BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English
  

Espíritu de verdad, espíritu de unidad por: Enrique Martínez Lozano

5/24/2014

0 Comentarios

 
Para el cuarto evangelio, el Espíritu es "otro Paráclito" porque aquellas comunidades de finales del siglo I tienen claro que el "primer Paráclito" es el propio Jesús.

El término griego "Parakletos", que se suele traducir como "Defensor", significa literalmente "el que está al lado", para defender, apoyar, consolar, sostener... Por ese motivo, alguien ha insinuado que la traducción más acorde sería, tanto la de "abogado defensor", como la de "asistente social".

En la misma evolución de las comunidades, se fue produciendo lo que los expertos denominan un "dualismo eclesiológico": es decir, se marcaron cada vez más distancias entre la propia comunidad y "los de fuera" (el "mundo"). El redactor de esta época ya tardía no pierde ocasión para insistir en que el don de Jesús se dirige únicamente a la comunidad de discípulos: "Lo conocéis vosotros [la propia comunidad joánica]", pero "el mundo no lo conoce..."; "vosotros me veréis, pero el mundo no me verá"...

Se trata de una distancia, característica de todo grupo sectario (no en el sentido peyorativo, sino etimológico), que se suele ver agudizada –como era aquel caso- cuando la comunidad se siente perseguida.

Más allá de las anécdotas históricas, el Paráclito es llamado aquí "Espíritu de la verdad". Y la verdad –parece añadir más adelante- es que "yo estoy en mi Padre, vosotros en mí y yo en vosotros".

La verdad –no podía ser de otro modo- tiene sabor de unidad. Nos faltan palabras para poder expresarlo adecuadamente, pero unidad no es suma o yuxtaposición. La unidad tampoco es algo que podamos producir, ni siquiera gracias al amor. No es, en fin, el "resultado" de nada.

Es más bien al contrario: lo primero es la unidad. Todo es Uno. Lo demás –amor, cercanía, equipo...- es simplemente consecuencia de lo que ya es.

La unidad se puede percibir como un sentimiento profundo de pertenencia o de vinculación, en un nivel infinitamente más profundo que el psicológico.

Se trata de una vinculación del orden del ser: no es que nos hagamos uno, ni siquiera que nos sintamos así. Es que lo somos.

El Espíritu de la verdad puede recibir otro nombre como Espíritu de la unidad. Pero no como una entidad separada, tal como nuestra mente pensaría. Si se llama Espíritu de unidad es porque se trata de ese Misterio único del que todos participamos, que todos compartimos, en el que todos somos uno.

El resultado de esta comprensión y vivencia no puede ser otro que el amor. No un amor entendido como movimiento sensible o emocional, sino el que se percibe como consciencia clara de no-separación de nada. Amor, por tanto, que se traduce en empatía y compasión.

Pero tal comprensión va necesariamente unida a una percepción adecuada de la propia identidad. Porque, mientras yo siga pensando que el yo constituye mi identidad, me estaré cerrando al amor, porque no podré percibir la unidad que somos. Desde el yo (ego) pondré en marcha un comportamiento egocentrado.

Solo cuando comprendo que no soy el yo, podrá modificarse radicalmente mi perspectiva. A partir de ahí, ya no "mediré" las cosas desde el interés del ego, sino desde la identidad amplia y una que compartimos. Y descubriré que, con frecuencia, lo que parece "malo" para mi ego puede que sea lo más acertado. Y a la inversa, quizás lo que mi ego persigue con tanta fuerza no sea lo que realmente me (nos) construye en lo que soy (somos).

Y aquí nos resuenan las palabras sabias del propio Jesús, que brotaron sin duda de esta misma comprensión: "El que quiera salvar su vida [psiché, ego] la perderá, pero el que pierda su vida, la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a uno [al ego] ganar todo el mundo si pierde su vida? ¿Qué puede dar uno a cambio de su vida" (Mc 8,35-36).

No son palabras de amenaza, ni –en primer término- de exigencia o de mortificación. Son palabras de sabiduría, que llaman a "despertar", a salir de los engaños en que nos encerramos, como consecuencia de haber absolutizado la visión estrecha de la mente, y a descubrir la luminosa verdad de que somos Unidad.

0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Septiembre 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Septiembre 2021
    Agosto 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Mayo 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Agosto 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Noviembre 2010
    Octubre 2010
    Septiembre 2010
    Agosto 2010
    Julio 2010
    Junio 2010
    Mayo 2010
    Abril 2010

    Categorias

    Todo

    Canal RSS

    Picture
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2023
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English