Queridos hermanos:
- Homenaje a Juan Pablo I en el aniversario de su muerte. Anuncié desde el principio que celebraríamos esta misa en memoria del gran Pontífice, cuyo reinado ha sido el más breve en este siglo: Juan Pablo I. Ayer 29 de septiembre, se cumplió un año de su inesperada muerte. - Solidaridad con Juan Pablo II en su viaje a Irlanda, Estados Unidos y las Naciones Unidas. También, que con nuestra misa, que es imagen de la Iglesia peregrina en el mundo, acompañemos al gran peregrino que ayer salió para Irlanda y luego llegará a Estados Unidos y llevará un mensaje de la Iglesia a todos los pueblos del mundo. Fijándonos en el primer motivo: Juan Pablo I, quiero destacar su figura de catequista. Aún ciñendo la dignidad más alta de la Iglesia se gozaba en el ser humilde catequista contando historia y haciendo un pontificado que se iniciaba bajo el signo de la sonrisa, de la sencillez. Sin duda que su breve pontificado fue suficiente para dar una nueva manera de ser, una nueva fisonomía al servicio del sumo pontificado. Este catequista escribió un libro -antes de ser Papa, naturalmente-, después ya divulgado bajo el título de "Ilustrísimos Señores". - De las cartas a los "Ilustrísimos Señores" De Obispo, él escribía mensualmente una carta a uno de los famosos personajes filosóficos, literatos, etc. de la humanidad, y las lecturas de hoy, de la Sagrada Biblia, me parece que coinciden con una carta escrita precisamente a Chesterton, Gilberto Chesterton, un inglés converso al catolicismo; una de sus obras se titula "La esfera y la Cruz". Juan Pablo I toma el tema en una forma muy sabrosa, muy catequística. - Escena de la "Esfera y la Cruz" Aparecen en esa novela dos personajes, el profesor Lucifer y el monje Miguel volando sobre Londres, precisamente sobre la cúpula de la catedral; el profesor Lucifer se ríe de la cruz y el monje Miguel lo reconviene para decirle: "¿qué sacas con esa burla? Te voy a contar una historia", y comienza el monje a contarle de un ateo, un renegado que subió a la cúspide de una iglesia para arrancar la cruz y la tiró abajo. Cuando bajó, comenzó a ver en las empalizadas de los bosques cruces y más cruces; y acababa con el bosque porque le parecía que había que arrancar del mundo la cruz. Llegó a su casa, y aquel obsesionado contra la cruz hasta en los muebles veía la figura de la cruz y desbarataba todo; al día siguiente lo encontraron muerto junto a un río, loco contra la cruz. - "Comenzáis por despedazar la cruz y terminarás destruyendo el mundo" Lucifer le dice a Miguel: "Esa historia te la has inventado tú". "¡Claro que sí! -le dice Miguel- pero representa cabalmente lo que tú acabas de blasfemar contra la cruz, y es que ustedes, los anticristianos, acaban, después de combatir a la cruz, destruyendo el mundo. ¿Qué sería un progreso sin la cruz?" "¡Ah -le dice Lucifer- nosotros luchamos por un progreso sin Dios, no es necesario Dios, basta el esfuerzo del hombre. Eso de un paraíso, de un Dios que da premios después, ha sido un Dios inventado o por los oprimidos para encontrar una evasión de su situación injusta o por los opresores para domesticar a los que tienen bajo su poder. Basta la lucha, esto es lo que salva al mundo. Ni fe en Dios que es una fe alienante, sino la lucha, la revolución y no vendrá un paraíso no alienante más allá de la historia, sino aquí, construido por el esfuerzo de los hombres". - Iván Karamazov, ateo, protesta contra un paraíso obtenido por heroísmos pasados. Miguel se sonríe y le dice: "Te voy a citar a un ateo" y le cita un escrito de Iván Karamazov, ateo que dice que él renuncia a una lucha en la cual solamente se van a beneficiar los de las generaciones venideras. No es justo que el trabaja por un mundo mejor no tenga una recompensa de justicia. Y Miguel le dice: "¿Dónde encontrará el que lucha por un mundo mejor esa recompensa y quién se la va a dar? ¿Qué sería un progreso sin Dios? ¿Qué sería una lucha solamente esperando un paraíso en la tierra? ¡No es más que pura ilusión! "Es necesario. Hay un sentido innato de vida en el hombre que lo lleva precisamente a las justas luchas reivindicativas, no solamente pensando en las generaciones futuras, yo reniego, dice, de una lucha en la que yo trabaje hasta morir, no vaya a tener yo también una participación, una recompensa y este sentido innato de la vida y del más allá es la respuesta del Cristianismo. No puede haber una lucha por un mundo mejor si no es basándose en una justicia divina, en un Dios remunerado, de los esfuerzos de los hombres. Una lucha sin Dios no tiene sentido". "Al fin -le dice Miguel- lo que te pasa a tí y a mí, tal vez, es que nos hemos formado una idea falsa de Dios". Lo que muchos combaten -estas ya son palabras del Papa Luciani, Juan Pablo I- no es al verdadero Dios sino la falsa idea que se han hecho de Dios. Un Dios que protege a los ricos, que no hace más que pedir y acuciar, que siente envidia de nuestro progreso, que espía continuamente desde arriba nuestros pecados para darse el placer de castigarlo. Querido Chesterton, tú lo sabes, Dios no es así; es justo y bueno a la vez: padre también de los hijos pródigos a los que desea ver no mezquinos y miserables, sino grandes, libres, creadores de su propio destino. Nuestro Dios, es tan poco rival del hombre que ha querido hacer al hombre, su amigo; llamándolo a participar de su misma naturaleza divina, de su misma eternidad feliz. Ni tampoco es verdad que Dios nos pida demasiado, al contrario, se contenta con poco porque sabe muy bien que no tenemos gran cosa. Esta es la lección catequística de este gran catequista del mundo que sólo se asomó a la historia universal y Dios nos lo quita hace un año, apenas unos meses de darnos una esperanza de la palabra sencilla del Dios verdadero, frente a un mundo que se ha falsificado la idea de Dios. Lo grande es que esta idea de Dios no es un invento del Papa Luciani. Yo cabalmente en las lecturas de hoy encuentro un título para mi homilía que coincide con el pensamiento del Papa, y así vamos a hacer de esta misa, un homenaje a la doctrina, al catequista, al hombre de la sonrisa, al que sabía enfrentarse a los ateísmos más absurdos con la sencillez de un catequista para decirles: no sean sencillos, una revolución sin Dios, un Dios sin los hombres o unos hombres sin Dios no es el panorama de la historia. LO QUE DIOS DA ES PARA TODOS LOS HOMBRES 1. Los bienes espirituales, magnanimidad de Dios y mezquindad de los hombres. 2. Los bienes materiales, justicia de Dios y egoísmo de los hombres. 3. (Perdonen que insista mucho) La trascendencia, clave para entender la mente de Dios y fuerza para realizarla. (Sin trascendencia no puede haber una verdadera lucha de liberación en el mundo.) 1. LOS BIENES ESPIRITUALES: MAGNANIMIDAD DE DIOS Y MEZQUINDAD DE LOS HOMBRES. A) Milagros fuera de los apóstoles... (mezquindad) El pasaje del evangelio es pintoresco, porque sin duda, cuando Marcos escribía este episodio sucedían estas cosas en la primitiva Iglesia, donde él escribía el evangelio dictado por San Pedro, en Roma o en Jerusalén. Es el pasaje donde le dicen a Cristo: "Hemos visto que alguien está haciendo milagros en tu nombre, lanzando demonios en tu nombre. ¡Prohíbeselo!" Respuesta de Jesús... (magnanimidad) La respuesta magnánima de Jesús es la que vamos a aprender: "No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. El carisma, dones maravillosos que Dios da para el bien de toda su Iglesia no los debe de monopolizar nadie. Nadie debe sentirse mezquino porque hay otro que predica mejor, porque hay alguien que tiene dones del Señor. Sería la mezquindad más absurda querer cortar, querer mutilar lo que Dios está dando, tal vez, al más insignificante. Qué hermosa la respuesta de Jesús: "Si hace milagros en mi nombre, aunque a ustedes les parezca que no está con nosotros, está con nosotros". B) Episodio de la profecía y Moisés. Más claro está todavía, en la primera lectura, el episodio de Moisés cuando recibiendo de Dios el don de profecía y compartiéndolo con los setenta ancianos, alguien le dice: "Faltan dos, Eldad y Medad, no han venido a la cita y allá están, en su tienda profetizando". Mezquindad humana. Y un muchacho corrió a contárselo a Moisés y Josué el colaborador de Moisés, le dice: "Moisés, ¡prohíbeselos!". Magnanimidad de Moisés. Moisés le responde: "¿Estás celoso de mí? Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor". Estos son los corazones magnánimos. Los que saben que Dios da sus carismas, sus dones, no para el uso antojadizo del hombre que los ha recibido, sino para construir con ellos el reino de Dios. San Pablo dice: a unos les dio dotes de doctores, a otros de consejeros, otro don de lenguas, de interpretación, diversos carismas, pero todos convergen hacia la edificación del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Esta es la doctrina que nos da la primera fase de nuestra reflexión de hoy. C) Espíritu e Institución. Aquí aprendemos, de paso, las instituciones y el Espíritu. Hoy está muy de moda ese antagonismo entre la Iglesia como institución y la Iglesia como carisma, como Espíritu. Hay quienes quieren ver como una oposición el Espíritu y la institución, de tal manera que no quisieran nada que ver con la jerarquía, con la institución y solamente quieren dejarse llevar del espíritu como ellos lo conciben. Otros, al revés quieren hacer prevalecer lo jerárquico de tal manera que sin él, ya no se puede usar el don que el Espíritu Santo ha dado. La armonía de estos dos dones, el carisma y la institución, es lo que constituye la Iglesia. Cristo desborda la Iglesia. Fuera hay elementos de verdad y de gracia. Tanto es así, que el Concilio Vaticano II tiene cosas reveladoras para muchos, sin duda, cuando dice que: Cristo, con sus dones, no se circunscribe a la Iglesia Católica, que fuera de los límites de la Iglesia Católica entre las confesiones protestantes, entre los musulmanes, entre los judíos, en el mundo entero hay muchos elementos de verdad y de gracia que se deben al único redentor de los hombres: Cristo Jesús. No queremos decir que sólo en la Iglesia Católica está todo Cristo, sería empequeñecer a Cristo. Tenemos que decir que Cristo ha venido a salvar a todos los hombres aún a aquellos que no han conocido el bautismo cristiano pero que con buena voluntad están cumpliendo su religión entendida a su manera. Claro, que el mismo Concilio dice: en la Iglesia fundada por Cristo, sobre la base de los apóstoles, dejó todos los medios de satisfacción, de tal manera que una persona que dude de que en la Iglesia Católica puede estar la plenitud de la salvación y no hace un esfuerzo para conocerla y para hacerse miembro suyo, sí estaría en pecado, estaría pecando porque ya hay duda y la duda hay que sacarla a flote conociendo la verdad. Pero, mientras una persona con buena voluntad está adorando a Dios a su manera, allí hay elementos de verdad y de gracia porque sin la gracia nadie se puede salvar. ¿Y quién sabe, queridos hermanos católicos, si fuera de los límites de la Iglesia Católica hay gente más santa que en la misma Iglesia Católica? ¿Y quién sabe si los que nos gloriamos de estar en la institución Iglesia jerárquica los mismos jerarcas no seremos tan santos como los que viven fuera, tal vez, de la Iglesia con un corazón más sencillo, con un respeto más grande a la persona, con un sentido de Dios y de espíritu, de agradecimiento al Señor?. Esta es la gran lección de los bienes espirituales. Ejemplos de institución y espíritu. Fíjense ¡qué armonía más maravillosa la de Dios! Allí tenemos esas apariciones o revelaciones que Dios ha hecho en el transcurso de la historia. Generalmente no lo hace a la Iglesia institución, sino al humilde pueblo de Dios. Allá en Lourdes, una muchachita, Bernardita Soubirous, la cual la Virgen la manda al obispo para que le edifique un templo. Y en el Tepeyac, de México, al indito Juan Diego es a quien la Virgen le da el Espíritu. Pero sí se necesita que la Jerarquía analice, dé validez a esa inspiración, y la ordene a la construcción del reino de Dios. Pero aquí está lo maravilloso, para que el jerarca no se enorgullezca del Espíritu, viene por un humilde miembro del pueblo de Dios y para que ese miembro del pueblo de Dios no se equivoque en su espíritu, tiene que ir a comprobarlo con la jerarquía. Las dos: institución y espíritu, hacen la Iglesia verdadera. En nuestra Arquidiócesis. Por eso, queridos hermanos, y yo aquí ya bajando a la realidad de nuestra Arquidiócesis, quiero admirar y darle gracias al Señor porque en ustedes, pueblo de Dios, comunidades religiosas, comunidades eclesiales de base, gente humilde, campesinos, ¡cuántos dones del Espíritu! Si yo fuera un celoso como los personajes del evangelio y de la primera lectura diría: ¡prohíbasele, que no hable, que no diga nada, sólo yo Obispo puedo hablar!" ¡No!, yo tengo que escuchar qué dice el Espíritu por medio de su pueblo; y, entonces, sí, recibir del pueblo y analizarlo y junto con el pueblo, hacerlo construcción de la Iglesia. Así tenemos que construir nuestra Iglesia: respetando el carisma jerárquico del que discierne, del que unifica, del que lleva a la unidad los diversos carismas variados; y los jerarcas, los sacerdotes, respetando lo mucho que en el pueblo de Dios deposita el Espíritu. Porque muchas veces sucede lo que deseó Moisés: "¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor!". Yo creo que en nuestra Arquidiócesis está pasando esto: es el pueblo que está recibiendo el espíritu de Dios. Yo cuando visito las comunidades las respeto y trato de orientar la mucha riqueza espiritual que yo encuentro hasta en la gente más humilde y sencilla. Esta construcción en la armonía es lo que el Señor nos pide. Yo quisiera bajar esta consideración a la situación de nuestra patria. Queridos hermanos, nadie tiene la clave para resolver la situación del país, él solo. Si una organización política popular no quiere entrar en dialogo con otras fuerzas liberadoras del país, está cometiendo el pecado de mezquindad y está diciéndole a Moisés: "¡Prohíbeselo, los otros no tiene razón, sólo yo tengo la razón!". ¡En una hora tan grave de nuestra historia nadie tiene toda la verdad! Es necesario un esfuerzo, esfuerzo que tenemos que hacer entre todos: pedirle a Dios! Y lo que nos inspire como individuo, como grupo, como organización, aportarlo al bien de todos, al bien común. Esta es la gran lección que, en la mezquindad de los que criticaban a los profetas, tenemos que aprender. El fin de todos esos dones que da el Señor es la construcción del reino. Espíritu apostólico y organización pastoral. Yo, en mi carta pastoral, en la parte ya pastoral, cuarta parte, hago una distinción entre el espíritu apostólico y la organización pastoral. Esto me interesa mucho que lo tengamos bien claro. Hay en nuestra Iglesia muchos movimientos: carismáticos, cursillos de cristiandad, movimientos conyugales, una serie de inspiraciones divinas que yo le doy gracias a Dios, y no sintamos la mezquindad de que Dios esté dando estos dones tan maravillosos, pero sí quiero decirles, como allá en la carta pastoral, que una cosa es el espíritu apostólico que surge donde quiera que el Espíritu habla y otra cosa es la organización pastoral. Un espíritu evangélico, apostólico, sin pastoral, se parece a esos torrentes sin canalizarse: en vez de hacer el bien, muchas veces se estorban las corrientes diversas. Es el pastor responsable de la organización de todo ese espíritu que Dios nos da, el que tiene que organizar pastoralmente la pastoral de conjunto; en que nadie se sienta más que nadie, en que todos sintamos que hemos recibido una partecita de Dios y que esa partecita de Dios tenemos que ponerla al conjunto de todo el bien de Dios que constituye una Iglesia particular. La Iglesia particular no es toda la Iglesia, la fisonomía de nuestra Arquidiócesis es muy nuestra, y habrá otras aún en El Salvador y más allá de Centro América que tiene su propia fisonomía y dice el Concilio, "de la variedad de iglesias particulares, surge la belleza de la gran Iglesia universal, unificada en el magisterio del Papa, la autoridad del Papa, que es el que le da coordinación, le da pastoral a toda la riqueza espiritual del don carismático del Señor. En otras palabras, queridos hermanos, en este primer punto de mi meditación, procuremos ver cuáles son mis carismas. Mis carismas de mi grupo; cuando mire a mi alrededor y vea otros carismas tal vez más llamativos, más hermosos que los que Dios me ha dado a mí, no sentirme envidioso como los discípulos de Jesús o de Moisés: "¡prohíbeselo!" ¡De ninguna manera! Oigamos más bien a Jesús: "Si profetizan en mi nombre, no pueden estar contra nosotros, déjenlos". "Ojalá -dice Moisés- todo el pueblo se sintiera inundado del Espíritu. De verdad, es la profecía que se cumplió en nuestro bautismo. Por el bautismo todos los que nacemos nos incorporamos al gran carisma de la Iglesia. Vocaciones, carismas, modos de ser. ¡Qué diferencia más enorme! A unos nos da vocación de sacerdotes, a otros de religioso, a otro de matrimonio, a otros de la vida soltera, a otros para una profesión, a otros para jornaleros; el mal no está en tal o cual oficio sino en saberlo aportar al bien de la comunidad. Si Dios les da a ustedes la vocación política y organizan para bien del pueblo, aprovechen ese don del Señor, también es una vocación. Es una vocación la política, no todos la tienen y por eso no se puede organizar a todos; así como yo no puedo empujar a todos; vénganse por el sacerdocio, o un casado no puede empujar a todos: métanse por el matrimonio, sino que tienen que buscar su propia vocación. Respetemos qué le dice Dios a este hombre, a esta mujer, pero sí, entre todos aportemos a la unidad, bellísima y pluriforme, del reino de Dios de la Iglesia. HECHOS DE LA SEMANA EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS Aquí podíamos detenernos un poquito antes de pasar al segundo pensamiento para ver si nuestra Iglesia particular se está construyendo de acuerdo con estos principios de generosidad. Echemos una mirada a las realidades eclesiales de nuestra semana y alegrémonos de tantos dones y tan variados que el Señor nos da. Hoy es día de San Jerónimo, 30 de septiembre, es el patrono de la parroquia de Nejapa, allá están en fiesta patronal; los saludo y les digo que el patrono también da una fisonomía a la parroquia. El hombre de la Biblia fue San Jerónimo. También San Jerónimo es el patrono de nuestro querido hermano Monseñor Rivera Damas, que está cumpliendo años hoy y a quien le enviamos nuestra cariñosa felicitación... Que sienta nuestro querido Monseñor Rivera en este aplauso la simpatía y la comunión de nuestra Arquidiócesis, con su diócesis de Santiago de María y con su inteligente dirección de la diócesis. Quiero decir que en el plan de sacerdotes, esta semana han estado haciendo sus ejercicios espirituales los sacerdotes de la vicaría de la Asunción, Flor Blanca y que del 8 al 12, la vicaría de Cuscatlán hará igualmente sus ejercicios. Con gran satisfacción -esto prometí comunicarlo a ustedes- un misionero de la India vino, precisamente -dice- que ha oído hablar mucho de nuestra Arquidiócesis y siente que es una inspiración para la Iglesia universal; quería vivir entre nosotros unos días "y de veras -dice-, siento que lo que aquí se está viviendo, es algo milagroso". Le digo: "Tal vez nosotros porque ya nos hemos acostumbrado a esta vida de persecución y de aventura no nos damos cuenta, pero sí le agradezco esta palabra que yo comunicaré a mi Arquidiócesis de los que en otras partes se espera para que no defraudemos estas esperanzas y estas ilusiones que se ponen en nuestra pastoral arquidiocesana". Hubo una reunión de la Vicaría de Mejicanos con los sacerdotes de aquella vicaría para dar un homenaje fraternal al P. Nicolás González, Párroco de Paleca, por haber obtenido su título de licenciado en filosofía. Esta misma Vicaría de Mejicanos, está preparando para esta semana desde mañana lunes, hasta el sábado, una semana, un curso de cristología bíblica, que tendrá lugar en el Externado San José, de las 6 y media de la tarde hasta las 9 de la noche. Hacen un llamamiento a quienes quieran aprovechar este esfuerzo de la comisión de evangelización y crecimiento en la fe de aquella vicaría que se está organizando muy bien. Saludamos a la parroquia de la Merced, que celebró su fiesta patronal el 24 de septiembre, patrona también de las cárceles, la Virgen de la Merced. Quiero dar un voto de admiración a las queridas religiosas del Buen Pastor, por el trabajo de promoción, de cariño maternal que están llevando en la cárcel de mujeres, a donde fui a celebrar. Los padres, religiosas y seminaristas somascos, también celebraron a su patrona esta semana: María, Madre de los Huérfanos es el título que les dejó San Jerónimo Emiliani. Y compartimos allá con los sacerdotes que estaban en los Ejercicios Espirituales. Lo mismo con los paulinos y hermanas de la caridad, que celebraron esta semana a su Patrono y Fundador San Vicente de Paúl. Me he alegrado mucho que en la comunidad parroquial de San Pedro Perulapán, el padre ha organizado una especie de congreso parroquial de catequistas para promover este gran trabajo de la catequesis del cual hacía tanto honor el Papa que estamos homenajeando, Juan Pablo I y el actual Juan Pablo II. En la parroquia de la Divina Providencia tendremos esta tarde el aniversario de la Legión de María. En el Hospital de la Divina Providencia, tendremos mañana, la hora santa a las 5 de la tarde. Yo quiero decirles, como un voto de admiración a la Providencia que de veras se siente en aquel lugar, sobre lo que prometieron las hermanas: comprar el terreno para hacer allí una casa para los huérfanos de las enfermas que mueren; ayer, precisamente, era el plazo fijado y pudieron ya terminar el contrato aunque todavía les falta mucho dinero, pero ya se puede decir que el terreno es de ellas y que nuestro compromiso para la caridad cristiana está aquí tendiéndonos la mano. ¡Ayudémosles con toda generosidad! En el Seminario menor de Chalatenango, el lunes de esta semana, a las 9 y media de la noche fueron sorprendidos los muchachos y el Rector por el Ejército de Chalatenango. Les habían informado que había una reunión subversiva y los pobres muchachos dormían muy tranquilamente. Los levantaron y los pusieron manos arriba. Yo creo que ya hemos dicho mucho de Chalatenango. ¿Qué de especial hay en Chalatenango que hay tanta desconfianza para nuestra iglesia, para nuestro seminario, para nuestra vicaría episcopal?. Si viven al lado de la iglesia los soldados y los militares, ¿qué no ven que no tenemos ninguna pretensión de escondernos y que estamos haciendo el trabajo del reino de Dios a la luz del sol? Yo les suplicaría que tuvieran más cuidado al recibir informaciones y que no hicieran el ridículo que hicieron con estos pobres muchachos... En nuestros medios de comunicación social, tengo buenas noticias. Nos comunica Orientación que el periódico se agotó, ya casi desde ayer. Yo quiero agradecer a la prensa y a la radio por la gran propaganda que nos están haciendo, y ojalá que aumentemos la circulación de este periódico que está llegando hoy a más hogares... Quiero protestar contra ciertas anomalías del correo. Me consta que el corresponsal de Excelsior en Guatemala, no lo recibe a pesar de que se lo mandamos por correo. El Padre Juan Deplank de Bélgica tampoco; el Dr. Segovia, muy conocido en San Miguel, también se queja de no recibirlo a pesar de que se lo estamos enviando. ¿Qué no se han dado cuenta que estamos ya sin Estado de Sitio y que nos están violando la correspondencia?... En cambio nuestra Emisora YSAX ha tenido que sufrir el retiro de varios anunciantes por amenazas de la UGB. Yo quisiera proponerles a los queridos católicos que ojalá un día tengamos una emisora que no tenga que depender de lo comercial y que la sostuviéramos, de veras, como una emisora cultural de los católicos. Si nos proponemos, creo que pudiéramos llegar a esto, no estar pendientes de la UGB que solamente permite a aquellos que no hablan contra los abusos que la UGB defiende... Una noticia muy grata es que la carta pastoral se está vendiendo con mucha rapidez. En esta semana dos veces ha sido agotado el depósito de la Librería San Pablo. En Excelsior de México se ha publicado un resumen, quiero agradecer al corresponsal de aquel importante periódico. Lo mismo que se ha enviado a diversas oficinas del Continente y del mundo. Quiero agradecer -y esto lo digo para que vivamos en comunión estas satisfacciones pastorales- una invitación que desde Estados Unidos me hace el Consejo Nacional de Iglesias y en el programa de esa visita me señala algunos contactos con la conferencia episcopal de aquel gran país, por eso les encomiendo a ustedes, para que se resuelva lo mejor... Quiero agradecer los elogios que el FAPU ha hecho a la pastoral de la Arquidiócesis, lo mismo al servicio informativo PAI-NEWS que sigue reproduciendo íntegras las homilías e informa con toda lealtad lo que nadie quiere informar: las relaciones, las solidaridades que llegan al Arzobispado de diversas partes, como la que llegó del obispo de Cuernavaca y la solidaridad de Puerto Rico a través del periódico El Visitador. Quiero pedirles, queridos hermanos, por nuestra Catedral, que está en un momento muy difícil y allá está la secretaría donde pueden ayudarnos llevando ayudas, ya sea en efectivo o en los materiales que ya pueden indicar. EN LA IGLESIA UNIVERSAL En cuanto a la Iglesia Universal ya dijimos que estamos celebrando esto en homenaje también al Papa, que en este momento está de viaje, de peregrinación y espera Él que el viaje a Irlanda sirva para promover la gran causa de la paz y la reconciliación. El periódico comentaba el gran contraste del Boston de hace 200 años y el gran homenaje que hoy espera al Papa. Hace 200 años se quemaba la efigie del Papa junto con la imagen grotesca del demonio y hoy es un homenaje de fe católica al sucesor de Pedro. Así va la Iglesia, como dice el Concilio, "entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios". No nos asustemos que todavía en San Salvador no hemos llegado a quemar efigies, pero quizás hay algo más grave y es que se publica con toda impunidad toda clase de calumnias contra la Iglesia, aun fingiendo firmas de campos pagados que sabemos que se van a cobrar no a las personas que allí dice sino a ANEP o a otras instituciones... El Papa recordó que el aborto es tan serio como el uso de la fuerza física y la opresión. Hay una consideración sumamente útil para tener en cuenta la ligereza con que legisladores y gobiernos tratan asuntos que pisotean la moral. El Sumo Pontífice expresó que el fin prematuro de la vida humana es tan serio como el uso de la fuerza física y de la opresión, y dijo esto: "Toda la historia de derechos demuestra que las leyes pierden su estabilidad y autoridad moral, cuando son usadas para restringir con fuerza física o cuando renuncian lo que es incumbente en ellas con respecto al niño no nato o en cuanto a la santidad del casamiento. En el plano internacional no podemos renunciar a la ley para los oprimidos o a una búsqueda de la verdad, la que si es abandonada, dejaría espacio libre a peligrosas formas de relativismo. La búsqueda de la verdad es difícil pero necesaria y ningún jurista puede evitarla"... Digo que esto es muy profundo porque muchos creen que ya porque lo aprobó la Asamblea -el aborto, el divorcio- ya esa legalización convertiría en moral un acto. Y el Papa lo que está diciendo aquí es que la Iglesia tiene sus criterios propios que aun cuando mil legislaciones legislaran contra sus principios cristianos, sería un pecado contra la moral; la iglesia no puede claudicar, aunque todo el mundo acepte una ley, si esa ley está contra las fuentes de la vida, contra la santidad del niño que está para nacer, siempre es una ley que hay que respetar, no depende de los hombres sino de Dios... Miremos, queridos hermanos, cómo la Iglesia en esta pluriforme inspiración del Espíritu en el Papa, en los obispos, en las comunidades, está trabajando lo que decía Cristo: "Si en mi nombre están lanzando demonios, haciendo milagros, están con nosotros". Cuántas cosas no veremos nosotros nunca, pero pertenecen a nuestra vida. ¡Qué hermoso pensar en la universalidad de la Iglesia, de su moral, de su dogma, que dondequiera que haya alguien que confiese esta fe, es nuestro, aunque no lo conocemos nunca en esta tierra, pero sí formamos Iglesia. Me he imaginado muchas veces yo, como el árbol corpulento una ramita al extremo y otra ramita al otro extremo, nunca se conocerán pero están recibiendo la sabia de un mismo tronco y pertenecen a la misma vida. Así también el Papa no conocerá a mucha gente de la que está aquí ahora, pero sabemos que entre el Papa y nosotros hay una comunión de vida y que en la medida en que nosotros vamos enriqueciendo ese espíritu que se nos da, estamos haciendo Iglesia junto con el Papa. Lo importante no es ser Papa, obispo, sacerdote, sino dejarse llevar por el Espíritu de Dios porque esto es lo que hace grandes, el Espíritu de Dios que se posesiona del hombre para que cumpla su misión y si no la cumple está haciendo más mal que bien. 2. LOS BIENES MATERIALES. JUSTICIA DE DIOS Y EGOISMO DE LOS HOMBRES a) Condena el abuso de la propiedad. Esto es más grave, o mejor dicho, más visible, los bienes materiales. Alguien me dijo una vez: "En vez de sus discursos incendiarios, ¿por qué no lee simplemente el evangelio? Y a mí se me ocurría hoy no hacer otra homilía más que leer el texto de Santiago. Fíjense si hay algo más incendiario que Santiago cuando hoy nos dice: "Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado. Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego"... Que conste que están aplaudiendo al apóstol Santiago... Y continúa el apóstol: "¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final! El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza, condenaste y mataste al justo; Él no os resiste". Aquí encuentro, nada más para ordenar el pensamiento de Santiago, los tres grandes males de la riqueza cuando se abusa de ella. No se condena la riqueza sino el abuso de la riqueza. - Lo primero es absolutizar un bien limitado. Su abundancia injusta, es testimonio contra el mismo propietario. Cuando habla de oro que se enmohece, y de abundancia de vestidos que se están picando, en vez de darlos a los pobres, está diciendo: esa abundancia es un testimonio de que no hay que absolutizar lo que se tiene, sino compartirlo. Es lo segundo: pervertir el fin de la riqueza. Compartir con los trabajadores que te ayudan a levantar la cosecha... Y tercero, lo que yo digo en mi carta pastoral, destruir al propietario injusto. La idolatría de la riqueza no sólo ofende a Dios sino que destruye al mismo que la posee. Y es lo que dice Santiago en la carta de hoy: "...habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer, os habéis cebado para el día de la matanza". El domingo pasado yo no me acordaba del autor de aquella frase que les cité en italiano y cuando salíamos, Televisión Italiana que había estado con nosotros me dijo: "Esa frase es del Cardenal Montini, cuando era obispo de Milán. El Papa Pablo VI, dicen que llamó a todos los empresarios de Milán y les dijo esa famosa frase: "Spogliatevi, se non, vi spoglieranno", es decir: "Despojaos, sino no os despojarán". Yo creo que antes que nos quiten por la sangre y la violencia, demos por amor... b) Discurso de Juan Pablo II en Puebla. Y ya que estamos también en un homenaje a Juan Pablo II yo quisiera que hiciéramos un contrato con todos ustedes y los que están oyendo por radio: que vamos a aceptar todo lo que diga el Papa en las Naciones Unidas y que nuestros periódicos no manipulen solamente un aspecto de la noticia... Yo desde ya quiero decirles que quiero ser fiel al Papa hasta la muerte y que lo que diga Juan Pablo II en las Naciones Unidas será para mí también una orientación; yo trataré de repetir y de acomodar mi pensamiento -como siempre lo hago- al pensamiento del magisterio del Papa, que habla en nombre de Dios... Miren como en Puebla, el Papa, cuando les dice a los obispos: "Ustedes son defensores y promotores de la dignidad" y recuerda como la historia de la Iglesia recoge figuras de obispos profundamente empeñados en la valiente defensa de la dignidad humana, de aquellos que el Señor les ha confiado dice: "Nace -son palabras de Juan Pablo II en Puebla- la constante preocupación de la Iglesia por la delicada cuestión de la propiedad. Una prueba de ello son los escritos de los padres de la Iglesia a través del primer milenio del cristianismo". Quien lee los padres de los primeros siglos francamente que ya se les podía llamar comunistas y no es más que los intérpretes de la doctrina tradicional de la Iglesia. Aquí cita a San Ambrosio y otros papas y dice: "Lo demuestra claramente la doctrina vigorosa de Santo Tomás de Aquino, repetida tantas veces -el gran teólogo de la Edad Media habla de que la propiedad privada no es un derecho absoluto sino relativo-. En nuestros tiempos -palabras del Papa- la Iglesia ha hecho apelación a los mismos principios en documentos de tan largo alcance, como son las encíclicas sociales de los últimos papas. Con una fuerza y profundidad particular, habló de este tema el Papa Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio. Esta voz de la Iglesia, eco de la voz de la conciencia humana, que no cesó de razonar a través de los siglos en medio de los más variados sistemas y condiciones socio-culturales, merece y necesita ser escuchada también en nuestra época, cuando la riqueza creciente de unos pocos sigue paralela a la creciente miseria de la masa... "Es entonces -continúa diciendo Juan Pablo II- cuando adquiere carácter urgente la enseñanza de la Iglesia, según la cual sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social". El otro día alguien me dijo que no había entendido esta frase y por si alguno necesita esta explicación, el Papa quiere decir que así como cuando uno tiene una casa hipotecada no es toda de él, si no paga la deuda se la quitan. El Papa dice lo mismo, la propiedad privada, aunque tengas bien hechos tus registros, tus escrituras, no es un derecho absoluto, está hipotecada al bien social, y el bien común es la pauta para la propiedad privada. Por eso decimos que es necesaria una reestructuración de nuestro sistema económico y social, porque no puede ser esta absolutización, esa idolatría de la propiedad privada que es francamente un paganismo. El cristianismo no puede admitir una propiedad privada absoluta... "Con respecto a esta enseñanza -dice el Papa-, la Iglesia tiene una misión que cumplir: debe predicar, educar a las personas y a las colectividades, formar la opinión pública, orientar a los responsables de los pueblos. De este modo estará trabajando en favor de la sociedad, dentro la cual este principio cristiano y evangélico terminará dando frutos de una distribución más justa y equitativa de los bienes, no sólo al interior de cada nación, sino también en el mundo internacional en general, evitando que los países más fuertes usen su poder en detrimento de los más débiles". La carta de Santiago apóstol puesta al día y para América Latina, por Juan Pablo II. Por tanto, cuando se nos critica de estar aquí predicando cosas incendiarias, nosotros decimos: no estamos haciendo más que recordar un principio que se ha olvidado y que es necesario a la base de las transformaciones de nuestra sociedad. Si queremos que cese la violencia y que cese todo ese malestar, hay que ir a la raíz. Y la raíz está aquí: la injusticia social... Es necesario educarse, como dice el Papa, y aquí, desde la palabra de Dios, yo hago un llamamiento a todos los queridos hermanos salvadoreños, sobre todo a aquellos que han pervertido en su mente y en su corazón, en su apego, la doctrina verdadera y cristiana de la propiedad privada: que revisen y verán que son más felices cuando por amor se desprenden para sus hermanos y comparten con todos lo que no es felicidad disfrutarlo uno solo. HECHOS DE LA VIDA CIVIL Finalmente, o mejor dicho aquí, en este aspecto de la justicia social, yo quiero poner antes de terminar los acontecimientos de nuestra semana civil. En primer lugar, denunciar más violencia. Cabalmente estamos diciendo que la raíz no se toca, que está fértil, tiene que seguir produciendo malestar una injusticia social a base de una aberración de la propiedad y de una absolutización de la riqueza, que para colmo se trata de defender con la represión. Allí está la causa de todo: injusticia social y represión... que no es otra cosa que contradecir la doctrina que hoy hemos leído en la misma Biblia: Que Dios no ha dado el oro, los vestidos, las riquezas, para que se apolillen y se herrumbren, porque así están dando testimonio del egoísmo del que los posee, sino para que se compartan y para que se hagan felices a todos aquellos que cada día se van haciendo más débiles porque está imperando esa idolatría de la riqueza y de la propiedad entre nosotros. Por eso tenemos que denunciar la violencia en formas cada vez más vergonzosas. Esta semana ha sido de muchas violencias pero más que enumerar los diversos casos concretos yo quisiera llamar la atención, hermanos, en la forma embustera con que se trata de encubrir verdaderos crímenes. He analizado, por ejemplo, las diversas informaciones que se dieron de los tres que fallecieron allá junto a Casa Presidencial. ¡Qué contradicciones en una y en otra información!, hasta terminar diciendo que habían sido como encontrados en una violencia. Ahora se presenta como que el vehículo quedó atrapado entre dos fuegos, después de haber dicho que dispararon también. Una serie de contradicciones que lo mejor es lo que hemos dicho, que se investiguen hechos como estos, que no queden impunes. Es inútil ya atraer nuevos inversionistas al país tratando de encubrir lo deteriorado de nuestra imagen con una ligera capa de pintura. Son estos hechos que quedan sin aclarar ni sancionar los que ahuyentan el turismo, la inversión, y manifiestan la imagen real de represión que vive nuestra patria. También otro caso inmoral por su información. La muerte de la señora María Gladis Molina de Jarquín, cerca del Cuartel de la Guardia Nacional. Cuántas versiones se han querido dar pero los testigos presenciales hablan de una bala que mató a la señora, procedente de la Guardia Nacional... Se quiso presentar, también, a los cuatro muertos de Panchimalco como víctimas de un enfrentamiento, pero varios de los que fueron a reconocer los cadáveres notaron que sus dedos los tenían completamente ceñidos por las pitas. Algunos de los que resultaron muertos el martes pasado entre los disturbios del centro fueron alcanzados por balas y eran gente transeúnte, de paz. ¡Cuántas versiones también se han querido inventar al respecto! Yo quiero que oremos por tanto muerto, víctima de tanta injusticia y que las familias de todas estas personas sientan que la Iglesia está con ellos y que no puede compartir el engaño de la información sino que sabe que tiene que reclamar la injusticia y llevar a los tribunales a los culpables. Y al fin y al cabo, si en la tierra no hay justicia para la Iglesia está el último pensamiento que vamos a analizar hoy, la trascendencia. Se informa de otras violencias. De parte de los grupos guerrilleros, se desalojó el Ministerio de Trabajo. El ministro denuncia a las LP-28 de haber usurpado algunos documentos. Esperamos que las Ligas expliquen, así como me ha gustado la explicación que dio cuando dicen que el bus de la Ruta 41 no fue quemado por ellos. Y me parece muy ejemplar esta consideración: manifiestan que ellos saben que los trabajadores de la industria del transporte son parte del pueblo y que en vez de tratar de hacerles daño en sus medios de ganarse la vida, están tratando de que se incorporen a la defensa justa del pueblo. Respetamos al pueblo, dice, sus símbolos patrios y sus creencias, en la misma medida que respetamos la necesidad de reivindicar a cada uno de todos los salvadoreños... De parte del Socorro Jurídico -quiero decir también el gran bien que está haciendo esta institución de nuestra Iglesia- se han denunciado el desaparecimiento del campesino Mariano Escobar Rivera, desde el 5 de agosto, deja cinco hijos y su familia ha presentado Recurso de Exhibición Personal que no se responde. Denuncia también las capturas de Carlos Alberto Aldana, desde el 10 de septiembre; de la doctora María Teresa Hernández Saballos, desde el 15 de septiembre; de José Adrián Minero, desde el 17 de septiembre; de Ricardo Cisneros Castro, de José Humberto Sorto, de Raúl Mercado Amaya, de Víctor Manuel Rivera Valencia, de Germán Flores Cañas, Jacinto Huezo, de Ovidio López Mejía y de José Oscar López Mejía. De todos estos se ha presentado recurso de exhibición personal y aún no se sabe nada de ellos. Han llegado otras denuncias, pero yo quisiera decirles que mientras no comprobemos, nosotros tenemos como principio solamente decir cosas que están plenamente seguras, no estamos inventando aquí falsas. Los familiares de Félix Antonio Abrego denunciaron el asesinato de éste. Con éste ya son tres miembros de su familia que son asesinados: Pedro Abilio Abrego y José Osmín Abrego. ¡Qué triste suerte la de ciertas familias destinadas a morir asesinadas por falta de una justicia en nuestro ambiente! En el campo laboral, se solucionó la huelga de Cartotécnica. Esta semana se originaron conflicto en Lido, en Santa Mercedes. Continúan conflictos en IMES, COGEFAR, DURAMAS, ARCO. Apex ha acudido al Arzobispado para denunciar que hace ya 44 días está una huelga que no tiende a terminar; son cerca de 300 trabajadores que necesitan una solución y hay también un rehén el Señor Escobar Ezeta. Suplicamos que se haga lo posible de un diálogo que resuelva estas situaciones inhumanas. Se indemnizaron otros 125 empleados al cerrar el Gran Hotel San Salvador y así tenemos más desocupados en nuestro ambiente. La Unión Nacional Jornalera ha publicado una plataforma reivindicativa sobre la base de lo que una familia jornalera de seis personas, gastaría diariamente, ¢10,41. La Asamblea aprobó que los dueños de fincas paguen a cada uno de sus trabajadores ¢1,50 si no les proporcionan la comida y ¢0,50 si les dan alimentos sin cocinar. Se aprobó aumentar a las enfermeras el salario mensual a ¢725. Finalmente, queridos hermanos, quiero referirme como una nota de esperanza al llamamiento que hace ANEP: enumeró varios factores que están influyendo en la situación anárquica de nuestro país, pero nos sorprende que lo que no se menciona es lo que nosotros estamos diciendo como raíz y fuente de todo el malestar: la absolutización de la riqueza y la propiedad privada. ANEP invitó a los empresarios a examinar lo que pueden ofrecer y esto ya es una esperanza. Decimos que no basta ver el camino que hay que recorrer sino dar pasos en ese camino. Y cuando se pregunta qué se puede ofrecer, creo que se están dando pasos ya iluminados por ese Dios que quiere los bienes para todos. Sugirió aunar esfuerzos para asegurar el goce de la libertad, de la salud, bienestar económico y la justicia social a todos los habitantes de El Salvador. Esto nos llena de esperanza, cuando ya se deja de mirar mi salud, mi bienestar económico, y se ve el bienestar de todos los habitantes del país. Bendito sea Dios y ojalá nos den estos horizontes, las reflexiones que estamos haciendo. Reconoció que es mucho lo que aún queda por hacerse, individual y gremialmente, que hay que interesarse más por la distribución de las riquezas. Yo espero que esta esperanza se lleve adelante, que todavía estamos a tiempo de no tener que comprar con tanto dolor y sangre lo que todavía podemos alcanzar por amor por racionalidad. 3. LA TRASCENDENCIA CLAVE PARA ENTENDER LA MENTE DE DIOS Y FUERZA PARA REALIZARLA a) La meta Yo he repetido mucho esta palabra de la trascendencia y creo que cada día se hace más necesaria porque sólo allí podemos encontrar la explicación racional de lo que estamos diciendo. Trascendencia, como lo he repetido varias veces, es la perspectiva no sólo a la mirada terrenal, sino a los horizontes del Creador, del Señor, y es allí donde nos invita a mirar las lecturas de hoy, sobre todo. - Sobre los bienes el gran bien Señala una meta. Habla de los bienes y del gran bien. Cuando habla de los dos pies, de las dos manos, de los dos ojos, son los bienes; pero cuando dice que si es necesario cortarse un pie, o una mano, por el gran bien del reino, hay que preferir entrar tuerto, o manco, o cojo al reino de los cielos y no hundirse con los dos ojos, y las dos manos, y los dos pies al fracaso. Los bienes hay que subordinarlos al bien y el hombre no tiene que perder de vista lo único absoluto, lo trascendente, Dios, el gran bien. También como una meta, entrar en la vida, entrar en el reino. Con una motivación para caminar hacia esa meta, Cristo ha mencionado: en mi nombre. Mirar en el pequeñuelo alguien que representa a Cristo. Y volvemos aquí a la opción preferencial por los pobres. No es demagogia, es evangelio puro, si no nos preocupamos de los intereses del pobrecito, del pequeñuelo, pero no de cualquier modo, sino porque representa a Jesús, por la fe que abre el humilde, el marginado, el pobre, el enfermo; mirar en él a Jesús, esa es la trascendencia. Cuando no se mira más que un rival, un imprudente, alguien que viene a aguarme mis fiestas, naturalmente, el pobre, estorba. Pero cuando se abraza como abrazó Cristo al leproso, y cuando levanta el buen samaritano al herido del camino porque lo que le haga a él se lo hace a Cristo, ésta es la trascendencia, sin la cual no es posible una perspectiva de justicia social, Cristo presente en los pequeñitos. Reflexión de lo transitorio: "en el tiempo final..." La segunda lectura nos habla también de una reflexión de lo transitorio. "Ahora están amontonando riquezas, dice, cuando ya llega el juicio final". Según la mente de los apóstoles el juicio ya estaba a las puertas y parecía ridículo que los hombres viendo lo transitorio de la historia y del tiempo, estuvieran almacenando cosas que se van a quedar aquí en la vida. ¡Ah, si pensáramos qué transitorias son las cosas de la tierra!, no sería alienación, sino sería darle el justo valor relativo a los bienes de la tierra para comprar con ellos -como dice el evangelio- las amistades del cielo y no para hundirse con ellos en las mazmorras del abismo. Por eso el estorbo lo menciona Cristo hoy, bien claro. El estorbo de los que no quieren entender; esto es, cuando apartan a otros de los criterios cristianos: El que escandaliza a uno de estos pequeñuelos. Queridos hermanos, aquí quisiera yo pensar en cuántas ideologías políticas que han envenenado la mente de tantos cristianos. Yo quisiera decirles a todos los que sienten la vocación política que la incorporen a esta trascendencia de Cristo, que no traten de matar el espíritu sobrenatural y trascendente de aquellos jóvenes, de aquellos hombres que de veras sienten la necesidad de luchar. Porque como decía Juan Pablo I en su famosa carta a Chesterton: "El Dios que nosotros profesamos no es un Dios alienante, sino que quiere darnos ya también a los que trabajamos por la liberación de la tierra, el premio eterno si sabemos incorporarlo a la trascendencia, ese esfuerzo". Los signos actuales: "se quitará con sangre lo que no se dé con amor". Cuando la tentación arrecia dentro de nosotros mismos es, entonces, hermanos, la hora en que hay que cumplir con esa palabra paradójica, oriental del Evangelio: Si tu pie te escandaliza, córtatelo; si tu mano te estorba, arráncatela; si tu ojo te es ocasión de escándalo, es decir, si los bienes de la tierra los quieres tanto como quieres una mano, un pie, un ojo, no dudes en arrancártelos, por el gran bien. Si tú quieres salvar tus ojos, tus manos, tus bienes y no quieres compartirlos ni someterlos a una justicia según el pensamiento de Dios, lo perderás todo. Demos por amor para que no tengamos que dar después por la fuerza y tener que entrar sin los bienes y sin el bien, a la eternidad. Los signos actuales nos urgen a una sociedad según el pensamiento de Dios. Ojalá hagamos nuestra la frase de Moisés: "Ojalá todo el pueblo profetizara", ojalá los dones del Señor no los mezquináramos sino que deseáramos que vengan a todo el pueblo de Dios". Y como Cristo, también: "el que no está contra nosotros, está con nosotros". ES EL DIOS DE JUAN PABLO I Voy a terminar leyendo el final de la bonita carta del Papa Luciani -no nos olvidemos que en su nombre hemos hecho esta reflexión- y dice: "Querido Chesterton: estoy convencido como tú, este Dios se hará conocer y amar cada vez más y de todos, incluidos los que hoy lo rechazan no porque sean malos, (son quizás mejores que nosotros dos) sino porque le miran desde un punto de vista equivocado". Queridos cristianos, miremos a Dios desde su plena perspectiva, no lo rechacemos antes de mirarlo desde la verdad -y el Papa termina diciendo con esta pregunta- ¿Qué ellos siguen sin creer en Dios? Dios les responde: "Pero yo sí creo en vosotros". Así sea...
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Queridos hermanos:
- Ofrecimiento de la cuarta carta pastoral y edición de Puebla. Gracias a Dios, está ya en circulación la cuarta carta Pastoral que les recomiendo mucho, porque es un esfuerzo por dar a este momento del país la palabra de nuestra Arquidiócesis. Al mismo tiempo es la presentación oficial del documento de Puebla a nuestra comunidad arquidiocesana para que -según es el deseo del Papa- muy pronto se hagan vida estas sabias directrices pastorales. Nuestra Arquidiócesis quiere ponerse siempre dócil a la voluntad del Papa, iluminada siempre por el magisterio de la Iglesia universal y continental. Esto nos da mucha fortaleza, por eso quisiera que todos los que se sienten comprometidos con nuestra Arquidiócesis, y aún aquellos que nos critican también, estudien cuál es el pensamiento auténtico, no falseado, de nuestra Arquidiócesis. - El hombre, primer camino que la Iglesia quiere recorrer en cumplimiento de su misión. En esta carta pastoral se resalta -según es el pensamiento del Papa actual y de Puebla- la doctrina sobre el hombre. En un afán de querer ser dócil a esta voluntad y a esta doctrina, copiamos: "El hombre por su dignidad e imagen de Dios merece nuestro compromiso en favor de su liberación y total realización en Cristo Jesús. Sólo en Cristo se revela la verdadera grandeza del hombre y sólo en Él es plenamente conocida su realidad más íntima; por eso hablamos del hombre y le anunciamos el gozo de verse asumido y enaltecido por el propio Hijo de Dios, que quiso compartir con él las alegrías, los trabajos y sufrimientos de esta vida y la herencia de una vida eterna". - Necesitamos conocer el "Misterio del Mesías". - Cada domingo Cabalmente a eso venimos a misa todos los domingos: a conocer a Cristo y su gran misterio. Al tratar de conocer el misterio de Cristo nos estamos descubriendo a nosotros mismos. Nadie tiene una idea tan exacta del hombre como aquel que reflexiona en Cristo. "El misterio del hombre -ha dicho el Vaticano II- no se descifra sino en el misterio del Hijo de Dios que se hizo hombre". Primera parte: San Marcos el misterio del Mesías. Cabalmente la lectura del evangelio de San Marcos que va marcando domingo a domingo nuestro estudio del Cristo, en este año nos ha presentado el primer aspecto: en la primera parte del año que culminaba el domingo pasado: el misterio del Hijo de Dios, del Mesías, hasta lograr una confesión maravillosa en San Pedro: "¡Tú eres el Mesías!". Segunda parte: el misterio del Hijo del Hombre. Pero Cristo comienza la segunda parte de su evangelio a explicarnos que ese Mesías es también el Hijo del Hombre. Así podía titularse la segunda parte del evangelio de San Marcos: el evangelio del Hijo del Hombre. Porque es allí donde Cristo perfila la figura del Mesías, no un falso Mesías triunfalista, de conquistas fáciles, de dominaciones mundiales que afloran casi espontáneas, milagrosas. ¡No! Es un mesianismo que hay que conquistar con la cruz, el sufrimiento y el dolor. Es un Mesías que tiene que encarnar en su grandeza divina el dolor del Siervo de Yahvé. El Siervo que aparece ya en Isaías: escupido, azotado, coronado de espinas, humillado como no ha habido otro hombre. Esto extrañaba a los que esperaban un Mesías triunfal: ¿Cómo puede ser un Mesías doliente? Ese empalme del triunfo y del dolor es lo que está trabajando Cristo en estas páginas que se ponen a consideración en estos domingos desde el domingo pasado. Por eso, la doctrina sobre el hombre y nuestra reflexión sobre Cristo van paralelas. Y yo creo que hoy, más que nunca, en El Salvador necesitamos conocer a Cristo. Hoy se necesitan cristianos y desde el cristianismo serán los verdaderos liberadores del hombre; si no, se nos darán movimientos políticos violentos, agresivos, de extrema derecha o de extrema izquierda. Pero no nos darán al verdadero hombre. Es del cristianismo -de ustedes queridos hermanos, comunidades que reflexionan la Palabra de Dios como lo estamos haciendo hoy para conocer el misterio de Cristo- de donde saldrán los verdaderos liberadores que la patria necesita. Seamos cristianos actuales, no nos asustemos de las audacias de la Iglesia actual. Con la luz de Cristo iluminemos al hombre hasta en sus antros más horrorosos: la tortura, la prisión, el despojo, la marginación, la enfermedad crónica. El hombre oprimido hay que salvarlo pero no con una salvación revolucionaria solamente a lo humano, sino con la revolución santa del Hijo del Hombre que muere en la cruz precisamente para limpiar la imagen de Dios que se ha manchado en la humanidad actual tan esclavizada, tan egoísta, tan pecadora. EN CRISTO SE REVELAN LAS TRES DIMENSIONES DE LOS VERDADEROS GRANDES Sólo serán grandes los que llenen estas tres dimensiones: 1ª. La justicia que se prueba en la persecución. 2ª. Un servicio animado por el amor. 3ª. Una trascendencia que identifica con Dios hasta a los más pequeños y humildes. ¡Esta es la verdadera liberación! La que se anuncia en las lecturas de hoy, principalmente en el evangelio: en Cristo se revelan las tres dimensiones de los verdaderos grandes. Yo creo, hermanos, que los santos han sido los hombres más ambiciosos. Los que han querido ser grandes de verdad. Y son los únicos verdaderamente grandes. Ni los heroísmos de la tierra pueden llegar a las alturas de un santo. Eso es lo que yo ambiciono para todos ustedes y para mí: que seamos grandes, ¡ambiciosamente grandes! Porque somos imágenes de Dios y no nos podemos contentar con grandezas mediocres. Quiero para todos la envidiable aspiración de la grandeza, pero según estas dimensiones que Cristo nos ofrece hoy; si no, no hay verdadera grandeza. 1º LA JUSTICIA QUE SE PRUEBA EN LA PERSECUCION a) Paralelo evangelio - primera lectura. ¡Qué hermoso paralelo nos ofrece la liturgia de hoy! Entre la primera lectura del libro de la Sabiduría hablándonos de la persecución de los impíos contra el justo. Unas palabras que las oímos en el evangelio nos narra la burla de los enemigos de Cristo crucificado ya, muriendo y riéndose de Él: "¡Bah!, decía que era Hijo de Dios. ¡Que venga y nos salve! ¡Creemos en Él si baja de la cruz!" Era la burla de los impíos contra el justo tal como hoy leemos en la primera lectura, del libro de la Sabiduría. - Segundo anuncio de la pasión... difícil tarea. Ese paralelo con el evangelio de hoy que nos cuenta la segunda vez que Cristo anuncia su pasión. ¡Tres veces en el evangelio de San Marcos! La primera fue el domingo pasado. En la pintoresca región de Cesarea de Filipo, allá en las faldas del monte Hermón, junto al Lago de Genesaret. Hoy desciende de aquellas alturas, y caminando a las orillas del lago llegan hasta lo que Él llamaba "su ciudad", Cafarnaum. Quizá en la casa de Pedro es donde sucede el episodio de hoy. Al llegar, Cristo les explica nuevamente que el Hijo del Hombre ha de sufrir, ha de ser entregado; ¡lo van a matar, pero al tercer día resucitará! Otra vez la preciosa síntesis del anuncio de Cristo. Esto es Cristo, lo que vamos a decir en el momento de la consagración: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección". Ahí está la esencia del cristianismo: el Cristo tiene que morir humillado pero resucitará al tercer día. Este es el camino de la verdadera salvación. - No entendían, les daba miedo preguntarle. Es el Hijo del Hombre cuyo anuncio de sufrimiento los apóstoles no entienden. "No le entendían -dice el evangelio de hoy- y tenían miedo de preguntarle". Tenían miedo de preguntarle porque intuían que les iba a afirmar y les iba a aclarar horrorosamente lo que tenía que sufrir. Y como no queremos saber las cosas que no queremos... Ahí se explica muchas veces por qué no se quiere aceptar una Iglesia perseguida, no se quiere oír de una persecución y parece que todo eso es demagogia. Tienen miedo de preguntarle a Cristo el por qué del sufrimiento. En vez de rehuir una explicación cruda y sangrienta, hay que enfrentarse, y preguntar, y hacer nuestra esa persecución. Eso es lo que Cristo quiere: ¡No tengan miedo, tienen que seguirme si quieren ser fieles! ¡Niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame! Sólo así tendré verdaderos seguidores. No quiero cristianos miedosos. No tengan miedo. Entérense bien de la persecución. Sepan que este es el único camino auténtico del que quiere salvar al mundo junto a mí. b) ¿Por qué la persecución? ¿Por qué la persecución hermanos? Porque es la verdadera fuerza de la redención de la voluntad de Dios: "Padre, si es posible, quita de mí este cáliz. ¡Pero no se haga como yo quiero sino como Tú!" Y Cristo tuvo que sorber el cáliz amargo de la pasión. Cuando Pedro sacó su espada para defenderlo le dice: "Mete tu espada en la vaina, porque el que a hierro mata a hierro muere. Y tú ¿no crees que el Padre podía enviarme doce legiones de ángeles para librarme?" Pero es necesario cargar la cruz y aparecer como un vil condenado a muerte. No importa, así lo quiere el Padre. Es la voluntad del Padre que se lave con sangre de Cristo, Hijo de Dios, el pecado del mundo porque es muy grave. Ojalá pensáramos cuando somos rebeldes que la verdadera rebeldía es ésta; la rebeldía santa de Dios, que no se somete al pecado del hombre sin pedirle purificación. Fue necesario pedirle la sangre de su propio Hijo y no perdonarlo para que sobre sus espaldas cargara todas nuestras iniquidades. c) Porque la buena conducta es reproche de los malos. La primera lectura nos da la razón del por qué de la persecución. Ayer, en Guazapa, me preguntaban algunos catequistas: "¿por qué la persecución? Si predicamos el bien, ¿pro qué no nos quieren entender? Si nos reunimos para reflexionar la Palabra de Dios, ¿por qué nos mal informan como reuniones subversivas?" ¿Saben por qué? Ojalá tuviéramos la sabiduría de la lectura primera de hoy. Dicen los impíos: "¡Su actitud reprocha nuestros pecados!" Esta es la primera razón: ¡la actitud de los justos reprocha la actitud de los injustos! Es como cuando amanece el día que las tinieblas tienen que esconderse, huir. No puede compaginarse la justicia santa de Dios con el pecado del mundo. El mundo tiene que perseguir la cruz. Cristo lo dijo: "¡Amaron más las tinieblas que la luz!" Aquí podemos conocer de quién somos nosotros: si de Dios o de las tinieblas. "Es ahora -les decía yo ayer en Guazapa- cuando se conoce quién es quién". Quienes son los verdaderos seguidores de Cristo a pesar de la persecución, del mal entendido, de la calumnia. Y no flaquean, porque saben que llevan la luz. d) Porque la persecución prueba el ideal trascendente del verdadero grande. Otra razón que encuentro en la primera lectura es que la persecución prueba, pone de manifiesto el ideal trascendente que uno lleva por dentro. "¡Se dice que es Hijo de Dios! ¡Probémoslo a ver si nos salva!" Pobrecitos, creen que todo se resuelve en la historia temporal. Creen que humillando a un cristiano entre torturas, entre prisiones, entre cárceles, están triunfando... Decía San Agustín, hablando de los mártires: "¿Ves al verdugo con su espada triunfante sobre el cadáver del mártir? ¿Quién ha vencido?. ¡No hay duda de que ha vencido la víctima! El que ha vencido por la fuerza bruta de la espada no ha comprendido la grandeza del que ha sabido dar su vida por un ideal altísimo. Esta es la verdadera victoria que vence al mundo. Pasará esta hora de prueba y quedará refulgente el ideal por el cual murieron tantos cristianos. Es una noche negra la que estamos viviendo, pero el cristianismo vislumbra que tras la noche ya fulgura la aurora, ya se lleva en el corazón la esperanza que no falla. ¡Va Cristo con nosotros! No temamos, somos Hijos de Dios, aunque se rían de ese título como se reían frente a Cristo: "Dice que es Hijo de Dios. ¡Que lo salve!" Y se reían pensando que habían triunfado sobre el Hijo de Dios. Cristo podía bajar de la cruz y aniquilar, hacer polvo a sus enemigos; sin embargo, esconde toda su grandeza por dentro porque tiene que salvar al mundo, precisamente, con esa convicción que los ciegos no pueden comprender. Por eso, la persecución es necesaria para que los que llevan esa esperanza profunda en su alma la sometan a la prueba y para que, tal vez, así se conviertan los incrédulos y para que sepan que el horizonte de la historia no termina con la vida, sino que se extiende mucho más allá a donde llegan los ideales de los verdaderos hijos de Dios. - Elogio de Juan Pablo II a Pablo VI: "Apóstol del crucificado". He leído con cariño los elogios que el Papa Juan Pablo II ha hecho del Papa Pablo VI. Precisamente me viene -como dicen: como anillo al dedo- en esta dominica en que recordamos la razón de la persecución. Llama al Papa Montini un "Apóstol del Crucifijo". "Conocía la dimensión interior de la cruz. No fue ajeno a los insultos y faltas de respeto que sufrió como maestro y servidor de la verdad. No fue ajeno a la pena ni a la angustia". Yo tuve la dicha de ver muy de cerca al Papa Pablo VI y veía en su mirada triste la serenidad del verdadero perseguido por la justicia. La encíclica Populorum Progressio fue llamada en las grandes revistas del mundo como "un recalentamiento de marxismo". Su maravillosa encíclica Humanae Vitae, en que prohibe todos los atropellos a las fuentes de la vida, verdadero defensor de la civilización, fue calumniada vilmente como "ignorante". El Papa dijo cuando firmaba aquella encíclica: "Nos ha costado todo un Getsemaní -la oración de Cristo en el huerto- porque sabemos que es duro lo que vamos a afirmar, pero es necesario". ¡Verdaderamente fue el Apóstol del Crucificado! Qué bonito título para que de todo cristiano se pudiera decir lo mismo: "El Apóstol del Crucificado!". El que supo la filosofía y la teología profunda de la cruz y llevó esa teología en la intimidad de su corazón. No es cristiano el que no ha comprendido esta dimensión: del justo probando su justicia en la perque no ha comprendido esta dimensión: del justo probando su justicia en la persecución para nuestra Iglesia y no nos avergüenza. Aunque se quiera calumniar el motivo de la persecución, diciendo que es porque la Iglesia se ha metido en política, se ha hecho comunista, se ha hecho subversiva. Ya sabemos lo que esos términos significan ya que desde Cristo se lo aplicaron a Él para llevarlo al cadalso. Pero sabía Él que no moría por nada de eso, moría por obedecer al Padre que quería probar en la intimidad de su corazón la dimensión inmensa de los verdaderos grandes: la dimensión del sufrimiento, la dimensión del dolor. Nadie se asuste, hermanos, de ser inocente y tener que sufrir. Cuanto más inocente es el que lleva la cruz más digno es de grandeza ante Dios. Esta semana yo celebré la misa por un niñito que murió víctima del cáncer. Le decía a sus padres afligidos y a los que acudían a la misa: Nadie se escandalice de que Dios tome estas medidas. Parece una injusticia. ¿Por qué este inocente? ¡No! ¿Es que Dios quiere demostrar ante el cielo y ante la historia que en esta tierra todo está perdido? De esta tierra donde hay tanta violencia y odio, tanta maldad y pecado, Dios es capaz de arrancar una florecita tan pura y llevarla a su reino y colocarla cerca de su trono. Los inocentes no se avergüencen de ser inocentes, ni se escandalicen de sufrir. Son las flores puras que en este valle de fango y de pecado Dios está cultivando. Son víctimas santas que Dios necesita para su purificación. En ese mismo hospital hoy está sufriendo una niñita. Tendrá, quizá, unos diez años, ya víctima de cáncer. Le han operado la cabeza y sin duda va a morir. ¿Por qué esto, Señor? Aquí nos está dando la respuesta el libro de la Sabiduría: "Los impíos quieren echar en cara a Dios estas injusticias. Pero Dios devuelve la sentencia diciendo que la buena conducta de los inocentes es el reproche de los pecadores; y diciendo, también, que es necesario manifestar al mundo la trascendencia de lo humano, que no termina todo en la historia sino que Dios lo está cultivando todo para su vida eterna. Esto no es opio, sino que es darle el verdadero valor a la vida que sufre aquí abajo. ¡Cuánto sufrimiento! ¡cuánta pobreza! ¡cuánta choza! donde hasta el mismo gobierno ha dicho: "En condiciones absolutamente carentes de higiene, de salud y de subsistencia". ¿Por qué esto, Señor? El pecado de los malos. Al mirar esas injusticias, naturalmente que se escandaliza el pecador que disfruta y que no deja margen para una vivienda más decente al pobrecito que está sufriendo. Le está echando en cara la propia injusticia que está cometiendo. Pero Dios está santificando el dolor y nos debemos de convertir. Como decía el Papa también, hablando de la Virgen al pie de la cruz: "No era un sufrimiento de alienación. María no recibía con conformismo estas injusticias del imperio. María sabe -y lo canta en su Magnificat- que Dios es capaz de despachar vacíos a los soberbios y, si es necesario, botar de sus tronos a los poderosos cuando la injusticia ya es demasiada"... Ojalá que la lección de Cristo que nos quiere dar a través del evangelio de San Marcos sea comprendida y hecha vida en este tiempo en que la necesitamos de verdad. Necesitamos que nuestra pobreza, que nuestra marginación, nuestro sufrimiento, nuestra hambre, nuestro subdesarrollo, no sea sólo inspiración de violencias, inspiración de venganzas o de odio; sea sobre todo, inspiración de verdadera liberación. Ofrecerlo como Cristo aceptó la cruz: voluntad del Padre. Pero no para morir conformista bajo una opresión, sino para convertir su resurrección de la opresión en la verdadera fuerza liberadora de nuestro pueblo. 2º UN SERVICIO ANIMADO POR EL AMOR Pensamiento que nos dan las lecturas de hoy. Otra dimensión de los verdaderamente grandes. "No he venido a ser servido, sino a servir y a dar mi vida para la salvación de muchos". La palabra es de Cristo, que nos quiso enseñar, precisamente, la lección que tuvieron que aprender, humillados, los apóstoles en el pasaje del evangelio de hoy. a) Evangelio - discusión de los apóstoles. Venían discutiendo: "¿Quién es más grande en el reino de los cielos?" Cuando Cristo -que adivina los pensamientos de los hombres- llegando a la casa de Cafarnaum les pregunta: "¿De qué venían discutiendo en el camino?". No se atrevían a decirle. Era un tema tan vergonzoso ante un Cristo tan humilde hablar de estas pretensiones. Nos hemos olvidado del verdadero espíritu de cristianos y estamos pensando quién es más grande, quién puede más, quién tiene más dinero, quién puede más en política. Estas grandezas de la tierra a Cristo le salen sobrando, como decimos. Porque si un hombre llegara a escalar esos puestos de dirigencia en la política, en lo social, en lo económico, no debe de hacer consistir su grandeza en ese apoyo de cosas materiales que se escapan de las manos cuando menos se cree. - El más grande es el que mejor sirve. "La verdadera grandeza -dice Cristo-, El que quiera ser grande entre ustedes, el que quiera ser el primero, hágase el último y sea servidor de todos". Discutan, entonces, a la luz de este principio cristiano ¿quién es más grande? ¿Será más grande el que sirve con más humildad y con más amor? Si un hombre, por la necesidad de la sociedad, es elegido para ministro, para presidente de la república, para arzobispo, para servidor, es servidor del pueblo de Dios. ¡No hay que olvidarlo! La actitud que hay que tomar en esos cargos no es decir: "Yo mando y aquí se hace despóticamente lo que yo quiero". No eres más que un hombre ministro de Dios y tienes que estar pendiente de la mano del Señor para servir al pueblo según la voluntad de Dios y no según tu capricho. La voluntad de Dios es la que prevalece en el servicio de la autoridad. Cierto, muchos han querido echarnos en cara, como una subversión, que nosotros predicamos contra la autoridad. Nunca hemos predicado contra la autoridad verdadera. ¡Sí hemos predicado contra el abuso de autoridad!... Toda autoridad viene de Dios y hay que respetarla. Y si una autoridad es grande, es precisamente cuando él administre esa autoridad sabiendo que le viene de Dios y que pertenece a un orden moral que no tiene que transgredir. Pero cuando esa autoridad traspasa ese orden moral y manda cosas inconvenientes, atropellos del pueblo, otra clase de abusos de autoridad, es la hora de que el mismo apóstol dice -no lo olvidemos aquellos que no quieren recordar el texto de San Pablo: "Que toda autoridad viene de Dios". Acuérdense también de este otro texto de San Pedro- "¡No podemos obedecer al hombre antes que a Dios...!". b) Iglesia al servicio de los hombres - diaconía. Cuando Cristo organizó su Iglesia, les enseñó a sus apóstoles la verdadera característica de la Iglesia. En otro nombre la Iglesia se llama "diaconía". Es una palabra griega que quiere decir "servicio". La palabra nació cuando los apóstoles ya no eran suficientes para atender a los cristianos que iban aumentándose. Entonces llamaron a siete hombres llenos de Espíritu de Dios, los llamaron "diáconos". Diáconos quiere decir: "servidores". Entonces se le dio también a la Iglesia el nombre de "diaconía", servicio; la Iglesia es servicio. Cuando el Concilio Vaticano II, que ha vuelto a poner las cosas en su puesto, piensa en la jerarquía, nos dice a los obispos que ya no pretendamos ser los príncipes con los que se había prostituido la figura del obispo. No somos príncipes, no somos reyes. No hemos venido a ser servidos sino que tiene que ser, he aquí las palabras del Concilio: "Los ministros que poseen la sacra potestad están al servicio de sus hermanos". Yo soy el diácono de ustedes, queridos hermanos, soy el servidor y toda la pastoral que deriva de la responsabilidad del pastor tiene que ponerse toda en esta actitud de servicio: sacerdotes, religiosas, comunidades. Me alegra mucho, -yo quiero decirlo con gran alegría-, que nuestra Arquidiócesis va comprendiendo cada día mejor este sentido de servicio. Si acaso van quedando resabios de imperialismos, de potestad terrena, de paternalismo, yo los invito a todos: a los queridos sacerdotes, a las comunidades religiosas, a las superioras, a los superiores, que su papel no es sólo ser el jefe, sino el servidor de la comunidad, el que sabe escuchar los deseos y sabe orientarlos hacia Dios para servir a las necesidades del pueblo... A ustedes, los laicos, que no son presbíteros, ni obispos, ni religiosos, ni religiosas, ¿qué les dice el Concilio?: "Sirviendo a Cristo, también, en los demás conduzcan en humildad y paciencia a sus hermanos al Rey a quien servir es reinar". Esta es la grandeza del servicio cristiano: "Servir es reinar". Cuando yo digo que soy el diácono, el servidor de ustedes, no quiero ser yo un acomodaticio para ganarme esos aplausos. De ninguna manera los he buscado yo; ustedes me los han dado espontáneamente, ni me envanecen, porque sé que no es más que la expresión de un pueblo que están sintiendo con aquel que les está dirigiendo la palabra y que está tratando de servirlo, precisamente, en sus sentimientos más hondos... Digo que no es oportunismo, sino que es más todavía, perdonen que les diga: No me interesa tanto la simpatía de ustedes como la simpatía de Dios, no me interesa tanto reinar sobre sus corazones, que gracias a Dios siento un cariño que me constituye casi rey de esta comunidad, sino que me hace sentirme, sobre todo, rey ante Dios. Servirlo a Él es reinar y cuanto más humildemente lo quiera servir en el pueblo, más reinaré... Lo mismo, hay alguien que ha invertido este dicho precioso del Concilio: "Servir es reinar". Podemos decir, también, al revés: "Reinar es servir". Es decir, el que llega a tener una posición de autoridad tiene que considerarla como servicio y sólo desde el servicio podrá reinar. Por eso hay tanto malestar, porque no se ha comprendido la felicidad de ser humilde, porque no se ha comprendido la dicha de ser servidor, porque vamos discutiendo todavía por el camino como los apóstoles: "¿Quién es más grande aquí en la tierra?", porque estamos haciendo consistir la alegría y el poder sólo en las vanidades de la tierra. Ojalá se convirtieran, nos convirtiéramos todos los que tenemos cargos de autoridad para no creernos que por nuestra linda gracia estamos en el puesto alto, sino que estamos por la voluntad de Dios... Que este Dios, que nos va a pedir cuenta a todos, hasta al más humilde, pedirá cuenta con más estrechez a aquel a quien le depositó la autoridad en sus manos para que la administrara según su corazón. "¡Ay, de los poderosos -dice la Biblia- porque serán castigados más poderosamente por Dios!" Podíamos seguir hablando de este aspecto, porque es bello. Y sería la lección más grande que aprendiéramos este domingo: ser humildes. A hacer consistir nuestra alegría en servir a Dios en la persona del pobre. A esto viene mi tercer pensamiento, una tercera dimensión, una tercera medida del verdadero hombre grande según Cristo. La primera, no la olvidemos, es ser justo en medio de la persecución; la segunda, la acabo de reflexionar, es un servicio animado por el amor y la humildad. 3º UNA TRASCENDENCIA QUE IDENTIFICA CON DIOS HASTA LOS MÁS PEQUEÑOS Y HUMILDES Aquí vamos a hacer un honor al Año Internacional de Niño. ¡Qué bella figura la de Cristo tomando un niño de la muchedumbre y poniéndolo en medio para hacerlo el símbolo de su predicación!. Cristo es el intérprete del mensaje del niño. Qué bien haríamos en este Año del Niño, en vez de tantas cosas como sentimentales, románticas, pero que dejan al niño, en la realidad, siempre en la miseria, la pobreza. Anoche, me decía un amigo: "Esta mañana, ¡qué dolor me dio ver una pobre muchachita que ahí en el Boulevard de los Héroes estaba durmiendose con un rollito de periódico que no lo había podido vender, porque sabía que al llegar a la choza le esperaba una buena reprimenda!. No había cumplido su tarea. Eran casi las 11 de la noche". Esta es la triste realidad de nuestro niño. a) Escena del niño. Cristo toma uno de esos niños y lo pone en el centro de la asamblea. ¡Qué hermosa parábola viviente de Cristo! Entonces dice la palabra del evangelio de San Marcos hoy: "El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí. Y el que me acoge a mí, no me acoge a mí sino al que me envió". Miren qué relación más bella entre el niño y Dios a través de Cristo. Hasta el más chiquito, el niño, es grande cuando Cristo lo asume como su propia causa. Esta es la lucha de la Iglesia cuando en Puebla dice: "opción preferencial por los pobres", porque el niño es la figura más elocuente de la pobreza. - Invitación a la trascendencia... desde la pequeñez. Yo leí en el comentario de texto de San Marcos una nota histórica que dice: "El niño, en el derecho antiguo no era persona en el pleno sentido legal... Además de tener que vivir bajo la autoridad de sus padres... se consideraba propiedad de sus padres; no tenía capacidad de autoafirmación, ni independencia para actuar. Era verdaderamente la negación de sí mismo. Cristo dice: "El que quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo", es decir, hágase niño. El ser humano que no tiene derecho a nada, el que no se puede mover si no es de la mano de su papá o de su mamá. Por eso, de la debilidad del niño se abusa tanto y no se respeta. Porque cuando esa debilidad, esa fragilidad cobija Cristo con ese abrazo del evangelio de hoy, reta al mundo entero: "El que reciba uno de estos pequeñitos en nombre mío, a mí me recibe. No sólo a mí, sino a mi Padre que me ha enviado". El que respeta a los niños es querido por Cristo y es querido por Dios, pero no con un sentido así romántico, como acabamos de decir. Son simpáticos los niños y es peligroso que nos quedemos solamente en la simpatía humana. Son tan sencillos, son tan ingenuos, cualquier broma les cae bien, parecen cosa de nadie porque cualquiera que llega ante una mamá que está chineando a su niño le dice: "¡Préstemelo!" y se lo coge como cosa propia y todos sentimos que es de nosotros el niño. Una sonrisa de niño equivale a millones. ¡Cuánto vale más para mí que un niño me tenga la confianza de sonreírme, de abrazarme y hasta de darme un beso a la salida de la Iglesia, que si tuviera millones y fuera espantable a los niños! ¡Vale mucho un niño!, pero no sólo en ese aspecto humano, sino, sobre todo, de la perspectiva que hoy nos da Cristo: desde la perspectiva de la fe acogerlo en su nombre. Esto es lo divino del cristianismo, acoger al niño en nombre de Cristo, es decir, como si de veras sintieras al niño Jesús, como si de veras sintieras al Hijo del Hombre con toda su grandeza divina encarnada en ese niño. Por eso dice Puebla, cuando habla de la opción preferencial por los pobres: no es una demagogia, no es una visión que queremos hacer, una lucha de clases, al contrario, hacemos una invitación a todas las clases sociales sin excepción para que tomemos como propia la causa del pobre; más aún, como causa de Cristo que es, que nos dirá al fin de los tiempos casi parecido al dicho que nos ha dicho hoy: "Todo lo que hagas a uno de ellos a mí me lo haces". Es transcendencia. Digo en mi carta pastoral... "la trascendencia que la Iglesia predica no es una alienación, no es irse al cielo para pensar en la vida eterna y olvidarse de los problemas de la tierra, es una trascendencia desde el corazón del hombre". Es meterse en el niño, meterse en el pobre, meterse en el andrajoso, en el enfermo, en la cabaña, en la choza, es ir a compartir con él. Y desde la entraña misma de su miseria, de su situación, trascenderlo, elevarlo, promoverlo y decirle: "Tú no eres una basura, tú no eres un marginado... Es decirle cabalmente lo contrario: Tú vales mucho, tú vales tanto como el Señor que vive en las grandes moradas que tú ves y no podrás poseer. Tú eres igual, tú eres hombre como todos, imagen de Dios, estás llamado también al cielo". Esta es la trascendencia que da la verdadera dimensión de los grandes, de los hombres grandes. Cuando un hombre se deja trascender, cuando un hombre no se cierra a los límites de las liberaciones temporales, cuando un hombre se cree no sólo líder para conducir a los otros a una masacre, si no cuando un hombre encarna un liderazgo pero para dar a todos esos que van con él una dimensión de verdadera grandeza, de trascendencia divina, ésa es la verdadera liberación que la Iglesia predica. Si predicara otra cosa, la Iglesia misma se estuviera mutilando y estuviera perdiendo su originalidad, la fuerza de su liberación. La liberación que la Iglesia predica es ésta que parte del corazón del hombre: librándolo del pecado para elevarlo hasta Dios y hacerlo hijo de Dios. Entre esas medidas de dimensión trascendente, el Papa Pablo VI, que analizó tan profundamente la humanidad actual decía: "Hay que cultivar también el espíritu de pobreza. El espíritu de pobreza que está lejos de toda codicia que hace consistir la grandeza del hombre en tener más; en cambio la grandeza es ser más. Es allí donde el Papa decía: "Cultivemos ese espíritu de pobreza que hace verdaderamente grande y trascendente al hombre porque lo quita de estar de rodillas ante el dinero para ponerle de rodillas ante Dios...". b) La trascendencia divide a los hombres en justos e injustos. Es, cabalmente, en esta dimensión de la trascendencia donde encontramos la línea divisoria entre los verdaderamente grandes, santos, y los impíos, los malos, los materialistas. Esto no lo digo yo, lo dicen las lecturas de hoy. - Los impíos... visión terrenal del justo (no ser destino eterno). La primera lectura nos presenta a los impíos con una visión terrenal: "¡Atormentemos al justo, burlémonos de él, veamos si le vale todo eso que anda diciendo que es Hijo de Dios; su conducta nos reprocha, nos estorba; matémoslo, quitémoslo!" ¡Qué lenguaje el de la Biblia, que podía decirse en lenguaje de muchos criminales hoy!. ¿Por qué se mata? Se mata porque estorba. Para mí que son verdaderos mártires en el sentido popular. Naturalmente, yo no me estoy metiendo en el sentido canónico, donde ser mártir supone un proceso de la suprema autoridad de la Iglesia, que lo proclame mártir ante la Iglesia Universal. Yo respeto esa ley y jamás diré que nuestros sacerdotes asesinados han sido mártires todavía canonizados. Pero, sí son mártires en el sentido popular, son hombres que han predicado, precisamente, esta incardinación con la pobreza, son verdaderos hombres que han ido a los límites peligrosos donde la UGB amenaza, donde se puede señalar a alguien y se termina matándolo como mataron a Cristo. Estos son los que yo llamo verdaderamente justos. Y si tuvieron sus manchas, ¿quién no las tiene, hermanos? ¿Qué hombre no tiene algo de qué arrepentirse? Los sacerdotes que han sido matados también fueron hombres y tuvieron sus manchas. Pero el hecho de haber dejado que les quitaran la vida y no haberse huido, no haber sido cobardes y haberlos situado en esa situación de tortura, de sufrimiento, de asesinato, para mí es tan valioso como un bautismo de sangre y se han purificado. ¡Tenemos que respetar su memoria!... - "La sabiduría que viene de arriba" produce justicia como fruto de la paz. En la segunda lectura de hoy, más claramente vemos la línea fronteriza entre los impíos y los justos perseguidos. Pone Santiago claramente -el hombre práctico: "La sabiduría que viene de arriba es la que produce la justicia, la paz y todos los bienes. - La palabra sabiduría. En cambio dice, la falsa sabiduría -él la llama "los deseos del placer que combate en vuestro cuerpo". ¡Qué fuente podrida la que nosotros somos! Es de allí, de estos deseos de placer que combaten en el cuerpo del hombre donde surge esa larga lista de la segunda lectura de hoy: "envidias, peleas, desórdenes, toda clase de males, luchas, conflictos, codicia, asesinato, ambición, derroches en el placer". Dos fuentes, naturalmente, diametralmente opuestas. La sabiduría que viene de arriba, la que Cristo nos está enseñando: la de saber darle a la vida la dimensión de servicio, de amor, de sufrimiento, de ofrecimiento por los demás; y la sabiduría que nace del deseo del placer del hombre. ¿Qué combate en el cuerpo? Todos sentimos este deseo de placer que lo dice tan gráficamente el apóstol Santiago. Casi está describiendo la situación de El Salvador cuando dice: ¿De dónde salen las luchas y los conflictos entre vosotros? ¿No es acaso de los deseos de placer que combaten en vuestro cuerpo? Codiciáis lo que no podéis tener: y acabáis asesinando. Ambicionáis algo y no lo podéis alcanzar; entonces lucháis y peleáis. Pedís y no sabéis pedir, porque pedís con ambición y porque pedís mal para derrocharlo en placeres". Para eso no hay que pedirle a Dios. Dios no va a ser cómplice de nuestras sinvergüenzadas, pero Dios sí va a ser colaborador de nuestro sufrimiento... HECHOS DE LA SEMANA EN NUESTRA ARQUIDIÓCESIS Iluminados por esta palabra, yo quisiera revisar nuestra Arquidiócesis. Las diversas actividades, las vivencias de esta semana, deben de significar para la diócesis un ponernos al hilo con la sabiduría que viene de Dios. Yo, como pastor de la Arquidiócesis, no ambiciono otra cosa que construir la Iglesia. En mi carta pastoral yo digo: "La primera colaboración que la Iglesia está ofreciendo al país en esta hora de crisis es ser ella misma". Cuando yo llamo a mis queridos hermanos sacerdotes, comunidades religiosas y agentes de pastoral, al trabajo pastoral, es construir nuestra Iglesia. Me pregunta alguno: "Y cuando mañana se arreglen las cosas, ¿qué va a hacer la Iglesia?". Le digo: "Seguirá siendo lo mismo". La Iglesia no está haciéndose para oportunismos, sino que está queriendo ser actual, en cada momento, siendo siempre la Iglesia. Dichosa se sentirá si mañana en un orden más justo ella no tiene que denunciar tantas injusticias, pero siempre tendrá su trabajo de construir sobre la base del evangelio. Este trabajo lo tendremos haya paz o haya persecución. En la curia, o sea en la cabeza de la Arquidiócesis, la oficina central, diríamos, hemos tenido reuniones muy importantes; por ejemplo: la del Senado Presbiterial. Es la representación de todos los sacerdotes para mantenerse en diálogo con el obispo. A través del Senado el obispo tiene relación con todos los sacerdotes que vienen representados en ése. Hemos tenido asamblea plenaria de la Sociedad Anónima Difusión Salvadoreña que es la propietaria de YSAX. Quiero decirles que la YSAX se rige por el sistema de una sociedad anónima y que tiene toda la legalidad. No es un contrabando ni mucho menos, sino que está legalmente constituida. Tuve una reunión muy importante de la que ustedes deben de tener conocimiento: la reunión de la Comisión de Sacerdotes Pro Seminario junto con los sacerdotes que se llaman el equipo de formadores; precisamente, para un diálogo de mayor perfeccionamiento en la formación de nuestros sacerdotes. Aquí sí les pido siempre mucha oración, para que nuestros seminaristas se formen sacerdotes según las necesidades del momento de nuestra Iglesia. Otra comisión que me interesaba informarles es la de la administración de bienes, que ayuda al Arzobispo para llevar siempre una administración según la justicia de los bienes que la Iglesia necesita para su misión pastoral. Se trató especialmente de la situación de nuestra Catedral, que con las ocupaciones ha sufrido trastornos muy serios no sólo en su culto, sino también en su construcción. Yo quisiera que se tuviera en cuenta estas cosas inconvenientes para que las ocupaciones, si siempre luchan por justas reivindicaciones del pueblo, no estorben otras obras del pueblo. Lo cierto es que la Catedral está en un impasse muy serio; hasta quería el rector despedir a los trabajadores indemnizándolos, pero hemos dicho: "Sería echar a perder todo". Mejor hacemos un esfuerzo. Vamos a ver como conseguimos el dinero que hace falta para terminar la cúpula, que es lo que urge y después, aunque sea en forma pobre, vamos a cubrir los ventanales y aunque sea sobre tierra ya podemos habilitar la Catedral, una Catedral de un pueblo pobre. Así, aunque sea sin repello, con ventanales no definitivos, pero estará clamando testimonio de un pueblo que quiere ofrecerle al Divino Salvador algo grandioso, pero que termina allí donde alcanzan sus limitaciones. Les suplico que no nos abandonen en esta hora de prueba en la construcción de nuestra Catedral. El clero está en ejercicios espirituales esta semana que viene, en la vicaría de la Asunción. Cada vicaría organizará sus grupos de reflexión. Los ejercicios espirituales, que son la semana en que los sacerdotes nos apartamos del trajín ordinario para ir a reflexionar y evaluar nuestra conducta y nuestra situación. En el orden de las religiosas, regresó de Guatemala Sor Judith Chávez, a quien habían expulsado. Esta retractación nos da la esperanza de que en Migración se puedan tener en cuenta no sólo las malas informaciones que llegan de ORDEN, sino, sobre todo, la justicia que la Iglesia expresa al defenderse. Lo que sí me duele es que violaron una conversación telefónica entre la hermana y el pastor, que creo que tiene derecho a que no se le juzguen sus conversaciones telefónicas. Las religiosas guadalupanas que trabajan en Arcatao están defendiéndose de falsas acusaciones ante Migración. Allí fueron sorprendidos los servidores de Migración en algunas inexactitudes y se faltó el respeto a nuestro vicario general. Yo quiero decir: que el obispo está representado en su vicario general y que en situaciones como éstas, tiene el derecho de acompañar a sus agentes de pastoral en la defensa de la verdad y de la justicia. Me alegro de la comunidad de padres y seminaristas claretianos en Santa Tecla a quienes tuve la dicha de visitar; así como, también a los seminaristas pasionistas que se están instalando en el convento de la iglesia de San Francisco de Mejicanos. Una religiosa, la hermana Cristina Rivas, dominica, que trabaja en Chiltiupán, ha recibido la amenaza de la Unión Guerrera Blanca. La carta en que la madre me cuenta esta situación me parece aquella palabra de Cristo cuando lo apedreaban y dijo: "He hecho muchas obras buenas, ¿por cuál me quieren apedrear?" La hermana dice que la han amenazado: que se vaya de ahí porque si no la van a matar, porque está haciendo obra mala. Y dice ella: "Lo que estoy haciendo es atendiendo la enfermería de la casa comunal, doy clases de religión, trabajo en el cantón Las Termópilas, doy cursos de primeros auxilios en la escuela y en el mismo Cantón atiendo a mucha gente con medicina. ¿Por cuál de todas estas obras me quieren apedrear?" ¡Esta es la Iglesia siempre perseguida y siempre haciendo el bien! EN LAS COMUNIDADES Hubo ceremonias de confirmación muy bonitas en la parroquia de San Juan, Cojutepeque. Lamento no haber podido estar personalmente en la otra parroquia de Cojutepeque, pero fue por situaciones especiales. Pero sé que estuvo muy hermosa también. En Guazapa y Aguilares tuvimos la ceremonia de confirmación a jóvenes que van comprendiendo lo que significa este compromiso de recibir la fuerza del Espíritu Santo. En la comunidad de Comasagua se celebró la fiesta de San Mateo el 21 de septiembre. Yo quiero excusarme porque dicen que me estuvieron esperando; pero francamente yo no tenía idea de haber confirmado un compromiso y por eso siempre que tengo compromisos los cumplo, gracias a Dios. Les suplico que si hubo un malentendido, que me dispensen. ¡Y los felicito por su fiesta patronal! Un sentido de solidaridad que he recibido de diversas partes para nuestro trabajo pastoral. Pero quiero destacar, por el significado y la actualidad, la solidaridad que me manifiesta la Comisión de Derechos Humanos a nuestro periódico Orientación. Y dice: "...Es el único que dice la verdad, informa y orienta al pueblo". Asegura que quienes tienen el deseo de que no llegue a los campesinos, ni al pueblo, ese deseo no se les concederá, pues, Orientación como David... -sigue diciendo la Comisión de Derechos Humanos- puede vencer todas las campañas gigantescas de desprestigio e intento de desinformación que levanta la fracción Goliat ultraderecha". Muchas gracias por ese apoyo y por lo que también dice la comisión cuando dice que se solidariza con obispos y clero, que está tratando de llevar una pastoral liberadora en pro de la construcción del reino de Dios en la tierra y la consecuente vigencia real y permanente de los derechos humanos en El Salvador... Siguen sufriendo hostigamiento psicológico el director de la oficina de Socorro Jurídico, el Dr. Roberto Cuéllar. Quiero pedir de nuevo de que se sea consciente que nuestro Socorro Jurídico es un servicio auténticamente popular y tratar de estorbarlo es francamente una persecución más a nuestro pueblo. También se hostiga al gerente de nuestra YSAX. Yo quiero expresarle mi apoyo y mi felicitación por el progreso que va logrando esta emisora. A este propósito tengan en cuenta los nuevos programas de mensaje católico que nuestra emisora está tratando de realizar. Ya los mencionaré en otro día o lo pueden leer en Orientación. Quiero protestar por una broma de mal gusto de la promoción de bachilleres del Liceo Salvadoreño: que fueron a asustar a los colegios de señoritas y niñas Guadalupano y La Asunción. Las circunstancias y la psicosis de nuestro pueblo no está para esas bromas. Yo veo aquí una poca sensibilidad en esos muchachos, del momento que vivimos. Ojalá usaran esa alegría y esa audacia juvenil para de veras emprender un trabajo de verdadera liberación a nuestro pueblo... El colmo fue que el periódico que dio la mala información sobre esa broma de mal gusto tuvo que desmentirse porque no era como la había dicho. ¡La mentira y la falsedad por sí sola se destruye! EN LA IGLESIA UNIVERSAL Ahora digamos del orden universal de la Iglesia. Oremos mucho por el viaje del Papa a Estados Unidos. Ya ustedes habrán leído en los periódicos las malas interpretaciones que al mismo Papa se le hacen. Ya se dice que es un viaje político para apoyar a Kennedy. ¡El Papa está muy lejos de estas cosas! Pero yo digo con consuelo: si eso lo dicen del leño verde ¿qué dirán del leño seco? En un periódico, a primera página, dice que el Papa censuró a los jesuitas. Alguno dirá que voy a callar yo esta noticia porque no me conviene. ¡No! Ya digo en mi carta pastoral que la Iglesia tiene en su seno a pecadores y que su trabajo es de purificación y de penitencia siempre. No me extrañaría que el Papa reconviniera a los jesuitas. Pero si me ofende que la prensa manipule una noticia que, por otra parte, cuando se lee allá al fondo es una mala información. Dice que los censuró por deficiencias pero que no explicó qué deficiencias. Ya aclara, ya diluye bastante la noticia. Nosotros, como queremos ser siempre objetivos, vamos a esperar una información que ya hemos pedido y ciertamente tendremos la franqueza de decirlo. Pero, por mi parte, quiero decir que aquí en la Arquidiócesis la Compañía de Jesús está desempeñando un trabajo de mucha utilidad para la Iglesia y para la liberación del pueblo. Yo creo que merecen plenamente nuestro apoyo aquí en la Arquidiócesis. EN EL ORDEN CIVIL Quizá podíamos calificar esta semana como la semana de los pronunciamientos. Ha habido pronunciamientos y por cierto muy valiosos. ANEP reconoció que sólo creando un clima de libertad y de paz se logrará la credibilidad en el proceso democrático y la participación en el mismo de la ciudadanía. AGEUS señala que durante los últimos meses, en lugar de irse creando este clima, se ha agudizado la crisis económica, política y social en el país. Enumera algunos de los principales hechos represivos, sucedidos recientemente. A este propósito yo quiero subrayar lo que ya mencioné la semana pasada pero que después, dándome cuenta de la gravedad, creo que debe de hacer reflexionar mucho a los protagonistas de aquella masacre en la manifestación del 1 de septiembre y de aquella otra de los escolares que iban a un paseo a El Cuco. Si no hay libertad de manifestación, si se reprime con tanta violencia y sangre ¿qué se puede esperar, qué confianza puede haber en una apertura democrática que tanto se manifiesta?... La Cámara de Comercio e Industria, también recuerda importantes artículos de nuestra carta magna. Urge el cumplimiento de la misma. Yo creo que aquí está una gran clave de solución: simplemente un retorno a la constitucionalidad. Nuestra Constitución, gracias a Dios, es buena aunque siempre es vida y puede mejorar. Pero creo que si se le pisotea como se le está pisoteando actualmente pues no somos un pueblo con ley. Un retorno a la Constitución será un paso a la civilización. Estamos de acuerdo con este reclamo. Propone la Cámara de Comercio e Industria una propuesta muy audaz: un cambio del régimen tradicional de tenencia del poder por valores civiles que representen la posibilidad real de dar nuestra vida pública una más definida y provechosa orientación democrática... La Asociación Textil de Industriales en pequeño apoyó el pronunciamiento de FENAPES y recalcó, como de extrema izquierda. Maravilloso, toda vez que esa tregua no sea de un cese pasivo, sino que se aproveche para dar siquiera el principio, la señal de un cambio de estructuras que tanto urge. Que si se aprovecha una tregua para iniciar de veras los cambios que están pidiendo todas las voces del pueblo creo que cesarían muchas violaciones que son reacción precisamente de la indolencia con que se está viendo la necesidad urgente de los cambios del país. Yo sería partidario: hagamos un paréntesis de derecha y de izquierda pero que sirva para poner las bases ya o poner los principios de los verdaderos cambios. Por eso, yo diría que todos estos manifiestos que se han publicado y que indican caminos racionales muy buenos no se contenten con sólo proponer teoría sino que yo pediría a todas estas organizaciones que se han pronunciado que comiencen a ofrecer concretamente qué pueden dar. No solamente indiquen que se debe hacer, sino qué se puede dar ya, porque la cosa es urgente. Cada hora es más tarde y es necesario; todavía estamos a tiempo de unas soluciones racionales. Por eso me alegra haber recibido y quiero agradecer la atención con que se me llevó la plataforma común que se ha elaborado en el dialogo popular, donde han participado partidos políticos, organizaciones populares, sindicatos, etc. Una plataforma de puntos de coincidencia con respecto a buscar una salida democrática y popular a la actual crisis política del país. Yo creo que es una "primera piedra", como me dijeron al entregármela. De veras, nuestro pueblo salvadoreño -aunque como dijo Medellín de los cristianos- sabe combatir también pero prefiere los caminos pacíficos. Si pudiera ir formando en torno de esta plataforma las realizaciones, no solamente las teorías sino las realizaciones concretas que todos los que se han pronunciado en esta semana pueden aportar también, creo, hermanos, que podemos tener todavía una salida a la paz y a la justicia sin tener que pagarla con tanta sangre como sería una insurrección que vendría cuando ya se han agotado todos los medios pacíficos. Todavía no se han agotado. Yo creo que estas manifestaciones de organizaciones y este ofrecimiento de una plataforma común nos están invitando a colaborar con un espíritu generoso, magnánimo, a reconstruir nuestra patria: no amasada con sangre la reconstrucción sino amasada con razón, con fe, con esperanza cristiana, como la puede hacer un pueblo auténticamente salvadoreño. Por eso, quiero criticar un poco el fruto del llamado Diálogo Nacional. ¡Qué conclusiones más pobres! Cómo se ve que de veras no hay ánimo de los cambios que el país necesita. Es necesario no solamente oír a los que piensan como uno, sino abrir los oídos, también, a las voces que claman la angustia del pueblo y que se puede percibir perfectamente en tantas manifestaciones que por no encontrar eco en quienes lo deben de oír, se van a la violencia. Por eso, repito, que es urgente este entendimiento racional antes de tener soluciones de sangre y de dolor. Me alegro que varios problemas se han resuelto. Por ejemplo el problema de los buses después de seis días de paro. Aquí me viene una felicitación muy cordial a nuestro querido pueblo por su sentido de laboriosidad y de superación de las dificultades. Creo que todos nos hemos reído y hemos tenido impresiones. Sí, gratas dentro de los trágico, del servicio que prestaron los pick-ups y los camiones que fueron verdaderos servicios de transporte. Alguien me ha dicho: "Creo que hemos compartido más nuestra alegría y aflicciones montados sobre un pick-up que cuando vamos sobre una camioneta". Por otra parte quiero solidarizarme con aquellos que sufrieron pérdidas de buses en las violencias pasadas. Yo recibí el caso doloroso de un dueño de bus en el cual pone toda su esperanza, don José Parada Alas, de la Rura 30. Le queman un bus de ¢118.000 de costo, que debía todavía en gran parte y está viendo como salva algo para poder seguir trabajando. Estas situaciones no las podemos desconocer. Yo creo que aquellos que llevan la violencia hasta estos extremos debían de recapacitar que así no se reivindica un pueblo hundiéndolo más, sino que deben de tomar los lenguajes apropiados para que se escuche por el pueblo y sea simpática al pueblo una promoción liberadora. De mi parte, he hecho lo posible por complacer a familias que se han acercado en favor de rehenes de Cartotécnica y de Arco Ingenieros. Nuestro Socorro Jurídico tiene buenas noticias al respecto. Yo quisiera únicamente -lo mismo que dije antes-, llamar la atención en esta nueva modalidad de las huelgas cuando se capturan rehenes, proceder con verdadero sentido humano. Hay que humanizar el movimiento reivindicativo del país. Que no vaya a ser un movimiento salvaje, que sea un movimiento que de veras busca y ama al pueblo y que tiene en cuenta al hombre humillado en una prisión que ha perdido su libertad. Respetémoslo como nos ha dicho Cristo del niño que es la imagen de una impotencia humana. Las asociaciones de empresarios agrícolas confirmaron que el 60% de las 481.000 viviendas de campesinos que investigaron no ofrecen ni comodidad higiénica, ni seguridad. Proponen construir 200.000 casas. Quiera Dios que sea una mejora de veras para nuestro campesino y que no vaya a ser un nuevo modo de lucrar y de explotar al pobre campesino. Se han multiplicado los ataques políticos-militares en contra de comandancias y agentes de seguridad. El saldo de esta semana deja seis guerrilleros muertos, cuatro agentes muertos, cuatro heridos y dos transeúntes heridos. Han sido secuestrados y sentimos la suerte de ellos y el sufrimiento de sus familias: el Sr. Jaime Battle, desde el 13 de septiembre; el Señor Dennis MacDonald, desde el 21 de septiembre; el Señor Mardoqueo Arnoldo Castillo, tenedor de libros de la Alcaldía de Apaneca; el Señor José Obdulio Borja, cuarto regidor de la Municipalidad de Apaneca, desde el 20 de Septiembre y el joven Roberto Renderos, hijo del mandador de una finca del mismo lugar, desde el 20 de septiembre. Por último, ya es de todos conocido que Ligas Populares 28 de Febrero se ha tomado el Ministerio de Trabajo, reclamando solución de conflictos laborales, libertad de varios compañeros trabajadores y respuesta satisfactoria en el caso de Andrés de Jesús Aguirre, capturado en Armenia. Quiera el Señor que no vaya a ser aquí otra fuente de violencias, ya que se ven ahí, también, cerca, las fuerzas de seguridad y han lanzado gases lacrimógenos. ¡Ya basta de sufrimientos para el pueblo! Pero creo que a la raíz de todo está la urgencia de emprender los cambios que están a la raíz de todo nuestro malestar. REFLEXIÓN SOBRE LA VIOLENCIA Yo no me cansaré de señalar que si queremos de veras un cese eficaz de la violencia hay que quitar la violencia que está a la base de todas las violencias; la violencia estructural, la injusticia social, el no participar los ciudadanos en la gestión pública del país, la represión; todo eso es lo que constituye la causa primordial. De ahí, naturalmente, brota lo demás. Es un dialogo de razón. Los manifiestos, las indicaciones que esta semana se hacen, para mí son un presagio de esperanza. Yo quisiera estimular ese refuerzo de reflexión pero llevándolo también a un esfuerzo de generosidad. Les podría decir como aquel Obispo en Italia, poco antes de la guerra, el cardenal... -no recuerdo el nombre actualmente- decía a los italianos de su diócesis: "Spoglíatevi; se non, vi spoglieranno". Quiere decir: "Despojaos a tiempo; si no os despojarán". Esto es lo que la Iglesia está diciendo también: "¡Sean generosos! ¿qué pueden aportar? No es posible que sigan disfrutando egoístamente lo que es de todos. Participemos todos, compartamos como hermanos, todavía es tiempo de resolver con caridad y amor, con justicia y racionalidad, si no después nos despojarán a la fuerza y entonces sí será basándose en sangre. ¡Son victorias muy caras! Ojalá que no tengamos que llegar a eso. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Por eso Cristo nos está señalando hoy y termino ya diciendo la síntesis del pensamiento de la homilía: Cristo señala la verdadera grandeza de lo humano. Perseguidos, pero justos. Sirviendo a otros en el amor. Y, sobre todo, abiertos a la gran dimensión de lo Absoluto: sólo de Dios nos puede venir la sabiduría que hace sabios a los hombres en la tierra. Así sea. Queridos hermanos:
