Queridos hermanos:
Lo que Cuaresma es en el año litúrgicoEn el año litúrgico esta temporada que se inició, ya desde el Miércoles de Ceniza, es la más importante. Yo les quiero suplicar que con ese deseo de seguimiento de Cristo en el espíritu de una Iglesia auténticamente evangélica, vivamos esta temporada. Preparación para celebrar la PascuaLo esencial de la Cuaresma es una preparación para celebrar la Pascua. Pascua, fiesta del misterio pascual. En Cristo su muerte y resurrección. El misterio pascual es la muerte y la resurrección de Cristo. Muerte: con la que el Redentor pagó todos los pecados de los hombres; y resurrección: nueva vida que Cristo está ofreciendo a todos los hombres para hacernos partícipes de esos méritos de la cruz y de esa vida de la resurrección. Es necesario preparar las disposiciones humanas; convertirse, como ha dicho Cristo en el Evangelio de hoy: "conviértanse y crean en el Evangelio". De allí, que la Cuaresma sea una temporada de conversión y de fe en el Evangelio. La fiesta de la Pascua no es una fiesta de Cristo, sino de Cristo como cabeza de todos nosotros que formamos la humanidad. En la próxima Pascua de 1979, tenemos que ser nosotros el Cuerpo de Cristo: mi carne, mi vida, mi situación concreta. El pueblo de El Salvador bautizado tiene que ser como encarnación de ese Cristo que aparece vivo y glorioso. Hagámosle honor a ese redentor nuestro en el cual creemos y esperamos. Preparémonos para no ser una célula muerta en el organismo viviente de Cristo, sino de hacer honor a todas las células revestidas de una nueva primavera, de una gran esperanza, de una vida divina. Figura central: Cristo en el desiertoY en el centro de todo, naturalmente, está Cristo resucitado, que ahora es el Cristo que nos ha dicho San Marcos: "empujado por el espíritu al desierto". Entremos con El, en el empuje de ese mismo espíritu renovador, al desierto. Dicho figurativamente, el desierto es temporada de oración, temporada de austeridad, temporada de renovación. ¡Si un país necesita de un desierto, de una oración, de una renovación, es el nuestro! Qué hermoso fuera ver todos los salvadoreños aprovechar su Cuaresma para una introspección. Todos somos causantes del mal que está sufriendo el país. Sólo queremos echar las culpas a otros y no nos miramos. La Cuaresma es una invitación a entrar con Cristo, a pensar en sí. Por eso el Papa va a entrar, desde esta tarde, a sus ejercicios espirituales. Va a hacer una semana de reflexión con sus colaboradores más íntimos. Y tratando de imitarlo en nuestra diócesis, también el Arzobispo con un grupo de sacerdotes, comenzaremos nuestros ejercicios espirituales esta semana. Y hacemos un llamamiento a todos, para que de veras revisemos nuestra fidelidad al Señor. Y si por desgracia estamos en el número de los pecadores, ¡hagamos penitencia! Ya somos bautizados pero la Cuaresma tiene valiosos elementos bautismales que nos han de hacer pensar en la gran dignidad del bautismo, para revivir en la Pascua esa hermosa dignidad de ser bautizados. Y a eso va mi homilía de esta mañana. CUARESMA, RENOVACION DE NUESTRA ALIANZA CON DIOSCuaresma, renovación de nuestra alianza con Dios, y es porque quiero darle especial atención a esa palabra: La Alianza. 1. La Alianza, signo de nuestra salvación. 2. Cristo, clave de la Alianza. 3. El bautismo, inserción de nuestra vida en la alianza cristiana. 1. LA ALIANZA SIGNO DE NUESTRA SALVACIONLa primera lectura de hoy nos habla de la primera alianza que aparece en la Biblia. Una de las cosas más oportunas en Cuaresma es repasar la historia de la salvación, el proyecto de Dios para salvar la humanidad; un proyecto de amor, de benevolencia. La primera vez en que la Biblia nos habla de esa palabra: La alianza -que es lo mismo que el pacto, que es lo mismo que el testamento, palabras bíblicas con las que Dios como que establece un trato con los hombres-, se puede resumir en aquellas palabras que le dice al pueblo dirigido por Moisés: "Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo". El diluvio. En la primera lectura de hoy se nos cuenta el epílogo del diluvio: "Los hombres habían errado los caminos -dice la Biblia-. Y Dios hasta se había arrepentido de haber creado al hombre". Es una expresión bíblica para decir cómo le pesaba a Dios la infidelidad de los hombres. Y, entonces, determinó castigar la tierra con toda la humanidad abriendo las cataratas -lenguaje bíblico, también para decir inundación- en la cual "sólo se salvaron ocho personas -nos ha dicho hoy San Pedro-: Noé con sus hijos y las mujeres de sus hijos y en el arca iba una pareja de cada animal". Esta es la señal del pacto que hago con ustedes. Y cuando pasa este castigo, Dios siempre ama a pesar de que castiga, pronuncia las palabras que han dado tema a la homilía: la alianza. Señalando el arco iris, dice Dios: "Esta es la señal del pacto que hago con ustedes y con todo lo que vive con ustedes, para todas las edades: Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi pacto con ustedes y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes". - Significa las relaciones recíprocas entre dos partes con todos los deberes y derechos que se siguen de tal reciprocidad. ¿Qué significa el pacto, la alianza? Era un acontecimiento muy frecuente y muy respetado en los pueblos orientales. Hacer alianza significaba las relaciones recíprocas entre dos partes con los deberes y derechos que se siguen de tal reciprocidad. Por ejemplo, el matrimonio es una alianza, son dos partes que convienen en vivir perpetuamente juntos, de allí derivan deberes y derechos entre iguales. En la alianza, también se imponen condiciones. Ese pacto, esa alianza, según las tradiciones antiguas -sobre todo orientales-, se hacía ya entre iguales y, entonces, la reciprocidad era equilibrada; pero algunas veces era un pueblo vencedor que hacía alianza con el pueblo vencido y le imponía condiciones. Y en la Biblia aparece una nueva fórmula que no aparece en otras religiones: es Dios que toma la iniciativa de hacer una alianza con un pueblo. En los otros pueblos, la alianza era considerada como sagrada y en este sentido siempre intervenía un dios, pero no para hacer alianza con los hombres, sino para proteger al pueblo que hacía alianza. De allí que toda la ruptura de la alianza tenía un carácter pecaminoso, una ofensa al Dios que había sido testigo de esa alianza. - Cuando se celebra con Dios, éste toma la iniciativa... es gracia. La Biblia, que nos revela al único Dios verdadero, nos habla también de ese Dios que ha creado al hombre y que escoge un pueblo para hacer alianza con El. Entonces la alianza no es propiamente un conjunto de deberes y de derechos recíprocos. En el lenguaje de los profetas, la alianza de Dios con los hombres, aparece como una gracia, un don, una promesa de salvación y esto es lo original de la alianza que ya va presagiando al Cristo que va a venir. Es un Dios bondadoso que marca las etapas de la historia con alianzas de bendiciones y de promesas. Por eso era fácil el cambio de alianza a testamento, es el don de padres a hijos; el Viejo Testamento, la alianza del Viejo Testamento se completa en el Nuevo Testamento: la Nueva Alianza. Ritos: sangre. Pero esta figura sagrada se desarrollaba en un rito también impresionante y por eso le llamaban alianza de sangre, porque sangre de las dos partes se mezclaba. La sangre para los antiguos, era el símbolo de la vida y una alianza se firmaba con las dos vidas. Recuerdan cuando Moisés derrama sangre sobre el pueblo para significar que Dios ha hecho alianza y la ha rubricado con esa sangre de víctimas, que no era más que un presagio de la sangre que se iba a derramar un día en el Calvario: Sangre de Dios, pero que en el Antiguo Testamento era sangre de corderos, sangre de pichones, sangre de animales, la vida se expresaba de parte de los hombres para firmar con Dios su compromiso de adoración, de culto, de deber. Dos líneas de víctimas. Otra fórmula que aparece también en la Biblia, era matar animales, partirlos en dos y poner a los dos lados las víctimas de la alianza y pasar por en medio los que hacían alianza. Era un signo de que el pacto que habían hecho, era tan sagrado que el que no lo cumplía tenía que acabar como esas víctimas: partido en dos. Esta era la seriedad de la alianza, del pacto, del testamento. Por eso, esta palabra tomada de las costumbres de aquellos pueblos, la utiliza la revelación de Dios, la Biblia, para expresar su benevolencia con los hombres: su compromiso de salvar a la humanidad. Cuando he dicho hoy, pues Cuaresma: renovación de nuestra alianza con Dios, es porque quiero hacer un llamamiento a todos a que recordemos que tenemos un compromiso como pueblo de Dios, pueblo de bautizados. Explicación teológica ¿Cuál es la explicación teológica de la alianza, sobre todo, de la alianza que aparece en la Biblia, de la que nosotros estamos renovando hoy en Cuaresma? - Aspecto negativo de la salvación: ruptura con Dios. La explicación es muy sencilla. Según la revelación de Dios, todo pecado es ruptura. El que peca, desobedece una ley. Esa ruptura con el Legislador Supremo -nuestro Dios-, la desobediencia a sus diez mandamientos, trae consigo consecuencias de rupturas, de consecuencias bien trágicas. - Ruptura dentro de uno mismo. El que comete un pecado, dice la teología, rompe con el principio de su existencia y de su vida, y, entonces, también rompe íntimamente, de modo que un pecado lleva en sí el desorden. La triste experiencia nos dice qué amargo es el pecado; qué desorden sentimos dentro de nosotros; qué sinsabor, que asco de nosotros mismos; y el que no lo siente, tiene lo peor, ya está desahuciado. Ojalá que en Cuaresma sintiéramos todos que algo se ha roto por dentro de nosotros mismos, porque hemos roto con Dios. - Ruptura con los hombres - mundo. De esa ruptura íntima, de esa falta de paz en el corazón del pecador, surge otra ruptura: ruptura con los hombres. Y en la Biblia aparece Caín, matando a Abel y aparecen las diversidades que se van multiplicando y así también en nuestro tiempo si hay divisiones, si hay tantas cosas que nos separan y han sembrado el odio, la violencia, es porque hay pecado. Es la ruptura consecuencia de la ruptura con Dios. Cuando se ama a Dios y se está bien con Dios, también se ama al prójimo, aunque sea mi enemigo. Hay, todavía, otra ruptura fatal: la ruptura contra la naturaleza. El hombre que ha desobedecido a su Creador inmediatamente recibe la respuesta del Creador. Recuerden cuando Adán, antes del pecado -nos dice la