BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English
  

Madurar, ¡qué cosas! por: Gabriel Mª Otalora

10/25/2015

0 Comentarios

 
Oigo por todas partes la palabra responsabilidad; sobre todo a los políticos quienes, según las encuestas, son un colectivo de los peor valorados. Del madurar como personas se oye hablar menos como es normal en una “sociedad líquida” (Z. Bauman) que se rige con el patrón de las personas superficiales, consumistas  y volátiles. Hablar de madurez es casi patrimonio exclusivo de la fruta y su momento óptimo para el consumo mientras buena parte del bienestar personal pasa por alcanzar una buena dosis de madurez que, como los vinos, solo se llega con la experiencia que dan los años.  
Tanto hablar de derechos y desarrollo de todo tipo de ciencias sociales y de la inteligencia emocional y espiritual, para encontrarnos en una sociedad hedonista a medio hacer que desdeña la madurez pero que ha logrado alcanzar tal nivel tecnológico que podemos arreglar las desigualdades del mundo en un par de años aunque nos angustia que podemos destruirlo en treinta minutos. Las denuncias que nos advierten de ello ya no bastan ante la actitud posmoderna acrítica de quedarse atrapado por la fealdad de lo que se está observando.
Acabo de terminar el ensayo “Vida líquida” del sociólogo Zigmunt Bauman, en el que recuerda que hoy, la autenticidad se encuentra bebiendo una determinada ginebra, llevando una marca de ropa interior, hablando con un determinado móvil o queriendo ir de vacaciones a los sitios que se han puesto de moda. Es la singularidad de que todos queremos gastar en lo mismo para creernos singulares, y nos manipulamos unos a otros esa necesidad que tenemos de singularidad. La exclusividad de sentirnos únicos está en utilizar las mismas marcas y aparatos, pero que serán productos más o menos singulares dependiendo de la capacidad de compra y actualización permanente (de ropa, móviles, coche…), en forma de consumo irracional movido por esos estímulos de satisfacer deseos que nos vuelven personas inmaduras y profundamente insatisfechas. Bauman nos advierte que la sociedad de consumo justifica su existencia mediante la promesa de satisfacer los deseos materiales humanos (remarcando lo de materiales) como ninguna otra sociedad lo ha hecho, aunque esta promesa de satisfacción solo resulta atractiva siempre y cuando los deseos no sean del todo satisfechos.
Para satisfacer esa necesidad de individualidad, nada de buscar en nuestro interior: como si nuestra plenitud se circunscribiera al consumismo. La paradoja que alerta Bauman  es lo incomprensible que resulta aceptar mansamente que la lucha por la singularidad se ha convertido en el principal motor, tanto de la producción en masa como del consumo masivo. A este individuo consumista, Bauman lo define como homo eligens, un ser que elige “completamente incompleto, definidamente indefinido, auténticamente inauténtico”, seamos ingenieros, soldadores, abogados, interinas, científicos o amas de casa. El homo eligens y el mercado de consumo conviven en perfecta simbiosis gracias a que aceptamos ser el objeto -que no sujeto- del consumismo que sobrevive gracias a esta inmadurez que nos toleramos y que permite que el consumismo lo invada todo mediante una sencilla técnica que consiste en devaluar los productos cada poco tiempo de haber salido, sacando otros nuevos para generar nuevos impulsos consumistas. Y hacerlo de tal modo que cada necesidad o carencia dé pie a nuevas necesidades o carencias.
Lo más increíble es que no estoy desvelando ningún secreto. Todos somos más o menos conocedores de este juego insensato que nos ha convertido en personas individualistas e insatisfechas. Pero lo efímero del consumismo, además de insatisfechos, nos ha hecho egoístas desarrollando una peligrosa indiferencia ante lo que es bueno y no solo que resulta más apetecible. Frente a la inmadurez que lo invade todo, nos queda la libertad para amar desinteresadamente. Esta capacidad de amar se realiza en la solidaridad que, a medida que madura, se convierte en sabiduría para otros. Esto sí que nos convierte en personas verdaderamente singulares.
0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Septiembre 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Septiembre 2021
    Agosto 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Mayo 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Agosto 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Noviembre 2010
    Octubre 2010
    Septiembre 2010
    Agosto 2010
    Julio 2010
    Junio 2010
    Mayo 2010
    Abril 2010

    Categorias

    Todo

    Canal RSS

    Picture
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2023
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English