- Noticia del Papa. Piensa en El Salvador. Les agradezco su presencia, doblemente meritoria, porque faltan medios de transporte y el tiempo está muy mal -mucho temporal. Sin embargo, me ha sorprendido gratamente encontrar una asistencia numerosa con la cual pueda compartir una gran alegría que yo traigo para participarla: ¡es el sentirnos, como pueblo salvadoreño, en el corazón del Papa!. Esta semana su Santidad se refirió pidiendo oración por nuestra patria, El Salvador, y por las innumerables víctimas de la sostenida lucha y tensiones internas, para que recibamos el bien de la paz sin la cual es imposible el verdadero progreso civil y humano. - El Papa pregunta por el Arzobispado. Además de esta alegría de carácter nacional y religioso, tengo también otra más íntima porque un personaje de mucha influencia en la Iglesia visitó nuestros países de El Salvador, Nicaragua, Honduras; y cuando regresó -conversando personalmente con el Papa- el Papa se interesó de manera especial por el Arzobispado de El Salvador... Este gesto de comunión, de su aplauso, me hace sentir más íntima la satisfacción que me dio la noticia; porque este hombre imparcial, profundamente espiritual, hombre de iglesia, pudo decirle al Santo Padre lo que vio, lo que ustedes ven y viven. Pudo también aclarar varios aspectos que se distorsionan en informaciones mal dadas. El Santo Padre se vio como recibiendo de nuestra Arquidiócesis, de nuestro humilde ministerio, un testimonio de comunión con Él y de alegría de sentirnos siempre seguidores de su magisterio. No necesito extenderme más, pero les digo que la alegría que me inunda es muy grande. Me da valor saber que el Santo Padre conoce mi trabajo y, sin duda, se siente en comunión con este Arzobispo... El hecho es éste: que precisamente este momento dominical -que yo veo como un regalo providencial del Señor porque nos congrega a todos los que sinceramente queremos conocer el pensamiento de la Iglesia- yo trato de aprovecharlo para dar una verdadera catequesis. Si hay un título que me enorgullece es éste: el catequista. Yo quiero ser eso: el catequista. Yo quiero ser eso: el catequista de mi diócesis, el que trata de dar con la sencillez de una catequesis la instrucción que nos hace conscientes de ser una Iglesia de Cristo. Desde esa Iglesia de Cristo que se afirma, que se consolida en la fe, iluminar los contornos que nos rodean, sin los cuales no sería verdadera Iglesia servidora del mundo. Una Iglesia que nosotros queremos, fiel a la palabra de Dios, fiel reflejo de la voluntad de Cristo, para iluminar desde nuestra misma naturaleza de Iglesia -la que somos todos nosotros- la realidad, para que sea una iluminación evangélica. - Ministerio de Cristo, objetivo de la celebración del domingo: "¿Quién dicen los hombres que soy yo?". Por eso, las lecturas de hoy -que nos dan siempre el pie para nuestra catequesis- es siempre el misterio de Cristo. Pero hoy, ese evangelio que ha sido escogido para este año, el de San Marcos -el que recogió directamente de Pedro la enseñanza que daba en Roma-, nos dice uno de los comentaristas de aquellas homilías de San Pedro: "No explicaba ordenadamente sino que, según las circunstancias, iba presentando las enseñanzas y la vida del Divino Maestro". Y San Marcos por eso -decían aquellos comentaristas- escribió un evangelio que parecía poco ordenado pero que correspondía a una enseñanza de Cristo encarnada en las realidades de la Roma de Pedro, donde predicó ese evangelio. Pero comentaristas que en los tiempos modernos han profundizado más el evangelio de San Marcos, han encontrado un orden maravilloso más que todo de carácter teológico, de tal manera que hoy este pasaje que hemos leído constituye como la clave del evangelio. - Evangelio de hoy, momento culminante de Marcos. Los primeros ocho capítulos esclarecen el misterio del Mesías y la segunda parte, del octavo para adelante, San Marcos quiere esclarecer el misterio del Hijo del Hombre. Son dos calificativos de Cristo, que Cristo mismo se encargó de empalmar. Ese empalme, precisamente, es el que encontramos hoy, cuando culmina la primera parte con la confesión de Pedro: "Tú eres el Mesías"; y la segunda parte ya se inicia cuando Cristo comienza a explicar qué clase de Mesías es Él: un Mesías sufriente. Y enseña a Pedro y a los apóstoles cómo es su mesianismo. - Confesemos como Pedro: "Tú eres el Mesías". En esta cumbre del evangelio de San Marcos nos encontramos hoy. Es interesante que si venimos cada domingo a aprender el misterio de Cristo, hoy salgamos de nuestra misa con la convicción de Pedro: "Tú eres el Mesías", pero al mismo tiempo enmendando nuestro concepto falso que tal vez tenemos por las propias instrucciones de nuestro Señor Jesucristo: ¿qué clase de Mesías soy yo?. JESÚS ES EL VERDADERO MESIAS 1º. El mesías verdadero. 2º. Falsos mesianismos. 3º. Los seguidores del verdadero Mesías. El esquema es sencillo y simplemente es un repasar las lecciones que se nos acaban de hacer: 1º. EL MESIAS VERDADERO a) Un episodio sin el cual no existiera el cristianismo hoy. - Cesarea de Filipo - Antiguo Paneas. El episodio es pintoresco. Nos encontramos en Cesarea de Filipo. Era una ciudad muy antigua. Paneas se llamaba en la antigüedad pero cuando el tetrarca Filipo la reconstruyó en honor del César -Augusto- le puso Cesarea, y para que se distinguiera de la otra Cesarea marítima que está junto al mar, esta Cesarea que está a unos 40 Km al nordeste del lago de Genesaret, la llamó así: Cesarea de Filipo. - ¿Quién dicen "los hombres"?. Allí están, en esos pintorescos alrededores de la ciudad reconstruida por Filipo, donde Cristo hace una interesante pregunta: "¿Quién dicen los hombres que soy yo?". Los "hombres": en San Marcos, encontramos como tres círculos con este título, "los hombres". "Los hombres" son, en primer lugar, su círculo íntimo, sus apóstoles, los seguidores, los discípulos. Pero más allá hay un círculo de indiferentes, gente que no necesariamente tiene interés por Cristo. Los hay siempre en torno de toda religión: los indiferentes. Y a éstos parece que se refiere el Señor: ¿Qué dicen "los hombres", los que no están con nosotros? Más allá, Cristo encuentra un tercer círculo: los enemigos. Como lo va a decir a Pedro: "Tú piensas no como Dios, sino como los hombres, los enemigos de Cristo". Los que aquí se mencionan también son los que van a ultrajarlo, los que lo van a matar. A este segundo círculo -inmenso círculo de gente indiferente, que ni ama ni odia a Cristo, pero siempre hay una inquietud- se había hecho noticia Jesucristo en su tiempo y hasta los más indiferentes pensaban de Él. - "Unos... otros...". En ese ambiente es donde se oyen estas respuestas que los discípulos han recogido en sus comentarios que han oído por allí: "Unos dicen que eres Juan Bautista que ha resucitado". El mismo Herodes se asustó cuando le dijeron que Cristo andaba predicando. Dice: "¡Ese es Juan que ha resucitado!". "Otros dicen que eres Elías". Porque así lo esperaban los antiguos, que Elías que había sido llevado en las nubes iba a venir a preparar la venida del Mesías. "Otros dicen que eres alguno de los profetas". Cuando Cristo hacía milagros, decían: "Es el gran profeta que ha de venir", porque Moisés había dicho que Dios iba a dar otro profeta parecido a él. Éstas eran las opiniones. - "Y vosotros" -responsabilidad de la vocación cristiana. Pero Él, entonces se refiere a su círculo íntimo: "Y ustedes, los que han compartido conmigo mis peregrinaciones, mis noches, mis días, mis enseñanzas, ¿quién dicen que soy yo?". Entonces surge la respuesta que da tema a nuestra homilía. Pedro le dice a Cristo: "¡Tú eres el Mesías!". Simplemente una palabra que dice mucho. "¡Tú eres el Mesías!" es como el fruto de todas las enseñanzas de los ocho capítulos de San Marcos: todos los milagros, todas las enseñanzas, todo lo que han visto en Cristo ya les hace sospechar, si no, no lo hubieran seguido dejando todas las cosas: "¡Algo grande hay en este hombre!". Al ir viendo sus revelaciones, su amor, su cariño, su ternura, su potencia. Hay una gracia de Dios en el corazón de Pedro como lo dice el evangelio de San Mateo: "No te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo". Nadie conoce el verdadero sentido de Cristo si mi Padre no se lo revela. b) ¿Qué es el Mesías?. "¡Tú eres el Mesías!" quiere decir: "¡Tú eres el esperado!". ¿Qué era lo que esperaban los judíos con este nombre: "el Mesías"? ¿Qué es el Mesías?. - Ungido... Cristo El Mesías es una palabra de origen arameo que traducido al griego es Cristo y traducido al español es el Ungido. Cristo es el Mesías, es lo mismo que el Ungido. Los ungidos en el Antiguo Testamento eran los reyes, los sacerdotes, los patriarcas; hombres que Dios escogía para una misión especial, especialmente el rey que era una presencia de Dios en la comunidad. Y ¡ay! del que tocara al ungido del Señor. Pero luego fueron siendo ungidos también los sacerdotes, esperaban en Cristo esas dignidades de profeta, de sacerdote, de rey. - Un liberador del poder extranjero... Todas las esperanzas de Israel... "El que ha de venir". Un hombre extraordinario, algo que iba a revelar la presencia de Dios entre los hombres, que traía la liberación del pueblo. Una liberación que cada día sentía más la necesidad de venir cuanto que aquel pueblo humilde en el que nace Cristo es un pueblo continuamente invadido por extranjeros. El tiempo en que Cristo llegó -como ustedes saben- Palestina era una provincia de Roma. Poncio Pilato era el representante del imperio que subyugaba al pobre pueblo de Palestina. Así surgía el anhelo de un liberador: "¡El que ha de venir!". ¿Recuerdan cuando la samaritana le contesta con esta frase a Cristo?: "¡Sabemos que ha de venir!". Era la expectativa del pueblo. Ha de venir alguien que nos traiga unos bienes que han anunciado los profetas: paz, libertad, unidad, alegría, bienestar, felicidad. ¡Un pueblo que carece de estos bienes anhela un mesías!. Esto es cuando Pedro dice: "¡Tú eres el Mesías!" Está dando una palabra al pueblo que es toda una esperanza. Por eso, Cristo, que ha recibido en carne propia la impresión de esa expectativa; una vez lo quisieron hacer rey cuando multiplicó los panes: "¡Éste es el gran Mesías, hagámoslo rey!". Él se escondió. Otra vez, también, el demonio que sospechaba de aquel Cristo como Mesías lo quiso someter a pruebas, subyugarlo a sus tentaciones. Él vence las tentaciones de un vano mesianismo. Cristo huye las aclamaciones de un mesianismo popular, mal entendido. c) Precisiones importantes Por eso, aquí comienzan en este capítulo 8 -al final- las aclaraciones de Cristo: "Les prohibió terminantemente decirlo a nadie". Porque todavía no lo comprenderán. "Van a ir ustedes, al mundo a enseñar que yo soy el Mesías, pero ahora aprendan ustedes, todavía." Es lo que dice Isaías en la primera lectura: "Me abrió el oído". Primero quería discípulos. Primero, queridos hermanos, antes de proclamar al Mesías, hay que conocerlo. Por eso todo aquel que predica tiene que ser primero un alma -discípulo, que oye, que medita, que reflexiona, que ora. - La precaución de un mal entendimiento y el tiempo para precisar conceptos es lo que obliga a Cristo: Espérense, no digan a nadie lo que acaban de oír a Pedro. Porque yo quiero tomar, de aquí en adelante, una tarea con ustedes. Es que el verdadero Mesías no es tan fácil como la popularidad lo está entendiendo. - Mesías glorioso con el carácter sufriente del "Siervo de Yahvé". El Mesías que Dios ha ideado y que ha mandado al mundo es un Mesías que ya fue anunciado en el tiempo de Isaías: "el siervo de Yahvé". Es hermoso que, ahora, este sentido tan bonito de la liturgia moderna a un evangelio le ponga el paralelismo del Antiguo Testamento. Siete siglos antes de que Pedro hiciera esta confesión Isaías había marcado en un personaje misterioso que se llama "el siervo de Yahvé" unas características que parecen inconcebibles para un Mesías. Parece que no puede empalmar esa profecía de alguien que da su mejilla para que le mesen la barba, de alguien que mete sus espaldas para ser golpeado, de alguien que va a ser coronado de espinas, ultrajado, escupido. ¿Cómo es posible si se anuncia un gran rey Mesías?. Isaías dice estas características de una víctima. - Mesías - Hijo de Hombre; anuncio de la pasión. Éste es el trabajo de Cristo en el evangelio de San Marcos de aquí en adelante. Por lo menos tres veces aparecen los anuncios que han aparecido en el evangelio de hoy: "Subimos a Jerusalén porque el Hijo del Hombre va a ser entregado, va a ser humillado, va a ser maltratado". Es el símbolo del destino de la evangelización. Dice: "Padecerá mucho" no sólo cuando sufrió los días del jueves y viernes santo. Padecerá mucho porque todo su servicio es de humildad, de humillación; no va a ser comprendido. Será rechazado por los dirigentes de Israel, tanto en el campo civil como religioso, sumos sacerdotes y gobernantes civiles lo rechazan. Es el símbolo de la persecución de la Iglesia que siempre ha existido y existirá. - El rechazo de Dios. Pero ya ese rechazo al mismo tiempo está diciendo el triste destino del que rechaza a Dios. Dice San Juan: "El que no escucha mi Palabra ya está juzgado. El rechazo que me hacen a mí se revierte en rechazo de Dios también". ¡Qué triste!. Ojalá, queridos hermanos, que jamás vayamos a pertenecer a ese tercer círculo de los hombres que existen en la historia siempre, que rechazan a Cristo, que mal informan a la Iglesia, que persiguen, que distorsionan, que no la quieren comprender porque no es el mal sólo el que ellos rechacen a Dios, sino el mal que ellos se hacen rechazando a Dios. - Ser ejecutado y resucitar - Kerigma. Será ejecutado, será muerto, será matado, pero al tercer día resucitará. Es una síntesis preciosa de lo que llamaban y de lo que llaman hoy el kerigma, el anuncio de que Cristo ha salvado al mundo por su muerte y su resurrección. Cristo nos da el ejemplo de cómo está lo esencial de la predicación: dar a conocer al pueblo que el Mesías, que ha de salvar con su potencia de Dios al mundo, tiene que soportar primero las humillaciones, la cruz, el asesinato, la tortura, la violencia inferida a Él mismo. Pero de allí resucitará. - El Plan de Dios es la reparación del pecado. "Sin efusión de sangre no hay redención" -dice San Pablo-. Es necesario que el Mesías que salva al mundo sufra, y el sufrimiento será una característica de la Iglesia y de los verdaderos seguidores de Cristo. 2º. LOS FALSOS MESIANISMOS. Que quede claro que el verdadero Mesías es un Mesías poderoso porque es Dios, pero sufriente y humillado porque es el Siervo de Yahvé, el Hijo de Hombre. No nos escandalicemos, sepamos comprender para no hacer de nosotros unos falsos seguidores de un falso mesías. ¿Cuáles son las características del falso mesianismo?. Aquí están en las lecturas de hoy; yo he encontrado tres: Primera) en el incidente de Pedro: un mesianismo sin cruz, sin sufrimiento. Segunda) en la reprensión de Cristo a Pedro: "Tú piensas como hombre y no como Dios": un mesianismo político de intereses humanos, sin pensar en Dios. Tercera) la segunda lectura: un mesianismo de espiritualidad vana, una religión sin compromisos. Creo que es bien oportuno que meditemos la palabra de Dios y veamos cuál es el mesianismo que nosotros creemos. a) Incidente de Pedro Mesianismo triunfalista, sin cruz. Religión sin compromiso. Si esta mañana podemos decir como Pedro a Cristo: "Señor, Tú eres el Mesías". No nos vaya a reprender el Señor: "No has comprendido, vive como seguidor del verdadero Mesías". Eres un falso seguidor si como Pedro llamas aparte a Cristo y lo increpas y te escandalizas: "¡Eso no puede ser, Señor!, ¿cómo vas a subir y sufrir todo eso?". Sin duda que era buena voluntad la de Pedro, desde luego que lo seguía con tanto sacrificio y pobreza; sin embargo, no había entendido a pesar de que sus labios acababan de pronunciar la proclamación del mesianismo que tanto esperaba Cristo. ¡Qué desilusión, no me ha entendido! y le dijo una palabra dura: "¡Apártate, Satanás!". Eso es para Cristo todo aquel que quiere predicarlo sin cruz, sin sacrificio. Satanás fue el que tentó a Cristo en el desierto: "Si eres el Mesías, convierte estas piedras en panes". ¡Qué fácil te será que te crean y no estés aguantando tanta hambre!. "Si eres el Mesías, tírate del pináculo del templo y los ángeles te van a recibir. Si quieres el dominio del mundo, póstrate ante mí y me adoras". Cristo rechaza las tentaciones del maligno. Todo aquel que quiera botar la cruz del verdadero Mesías, es falso seguidor; no ha entendido el mesianismo verdadero. Es un mesianismo triunfalista, es un decir: "Yo soy cristiano pero no me quiero meter en líos". Es el de aquellos que formaban comunidades o eran catequistas, pero cuando han visto la hora de la persecución, corren a esconderse: "Mejor esperemos mejores tiempos". Es el de aquellos que dicen: "¡Prudencia, no se metan tanto, cuidado!". ¡Cuánto abunda este Pedro, Satanás, en nuestro tiempo!. Pero gracias a Dios hay también quienes como el otro discípulo dicen: "¡Vayamos en pos de Él y, si es necesario, muramos con Él!" Éstos son los que han comprendido que un Mesías no puede terminar su vida en un lecho de rosas, sino que tiene que caminar camino del Calvario con su cruz a cuestas, coronado de espinas, dando su espalda a los latigazos y morir en una cruz pobre, despreciado, desconocido. El mesianismo sin cruz está muy de moda entre nosotros. Mesianismos sin compromisos, mesianismos facilones, mesianismos que, aun a los que están trabajando, quieren hacerlos retroceder. ¡Déjenlos!. Si ustedes son cobardes, dejen a los valientes que sigan adelante. Y que éstos, que han comprendido el verdadero mesianismo, nos conviertan a nosotros los cobardes y nos den la verdadera clave que Cristo va a dar al final cuando trate de sus seguidores. Pero mirémoslo a Él que no es que aconseja y se queda atrincherado, sino que va adelante: "¡Sígame y tome su cruz!". b) Mesianismo político. "Piensas como los hombres". Intereses de hombre. Otro falso mesianismo hoy, también muy de moda, es cuando Cristo le dice a Pedro: "Tú piensas como los hombres y no como Dios". Tal vez hay buena voluntad en las liberaciones reivindicativas del pueblo, las organizaciones política populares; todo aquel que se preocupa por la justicia social, todo aquel que ve evidente las injusticias, el atropello por todas partes y tal vez lucha, porque esto no puede ser así. Hoy nadie puede ser insensible a lo que está pasando. Todos tenemos que tomar acción, pero que no vaya a ser una acción como la que Cristo le critica a Pedro: sólo preocuparse de los intereses de los hombres sin pensar en los proyectos de Dios. Por eso fallan muchas iniciativas y estrategias de la política actual; porque sólo piensan como hombre, sin trascendencia, sin mirar el proyecto de Dios como Cristo lo miraba: "Sí yo soy el liberador. Yo soy el Mesías que Dios ha mandado pero ante todo quiero respetar la voluntad de mi Padre: Padre, si es posible, quita de mí este cáliz, pero no se haga como yo quiero, sino como Tú". Ésta es la verdadera liberación: la que arranca de la voluntad de Dios y en Dios tiene fijos los ojos para no apartarse a un falso mesianismo, a una falsa liberación. Diversas expectativas. ¡Cuánta opinión política había en tiempo de Cristo!. ¿Recuerdan cuando lo quisieron hacer rey?. Era una visión de Cristo. Recuerdan cuando ya para subir a la Ascensión, todavía sus discípulos le dicen: "¿Es ahora cuando vas a restituir el poder del reino de Israel?". Es la visión de aquella mujer madre de los dos apóstoles, Santiago y Juan, que le dice: "Cuando establezcas tu reino, te pido que sientes a mis dos hijos uno a tu derecha y otro a tu izquierda". Es decir, que los hagas ministros de ese reino. ¡Visiones políticas Visión política es todo esto que hace pensar en Cristo como un liberador de la tierra. Así surgieron en tiempo de Cristo. ¡Qué parecidos los tiempos de Cristo a los tiempos de San Salvador de 1979!. Había muchas corrientes políticas, había grupos políticos populares; había también fuerzas armadas de la liberación; ahí están los zelotas, ahí está algún apóstol que también vino de la organización a formar parte del equipo de Cristo. Los tiempos son parecidos. En ese tiempo tan politizado, de un pueblo oprimido por el Imperio Romano, donde hay visiones de hombre nada más, Cristo tiene que predicar un reino de Dios. Tomemos en cuenta, hermanos, que a Cristo por encarnar una palabra de Dios en un pueblo politizado lo llamaron político, subversivo, anda subvirtiendo el orden desde Galilea hasta Jerusalén. Ésta era la sentencia que en definitiva preocupó a los políticos y al rey. Para arrancarle una sentencia a Poncio Pilato dijeron una razón política: "Si sueltas a éste, no eres amigo del César y todo el que no es amigo del César, lo vamos a denunciar". ¡Qué terrible la tentación política!, ¡qué tremenda la hora en que se pierde de vista la perspectiva de Dios!. Y Cristo, aunque pierda la popularidad ante estas organizaciones que sin duda lo quisieron manipular, llevarlo a su partido, prefiere quedarse solo. Pero no está solo el que está con Dios. El designio de la historia lo lleva a Dios y eso es lo que vence a la larga, no los inmediatismos políticos, no los inmediatismos reivindicativos. Hay mucho de justicia que se pide ahora y lo apoyamos como Iglesia, como Cristo lo apoyó. El derecho de organización, nadie lo puede violar. La represión que quiere deshacer los grupos organizados hace muy mal, porque la organización es un derecho humano que nadie lo puede violar. Las reivindicaciones que esas organizaciones piden cuando son justas, hay que oírlas. No está el asunto en reprimir una manifestación que va pidiendo, tal vez, cosas justas, sino en oír qué dicen para saber atender por el bien común el clamor de un gran sector del pueblo. Por eso Cristo también apoya la justo, lo defiende. Todo aquello que el derecho humano, que Dios, le ha dado, tiene que ser defendido; pero también Cristo no se deja manipular, no se deja parcializar. Yo quisiera aquí hacer un llamamiento a los queridos cristianos. No les está prohibido organizarse. Es un derecho y en ciertos momentos, como el de hoy, es también un deber. Porque las reivindicaciones sociales, políticas, tienen que ser no de hombres aislados, sino la fuerza de un pueblo que clama unido por sus justos derechos. El pecado no es organizarse, el pecado es, para un cristiano, perder la perspectiva de Dios. Si van cristianos a organizarse, no vendan su fe en Dios por los intereses políticos de la organización. Mantengan su fe limpia en el Señor. Desde esa fe, iluminen en el diálogo con la organización las estrategias para que no pisoteen los sentimientos religiosos o nobles del pueblo. Sepan ser verdaderas voces del pueblo evangelizado por Cristo cuando hablan en el seno de sus organizaciones. Esto esperamos de los cristianos que, precisamente, tal vez, en una reflexión de la palabra de Dios encontraron su vocación política, como yo encontré mi vocación sacerdotal. El hombre político es una vocación y si Dios le ha dado es vocación tiene que secundarla porque Dios le pedirá cuenta de ese don que Él le ha dado. Pero según Dios, que Cristo le diga como a Pedro: "No pienses cono hombre nada más, piensa como Dios, tú, cristiano". Aquí me dirijo a todos, aun a los no organizados. Dice el Concilio que el laico vive en el mundo junto con otros que no son ni cristianos, ni tiene fe, ni esperanza, pero el cristiano tiene que dar testimonio de la esperanza que lleva adentro, de la fe que lleva adentro. Nuestro bautismo nos ha comprometido con criterios evangélicos y no podemos juzgar el mundo con los pecados del mundo, con las injusticias del mundo. Un cristiano que se solidariza con la parte opresora no es verdadero cristiano; un cristiano que defiende posiciones injustas que no se pueden defender, sólo por mantener su puesto, ya no es cristiano. Busca las cosas de los hombres, ya no habla ni piensa de las cosas de Dios. Es difícil, queridos hermanos, pero es necesario. El Señor ya lo ha dicho a Pedro con una grave reprensión para que todos lo entendieran. Hay un gesto, de esos gestos que San Marcos recoge con un sentido fino psicológico. Dice que cuando Pedro llevó a Cristo para reprenderlo, Cristo se vuelve a los apóstoles, le da media vuelta a Pedro, le da la espalda a Pedro y se dirige a los apóstoles y a la gente para decirles lo que le reprende a Pedro: "Tú eres para mí Satanás, tú eres un seguidor de los criterios del mundo, tú no quieres que yo sufra. Pero mi Padre sí me manda a sorber el cáliz del sufrimiento y de la pasión. Tú no hablas como pensamiento de Dios, sino como pensamiento del mundo. ¡Apártate, Satanás!. Y comenzó a instruir a la muchedumbre cómo debe de ser el verdadero seguidor de Cristo. El primer mesianismo, no lo olviden, es un mesianismo sin cruz, sin sacrificio. El segundo mesianismo es un mesianismo político, sin perspectiva divina. ¡Se sufre mucho!. ¡Ya sé que sufren!. ¡Cuántos matados hay en estos momentos en los que luchan por las reivindicaciones del pueblo!. Ojalá que todos pudiéramos decir: "Murieron pensando como Dios". Qué triste sería decir: "Murieron, pero sólo pensaban como hombres". Yo quisiera la corona más bella para tantos héroes de nuestra hora, para tanto sensible a la cuestión social y política de nuestra hora. Bendito sea Dios que hay gente sensible a este momento. Pero sí quisiera elevarles esa sensibilidad como Cristo le quiso elevar a Pedro reprendiéndolo severamente. No es mal querer cuando uno reprende, denunciar es un acto de caridad, es una corrección para decirles: Mira, no pierdas lo mejor por lo bueno. Es bueno lo que estás haciendo, pero si lo incorporas a Dios, a Cristo, es mejor todavía. Cómo quisiera que no me entendieran mal, sino que sintieran que mi pobre voz es la voz de un Cristo, de una Iglesia que se quiere solidarizar con sus esfuerzos reivindicativos, políticos, también. Pero que como Cristo yo no les podría decir: manipúlenlo todo al servicio de sus inmediatismos. Sino que les diría: miren, tengan paciencia y ordenen toda su estrategia, toda su política, toda su manera de proceder hacia una gran política, la de Cristo, hacia una gran reivindicación, hacia una gran redención; aquella que arranca al hombre del pecado, del egoísmo, aquella que nos va a dar hombres nuevos para las estructuras nuevas. No queramos, como decía Cristo, remendar trapos viejos con pedazos nuevos. Eso es muchas veces la reivindicación de la tierra cuando no se renueva el hombre entero. Es el hombre entero que hay que rehacer para que cuando vengan las nuevas estructuras hechas por hombres nuevos, tengamos de verdad trapos nuevos, remiendos nuevos. O más hermosos todavía, "vino nuevo en odres nuevos". Que de verdad hagamos un Salvador nuevo, pero no sólo cambiando estructuras con odios y violencias que no conducen a ninguna parte. Comencemos por ver qué es lo que Dios quiere. Renovémonos por dentro y seremos los hombres más adaptados para esa santa revolución que Cristo ha traído: la de las bienaventuranzas, la del amor, la de la renovación, la de la paz sobre la justicia verdadera. c) Mesianismos de fe muerta. El tercer mesianismo falso es el de la segunda lectura, la lectura de Santiago, mesianismo de fe muerta, mesianismo que solamente aconseja pero no hace nada. Mesianismos sin sobras. Nos dice Puebla y yo lo cito en mi carta pastoral. A propósito, quiero decirles que ha comenzado a salir la pastoral pero como la semana fue bastante accidentada no me pudieron entregar toda la edición. Pero ya en estos primeros días de la semana sí tendrán a disposición el ejemplar de la pastoral, que se llama: "Misión de la Iglesia en medio de la crisis del país". Cuando me refiero precisamente a un pecado dentro de nuestra Iglesia, la falta de unión entre los cristianos, tomo de Puebla un pensamiento que nos da la medicina; dice que "la medicina está en la opción preferencial por los pobres". Y dice Puebla: "No todos en América Latina nos hemos comprometido suficientemente con los pobres; no siempre nos preocupamos por ellos y somos solidarios con ellos. Su servicio exige, en efecto, una conversión y purificación constante en todos los cristianos para el logro de una identificación cada día más plena con Cristo pobre y con los pobres". Pero la conversión que Puebla exige no es verdadera si no es una conversión radical a la justicia y al amor a transformar desde dentro las estructuras de la sociedad pluralista, que respeten y promuevan la dignidad de la persona humana y le abran la posibilidad de alcanzar su vocación suprema de comunión con Dios y de los hombres entre sí. En otras palabras, lo que nos divide aún dentro de la Iglesia y, mucho más, afuera de la Iglesia, los tres círculos que Cristo nos ha trazado hoy, es una fe muerta. La división está metida pero es porque los hombres no nos hemos convertido al verdadero ideal de Cristo. Y el verdadero ideal es el que nos señala precisamente la segunda lectura de hoy: la opción. Es decir, el escoger como porción de mi vida, el entregarme a un interés como si fuera mi propio interés, los intereses de los pobres. Esto es lo que Santiago llamaría: las obras que prueban tu fe. No digas que tienes fe si no te preocupas de estas conversiones sinceras del evangelio. No digas que tienes fe cristiana si tu modo de vivir no se sacrifica un poco para darse, como entregarse a una causa para hacer un país nuevo de verdad. No basta con criticar, como la comparación que trae Santiago: "Ven a un pobre andrajoso que entra hambriento y le dicen: caliéntate, tienes frío. Come, estás con hambre. Vístete, estás desnudo. Pero no le das vestido, ni calor, ni comida. Eso es fe muerta"; de buenos consejos; no nos hace falta ya. Lo que queremos son hombres que encarnen el consejo y lo realicen de verdad. Hombres, como Cristo decía: "Si tienes dos camisas, dale una al que no tiene. Si ves que a tu puerta llega un pobre andrajoso, no lo trates con desprecio. Ve qué haces por él y mira que está llegando a tus puertas el mismo reto de Dios. No desprecies a nadie, porque todo lo que hagas con él, conmigo lo haces -dice Cristo. Este mesianismo de fe muerta es un mesianismo muy pernicioso. Muy pernicioso, que muchas veces por justificarse le hecha lodo a la Iglesia: "¡Ya se metió a comunista!". Porque siempre que tocamos la justicia social se nos califica de comunistas. Pero la justicia social es la que está pidiendo Santiago en su carta. Es una carta que valdría la pena leerla muy alto, sin comentario; y verían cómo Santiago habla mucho más fuerte que lo que se dice muchas veces en los púlpitos de nuestras Iglesias. d) "Anticristo" Quiero añadir a esta consideración de los falsos mesianismos, una respuesta a alguien que me preguntó hace poco y que me suplicó que dijera una homilía qué es el Anticristo. Pues aquí lo tienen: el anticristo es esto que estamos diciendo. Es el falso mesianismo, es el falso cristianismo. En las cartas de San Juan que es donde aparece esa palabra el Anticristo, es como un personaje o algo que personifica a una ideología, que al final de los tiempos va a entablar una lucha con Cristo para arrebatarle todos sus seguidores. Y ¡ay! del que se deje engañar. Pero no es necesario esperar hasta el fin del mundo; los comentaristas de ese término, el Anticristo, tienen muchas opiniones. Ya San Pablo -dicen- mencionó un Anticristo presente, y posiblemente se refería a los seguidores de Roma contra las comunidades cristianas. Como el Apocalipsis también menciona las fuerzas del mal. Pues bien, la encarnación, la personificación de esas fuerzas del mal, esto que Cristo le ha dicho a Pedro: "Tú no piensas como Dios, sino que piensas como hombre", ese pensamiento que le da la espalda a Dios, ese pensamiento de mundo, eso es lo que llamaríamos el Anticristo. Tiene personeros, tiene organizaciones que lo encarnan muy bien. En nuestra patria es muy conocido el Anticristo. El Anticristo es aquel que va delatando la labor pastoral de nuestra Iglesia, el Anticristo es aquel que va denunciando al hermano campesino para estar bien con los de arriba. El Anticristo es todo aquel oreja de mis reuniones para irlas a mal intencionar... No esperemos, pues, un personaje mitológico. También Lutero y algunos de nuestros hermanos separados más furibundos llaman Anticristo al Papa, a la jerarquía católica. Es decir, el Anticristo es un término que se presta a muchas interpretaciones pero creo que la verdadera es ésta que nos han dado grandes comentaristas de la Biblia cuando nos dicen todo esto que les acabo de expresar: todo lo que se opone al verdadero Dios, todo lo que se opone al verdadero Mesías. No olvidemos que lo que me interesa más esta mañana es que quede clara la idea del verdadero Mesías, Dios que viene a salvarnos pero a salvarnos en el dolor. 3º LOS SEGUIDORES DEL VERDADERO MESIAS "Después llamó a la gente... el que quiera venirse conmigo...". ¡Son todos ustedes, queridos hermanos!. "Después llamó a la gente aparte -dice San Marcos- y comenzó a instruir cómo debe ser el verdadero seguidor suyo. Y les dijo: El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". Tres incisos verdaderamente difíciles como una montaña. "Negarse a sí mismo" es no darse gusto uno, no seguir sus caprichos, decirle no, a mi propio yo. "Tomar su cruz". Leía un comentario muy bonito: no es precisamente la cruz en que murió Cristo. Eso ya era una reflexión cristiana. Pero antes de Cristo, los judíos marcaban con una tau, con una T, la frente o marcaban con un fierro que quemaba la piel con una especie de cruz para indicar -en sentido religioso- el arrepentimiento de un pecado o el seguimiento, la consagración a una persona, a un rey, a alguien, a quien seguían. Cuando Cristo dice: "Tomar su cruz" parece que quiere decir, no precisamente tomar la cruz material y cargarla, o simplemente cumplir el deber de llevar el sacrificio, sino que quiere decir también, dejarse marcar por mi ideología cristiana. Algo así como se marca un esclavo con un fierro para que no se pierda de vista. Así como se lleva una marca en la frente que no se puede borrar. Marcarse con la cruz como arrepentimiento, como conversión a Dios y como pertenencia a Dios del cual no me quiero desprender. Esto es seguir la cruz. "Y sígame". ¡Qué hermoso es saber que cada sacrificio que yo haga, Cristo va delante de mí!. Leí en la catequesis una pequeña historia que me conmovió mucho cuando dice que un rey de Francia muy santo llamaba a su pajecito que lo acompañaba en noches de invierno a ir a visitar los templos, porque era muy fervoroso. Pero el pajecito, el sirviente, sentía frío en los pies en aquellas noches de invierno. Y que le dijo el rey: "Mira, procura poner tus piececitos donde yo pongo los míos". Y lo que sintió el sirviente es que había un calorcito agradable; donde el rey iba poniendo los pies no sentía frío, sino que sentí el cálido humor de alguien que hacía un milagro. ¿Será milagro, será leyenda?, pero en Cristo es pura verdad. Ver y seguirlo, ir en pos, ir siguiendo sus pasos. Donde yo pongo mi pie sé que ya los puso Cristo y ha dejado un gran calor de amor; porque aunque vea ahí señales de sangre, de espinas, de escupidas, de polvo, de dolor, sé que son los pasos del amor que va donde el Señor y que todo aquel que lo sigue no va siguiendo a un tirano, va siguiendo al Salvador, al verdadero Mesías. Esto es lo que Cristo dice de sus cristianos: "Niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame". - El que quiera salvar su vida Y como comentando lo de Pedro les dice: "El que quiera salvar su vida la perderá. Pero el que pierda su vida por mí y por el evangelio la salvará". Esta es una frase profunda de Cristo que nos dice como él avisora en la existencia humana un horizonte escatológico. Tu vida no terminará con la muerte, tu vida no se circunscribe solamente a la historia, más allá de la historia está lo principal. El que sabe ganarse ese horizonte escatológico, vale la pena que arriesgue hasta su propia vida porque no la perderá. En cambio el que no la arriesgue, el que quiera estar demasiado bien, el que quiera salvar su vida, eso quiere decir la expresión: estar bien, salvar la vida, no comprometerse, no meterse en líos, en problemas, pues ése la va a perder. Hermanos, y ésta es una sentencia de Cristo. Yo creo que vale la pena pertenecer a una Iglesia. Yo quiero terminar mi reflexión homilética con esta palabra que siempre me ha conmovido mucho en el Concilio Vaticano II. Cuando habla de la Iglesia, pueblo de Dios: "Como Cristo realizó la obra de la redención en pobreza y persecución, de igual modo la Iglesia está destinada a recorrer el mismo camino a fin de comunicar los frutos de la salvación a los hombres. Cristo Jesús, existiendo en la forma de Dios, se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo, y por nosotros se hizo pobre, siendo rico. Así, también, la Iglesia, aunque necesite de medios humanos para cumplir su misión, no fue instituida para buscar la gloria terrena, sino para proclamar la humildad y la abnegación, también, con su propio ejemplo". Y al final dice: "La Iglesia, pues, va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, anunciando la cruz del Señor hasta que venga. Está fortalecida con la virtud del Señor resucitado para triunfar con paciencia y caridad de sus aflicciones y dificultades, aunque sea entre penumbras, hasta que se manifieste en todo el esplendor al final de los tiempos". El verdadero Mesías todavía no se ha revelado. El Mesías que conocemos es en la fase de la historia, al que la Iglesia trata también de imitar en el sufrimiento y en la pobreza. La verdadera gloria del Mesías será cuando Dios recoja todo lo glorioso que ha dejado en la historia y bote todo lo superfluo, los pensamientos de hombre nada más, para hacerse el rey glorioso, que con su Iglesia gloriosa se gloriará para siempre en la felicidad. ¡Ojalá hermanos!. Éste es mi afán: hacer una Iglesia que verdaderamente responda a las ansias de Jesucristo, que cuando se sintió proclamado Mesías, Él aclaró cuál es el verdadero mesianismo y denunció los falsos mesianismos. ¿Será así nuestra Iglesia?. HECHOS DE LA SEMANA Revisemos nuestra historia, y perdonen el tiempo. Alguien decía: "¿Por qué predica tan largo?. Pobrecitos los que están de pie". Les digo yo: "Yo también estoy de pie". Yo sentiré cuando ya estemos cansados". Aguántense un poquito; y si no hay bancas, pues, hay suelo y hay donde estar a gusto. Pero sí me gustaría interesar este momento porque para mí es el más importante de la semana, en que la Iglesia cumple su misión aquí en la Arquidiócesis, y gracias a la bondad de ustedes, que me escuchan; pues, entre ustedes y yo, hacemos esta homilía que lleva la vida de nuestra Iglesia y la vida de nuestro país. EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS Quiero recordar con cariño y solidarizarme fielmente con los sacerdotes asesinados. Investigaciones de nuestro Arzobispado y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA nos dejan claro que los padres Rutilio Grande, Alfonso Navarro, Rafael Palacios y Alirio Napoleón Macías no fueron asesinados por grupos de izquierda, sino por la UGB o agentes vestidos de civil. En cuanto a los otros sacerdotes, Neto Barrera y Octavio Ortiz, es claro que perecieron en poder de agentes de seguridad. Yo encontré a la mano la carta en que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA pide a nuestro gobierno una explicación del caso 2336. Es el caso del asesinato del Padre Navarro. Y nuestro gobierno contestó a la OEA: "Sobre este reprochable hecho, la organización clandestina Unión Guerrera Blanca (UGB), de ultraderecha, se atribuyó haber cometido el hecho, como lo dio a conocer por noticias que subrepticiamente hizo llegar a los periódicos... publicadas el 13 de mayo de 1977 y de lo cual remito a usted fotocopia". El mismo gobierno responde a la OEA que el Padre Alfonso Navarro no le mató la izquierda sino la UGB. Por no prolongarme me basta mencionar ese caso y decir que otra versión acerca de estas muertes dolorosas de nuestros queridos hermanos sacerdotes es falsa, infundada, encubridora y cómplice de los asesinos... Con esta ocasión, más que el respeto a los sacerdotes difuntos, yo quiero expresar mi solidaridad con los sacerdotes, religiosas y demás agentes de pastoral que están en peligro sus vidas. Solidarizarme porque sé que sus actuaciones y enseñanzas responden a las exigencias de una Iglesia que nos pide, cabalmente, lo que hemos meditado hoy: un compromiso con el verdadero mesianismo de Cristo, que lleva, como Cristo, a las fronteras de la muerte, ¡hasta el Calvario!. Y les diré a los queridos sacerdotes, religiosas y fieles que trabajan y viven este verdadero mesianismo: que no se desanimen; que nos apoyemos juntamente para seguir dando honor a Jesucristo y saber también representar en nuestra patria una Iglesia digna de este momento. Han amenazado a otro sacerdote. Miren que bonita carta de una comunidad. Dice a propósito: "... es dar a conocer ante el pueblo salvadoreño la persecución de nuestra Iglesia por elementos identificados como UGB, ya que el 31 de agosto fue amenazado a muerte nuestro querido sacerdote Miguel Angel Flores por estos individuos que dicen pertenecer a esta agrupación, los cuales han dejado sesenta días de plazo para que cambie su actitud guerrillera y su forma de predicar. Y al no hacerlo será ejecutado; por lo tanto, nosotros estamos solidarios con nuestro Reverendo y aclaramos que es totalmente falso, solamente pensamos que son las mismas acusaciones que le hicieron a nuestro Señor Jesucristo diciéndole que era un agitador y alarmante del pueblo. Pero consideramos que el mismo Cristo dijo: "Si lo han hecho con el leño verde ¿cómo no lo van a hacer con el palo seco?". ¡Preciosa consideración de una comunidad humilde base!. También quiero solidarizarme con la petición que los sacerdotes, religiosos y religiosas dirigieron a la Conferencia Episcopal de El Salvador suplicándole: "Que se ordene a los sacerdotes y religiosos que se abstengan de difamar, en homilías y reuniones, a los sacerdotes y sus colaboradores pastorales"... Esto es más importante. Suplicaban también: "Que se hable directamente con las personas de las que se recibe alguna queja por parte de las autoridades civiles y militares, para que puedan dar explicación de su trabajo apostólico y comprobar la veracidad o falsedad de dichas acusaciones". Siempre pedíamos esto cuando expulsaban y maltrataban a nuestros sacerdotes. Tienen su jerarquía; entiéndanse primero, dialoguen para aclarar la situación de este acusado. Me la remitieron a mí pero es una carta que el clero dirigió a la Junta de Gobierno de Nicaragua junto con otros gobiernos de América Latina. Creo que pueden conocer a través de estas líneas los pensamientos del gobierno de la hermana República de Nicaragua cuando dice, contestándole a los sacerdotes: "Después de muchísimos años de intensa lucha para establecer un gobierno de justicia en nuestro país y después de tantos años de presenciar, de ser testigos de tanta sangre derramada en nuestra patria, pueden sentirse seguros de que sabemos comprender todos los sufrimientos y las inquietudes tanto de la Iglesia Católica salvadoreña como del pueblo salvadoreño en general. Ustedes son testigos de lo que nos ha costado llegar a esta etapa de la revolución y ahora que ya hemos llegado, podemos asegurarles que estamos dispuestos no sólo a solidarizarnos con todas las causas justas sino a poner todo lo que esté de nuestra parte para ayudar a todos los pueblos que sufren y para que los derechos humanos sean respetados en cada rincón de la tierra". Quiero denunciar el hostigamiento psicológico que se está haciendo al gerente de nuestra emisora YSAX. Ya son dos noches que llegan grupos con actitudes amenazadoras. Quiero recordarles que el mismo Señor Presidente proclamó que una de las señales de libertad es que nuestra emisora, a pesar que -dice él- siempre está acusando al gobierno, la ha dejado en libertad y la respeta. Creo que esta palabra hay que respetarla porque nuestra emisora quiere hacer el honor al derecho de libre expresión... Y que nuestro gerente de la YSAX no es el autor de la ideología, sino un administrador del pensamiento que allí se quiere difundir. Quiero resguardar, si mi palabra puede hacerlo, la seguridad del estimado Dr. Roberto Cuéllar, director de la oficina de Socorro Jurídico. A él también lo están hostigando con una guerra psicológica hasta el punto de haber regado ayer la noticia de que había sido ametrallado. Lo cual es falso, y sí quisiera que se respetara una institución que ha hecho tanto por el pueblo, que ha mediado en muchas huelgas, ha llevado a solución, con su asesoramiento, a muchas circunstancias difíciles. Nuestro Socorro Jurídico es un servicio leal a los derechos humanos para dar voz, precisamente, a los que no tienen voz. ¡Respetémoslo, por favor!. Tengo que lamentar en esta semana el destierro de otra religiosa, Sor Judith Chávez, que trabajaba en El Paraíso de Chalatenango. Venía de Costa Rica, de una reunión de su congregación y sólo le dieron veinticuatro horas para salir por el otro lado para Guatemala. Le quitaron el pasaporte y se lo iban a entregar allí en la frontera. Creo que puedo dar testimonio de su trabajo que no es de temerse, sino que es una verdadera promoción cristiana de nuestro pueblo, así como lo dije de las hermanas que trabajaban en Arcatao. Las hermanas que trabajan en Arcatao. De las cuales me dice el Ministro de Defensa, contestando a la carta: "... existen evidencias de que su trabajo no están enmarcado dentro del ministerio pastoral como debía de estarlo. Pero esto es competencia de otro ministerio por lo cual prefiero no entrar en detalle". Queridos hermanos, ¿con qué derecho puede juzgar los límites de una acción pastoral un militar?... Y si en mi carta que yo le mandé, decía que garantizaba el trabajo que yo mismo he presenciado allá, esta respuesta es ofensiva, porque prácticamente me dice que estoy mintiendo. Pero puedo ratificar que el trabajo de las hermanas es auténticamente pastoral y que cualquier atropello que se les haga será considerado objetivamente un nuevo tipo de represión a nuestra Iglesia. Que se crea al pastor, que se tenga confianza en su criterio para llevar la pastoral de su diócesis. Si no estamos juzgando, y también que se justifica la recomendación de la OEA: de una sistemática persecución a la Iglesia. En este campo colocamos la calumnia que nuevamente recibe el Colegio Sagrado Corazón, como si allá se diera indoctrinamiento marxista a las alumnas. ¡Qué ridículo, en las clases de matemáticas!. De acuerdo estamos con la investigación como ellos piden, pero que sea una investigación verdaderamente inteligente, imparcial. Lo que pasa -les acabo de leer el pasaje de Puebla- es que no nos queremos convertir a la verdadera opción preferencial por los pobres. Y todas aquellas instituciones o pastorales que ya lo están haciendo tratan de mentalizar, con unos criterios evangélicos, la mente de sus alumnos para que cambiemos, para que transformemos esta sociedad pecaminosa de injusticia social en un orden más justo; esto no es sembrar marxismo, sino, simplemente, sembrar la justicia social y la mentalidad del evangelio en aquellos que le han confiado. Por último, diríamos: si no hay confianza en el colegio ¿para qué tienen ahí sus niñas?. Visitas a las comunidades En el cantón Araditas de Aguilares y El Paisnal estuve el domingo pasado para animar el espíritu que es muy bueno en aquellos lugares, sobre todo, ante el asesinato del catequista Jesús Jiménez; y visitar también la tumba muy querida del Padre Grande. Estuve el lunes con Cursillos de Cristiandad y les pedí una colaboración para la pastoral urbana. Es decir, que me ayuden a planificar los medios como podemos hacer una evangelización más eficaz en el ámbito de la ciudad. Las carmelitas de San José se entenderán con Catholic Relief Services para continuar una obra muy buena en la colonia Utila de Santa Tecla. Una obra de promoción de la mujer campesina. Las hermanas pasionistas y el Colegio de la Divina Providencia que ellas dirigen ofrecieron una misa por el eterno descanso del Ingeniero José Mauricio Flores Aparicio, que murió asesinado, como ustedes saben, uno de estos días. Les dije que era un signo de la hora trágica de nuestra patria. Allí oramos juntos a la cruz de Cristo que ellas veneran como fiesta patronal. Igual condolencia a su familia. Condolencia a una gran colaboradora de la Iglesia a la señorita Elsa Herrera por la muerte de su mamá. Así como a otra gran colaboradora y amiga, allá en Santa Elena, la señorita Luisa Arévalo por su padre, Pedro Jesús Arévalo, en el aniversario de su muerte. En la colonia Dolores celebramos ayer la Fiesta Patria, ya que pasa un poco desapercibido que el 15 de septiembre es también el día de la Virgen de Dolores. Les invité a que la oración que hacíamos allí como fiesta patronal, fuera una oración por toda la patria; que miráramos en la figura de la Virgen, al pie de la cruz, la imagen de la patria expresada en tantas madres dolorosas que ahora lloran el desaparecimiento, el asesinato, la muerte de tantos hijos. Esta noche, a la 7, será la toma de posesión del párroco de San Francisco Mejicanos. Equivocadamente lo señalé para el domingo pasado, pero es para hoy, a las 7 p.m. En El Calvario continúa ocupada la Iglesia. Como quiero ser eco de las comunidades, yo les transmito literalmente una nota que me han mandado de la Parroquia de El Calvario: "Las asociaciones y fieles en general de la parroquia de El Calvario, San Salvador, protestan enérgicamente por la ocupación violenta de la iglesia y casa cural por parte de los elementos del Bloque Popular Revolucionario el domingo 9 a las 8 a.m. Deploran y repudian tal actitud de estos elementos que exigieron la entrega de las llaves de la Iglesia y del convento, coartando la libertad debida y de trabajo pastoral de los sacerdotes; demandan la desocupación de los locales, siendo que ya el pueblo está consciente de las exigencias de la agrupación". Al mismo tiempo un grupo de ocupantes de iglesias justifica las tomas de iglesias. Se publicó en un periódico este comunicado de las Ligas Populares 28 de Febrero, donde dice que: "...al pueblo se le reprime salvajemente y por esto, la falta de libertad de expresión y de organización es la que nos empuja a recurrir a esta toma de iglesias como manifestación de nuestros sentimientos", dicen. Dejan en claro que siempre han respetado los bienes materiales de los templos y el fervor religioso del pueblo. Quiero respetar ambas opiniones y ya he manifestado yo mi propio modo de pensar: que comprendo esta situación en que faltan cauces donde expresarse, pero también los grupos populares tengan en cuenta el mal que se hace al ocupar los templos. Ojalá que un diálogo abierto a los verdaderos intereses lleve a encontrar solución de carácter normal, racional; y no de carácter irracional, represivo, que es la violencia tanto del Estado como de las respuestas. Está creando más sangre y más confusión entre nosotros. Se publica la cuarta carta pastoral. Quiero agradecer las expresiones del Ingeniero Duarte en una entrevista acerca del ministerio del Arzobispo. EN LA IGLESIA UNIVERSAL Ahora, de esta Iglesia nuestra con su problema típico, nos elevamos a una Iglesia universal en la cual entramos en comunión. El Papa -y yo les suplico hacer nuestro este deseo- pide oraciones para que sea un éxito su viaje a Irlanda y a Estados Unidos. En las Naciones Unidas pronunciará un discurso ante 152 naciones. Recordamos con cariño las palabras tan sabias del Papa Pablo VI en las Naciones Unidas. Decía: "Nos consideramos el mensajero que desde hace veinte siglos recibió de Cristo: Predicad a todas las naciones. Y este es el día en que estamos predicando a todas las naciones". Por eso, el Papa ha dicho que su discurso y su visita será una continuación de la visita que hizo su antecesor. En Colombia los obispos han hecho reclamos que yo los traigo a cuentas porque están muy de acuerdo con lo que aquí estamos diciendo. La conferencia episcopal en Colombia reconoció que en ese país se han de hacer grandes sacrificios, y que los que tienen más deben renunciar al exceso de ganancias para entrar en un proceso de distribución más equitativa de la riqueza nacional. También en Chile ha habido actitudes de solidaridad con los desaparecidos y con los que sufren. EN LA VIDA CIVIL Tenemos que lamentar una semana de tremendas violencias: asesinatos de 20 personas ya sea que militan o simpatizan con alguna organización; más de 30 heridos; 8 asesinados por motivos no políticos, entre ellos una niña de siete años. En San Martín se asesina a Jesús Fabián, mientras con otros siete compañeros ponían mantas pidiendo la desocupación del cantón Tres Ceibas. Testigos aseguran que se procedió demasiadamente con violencia, que no se dio tiempo ni de capturarlos y que se mató así a una persona innecesariamente. Las FPL, según los periódicos, asesinaron dos personas y explotaron bombas en la alcaldía de Sacacoyo y de Coatepeque. El ERP, según informaciones, ametralla casa cuartel de Sonsonate, hiriendo a un guardia nacional, y el puesto de guardia de Soyapango. Se secuestra al Señor Jaime Batle, no se sabe por quién. Se reportan atropellos a símbolos de la patria, se pisotea la bandera. Se reprime una manifestación del BPR el 14 de septiembre. En la desbandada el BPR quema buses y carros. Han llegado a nuestra vista fotografías y testimonios de la agresión de los cuerpos de seguridad, que por otra parte los negaban oficialmente. Varios familiares de los adolescentes que fueron masacrados en la carretera del Cuco han pedido al Arzobispado que se pida justicia para este crimen. La policía de San Miguel ha hecho promesas de investigar "exhaustivamente". Pero ya la palabra nos suena muy huera, siempre que se dice esto. Ojalá que de veras la justicia en nuestro país tome más cartas en el asunto. Con el asesinato de los profesores Juan Antonio Hernández y Eusebio Orlando Córdova Ulloa, asciende ya a 30 el número de maestros asesinados este año. En la huelga de Cartotecnia hay rehenes a quienes el BPR no permite ver. Sus familiares han pedido la intervención del Arzobispado. Quiero decirles, si esta palabra llega a los responsables, que procedan con humanidad y que tengan en cuenta las angustias de estas familias. Lo más triste en todo esto, hermanos, es que a pesar de ver la situación que crece en violencia, no vemos el ánimo de unos cambios estructurales que son los necesarios. Algunos cañeros, algodoneros, cerealeros y ganaderos fueron a la Asamblea a manifestar que no pueden pagar el aumento de la alimentación de sus trabajadores. Algunos cafetaleros también piden que no se aumenten los impuestos. Y se defienden diciendo que no es ningún pecado grave dedicarse a estos cultivos. Había que distinguir entre grandes y pequeños agricultores. Naturalmente, los que cultivan en más grande serían también más afectados en impuestos que los pequeños que tienen menos ganancia. También estamos de acuerdo en que las situaciones hoy no son tan bonancibles como en otros tiempos, pero lo que nos preocupa es que el que sufre el hambre es el campesino y que tienen que ver por esta dignidad del hombre. El gobierno mismo reconoce el problema de la desnutrición de nuestro pueblo. El pecado no está en dedicarse a uno u otro cultivo, sino en despreocuparse del hombre, de sus derechos, de su organización, de la dignidad de su familia, etc. El colmo es que algunos diputados consideran denigrante la expresión de que nuestro campesino sólo come tortilla y frijol, pidieron que se suprimiera ese párrafo del decreto para no dar una mala imagen en el exterior. Yo digo que si no se quiere dar una mala imagen, lo que hay que cambiar no son las palabras sino la misma realidad. Todo esto nos indica la necesidad de tomar conciencia de la necesidad de los cambios estructurales que tanto pide nuestra situación. Mientras no se tenga el valor de ir a la raíz de estos males, siempre existirán estos males. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Volvamos a nuestra reflexión evangélica y oigamos al Mesías, que si es cierto que viene con toda la potencia de Dios a salvar al mundo, cierto que también necesita pasar por el dolor, por la prueba, por el sufrimiento. Hagamos de nuestra cruz, de nuestro sacrificio, una fuerza redentora que no nos inspire nunca la venganza, la violencia, el odio, sino que llamados por el amor de Cristo, que por amor nuestro sufrió todas las humillaciones de su mesianismo verdadero, seamos capaces de seguirlo a través de esa cruz como Él nos invita. Así haremos que por el camino verdadero que Dios quiere, restableceremos esa paz sobre justicia que tanto necesita nuestro pueblo. Así sea... Queridos hermanos:
Introducción: Otra vez en la Basílica; el Corazón de Cristo Otra vez las circunstancias nos obligan a celebrar nuestra eucaristía en esta iglesia consagrada al Sagrado Corazón de Jesús. Esto me llena a mí de mucha esperanza, porque el Corazón de Jesús es el símbolo del amor infinito de Dios mostrado en Cristo hacia los hombres. ¿A qué venimos cada domingo a misa?. A empaparnos más, como cristianos, del misterio que está a la base de nuestra fe y de nuestra esperanza: el misterio de Cristo, misterio que no es otra cosa que el amor infinito, el proyecto infinito de Dios para salvar a los hombres, elevarlos y hacerlos con Él, una sola familia. Peregrinamos entre las vicisitudes de la historia entre las tentaciones y halagos del mundo. Hay el peligro de que nos vayamos quedando instalados en la tierra y olvidemos ese llamamiento amoroso de un Padre que nos espera con los brazos abiertos y que no sólo nos espera, sino que nos está dando para el camino nada menos que a su propio hijo, a Jesucristo. Las circunstancias de este mes nos impulsan a esta reflexión: el mes de la independencia, que suena como a un sarcasmo en unas horas de tantas esclavitudes. Por eso se celebra de distintas maneras hoy en nuestro pueblo. Hay quienes como que planean cosas espectaculares: de sangre, de tragedia. Así hay en el ambiente como una expectativa: ¿qué será septiembre para El Salvador?. Un reto... no temer a los hombres, sino hacerse digno instrumento de Dios. Por mi parte, yo creo que septiembre significa, para los cristianos, un reto. El reto de un nombre: la independencia. Pero para no tener represalias, hechos sangrientos, tragedias dolorosas, sino para ponernos del lado de Dios, junto a Cristo: "Señor, Tú eres el único que puede dar la libertad verdadera a los hombres". La independencia de nuestra patria, que se celebra el 15 de este mes, significa el reto de Dios mismo que nos ofrece su fuerza para ser libres. Entonces, la reacción de un buen salvadoreño, cristiano, no debe de ser de temor: "¿Qué va a pasar en Septiembre?". Los hombres no pueden más de lo que Dios puede permitirles para su bien o para su mal. "No cae de la cabeza un pelo sin el permiso de Dios", ha dicho Cristo. "No temáis", decía el Señor. Yo creo que hoy, más que nunca, necesitamos esa tranquilidad, esa seguridad. Más que temer a los hombres, temamos no ser dóciles en las manos de Dios. El reto está aquí: solamente unidos con Dios, en Jesucristo, podemos ser artífices verdaderos de nuestra historia. Dios es el maestro de la historia, Cristo es la piedra angular de toda civilización: sólo en Él hay consistencia. Entonces, yo les diría: hermanos, formemos un propósito -por amor a la patria- de ponernos al lado de Cristo y reflexionar: ¿qué quiere Dios de mi vida?. Ojalá todos -y aun aquellos que con una sensibilidad evidente de lo social, de lo político, van por caminos extraviados- vayamos a decirles lo que Cristo les decía: "Sin mí, nada podéis hacer". Y unirnos a Cristo. Sólo en Cristo lo podemos todo, como decía San Pablo: "Todo lo puedo en aquel que es mi fortaleza, mi esperanza, mi orientación, el sentido de mi vida". Sin Cristo es un absurdo la vida humana, es convertir al hombre en chacal, convertir al hombre en fiera, en demonio. ¡Qué triste es el hombre separado de Cristo, apartado de Dios!. Figura central: Cristo el sordomudo Pues bien, las lecturas de hoy, precisamente, quisiera que las centráramos en la figura central: Cristo frente a un sordomudo. El sordomudo es la imagen del hombre esclavizado, marginado: no oye, no habla, no se puede comunicar. Expresión de una verdadera esclavitud. Cristo, tocándoles las orejas y la lengua, lo libera. Las otras dos lecturas explayan la imagen de la esclavitud. El desierto, sediento de agua y vida Pero hay un complemento en las otras lecturas. Hay una imagen triste de la esclavitud: el desierto. ¡El desierto! Dicen que los beduinos, cuando atraviesan el desierto, oyen allá en la lejanía el zumbido del viento. Fantásticos, como ellos son, dice: "¿Oyes cómo suena el viento?, ¡es el desierto que se lamenta y llora porque quisiera ser jardín!". Yo creo que no hay figura más elocuente de la necesidad del hombre que el desierto sediento, inmensidad de arena, estéril. Figura de la verdadera necesidad de independencia, de promoción. El andrajoso marginado por el poderoso -servil del poderoso Hay otra figura en la segunda lectura de hoy. Nos ha dicho Santiago -el hombre práctico-: el andrajoso que llega a una ceremonia litúrgica, y al mismo tiempo otro señor bien vestido y le dicen: "Pase adelante", y al andrajoso: "quédate en la puerta, siéntate en el suelo". Dos figuras de la marginación, de la esclavitud: el andrajoso marginado, y el servil más atento al señor que al hermano pobre. Éstas son las figuras de las lecturas de hoy. SOLO DE CRISTO PUEDE VENIRNOS LA VERDADERA INDEPENDENCIA 1.Cristo es Dios en persona que viene a liberar al hombre. 2. Es a todo el hombre al que le interesa salvar. 