El neoliberalismo ha encaminado a nuestros países a la desigualdad abismal entre ricos y pobres. Este mismo neoliberalismo en los últimos 20 años en Nicaragua hizo acaparar los bienes en pocas manos. Es un escenario donde los deseos de una minoría de ricos terminan por imponerse sobre las necesidades básicas de la mayoría de pobres. No es necesario aportar datos, basta con ver la crisis financiera y cómo corre la banca estatal de los países ricos para salvar a las transnacionales y a la banca privada mundial.
En estas circunstancias, ¿somos capaces de cambiar esa lógica que favorece a unos pocos privilegiados a costa de la vida de la mayoría de pobres? ¿Qué papel jugamos los cristianos y cristianas en este segundo decenio del siglo XXI? La humanidad necesita cambiar el modelo depredador neoliberal por un modelo que aporte un cambio sustancial y que cambie lo hasta hoy hecho en materia ambiental, mercantil y social. Pero más aún, es necesario cambiar la conciencia. Es necesario una conversión, una transformación. Tener una mirada y un corazón nuevo (Sal. 50 (51), 12). Desde la perspectiva de los pobres, el cristianismo ha de estar dispuesto a aportar en la transformación de nuestro mundo a favor de la justicia y la vida. El cristiano descubre la presencia de Dios estando al lado del sacrificado y negándose a aceptar que la lógica excluyente del capitalismo sea la lógica que tiene la razón. El cristianismo debe de aportar a nuestra sociedad un nuevo modo de relacionarse de manera solidaria para construir un hogar común para la humanidad. Parte de la mística de ser cristiano es buscar el Bien Común. Dar la vida por sus amigos (1Jn. 3, 14). Pero ¿qué es el Bien común? El bien común busca en primer lugar que todos y todas tengan cubierta todas las necesidades. El bien común posibilita nuevos sujetos en nuestra sociedad que la transformen. El Bien Común garantiza el bien personal, familiar y comunitario. “El bien común abarca el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten al hombre, a la familia y a la asociación conseguir más perfecta y rápidamente su propia perfección” (Const. Past. Gaudium et Spes, 74, Concilio Vaticano II) Pero esa perfección nos la enseña Jesús de Nazaret con la Buena Noticia de Dios que está en la solidaridad como actitud y modo de vida para buscar el Bien Común. Basta con ver en el evangelio los relatos y enseñanzas de Jesús. En el libro de Lucas, como un pequeño ejemplo, aparece la parábola del Buen Samaritano (Lc. 10, 25-37) que nos puede iluminar en torno al Bien Común. La parábola del buen Samaritano es la explicación práctica de la Ley de amor hacia el prójimo que debe regir al cristiano. El “problema” del maestro de la ley gira en torno a una recta ilustración de quién es el prójimo. ¿Quién es el prójimo: el israelita o el forastero? Pero, no se trata de averiguar quiénes son mis prójimos sino más bien se trata de hacerse el prójimo de los demás. En esta parábola el prójimo del hombre que cayó víctima del asalto fue el que practicó la misericordia con él (10,37a). La recomendación de Jesús al experto en la Ley es: haz tú de la misma manera (10,37b). Pues, esta lectura nos puede ayudar y dar pauta para saber como hacer del Bien Común una manera de actuar ante los y las demás. El amor y la solidaridad no consisten solamente en conmoverse ante la miseria y el dolor del otro. Nótese cómo el samaritano se acercó y se detuvo a curar sus heridas. Pagó y se comprometió a costear todo lo que fuera necesario. Más que «hacer una caridad», se comprometió sin reserva ni cálculo. El cristiano es solidario cuando asume la condición de buen samaritano y hace del Bien Común una práctica en su vida. Una práctica que lo llevará a preocuparse por la dignidad de las personas, que en nuestra sociedad exige el esfuerzo de reducir las desigualdades sociales y económicas y un trato más digno también con nuestra Madre Tierra. En fin, para que nuestra sociedad sea la aldea global donde todas y todas quepamos en armonía con nosotras y nosotros mismos y con la Madre tierra, es necesario cambiar de actitud y volvernos buscadores del Bien Común. Es difícil. Implica ir en contra de esta sociedad individualista y machista; pero si comenzamos por ayudar a los más pobres de nuestras comunidades, de nuestros barrios, de nuestros trabajos, de nuestro país, posiblemente como cristianos y cristianas vamos a ser portadores de la Buena Noticia de que el Reino de Dios ya está entre nosotros y nosotras. Y eso es el inicio de que otro mundo es posible. CEB “San Pablo Apóstol”- 21 de Febrero de 2011 En memoria a dos incansables luchadores que un día como hoy dieron sus vidas por la lucha del Bien Común: Gral. Agusto C. Sandino héroe nacional Nicaragüense. Malcom X. Líder afroamericano en Estados Unidos.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando
EL BLOGEl blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida. SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...
Archivos
Febrero 2023
Categorias |