La violencia se actualiza y recrudece en la Franja de Gaza. Desde que tres jóvenes judíos desaparecieron y fueron encontrados asesinados, la espiral de la venganza no tiene fin. Mohamad Abu Khdeir, un joven palestino de 16 años, fue quemado vivo, víctima de la bestialidad humana. Hamás reacciona con más violencia y la ira del estado judío recurre al poderío de la aviación que se vuelve implacable bombardeando a la población civil asediada en la Franja de Gaza.
Los muertos son palestinos, las cifras centenarias se superan cada día, y los heridos exceden de mil quinientos. Las víctimas son principalmente civiles, entre ellos niños, jóvenes, mujeres y ancianos. Y como para escenificar un verdadero infierno, el ejército israelí ha iniciado la invasión del territorio de Gaza con tanques y artillería pesada. Es la iniquidad de la maldad humana llevada a su máxima expresión. Ante la impotencia y la perplejidad el mundo calla. Los poderosos de las naciones verbalizan gestos inocuos y la violencia fratricida no cesa. La conciencia mundial repugna ante imágenes dantescas que delatan el escándalo de una complicidad globalizada y rendida ante el poder militar y económico de un pueblo también sufrido hasta el holocausto. Es incomprensible tanto odio institucionalizado, tanta indiferencia. Más incomprensible es que aquellos que alguna vez fueron masacrados por el odio racial en los campos de exterminio nazi, hoy se vuelvan contra una población inocente que no termina de llorar a sus difuntos. El mundo impávido contempla el genocidio de un pueblo que, luego de cada razzia, termina más expoliado y hacinado en una tierra que le ha sido arrebatada injustamente. Entretanto, Hamás parece ser una sórdida justificación de tanto horror. Así como el mundo un día comprendió que la hecatombe mundial se había ensañado contra el pueblo judío, reservando la triste denominación de holocausto para el sufrimiento de los hijos de Abraham, hoy ese mismo destino ha sido impuesto como condenación de otro pueblo, es el holocausto palestino. En nombre de Yavéh, en nombre de Alá, en nombre de Dios Padre, dejen de matar.
1 Comentario
rodolfo Morales
8/7/2014 01:29:07 pm
Este problema tiene contando mas de dos mil años y podemos decir que ambos países viven una guerra permanente, que comenzó con la crucifixión de Cristo por parte de poderosos Romanos y Judios, (lo mismo sucede ahora, solo que los romanos han sido reemplazados por EEUU) y el estado sionista primero robo territorio árabe y ahora viene cometiendo genocidio masacrando al pueblo palestino.
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