3. La salvación que Cristo nos trae no es destruyendo sino rehaciendo. Creo que son pensamientos, que se sacan de las lecturas de hoy, tan oportuno para este pensamiento trágico que se hace cada día más sangriento. Tengamos serenidad y con fe acerquémonos a esta reflexión de la palabra de Dios. Como complemento, de costumbre, veremos cómo se realiza esto en nuestra Iglesia de la Arquidiócesis y en nuestro ambiente del país. 1. CRISTO ES DIOS EN PERSONA QUE VIENE A LIBERAR AL HOMBRE La Profecía ¡Qué hermosa se oye la profecía del profeta Isaías, frente a los exiliados de Babilonia!: "Sed fuertes, no temáis a vuestro Dios que trae el desquite. Viene en persona, resarcirá y os salvará. ¡Viene en persona!". Ésta era la fe, la maravilla inaudita que los profetas anunciaban. No va a mandar sólo profetas como creemos nosotros -decían aquellos hombres que hablaban en nombre de Dios-, es que Él vendrá en persona. Y lo que os manda a decir, por medio de nosotros, no es más que la preparación de los caminos. Preparar los corazones para que, cuando llegue en persona, pueda encontrar verdadera tierra nueva donde su palabra produzca fruto. a) Ambiente de la profecía: necesidad de liberación -El cautiverio de Babilonia. El ambiente en que se pronunciaba esta palabra era el cautiverio de Babilonia. Por los pecados de la tierra prometida, los invasores se habían apoderado de reyes y pueblos y los habían llevado con crueldad. Allá estaban. Hay salmos que nos cuentan la tristeza, la nostalgia de vivir lejos de la patria. Aquel precioso salmo de los sauces junto a los ríos de Babilonia que han inspirado tantas cosas de música y poesía es, cabalmente, la nostalgia del hombre que ama su patria pero que reconoce que por sus pecados han ido al desierto y espera un día el perdón de Dios: "Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos a llorar. Y cuando nos decían: cantad un cántico de vuestra tierra, les respondíamos: ¿cómo vamos a cantar en tierra extraña?. ¡Que se me pegue la lengua al paladar y se me seque la mano, si te olvidare, Jerusalén!". - Cobardes de corazón Este amor a la patria hace pensar, precisamente, en lo que hoy Isaías nos ha dicho: "Decid a los cobardes de corazón, y decir a los ciegos: que veréis; y los oídos del sordo se abrirán...". Es decir, una situación. El hombre, queridos hermanos, vive necesitando de esa presencia de Dios, porque como que es nuestro destino humano: sin Dios, vivir bajo la opresión. La opresión del miedo, los cobardes de corazón. ¡Cuántos hay en nuestra tierra, ahora, cobardes de corazón, miedosos, temerosos, inseguros!. Son signos de la necesidad de liberación, es el desierto que gime y llora queriendo un mundo mejor. Pero una señal más evidente de la opresión del hombre es la enfermedad. Por eso, siempre habrá enfermos en el mundo: ciegos, sordos, paralíticos; los hospitales siempre tendrán oficio; muchas veces porque los hombres son crueles, les dan oficio. Qué triste es leer que en El Salvador, las dos primeras causas de muerte de los salvadoreños son: la primera es la diarrea; y la segunda, inmediatamente, es el asesinato; se muere por homicidio o por consecuencia de las lesiones. Así está la estadística. De modo que, inmediatamente después de la señal de la desnutrición, la diarrea, está la señal del crimen, el asesinato. Son las dos epidemias que están matando a nuestro pueblo. Este es el ambiente en el cual Isaías habla -y hablaría a los hombres de hoy-: "Cobardes de corazón, enfermos -señales de la opresión, víctimas de la situación- ánimo, vendrá Dios en persona. Mirad a vuestro Dios que viene". - La profecía: figura de salud para enfermos, figura del desierto Y cuando ya esté entre nosotros. Este es el paralelismo bello del evangelio de San Marcos que se ha leído hoy con la profecía de Isaías. Isaías anuncia como una presencia de Dios, como una acción de Dios, el florecimiento del desierto, la salud de los enfermos. Así se representaban, por los profetas, las señales de la presencia personal de Dios en el mundo: los bienes mesiánicos. Los profetas no acertaban a distinguir porque veían a una distancia enorme los bienes y presentes de la redención y los bienes escatológicos. Cuando ya termine la historia y se recoja todo el fruto de Cristo, entonces, ya no habrá crímenes, ya no habrá muertos; pero, mientras tanto, ya comienza el bien mesiánico. Ya podemos decir que el desierto está floreciendo y que los enfermos están siendo curados. Cristo mismo ya dio las evidentes señales cuando Juan Bautista le mandó preguntar: "¿Eres Tú el Mesías o hemos de esperar a otro?" Cristo sólo le responde con los signos anunciados: "Díganle a Juan que ya están viendo los ciegos, que ya resucitan los muertos". ¡Ya hay señales de salud, Dios ha venido, ya está entre nosotros! Aunque sigamos viendo que la muerte pasea su bandera, y el crimen, también, se sacia de sangre, ya está vencida la muerte y el pecado. Ya es como una de esas ballenas heridas que tiran hacia el mar, pero van heridas, van a morir. "La última enemiga en ser vencida, será la muerte", dice San Pablo. La muerte ya está herida de muerte y se le van a escapar los muertos de la tumba. No canten victoria los pecadores, porque ellos ya están vencidos. El pecado, Cristo ya lo crucificó en su propia cruz y el que cree en Cristo ya tiene la victoria. Por eso, cobardes de corazón ya está Dios entre nosotros; enfermos, paciencia que eso pasará; oprimidos, convertid en redención vuestro sufrimiento y vuestro dolor. Esto no quiere decir pasivismo, sino que la lucha legítima pero sin perder la esperanza del Dios que ya está presente, sin apartarse de ese Dios y de esas orientaciones que el Dios de historia va dando ya. b) Presencia y misión de Cristo La presencia misma de Cristo en el evangelio de hoy. Precisamente el evangelio de San Marcos tiene esto de típico: de que él no es el que menos enseñanzas de Cristo presenta. Porque a él le interesa decir que no es la doctrina de Cristo la principal, sino la persona de Cristo que encarna el reino de Dios presente en la tierra. Es hermoso pensar que el evangelio de San Marcos, que se lee en este año -año de tragedias para El Salvador- nos está diciendo que lo que Isaías anunciaba en su profecía ya es verdad en Cristo. Y todo aquél que cree en Cristo -en esta Basílica del Sagrado Corazón hay tantos motivos para creer en su amor- ya está redimido, ya no tiene necesidad de la cobardía, del temor. Es tiempo de que los cristianos fortalezcamos nuestro ánimo y no seamos cobardes, no nos dejemos deprimir por las circunstancias, sino, al contrario, apoyar en el Señor -presente ya en la historia- nuestra debilidad, nuestra desorientación. Como cieguitos, como sordos, agarrémonos de la mano de Jesús. Él nos va llevando a la victoria, vendrá la luz de nuestros ojos, vendrá la claridad de nuestra historia propia salvadoreña. Sólo Él nos puede dar la verdadera independencia. - La fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso... los pobres... criterios de Dios y de los hombres En la segunda lectura se habla también de esa presencia cuando Santiago nos dice a los cristianos: "No quieran unir dos extremos irreconciliables, la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso y la acepción de personas". Es inconcebible que se diga a alguien "cristiano" y no tome, como Cristo, una opción preferencial por los pobres. Es un escándalo que los cristianos de hoy critiquen a la Iglesia porque piensa por los pobres. ¡Eso ya no es cristianismo! El cristianismo verdadero es el Cristo que le dice, por medio de Santiago, al cristiano: "¡Es irreconciliable!, si tienes fe en el Señor Jesucristo glorioso, trata como a hermanos iguales a ricos y pobres, que no te engañe la apariencia..." Es que muchos, queridos hermanos, creen que cuando la Iglesia dice: "por los pobres", ya se está haciendo comunista, ya está haciendo política, es oportunista. No, si esta ha sido la doctrina de siempre. La lectura de hoy no fue escrita en 1979, Santiago escribió hace veinte siglos, lo que pasa es que los cristianos de hoy nos hemos olvidado de las lecturas que deben de regir la vida de los cristianos. Cuando decimos "por los pobres", no nos parcializamos hacia una clase social -fíjense bien-. Lo que decimos -dice Puebla- es una invitación a toda las clases sociales sin distinción de ricos y pobres. A todos les decimos: "Tomemos en serio la causa de los pobres como si fuera nuestra propia causa; más aún, como de verdad es: es la causa de Jesucristo que en el día de juicio final pedirá que sólo se salven los que atendieron al pobre con fe en Él: "Todo lo que hicisteis a uno de esos pobrecitos marginados, ciegos, cojos, sordos, mudos, a mí me lo hicisteis". Él nos está dando el ejemplo: que su presencia, que todavía vive -gracias a Dios- y una Iglesia que trata de renovarse a pesar de la persecución y de la incomprensión, seguirá siendo la misma política de Dios. Esta sí es la política verdadera: la que trata a los hombres no como hombres de primera clase y de segunda clase, sino la que dice: "No puede haber acepción de personas en aquel que cree en el glorioso Señor Jesucristo, encarnado en la miseria de los hombres". 2. ES A TODO EL HOMBRE AL QUE LE INTERESA SALVAR Es una palabra de los últimos documentos de la Iglesia, sobre todo, en el Concilio Vaticano II, en la encíclica Populorum Progessio de Pablo VI, donde dice: "Todo el hombre es el que hay que salvar; alma y cuerpo, corazón y espíritu, trascendencia y temporalidad". a) Las esclavitudes Lamentablemente, queridos hermanos, somos el producto de una educación espiritualista, individualista. Donde se nos enseñaba: procura salvar tu alma y no te importe lo demás. Como decíamos al que sufría: "Paciencia, que ya vendrá el cielo, aguanta". ¡No!, no puede ser eso, eso no es salvar, no es la salvación que Cristo trajo. La salvación que Cristo trae es la salvación de todas las esclavitudes que oprimen al hombre. Ya decíamos, en las lecturas de hoy, cuáles son esas esclavitudes: figuradas en el desierto, en la aceptación de personas, en los criterios del mundo para relacionarnos con los hombres. ¡Son esclavitudes!. Es necesario que el hombre que vive bajo de tantos opresiones y esclavitudes -el miedo que esclaviza los corazones; la enfermedad que oprime los cuerpos, la tristeza, la preocupación, el terror que oprime nuestra libertad y nuestra vida- rompa esas cadenas. ¡Por ahí hay que comenzar!... ¿No les parece una esclavitud, que verdaderamente humilla, ser servil?. Con tal de quedar bien con los poderosos se tiene que humillar a los humildes... b) La liberación de Cristo Dios trae el desquite Fíjense cómo se anuncia, en la primera lectura, la liberación que Dios trae: "Dios vendrá en persona, Él trae el desquite, Él resarcirá, Él dará salud a los cuerpos, Él hará florecer el desierto". ¡Qué frases más magistrales para pensar lo que es la verdadera liberación que Dios quiere: ¡el desquite!. No es una venganza de egoísmo, es el poner las cosas en su puesto, es decirles: todos son hermanos, ya no hay por qué unos humillen a otros. El desquite de Dios será su amor, que lo sepan comprender todos los hombres. Resarcirá ¡Él resarcirá!, como cuando se ha ofendido a alguien y viene alguien a resarcir, a reparar, a pedir perdón. Viene Cristo, precisamente, a esto, a pedir perdón al Padre porque los hombres lo han ofendido con tanta acepción de personas, porque lo han ofendido con tantos temores y opresiones, que no son fe en Dios. Cuando Cristo muere en la cruz está resarciendo, está trayendo el desquite. Éstos son los desquites, éstas son las reivindicaciones que Dios quiere, las que se apoyan en el desencadenamiento de nuestro corazón del propio pecado. Ahí está la causa y todo aquel que grita, habla y hace obras de liberación, pero: oprimiendo, matando, haciendo el mal; no ha comprendido que la verdadera violencia que salva es la que se hace uno a sí mismo. Resarcir a Dios por mis pecados y desde mi propio corazón... Este hombre total tiene una dimensión trascendente y una dimensión histórica. Por eso es el gesto de Cristo yo quisiera ver estas dimensiones. c) Misión trascendente En primer lugar: Cristo se preocupa de un sordomudo. Cristo, si fuera de verdad la espiritualidad individualista o egoísta, hubiera pasado como el sacerdote de la parábola, sin hacerle caso al pobre sordomudo; sin embargo, se detiene frente a él y con la paciencia de quien administra un sacramento hace estos gestos sacramentales: le pone sus dedos en las orejas y con saliva le toca la lengua. Miren que potencia la del cuerpo de Cristo. Cristo es Dios en persona, encarnado en un cuerpo de hombre, y todo lo que Cristo toca tiene potencia de Dios. Los dedos de Cristo, dedos de hombre como los míos, pero dentro de Él iba lo que no va en mí: la persona divina del Hijo de Dios. ¡Toca la enfermedad y sana!. Podía haber hecho florecer el desierto materialmente como calmó las aguas y las tempestades. Hay potencia en Dios. Por eso, Él, a aquel sordomudo, al que tal vez no le podía hablar porque no le oía -era sordo- con un gesto se lo dice todo: tocándoles las orejas y la lengua y levantando los ojos al cielo, y dando un suspiro. Éstos son los gestos que hablan aún al mudo necesitado de lengua y al sordo necesitado de oído: las señales de la liberación. Le estaba diciendo: "Tú tienes un destino trascendente -cielo-. Yo mismo he venido de allá". Qué dulce debió ser aquella mirada de Cristo hacia el Padre: la infinidad con Dios. Éstos son los verdaderos liberadores, hombres que no olvidan que sólo en Dios está el destino de la liberación del hombre. Hombres que saben orar y que saben elevar, hasta lo que no entienden, al sentimiento de Dios. Ésta es la dimensión de toda redención. ¿De qué le hubiera servido al pobre sordito y mudo que Dios le hubiera dado una lengua expedita y unos oídos bien claros, si, después, no los usa para Dios y se condena?. ¿De qué sirve la belleza del mundo, de qué sirve el dinero en la tierra, de qué sirve tener mucho si no se es más trascendente? Ésta es la promoción que Cristo quiere del hombre en su dimensión trascendente. d) Dimensión histórica Pero esto no quiere decir que el hombre solamente sea trascendencia; sino, lo que hoy necesita más nuestra liberación es la dimensión histórica. Quiero anticiparles -espero, esta semana, les pueda entregar mi carta pastoral- que al hablar de los servicios que la Iglesia presta en El Salvador para la situación crítica del país, entre ocho cosas que ofrecemos, ofrezco esto: "Promover la libertad integral del hombre a partir de un concepto del hombre, un concepto integral que el Papa en Puebla calificaba así: El hombre es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en cumplimiento de su misión. El hombre es el camino primero y fundamental de la Iglesia". Se trata de este hombre concreto, histórico, tal como hoy vive. Y, por eso, los padres, en Puebla, tratamos de ver el hombre latinoamericano y de ahí yo deduzco al hombre salvadoreño, al que yo visitaba en estas visitas a los tugurios; que vive allí en la miseria, en la pobreza, en el hambre. A este hombre es al que tenemos que anunciar: "Cierto que oro y plata no tenemos como Iglesia pero te queremos dar lo que tenemos: en el nombre de Jesús de Nazaret, levántate y camina". Promuévete, no queremos hombres masa, no queremos hombres que los manipulen, queremos hombres verdaderas imágenes de Dios que, aunque vivan en el tugurio, en el monte, sean respetados. Son iguales que el señor que vive en la capital... "Este ideal -digo en mi carta pastoral- recoge todas las dimensiones de la realidad del hombre, sin excluir ninguna, ni reducir la fe a la mera promoción de lo social y de lo político. Sin embargo, debemos hoy recalcar la dimensión social e histórica de esta liberación tal como lo pide Puebla que dice: El evangelio nos debe enseñar que ante las realidades que vivimos no se puede hoy, en América Latina, amar de verdad al hombre y por lo tanto a Dios, sin comprometer a nivel personal y, muchas veces, incluso a nivel de estructuras con el servicio y la promoción de los grupos humanos y de los estratos sociales más desposeídos y humillados, con todas las consecuencias que se sigan en el plano de estas realidades temporales". Por tanto, la dimensión del hombre es trascendente pero también histórica, temporal, concreta. Es ese hombre llamado a la salvación eterna pero que hoy se está muriendo de hambre o no tiene el salario debido. Es ese hombre que tiene una vocación para el cielo pero también Dios lo ha creado para ser feliz en la tierra. Es el hombre que será hermano en la eternidad con toda la humanidad pero ya tiene que aprender a ser hermano en la tierra, no para odiarse ni para matarse uno contra otro El destino de los pobres: ricos en la fe Cuando Cristo, a través de Santiago dice por qué no hay que despreciar al pobre por preferir al rico, hace una pregunta que podía ser un examen de conciencia para cada uno de nosotros: "Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos?. Queridos hermanos, escuchad: ¿acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que le aman?". No basta ser pobre, pobre pero amando a Dios, pobre en gracia de Dios. Es que los pobres -dice la Iglesia y la revelación divina- tienen como cierta capacidad mayor que otras clases sociales para percibir el mensaje y la redención de Jesucristo. Por eso la dimensión de la tierra no la podemos olvidar pero también es a partir de su conversión. Porque dice: "Los eligió para hacerlos ricos en la fe". Y que por su amor a Dios ya disfruta un destino eterno que -Dios- lo mira ya en su preferencia aquí en la tierra. Queridos pobres, la mayoría de los que estamos haciendo esta meditación, porque yo quiero contarme también entre los pobres. Porque sé que sólo en ese camino y en ese ambiente nos podemos encontrar de verdad, con sinceridad y autenticidad. Tratemos de ser dignos de esa preferencia de Dios. Seamos pobres, dignos de que Dios nos haga ricos en la fe y ricos en el amor al Señor. Ésta es nuestra riqueza; no ambicionemos otra mientras no sea para nuestro desarrollo, también, en la dimensión histórica. Porque yo no quiero ser, como alguien ha dicho en el Bloque Popular Revolucionario, que yo soy opio. ¡Nunca!, estoy diciendo que, precisamente, estas promociones a la trascendencia son para excitar más la promoción de lo histórico, de lo social, de lo económico, de lo político. Estoy diciendo que Dios no sólo ha hecho el cielo después de la muerte para el hombre, sino que ha hecho esta tierra para todos los hombres. ¡Esto no es opio!... - Interioridad... llevándolos aparte Hay un detalle que yo quisiera que lo profundizáramos, no tanto en el tiempo, sino en la intensidad de nuestra reflexión. Cuando Cristo quiere tratar la promoción de este sordomudo, nos dice el evangelio: "...llevándolo aparte". ¡Qué gesto más significativo para nuestra hora!. San Marcos, fiel a su ideal teológico, nos presenta un Cristo que lleva el misterio del reino de Dios pero que el pueblo no se lo puede comprender. Por eso, Él trata de ocultar muchas cosas que Él pudiera hacer lucir. ¡Las oculta!. A aquellos que son sus íntimos -los apóstoles- les reprocha, muchas veces, no hacer lo posible de comprender esta intimidad. Pero ante el pueblo Él es, más bien, reservado, porque a su hora Dios dirá la palabra que necesita el pueblo para presentar al Hijo de Dios. Pero aparte de este sentido teológico del reino de Dios oculto como un misterio en Cristo, y por eso aparta al sordomudo, yo quisiera ver ese otro gesto: "...la muchedumbre", el ruido del mundo, los gritos de los parlantes, la música estentórea; todo eso aturde, aturde. Sólo hay una cosa donde el hombre se encuentra con Dios y donde Cristo pudo hacer los gestos de trascendencia y de amor al pobre mudo: la soledad, la interioridad -que decíamos el domingo pasado-. Hermanos, hoy hay mucho ruido: tomas de iglesias y con el ruido de los parlantes todo el día, que ya cansan al vecindario; manifestaciones, tiroteos, gritos. Todo eso no salva si eso no lleva un trasfondo de interioridad, de reflexión, de planificación; es demás, nos están arruinando más. Dice el Concilio, lo que hoy hace falta al mundo no son sólo técnicos de las artes, de las ciencias, de las cosas exactas; hacen falta, sobre todo, los técnicos en humanidad. Lo que hoy hace falta a la civilización es la sabiduría, la reflexión. Por eso, yo voy pidiendo como un mendigo a todas partes; ¡recen!, ¡recen mucho por la Iglesia!, ¡reflexionen!. Y si es cierto que aquí yo estoy usando también parlantes, pues, es necesario para la comunicación. Pero las cosas son para lo que deben ser, si un parlante es para transmitir un mensaje de reflexión, de serenidad, de paz, también de justicia, y de una denuncia, también, valiente, ¡bien usados los parlantes!. Pero usados únicamente por demagogia, no hacen bien... Grábense bien esta frase de Pío XI -un Papa de frases cortas y bien cinceladas- que bien podían ser el comentario de este gesto de Cristo: "...llevándolo aparte, lo curó". Decía el Papa: "El bien no hace ruido y el ruido no hace bien". 3. LA SALVACIÓN QUE CRISTO NOS TRAE NO ES DESTRUYENDO SINO REHACIENDO No es una salvación que destruye, sino una salvación que rehace; rehacer, hacer de nuevo. Cristo, el hombre rehace Cuando el profeta Isaías, que se ha leído hoy, anuncia el carácter del Mesías en la figura misteriosa en el Siervo de Yahvé, dice esta frase que muchos no la comprenden: "Él no quiebra la caña cascada, Él no apaga la mecha que todavía humea". Frases lindas para decir: Cristo no es el hombre iracundo que ya, porque se le quebró una caña, la acaba de quebrar y la tira por allí. Sino que, con la mansedumbre de un médico, la endereza, la remienda y ya tiene, otra vez, la caña buena. No apaga el fuego porque ya sólo quedó una brasita entre cenizas. Con paciencia aparta la ceniza, comienza a soplar, le pone una tuza, un poquito de ocote, de leña y comienza a hacer el fuego otra vez. Ésta es la comparación de Cristo. Es el hombre que rehace. Llama a los pecadores ¿Qué otra cosa es Cristo entre sordos, mudos, leprosos, pecadores?. Los hipócritas lo reprochaban: "Miren, su maestro come con los pecadores y está prohibido en la ley". "Hipócritas -les dice Cristo-, no son los sanos los que necesitan el médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, esos ya están camino del cielo, he venido a llamar a los pecadores". Es hermoso en estos días -en que en El Salvador nos estamos tirando los platos unos contra otros, como si el otro tuviera la culpa y yo no, yo soy víctima- mirar para dentro; y mirar en qué yo estoy necesitado de Cristo. Porque el que cree que no necesita de Cristo, ni del Papa, ni del obispo, ni de la Iglesia, es un orgulloso. Es uno de aquellos que dice la Virgen en el cántico del Magníficat: "Desecha a los orgullosos de corazón y recibe con cariño a los humildes". Cristo es el hombre que rehace la historia de su propio pueblo. Se diría que los desechos humanos, el resto de Israel, la pita que ya va a reventar por lo más débil, Cristo la coge a tiempo y la une y de ahí sale la salvación para todo el mundo. Se encarna y se hace uno de nosotros ¿Qué otra cosa es la encarnación?. "Dios -dice San Pablo- no tuvo reparo en dejar su dignidad de Dios para hacerse uno de nosotros. Más aún, esclavo hasta morir en una cruz como morían los esclavos. Los ciudadanos romanos nunca daban una sentencia de crucifixión contra un paisano. Era indigno del ciudadano libre de Roma morir crucificado. Morir crucificado era sentencia de muerte de esclavos, bandidos, de gente indigna, de desechos de la sociedad. Ésta es la muerte que Cristo aceptó, la de un bandido. Por eso los primeros cristianos tenían tanta dificultad en presentar el crucifijo, porque decían: si ese hombre murió así, no es digno de que se le adore. Así destruyó Cristo su propia dignidad, precisamente, para acercarse a lo más profundo donde había caído la dignidad del hombre y levantarla. "Por eso -dice la misma frase, el mismo texto- Dios lo exaltó y le dio un nombre sobre todo nombre, de modo que a su nombre se dobla toda rodilla en el cielo, en los abismos, en la tierra". Ésta es nuestra esperanza, el Cristo que se encarna y que se hace uno de nosotros. Nosotros debíamos de asumir, queridos hermanos, también la humanidad tal como está. Dichoso el salvadoreño que en esta hora no se avergüenza de su propia patria, pero la asume, no para hacerla peor, ¡sino para rehacerla!. Dichoso el salvadoreño que en este día, en este mes de la independencia, reconoce: No todo es gloria en mi patria. El himno que cantamos, suena, muchas veces, a un sarcasmo horrible, sin embargo, yo quiero que ese himno sea cantado un día por el futuro, al que yo debo de contribuir con una promoción del hombre en todas sus dimensiones. Jesús resucita y su resurrección es el hombre que da la vida eterna. Desde el día en que Cristo sale glorioso de su tumba ha comenzado la nueva historia de la humanidad. Y los pueblos que pueden sentir su redención en la medida en que crean en esa vida eterna resucitada en Cristo. "Ya -dice el Concilio- la transformación del mundo comenzó en Cristo resucitado". La Iglesia tiene ese empeño de seguir predicando, domingo a domingo, y en cada misa: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!..." En resumen, mi pensamiento ha sido éste:Dios viene en persona a salvarnos. Es Cristo entre las necesidades del mundo. Segundo, la promoción que Cristo quiere hacer del hombre es todo el hombre en su dimensión trascendente, en su dimensión histórica, en su dimensión espiritual, en su dimensión corporal. Es todo el hombre al que hay que salvar. El hombre en sus relaciones sociales, el hombre que no considere a unos más hombres que a otros, sino a todos hermanos y con preferencia a los más débiles y más necesitados. Éste es el hombre integral que la Iglesia quiere salvar. ¡Difícil misión!. La catalogarán muchas veces entre subversivos comunistas y revolucionarios, pero la Iglesia sabe cuál es su revolución: la del amor de Jesucristo. Y porque la revolución de la Iglesia es la misma de Cristo, mi tercer pensamiento ha sido éste: no quiere deshacer, no quiere destruir, sino rehacer, y de la propia debilidad y miseria humana, por eso llama a conversión. Porque si el que oye es un criminal, mañana puede ser un apóstol. ¿Cómo rehizo Cristo a Pablo, el perseguidor?. Una autoridad eclesiástica drástica hubiera lanzado excomunión contra ese Saulo. Pero Cristo, que no apaga la mecha que aún humea, lo manda a un director espiritual, lo bautizan, lo mandan al desierto a reflexionar y viene hecho otro. El apóstol que puede decir: "No soy digno de llamarme apóstol porque perseguí a la Iglesia. Pero la gracia de Dios no fue vana en mí". Cómo quisiera yo, hermanos, que un día, todos los que hoy van sembrando el terror como Saulo por Jerusalén y la Tierra Santa se convirtieran. Después de una reflexión profunda, cómo quisiera yo que en vez de que los que han sido mandados a matar gente, o los que mandan a matar antes de dar esa orden, o de ejecutar esa orden por dinero, reflexionaran un poquito: ¿Qué voy a hacer?. Creo que muchos se detendrían... LA MISION DE CRISTO HOY EN SU IGLESIA Por eso, yo trataré de aplicar ahora, en nuestra propia historia, estos rasgos de la palabra de Dios. Les invitaría a que miráramos la misión de Cristo hoy en su Iglesia. Y que miráramos el desierto del mundo ensangrentado, doloroso, corazones cobardes. Todo eso que nos ha dicho la necesidad de liberación. La Iglesia le puede dar liberación a ese mundo porque de ese mundo surgen, como el rumor del desierto, voces muy buenas. No son manifestaciones cristianas pero yo leo en los periódicos ciertas expresiones de reclamo, de petición. Es el desierto que gime y hay que atender esas voces. La Iglesia que ve en esos brotes del Espíritu Santo, que también habla en el mundo profano, ella que lleva la fuerza del Espíritu, se encuentra con esos corazones nobles del mundo; podría realizar el milagro de hacer florecer nuestro desierto. ¿Cuál es la Iglesia?. Tratemos de que esta Iglesia que ahora les voy a describir -nuestra Arquidiócesis- y la Iglesia universal, no se confunde con el pueblo en general de El Salvador, sino que con la selección que Cristo ha escogido por el bautismo y forma la Iglesia. Jamás confundamos, queridos hermanos, la Iglesia pueblo de Dios con el pueblo salvadoreño, la patria. Son cosas distintas aunque un mismo hombre puede ser salvadoreño y miembro del pueblo de Dios, pero son dos aspectos de su personalidad: como Iglesia tiene que ser el hombre que cree, que espera, que pone toda su confianza en Cristo nuestro Señor. Hace una Iglesia cada vez más comprensiva y servidora del mundo, sin traicionar su propia identidad, no vende por ventajas de la tierra sus ideologías cristianas, su fe y su trascendencia. Ésta es la Iglesia concreta de la cual yo doy estas noticias. HECHOS DE LA SEMANA EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS Una reunión del clero esta semana, en que, precisamente, los sacerdotes de toda la diócesis estudian la manera de hacer comunidades eclesiales de base. Secunden a los queridos sacerdotes, queridos hermanos laicos, incorporándose a esos pequeños grupos de reflexión. No es nada malo lo que estamos haciendo, es la reflexión de la palabra de Dios y lo que esa palabra exige al hombre en su compromiso histórico en la tierra. Esta Iglesia lamenta la enfermedad de estos sacerdotes: el Padre Cristóbal Cortez, que todavía reside en esta Basílica, sufre una operación; ya está en camino de recuperación. El Padre Antonio Vides, párroco de Fátima en la colonia La Rábida, ha estado muy enfermo durante varios días; pidamos por su salud. El Padre Raúl Flores tuvo un pequeño derrame cerebral, pero ya se recupera, gracias a Dios. Y Monseñor Oscar René Campos, que aunque no pertenece a nuestra diócesis pero es muy amigo de la diócesis, está en fase de recuperación. Entre los sacerdotes, quiero mencionar un sacerdote calumniado esta semana: el Padre Bernardo Fernández Trejo, joven párroco de la parroquia del Corazón de María, difamado por un falso católico que lo llama "Lobo con piel de oveja". Yo quiero expresar no una respuesta a ese artículo insolente, sino una solidaridad de cariño y de pastor, de sinceridad y honradez, con la persona del Padre Fernández Trejo y con su congregación claretiana. Quiero aprovechar esta oportunidad para decir a todos los que me escuchan: que el Arzobispo está muy contento de que la congregación claretiana y, hoy, en especial, el Padre Fernández Trejo, tengan la responsabilidad de esa parroquia, que la están llevando muy bien... A este propósito, repudiamos la calumnia, han llegado muchos testimonios de solidaridad. Pero especialmente quiero referirme a la del consejo de coordinadores de la Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento de El Salvador, que tiene su sede en aquella iglesia y que trata continuamente con el padre y que está muy lejos de creer que es un "lobo con piel de oveja". Así, como ellos también saben que ser católicos no quiere decir creer en "vírgenes y ángeles", ser católico quiere decir ser más respetuoso con los sacerdotes y saber adaptar aquellas orientaciones que los pastores dan en sus parroquias. Lo que pasa es que el padre llamó la atención, como lo explican los adoradores, porque cuando él salió a decir la misa, allá en la puerta de la iglesia estaban como en una recepción social más atendiendo a las amistades del mundo que el culto de Dios. Esto es lo que él llamó la atención y molestó. Así tenemos que, muchas veces, la Iglesia por el celo de Dios, naturalmente, recibe el reproche de los hombres cuando no aman el celo de Dios. Quiero agradecer estos gestos de solidaridad que han llegado de diversos sectores de aquella parroquia. A las religiosas, también quiero referirme, porque la vida religiosa, entre nosotros, queridos hermanos, es una señal de presencia de la Iglesia que hemos de estimar mucho y nos alegran sus éxitos como la fiesta de profesión y fiestas patronales que van a celebrar hoy las hermanas pasionistas. Las carmelitas de Santa Teresa llevan hoy seis postulantes al noviciado. Las franciscanas van a tener este mes una promoción de bachilleres, todas religiosas. Las betlemitas llevan a la profesión nuevas novicias. Y no sé cuantos detalles más, pero me alegro de que en nuestra comunidad de la Arquidiócesis la vida religiosa de mujeres esté tan floreciente. Ojalá, las jóvenes, las familias, atiendan un poco, en el silencio de sus meditaciones y sus vidas, y puedan acuerpar esta presencia de Cristo a través de la vida religiosa y consagrada. En las comunidades también hay cosas muy bonitas como en Ateos y Tepecoyo, donde el Padre Manuel Loarca y las hermanas de la caridad prepararon una confirmación de jóvenes, todos conscientes de que la venida del Espíritu Santo supone un nuevo compromiso cristiano. Las hermanas de la Asunción que cuidan la zona de La Chacra me llevaron a ver la situación difícil de aquella gente, sobre todo, en los días del temporal. Muchas casitas, arrimadas al barranco, perciben, naturalmente, la humedad del temporal, lo que atenta contra la salud, sobre todo, de los niños. En Aguilares, una comunidad donde el martirio está haciendo sus selecciones dolorosa, pero gloriosas. Allá nos mataron al catequista Jesús Jiménez, del cual pueden leer en Orientación un precioso testimonio. Yo iré a unirme con aquella gente en este homenaje que con verdadera justicia le debe de tributar la Iglesia a quien se entregó aún sabiendo que corría el peligro que le llegó. En San Francisco, Mejicanos, hoy a las 7 de la noche se le entregará la parroquia, que dejó al ser asesinado el Padre Rafael Palacios, al Padre Juan Macho Merino, que representando a la congregación de padres pasionistas va a tener allá un grupo de jóvenes teólogos, vocaciones para su congregación. Nos atenderá la parroquia, colaborando en aquella vicaría. Quiero felicitar a Cursillos de Cristiandad. Tuve una reunión con su secretario diocesano. He notado mucha madurez cristiana en los que han perseverado, llevando ese método de maduración cristiana cuando no se aferra a métodos, sino que vive el Espíritu que vivifica y sabe solidarizarse con el pastor que es el responsable de la pastoral de la diócesis. Quiero a este propósito decir, hermanos, que en esto se conoce un auténtico católico: en que está con su obispo; si no está con su obispo no puede decirse buen católico... Esto no quiere decir que el obispo va a tener un despotismo: "Hagan lo que yo digo". Porque, precisamente, el servicio que el obispo da está en función del pueblo. Precisamente, en esta reunión que yo menciono de Cursillos de Cristiandad, hicimos una reflexión tan profunda que yo creo que el obispo siempre tiene mucho que aprender de su pueblo y, precisamente, en los carismas que el Espíritu da al pueblo, el obispo encuentra la piedra de toque de su humildad y de su autenticidad. Yo quiero agradecer a todos aquellos que cuando no estén de acuerdo con el obispo tengan la valentía de dialogar con él y de convencerlo de su error, o de convencerse de su error. Las enfermeras del Seguro Social tuvieron un gesto bonito al mandar a celebrar una misa de agradecimiento por la solución pacífica de su conflicto laboral. Yo al darle gracias a Dios, les decía a ellas: "Ojalá un día no sea sólo el grupo de enfermeras en esta capilla, sino toda la patria de El Salvador, dándole las gracias a Dios porque ha encontrado caminos de racionalidad, por que ha encontrado el diálogo verdadero y la comprensión de las dos partes en conflicto. ¡Qué hermosas son las soluciones cuando las dirige la razón!, que es el distintivo del hombre, no la fuerza bruta que es el distintivo de los animales... Este fin de semana, en los cantones Los Martínez y Jardín de la Parroquia de Tejutla, se han reunido los cristianos en sus ermitas, a celebrar unas jornadas de oración y ayuno por la paz del país y por la unidad de la Iglesia. Éstos son gestos que me llenan de mucha satisfacción, porque la oración y el ayuno, la reflexión en la palabra de Dios, son las fuerzas de nuestra Iglesia. Quiero agradecer a esta Iglesia la solidaridad que le manifestó la CUTS cuando dice: "...muy en especial buscar la solidaridad que los obreros debemos impulsar en favor de la Iglesia Católica, que tan tenazmente ha sido perseguida en los últimos años, incluyendo asesinatos de sacerdotes, exilios de sacerdotes y una campaña publicitaria en contra de las posiciones -a nuestro juicio justas- que ha manifestado la Iglesia Católica de El Salvador". Y muy en particular se refiere aquí a algo personal que yo les agradezco muy profundamente. Agradezco aquí una carta que llegó por un conducto muy honroso para nosotros, la