Biblia- dominaba la creación, pero cuando cometió pecado, el desorden de sí mismo, le hace sentir miedo y siente miedo también a las fieras que ya no le obedecen. Toda esta trágica relación del cosmos es consecuencia del pecado. - Aspecto positivo, restauración de la ruptura: rehacer la armonía, integridad, etc. Ahora bien, la alianza es recoger todas esas cosas rotas. El hombre que renueva su alianza con Dios debe renovar también su alianza con la naturaleza, con los otros hombres, consigo mismo. La alianza señala etapas de la historia: Así tenemos -lo vamos a ver en estos tres primeros domingos de Cuaresma- las tres alianzas que la Biblia nos refiere. Noé, la alianza cósmica: arco iris. La de hoy, después del diluvio, nos habla de ese Dios que nos ha dicho que va a conservar la naturaleza, que va a tener las cosas: "Esta es la señal del pacto que hago con ustedes y con todo lo que vive con ustedes". Es una alianza cósmica. El arco-iris es un fenómeno del cosmos. No quiere decir que entonces se inventó el arco-iris. El arco-iris se puede explicar científicamente, Dios no lo inventó pero le dio un sentido religioso. Es como si uno de nosotros señala: Ese arco-iris sea testigo de lo que voy a prometer y siempre que lo mires, acuérdate de esta promesa. Esta es la alianza, el signo de la alianza. El arco-iris es signo de Dios que dice: no volverá a haber más diluvio en la tierra, conservaré la naturaleza pero es necesario trabajar para que haya más justicia; para que los bienes que yo he creado, se organicen según mi pensamiento. Esto es lo que San Pablo recuerda más allá en la plenitud de los tiempos, que la naturaleza creada por Dios, gime bajo el pecado. La alianza de la que nos recuerda el arco-iris, es un reclamo de que esa naturaleza que Dios conserva para la felicidad de todos los hombres, no la tienen que acaparar unos cuantos, ni tiene que ser objeto de envidias y discordias, sino que tiene que ser, así como Dios la conserva: con amor, que con amor la utilicemos para la felicidad de todos. Este domingo, pues, el recuerdo del arco-iris, como señal de la alianza cósmica de Dios con la humanidad, nos está llevando a revisar cómo utilizamos los bienes de la tierra. Cómo los idolatramos, o bien, los ponemos al servicio de la felicidad de esa alianza que debe romper las mismas rupturas, las luchas de clases, las violencias. Los odios no existieran si existiera un respeto a la alianza cósmica, al sentir que Dios, Creador de todo, quiere tener alianza con sus hijos y por eso quiere que todos sus hijos sean hermanos entre sí, la fraternidad que predicamos desde la revelación de Dios. Por eso no puedo predicar nunca la violencia, ni el odio, ni la guerrilla. Quienes dicen lo contrario, calumnian, porque lo que estoy diciendo ahora, es el reclamo que en nombre de Dios tengo que hacer: la alianza cósmica. Abraham -su descendencia- circuncisión. El próximo domingo se nos hablará de la alianza que Dios hace con Abraham. Es otra clase de ruptura que Dios quiere cancelar. Es un pueblo escogido por Dios que va a descender de Abraham, y no será el arco-iris, allí será otro signo: la circuncisión. La señal de pertenecer al pueblo judío; la circuncisión, tiene que reclamar a todos los descendientes de Abraham, a todo el pueblo escogido por Dios, que son hermanos y que tienen que formar una unidad en torno de las promesas que Dios va dando a ese pueblo. - Moisés -con el pueblo- el sábado. Dentro de tres domingos se nos hablará de Moisés. La alianza que Dios pacta con Moisés es una alianza, también, para sentirse unidos los hombres en el sentido: con Dios, el respeto a Dios y por eso. la señal de esa alianza será el sábado; el respeto del sábado que ahora los católicos llamamos el domingo el día del Señor. Venir a misa el domingo es venir a realizar la alianza con Dios. Cada misa de domingo es vivir la alianza que me hace respetar a Dios y sentir a Dios como el único Dios verdadero; frente al cual tengo que derrumbar todos los ídolos que le quieran quitar el puesto -a Dios- en mi propio corazón o en mi pueblo : ídolo del poder, ídolo del dinero, ídolo de la lujuria, ídolo de todas esas cosas que apartan a los hombres de Dios. El domingo tiene que ser para nosotros la alianza que se renueva con el Señor. Cuaresma... todo el espíritu de un pueblo comprometido por una alianza con Dios... Pero la Cuaresma, esta larga temporada, es como un largo domingo en que todos debemos de pensar: Dios ha querido hacer alianza para que los hombres seamos más unidos, para que la naturaleza cósmica se use según la voluntad de Dios. Para que nos sintamos hermanos. Esto significa, hermanos, la alianza. Y la Cuaresma es la temporada en que se nos recuerdan esas viejas alianzas de Dios para que las vivamos con la actualidad de los problemas actuales, pero con el espíritu de un Dios que nos vigila, que espera el cumplimiento de nuestros compromisos. 2. CRISTO CLAVE DE LA ALIANZA¿Qué hace Cristo en todo este conjunto de Dios que quiere tener alianza con los hombres? La Sagrada Escritura, nos presenta hoy: "El Espíritu empujó a Jesús al desierto, 40 días, dejándose tentar por Satanás. Vivía entre alimañas y los ángeles le servían..." ¡Qué sublime imagen de Cristo! Empujado por el Espíritu. Por eso la segunda lectura ensancha un poco más este concepto del Cristo empujado por el Espíritu, porque San Pedro nos habla: "Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables para conducirnos a Dios. Como era hombre lo mataron, pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este espíritu fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en los tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos salvaron su vida cruzando las aguas". Cristo aparece en las dos lecturas del Nuevo testamento, hoy en su punto culminante. Todas esas alianzas que Dios venía haciendo con el viejo pueblo de Israel no eran más que figuras, promesas, que iban a tener su cumplimiento, su realización en la redención que Cristo iba a hacer. El verdadero arco-iris es aquellos brazos abiertos de Cristo en la cruz. La verdadera circuncisión -dice San Pablo- es la fe de los cristianos en Cristo. El verdadero día del Señor será el culto que el hombre le tribute a su Dios. Los signos de la alianza: el arco-iris, la circuncisión, el sábado; no tienen sentido, si no en Cristo que les da cumplimiento, y Cristo es la realización de todas las promesas de Dios para salvar al mundo. Por eso, Cristo, entrando al desierto de la Cuaresma para habitar entre los chacales y las fieras del desierto pero, al mismo tiempo, contando con los ángeles que le sirven, es la imagen de una redención cósmica, de un Cristo que maneja a las fieras y que se hace servir de ángeles, y que es dueño de todas las cosas, y que va a devolver las cosas al verdadero imperio de Dios. Entrar con Cristo a Cuaresma quiere decir, también apropiarse toda la riqueza de esa alianza de Cristo para salvar al mundo, para colaborar con Cristo en la salvación de la historia. - Su sangre es la alianza nueva anunciada: Muerte y Resurrección. Cuando Cristo en la última noche de su vida va a tomar el pan y el cáliz para dejarnos el recuerdo de su vida y de su pasión, nos va a decir "Este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza". ¡Cómo se recoge en ese cáliz, todo el amor de Dios; toda su reconciliación con los hombres! Se derramará para perdón de todos los pecadores que quieran arrepentirse. La Cuaresma es una actualización de las alianzas eternas de Dios, pero en Cristo Jesús. La Cuaresma es un llamamiento a la reconciliación. Entrar a Cuaresma solamente para ayunar y guardar materialmente las leyes eclesiásticas de la Cuaresma, no tiene sentido. La misma Iglesia puede ser un estorbo cuando sólo cumplimos como los fariseos: con apariencia. Recuerdan el domingo pasado cuando los discípulos de Juan y los fariseos que caían en estos legalismos, criticaban a los discípulos de Cristo: "Nosotros ayunamos y ustedes, ¿por qué no ayunan?. Y Cristo les responde: Es el espíritu lo que vivifica, no la letra. Mientras el novio está en casa con la novia, los amigos del novio no ayunan. Es la hora de la felicidad, es la presencia de la salvación, es la alegría. Por más austeros que sean los hombres, y se disciplinen, y se castiguen y ayunen, y caminen de rodillas a los santuarios, pero llevan odio en el corazón, llevan rencillas, de nada sirve todo esto. La renovación de Cristo parte del amor de la fidelidad al Señor. ¡Esta es la verdadera religión, este es el Cristo de la alianza: el Cristo del amor, el Cristo de la reconciliación, el Cristo de la Bondad!. 3. EL BAUTISMO, INSERCION DE NUESTRA VIDA EN LA ALIANZA CRISTIANA¿Cómo se hace nuestra esa alianza de Dios que se nos da en Cristo? Si Cristo murió y resucitó hace 20 siglos, ¿cómo participo yo, pobre hombre del siglo XX, en esa redención de hace veinte siglo? El arco iris y el diluvio, símbolo del bautismo que actualmente nos salva. San Pedro nos ha dado la respuesta esta mañana en la segunda lectura cuando, evocando el arco-iris y el diluvio, dice que aquello no era más que un signo. La realidad es ésta, dice San Pedro: "Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente los salva a ustedes: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura por la resurrección de Cristo Jesús Señor Nuestro, que está a la derecha de Dios". El Bautismo es un elemento insustituible en la Cuaresma. ¿Por qué la Cuaresma de Cristo se hace mi Cuaresma? Porque por el bautismo mío, yo me he incorporado a Cristo y todo lo que Cristo hizo, es mérito mío, se traspasa a través del bautismo. ¿Por qué yo tengo esperanza de que mis pecados, por más grandes que sean, me serán perdonados? Porque Cristo murió en una cruz pagando esos pecados y ese mérito de la cruz se ha hecho tuyo o mío por el bautismo. Todo lo de Cristo es mío porque soy bautizado. ¡Qué gloria la nuestra, queridos hermanos!: por eso, la Cuaresma quiere despertar en el corazón de cada cristiano su conciencia de bautizado. El misterio pascual. Para que el Sábado Santo en la noche sintamos que todo el mérito de la cruz y toda la alegría de la resurrección se hacen mérito y alegría de esta vida pobre de un marginado, de un hombre sin trabajo, de un trabajador robado y engañado o, también, de un patrono que es justo, y que trata de vivir su cristianismo como verdadero bautizado haciendo honor a que todos los miembros de la Iglesia, aunque sean los trabajadores de su hacienda, son miembros de su propia vida, porque Cristo es la cabeza y todo lo demás, no cabe allí categorías sociales: "Ya no hay griego, ni judío; ya no hay esclavo, ni libre; ya no hay más que hermanos en Cristo". Es hermosa la igualdad que siembra el bautismo. Por el bautismo todos somos iguales por estar insertos en Cristo. Por el bautismo todos somos de igual categoría, miembros vivos de los méritos de Cristo; y si algo valemos, no es por tener más dinero, o por tener más talento, o por tener más cualidades humanas. Si algo valgo y en la medida que valgo, es porque estoy inserto, metido, en la vida de Cristo, en su cruz, en su resurrección. ¡Esta es la medida del hombre!. Por eso decía bien Pablo VI, hablando de la promoción humana: "El hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es. Y el hombre es, en la medida en que se apropia la vida divina que Cristo trajo al mundo. Ni siquiera los valores naturales cuentan cuando esta redención en Cristo nos está hablando que los valores humanos solamente tienen valor divino cuando los bautiza Cristo y los incorpora a sus méritos divinos". Nuevo pueblo de Dios. Esta es la Cuaresma que hemos de vivir, queridos hermanos, por eso vale la pena de ver como está este Cristo en Cuaresma. Porque el Cristo en Cuaresma en el desierto no es un personaje aislado de mi realidad. El Cristo de la Cuaresma de 1979, para mí, pueblo de Dios aquí en El Salvador, es mi Iglesia, la situación de mi pueblo. Eso es la Cuaresma de 1979. HECHOS DE LA SEMANAQuiero recordarles, ya en este afán de concretar el mensaje, cómo el Papa ha dibujado preciosamente el espíritu de la Cuaresma 1979. Dice que: "la Cuaresma tiene que tener un significado. Debe manifestar a los ojos del mundo que todo el pueblo de Dios, porque es pecador, se prepara en la penitencia: a la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Y las privaciones de Cuaresma, ¿qué sentido tienen? -dice el Papa. Y esto tengámoslo muy en cuenta-. Privarse de algo es no sólo dar de lo superfluo, no sólo dar lo que sobra, sino, también muchas veces dar de lo necesario- como la viuda del Evangelio que sabía que su limosnita era un don recibido de Dios-. Privarse de algo es liberarse de las servidumbres de una civilización que nos incita cada vez más a la comodidad y al consumo sin siquiera preocuparse de la conservación de nuestro ambiente, patrimonio común de la humanidad. ¡Fíjense qué palabras!, que aún hacen el bien en el campo material!-. Somos víctimas de una sociedad de consumo, de lujo". Y estamos sacando cosas de consumo porque la propaganda es tremenda y tomamos cosas aún superiores a nuestro sueldo. Queremos vivir el lujo, queremos consumir como consumen todos y nos estamos haciendo víctimas, esclavos. ¿Ven como la Cuaresma rompe cadenas con su austeridad? Y el Papa decía: "Las privaciones de Cuaresma es hacer partícipes de mi hambre a los otros que tienen hambre. No esperéis -decía el Papa- a que sea muy tarde para socorrer a Cristo que está en la cárcel o sin vestidos, a Cristo que es perseguido o es refugiado, a Cristo que tiene hambre o está sin vivienda. Ayuda a nuestros hermanos y hermanas que no tienen el mínimo necesario para poder llegar a una auténtica promoción humana". Ver la Cuaresma, pues, es abrir los ojos a la miseria de los demás. Y cuando hablamos de Iglesia de los Pobres, simplemente estamos diciendo a los ricos también: vuelvan los ojos a esta Iglesia y preocúpense de los pobres como de un asunto propio. Más, aún, decíamos en Puebla: así como de un problema de Cristo que dirá en el final de la vida: "Todo lo que hiciste con uno de estos pobrecitos, conmigo lo hiciste". La Cuaresma de 1979, pues, la dibuja el Papa con esos rostros de encarcelados, de gentes sin vivienda, sin vestidos, de perseguidos, de torturados; todo esto es la Cuaresma de 1979. Y por otro lado, el Papa, hablando a un grupo de jóvenes, también les decía: la vuestra es la edad de la pregunta suprema: ¿Qué sentido tiene la vida?; Y sabemos cómo infortunadamente, gran parte del pensamiento moderno, ateo, agnóstico, secularizado, insiste en afirmar y enseñar que la interrogante: ¿Qué sentido tiene mi vida? es una enfermedad del hombre de la que es necesario curarse, afrontando con valor lo absurdo, la muerte, la nada. De allí -decía el Papa-, tenemos esas turbas de jóvenes que solamente buscan en la evasión del vicio o en la violencia sin sentido, cruel, un sentido de la vida que no podrán encontrar por allí. La Cuaresma, pues, es también una reflexión principalmente de la juventud, para darle un sentido a la vida. EN NUESTRA ARQUIDIOCESISEsta comunidad que está en Cuaresma en nuestra Arquidiócesis, como ya les dije, va a entrar en Ejercicios espirituales esta semana. Quiero pedirles a todos muchas oraciones para que, los que vamos a hacer ejercicios junto con la temporada del Papa, nos santifiquemos y podamos servir mejor a nuestro pueblo. El martes de esta semana tendremos la reunión del clero para conocer el documento de Puebla y poder irlo poniendo en vida en nuestra diócesis. Quiero invitarles -el sábado próximo 10 de marzo, a las diez de la mañana, estaremos en la catedral, Basílica de San Miguel, junto con todos los Obispos y con todos los sacerdotes y todo el pueblo de Dios que quiera participar para entregar a la Virgen de la Paz el documento de Puebla y confiarlo a Ella para que se encarne en la realidad de la evangelización en nuestro país. ¡Ojalá, yo les quisiera suplicar, que hiciéramos una presencia muy viva de nuestra Arquidiócesis!. POR DESPERFECTOS ELECTRICOS FUE INTERRUMPIDA AQUI LA HOMILIAAl final de la misa: "Voy a dar la bendición y a continuación voy a continuar lo que no pude terminar en la homilía". Continúa... Había algunos avisos que creo conveniente que los tomen en cuenta. Era la peregrinación de la Arquidiócesis a la Reina de la Paz el próximo sábado 10, a las 10 de la mañana. Los sacerdotes planearán en la próxima reunión del clero, su participación; y esperamos que religiosas y fieles, también se aúnen a esta visita espiritual a la Virgen para llevarle los documentos de la reunión de Puebla. También, en esta Cuaresma, siguiendo el espíritu que nos ha dicho el Papa, celebramos la jornada de Sacrificio Voluntario. Campaña mundial contra el hambre a cargo del Centro Ana Guerra de Jesús, que se encargará de realizarlo y de anunciarlo oportunamente. En la parroquia de Aguilares y el Paisnal, el próximo domingo 11, se va a celebrar el segundo aniversario de la muerte trágica del P. Rutilio Grande y de los dos campesinos que cayeron con él. Se ha estado preparando esta celebración con un novenario desde el viernes de la semana que acaba de pasar; en todas las parroquias se tendrán triduos de misas y celebraciones de la palabra para reflexionar en el mensaje evangélico que dejó el P. Grande en su parroquia. El propio domingo 11, de hoy en ocho, desde las 8 de la mañana, comenzarán a concentrarse los fieles en la Parroquia de Aguilares para salir en peregrinación a la Iglesia de el Paisnal, donde están sepultados este sacerdote con sus dos cristianos. Quiero decirles que el espíritu de esta peregrinación lo ha descrito así el párroco y la comunidad dirigente de aquella Parroquia: "Es una peregrinación de carácter penitencial y reparador. Esta vez, dicen, la haremos en silencio: un silencio que no es pasividad, sino un silencio que indica la actitud de un pueblo que escucha, respetuoso de la palabra de Dios. Un Pueblo que no grita palabras de odio ni de venganza, pero que así se compromete a caminar junto a Jesús y con Jesús por este mundo: construyendo el Reino de Dios". Esta peregrinación es una celebración de Iglesia y, por tanto, ningún grupo -aunque se diga cristiano -trate de apropiársela. De la Iglesia, iremos como Iglesia. Están todos los cristianos invitados el próximo domingo, a las 8 A.M. en Aguilares. En San Pedro Perupalán se celebra, el viernes de esta semana que viene, la fiesta de su patrona: Santa Francisca. El estimado párroco, el P. Solórzano me invitó, pero por mis ejercicios espirituales y mi peregrinación a San Miguel, no podré ir, sino hasta el domingo. De modo que el próximo domingo, a las 10 1/2 estaremos en San Pedro Perupalán para saludar a aquella parroquia, y celebrar allí la liturgia de confirmación de jóvenes que ha sido preparada por el P. Solórzano y sus catequistas. La Fiesta de comunidades eclesiales de base, que se celebró en el Externado de San José, de parte de la Parroquia de Zacamil, resultó una verdadera fiesta de comunidades que me hace llevar un llamamiento a todas las parroquias para interesarse en crear, en todos los barrios y cantones, estas comunidades pequeñas que Puebla elogió y recomendó grandemente. La Vicaría de la Asunción, celebró el Miércoles de Ceniza en la Parroquia del Corazón de María la inauguración de la Cuaresma, y se le dio carácter de Arquidiócesis. Tuve la dicha de presidirla. Y quiero agradecer la presencia de muchas comunidades que participaron. Quiero felicitar, también al equipo de párrocos el cual está llevando una obra de conjunto muy útil. Por ejemplo, el martes de esta semana que viene va a inaugurar un nuevo curso del centro de Promoción de la Fe. También los felicito porque han tomado muy en serio la preparación de los sacramentos; aunque tengo que lamentar, que en este sector: de San Benito, de Colonia Escalón, etc., hay algunos agentes de pastoral, muchas veces no de nuestra diócesis, que no respetan las disposiciones pastorales de la Arquidiócesis. Yo quisiera que nos ayudaran a realizar una verdadera pastoral sacramental tal como pide la Iglesia de nuestro tiempo. El viernes que acaba de pasar, celebramos, en el centro "El Despertar" de San Antonio Abad, los 40 días de la muerte del P. Octavio Ortíz y los cuatro jóvenes que fueron asesinados con él. Fue impresionante el momento en que la comunidad entregó cinco ramos de flores rojas a las madres de los cinco matados. Hubieron lágrimas y hubo mucho sentido de solidaridad en ese momento. Quiero prevenir contra ciertos grupos de ORDEN, que contra la voluntad de los párrocos sacan Vía-Crucis, organizan procesiones y hasta hacen colectas. Deben saber que el párroco es la autoridad en cada parroquia y en los cantones respectivos, y que nadie puede arrogarse esa autoridad. De manera especial quiero denunciar que en la Parroquia de San Martín, en el cantón San José Primero, se han querido apropiar las llaves de la ermita y quieren hacer una fiesta patronal de San José; que no será católica porque está en contra de la voluntad del párroco. Un sacerdote que van a llevar, sepan que está excomulgado y que no tiene autorización para administrar ni la misa ni los sacramentos. Tengan mucho cuidado, pues, con estas celebraciones que quieren hacer verdadero cisma en nuestra Iglesia. SOBRE LA VIDA CIVICAQuiero aprovechar ahora para decir que esta comunidad que acabo de describir en esta semana, tiene también sus comentarios a la vida cívica. Creo que uno de los acontecimientos más importantes de la semana fue la derogatoria de la Ley de Defensa y Garantía del Orden Público. Queremos reconocer que ha sido atinada la medida del gobierno. Y será, quizá, un gesto y un paso de buena voluntad si a eso se juntan otros gestos y otros pasos que vayan creando confianza, que es la que hemos pedido. No queremos ser ingenuos, y esperamos el procedimiento de aquí en adelante. Estaremos muy lejos de dar credibilidad a un sincero deseo de paz y justicia si, junto con la abolición de la ley, seguimos lamentando hechos como los que esta semana tenemos que señalar. Pero sí tenemos que decir lo más positivo de esta medida: ha sido la capacidad del Gobierno de reconocer su error y empezar a corregirlo. A la Iglesia le cabe la satisfacción de haber señalado a tiempo ese error cuando contrastamos la pseudo Ley con la definición de Santo Tomás de Aquino: "Ley es la Ordenación de la razón para el bien común, promulgada por aquel que tiene responsabilidad de la comunidad". Sólo entonces puede decirse que una ley tiene el respaldo de Dios; de lo contrario, el legislador pierde su autoridad y se hace déspota, cuyo principio es la anti-ley que dice "sic volo, sic iubeo, sit pro ratione voluntas", quiere decir: así lo quiero, así lo mando, la razón es mi capricho. Quiera Dios, pues, que este vislumbre de racionalidad siga creciendo e iluminando la irracionalidad de nuestra situación. ¡Eduquémonos en pasos y gestos de paz!. Se conmemoró el 28 de febrero el segundo aniversario de los acontecimientos de Plaza Libertad en los que perdieron su vida muchos ciudadanos que denunciaban el fallo de una parcialización en las elecciones. En esta ocasión lo que más resaltó fue la ocupación militar de la ciudad: calles, plazas, terminales, etc. Un respeto sincero al Hombre y a sus derechos políticos evitaría este feo espectáculo de la represión en nuestra propia ciudad. Tenemos que lamentar la tragedia nacional del incendio de las bodegas del Hospital Rosales. Queremos hacer un llamamiento a la ayuda fraternal de acuerdo con los pensamientos del Papa que hemos leído esta mañana. Lamentamos el incendio de la Cooperativa Algodonera en Usulután el 2 de marzo. Lamentamos la muerte de un ex-regidor municipal en Aguilares, Nicolás Alas, ocurrida el 28 de febrero. Lamentamos el aparecimiento de otro cadáver: de un hombre joven, en la Laguna de Güija. El Diario de Hoy escribió esto. Fíjense que sólo leo la noticia del diario, no estoy insinuando nada, yo. "El joven - dice el diario - estaba vendado con un pedazo de tela blanca, atado de los pulgares con un cordel y con las manos hacia atrás, y en las muñecas tenía colocadas unas esposas con la llave colocada en la cerradura". También lamentamos nuevas capturas: Eleuterio Hernández. el 23 de febrero; y Marciano Meléndez Dueñas, el 24 de febrero. Dos campesinos más que no son consignados ni puesto en libertad. Están prácticamente secuestrados. Lloramos el rapto de cuatro niños pobres en Apopa. Cuando sus padres trabajan se quedan solo, llegan varios hombres en carro y los raptan. Ojalá los devuelvan como un gesto humano. Lamentamos el asesinato del Señor Carlos Borromeo Mata, el sábado 3, jefe del personal de ADOC, que fue ametrallado cuando se despedía de su hijo al salir de su casa. No tenemos noticias sobre la situación de los secuestrados desde hace muchas semanas. Como miembro de la Comisión Mediadora a petición de los mismos responsables del secuestro, quiero expresar la preocupación y el deseo de que se busque una solución humanitaria a este problema que ya envejece demasiado. Tampoco han sido liberados los obreros Macario Miranda Mejía, Oscar Armando Interiano, Santos Martínez González; un campesino y dos obreros capturados desde hace varias semanas. Quisiéramos, también, que se pusiera un esfuerzo en arreglar los conflictos laborales de: Pronac, Sindicato de Pezca, La Constancia,. Queremos aclarar, contra algunos falsos rumores, que el Socorro Jurídico de la Iglesia no ha tenido ninguna participación en estos casos. Quiero denunciar el caso del Señor Jaime Baires. Lo visité en su lecho de moribundo en el Hospital Rosales. El se encuentra en la sección de quemados, con heridas y quemaduras graves en todo el cuerpo. El es licenciado en Ciencias Sociales y Económicas, en Francia. Se encontraba alejado de toda actividad, únicamente recibiendo tratamiento médico. El 23 de febrero salió de su casa, y cuando pasaba frente al Cuartel San Carlos, fue capturado. Posiblemente fue confundido con su hermano Federico, quien hace unos años fue presidente de AGEUS y hoy se encuentra en Costa Rica. Hemos encontrado a Jaime en el Hospital, con un pronóstico reservado a consecuencia de las torturas que le fueron infligidas. Ayer estaba en estado agónico. Yo quiero pedir, a propósito de todos estos casos, el respeto a la dignidad del hombre, sin ese concepto es demás que se promulguen leyes o se deroguen leyes, porque las leyes son para los hombres.... la frase de Jesucristo queda en pie: "No son hombres para las leyes, sino leyes para los hombres." PENSAMIENTO FINALHermanos, este es el Cristo de nuestra Cuaresma de 1979: la situación de nuestro pueblo. Preparémonos para celebrar la Pascua. La historia de la Cuaresma es rica en estas preparaciones. Tenemos el ejemplo de las comunidades cristianas que se fueron formando. - Catecúmenos, penitentes, fieles... Había tres grupos de cristianos que se preparaban para la Pascua: los catecúmenos, o sea los que ya dispuestos durante un largo curso de conocimientos cristianos se sentían capaces de recibir en la próxima Pascua, el Sábado Santo en la noche, el Bautismo. Durante toda la Cuaresma se les preparaba ya con una preparación próxima para ese gran sacramento que incorpora al hombre en la muerte y en la resurrección de Cristo. El otro grupo era el de penitentes: todos los que habían cometido por fragilidad, por debilidad o por malicia, pecados que los segregaban del Cuerpo de la Iglesia: pasaban su Cuaresma disponiéndose para recibir la absolución que se les daba el Jueves Santo -Era la Misa de la Reconciliación- para estar listos ya, a la noche de la Pascua, como muertos que habían revivido, como hijos pródigos que habían retornado. Eran estos dos grupos: los catecúmenos y los penitentes, como el objeto del cariño especial de la Iglesia misericordiosa, Madre Fecunda, que en cada bautismo da un nuevo hijo a la vida eterna y que, en cada absolución sacramental, resucita a un muerto del pecado de la vida eterna. El tercer grupo -era hermoso ese título que se nos da a los cristianos-: los fieles, reconocían sus tibiezas, sus debilidades, sus tentaciones: pero, gracias a Dios, eran fieles a su bautismo, no habían traicionado su fidelidad al Señor; sin embargo, era un grupo que se preparaba para que en la nueva Pascua como que se reverdeciera esa fe. Y así teníamos que con nuevos bautizados, los catecúmenos se preparaban, con penitentes que volvían del pecado a la reconciliación y con fieles que caminaban al Señor, una Iglesia resucitada, una Pascua desde Cristo la cabeza hasta el último que se acababa de bautizar. Meta: la Pascua. Hermanos, les digo todo este panorama litúrgico de Cuaresma y de Pascua, anunciándoles ya, desde ahora, que el Sábado Santo en la noche tiene que ser el momento culminante de toda esta temporada. Ya los jóvenes, desde que se confirmaron en Pentecostés el año pasado, anunciaron una Pascua de jóvenes para este año y la han estado preparando. Otros jóvenes y catequistas, comunidades, también se preparan para hacer una noche Santa de Pascua. Tenemos que conjurar una tentación que nos destruye la Semana Santa: es la fuga hacia el mar, haca las haciendas. Es tiempo de descanso y comprendo que muchos no lo hacen por maldad, ni por mala voluntad; pero sí sería bueno que, al menos el Sábado Santo en la noche, si en verdad hamos seguido a Cristo en la Cuaresma y con su cruz, lo acompañemos como miembros de su Iglesia cantando la gloria de la resurrección en nuestra propia vida. Organicemos nuestra vacación de Semana Santa de modo que, el Sábado Santo en la noche, sea como un punto culminante también de la vacación: una participación en la gracia de la pascua. ¡Preparémonos, queridos hermanos de todas las comunidades y de todas las parroquias, una noche Santa! ¡Que de veras sea como el broche final de esta temporada que estamos iniciando: la Cuaresma!.....
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Queridos hermanos, estimados radio-oyentes:
Al retornar a esta cátedra sagrada, que el Señor me ha encomendado para conducir espiritualmente una Arquidiócesis, quiero expresar un agradecimiento especial y una simpatía y cariño para todos ustedes que no siguen la palabra, el pensamiento de un hombre, sino la revelación de Dios que se ha continuado dando aun en la ausencia del Arzobispo. Recibí una carta en la cual me expresaban que a las misas de la Catedral concurrían, abundante y fervorosos, los fieles; y que se sentía el aletear del Espíritu. "Y al terminar -me dice la carta- le estrechamos la mano al P. Fabian lo mismo que a usted, con la misma fe en el Cristo que nos predican..." Yo siento que lo que ha dicho hoy San Pablo: "El Cristo que Silvano Tito y yo les predicamos", es lo que interesa. Eso es lo que me llena de alegría, y es mi afán de despertar una admiración y un seguimiento no a mi pobre persona mortal, frágil como todos ustedes, sino en el Inmortal, en el Eterno, en el que puede ser causa de sólida esperanza. Quiero agradecer, por eso, el recibimiento tan cordial que me dieron el viernes al regresar, a toda la comunidad: sacerdotes, religiosos, religiosas, fieles, comunidades. En este agradecimiento, también quiero expresar gratitud especial a las autoridades del Aeropuerto que, con agradable sorpresa, me dieron deferencias tan exquisitas. ¡Dios se los pague! Llamamiento de fe, esperanza y caridadPor eso, ahora, al tener que reflexionar sobre la palabra de Dios, en mi comunidad después de haber estado en contacto, a través de los obispos, con comunidades de los diversos países de nuestro continente, y junto con otros invitados: de Europa, de Africa, quiero también cotejar la vida de la Iglesia aquí entre nosotros y la de allá en países lejanos. Quiero enmarcar en esa palabra universal del Evangelio el mensaje concreto que, los obispos reunidos en Puebla, dirigimos a todos los hombres de América Latina aunque no tengan fe cristiana pero que tengan buena voluntad. Y desde América Latina, con una voz de testimonio de una Iglesia viva, una voz también para todo el mundo, me parecen bien oportunas las lecturas de hoy para hacer este marco bíblico a ese mensaje que, este día domingo sin duda, se está proclamando en muchas catedrales de América Latina. Desde luego, los obispos -que todos han partido ya para sus sedes- estarán diciendo, más o menos, lo que yo quiero decirles ahora. Tomadas de la Sagrada Biblia esas lecturas tan preciosas y encarnándolas en la realidad de América Latina, son el marco bíblico del precioso mensaje que quiere ser un llamamiento de fe, de esperanza y de caridad, como comienza dicho mensaje. La primera referencia que yo encuentro para una homilía, sería ésta: CRISTO, LA PALABRA SIEMPRE NUEVA DE LA IGLESIAPorque no quisiera que quedara un recuerdo triste de estas predicaciones. "Hay quienes -como decía Cristo-, tienen oídos y no oyen", pero me alegra que un pueblo haya comprendido y captado lo que aquí se quiere decir siempre. "No quiero predicar otra cosa -diré yo, como decía San Pablo- más que a Cristo y éste, crucificado". Este es el mensaje eterno de la Iglesia que ya lo anunciaba la primera lectura siete siglos antes de Cristo: Isaías, cuando habla: "No recordéis lo de antes, mirad que realizo algo nuevo". Iba anunciando la redención de los pecados que se iba a cumplir a lo largo de siete siglos en la plenitud de los tiempos: en Cristo. Es el Cristo que aparece hoy en el Evangelio con potestad para perdonar pecados y de orientar a los hombres por caminos verdadera liberación. Es el Cristo de San Pablo con el que vamos a cerrar la homilía final ya para digirnos al altar. Él es nuestro amén. En Cristo expresamos nuestra confianza plena de Dios; así como Dios, a través de Cristo, es el sí de su amor para nosotros. Cristo, la palabra siempre nueva de la Iglesia: 1. Es una Palabra que se encarna en la historia (Mensaje de Puebla). 2. Es una Palabra que ilumina la historia (La teología de la historia). 3. Cristo, Palabra que es garantía de esperanza en nuestra historia. 1. ES UNA PALABRA QUE SE ENCARNA EN LA HISTORIALos hechos concretos, Dios no los desprecia. Querer predicar, sin referirse a la historia en que se predica, no es predicar el Evangelio. Muchos quisieran una predicación tan espiritualista que dejara conformes a los pecadores; que no les dijera idólatras a los que están de rodillas ante el dinero y ante el poder. Una predicación que no denuncia las realidades pecaminosas en las que se hace la reflexión evangélica, no es evangelio. Sobran aduladores, sobran falsos profetas; sobran, en tiempo conflictivos como los nuestros, quienes tienen su pluma pagada y su palabra vendida, pero no es esa la verdad. Me contaron que cuando sacaban mi valija de la aduana, antes de ayer, alguien dijo: "Ahí va la verdad". La frase breve me llena de optimismo porque en mi valija no traigo contrabando ni traigo mentira, traigo la verdad. He ido a aprender más la verdad. Y cuando un periodista me pregunta: "Dicen que después de Puebla va a cambiar su predicación, ¿qué piensa usted?". Le dije: La verdad no tiene por que cambiar, la verdad se dice siempre tal vez con más finura pero siempre contando con nuestras limitaciones. Es la palabra concreta de un hombre que tiene su estilo y su manera de ser, pero no es más que el instrumento de Dios, es en la historia concreta. Y las lecturas de hoy nos dan este ejemplo, queridos hermanos. a) Isaías reflexionando en la realidad de su tiempo. (1a. lectura)¿Qué es la primera lectura sino Isaías reflexionando en la realidad de su historia del momento? - Eran los israelitas prisioneros y cautivos en el destierro de Babilonia. Y en ese hermoso capítulo dice que Dios va a dejar caer ya los cerrojos de todos los prisioneros y van a volver libres. Isaías canta este retorno e invita con un canto precioso: "No os acordéis de lo pasado, he aquí que hago nuevas cosas; ya están brotando". Bajo la figura de ríos que brotan del desierto quiere decir que hasta lo imposible puede hacer Dios cuando se pone en Él la confianza. Y habla de un retorno. - La esperanza: la conciencia que los profetas alimentan. Les parecía a los israelitas en Babilonia que todo se había derrumbado, muchos perdieron la esperanza, pero había una conciencia en el resto de Israel. Siempre había una conciencia, era como "el resto de la esperanza". Y esa es la conciencia que los profetas alimentaron. - Los tiempos históricos son diferentes, pero Dios siempre es el Dios vivo. Por eso, hermanos, la historia de Israel, que recordaba con nostalgia los tiempos cuando Dios los sacaba de Egipto y los conducía a través del desierto guiados por Moisés, era una historia de grandes ilusiones, pero decían: "ahora todo se ha derrumbado, otra vez en el cautiverio, ya no hay esperanzas". Isaías les dice: "Aquellos prodigios del pasado, olvídenlos, porque vendrán cosas mayores todavía". El Dios de la historia de Babilonia, no es el Dios de la historia de Egipto. Ya es otro capítulo, pero es siempre el Dios vivo. Es una reflexión comunitaria. Es hermoso ver un pueblo, como lo estoy viendo aquí en la Catedral y lo presiento a través de la radio, reflexionando en su esperanza. Es aquel Dios de Egipto, es aquel Dios de Babilonia, es aquel Dios de los primeros cristianos, es aquel Dios que cuando llegó a la plenitud: Cristo, también lo siente su pueblo. b) El Evangelio refleja un momento histórico de CristoEstos capítulos de San Marcos, los capítulos dos y tres, describen una lucha ideológica entre el Cristo que anuncia la salvación nueva, prefigurada ya en los tiempos de Isaías y garantizada en la curación de un paralítico como signo, como sacramento, de la verdadera salvación del pecado, y las prácticas religiosas de su tiempo. ¿Qué es más fácil: decirle a este paralítico: "Te son perdonados tus pecados", o decirle: "levántate y camina?" Como el perdón de los pecados no lo pueden mirar, Dios ha querido dejar el signo del enfermo: "levántate". Y para el Dios, que puede curar lo mismo que perdonar, quedaba un argumento en pie: el perdón. Es la salvación que Dios trae y aquel paralítico se sentía más feliz de su conciencia limpia que de sus miembros ya curados. c) La redacción de San Marcos refleja un momento histórico de la IglesiaEl mismo evangelio de San Marcos no fue escrito como una biografía de Cristo, fue escrito como una reflexión de la Iglesia a la que Pedro predicaba en Roma y Marcos, como secretario de Pedro, escribía. Por eso, el Papa actual, Juan Pablo II, cuando tomó posesión de su catedral de Letrán dice: "Es el obispo de Roma hoy, sucesor del obispo de Roma que vino de Galilea". Y quien comenta el evangelio de Pedro, escrito por San Marcos, descubre que no hay una relación casi ordenada, sino que hay, más bien, una aplicación de la vida y de la doctrina del salvador a los hechos concretos de aquella comunidad. Así es el evangelio: una reflexión concreta de una comunidad; de tal manera, hermanos -esto es hermoso pensar-, que la figura de Cristo no está escrita en ninguna biografía, está reflexionada en la Iglesia primitiva para transmitirla luego a la Iglesia universal. Si hoy leemos los cuatro evangelios, no olvidemos que lo mismo estamos haciendo nosotros: reflexionando la vida y la presencia de Cristo en el mundo, eso hacían las primitivas comunidades, eso hacen hoy las Comunidades Eclesiales de Base, eso hace la homilía, cuando tienen la felicidad como ésta de la Catedral, de ser atendida y reflexionada con una atención que yo soy el primero en sentirme conmovido. Estamos reflexionando la vida de una presencia divina entre nosotros y, por eso, los Evangelios reflejan no sólo el hecho que narran. Aquí por ejemplo, no sólo se refleja la curación del paralítico, sino que se refleja ya: cómo se reflexionaba esa curación del paralítico en una comunidad humana que se llamaba cristiana. De allí, que ciertas frases son posteriores al hecho. Cuando San Marcos dice: "Para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad para perdonar pecados", esa frase, sin duda, Cristo no la dijo a sus enemigos los fariseos solamente, sino que se hacía reflexión eclesiástica en la comunidad que estaba reflexionando: cómo la enfermedad curada milagrosamente puede ser el signo de una presencia divina entre nosotros que perdona los pecados. d) La Carta de San Pablo a los Corintios también encarna el Evangelio en aquel momento históricoLa Carta de San Pablo a los Corintios nos describe, también, una situación. Pablo no podía ir ya por segunda vez a Corinto, y les escribe su segunda carta, que es la que tiene más características de carta: familiar, sencilla: un poco desordenada, en que narra sus sentimientos y se defiende contra ciertas murmuraciones que se hacían en Corinto: "Dijo que iba a venir y ahora no viene, así es de informal". Y por eso contesta: "Mi predicación no es hoy 'sí' y mañana 'no', es siempre el 'sí' de Cristo". e) Seguimos el ejemploO sea, hermanos, que en esa línea: del Dios de Egipto, de Babilonia, de los tiempos de Cristo, de los tiempos de los apóstoles, llegamos también nosotros: comunidad de hoy. Podemos recibir un mensaje que, desde Puebla -hecho concreto de nuestra historia latinoamericana donde nos acabamos de reunir con pastores de toda la América-, pueden decir los obispos a América: "Sobre nuestro continente, signado por la esperanza cristiana y sobrecargados de problemas, Dios derramó una inmensa Luz que resplandece en el rostro rejuvenecido de su Iglesia". Citan estas palabras de Medellín para decir después: que Puebla es también otro acto de la Iglesia y que quienes querían encontrar contradicción entre Medellín y Puebla, se olvidan que el mismo Dios de la historia inspiró hace diez años el Mensaje de Medellín es el que ahora en Puebla inspira el Mensaje de 1979. Solidaridad de los obispos en Puebla. Es el mismo Dios de nuestra historia que en ese precioso mensaje, todavía más concreto de unos queridos hermanos, quisieron hacerse más solidarios con la diócesis de San Salvador. Y por mi medio les mandan decir esto: "A través de ti queremos dirigirnos a todo el pueblo de Dios que está en tu Arquidiócesis y a todos los pobres de tu país a quienes anuncias la buena noticia de Jesucristo en su situación concreta. Ellos son, como tú lo escribiste en tu Segunda Carta Pastoral, el Cuerpo de Cristo en la historia. Ellos han estado presentes aquí en Puebla -ustedes hermanos han estado presentes- a través de tu voz. Sabemos que se trata de un pueblo de gente digna y dignificada por el honor del trabajo con que penosamente mantienen su vida. Se trata de un pueblo contra cuya opresión y represión has dicho y seguirás diciendo cristianamente: "¡Basta ya!", "¡Así no puede ser!". Se trata de un pueblo que, sabiéndolo o no, es el siervo de Yahvé viviente y doliente hoy. Con su dolor, con la entrega de su vida por su dignidad, se va realizando una comunión que lleva en sí semillas de vida nueva para hoy y para mañana". NUESTRO MOMENTO HOYEsta es la historia y el Dios de nuestra historia. Y por eso, hermanos, al regresar de Puebla me he interesado en la realidad de nuestra historia concreta. ¡Qué historia más densa la de nuestro pueblo salvadoreño!. No ha habido tiempo de profundizar en el conocimiento de estos días. Leyendo nuestro semanario Orientación me doy cuenta que la Comisión de Derechos Humanos y Nuestro Socorro Jurídico han tomado el caso de Manuel Antonio Rodas, de 29 años, comerciante en pequeño, capturado en Usulután y llevado luego todo golpeado al Hospital de Usulután. Gracias a Dios está ya puesto bajo el tribunal, pero se teme, por él. También, en el periódico de nuestra Arquidiócesis, encuentra el hecho de José Macario Miranda Mejía, que en la carretera que conduce a Zacatecoluca fue capturado por la Guardia Nacional. Su familia dice que él no tiene ninguna vinculación de color político. Era simplemente un peón que trabajaba en una construcción y al cual se le quiere complicar con una casa misteriosa que se dice se ha encontrado muy cerca. Sobre las noticias laborales está informando el periódico de nuestra Arquidiócesis. En San Miguel se ha vivido una semana de terror, después de las capturas y asesinatos del Profesor Oliverio Gómez y de José Leonardo Umanzor Guevara, este último empleado del Hospital San Juan de Dios. Se ha implantado una situación de miedo. Son numerosas las personas que relatan los indiscriminados cateos y capturas realizadas en operativos militares. Me doy cuenta, también que el terror no ha cesado en Tecoluca. Aunque no son mis diócesis San Miguel ni San Vicente, un sentimiento humano y patriótico me lleva a sentir también como mío el dolor de estos ciudadanos que temen por la suerte de sus seres queridos. Me gustó mucho ver la referencia del 12 de febrero de El Diario de Hoy, de quien criticaba esos cateos indiscriminados, porque muchos jóvenes son capturados injustificadamente y el trato que reciben en los cuerpos de seguridad hace que estos jóvenes comiencen a tener una imagen de la represión. Puede hacerse más mal que bien con estas situaciones de terror. Me llamó mucho la atención el hallazgo de dos cadáveres a la orilla del Lago de Ilopango por estas circunstancias que dice el mismo periódico "El Mundo" del 15 de febrero: La juez dijo que ambos jóvenes fueron desnudados para registrar sus cuerpos a fin de establecer si presentaban alguna lesión. En el sitio donde fueron encontrados no hay vecinos inmediatos. Para sepultarlos fue necesario quitarles las esposas, con varias llaves de varios vigilantes y de agentes de la Guardia Nacional que estuvieron presentes en la diligencia. ¿Por qué coincidieron las llaves de la Guardia con las esposas de los cadáveres?. Es doloroso, también, encontrar el cadáver de un estudiante en las playas de San Diego. El informe forense dice que no murió ahogado. Pero me llena un poco de esperanza dos noticias que me encuentro en los periódicos de esta semana. Se ha pedido en la Asamblea Legislativa, ante la violencia desatada, interpelar al Ministro de Defensa: qué significa lo que pasó en El Despertar, así como otros casos concretos. Me parece que esto es llamar a la justicia. Que no queden tantos crímenes y atropellos impunes y que, aunque sean vestidos de militar, tienen obligación de rendir cuenta ante la justicia de lo que han hecho y sancionar debidamente si se trata de crímenes vulgares. Así mismo, me gusta cuando el periódico anuncia medidas de carácter social que dio a conocer el Gobierno: anuncia que se van a repartir 37.561 manzanas de tierra por parte del ISTA, sobre todo cuando el Señor Presidente dice: "Quiero dejar bien claro que el enfoque que nosotros estamos dando al problema agrario no consiste en el simple reparto de tierras porque estamos conscientes de que no radican ahí las soluciones. Lo que nosotros ambicionamos es elevar la condición de vida de las familias del campo en una forma integral. Queremos mejorar a ese sector en sus condiciones humanas". ¡Bendito sea Dios! Esto es lo que la Iglesia pide. Y la Iglesia ofrece plenamente su colaboración desde sus perspectivas evangélicas, como nos dijo Juan Pablo, en Puebla, a los obispos: de dar siempre actualidad a la doctrina social de la Iglesia. No puede Ella resolver técnicamente los problemas, pero sí puede dar luz desde el Evangelio, sobre todo, para esa promoción humana comenzando por decir que: ojalá esos repartos de tierra no sean simplemente favoritismo a los partidarios de la política, sino que de veras sea justicia y verdadera promoción del campesino sin tener en cuenta colores políticos, que sea verdaderamente un reparto al hombre salvadoreño que es tan noble en nuestros campos. Esta Iglesia que está haciendo reflexión de hoy tiene también sus hechos de alegrías íntimas. Aquí quiero narrar algo, además de la alegría que me dieron a mi regreso, hecho como el que voy a tener a las 12 del día en Talnique, donde la Madre Juanita va a hacer una promoción muy original de campesinos que debidamente preparados van a recibir de su obispo la autorización para llevar la comunión a sus cantones. Ojalá me estén escuchando allá, porque supe que había amenazas para esta reunión y hasta me decían que tal vez era más conveniente que no la hiciéramos, que podía suceder algo. ¿Por qué no lo vamos a hacer si la Iglesia es libre en promover sus ministros, sus servidores del pueblo?. No voy a hacer nada malo; e invito a quienes han denunciado esta ceremonia que asistan a ella hoy a las 12 del día en Talnique, y verán que se trata de un servicio noble de la Iglesia que quiere llevar el Pan de Vida a las comunidades donde el sacerdote difícilmente puede llegar. Yo felicito a la Madre Juanita y a sus catequistas por esta promoción que corresponde perfectamente a la renovación litúrgica y a la vida de nuestra Iglesia. He tenido el gusto de saludar a la Superiora General de la Congregación de la Asunción, quien con su Consejo Central se encuentra entre nosotros y le he pedido referir la satisfacción de nuestra diócesis en el trabajo de las hermanas de la Asunción. Tendré la felicidad de ver esta tarde a la superiora General de las Religiosas Belgas que trabajan entre nosotros y tendré la satisfacción de felicitar la labor de la Madre Chepita. Una religiosa que se ha entregado de vida y corazón a la comunidad de San Antonio Abad, donde han sucedido cosas tan trágicas en las cuales ella también se ha visto envuelta injustamente. Ella merece todo el apoyo de la Arquidiócesis, yo le suplico Madre General que nos la deje, que dejará huérfana a una Comunidad si se la lleva por otras conveniencias que no son evangélicas. En nuestra comunidad hay fiesta en Tonacatepeque, porque se está celebrando el primer centenario de título de aquella ciudad. Yo di al P. Casares la representación del Arzobispo. Le suplico que la lleve ante esa fiesta del pueblo que merece las bendiciones del Señor; felicito, pues, a esa ciudad. Me he encontrado al llegar muchas falsas interpretaciones de Puebla y de los discursos del Papa. Me alegro de haberles dicho antes de irme que apelaba al sentido de discernimiento y madurez que ustedes van adquiriendo, que no se crean todo lo que se lea en la prensa, o se vea en televisión, o se oiga por radio. Están muy manipulados los medios de comunicación, muy condicionados, y hasta un discurso del Papa y una reunión tan sincera como la de los obispos de Puebla, puede tergiversarse para hacerse como apoyo de las injusticias y de los desórdenes que ni el Papa ni Puebla pueden tolerar. Mensaje de Puebla a los Pueblos Latinoamericanos. La realidad de América LatinaPor eso, al estarles comunicando en la realidad de nuestra Arquidiócesis el mensaje de la sagrada palabra de hoy, quiero recordar estas palabras con que los obispos desde Puebla, miran la realidad de América Latina. "Si dirigimos una mirada a nuestro mundo latinoamericano, ¿qué espectáculo contemplamos?. No es necesario profundizar el examen. La verdad es que va aumentando cada vez más la distancia entre "los muchos que tienen poco y los pocos que tienen mucho". Son palabras entre comillas que Puebla cita de documentos pontificios que define perfectamente nuestra realidad salvadoreña, y los obispos dijeron: es la realidad de Latinoamérica, va creciendo la distancia entre los muchos que tienen poco; y en El Salvador diríamos: entre los muchos que no tienen nada, y los pocos que lo tienen todo. Esto no es comunismo, es palabra de Puebla, es palabra de los Papas, es palabra que Juan Pablo dijo en Santo Domingo, y en Oaxaca, y en Monterrey, y en Guadalajara: Que un deber de la Iglesia actual es servir al hombre en sus derechos. Y entendemos por derechos, dijo en Santo Domingo: campesino que deben tener tierra; obreros a los que se les debe respetar su derecho de organización y se les debe de pagar salarios justos. Cuando oímos al Papa palabras que aquí no se han publicado, hemos pensado: el Papa correría la misma suerte que el Arzobispo de San Salvador: que se le callara, se le silenciara, se le marginara, cuando toca ese deber de la Iglesia. Pero los obispos en Puebla nos han dado un tremendo respaldo al decir, pues, que es una realidad que denuncia que nuestro cristianismo tiene mucho que progresar todavía: "Los valores de nuestra cultura están amenazados. Se están violando los derechos fundamentales del hombre". Son las palabras del Mensaje de Puebla. También, entre esas realidades, el Mensaje menciona: "El hombre exige, por los argumentos más evidentes, que las violencias físicas y morales, los abusos de poder, las manipulaciones del dinero, el abuso del sexo, la violación, en fin, de los preceptos del Señor, no sean practicados, porque todo aquello que afecta la dignidad del hombre, hiere, de algún modo, al mismo Dios". Preferencia por los pobresRecordaron, también, en su mensaje los obispos a América Latina: "Nuestras preocupaciones pastorales por los miembros más humildes del cuerpo social, algunas de ellas impregnadas de humano realismo, no tienen -fíjense bien en esta frase del mensaje- ninguna intención de excluir de nuestro pensamiento y de nuestro corazón a los otros representantes del cuadro social en que vivimos -los ricos-. Por el contrario, son serias y oportunas advertencias para que las distancias -que se agrandan- no se agranden, los pecados no se multipliquen y el Espíritu de Dios no se aparte de la familia latinoamericana". Y porque creemos que la revisión del comportamiento religioso y moral de los hombres debe reflejarse en el ámbito del proceso político y económico de nuestros países -miren cómo la Iglesia en Puebla obliga a la evangelización de América Latina a reflejarse en el proceso político y económico-, invitamos a todos, sin distinción de clases a aceptar y asumir la causa de los pobres, como si estuviesen aceptando y asumiendo su propia causa, la causa misma de Cristo: "Todo lo que hiciereis a uno de mis hermanos, por humildes que sean, es como si a mí mismo se hiciera". Aquí tienen la mejor respuesta dada por un documento colegiado en Puebla, para todos aquellos que cuando decimos la opción preferencial por los pobres no quiere decir exclusión de los ricos, sino que quiere decir: llamamiento también a los ricos para sentir como suyos el problema de los pobres, y para estudiar, junto con el Gobierno en un diálogo, con los técnicos, con los que pueden resolver este callejón sin salida de El Salvador. Tienen obligación de estudiar y poner todos los medios a su alcance como si se tratara de resolver su propio problema. No se resuelve el problema con mandar los capitales al extranjero; es necesario ponerlos a funcionar en un verdadero sentido social, como el Papa dijo en una frase tan bella: "No se olvide la propiedad privada que está gravada con una tremenda hipoteca social". Es aquí, pues, como el Mensaje de Puebla es la historia de nuestros pueblos. 2. CRISTO ES LA PALABRA NUEVA QUE ILUMINA NUESTRA HISTORIAEsa historia necesita una teología. Es la teología de la historia que hasta en los hechos triviales y concretos -hasta en los hechos criminales- encuentra algo de Dios. El segundo pensamiento, después de esta realidad- que las lecturas bíblicas de hoy y el Mensaje Episcopal de Puebla tienen para nosotros esta mañana, es una reflexión teológica. La teología de la historia es una ciencia que hoy va abriéndose mucho campo desde que Juan Pablo II dijo: "Hay que mirar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio". Dios habla desde la historia, Dios reclama desde lo bueno y bello que hay dentro de los hombres, como también reclama ante lo feo y lo malo que hay en las sociedades y en los hombres. ¿Qué encontramos en las lecturas bíblicas de hoy?. La primera lectura, donde Dios nos invita no sólo a gloriarnos de las alegrías del pasado, sino a confiar en que Él es capaz de hacer cosas nuevas, nos dice que Dios no se repite. ¡Es maravilloso esto!, saber que: ¿qué cosa nueva nos tiene Dios a nuestra historia de El Salvador?. ¡Creamos!, porque Dios lo ha dicho, creamos como creyeron al profeta cuando a los cautivos de Babilonia les anunciaba una libertad que no parecía llegar y llegó porque Dios no es mentiroso. - Dios enjuicia a su pueblo desterrado en BabiloniaY Dios llega en la primera lectura de hoy también a denunciar un pecado. Es tremendo el diálogo de la primera lectura donde Dios dice, por medio del profeta Isaías, al pueblo de Israel: "Me están agobiando con sus pecados, me están convirtiendo en siervo de ustedes, porque quieren que Yo haga su voluntad y no ustedes la mía. Por eso yo los llamo a juicio". Pero el amor de Dios es más fuerte que la ingratitud de su pueblo. Y es un juicio, un tribunal el que hoy se levanta en la primera lectura, donde Dios juzga a su pueblo para decirle: "No os saldría justificado en un juicio en que sólo prevaleciera la justicia. Si yo te perdono, es porque miro mi buena voluntad y mi amor. Por mi amor te perdono". Esto es para abrirnos la confianza. Hoy, aquí en El Salvador, Dios sigue siendo rechazado por los hombres, pero Él continúa declarándonos su amor. ¡Señor, nuestra sociedad salvadoreña ha cometido muchos pecados, te ha querido hacer siervo; ha querido hacer de tu Iglesia la vilipendiada!. Cuando he regresado de Puebla, me he dado cuenta de tantos ultrajes que si fuera yo más sensible a esas cosas, diría: ¡Qué ingratitud, les estoy predicando la liberación de Dios y me contestan con esos campos pagados, con esos anuncios tan ofensivos, con esos comentarios tan groseros!. No importa, porque el mismo Dios se queja ante su pueblo: Me están agobiando, pero sepan que los perdono -dice Dios- por amor a mí mismo; porque es tan noble mi causa, mi salvación que anuncio y predico, que no vale la pena fijarse en las basuras que quedan en la calle cuando hay por delante toda una historia... b) Fe y conversión¿Qué otras cosas encontramos en las lecturas de hoy? Aquí estamos en el meollo precioso del Evangelio. Cuando esta reflexión del milagro del paralítico se hace reflexión en la Comunidad, en los labios de Cristo aparece una frase: "He visto vuestra fe, tus pecados te son perdonados". El mensaje de Puebla es un llamado a la fe y conversión. Aquí podíamos resumir también el mensaje de los obispos de América Latina: Fe y conversión. Dios necesita que los hombres se conviertan y por eso cuando hemos predicado a pobres y ricos, no es porque alcahueteemos los pecados de los pobres y no tengamos en cuenta las virtudes de los ricos. Unos y otros tienen pecados, unos y otros necesitan conversión: pero el pobre, en su situación de indigencia, es más propenso a la conversión, siente más la necesidad de Dios y, por eso, todos, si de veras queremos aprender el sentido de conversión y de fe, de confianza en el otro, es necesario hacerse pobre o, por lo menos, tomar como causa íntima nuestra causa de los pobres. Cuando tiene alma de pobre, cuando sabe que de nada sirven los capitales, y la política, y el poder, sin Dios no somos nada. Y el sentir esta necesidad de Dios es la fe y es la conversión. De esta conversión hablamos muy preciosamente, desde Puebla para América Latina, en algo que nosotros mismos, los Pastores, nos acusamos. Dice el mensaje: "Queremos no solamente convertir a los demás, sino también convertirnos juntamente con los otros, de tal modo que nuestras Diócesis, parroquias, instituciones, comunidades, congregaciones religiosas, no sean obstáculo sino, por el contrario, un incentivo para vivir el Evangelio. Por todas nuestras faltas y limitaciones, pedimos perdón, también nosotros Pastores, a Dios y a nuestros hermanos en la fe y en la humanidad". Crean que lo pronuncio con toda sinceridad. Hermanos: ¡el que denuncia, tiene que estar dispuesto a ser denunciado! Y desde el principio, he dicho que acepto con gusto las críticas cuando son constructivas y tratan de hacerme mejor de lo poco que puedo ser. Y, en verdad, pido perdón a todos aquellos a quienes el mensaje no se los haya sabido traducir debidamente, pero sepan: que no hay ni orgullo ni mala voluntad, ni tergiversación de lo que el Evangelio me manda a predicar a esta Arquidiócesis que se me ha encomendado. Esta necesidad de conversión, que la vive el Pastor y la predica como una necesidad personal de él y de todos los que quieren hacer con él hacer la Iglesia auténtica de Jesucristo, es el centro de nuestro mensaje de la palabra de Dios desde que Cristo apareció en la historia, desde que lo anunciaron los profetas y a través de las acciones eclesiales, como la que acabamos de vivir en Puebla. No puede ser otra la palabra de la Iglesia, ni otra la actitud de los pastores auténticos. No somos Dios, somos hombres frágiles, limitados, y tenemos necesidad también de convertirnos. Créanme, hermanos, que yo quisiera ir adelante de toda esa procesión de conversión que nuestra diócesis está realizando. A mí me llena el corazón cuando oí en México a gente salvadoreña que vive allá, pero interesada de la historia de su pueblo, cómo están teniendo más confianza, más amor en la fe del Evangelio, en la Iglesia que aquí se predica. Por eso, no puedo cambiar, sino buscar más íntimamente mi adhesión al evangelio y puedo perfectamente llamar a todos: ¡Convirtámonos para que Cristo mire nuestra fe y se apiade de nosotros!. c) La Civilización del amorEs una conversión a la cual llama nuestra historia en hechos que se dicen hasta con palabras que parecen violentas, pero que son el lenguaje de la Iglesia cuando llama a los pecadores al perdón. Cuando dicen, por ejemplo, los Obispos de Puebla: "La civilización que nosotros queremos, es la civilización del amor". Y hay un largo comentarios a esa frase que es también, como el centro de nuestro Mensaje a los hombres de América Latina: "Seamos todos constructores de una civilización del Amor". La frase es de Pablo VI ¡tan genial en sus frases!. Civilización del amor ¿qué es? Civilización del amor quiere decir: tomar en serio el mandato de Cristo: "En estos conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis como yo os he amado". "La civilización del amor repele la sujeción y la dependencia, perjudicial a la dignidad de América Latina". Miren como la Iglesia, santa en su afán de convertirse, diríamos que es hasta altanera en proclamar la dignidad del hombre porque sabe que es un tesoro que no es suyo, sino que es la imagen de Dios que Ella tiene que defender. "No aceptamos -dijimos en Puebla los Obispos- la condición de satélites de ningún país del mundo, ni tampoco de sus ideologías propias. Queremos vivir fraternalmente con todos, porque repudiamos los nacionalismos estrechos e irreductibles. Ya es tiempo de que América Latina advierta a los países desarrollados que no nos inmovilicen, que no obstaculicen nuestro progreso, que no nos exploten sino, al contrario, nos ayuden con magnanimidad, a vencer las barreras de nuestro subdesarrollo, respetando nuestra cultura, nuestros principios, nuestra soberanía, nuestra identidad, nuestros recursos naturales". Éste es el espíritu de la Iglesia. Cuando se nos denuncia que andamos difamando a la patria por otros países, se olvidan que lo que hacemos es reflejar la realidad de nuestra patria, precisamente para que se respeten estos valores de nuestra gente y de nuestro pueblo. En ese espíritu creceremos juntos como hermanos, miembros de la misma familia universal. También, cuando decimos la Civilización del Amor, queremos anunciar que el amor: "...repudia la violencia, el egoísmo, el derroche, la explotación y los desatinos morales". Y para aquellos que ya no creen en el amor y que han puesto su confianza en la violencia, en el terrorismo y que la Iglesia no los puede acompañar por esos caminos, los obispos desde Puebla, hacen un llamamiento: "A primera vista -la civilización del amor-, parece una expresión sin la energía necesaria para enfrentar los graves problemas de nuestra época. Sin embargo, os aseguramos: no existe palabra más fuerte que ella en el diccionario cristiano. Se confunde con la propia fuerza de Cristo. Si no creemos en el amor, tampoco creemos en aquel que dice: "Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como Yo os he amado". La civilización del Amor propone a todos la riqueza evangélica de la reconciliación nacional e internacional. No existe gesto más sublime que el perdón. Quien no sabe perdonar no será perdonado. Éste es el llamamiento de la Iglesia desde Puebla: a construir entre todos una civilización del amor, a hacer de nuestra historia, vista con un sentido evangélico, un impuso para que nada nos apague ni nos quite el brillo de nuestro optimismo. Hermanos, como los profetas anunciando a los cautivos de Babilonia horas de alegría y de libertad, puede parecer como una burla la palabra de la Iglesia llamando al amor, a la reconciliación, al perdón, mientras otros creen más en la violencia, en el secuestro, en el terrorismo. La Iglesia no caminará nunca por esos caminos y todo lo que en este sentido se diga, es falso, es calumnia que viene a ennoblecer más la aureola de nuestra persecución en la Iglesia. 3. CRISTO, PALABRA QUE ES GARANTÍA DE ESPERANZA EN NUESTRA HISTORIAPor eso, termino con este pensamiento que es el pensamiento de la Palabra de Dios hoy: Cristo y el espíritu de Dios infundido en su pueblo cristiano, es la garantía de nuestra esperanza. Decíamos que íbamos a poner un broche en nuestras reflexiones con la segunda carta de San Pablo. San Pablo sufría algo así como los apóstoles: críticas, como Cristo sufrió también. Este capítulo en que nos cuenta la curación del paralítico, forma parte de los capítulos 2 y 3 de San Marcos que es una exposición de la lucha ideológica entre Cristo y los fariseos y que va a terminar en el capítulo 3 versículo 6, donde ya el desenlace se anuncia con esta frase: "Los fariseos se confabularon con los herodianos contra Él, para ver cómo eliminarlo". Si alguien corrió el riesgo de un atentado, fue Cristo, y, sin embargo, fue fiel hasta poder decir clavado en la cruz: "Todo se ha cumplido". Para Cristo, también hubo atentado, hubieron, también, tentaciones de eliminarlo; y no sólo fueron tentaciones, sino que lo llevaron a cabo. - Cristo: el "sí" de las promesas de Dios. Para San Pablo también debió ser una hora difícil cuando se burlaban de él en Corinto: de que su lenguaje era informal: "Hoy "sí" y mañana "no", anunciamos a Cristo que es el eterno "sí" de Dios". ¡Qué hermoso nombre para Cristo: el sí de las promesas de Dios! El Sí en que Dios, que ha prometido cosas tan inauditas como una salvación nueva, un perdón de los pecados, un llamamiento de todos los pueblos a formar un solo pueblo, un solo amor, no se arrepiente de sus promesas, sino que en Cristo las cumple aun cuando ese Hijo de sus amores sea llevado a ser clavado en una cruz. Si es condición necesaria para el cumplimiento de las promesas de Dios, Cristo muere crucificado. - El sí del hombre a Dios. El sacrificio es la rúbrica de las grandes promesas de Dios y, por eso, dice San Pablo: "Así como también, los hombres que tratan de ser fieles a Dios, le dicen Amén". Revaloremos esta mañana, queridos hermanos, esa palabra tan usada y que tal vez de tan usada ya no tiene sentido para nosotros, pero cuando en nuestra liturgia decimos "amén", nosotros estamos haciendo un acto de fe, lo más hermoso que es decir: sí. Es el sí del hombre a Dios a través de Cristo. - Cristo es el amén de la humanidad a Dios. En Cristo se hacen amén las esperanzas de todos los pueblos, de todos los hombres, porque en Cristo se hacen sí las promesas de Dios. En Cristo es la zona donde el hombre necesitado, los pueblos pecadores, las sociedades como ennegrecidas, sin esperanza, miran la esperanza de un Dios que todavía nos ama porque esa definición de San Pablo: Cristo sigue siendo el sí, en una construcción gramatical griega, es un tiempo que en nuestro castellano no existe; en que lo que sucedió, sigue siendo realidad para todos los siglos, Cristo vive, y vive en su Iglesia y vive en América Latina. -Contribución de los Obispos a América Latina. Y por eso, el Mensaje de los Obispos, también, tomando esta actitud de San Pablo hoy: con toda su confianza que está en Cristo, quieren despertar en los hombres la misma esperanza. Dicen, "Nuestra contribución... ¿qué tenemos para ofreceros en medio de las graves y complejas cuestiones de nuestra época?. -Muchas veces me lo han preguntado aquí en El Salvador: ¿Qué podemos hacer?. ¿No hay salida para la situación de El Salvador?. Y yo, lleno de esperanza y de fe, no sólo una fe divina sino una fe humana, creyendo también en los hombres, digo: sí hay salida, pero ¡que no se cierren esas salidas!. ¿Cuáles son esas salidas?. Y los obispos de Puebla dijimos-: ¿De qué manera podemos colaborar al bienestar de nuestros pueblos latinoamericanos cuando algunos persisten en mantener sus privilegios a cualquier precio y otros se sienten abatidos, mientras que los demás promueven gestiones para su sobrevivencia y la clara afirmación de sus derechos?". Esto es grave, hermanos, como que los corazones se endurecen a defender únicamente posiciones egoístas. - Levantaos y andad. Pero la Iglesia tiene su contribución: "¿Qué tenemos que ofreceros?. Como Pedro, ante la súplica dirigida a las puertas del Templo, os decimos al considerar la magnitud de los desafíos estructurales de nuestra realidad Era un paralítico, también, que a las puertas del templo de Jerusalén pedía limosna y cuando pasaba Pedro con Juan a orar, el pobre mendigo se les quedó viendo y como que le iban a dar limosna. Pero, entonces, Pedro pronuncia estas palabras: "No tenemos oro ni plata que daros", -y esto decimos también los obispos-. "No tenemos oro ni plata para daros, pero os damos lo que tenemos: en nombre de Jesús de Nazaret, levantaos y andad". - Cristo es nuestra riqueza. "Aquí -dice el Mensaje- la pobreza de Pedro se hace riqueza y la riqueza de Pedro se llama Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, siempre presente, por su Espíritu Divino, en el Colegio Apostólico y en las comunidades que se han formado bajo su dirección". Y recordamos aquí unas palabras de Juan Pablo II, en su misa inaugural como Sumo Pontífice, cuando en la Plaza de San Pedro exclamó: no temáis, abrid de par en par las puertas a Jesucristo. Abrid a su poder salvador las puertas de los Estados, los sistemas económicos y políticos, los extensos campos de la cultura, de la civilización y del desarrollo". Esto es lo que nosotros podemos aportar. Ya recordamos una vez más este mensaje, que no es tarea de la Iglesia dar soluciones técnicas. Por eso la Iglesia tampoco se puede identificar con ninguna solución política. Los políticos, que estudien las soluciones políticas; los sociólogos que estudien las soluciones sociológicas; los economistas tienen materia donde estudiar en El Salvador soluciones economistas; la Iglesia solamente aporta un valor: la esperanza en los hombres. Decirles a los políticos, al técnico, al sociólogo, a todos los ricos y a todos los que tienen en sus manos las llaves de la solución: no desesperen, abran los campos a la doctrina de Cristo; la Iglesia no busca ninguna hegemonía, la Iglesia busca sólo servir, inspirar. ¡Ténganla en cuenta!. Por eso pedimos perdón por si acaso no nos tienen en cuenta, porque nuestra mediación humana ha sido defectuosa. Pero no se fijen en nosotros, busquen a Cristo al que, ustedes y nosotros, tenemos que buscar como esperanza, en su doctrina. Por eso San Pablo termina su lectura, hoy, diciéndonos: "En el Espíritu que Dios nos ha dado nos ha ungido, nos ha sellado, nos ha dignificado, nos ha hecho capaces de tener pensamientos de Dios, nos ha dado la gran dignidad de llamar Padre". Y un padre no se complace de ver perecer a su hijo. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTARÉsta es la gran esperanza que la Iglesia alienta y que en este Domingo en que las lecturas bíblicas han sido un marco para presentarlas a ustedes en nombre de todos los obispos de Puebla, un llamamiento a la esperanza, vamos ya a acercarnos a esta Vida que desde el altar nos da el testimonio de un amor imperecedero. Aquel eterno amén de los hombres y eterno sí de Dios, vive en nuestros altares. Es alma de nuestra Iglesia, vive en nuestro pueblo. En el mensaje hay un pasaje donde se dice: "La riqueza de los hombres y de las mujeres en América Latina es su esperanza y su fe cristiana". ¡No lo malgastemos! que en algo puede servir esta palabra, sea para esto, hermanos. No tengo pretensiones de otra cosa. Y esto sería mi más grande orgullo: que ese tesoro que venimos heredando de la evangelización de los siglos pasados no se nos anquilose, no se nos paralice, no se haga inválido. ¡No perdamos la esperanza en nuestra Iglesia! La Iglesia es un organismo vivo, son ustedes bautizados, los ungidos por el Espíritu de Dios. Ustedes, los cristianos políticos; ustedes, los que tienen capitales y son cristianos; ustedes: los sociólogos, los técnicos, los profesionales; ustedes tienen la llave de la solución; pero la Iglesia les da lo que no pueden tener ustedes: la esperanza, el optimismo para luchar, la alegría de saber que hay solución, de que Dios es nuestro Padre y nos va impulsado. Porque así como para curar al paralítico necesitó hombres que lo subieran al techo y lo pusieran frente a Cristo, también Cristo y Dios podrán hacer, ellos solos, la salvación de nuestro pueblo; pero quieren, también, tener camilleros, hombres que le ayuden a llevar a este paralítico que aquí se llama la república, la sociedad, para que lo pongamos: con manos de hombre, con soluciones de hombre, con pensamientos de hombre, frente a Cristo que es el único que puede decir: "He visto tu fe, levántate y camina". Y yo creo que ¡nuestro pueblo se levantará y caminará! |
Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez Ciudad Barrios, El Salvador; 15 de agosto de 1917 – † San Salvador, (Id.), 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral. Archivos
Agosto 2021
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