BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  

Dios y el sufrimiento por: Carlos F. Barberá

7/29/2013

0 Comentarios

 
En 1999 André Glucksmann, uno de los llamados nuevos filósofos, escribió un libro titulado "La tercera muerte de Dios". Sostenía que a lo largo de la historia ha habido tres muertes de la divinidad: la primera es la de Jesús en la cruz; la segunda, la promovida por los filósofos del siglo XIX, Marx y Nietzsche a la cabeza; la tercera es la actual, la de la indiferencia frente a un Dios inactivo ante las matanzas del siglo XX, desde la primera guerra mundial hasta el genocidio de Ruanda. "La religión es el vínculo social. Cuando ese vínculo se convierte en guerra, corrupción, tortura y exterminio, una religión que aparta la mirada y se retira de puntillas está fallando y pierde la partida. Jaque mate".

Cabe preguntarse por qué precisamente ahora la existencia de un mal generalizado cuestiona a Dios, siendo así que siempre en la historia se han dado masacres y exterminaciones.

Durante siglos la persona humana, limitada en su existencia a un ámbito reducido, se sentía participante de un cosmos presidido por Dios. Sin duda existían la violencia, la enfermedad y la muerte pero formaban parte de un destino global grandioso, del que cada uno era apenas una pequeña pieza.

Es la Ilustración la que, poniendo la mirada en la persona humana concreta como alguien sujeto de derechos, siente como una injusticia lo que esa persona tenga que sufrir por el hecho de estar en el mundo.

En 1755 tuvo lugar el terremoto de Lisboa, que causó entre 80 y 100.000 muertos, que fue seguido de un maremoto y de incendios que aniquilaron prácticamente la capital portuguesa y que llevó la muerte y la destrucción hasta el interior de España. Ese acontecimiento se vivió en la Europa ilustrada como un gran escándalo y un enorme desafío. Leibniz se sintió obligado a escribir su Teodicea, una justificación de Dios a pesar del mal, y Voltaire a ridiculizarla en su novela Candide. En definitiva se trataba de la cuestión: ¿se puede seguir creyendo en Dios a pesar del dolor, de la injusticia y de la barbarie que El no evita o no reprime?

La importancia de esa pregunta, soslayada durante tanto tiempo en la teología cristiana, empieza ahora a situarse en el centro de la reflexión. Más aún: se va viendo cada vez más claro que la lucha contra el mal y el sufrimiento constituyó la línea más importante de la actuación de Jesús. Una Iglesia que no la ponga en el centro de su reflexión y de su actividad cosechará la indiferencia que señalaba Glucksmann.

Dorothee Sölle, la teóloga alemana, escribió un libro sobre el sufrimiento. En él cuenta que había mucha gente que, al conocer lo sucedido en Auschwitz, se preguntaba dónde estaba Dios. Ella responde: "Durante la época nazi en Alemania, Dios había sido pequeño y débil. Dios era –de hecho– impotente, porque no tenía amigas y amigos; el Espíritu de Dios no tenía donde morar; el sol de Dios, el sol de justicia, no brillaba. El Dios que necesita a los seres humanos para ser, era una nada. [...] Dios no es el Vencedor todopoderoso, sino el que está al lado de los pobres y los desfavorecidos. Un Dios que sigue estando oculto en el mundo y que quiere hacerse visible". Y añade: "Cuando hube comprendido lo que había pasado en el campo de concentración de Auschwitz, me adherí al movimiento en favor de la paz. No me desentendí de Dios, como hacen muchos, cargando sobre él toda la responsabilidad. Sino que comprendí que Dios nos necesita para realizar lo que él pretendía con la creación. Dios sueña con nosotros. Y no hemos de dejarle que sueñe solo".

Este texto precioso señala lo que debe ser el objetivo primero de la Iglesia: la lucha contra el sufrimiento. No es el culto su tarea primera sino la compasión, el consuelo, la denuncia. Los dirigentes eclesiásticos españoles alardean, sin duda con razón, de que diez millones de fieles acuden cada domingo a la iglesia. Es una cifra alentadora pero no debería ser la más importante sino la de los millones que están en ONGs, tienen iniciativas solidarias, realizan tareas de acompañamiento y de denuncia. El culto es importante pero lo primero es el combate contra el sufrimiento.

Queda, sin embargo, algo importante que añadir. En el libro citado anteriormente, Dorothee Sölle escribe: "No es ninguna casualidad que en toda reflexión cristiana sobre el sufrimiento surjan elementos místicos... El dolor físico de dar a luz, que se usó siempre como metáfora del sufrimiento, no es comparable al dolor sin sentido del cálculo renal. Los místicos han intentado transformar todo sufrimiento que nos afecta en sufrimiento de parto y suprimir así toda falta de sentido". Junto a la lucha contra el dolor humano, la Iglesia ha de enseñar la vivencia mística en el sufrir.

No es una tarea fácil porque sólo podrán acometerla quienes hayan vivido esa experiencia. Los demás, como al comienzo los amigos de Job, han de reducirse a aportar su silencio. Pero quienes ha sufrido profundamente podrán hablar de la compañía de Dios. Un amigo mío sacerdote tuvo que estar colgado durante tres meses tras un accidente que le hundió el esternón. Le visitaron y trataron de animarle desde el obispo hasta muchos colegas y amigos. Al final me confesó: "El único que me aportó algo fue un cura mayor que se sentaba a mi lado en silencio y me decía: sufres mucho ¿verdad?"

Esta anécdota me ha hecho reflexionar sobre el hecho de la compañía. Quien se siente solo puede conocer que es difícil vivir sin compañía. No es fácil, en cambio, explicar qué es lo que la compañía aporta. Es algo sutil, impalpable, difícil de definir pero ciertamente real. La compañía, aun la silenciosa, aporta una certidumbre: no estás solo. Y también una promesa: en lo que de mí dependa, no lo estarás jamás.

En la vida del creyente, pero en especial en los momentos de sufrimiento, Dios es el Dios que acompaña. En unas notas sobre su propia enfermedad Mari Patxi Ayerra terminaba de este modo: "Cuando todos se van, Dios se queda". Dios nos acompaña y nos promete definitivamente: no estás sólo ni lo estarás jamás.

En su novela "El hombre que fue jueves" uno de los protagonistas echa en cara a Domingo, el jefe desconocido, los sufrimientos que han debido soportar.

"¿Y tú –gritó Syme con voz espantosa- ¿has sufrido tú alguna vez?... Y antes de que la oscuridad aniquilara su espíritu, Syme creyó oír una voz distante que repetía aquel lugar común que alguna otra vez había oído, quién sabe dónde: ¿Podréis beber la copa que yo bebo?"

0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Febrero 2023
    Enero 2023
    Septiembre 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Septiembre 2021
    Agosto 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Mayo 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Agosto 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Noviembre 2010
    Octubre 2010
    Septiembre 2010
    Agosto 2010
    Julio 2010
    Junio 2010
    Mayo 2010
    Abril 2010

    Categorias

    Todo

    Canal RSS

    Picture
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2023
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor