BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English
  

Jesús, un Mesias distinto por: José Enrique Galarreta

6/23/2013

0 Comentarios

 
Esta "profesión de fe" de Pedro se recoge en los tres Sinópticos. El comienzo y el final son semejantes en los tres:

‒ Pregunta de Jesús
‒ Confesión de fe de Pedro, en nombre de todos.
‒ Jesús les manda que guarden el secreto.
‒ Anuncio de los sufrimientos y muerte.
‒ ...
‒ Sermón sobre "ganar - perder la vida".

A este esquema general, Mateo añade la promesa a Pedro ("Bienaventurado.... yo te daré las llaves"). Marcos y Mateo incluyen la protesta de Pedro ante el anuncio de la pasión y la violenta reprimenda de Jesús al mismo Pedro ("Apártate de mi vista, Satanás..") .

El tema básico por tanto es triple:

§ la profesión de fe en Jesús-Mesías hecha por los discípulos.
§ el rechazo por Jesús del Mesías triunfante (davídico), con el anuncio de la Pasión y muerte.
§ la aplicación moral (salvar la vida-perder la vida)

La pregunta de Jesús, la respuesta de los discípulos y la severa matización de Jesús recogen el centro de la fe. ¿Quién es este hombre?

Contra la idea de que es un Profeta, uno más en la línea del Antiguo testamento, y más allá de la expresión "es el Mesías que esperábamos", se proclama que esto es diferente. Es más que un Profeta, el Mesías, pero no es como lo esperábamos.

Los discípulos están dispuestos a admitir que Jesús es el Mesías, pero no se han dado cuenta de que el Mesías es Jesús, es decir, que lo que esperaban debe ser corregido, porque esperaban mal.

Esperaban un rey libertador, esperaban la supremacía de Israel; se van a encontrar con el Siervo pobre y sufriente.

Esperaban la salvación triunfante, por el éxito esplendoroso; se van a encontrar con la salvación por la cruz.

Esperaban la gloria del Templo, la glorificación de su Ley; se encuentran con el conocimiento de Abbá, la conversión, la invitación al Reno de Dios.

La disyuntiva es tan fuerte que Jesús se quedará casi solo. El capítulo sexto de Juan muestra bien esta crisis. El pueblo puede admitir a Jesús como Mesías, pero no puede admitir que toda su religión anterior, su Templo, su legalismo, su veneración al pie de la letra de la Ley de Moisés... sea arrinconada. El vino nuevo de Jesús rompe los odres viejos.

Es esto lo que lleva a Jesús a la cruz; el rechazo al Reino. Este rechazo lo hizo en su momento la Antigua Ley, pero sigue existiendo, y constituye algo esencial en nuestra propia fe y en la evangelización: aceptar o rechazar a Jesús es la encrucijada de la fe.

Estremece la precisión del programa:

· negarse a sí mismo
· cargar su cruz cada día
· seguir a Jesús.

Hay en todo esto una evidencia de la verdad de Jesús, íntima y convincente, que a los creyentes nos parece superior y más profunda que cualquier otra. (Pienso que por eso precisamente creemos en Jesús).

Las religiones se estrellan ante la realidad misma, cotidiana y fea, de la vida humana, y le ofrecen compensaciones místicas, esplendores cultuales, nociones de culpa y mérito... que en el fondo no son más que proyecciones de lo humano soñado a lo divino, compensaciones sublimadas de la insatisfacción de vivir, aparatos externos para eludir el enfrentamiento con lo íntimo de la conciencia...

Lo de Jesús es asumir la condición humana tal como es y construir desde ahí algo más humano y más real. Rechazar al mesías triunfante no es un cambio conceptual, es asumir que la persona humana religiosa no se evade de la realidad. Aceptar el destino trágico de su propia vida no es ofrecerse en sacrificio redentor por los demás sino aceptar que la vida bien vivida tiene un precio.

Creer en el resucitado no quiere decir que al final tienen razón los resplandores milagrosos, sino que creemos en el crucificado, precisamente porque ha sido capaz de no eludir lo más humano de lo humano: la oscuridad ante Dios, la tentación de la falsa religiosidad, las consecuencias ásperas de una vida conforme a la Palabra.

En el itinerario hacia la fe en Jesús hay varios niveles: admirarle es el punto de partida; aceptar sus valores y su modo de vivir es ya una opción de vida; reconocer en él la imagen misma de Dios y el modelo de lo humano es ya la fe cristiana explícita.

