Podemos es el nombre y lema de un nuevo movimiento político español, nacido tras el descontento reflejado por los indignados de las manifestaciones del 15 M 2001. Miles de personas protestaron entonces y siguen protestando contra una casta de políticos que se ha vendido al Gran Capital y que aparecen en su mayoría como intrínsecamente corruptos (o, al menos, así los aprecian muchos ciudadanos).
Organizado en forma de partido, tras una campaña electoral poco "vistosa" (es decir, poco cara), y siendo apenas conocido por una gran masa de votantes (mis vecinos y otros muchos no sabía que existía), Podemos ha logrado 5 escaños al Parlamente Europeo, en las elección del 25.5.14, apareciendo así como el cuarto grupo electoral más votado de España, y con grandes posibilidades de futuro, si es que administra bien su "capital" de indignación creadora, de democracia interna y externa y de credibilidad social (en contra del sistema económico asfixiante bajo el que vivimos). En ese contexto quiero recordar que Podemos no es un simple movimiento social, ni un partido político, sino algo más, una actitud, un proyecto, un reto, con una larga trayectoria bíblica y cristiana (eclesial), y así quiero presentarlo aquí, para ofrecer al fin unas breves reflexiones políticas. Se trata de poder y de podar, no de arrancar y destruir, en la línea de una fuerte parábola de Jesús. Él quiso que la higuera de Jerusalén se secara, pues sus frutos eran malos (Mc 11), pero quiso podar aquella otra higuera que apenas daba frutos...¡Podemos! (Lc 13, 6-9). 1. PODEMOS, UNA EXPERIENCIA BÍBLICA ¡NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS! Hay en la Biblia muchas referencias al “podemos”, y ellas deberían distinguirse y matizarse con cuidado. Estas tres me parecen las más significativas: a. Abrahán y María. La narración bíblica estrictamente dicha empieza en Gen 12 con Abrahán, un anciano incapaz de iniciar nuevas empresas, casado con Sara, una mujer estéril… Pero la esperanza le pone en movimiento porque “nada es imposible para Dios” (Gen 18, 14). Esa certeza culmina en la anunciación de María, a quien el ángel le repite la misma palabra: “Nada hay imposible para Dios” (Lc 1, 37-39). b. Jesús. En esta línea descubre Jesús, sin embargo, que siendo todo posible para Dios no todo es conveniente. Por eso, en la oración del huerto él ruego: ¡Abba, Padre! Tú lo puedes todo… pero no se haga mi voluntad sino la tuya (Mc 14, 36-37). Hay, por tanto, un poder que no conviene, pues no responde a la voluntad de Dios, y así debe aprenderlo el mismo Jesús. c. Los zebedeos. Desde ese fondo se entiende el texto programático de Mc 10, 35-45, donde los Zebedeos piden a Jesús los dos primeros puestos en su Reino. Pero Jesús les responde diciendo que él no puede garantizar primeros puestos a nadie, preguntándoles después si están dispuestos (¡si pueden!) seguirle en el camino. Ellos responden ¡podemos! instituyendo así el primer partido o grupo del podemos dentro de la iglesia. 2. PODEMOS, UNA TAREA URGENTE DE IGLESIA Quizá más que el proyecto programa del partido político Podemos en España (año 2014) me interesa la experiencia y tarea del “podemos” en la Iglesia, un tema en el que pueden distinguirse también varios aspectos: 1. ¿Podemos? ¿Debemos? El partido político Podemos ha nacido de un tipo de indignación ciudadana en contra de una economía y política al servicio del puro poder, en contra de los valores de la igualdad y la justicia entre los ciudadanos. Pues bien, en esa línea muchos piensan que existe hoy también en la Iglesia un tipo de indignación contra una política de poder sacral y social contrario al evangelio. Más aún, muchos piensan que ha llegado la hora de mostrar una indignación semejante a la que mostró Jesús contra los poderes del templo de Jerusalén, siendo ajusticiado por ello. En ese fondo surgen tres preguntas: (a) ¿Es justa esa indignación, o responde a un tipo de puro revanchismo frustrado de algunos? (b) ¿Debemos expresarla públicamente: Quienes, cómo, en qué contextos, con qué medios…? (c) ¿Podemos hacerlo? ¿Existen en la Iglesia medios para hacerlo, cauces sociales y religiosos, proféticos y aun económicos? 