían hacer por ella. También recuerda la situación del sobrino del obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, objeto de abusos desde los cinco años. El chico tiene ahora 35 años y ha pasado por el trauma de decirle a su familia que su respetado tío le atacó sexualmente hasta su mayoría de edad. “La jerarquía eclesiástica ha escrito incluso cartas de felicitación a los que no delatan a los curas agresores. Por eso creo que hace falta un nuevo Concilio. Ni este Papa, ni su sucesor, ya sea africano o de América Latina, podrá resolver la situación. La Iglesia entera debe renovarse y dejar que la justicia ordinaria se ocupe de abusos que son delitos puros” En las últimas semanas, la propuesta de acudir a la “justicia de los hombres” le ha valido un portazo en toda la regla. Considerado en Bélgica el pionero en la recogida de denuncias de estos abusos a menores, le impidieron entrar en la conferencia de prensa organizada el pasado día 13 por la Iglesia para anunciar la apertura de un centro de apoyo y reconciliación para las víctimas. “Calculo que la cifra de menores abusados en 50 años ronda los 10.000 en Bélgica. Es una actividad delictiva que no será castigada en su totalidad. Muchos de los agresores han fallecido, pero los que quedan deben ser llevados a los jueces ordinarios. Si es preciso, hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Hay que sacar el asunto a la calle, porque la Iglesia es una organización regida por el miedo y donde no hay responsables”. El Colegio de Fiscales de Bélgica comparte su opinión. Incluso ha propuesto encargar a un equipo especial el estudio de todas las denuncias registradas en el país para decidir si cabe abrir juicios formales. Si bien el drama vital causado por los abusos llena hoy el retiro de Rik deVillé, no elude entrar en el debate sobre el celibato como telón de fondo de los mismos. Y lo hace estableciendo un paralelismo entre el abuso de poder, “similar al incesto en el seno familiar”, de los asaltos a los niños, con los peligros del voto de castidad sacerdotal. “La sexualidad es una forma de relación, de mostrar un amor que puede desembocar en traer hijos al mundo. El error es pensar que sin sexo estás más cerca de Dios. Si los sacerdotes tuvieran la oportunidad de relacionarse, habría menos aberraciones. La pederastia en la Iglesia es la del cura necesitado por una sexualidad cercenada, que acaba imponiéndose por la fuerza en menores desvalidos”. Según las encuestas, el 89% de los belgas comparte su opinión y querría ver sacerdotes casados, o en pareja. Una sociedad que dio la espalda a los abusos Guy Harpigny, portavoz de los obispos de Bélgica, ha recibido numerosas llamadas de parlamentarios pidiendo la entrega a los tribunales de los archivos de la Iglesia sobre los abusos a menores. Renaat Landuyt, diputado del Partido Socialista flamenco, va más allá. Cree que el Parlamento debería formar una comisión parlamentaria propia “que escuche a las víctimas e investigue lo ocurrido en el último medio siglo en Bélgica entre la sociedad y la Iglesia”. La propuesta de formar dicha comisión fue discutida durante una reunión de urgencia del Congreso, celebrada el pasado viernes en Bruselas, y Landuyt sostiene que solo así podrán evitarse episodios similares en el futuro. “No es la Iglesia la que debe ocuparse de investigar, sino nosotros, los ciudadanos. El abuso era común a todos los centros del país y se ha convertido en un asunto nacional. En una dolorosa pregunta para la sociedad belga, que nunca tomó en serio la idea misma de estas agresiones”, asegura con laconismo. “La única explicación que encuentro a lo ocurrido es el gran respeto sentido hacia la Iglesia. Nadie podía creer a los niños cuando contaban lo que les pasaba. Parecía imposible y los adultos no miraron. Ahora, por fin, para las víctimas, es una liberación cuando un obispo como el de Brujas tiene que retirarse”, añade Harpigny. De llevarse al Parlamento, podría proponerse una modificación legislativa que suprimiera la prescripción de los delitos. La responsabilidad sobre muchos de los abusos se ha extinguido porque sucedieron hace décadas, y eso desespera a los que han tenido el valor de contarlo cuando rozan casi la vejez. “La Iglesia dice que tiene que escuchar y necesita tiempo. Es una forma de política internacional para no compensar a los afectados. En este asunto, hay dos tipos de reacción. Unos quieren garantizar que los tribunales actúen con libertad y sin interferencias para que los sumarios vayan a la justicia penal. Otros desean proteger a la Iglesia”, dice el diputado Landuyt. Flamenco de origen, la zona en la que se han producido la mayoría de los abusos, sostiene que la gran comisión que apoya sería “un paso hacia una sociedad mejor”. |
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