¿Por qué damos los creyentes este tercer paso? En la escena del evangelio de hoy, versión de Mateo, está una parte de la respuesta: "Bienaventurado eres Pedro, porque no es la carne ni la sangre la que te ha revelado esto, sino mi Padre que está en los cielos". Es decir, en el proceso de la fe no hay un solo protagonista, el ser humano que llega a creer, sino dos: Dios trabaja, el Espíritu mueve a la fe.

Pero esto podría tomarse como una evasión. Ese proceso de "llamada" de Dios está, como todo, encarnado. La búsqueda sincera de un modo de vivir digno, la comprobación de la distinta satisfacción interior recibida a consecuencia de nuestras acciones y actitudes, la comprobación de los resultados que tiene para la vida y la historia humana la aplicación de los valores de Jesús o de sus contrarios... va creando en nosotros una convicción íntima: no hay palabra como Su Palabra, no hay modelo humano como Él, no hay divinidad como la que en Él se muestra. Y se nos abre la invitación a la fe, a pasar de la admiración por un hombre excepcional al reconocimiento de "el hombre lleno del Espíritu". Por todo esto dirá Pablo: "Sé de quién me he fiado".

Este Jesús de quien nos hemos fiado nos invita a "perder la vida para ganarla". Pérdida y ganancia es lo mismo que salvación y perdición. Se trata de una profunda definición del ser humano, una definición enteramente existencial: el ser humano es un proyecto, que puede realizarse o echarse a perder. Más aún, el ser humano es un proyecto arriesgado, porque le falta información sobre lo que le conviene o le perjudica, y le atraen irresistiblemente muchas cosas que no le convienen.

Además, el ser humano se cuestiona constantemente sobre los "males" que le suceden en la vida, los fracasos, las enfermedades, la vejez, la muerte... y acaba concluyendo que el único valor consistente es el placer, y el placer inmediato, puesto que no comprende el sentido de todo lo demás.

Jesús cambia el sentido entero: informa al ser humano de quién es: hijo de Dios, caminante, pecador. Informa al ser humano de para qué está aquí: para caminar, para liberarse, para ayudar a caminar y ayudar a que sus hermanos se liberen.

Informa al ser humano de quién es Dios: el pan y vino para el camino: el Espíritu, la fuerza para caminar: la Palabra, la luz para el camino: el agua, que lava los pecados y hace llevadero el camino. Informa al ser humano de que la cruz es su compañera, como lo es de todo caminante, pero ni es el final ni es insuperable: y le informa de cómo llevar la cruz para que se convierta en algo válido para siempre.

Esto es "perder la vida", superar los valores que aceptan los que no tienen más sentido de la vida que la vida misma: estos valores parecen múltiples (poder, dinero, éxito social, dignidad, estar a bien con uno mismo...) pero son uno sólo: placer, mejor cuanto más intenso y más inmediato. Indican que no se espera nada más allá de esta vida. Jesús ha puesto el punto de mira de la vida humana más lejos y más arriba, y todos los valores se re-ordenan mirando hacia allá. Para los que no miran hacia allá, esto es "tirar la vida", "perder la vida". Para los que miran hacia donde mira Jesús, tirar la vida es dedicarla sólo a vivirla a gusto aquí y ahora.

Jesús "tiró su vida". Podía haber hecho carrera política, podía haber sido un líder aclamado... lo que hubiera querido. Facultades le sobraban para ello. Esto esperaban de él incluso sus discípulos, incluso cuando decían "Tú eres el Mesías", porque pensaban que el Mesías sería el Rey restaurador del esplendor de Israel. Jesús tiró su vida porque era el Salvador, porque sabía muy bien que no vivía para disfrutar o triunfar aquí a los ojos de "el mundo", sino para sembrar la Liberación.

Pero Jesús "salvó su vida", y la de los demás, porque gracias a Él podemos salvar la nuestra. Éste es el mensaje de fondo de la resurrección y la ascensión: el triunfo definitivo, la manifestación de que el Crucificado no ha fracasado, sino que, liberado hasta de la muerte, "está a la derecha de Dios", ha llegado a la meta, y, además, como Primogénito, como el primero de nosotros, como Cabeza de puente de este cuerpo de caminantes que vamos tras Él, animados por su mismo Espíritu.

0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Septiembre 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Septiembre 2021
    Agosto 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Mayo 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Agosto 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Noviembre 2010
    Octubre 2010
    Septiembre 2010
    Agosto 2010
    Julio 2010
    Junio 2010
    Mayo 2010
    Abril 2010

    Categorias

    Todo

    Canal RSS

    Picture
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2023
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English