2. ¿Puede, debe el Papa? Muchos piensan que la Iglesia católica es una “dictadura sacral”, avalada por el Espíritu Santo, de manera que sólo el Papa puede y debe indignarse, introduciendo en la iglesia y de un modo especial en la Curia Vaticana los cambios que juzgue convenientes. Se dice que este papa (J. M. Bergoglio) fue elegido a principios del año 2013, tras la renuncia del Papa Ratzinger, porque había una gran indignación entre algunos cardenales, que querían que cambiara la Curia Vaticana y la forma de llevar algunos referentes a la dirección de la Iglesia. Como por desgracia los temas de la “santa política vaticana” son en principio secretos no podemos decir si esa indignación cardenalicia era cierta. Sea como fuere, lo cierto es que el Papa Bergoglio/Francisco ha iniciado una “serena2 y al parecer muy honda reforma de la Curia Vaticana y del tipo de dirección de la Iglesia. Es aquí donde se plantea la pregunta: ¿Puede, debe el Papa? Acabo de venir de Buenos Aires, tierra donde he estado con un grupo significativo de "iglesia del pueblo", pobre en dineros e influjos políticos, pero muy rica en evangelio, empeñada en la educación de aquellos a quienes se les niega la educación (Instituto Raspanti). Media docena de los participantes conocían muy, muy bien a Bergoglio. No he querido hacerles una encuesta, ni debo presentar aquí sus nombres, pero ellos representan un aspecto significativo de la Iglesia Argentina. Ellos me han dicho que el Papa Bergoglio es un grandísimo político. Ha tomado el nombre de Francisco, porque quiere ser y actuar desde el Evangelio. Pero, al mismo tiempo, es un hombre de inmensa claridad social y política, y que cambiará muchas cosas, a su ritmo, con prudencia, pero con gran fortaleza. El tema que dejo aquí abierto es ¿Qué debe, qué puede cambiar el Papa en la Curia Vaticana y en la dirección general de la Iglesia? 3. ¿Qué debemos cambiar nosotros? Tras las preguntas anteriores vienen las más importantes: ¿Qué debo, que puedo cambiar yo? ¿Qué debemos, que podemos cambiar nosotros? Porque la Iglesia no es (al menos para mí) un espectáculo: No me pongo en la barrera para ver cómo corren los toros, sino que debo (debemos) bajar al ruedo redondo y arenoso de la vida. ‒ ¿Qué debemos cambiar, por dónde tendríamos que empezar? No somos unos “mandados” de nadie, ni unos súbditos de ninguno, sino creyentes libros… El tema está en que queramos ver, descubriendo así lo que debemos cambiar, en nosotros y en nuestro entorno. ‒ ¿Pero, podemos cambiar? He dicho que la Iglesia Católica se ha estructurado como una Dictadura Sacral (clerical), una dictadura que puede tener sus elementos positivos, pero que nos lleva al pasivismo y pasotismo: ¡Que cambie el Papa! ¡Qué se pongan a la masa y que cambien los obispos y los curas… Pues bien, en contra de eso, estoy convencido de que la Iglesia es una fraternidad de hermanos y hermanas libres, que tenemos la obligación de indignarnos por aquello que nos parece. ‒ No tenemos que estar a la espera, aguardando lo que diga el Papa y digan los obispos… Debemos empezar nosotros, aquellos que sintamos un tipo de inquietud y queramos una Iglesia diferente, no para destronar al Papa o a los obispos, sino para iniciar un camino. De todo esto he venido tratando en mi blog… y seguiré tratando en adelante. No quiero crear un partido “político” en la iglesia, vivo más bien muy “retirado”. Pero desde mi retiro debo afirmar que me siento emocionado, indignado y con ganas de aportar lo que pueda al cambio de la iglesia: a. Me siento emocionado, como el primer día de mi conciencia cristiana y católica. Es una emoción, una gracia seguir creyendo en el evangelio. b. Me siento indignado ante una Iglesia que, siendo admirable, en general, ha perdido no sólo el tren de la modernidad (¡cosa que me interesaría menos!) sino el tren del evangelio. Hay ansias de poder, hay mucho miedo, hay falta de libertad. ¡Jesús debería venir con un látigo a la Iglesia, como vino antaño al templo de Jerusalén! c. Me siento con ganas de aportar lo poco que yo pueda, con mi reflexión, con mis libros, con mi presencia en algunos grupos cristianos. Así lo he sentido en Argentina. Así quisiera sentirlo en el futuro (algo de eso parece expresar la foto final). 3. OTRA VEZ EL PARTIDO POLÍTICO: PODEMOS Siento un gran recelo por la “política directa” de partidos, porque en forma actual ellos me parecen maquinarias especializadas en tomar el poder y administrarlo. Normalmente, los políticos comienzan con buenas intenciones, como grupo de personas reunidas a partir de un ideal, para ponerse al servicio del conjunto de los ciudadanos, a los que representan, sacrificándose por ellos. Pero la misma dinámica del poder, una vez tomado, les convierte en esclavos de ese mismo poder, del que se sirven para dominar a los demás, no sólo mintiendo, sino aprovechándose de ellos. En esa línea saludo con esperanza y buen deseo al partido podemos Podemos. Pero tengo miedo de que se pierda y se tuerza en el camino, pues la toma de poder tiende a pervertir los mejores deseos. Me dirán que no se puede generalizar, y es cierto, no quiero hacerlo. Pero no puedo olvidarme de Jesús, que decía que “aquellos que piensan tener el poder (¡que lo no tienen!) dominan y esclavizan a los pueblos” (Mc 10, 42). El poder, una vez tomado, se convierte en principio de opresión. Un recuerdo de Verín Esto significa que, en línea de evangelio, el poder no tiene “solución”, no se puede convertir (¡no se puede blanquear!). La única salida sería “superarlo”, negar el poder para que así todos puedan comportarse como libres, compartiendo en gratuidad la vida los unos con los otros. Dije estos y otras cosas semejantes el año 1986, en una “misa” que me pidieron celebrar en Verín (Galicia) a la plana mayor de los “padres” del partido que hoy se siente aún mayoritario en España. Yo estaba allí de paso. Los “habituales” de la iglesia me pidieran que “dijera yo la misa y el sermón entero”, pues ellos no querían comprometerse con ningún “partido”. Hablé del evangelio ya citado (Marcos 10, 35-45), y al acabar vino a darme un abrazo la homenajeada, una de las más destacadas políticas de la Derecha del lugar y de Galicia y España, bien conocida por sus cambios posteriores, diciéndome que eso eran lo que querían: ¡Nosotros queremos y podemos superar el poder de imposición, como quiere Jesús, como Usted ha dicho, para ser simplemente servidores del pueblo! Me callé, no quise decir nada, me dejé abrazar, y me excusé diciendo que no podía asistir a la comida, que estaba de paso. Indignados Han irrumpido en la política indignados contra los que mandan más en España y Europa (PP, PSOE, otros partidos con vocación de poder). Éste es el partido del Podemos: ‒ Podemos echar abajo a los políticos convertidos en maquinaria de poder ‒ Podemos gobernar escuchando a todos, sin hacernos una casta mandarines, poniendo nuestra vida y administración al servicio de todos ‒ Podemos, podemos, podemos… Del podemos al haremos Personalmente me alegro mucho de que hayan obtenido muchos votos…. Me alegraría mucho más sin lograran aquello que proponen: echar abajo los partidos con “vocación permanente de poder”, convertido en imposición sobre los demás. Me alegraría saber que pueden gobernar de un modo distinto, en democracia verdadera, sin convertir la “toma de poder” en dominio con poder sobre los demás… (No quiero poner la foto de ninguno, para no hacer propagando… Por humor, pongo la mía, casi en pose de “podemos”). Buen día a todos.
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