Señorita Teresa Drumon junto con un reverendo pastor metodista. Me trajeron una carta del Dr. Jorge Lara-Braud. Ustedes recordarán, fue aquel pastor que participó conmigo en la homilía cuando celebramos el funeral del Padre Octavio frente a Catedral. Sus palabras todavía vibran en nuestro corazón. Se ve que la simpatía nos ha unido en el amor en Cristo. Envían una carta en la cual manda un sentido profundo de solidaridad no sólo para mi persona, sino para todos ustedes que forman esta comunidad que a él lo dejó verdaderamente prendado, dice. Esta Iglesia de la Arquidiócesis necesita de todos Todos hacemos la Iglesia. Una de las ayudas que yo quisiera sugerirles como más urgente, es que nos ayuden a la difusión del periódico Orientación. Nunca había tenido un tiraje tan alto como en nuestro tiempo, pero todavía falta mucho para llegar a todas partes, de modo que los cristianos -campesinos o de la ciudad- que quieran ayudarnos, aún corriendo el riesgo, que se presenten a la Administración cualquier día de la semana y se comprometan a ayudarnos a difundir la Palabra de Dios. Naturalmente, que si es verdadera Palabra de Dios lleva algo explosivo y no muchos la quieren llevar. Si fuera una dinamita muerta ya nadie le tendría miedo. Por eso, la redacción, el cuidado de hacer una Orientación que de veras oriente pero en el verdadero sentido de la vida de la Iglesia. Una Iglesia que por sus medios de comunicación quiere promover la dimensión histórica tiene que encontrar choques en la historia. No basta la dimensión trascendente, que eso es muy bonito escribir de lo trascendente. Lo histórico y lo trascendente en equilibrio, eso es lo que tratamos de hacer de nuestros medios de comunicación social. Por eso me valgo de esta oportunidad para decirles que en YSAX hay un nuevo esfuerzo por mejorar. Una de las cosas que quizás un poco egoístas les quiero recomendar es el nuevo programa de mis homilías en trozos. Se reproduce un pequeño pasaje de la homilía del domingo a las 6.30 a.m.; a las 11 a.m. y a las 5 p.m. Es un cuarto de hora y no por ser mío, sino porque yo trato de hacer de la homilía del domingo -gracias a la paciencia, la bondad de ustedes que me escuchan y difunden esta palabra, y a los que a través de la radio les puede servir de algo- en el momento fuerte de la evangelización de nuestra Arquidiócesis. Por eso le agradezco a YSAX el prolongar, como ecos en la semana, este magisterio desde la cátedra de la misa de la Arquidiócesis. Porque yo celebro mi misa unido con toda la Arquidiócesis. Yo siento presentes aquí a todos los párrocos, comunidades religiosas, comunidades de fieles. Cuando sé que me escuchan allá por Arcatao, por Chalatenango, por Cuscatlán, siento que no estoy fuera de puesto porque yo estoy presente allí, también, en espíritu y con cariño... EN LA IGLESIA UNIVERSAL Quiero felicitar -ya saliéndome del nivel de nuestra Arquidiócesis misma- a Monseñor Barrera, obispo de Santa Ana. Porque ha promovido en estos días de la patria una campaña de oración y de verdadero amor a la Patria. En el periódico salieron sus declaraciones y yo suplicaría, quienes quieran hacer bien a la patria, secundar estas orientaciones de mi querido hermano en el episcopado: oración y amor verdadero a nuestra patria. El Papa nos invita a orar por el fin de la guerra. Dice que ésta será su intención en su próximo viaje a las Naciones Unidas. Que va a hacer ese viaje como una continuación del que Pablo VI realizó el 4 de octubre de 1969. El Papa se lamenta que la historia de nuestro siglo es la historia de la guerra. Él vivió -como yo también viví en Europa- los tristes años de la segunda Guerra Mundial. El Papa, también, se refiere a los damnificados de la República Dominicana, pidiendo que ayudemos moral o económicamente. El desastre del huracán David costó 1.000 muertos, 3.000 heridos, 400 desaparecidos -también los ciclones desaparecen-, 150.000 refugiados y una pérdida de 1.500 millones de dólares. ¿Cómo se va a rehacer esta pobre nación? Esperamos que la creatividad de aquella gente del Caribe sabrá arrancar a su tierra fértil lo que le arrasó el huracán. EN LA VIDA CIVIL El huracán tuvo entre nosotros consecuencias muy trágicas. En nuestra patria el temporal nos dejó: en la colonia marginal Renson-Irca murieron siete personas que eran miembros de una misma familia, la familia Vásquez; en el barrio Lourdes al final del Pasaje Arriaza, murió soterrado Nelson Armando Rojas; en el barrio del Calvario, en San Pedro Masahuat, murieron otras tres personas al caerles una pared de bahareque. Más de 750 familias residentes en los poblados y caseríos de la Bocana del Río Paz, en Ahuachapán, resultaron damnificados al desbordarse el río. Sus cultivos fueron arrasados. Todas esas víctimas, hermanos, no sólo son del temporal, sino que lo triste es que es una situación que delata nuestra manera pobre de vivir. Me dio verdadero horror la descripción que hace el periódico al describir la casita que se hundió: "...paredes sencillas, de improvisado bahareque, techo de láminas viejas. Está ubicada como a 10 metros de distancia del paredón que da a la planicie de la entrada de la Policía de Hacienda -y dice- en esas zonas pasa la vía férrea, y en las hondonadas que no se utilizan para el mercado, se han ubicado cerca de mil familias. Las construcciones empiezan frente a la Policía... etc." O sea que una vivienda como esa no merece el nombre de vivienda. Así viven miles y miles. De modo que la carta de Santiago apóstol tiene una actualidad espantosa entre nosotros. La violencia entre nosotros ha crecido esta semana por motivos políticos. He de lamentar, sinceramente, el asesinato del Profesor José Javier Romero, hermano del Señor Presidente. Me solidarizo con los comentarios de ISAX que han condenado el crimen. Acerca de las declaraciones hechas por el Señor Presidente, también, yo quisiera que se tomaran en cuenta estas palabras. Recordó que en los crímenes políticos anteriores, las víctimas han sido o bien funcionarios del gobierno o bien hombres de empresa; "pero ahora -dijo- han buscado tocar a mi propia familia en abierta provocación, como queriéndome obligar a que reaccione para luego justificar sus actos. Pero no lograrán su objetivo...". Es una expresión magnánima y ojalá que no sigamos esta carrera violenta de venganzas estúpidas cuando la víctima es una persona inocente. Campesinos del Bloque Popular Revolucionario causaron daños en la hacienda Talcualuya, Opico, administrada por el ISTA. Hirieron al administrador, Raúl Valencia, quemaron equipos y muebles. Yo me acordaba, en este momento, de una grabación que me mandó el Padre Astor Ruiz de Estelí, donde está trabajando en Nicaragua. Dice que está instalado en una sacristía de Iglesia porque aquello quedó desolado. Que un colegio lo destruyeron ciertos guerrilleros, pero que el movimiento de liberación sancionó esa actitud loca de esos muchachos. Porque la liberación de Nicaragua no llevaba el signo de la anarquía, del crimen. Sí, hubo ciertamente excesos -en toda guerra los hay-, los obispos señalaron esos excesos. Hubo más bien una reivindicación inteligente, unida. Yo creo que en esto nuestra reivindicación nacional está muy torcida, porque no es quemando haciendas, quemando buses, haciendo estas cosas como vamos a construir. Estoy recordando que Cristo, la liberación que trajo, no era destruyendo sino rehaciendo. Lamentamos el asesinato del Profesor Miguel Angel Flores Joya en Santa Tecla. El asesinato de tres policías en la carretera a San Marcos, donde quemaron también, un radiopatrulla. Se atribuye a las FPL este asesinato de los policías. En San Miguel ametrallaron a seis estudiantes y se teme el recrudecimiento en estos días. Yo quisiera hacer un llamamiento. ¡Sé que me escuchan!. No es por sembrar odio sino por sembrar paz que yo les digo a unos y otros; ¡cordura!. No es destruyendo, sino rehaciendo, como Cristo nos dice, que vamos a hacer la patria. Es tomándose momentos serenos de reflexión no es el vértigo de la lucha y de la guerra el que nos hagan irracionales. Sino que seamos teniendo en cuenta el espíritu verdadero del pueblo salvadoreño, el que ansía como el desierto la independencia verdadera pero no por caminos de sangre y de violencia, sino por caminos de racionalidad... Así se expresan los representantes de la industria del transporte. La Asociación Cooperativa que me visitó para pedirme la colaboración: "Durante los últimos meses hemos sido víctimas de grupos o de personas que se han dedicado a la tarea de quemar nuestras unidades de servicio de pasajeros, lo cual consideramos no tener arte ni parte de la situación en que atraviesa el país. Tal vez por la única razón de que personas mal intencionadas o mal informadas se han dado a la tarea de manifestar que nuestra empresa es del expresidente de la república Coronel Arturo Armando Molina; por lo tanto, le suplicamos haga un llamado a la opinión pública: que las puertas de nuestra Asociación Cooperativa están abiertas para demostrar la realidad de nuestra empresa y que la opinión antes vertida es equívoca..." Es el diálogo antes de la violencia. Por eso les digo: ojalá tuvieran tiempo de reflexionar siquiera unos minutos antes de prenderle fuego a un bus. Unos minutos de reflexión antes de disparar el gatillo de la metralleta. Unos momentos de reflexión antes de dar la orden sangrienta de Herodes: "Ve a matarlo". ¡Si hasta Herodes sintió vergüenza de dar la orden!. Y si hubiera reflexionado un poco, no hubieran decapitado a San Juan Bautista. Pero la pasión libidinosa, por una bailarina impúdica, muchas veces ciega la razón de los hombres. El orgullo de la organización, el orgullo de no doblar la cabeza, lleva a una humillación más tremenda: llevar las manos manchadas de homicidio. Quiero referirme a la agrupación, también de transportes, que reclama a las autoridades eclesiásticas. Me fijo en ese detalle: "que se pronuncien y que les extraña el silencio..." Les digo: perdonen, desde mayo estoy diciendo que no es lícito quemar buses. La Iglesia ha proclamado en esto su palabra y la mantiene, y ahora la estoy ratificando. Sí estoy de acuerdo con ese pronunciamiento de los buseros: de que haya diálogo entre las agrupaciones que los toman como precio de las reivindicaciones y los empresarios, que inocentemente sufren pérdidas para ellos, para sus trabajadores, para sus familiares. ¡El diálogo!. ¡Hablen!. No actúen en la clandestinidad, sino lo que se busca honradamente hay que decirlo con la cara descubierta, no a escondidas. Hay que platicar. Entre todos coincidimos en una cosa: en buscar la solución de los problemas del país. Nadie se opone, más que aquellos que injustamente quieren mantener un orden; y a los cuales, también los llamaremos: que ese orden injusto, esa violencia institucionalizada, tiene que cambiar también para no dar causa a tantas otras violencias que se provocan con esta situación. Nuevo reclamo de desaparecidos. Ya lo hemos dicho varias veces, sin embargo, nos aflige la perseverancia de estas madres, esposas, hijos que llegan al Arzobispado: hagamos algo. No se ha sabido nada de Carlos Antonio Mendoza Valencia, estudiante de los últimos años de medicina, cumple ya 72 días de captura y no se encuentra; su señora quedó embarazada y espera que su papá conozca a su tierno. Miguel Angel Terezón Ramos, ya lleva 52 días de desaparecido; Santos Ortiz Asencio, capturado el 26 de julio. Luis Alfredo Amaya desde el 17 de mayo, allá en Usulután. Son cartas para mí muy dolorosas, o visitas, cuando yo siento, también, con ellos, la incapacidad de poder hacer algo por ellos. Pero aquellos que lo pueden hacer, aquellos que saben donde están, ¡díganlo, por favor y saquen de angustia a tanta gente!. Ya fue liberado, gracias a Dios, el Señor Rafael Nieto Álvarez, secuestrado durante 84 días. En cuanto a los conflictos laborales, yo tengo dos aspectos breves que decir. El primero es la urgencia de una legislación adecuada. Ya hace mucho tiempo que estamos clamando, junto con los obreros y sindicatos, la necesidad de una revisión. Pero no de una revisión que venga impuesta de arriba a abajo. Una revisión que tenga en cuenta las voces que sienten al vivo el problema: los sindicatos, los obreros. Ésta es la reforma que hay que hacer en dialogo de intereses mutuos: de empresarios, de obreros y de la autoridad. Que se dé más participación al obrero, si no se da esta situación laboral que hoy tenemos tan conflictiva, tan explosiva: rehenes en fábricas, en empresas, intranquilidades de familias, de empresarios. Todo esto sigue siendo la violencia del día, porque no existen canales legales de una expresión adecuada de los intereses laborales. Quiero decirles a los obreros, también que cuiden, como Cristo, llamando a la reflexión; que no se dejen manipular por intereses ajenos a sus reivindicaciones laborales. Y sean también, ecuánimes en sus reclamos, teniendo en cuenta el conjunto social y no solamente su situación personal. Otros casos particulares los podrán leer en Orientación. Yo quiero, finalmente, fijarme en dos declaraciones, que como les decía antes, aunque no vengan de la Iglesia ni de la fe cristiana son las voces del desierto, donde el Espíritu clama vida. Yo quisiera que las atendieran también. Por ejemplo, el pronunciamiento de FENAPES, Federación Nacional de Pequeña Empresa, cuando insiste: "Las huelgas, tomas de fábricas, propiedades, iglesias, por un lado; los secuestros y asesinatos de maestros, estudiantes, sacerdotes, etc. Las fugas de capitales y las actitudes beligerantes de algunas publicaciones, lejos de contribuir a la comprensión y la calma, propician y animan un estado de psicosis colectiva, totalmente dañino para el logro de los objetivos que anhela la población". También, muy de acuerdo en esa atención a la clase media que en El Salvador, como cualquier país, son fuerza de salvación. No las destruyamos, ni las despreciemos, sino sepamos revitalizarlas y que ellas se revitalicen con criterios cristianos para ser, verdaderamente, la clase providencial en la situación del país. Cree necesario recordar a la ciudadanía en general que el logro de la paz social es necesario al concurso de todos los salvadoreños, incluso los que actúan como meros espectadores pasivos: a las asociaciones profesionales y de gremios; deben pronunciarse y aportar ideas alternativas de solución, razonamientos que concurran a una salida legal de pacificación y democratización de la salvadoreñidad. Muy de acuerdo, siempre hemos estado diciendo que en esta hora nadie tiene que ser pasivo y que el que más recibió tiene que dar más. El profesional, los gremios de profesionales, que no vivan solo para sí, para sus ventajas, para su familia, que den lo que han recibido para el bien común de la patria. El otro pronunciamiento es del Centro de Estudios Jurídicos. El cual, de manera especial, denuncia lo irrisorio que la Suprema Corte de Justicia ha hecho al recurso del habeas corpus. Algunos no saben qué es el "habeas corpus". Es aquella petición que la familia hace cuando le han capturado a un ser querido, algún familiar. Él presenta una denuncia con testigos. Que fulano de tal... en tal parte, a tal hora, fue capturado por tales y tales, y lo llevaron preso. Y pide exhibición personal. Eso es lo que se llama "habeas corpus". Pues esto, infinidad de documentos han presentado a la Corte Suprema de Justicia o creo que la Corte Suprema de Justicia tiene una gran responsabilidad en la situación de nuestro país. Por la flojera, por la irresponsabilidad, por la complicidad con que está tratando todos estos asuntos tan graves que lesionan la misma Constitución del país... Porque el "habeas corpus" es una institución amparada por la Constitución. No atenderla, y lo que es peor, prostituirla, combinándola con operativos de carácter militar, ¡es un horror!. ¡Horroroso pecado contra la Constitución!... PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Ésta es la Iglesia y éste es el panorama en que la Iglesia desarrolla su misión. Ojalá, queridos hermanos, que todos nos comprometamos en esta eucaristía de este domingo, junto al Cristo liberador, que lo que interesa es como a Cristo le interesa, venir en persona a salvarnos. Pero a salvar el hombre todo entero, en su dimensión trascendente y en su dimensión histórica. Su método de salvar no es negativo, sino muy positivo no destruye sino que rehace. Hoy precisamente es lo que vamos a hacer. En el altar el sacrificio eucarístico nos da la presencia de Cristo muerto y resucitado. Allí comenzó la historia de la restauración, todo hombre por más pecador y traidor que haya sido cuando se incorpora a esta muerte y a esta resurrección ya se hace un elemento útil para la patria. Ojalá atendieran este llamamiento quienes hasta ahora no han hecho más que sembrar sangre, desolación, muerte, dolor, crimen. Ya es tiempo de que se conviertan y vivan. La Iglesia los ama demasiado para estar tranquila de que sigan caminando por esos caminos de sangre y de violencia. La patria, madre querida, que espera de sus hijos el restañamiento de todas sus heridas, no quiere que la abofeteemos más, que la hiramos más, sino que desde nuestra situación, aún de traidores, le digamos como San Pablo convertido: no soy digno de llamarme tu hijo. Pero si me llamas y me convierto, puedo reparar con una vida patriótica, con una contribución positiva al bien común a rehacer los enormes estragos que ha hecho entre nosotros esta situación irracional y violenta. Señor Jesucristo, somos el sordomudo, pero miramos tu gesto que nos eleva hacia el cielo y sentimos que tus manos divinas tocan nuestros miembros ateridos de horror, de tremenda miseria. ¡Sálvanos, Señor, que perecemos!... Queridos hermanos:
Introducción: Circunstancia de la toma de Catedral y el Rosario y tener que peregrinar a la Basílica; todos tenemos la culpa. Me da la impresión, esta mañana, que ustedes y yo somos una imagen de la Iglesia peregrina. Afuera hay un cielo que llovizna, un día gris, un día triste. No tenemos una catedral donde celebrar nuestra eucaristía. La misa que en esa ocasión vamos a celebrar a la Iglesia de El Rosario, tampoco se puede celebrar allá porque está ocupada. Y venimos a pedir hospedaje a la Basílica del Sagrado Corazón. Agradecidos con esta hospitalidad somos la imagen de una Iglesia parecida a aquel pueblo que con Moisés a través del desierto levanta su tienda y camina otro tramo. Siempre se da el signo, el de algo que se busca, de un peregrinar, de algo que no está establecido: la Iglesia peregrina, la que no puede instalarse en la tierra, la que no se identifica con ninguna ideología ni cosa de la tierra. Ella siempre será aquella columna de luz del desierto conduciendo a la humanidad hacia la felicidad definitiva que no existe en este mundo. Este hecho -que lo podemos interpretar así- merece, por otra parte, analizarse: ¿por qué han estado ocupadas la Catedral, la Iglesia de El Rosario, Cojutepeque, Apopa, Suchitoto, Mejicanos, -anoche- Aguilares, San Francisco en San Miguel y quién sabe cuántas mas? Es fácil decir que los jerarcas tenemos la culpa. Es fácil echar la culpa a otros. Yo quisiera llamar a la reflexión esta mañana precisamente con la Palabra de Dios que se nos ha leído: "En cierto modo todos tenemos la culpa". - Frente a los ocupantes Culpa de las organizaciones políticas populares: ¿Qué mentalidad tienen sus dirigentes? ¿Qué respeto hay en esos corazones para la vida y la misión de la Iglesia? ¿Qué sentimientos de solidaridad hay con el pueblo que es el que se beneficia de la celebración pública de su culto? Pasan por encima de todos esos valores para hacer prevalecer únicamente su estrategia; para gritar, para clamar -desde la ocupación del templo- sus justas reivindicaciones tal vez. Ellos son culpables también. - El fin no justifica los medios Les quisiera recordar -como a todo aquel que lucha por fines justos- que el fin no justifica los medios. No se pueden hacer cosas inconvenientes para lograr fines buenos. Los puede desprestigiar mucho el que estén usando fines, medios que ofenden los sentimientos del pueblo aunque digan que luchan por el bienestar de ese mismo pueblo. Sería la manera de que estudiaran a ver cómo pueden perfectamente, sin ofender estos sentimientos populares de la religión, luchar. Contarán con el apoyo del pueblo en lo que es justo porque es para bien del pueblo. - Frente a las autoridades Por eso, también son culpables las autoridades de la patria. - No hay cauces Ellos tienen que buscar dónde dar escape al grito de la angustia del pueblo que encontrándolo en los canales normales, busca las expresiones anormales. Como cuando un tumor no tiene salida, explota por cualquier lado. Como cuando una caldera va a reventar, si no tiene válvulas adecuadas, estalla. Al Gobierno le toca poner cauces adecuados para que se oiga la voz del campesino, del obrero, del que tiene necesidad. Pero van a la Asamblea Legislativa y no se les quiere escuchar, van a los ministerios y se les trata como gente de segundo orden. Van a todas partes donde las instancias que deben de servir al pueblo los marginan, no los escuchan. Creo que si hubiera estos cauces normales no habría ocupación de templos. Gran parte de la ocupación, en la culpa, están en el gobierno y principalmente en el gobierno. - También han ocupado iglesias Por otra parte, que no se rasgue los vestidos hipócritamente, porque también el gobierno ocupa templos... Nos ocupó -el gobierno- la iglesia de Aguilares sin permiso de la autoridad y para fines sangrientos. Ya es costumbre y nos hemos ya hecho ambiente: a la ocupación de las fiestas patronales cuando las municipalidades no respetan al templo y le montan toda clase de ventas, estorbando el culto del patrono. Ocupación de templos, en forma de rapiña, es historia de nuestros pueblos. México, Guatemala y alguno que otro lugar en El Salvador dan testimonio de que los gobiernos han robado a la Iglesia. Eso les debía escandalizar y hacer justicia. - Frente a los medios de publicidad Culpa también -y en mucha parte- tienen los medios de comunicación social. - No se prestan a la voz del pueblo No hay lugar para esos reclamos en la prensa. ¿Dónde se ha publicado el atropello que están sufriendo campesinos allá por Arcatao, por Aguilares? Se presentan distorsionadas las noticias. Para hacer presente ese atropello tienen que venir a gritar al pueblo, y lo gritan desde una iglesia. La Iglesia tiene que comprender -aunque no justificar- que a falta de prensa, de radio, de televisión con el que cuentan los grandes medios de la mentira y de la oposición... se den estas formas de expresión. Para ellos no hay lugar muchas veces ni en campo pagado; la Iglesia ha experimentado, con el pueblo, esa marginación. ¡Cuántas cosas hemos querido publicar! y no hay lugar, porque ofende a la opresión y a la represión a la que se hacen serviles. Muchos medios que debían de servir a la verdad y a la libertad... no lo hacen. - Frente a nosotros mismos No se piense, pues, que es tan fácil sacar la culpa de las ocupaciones de los templos. No seamos tan simplistas. Yo no estoy de acuerdo pero trato de comprender todas estas otras razones. Ojalá ellos también analizarán, con más respeto al pueblo, lo que significa de estorbo para nuestro culto esta anomalía en la cual todos hemos puesto las manos. Por eso, con un sentido más sincero, yo les invito a que esta mañana, a la luz de las palabras divinas, analicemos precisamente no sólo el fenómeno de la ocupación de los templos, sino tantas hipocresías que bajo la capa de religión se comenten entre nosotros. "Hipócritas" -les dijo Cristo. Ojalá no fuera la dura palabra -casi como una maldición en los labios del Señor- la que nos fustigara a todos en esta mañana. - Diversidad de juicios Frente a los católicos yo les diría: queridos hermanos, comprendo la confusión, la diversidad de juicios con que se juzga este hecho que merece la pena analizarlo más a fondo y lo vamos a hacer con todos nuestros sacerdotes. - Distinguir entre tiempos normales y circunstancias de emergencia Comprendiendo esa diversidad y juicio, yo les diría, por de pronto, dos cosas: distingamos los tiempos normales de los tiempos de emergencia. En tiempos normales nadie ocuparía una iglesia. En tiempos normales, cuando hubiera cauces normales de expresión, las iglesias serían la expresión del sentimiento religioso y nada más. Pero nuestro tiempo no es normal, es un tiempo de emergencia. Y así como si por desgracia nos sacudiera un terremoto, las iglesias se abrirían para recoger tantos golpeados y heridos. Y nadie diría: "Es una profanación". También hoy es un tiempo de emergencia y hay que comprender que en tiempos de emergencia no es fácil condenar actos que en tiempos normales sí se pueden condenar. - Reflexión sobre la verdadera Iglesia y los templos materiales Pero más a fondo, todavía, mi reflexión va -y les decía: la imagen que me da gusto contemplar aquí en la Basílica es una Iglesia peregrina- cuando Cristo quiso quitar a los judíos la mentalidad de un templo material para traducirlo en la verdadera adoración a Dios. Dijo: "Destruid ese templo y en tres días lo reedificaré". Entendieron los judíos que se trataba del templo material, pero -dice el evangelio explicando- no decía nada del templo. Estaba trasladando todo el espíritu del templo a Él mismo. Él es el que iba a resucitar al tercer día, Él es el templo verdadero de los cristianos; a través de Él ofrecemos a Dios nuestra acción de gracias, nuestra adoración. Sin Cristo de nada sirven todos los templos por más hermosos que sean. "Ya no se adorará -decía Cristo a la samaritana- ni en Jerusalén, ni en Samaria, ni en los templos materiales. Ya llega el tiempo en que Dios busca adoradores en espíritu y en verdad". Uno de nuestros compositores populares, cantando a la muerte del Padre Rafael Palacios, dice esta preciosa frase: "Dios no está en el templo sino en la Comunidad". ¡Ustedes son el templo! ¿De qué sirve tener iglesias bonitas de las cuales podría decir Cristo lo que les dice hoy a los fariseos?: "¡Vuestro culto es vacío!". Así resultan muchos cultos lujosos, de muchas flores, de muchas cosas, invitados y demás. ¿Pero dónde está la adoración en espíritu y en verdad? Creo que es para nosotros una lección, queridos hermanos, y yo soy el primero en recibirla y tratar de interpretarla. Tal vez no he sabido cumplir bien con mi deber de sacerdote del culto de Dios. Tal vez, con mis hermanos sacerdotes, hemos hecho consistir el culto en arreglar bien bonito el altar y, tal vez, cobrar tarifas más altas porque se adorna mejor. ¡Hemos comercializado! Por eso, Dios, como entrando en Jerusalén con el látigo, nos está diciendo: "Habéis hecho de mi casa de oración una cueva de ladrones". Todos tenemos que reflexionar: todos somos culpables. La base nos la ofrece la palabra divina de hoy. - Coincidencia de este tema con las lecturas de hoy Vuelve al año, el libro del año: San Marcos, el evangelio que presenta a Cristo como la personificación de la redención del Señor. Y viene con nosotros, hoy, Moisés. El que tenía miedo que se desvirtuara el culto del Señor por los falsos ídolos que iban a encontrar en la tierra prometida. Por eso les llama hoy el respeto a la ley de Dios. Nos habla hoy también Santiago, no el Mayor, sino el que llaman el Menor. Hombre práctico, hombre que no se deja alucinar por apariencias y nos dice: "La fe sin obras es falsa". Y, sobre todo, el Maestro de apóstoles y maestros: Cristo nuestro Señor. Él es el principal Maestro: JESUS, MAESTRO DE LA VERDADERA RELIGIÓN Yo me alegro de que ustedes y yo, esta mañana, estemos estudiando la verdadera religión. Porque tal vez tenemos que purificar muchos nuestros conceptos de falsas religiosidades, de hipócritas interpretaciones, de echar la culpa a otros y no mirar para adentro. 1. "El culto vacío". 2. "La religión agradable a Dios". 3. "El honor del pueblo de Dios". 1. "EL CULTO VACIO" - Episodio de las purificaciones El episodio que nos presenta San Marcos, traduciéndolo del ambiente oriental al ambiente de Occidente -Roma-, donde está escribiendo el evangelio bajo la predicación de San Pedro. San Marcos era como el secretario de Pedro y escribía lo que Pedro predicaba y explicaba a los romanos lo que no podían entender porque eran costumbres judías. Una de esas costumbres judías era la de lavarse mucho las manos y lavar los platos y las copas porque las sentían contaminadas. El sentido de impureza no es como lo entendemos hoy, era algo material. ¡Cuántas leyes hay de las cosas que manchan! Tocar un cadáver era mancharse. Recordarán ustedes la hipocresía más colmada cuando no quisieron entrar a la casa de Pilatos porque Pilatos era un gentil. Y ¡ay si un judío se revolvía con un gentil! Pero en cambio no sintieron remordimiento de que lo que le estaban pidiendo al gentil era la muerte contra el inocente Jesús. Así vinieron a convertirse esas leyes hipócritas de apariencia, de legalidades, en traiciones a la verdadera ley del Señor. - Otros actos Nos cuenta Cristo -a continuación de este episodio de lavarse las manos- que también les echó en cara otra costumbre: era la de que aquel que al dar una ofrenda al templo ya podía decirle a su padre y a su madre: "No te puedo ayudar porque ya lo ofrecí al templo". "¡Hipócritas! -dice Cristo-, de esa manera desvirtuáis el cuarto mandamiento: Honrar a padre y madre". No mandó Dios dar ofrendas al templo sino honrar al padre y a la madre. ¿Con qué derecho sustituyen el deber del hijo para con el padre por un sentido religioso falso? Así, si analizáramos ahora cuánta razón tenía Cristo de enojarse y llamar hipócrita a una religión que se pagaba de purezas legales, de impurezas hipócritas. Es la religión falsa. Dice nuestro Señor: "Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está muy lejos de mí" ¡Culto vacío! Primero: vacío de interioridad; segundo: vacío de revelación y de verdad de Dios; y tercero: vacío de obras. Estos son los tres vacíos que se condenan hoy en una religión falsa. ¡Cuidado si nosotros estamos careciendo también y estamos dándole al Señor un corazón vacío! a) Vacío de interioridad. "No es lo que entre de afuera lo que mancha el corazón si el corazón no lo quiere recibir. Es lo que sale del corazón manchado lo que hace sucio al hombre y al mundo". Cuando uno tiene el corazón limpio aunque esté en medio de lodazal, el lodo no le hace nada porque no lo recibe dentro; depende de la libertad de uno recibir adentro la podredumbre. Cuando uno oye una mala conversación, o ve un mal ejemplo, o algo que seduce hacia el pecado, el que no quiere pecar no peca, sólo peca el que acepta esa podredumbre en su corazón. Las conciencias timoratas muchas veces piensan que ofenden a Dios por oír malas palabras, por ver malas cosas. No, queridos hermanos, lo que entra de afuera, si el corazón no lo quiere recibir, no mancha al hombre. Si en este tiempo de crímenes, de violencias y de venganzas, el hombre conserva su corazón sin odios, más bien amando, no le hace daño todo el ambiente; le hace daño al que lo recibe ya predispuesto para hacerse también él un corazón envenenado. La interioridad consiste en que Dios no tenga que quejarse: "El corazón está muy lejos de mí". ¡Que el corazón esté cerca! ¡Cómo ansía el Señor la cercanía de sus hijos! Aunque sea un pecador pero vuelve arrepentido. Por eso, nuestra denuncia contra el crimen, contra tantas cosas que hay que denunciar hoy, no es un prurito de lucirse aquí y ganar aplausos. Eso no me interesa, lo que me interesa es la conversión del pecador; de que el hombre señalado porque ha cometido un secuestro, porque ha hecho una injusticia, ha matado, ha torturado, se convierta. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. No me repugnaría -si tengo la dicha de poseer un cielo- de estar en ese cielo cerca de los que hoy se declaran mis enemigos, porque allá no seremos enemigos. Yo nunca lo soy de nadie; pero los que gratuitamente quieren ser mis enemigos, conviértanse al amor y en el amor nos encontraremos en la felicidad de Dios. Yo anhelo para todos la alegría de esta intimidad del Señor. Que no tengamos el corazón vacío de interioridad, que lo principal en la religión es lo interior, ahí donde Dios mira. Dice la Biblia: "los hombres conocemos por la cara, pero Dios conoce por el corazón". "No es el que dice: ¡Señor! ¡Señor!, el que entrará en el reino de los cielos, sino el que adora con sincera interioridad al Señor". Ojalá, hermanos, que este vacío de interioridad no vaya a ser para nosotros fuente de condenación. Porque para muchos no les llena la religión porque ellos prefieren estar vacíos de religión. Llénense de interioridad y verán lo que decía San Agustín pecador: "Andaba fuera de mí y no encontraba la paz, Y, tonto, yo no sabía que la hermosura: que andaba buscando afuera, ¡Tú les dabas hermosuras! ¡Estabas dentro de mí llamándome, para que por dentro yo mirara mi hermosura interior! Cuando entré de esas falsas hermosuras que me hacían pecar a la interior hermosura de mi vida y mi relación contigo, ¡Oh hermosura!, siempre antigua y siempre nueva, ¡qué tarde te he conocido!". Pero lo conoció, se salvó y fue santo. No importa lo pecador que haya sido un hombre cuando encuentra la hermosura interior de la relación con el Señor. A esto nos llama hoy, contra todos esos vacíos, de hacer consistir la religión en cosas exteriores. b) Otro vacío tremendo que Cristo denuncia hoy: el vacío de revelación y de verdad. Aquí nos puede tocar muy cerca. - Falsa religiosidad. Actitudes tradicionalistas "Se cuidan muy bien de lavarse las manos, de no tocar muertos". ¡Tradiciones humanas! Pero por esas tradiciones humanas han descuidado la verdadera revelación de Dios. Quien sabe, hermanos, si muchas de las críticas a los cambios de la Iglesia proceden de este espíritu. Han hecho consistir una religión de tradiciones humanas. Tradiciones humanas son ciertos cultos, ciertas maneras de vestir, ciertas formas de rezar. Rezar de espaldas o de frente, en latín o español son tradiciones. Busquemos lo que más agrada a Dios, lo que más dice de una religión en medio del pueblo. Se ha hecho en Francia una encuesta y ha dado un resultado que para mí es tremendo. Dice: la Iglesia perdió en Francia a los obreros desde el siglo pasado. Y en este siglo está perdiendo a la mujer. Entre los 18 y 35 años se ha hecho una encuesta entre las mujeres para las cuales la Iglesia no les dice nada. Apenas un 9% de mujeres, en Francia, de esa edad, es practicante de la religión católica. Podríamos llegar a eso también entre nosotros si hacemos consistir la religión sólo en cierto aferramiento a cosas tradicionales y no un esfuerzo en ponernos al día y tratar de comprender a las muchedumbres, a los anhelos, a las ansias del pueblo. No digo que nos identifiquemos con todo lo que el pueblo pide, pero sí que sepamos ser eco de sus angustias y de sus esperanzas; que sepamos, como el Concilio Vaticano II quiere; ser intérpretes de los hombres de hoy, ser una religión que exprese el anhelo de nuestra gente. Yo me alegro de que nuestras comunidades, muchos de nuestros sacerdotes, la línea pastoral de la Arquidiócesis quiere ir por aquí por donde marca el Concilio de nuestro siglo y las reuniones grandiosas de América Latina -Medellín y Puebla-, que no son otra cosa más que el esfuerzo por traer al siglo actual; y Puebla dice: "en el presente y en el futuro". Una Iglesia que es la única que puede salvar pero que puede echar a perder toda su fuerza de salvación por no ser oída por el mundo. Queridos hermanos, a todos nos toca un esfuerzo por hacer una religión que no esté vacía de los pensamientos de Dios por estar atendiendo las tradiciones de los hombres. Qué triste fue para Cristo, El que era la Palabra revelada de Dios, tener que decir que no lo atendieron: "Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron"; prefirieron sus tradiciones de lavarse las manos, de no tocar muertos, de huir de los leprosos -todas esas hipocresías- y no aceptar el llamamiento de espiritualidad y de actualidad que Cristo les trajo. Aquí quisiera señalar, también, cuántos hombres en El Salvador; jóvenes, estudiantes, profesionales, están siguiendo falsas religiones. Allí está muy fuerte la corriente del agnosticismo, allí están los testigos de Jehová, los mormones. Y van ganando gente. Pero a todos ellos les podía decir hoy Jesucristo: "ustedes están siguiendo doctrinas de hombres y se están olvidando de la revelación del Señor". Estudiemos, hermanos, no dejemos que se nos vaya a ir esta fe que es gracia de Dios pero que estamos jugando con ella comparándola y aun poniéndola en grado inferior a otras cosas, que no son la verdadera Iglesia que se esfuerza por comprender a nuestro pueblo. Me da dolor, de verdad, ante el esfuerzo pastoral de querer ser la voz de la angustia del pueblo. Los que están instalados, ¡claro que no les gusta que los molestemos! Pero la Iglesia no cumpliría su deber si -así como otras clases humanas- estuviera sólo defendiendo las minorías en sus privilegios y no amando al pueblo y tratando de dar su vida por él. c) Un vacío de obras. Es la segunda lectura de hoy: la carta de Santiago. -Yo les invito a que la lean detenidamente toda esa carta. Santiago es el hombre práctico que dice a los cristianos convertidos del judaísmo, precisamente, con todas estas mañas de los fariseos: "¡Mucho cuidado! No hagan consistir su religión sólo en cosas teóricas". Si una religión está vacía de obras, no entrarán en el reino de los cielos. Ya lo dijo el Señor: "No es el que dice: ¡Señor!, ¡Señor! -el que reza mucho y bonito- el que entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos". Pone dos ejemplos la carta de hoy, de Santiago: "visitar a las viudas y a los huérfanos, y conservarse limpio en el mundo". Esta es la verdadera religión. No sólo conservarse limpio en el mundo sino visitar a viudas y huérfanos. Es una expresión bíblica que quiere decir: ocuparse del necesitado. Puebla no fue más que el eco de esta voz cuando dice que la opción preferencial de la Iglesia en América Latina tiene que ser la opción preferencial por los pobres. Explica perfectamente: no se trata de dividir entre pobres y ricos. Fíjense bien, hermanos, ¿no es lo que estamos haciendo? Puebla explica así; quiere decir llamar a todos sin distinción social, a que nos interesemos del pobre como se interesa uno de su propia causa, más aún, como uno se debe por la causa de Cristo que ha dicho: "Todo lo que le hagas a uno de estos pobrecitos, a mí me lo haces". Aquí están llamados todos, no excluimos a nadie. Los ricos, principalmente, vengan y se salvarán; pero sólo aquí se salvarán si vienen a hacer lo que Cristo quiere: no a vivir derrochando en ofensa de la pobreza de la mayoría... Los pobres nos dan la oportunidad de no hacer una religión vacía de obras, ¡Si las obras de que Dios va a ver, para salvarme, son precisamente esas!: "tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve en la cárcel y me fuiste a visitar, estuve enfermo y me fuiste a consolar". En fin, todas las situaciones humanas de la pobreza, del sufrimiento, de la marginación. Todo eso, queridos hermanos, es la mina de donde está la riqueza para no profesar una religión de obras. ¡Qué cerca está esa mina y qué despreciada está por muchos! No sirvamos al pobre con paternalismo: de arriba abajo, socorrerlo. No es eso lo que Dios quiere, sino de hermano a hermano. Es mi hermano, es Cristo y a Cristo no le voy yo de arriba a abajo, sino de abajo a arriba, a servirle. Como decía la poetisa chilena, maestra: "¡Perdona, Señor, que yo enseñe! Casi así debíamos acercarnos al socorro, a la limosna, a la misericordia: ¡Perdona, Señor, que te sirva!; porque en este pobrecito yo te miro a ti. Este cinco, este colón, esta tortilla, este pedazo de costal que le voy a dar para su frío, esta camisa que me sobra en mis roperos, recíbela Tú, Señor, porque a ti te la doy. ¡Ah!, si llenáramos nuestra vida de obras buenas. Yo quiero felicitar, desde aquí, tantas obras buenas que voy viendo a lo largo y ancho de toda la Arquidiócesis. Hay gente buena, hay gente que se presentará al cielo con las manos bien repletas de obras y no les echará en cara el Señor que su religión fue una religión sin obras. No basta la fe, sino las obras que prueban la fe. Por eso, cuando Cristo habla de todos estos vacíos, nos señala todavía una cosa más horrorosa; es el corazón podrido. No es lo que entra de afuera lo que mancha al hombre, sino lo que sale del corazón del hombre. Hace una larga lista que bien podía ser el catálogo de nuestra triste situación salvadoreña. ¿De dónde ha salido todo esto que estamos respirando en El Salvador? Pues, no les quepa duda, Cristo lo ha señalado hoy: "Del corazón del hombre salen los malos propósitos: las fornicaciones, los robos, los homicidios, adulterios, difamación, codicia, injusticias, fraudes, desenfrenos, envidia, orgullo, frivolidad. HECHOS DE LA VIDA CIVIL Aquí quiero empalmar yo, con la palabra divina del Señor, la denuncia que la Iglesia tiene que hacer a todo eso podrido que sale del corazón de muchos corazones salvadoreños. Por ejemplo, esta semana ha habido muchas declaraciones de fuentes gubernamentales informando ante la Asamblea Legislativa: Se reconoce ciertamente que hay en el país graves problemas de orden político, social y económico. Pero fíjense, ¿cuándo se va a analizar por qué existe esto en El Salvador? Dicen: los recursos limitados con que cuenta nuestro país, el que la economía gire en torno del cultivo y exportación del café, algodón y azúcar, por lo que está expuesta a fluctuaciones del mercado -según estas fuentes- esto determina que los recursos del Estado y del sector particular no son suficientes para que todos los salvadoreños alcancen el mismo nivel de prosperidad. Pero no señalan las causa: por qué esas diferencias económicas, políticas y sociales; sino, más bien, sostienen que los que las denuncian son los promotores de la violencia y siembran el odio. De modo que no quieren que les moleste esa diferencia que existe. Todo aquel que protesta contra esta diferencia tenga en cuenta que El Salvador no puede producir más. Déjennos tranquilos a nosotros, no nos molesten, ustedes son violentos, ustedes son terroristas. ¡Esto no es justicia! La Iglesia también señala esas diferencias pero dice: que la causa principal de estos problemas es la injusticia social. La Iglesia no promueve violencia ni odio, sino que predica paz; les dice: la paz que podría haber, que se ha perdido, no puede venir si no hay justicia. Si precisamente ustedes están reconociendo que no podemos tener todos iguales, eso mismo justifica que no debía de haber muchos que lo tienen todo y dejan a los demás sin nada. Procuren que se reparta... La verdadera expresión del amor es compartir, y no digamos que somos una sociedad que nos amamos mientras hay compartición de las cosas. Fíjense si no son signos de malos corazones estos datos estadísticos: el 60% de la población urbana -en las ciudades- tiene un ingreso personal entre 42.00 y 140.00 mensuales. Lo cual quiere decir: que millón y medio, casi, de habitantes en las ciudades cuentan para vivir apenas con 1.40 ó a lo más 4.60 ¿Creen ustedes que una persona puede vivir diariamente con 1.40? ¡Esta es la situación! Tendríamos que decir algo parecido de la Asociación Salvadoreña de Industriales, que se pronunció sobre la crisis actual y subrayó el rol importante que desempeña este sector empresarial. Ciertamente hay que alegrarse de que sean sensibles también a la situación. ¡Que se preocupen! Son una clase determinante en la economía del país. Pero una cosa se olvida en ese pronunciamiento: que no son sólo ellos la parte determinante; hay que tener en cuenta la perspectiva del trabajador con el cual la empresa no puede ser fuerza determinante del país. No podemos oponer capital y trabajo humano. En el plan de Dios, el hombre es lo primero; y si es cierto que hay un malestar de tipo empresarial, habría que buscar la causa; también buscar soluciones positivas en un entendimiento que respete, sobre todo, al hombre; y haga sentir al empresario que él sin el obrero no puede nada, como el obrero sin el empresario tampoco puede. Ya desde los tiempos de León XIII decía: "La unión del capital y trabajo". No tiene que arrogarse uno de los dos, el ser la parte determinante en el país; los dos juntos. Ni uno, ni otro tiene que olvidarse. En la Comisión de Derechos Humanos ha habido valiosas declaraciones en estos días, caracterizando o señalando causas de la situación actual. Se ha dicho que quien se opone a las elecciones es un subversivo. Creo que hay que distinguir un poco la apreciación injusta que con esto se quiere hacer. Porque no se trata de no aceptar las elecciones, sino que se está pidiendo un ambiente de confianza, de credibilidad, de libertad, para poder hablar de libertad en las elecciones. ¿Cómo se va a improvisar si mientras tanto no vemos más que la represión brutal de las armas y ante las cuales tiemblan campesinos y otra gente? , ¿Quién va a votar con "libertad" así? No se trata de subversión, se trata del reclamo justo del pueblo a quienes le pueden dar una migajita de libertad. Es ofensiva la explicación del Ministerio de Defensa cuando, en la Asamblea Legislativa, refiriéndose a los desaparecidos, dice que los familiares preguntan a las autoridades porque no saben nada de ellos puesto que desconocen la forma en que se van del país para recibir educación marxista -¡del corazón salen las maldades! Debía de recordar el Ministerio de Defensa que, por lo menos hay 188 desaparecidos que tiene registrados el Arzobispado. Los familiares preguntan por ellos a las autoridades no porque no sepan nada de ellos, sino, precisamente, porque saben que sus subalternos los han capturado y quieren saber de ellos... Me alegro de que en este sentido, de tanta injusticia para con los capturados, Amnistía Internacional ha presentado ante la ONU -o lo va a hacer- un recurso universal de habeas corpus internacional. Qué gran idea: ¡un habeas corpus internacional! Es decir, ya que la fuerza de los abogados de El Salvador es burlada en el supremo tribunal de la Patria, a ver si acudiendo todas las fuerza jurídicas del mundo al supremo tribunal de las naciones, se respeta un poco más el recurso de exhibición personal que en El Salvador es tan irrisorio. "Ya estamos hastiados de tanto desorden" -se ha dicho hoy". Ciertamente lo estamos, pero quienes lo dicen, si es de parte gubernamental, tenemos que decir que estamos hastiados de que ese desorden venga precisamente de los cuerpos de seguridad. ¡Tanta injusticia y represión en nuestros pueblos! Gracias a Dios liberaron a don Jaime Conde, que había sido secuestrado durante diecisiete días. Pero aún no han liberado a don Carlos Rafael Nieto. Ustedes vieron un pronunciamiento en que se hace un llamado al ERP para que los liberen. Ya cumplió la familia las condiciones que le pusieron y es imposible que cumpla una nueva exigencia. Hermanos, por eso decimos que nuestro juicio tiene que ser imparcial: si es cierto que juzgamos duramente las injusticias del gobierno, también tenemos que ser severos en el abuso de ciertos poderes de la extrema izquierda. Quiero felicitar a Fe y Alegría porque ya salió en defensa de sus maestros. Se constituyó la Unión de Cooperativas de Cafetaleros. Me alegro. Es justo, todo hombre tiene derecho a organizarse. Solamente quisiera decir a los cafetaleros que ya se organizaron que sepan comprender ahora a los cortadores de café y demás campesinos y que les apoyen, también, su derecho a organizarse, que son tan hombres como ellos. Ha habido otros conflictos laborales que han llevado a la desilusión por la intransigencia de algunas de las partes. En cambio, ha habido negociaciones muy valiosas en las cuales nos da ejemplo de que somos capaces de negociar racionalmente las cosas. Quisiera hacer honor a la verdad al decir que he conocido, en estos días, empresarios privados que mantienen buenas relaciones de trabajo con sus obreros aún más allá de lo que la ley pide. Están dispuestos a que se cree un clima nuevo, mejor en el país, en todos los órdenes. Yo digo que no tenemos que despreciar las voces aunque sean muy parciales y pequeñas lucecitas, pero son luces de esperanza. No somos nosotros demagógicos de una clase social, sino que somos de parte del reino de Dios los que queremos impulsar dondequiera que haya un corazón de buena voluntad a la justicia, al amor, a la comprensión. No es necesario con tanta sangre la liberación de El Salvador cuando todavía es tiempo de que si ponemos todos la buena voluntad, el renunciamiento de las cosas materiales y la búsqueda de estos valores divinos, encontraremos ciertamente el camino. Para eso, naturalmente, hay que tener el valor de ceder en aquello que había sido una institución ya intocable y que era la base de todas las violencias: la violencia institucionalizada, la injusticia del país. Quiero unirme al sufrimiento de estas familias. Tres campesinos: Santana Argueta, Moisés Barillas Pleitez y Carlos Eguizábal García. Y el estudiante Eladio Franco Valle. Fueron capturados en una de estas madrugadas y después se les encontró matados en la carretera del Litoral. También se encontró el cadáver de José Osmín Abrego. ¿Quién lo mato? Ustedes pueden deducir: en el recurso de exhibición personal sus familias testificaron ante la Corte Suprema de Justicia que había sido capturado el 15 de Agosto por un retén permanente combinado de guardias y soldados. Juan Francisco Romero, conocido catequista, ya cumple 105 días de haber sido capturado. Todavía no se sabe nada de él. También otros: Rubén Darío Portillo, etc. Todos estos podrán verlos ustedes más detenidamente en la página de la solidaridad de Socorro Jurídico en Orientación. Qué bien dice Cristo: "Del corazón salen las maldades". En El Salvador sólo se mancha de todas estas cosas el corazón que está pensando todas estas miserias. Pero, gracias a Dios, en El Salvador hay hombres buenos que tienen el corazón como fuentes de agua pura para lavar tanta mancha de la patria. A esto estoy llamando. 2. "LA RELIGIÓN AGRADABLE DE DIOS" ¿Cuál es la religión verdadera? Religión falsa es esa que hemos dicho. Y puebla dice: lo más horroroso de esos estados de fuerzas regidos bajo la ideología de la seguridad nacional, es que se crean que ellos son cristianos y defensores del cristianismo de Occidente. ¡No hay hipocresía más grande que, en nombre del mismo cristianismo, se esté apuñalando al hombre y al pueblo cristiano! En cambio, la religión verdadera, la que no es vacía de interioridad, de revelación, ni de obras, es ésta. a) Interioridad. En el evangelio de hoy cuando Cristo dice: "lo que entra de fuera no mancha si el corazón no lo recibe". Siempre, otra vez, ¡la interioridad! Hermanos, si no sabemos encontrarnos con Dios en el interior de nuestra conciencia, no hemos conocido la verdadera religión. Y qué fácil es, hasta los alcohólicos anónimos tienen en una de sus reglas: "ir ganando en conciencia del trato con Dios". Esto lo diría a mis queridos cristianos: "Vayamos ganando cada día más en la conciencia de que puedo platicar y de veras platico con mi Señor y Dios, con mi Padre. Esa es la interioridad que inspirará mi sinceridad. ¿Cómo podrá engañar a otros, aunque hable en la Asamblea Legislativa, el que no trata de engañarse a sí mismo? No se engaña a sí mismo el que ora con Dios nuestro Señor. Por eso dicen los santos: "El que ora, vive bien; y el que no ora, vive mal". Si mucha gente en El Salvador vive mal, aquí está la causa: falta de interioridad, falta de oración. b) Otra condición de la ley de la verdadera religión: "cumplir la ley de Dios antes que las tradiciones de los hombres". La ley de Dios es tan hermosa, tan fácil, tan sencilla, que ahí estaría compendiado todo, en vez de tantos códigos penales, civiles, constituciones, etc., que no se cumplen para nada. Bastarían diez mandamientos de la ley de Dios y El Salvador se transformaría. La religión verdadera cumple la ley de Dios y no tanto las tradiciones y los enredos que los hombres hacen con sus legalidades, con sus legalismos. c) Condición que nos pone la segunda lectura de hoy: que haya obras que prueben la fe: visitar a la viuda, socorrer al huérfano. Es decir, hacer obras buenas, sobre todo, en sentido de caridad y de amor, con verdadero sentido de igualdad humana. Nadie se sienta superior a otro, porque si a ti te sobra es porque Dios te lo ha dado a ti y, por tu medio, se lo quiere dar al otro. ¡Siéntelo como hermano! d) Condición: elementos de una religión sobrenatural, nos propone hoy Santiago en su segunda carta. Yo quisiera -ya que estoy hablando a un auditorio católico: muchas religiosas, muchos laicos comprometidos en la Iglesia, a las comunidades que me escucharán por radio- decirles, queridos hermanos cristianos, que nuestra religión no sólo se contenta con esas tres cosas: de interioridad, de ley de Dios y de obras buenas. Tenemos todavía un horizonte más divino, es la vida sobrenatural: la trascendencia. - La gracia: Donde Santiago hoy nos dice: "El Padre, por propia iniciativa, nos engendró para el amor y nos ha hecho como primicia de sus criaturas". Quiere decir aquí: el que están en gracia de Dios, está como engendrado directamente por Dios. No basta la vida que me dieron mis padres. Esa es una vida natural que, desde Adán, viene privada de la gracia de Dios. Como decíamos el domingo pasado: lo más hermoso de mi vida cristiana es que, sobre esa vida que me dieron mis padres, tal vez muy agradable, inteligente, capaz de todo lo humano, le falta, diríamos, un segundo piso. Es la gracia, lo que Dios te quiere dar: el perdón de tus pecados y hacerte hijo suyo, heredero de su gloria, que cuando mueras lo puedas ir a poseer eternamente. Este es el primer elemento: vivir en gracia de Dios. - La palabra de la verdad. Nos engendró en la palabra de la verdad. Santiago nos exhorta hoy a "aceptar dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvarnos". Sólo esta palabra es capaz de salvarnos. Creer, esperar, ésta es la gracia del cristiano en nuestro tiempo. Cuando muchos desesperan, cuando les parece que la patria ya no tiene salida, como que todo se acabó, el cristiano dice: No, si todavía no hemos comenzado, todavía estamos esperando la gracia divina que, ciertamente, ya se comienza a construir en esta tierra, y seremos una patria feliz y saldremos de tanto crimen. Habrá una hora en que ya no haya secuestros, habrá felicidad, podremos salir a nuestras calles y a nuestros campos sin miedo a que nos torturen y nos secuestren. ¡Vendrá ese tiempo! Canta nuestra canción: "Yo tengo fe que todo cambiará". Ha de cambiar si de veras creemos en la palabra que salva y en ella ponemos nuestra confianza. Para mí, este es el honor más grande de la misión que el Señor me ha confiado: de estar manteniendo esa esperanza y esa fe en el pueblo de Dios. Y decirle: "Pueblo de Dios, sean dignos de ese nombre". Pueblo de Dios no equivale a pueblo de El Salvador. En el pueblo de El Salvador están ustedes como pueblo de Dios. Ustedes son una selección, ustedes son como -lo que ha dicho aquí Santiago- la primicia de la salvación. El pueblo de Dios, los bautizados que formamos comunidades, los que hacemos Iglesia tenemos que hacer honores a esa elevación de esperanza, de fe, de gracia, de filiación divina, para no dejarnos perder en la confusión de las cosas de abajo, que aunque sean religiosas pero muchas veces se tornan falsas religiosas y se torna muchas veces confusión y hasta en la misma religión como comenzamos diciendo, hasta en los mismos templos puede haber falsa adoración del Señor. En cambio, esto no equivoca: arrepentirse del pecado, vivir en gracia de Dios, poner la confianza en el Señor, esto es lo que hace el pueblo de Dios su característica más propia, la que lo hace pueblo de esperanza. Yo quisiera que mi Iglesia, mi Arquidiócesis, mis comunidades queridas, mis sacerdotes, mis religiosas, todos fuéramos de verdad una expresión de esta vida divina, de esta trascendencia, de esta esperanza que está más allá de nuestra historia, y que ya en esta historia comenzará a hacerse realidad en la medida en que nosotros vivamos esa realidad trascendente. Por eso no nos pueden entender los que no entienden la trascendencia. Cuando hablamos de la injusticia aquí abajo y la denunciamos, piensan que ya estamos haciendo política. Es en nombre de ese reino justo de Dios que denunciamos las injusticias de la tierra y en nombre de aquel premio eterno que les decimos a los que todavía trabajan en la tierra: "Trabajen, pongan al servicio de la Patria todo su esfuerzo, sus capacidades técnicas, profesionales, políticas, para dar a El Salvador una Patria que no sea ya el producto de tantos corazones podridos; sino que sea de verdad la política santa, la profesión y la justicia tal como la debían de hacer los hijos de Dios manejando la política en la tierra. 3. EL HONOR DEL PUEBLO DE DIOS "Escucha los mandamientos". Así: Con qué elocuencia Moisés dirige hoy al pueblo llegando a la tierra prometida para decirle: "Ahora Israel, escucha los mandatos y derechos que yo os mando a cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de lo que el Señor os va a dar. Estos mandatos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia. A los ojos de los otros pueblos, cuando tengan noticias de ustedes y de sus mandamientos, dirán: cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente. En efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor, siempre que lo invocamos? Aquí tenemos varios honores para el pueblo que de veras pone su honor en obedecer a la ley del Señor. a) Viviréis. Esta es la verdadera vida. De mi parte, queridos hermanos, no quisiera tener vida como la tienen muchos poderosos de hoy cuando no viven de verdad; viven custodiados, viven con la conciencia intranquila, viven en zozobra. ¡Eso no es vida! "Si cumplís la ley de Dios, viviréis". Aunque me maten, no tengo necesidad... Si morimos con la conciencia tranquila, con el corazón limpio de haber producido sólo obras de bondad ¿qué me puede hacer la muerte? Gracias a Dios que tenemos estos ejemplares de nuestros queridos agentes de pastoral, que compartieron los peligros de nuestra pastoral hasta el riesgo de ser matados. Cada sacerdote muerto es, para mí, un nuevo concelebrante en la eucaristía de nuestra Arquidiócesis. Sé que están aquí dándonos el estímulo de haber sabido morir sin miedo, porque llevaban su conciencia comprometida con esta ley del Señor: la opción preferencial por los pobres. b) "Entraréis en la tierra que el Señor os prometió". ¿Quién puede vivir con más alegría en la tierra que el que lleva esta esperanza en el corazón? Cuando se cumple la ley de Dios y a pesar de la muchas tentaciones que hoy abundan: "Pero si sólo usted es honrado aquí. Mire cómo todos se aprovechan". Decir: Pobrecitos los que se aprovechan, y aunque yo parezca un loco en medio de un pueblo de aprovechados, yo no quiero cambiar mi esperanza de ese cielo que se me dará por el cumplimiento de la ley de Dios, aunque todos pisoteen la ley de Dios y le vendan el alma al diablo. c) Características del pueblo que tiene esa ley: sabiduría, inteligencia, justicia. ¿Qué daríamos, hermanos, para que El Salvador tuviera esa imagen? No fingida, sino que de verdad fuera el pueblo inteligente, sabio, justo. Lo podemos hacer nosotros si obedecemos la ley del Señor. Sobre todo, esto: sentir a Dios tan cerca cuando lo invocamos. Saber que si yo trato de obedecer a su ley, cuando tengo necesidad de Dios, lo invoco y sé que está aquí nomás. No se me ha ido. Yo soy el que tomo conciencia de su cercanía. "Allí estaba -decía San Agustín- y no lo sentía porque vivía fuera de mí". Pero cuando oro con la tranquilidad de hacer la justicia y obedecer a Dios, lo siento de verdad. "¡Oh hermosura siempre nueva y siempre antigua!". Hermanos, nosotros la Iglesia, los peregrinos que hemos venido hoy a buscar aquí en la Basílica un cobijo para nuestra eucaristía, porque no tenemos casa permanente, porque nos la quitan -hoy unos, mañana otros-, no nos aflijamos, somos el pueblo de Dios. Tratemos de hacer honor a ese título obedeciendo al Señor y veremos como de verdad somos: sal, fermento, luz para toda nuestra patria. NUESTRA COMUNIDAD, HECHOS ECLESIALES Esta comunidad Iglesia -permítanme unos minutos más, quiero hablarles ya para terminar. Cuando yo me refiero a los trabajos propios de nosotros, la Iglesia de la Arquidiócesis y, más allá, con el Papa de la Iglesia universal, yo los quiero llamar a todos a un sentido de solidaridad de Iglesia, que a pesar de la persecución, nos apiñe cada vez más para ser de verdad el pueblo honrado por la sabiduría, la inteligencia y la justicia y ser luz de nuestra patria. Hagamos una Iglesia así. Esta es la Iglesia que ha sido calumniada esta semana: Ustedes leyeron cómo a las queridas hermanas religiosas que trabajan en Arcatao se les dijo que eran culpables de aquellos desórdenes y que ellas instigaron a la subversión de aquel pueblo. Yo soy testigo de cómo se enojó el retén cuando llegué yo y me encontré a las valientes hermanas esperándome a pesar de la prohibición de los militares. Yo quiero felicitarlas y decirles que si es cierto que les aconsejé que se vinieran, también les apoyo en todo su esfuerzo apostólico, porque sé que es pura mentira lo que de ellas se ha dicho... Quiero contar con ustedes -ya que son la comunidad Iglesia; somos la Iglesia- para mandar esta carta al Presidente de la República y al Ministerio de Defensa, dice así: "Desde hace varias semanas he estado señalando, en mi homilía dominical, el sistemático hostigamiento que los cuerpos de seguridad están realizando en la zona de Chalatenango en contra de la labor pastoral de la Iglesia y la tranquilidad del pueblo. De este hostigamiento no sólo tengo información fidedigna y lo he podido presenciar; sino, también, en varias ocasiones he sido personalmente víctima. En vista de que hasta ahora no se ha variado en esta actitud, sino tiende a aumentar, me dirijo directamente a ustedes para pedirles ordenen a los responsables que dejen inmediatamente de obstaculizar la acción eclesial y de reprimir injustamente a la población campesina. El hostigamiento de los cuerpos de seguridad consiste en haber intensificado injustamente los señalamientos, cateos y calumnias en contra de los catequistas, religiosas, sacerdotes y vicario episcopal que ejercen su ministerio pastoral, por encargo mío, en la zona de Chalatenango. El impedir que los cristianos asistan a las misas que he celebrado en esa zona, o realicen tranquila y libremente sus fiestas patronales, o se reúnan periódicamente a reflexionar sobre la palabra de Dios. En realizar numerosas capturas ilegales, desaparecimientos, etc. Han llegado hasta asesinar impunemente a personas capturadas como sucedió con el señor Francisco Fuentes Landaverde, cuyo cadáver apareció el pasado viernes 24 de agosto, junto con el de otras seis personas. Recientemente se ha manifestado, también, este abuso, en la publicación de un comunicado en el que se atribuye a dos monjas de Arcatao el instigar actos supuestamente vandálicos y de provocación a las autoridades. Lo que nos consta que no es verdad. Creo que con esta calumnia pública, hecha en un ambiente de sistemática persecución en contra de la Iglesia y de represión contra el pueblo, pretenden desvirtuar la labor de las religiosas ya antes expulsadas temporalmente del país. Según declaraciones hechas públicas, fue aquello una equivocación. Y, sobre todo, temo que quieran deformar los hechos para tratar de justificar, ante la opinión pública, una futura acción represiva en contra de ellas y los demás agentes de pastoral de la zona. Para evitar tengan que lamentar una nueva equivocación irreparable de parte de sus subalternos, he pedido a las religiosas de Arcatao se retiren del lugar durante un tiempo prudencial, que les permita a ustedes pensar mejor este problema y girar órdenes a los responsables para que las respeten y dejen de hostigarlas. Pasado este tiempo, regresarán nuevamente a Arcatao con todo mi mayor apoyo, pues no tengo ninguna prueba en contra de ellas que me muestren estén instigando a acciones vandálicas. Y, sí he recibido numerosos testimonios del excelente trabajo eclesial que están realizando en esa zona, cuyo fruto yo he podido confirmar personalmente. Espero que ustedes, -Señor Presidente y Señor Ministro- actuarán garantizando el libre ejercicio pastoral no sólo de las religiosas, sino de todos los agentes de pastoral aprobados por la Arquidiócesis. Y tomarán medidas para que cese el hostigamiento y la represión en contra de la Iglesia y el pueblo en Chalatenango y todo el país. Queremos creer en las promesas verbales del Señor Presidente sobre la democratización del país. Pero lamentablemente estos hechos tienden a contradecir esas promesas". Esta es la carta que voy a mandar... Ya, por no abusar mucho del tiempo, voy señalándoles nada más las comunidades en las que he tenido algún contacto pastoral, para decirles con alegría cómo está viva la religión verdadera en muchos sectores de nuestra Arquidiócesis. En El Salitre, Tejutla, celebramos el segundo aniversario de la muerte por asesinato de Felipe de Jesús. En La Palma, el segundo aniversario de la cooperativa "La Semilla de Dios". El martes 28 en la comunidad cristiana de Santa Tecla, recogiendo recuerdos del Padre Rafael Palacios. He comprobado lo del evangelio: "Por sus frutos los conoceréis". Allí no había más que frutos de Iglesia y de amor. El miércoles 29 en San Juan Cojutepeque festejando la fiesta patronal. El jueves 30 hubo una preciosa convivencia con párrocos de la vicaría de Mejicanos. Hoy, en Ateos, a las 4, tendremos una confirmación. Quiero anunciarles que en San José de la Montaña se va a instalar una especie de laboratorio vocacional. Orientaciones psicológicas para jóvenes de ambos sexos. Y también para personas que quieran algún subsidio de carácter psicológico. Dos seminaristas nuestros han ido, favorecidos por dos becas, a la República Dominicana. El Socorro Jurídico está celebrando, en el próximo mes, el cuarto aniversario de trabajos. Aquí tengo un trabajo a la mano pero lo voy a dejar para que lo lean en Orientación, en el próximo número, donde se podrán dar cuenta. Mencionando el número de casos: 47 casos de carácter penal, 12 casos en materia civil, 8 casos de inquilinato, 2 de tránsito, 23 en materia laboral individual, 7 en laboral colectiva, 94 casos de exhibición personal -o reos que no se ha podido saber de ellos, muchas veces- y 19 casos en materia de orden público, durante el mes de enero. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Esta es la comunidad que vivimos y a la cual yo quisiera referir todo este concepto de nuestra reflexión de hoy. Cómo quisiera que todos comenzando por mí mismo, fuéramos miembros de una Iglesia que, como Jesucristo la ha definido hoy, no sea vacía de interioridad, de obras buenas y de revelación de Dios, sino que esté muy llena de esa interioridad, de esas obras y viva la verdad de la revelación divina, no las doctrinas de los hombres. Que desde allí nosotros seamos el pueblo que se honra porque cumple la ley de Dios. Queridos hermanos cristianos, que cada uno de ustedes y yo hagamos honor al honroso título que recibimos el día de nuestro bautismo: el pueblo de Dios. Así sea... |
Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez Ciudad Barrios, El Salvador; 15 de agosto de 1917 – † San Salvador, (Id.), 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral. Archivos
Agosto 2021
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