BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  

Mirar desde el espíritu por: Enrique Martínez Lozano

6/6/2014

0 Comentarios

 
Quizás aquellas primeras comunidades se reunieran "al anochecer del día primero de la semana" (domingo), para recordar la "cena del Señor", o vivir la "fracción del pan". Pero, teniendo eso en cuenta, me parece, no solo legítimo, sino enriquecedor, aproximarnos a una lectura simbólica del texto.

"Al anochecer": cuando todo se vuelve oscuro en nuestra vida. Quizás porque se ha removido algo emocional, que tiene que ver con necesidades muy antiguas –aunque sean inconscientes- o con miedos a los que somos particularmente sensibles. Por lo que sea, todo parece, de pronto, nublarse. Como si nuestras anteriores certezas o seguridades hubieran también desaparecido.

Sin embargo, es "el día primero de la semana", es decir, el día de la creación, cuanto todo se hace nuevo. No es extraño que ambas sensaciones contradictorias convivan: hay oscuridad y confusión, pero existe, de fondo, una certeza inamovible que, aunque sea quedamente, nos va diciendo: "todo está bien", "yo hago nuevas todas las cosas" (Ap 21,5).

Con todo, incluso a pesar de la certeza de fondo, no es raro que la oscuridad y el malestar emocional nos lleven a mantener "las puertas cerradas". En realidad, la "cerrazón" de las personas, así como su aparente dureza, no es sino un signo de vulnerabilidad. De manera que podría establecerse la siguiente ecuación: a mayor dureza manifiesta, mayor vulnerabilidad escondida.

El miedo es siempre mal consejero, porque fácilmente deforma nuestra visión de la realidad. Sin apenas darnos cuenta, constituye un filtro que nos impide ver las cosas tal como son. Hasta el punto de que, como dice una frase atribuida a Martin Heidegger, "hemos olvidado cómo aparecería el mundo a los ojos de una persona que no hubiera conocido el miedo".

Con todo, aunque necesitemos ayuda, también podemos tomar distancia de nuestros propios miedos. No para reprimirlos ni negarlos –lo cual siempre resulta contraproducente-, sino para, aceptándolos y aun abrazándolos, no reducirnos a ellos. Acallar la mente, observar los miedos sin dejarnos identificar con ellos, nos permite escuchar otra "voz" más profunda, aquella que nos asegura: "Paz contigo"; tu identidad más profunda es, y siempre será, Paz.

En realidad, "Jesús" es otro nombre de nuestra verdadera identidad. Desde la perspectiva no-dual, todos somos no-dos, el único "Yo Soy". Y la voz que escuchamos en esos niveles más profundos siempre viene de él, del único Fondo de lo Real, que las religiones han nombrado como Dios (y que, en el cristianismo, en particular, se ha nombrado como "Jesucristo").

Por eso, basta escuchar esa "voz" que nace de nuestro Fondo común y compartido para que notemos cómo nuestra vida se empieza a transformar. Y de pronto experimentamos como que el "aliento" vuelve a nosotros. Un aliento –nuestro mismo y compartido Espíritu- que disipa la oscuridad y nos capacita para convivir con nuestros miedos.

Es probable que sigamos percibiendo el "doble nivel": el de nuestro yo particular –con sus necesidades y sus miedos- y el de nuestra verdadera identidad o "Yo Soy", pero habremos descubierto que no se sitúan en pie de igualdad. Y que, al anclarnos en el "Yo Soy", en el Espíritu que somos –la Consciencia ilimitada-, todo empieza a ser percibido de modo diferente. La visión cambia radicalmente cuando, en lugar de mirar nuestra vida desde la perspectiva del yo atemorizado –no existe ningún yo que no se halle bajo el temor-, lo hacemos desde el Espíritu que somos, donde nos sabemos siempre a salvo.

Y ese Espíritu es, entre otras cosas, "perdón". Porque sabe que todo el mal que hacemos y nos hacemos es fruto únicamente de la ignorancia. Y sabe además que lo que llamamos "yo" es solo una ficción. Por tanto, no hay nadie herido, nada que perdonar ni alguien que deba ser perdonado.

Lo que ocurre es que esto nunca lo podremos ver mientras nos mantengamos en la mente, identificados con el yo. Esta visión únicamente es perceptible desde nuestra verdadera identidad; desde la "mirada" amplia que ha trascendido la miope visión egoica; desde el Espíritu que somos.

0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Febrero 2023
    Enero 2023
    Septiembre 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Septiembre 2021
    Agosto 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Mayo 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Agosto 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Noviembre 2010
    Octubre 2010
    Septiembre 2010
    Agosto 2010
    Julio 2010
    Junio 2010
    Mayo 2010
    Abril 2010

    Categorias

    Todo

    Canal RSS

    Picture
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2023
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor