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Tercer Domingo de Cuaresma

3/27/2011

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Queridos hermanos:
 


INTRODUCCIÓN: PEREGRINACIÓN ESPIRITUAL HACIA LA PASCUAEn esta Cuaresma, queridos hermanos, los verdaderos cristianos no olvidan que nos encontramos en una peregrinación espiritual hacia una meta bien definida: la celebración de la Pascua. Y así será de fructuosa la Pascua para nosotros -la muerte y la resurrección de Cristo- en la medida en que esta peregrinación espiritual de la Cuaresma la hayamos hecho con verdadero anhelo de redención y vida eterna. Pero así como toda peregrinación es un caminar en medio de realidades y corremos el peligro de quedamos distraídos en el camino o equivocar el camino hacia la meta, hemos de ver cada domingo la luz de la palabra que nos gula y, al mismo tiempo, las realidades que nos rodean para iluminarlas. Yo, peregrino de la Cuaresma, ¿qué debo pensar de estas realidades a mi alrededor?
 


HECHOS DE LA SEMANASOLIDARIDAD CANADIENSE CON LA ARQUIDIÓCESISHoy, por ejemplo, al saludar con cariño fraternal a este sacerdote canadiense, el P. Guillermo Smith de la diócesis de Prull, Quebec, y recibir de parte de él un saludo fraternal del obispo de aquella diócesis de Prull, quiero sentir con toda la Arquidiócesis un estimulo de solidaridad. Agradezcámosle al Señor estos gestos fraternales que han abundado en estos días de parte de obispos, de comunidades, de cristianos de otras partes. Pero compartir nuestra concelebración de la Misa, es sentir que esta Iglesia no va sola y que vamos peregrinando con todos aquellos que sinceramente quieren sentir con la Iglesia.
 


GESTOS PROFÉTICOS DE NICARAGUA Y FRANCIAPor eso, en este marco, diríamos internacional, quiero evocar aquí dos noticias de la semana: de Nicaragua nos llega la noticia de una multa impuesta a una emisora por haber transmitido parte de la Carta Pastoral de los Obispos que declararon que no podían callarse ante las injusticias y violaciones de los derechos humanos en aquel pueblo. Del Arzobispo Cardenal de París, la noticia también por la prensa, de que no quiso celebrar una misa que le pedía el Gobierno de Argentina, en el centenario del nacimiento del General San Martín, en atención a que dos religiosas francesas han desaparecido y se quiere el esclarecimiento de este crimen. Como ven, hermanos, gestos proféticos que apoyan las actitudes de nuestra Arquidiócesis queriendo ser fiel a su Evangelio. Es hermoso que los hermanos cristianos de Nicaragua estén ayudando a pagar esa multa como solidarios con la voz del Episcopado.
 


INCENDIOS EN SAN SALVADOREn esta semana también hemos visto un reaccionar -esperamos que saludable y eficaz- contra esa ráfaga de incendios. De parte de la Iglesia yo sólo quiero recordar esto: que aquel que causa un daño en los bienes ajenos, está obligado a la restitución. No sabemos, es un misterio el por qué de estos incendios, pero ciertamente si son voluntarios y con ello se pretende hacer daño a una persona, el criminal, el incendiario, está obligado en conciencia a restituir por el fraude o el engaño que quiso hacer con ese incendio. La moral es intransigente en esto, y para dar una absolución sacramental a un pecador que ha cometido un pecado como éste, antes de absolver al pecador, le pide que restituya; y si no, es indigno de la absolución.
 


ANUNCIO DEL SEMINARIO DE REFORMA EDUCATIVATambién se anuncia ya para los próximos meses, un seminario sobre reforma educativa. Por las noticias sabemos que han sido invitados a participar: el Presidente de la Cámara de Comercio, el Presidente de ANEP, el Rector de la Universidad. Esperamos que también se tenga en cuenta la capacidad educativa de la Iglesia que tiene gran influencia en nuestro medio. La exclusión de ese sector educativo podría ser fatal, porque haría muy parcial una reforma educativa que tiene que ser de mucha trascendencia para un pueblo mayoritariamente católico.
 


CONFLICTOS LABORALESLlegan a nuestra oficina de Socorro jurídico, siempre muchas anomalías. No se logran arreglar los conflictos laborales en el Centro de la Azucarera Izalco y en el Sindicato de la Unión de Trabajadores de la Construcción. Hay quejas también de campesinos buscando terrenos y quienes puedan facilitarles para subsistir, con la angustia de que ya llegan las lluvias y no tienen dónde sembrar para sus familias. Yo quiero recordar esta palabra de la encíclica de Pablo VI, Populorum Progressio en el número 23: "Si alguno -cita aquí las palabras de la carta de San Juan- tiene bienes de este mundo y viendo a su hermano en necesidad le cierra sus entrañas, ¿cómo es posible que resida en él el amor de Dios?". Y el Papa Pablo VI comenta: "La propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto, no hay ninguna razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera a la propia necesidad cuando a los demás les falta lo necesario. El derecho de propiedad no debe jamás ejercitarse con detrimento de la utilidad común". Según la doctrina tradicional de los Padres de la Iglesia y de los grandes teólogos: "Si se llegase al conflicto entre los derechos privados adquiridos y las exigencias comunitarias primordiales, toca a los poderes públicos procurar una solución con la activa participación de las personas y de los grupos sociales".
 


DENUNCIAS DE CAPTURAS Y DE DESAPARECIDOSLlegan también, hermanos, muchas denuncias de capturas, de desaparecidos. Quiero destacar, en una avalancha de correspondencia que llega al Arzobispado acerca de Amnistía Internacional sobre desaparecidos, el caso de la señorita Lil Milagro Ramírez. Y me ha conmovido una carta de una cristiana francesa; esta, sí, dirigida en original a mí y dice: "Monseñor: Es una cristiana la que le escribe y que está por la abolición de la tortura. Nosotros estamos lejos y no podemos hacer otra cosa que escribir y dirigimos a un ministro de Jesucristo. ¿Entiende Ud. mi llamamiento?" ¿Cómo no lo voy a entender? ¡Gracias a Dios ha sido nuestra voz! Y sentimos que este apoyo internacional nos da fuerza para preguntar lo que estamos preguntando hace mucho tiempo: ¿Dónde están los desaparecidos? En reunión con madres de reos o de desaparecidos, hemos sufrido la angustia de quienes ven como una nube de polvo que se tiende sobre ese dolor, cuando se quiere desmentir este atropello tan cruel a tantos hogares. ¡Siquiera se les informe! ¿dónde están?
 


AGRADECIMIENTO POR EL HOMENAJE DEL PRIMER ANIVERSARIO DE MI EPISCOPADOQueridos hermanos, dentro del ámbito nuestro, como hogar de la Iglesia, quiero mencionar también este marco histórico de la semana. Ante todo, agradecer a mi querida Arquidiócesis con sus sacerdotes, religiosos y fieles, el cariñoso homenaje del recién pasado 22 de febrero, para celebrar el primer aniversario de mi episcopado en esta querida Arquidiócesis. La Catedral, ese día de la Cátedra de San Pedro, hizo aquí una manifestación preciosa de solidaridad con su Obispo; y, a través del Obispo, con la sede de Pedro. Esta es la unidad de nuestra Iglesia que yo quiero agradecer. De manera especial el discurso del Padre Jesús Delgado, que algunos naturalmente consideraron como ofensivo, mal intencionado. Ya sabemos, pero queremos decir aquella palabra de Cristo: "Si tu ojo fuera limpio, todo tu ser sería lúcido; pero como tus intenciones tal vez están compradas o son sucias, todo lo ves turbio".

De todas maneras, hermanos, yo no quiero -como lo dije en aquella misma ocasión- ser un ídolo; jamás permitiré yo convertirme en un ídolo de muchedumbres y engañar así; porque: "Maldito el hombre que se apoya en la carne", dice la Sagrada Escritura. Lo que dije aquí cuando me hicieron el honor del Doctorado Honoris Causa, sólo quiero ser un signo como Juan Bautista: desaparecer la persona y que crezca la palabra eterna del mensaje de Cristo. Si en este sentido se me tributan homenajes, en lo personal ¡cómo quisiera rehuirlos!, pero cuando los enfoco hacia Cristo, el Buen Pastor, y la fe de ustedes descubre en mi pobre persona el eterno mensaje de El Salvador, tengo que acogerlo y presentarlo como un ramo de rosas frescas al Divino Sacerdote, a Cristo Nuestro Señor. Así, pues, el agradecimiento es de parte de nuestra fe, y para invitarlos a seguir fortificando cada vez más nuestra amistad con el obispo para ofrecerlas juntos a aquel que es el centro de nuestra religión, Nuestro Divino Salvador Jesucristo.
 


ANUNCIO DE LA CELEBRACIÓN DEL PRIMER ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL P. RUTILIO GRANDEEn este sentido de fe, también, yo les anuncio que vamos a celebrar el aniversario del asesinato del P. Rutilio Grande y de sus dos campesinos: Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus. La fecha propiamente es el 12 de marzo, pero por prudencia y para que no se miren malas intenciones, lo vamos a anticipar. El próximo domingo celebraremos una misa en el Paisnal; y aquí en la Catedral, el sábado 11 al medio día, a las 11, los hermanos sacerdotes del P. Grande concelebrarán una Eucaristía. Tenemos, hermanos, la obligación de recoger el recuerdo de nuestros queridos colaboradores; y si han muerto bajo un signo martirial, recoger también su ejemplo de entereza, de valor, para que esa voz que quisieron acallar con la violencia no se muera, sino que siga siendo el grito de Jesucristo: "No temáis a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero dejan vibrando la palabra y el mensaje del eterno Evangelio".
 


CELEBRACIÓN DE LOS CAIDOS EN LA PLAZA LIBERTADEn este mismo sentido, también se ha solicitado la celebración de una Misa en la Iglesia de El Rosario, el 28 de febrero, en sufragio de los caídos en la Plaza Libertad. Que conste, queridos hermanos, la Iglesia no tiene otra intención que orar por los muertos; y cuando se trata de muertos por la violencia, recoger también el mensaje de esa violencia, que lo hemos repetido aquí muchas veces: no habrá paz mientras se quiera construir la paz con la represión. Solamente habrá paz cuando se respeten los derechos del hombre, entre los cuales está el derecho natural a participar en la política y en el gobierno de los pueblos para trabajar, desde los propios dones que Dios nos ha dado, al bien común de la nación.

Creerse insustituibles y no querer que otros colaboren, es un atropello del cual resultan -como dijo el Papa- duelos que se lamentan como frutos de la violencia. Quiera el Señor que estas oraciones por el P. Grande y sus compañeros de muerte y también en sufragio de los otros difuntos, sean entendidas como verdaderos mensajes de la Iglesia. Que quede bien claro: que la Iglesia tiene una finalidad religiosa, y sólo de esa religiosidad, de esa unión con Dios, de esa oración, derivan sus reflejos en lo social, en lo político y en lo económico. Pero que todo grupo de liberación, todo partido político, toda agrupación que netamente busque estas finalidades terrenales, no tiene que utilizar a la Iglesia en sus altas finalidades religiosas; y nadie tiene también el derecho de confundir los fines religiosos de la Iglesia cuando ellos coinciden con los fines temporales de otras agrupaciones. La Iglesia tiene una misión de transcendencia, de la cual, cabalmente, nos habla la palabra de hoy.
 


NOTICIAS ECLESIALESPero antes quiero enviarles un saludo cariñoso a las comunidades que me dieron tan cariñosa acogida en esta semana. Los Llanitos, un simpático cantón de Ayutuxtepeque; la parroquia de Concepción, donde inauguramos una clínica con la asistencia de generosos médicos; San Matías, donde el P. Guardado nos dio una acogida con su pueblo para celebrar al patrón San Matías: Monte San Juan, pintoresca colina donde se erige un templo bellísimo, al cargo del P. Antonio Alfaro. ¡Cómo gozamos en compañía de aquella buena gente! Cursillos de Cristiandad, -que en su Ultrella del lunes recién pasado, manifestaron propósitos de una renovación cristiana puesta al día con las exigencias actuales de la Iglesia. También, hermanos, para pedirles una oración por la salud de nuestro querido hermano el Padre Uberto Calderón, que se encuentra en la Policlínica. Y pedirles mucha oración y también mucha participación en la preparación que toda América Latina está haciendo para celebrar, el próximo octubre, la Tercera Reunión General del Episcopado Latinoamericano en Puebla: Clero, religiosos, religiosas y laicos que aman de veras a la Iglesia en Latinoamérica, tienen que estar muy despiertos y aportar todo lo que puedan para que esta reunión del episcopado sea realmente la voz de las preocupaciones auténticas de la evangelización en América Latina.
 


1. UN SIGNO DE REDENCIÓN PARA EL PUEBLO DE DIOS EN EL DESIERTOLes decía, pues, hermanos, que la palabra sagrada de hoy, siguiendo un esquema desde hace muchos siglos, es como un directorio, como un esquema de escuela que se ofrece a los catecúmenos. Eran los que se estaban preparando para recibir el bautismo el Sábado Santo en la noche. Nosotros, gracias a Dios, ya somos bautizados, pero el Concilio Vaticano II nos invita a hacer de la Cuaresma una toma de conciencia de lo que es nuestro bautismo. Lo recibimos sin darnos cuenta, pero cada año la Cuaresma tiene que ser una conciencia nueva de lo que significa ser yo un hombre bautizado. Y, entonces, las lecturas entresacadas de la Biblia para los catecúmenos de otros tiempos, sirven para los cristianos de hoy. Y nos hablan del bautismo al mismo tiempo que nos van exponiendo, en una forma atractiva, la historia de la salvación.

Recordarán que hace dos domingos, ler. domingo de Cuaresma, la historia de la salvación se inicia con la creación en el Paraíso y Adán y Eva en su primer pecado y la promesa de una redención. Hace ocho días se destacaba la figura de Abraham, el hombre escogido en el pueblo antiguo para formar un Pueblo de Dios del cual va a nacer como una promesa de redención para todos los pueblos, Jesucristo, el Hijo de Abraham, el hijo de David. Y ahora surge un tercer personaje en la Cuaresma: Moisés.
 


MOISÉS, LA FIGURA-INSTRUMENTO DE DIOS PARA LIBERAR A SU PUEBLOYo les invito, hermanos, a que en esta semana ustedes mismos lean el libro del Exodo. El Exodo viene a ser para el Viejo Testamento -dicen los biblistas- lo que es para el Nuevo Testamento la Encarnación de Cristo: el evangelio de la Encarnación. No tiene sentido el Evangelio sin aquel anuncio del ángel a María de un Dios que se hace hombre. Así, también, toda la vieja historia de la Biblia arranca de aquella iniciativa de Dios: de formarse un pueblo, del cautiverio de Egipto llevarlo a la libertad, hacer con él una alianza. Y el personaje central del Exodo, el personaje-instrumento de Dios para esta alianza, para ésta liberación, para esta forja de un pueblo que se distinga con perfiles, con leyes, con institutos tan propios, es Moisés, figura gigantesca, colina del Viejo Testamento. No podemos pasar esta Cuaresma sin dedicarle a él un pensamiento, ya que la Cuaresma nos prepara para la fiesta de la redención. En la redención aparecen estos personajes presagiando ese redentor, anunciando esa redención. Y Moisés se nos presenta en la lectura de hoy en un breve -diríamos- relámpago, como esas fotografías que se toman a relámpago. Moisés está dando golpes con su vara a la roca de la cual brota un agua prodigiosa.
 


LA ACTITUD DEL PUEBLO DE DIOS MURIÉNDOSE DE SED EN EL DESIERTOPara comprender toda la belleza de esta figura, hay que tener el marco histórico en que sucedió. Fue cuando los israelitas huyendo de Egipto se encuentran en el desierto sedientos y casi blasfeman: "¿Está o no está Dios con nosotros? ¿Nos vas a dejar morir de sed? Mejor no nos hubieras sacado de aquel cautiverio." ¡Qué difíciles son los pueblos ante los que los quieren redimir! Y Moisés se dirige a Dios, -es el escape de todo profeta: orar- "¡Señor! ¿qué hago con este pueblo?, me van a apedrear, me van a matar!". Y Dios, con la serenidad de la omnipotencia, Él que va guiando por pasos difíciles que parecen imposibles a los pueblos, calma a Moisés.

Hermanos, la actitud del pueblo en un desierto, muriéndose de sed y que luego se hace historia de Israel, pueblo también de estepas, de arideces, el agua tiene un lenguaje único, el agua que nuestras bocas sedientas toman con avidez. De allí toma su figura este liberador para transmitir a la posteridad cristiana, lo que ha de ser la redención.
 


2. LA REDENCIÓN QUE CRISTO TRAE AL MUNDO: "EL QUE TENGA SED, VENGA A MÍ Y BEBA"Por eso, cuando Cristo Nuestro Señor quiere explicar en qué consiste la redención que Él trae al mundo, usa esa palabra: "El que tenga sed, venga a mí y beba". Pero creo que entre las explicaciones de Cristo -valiéndose de esta comparación, el agua- no hay un pasaje más bello que el que se ha leído hoy en el Evangelio de la Samaritana.
 


LA RESPONSABILIDAD DE RECIBIR EL BAUTISMOEs una bonita catequesis del bautismo. Si queremos comprender qué ha hecho Cristo conmigo cuando mi padre y mi madre me llevaron al bautismo, leamos el pasaje de la Samaritana y tendremos una idea en esta Cuaresma, para darle gracias a Dios por ser un pueblo de bautizados. Es una lástima, hermanos, que vivimos una dignidad, una grandeza tan excelsa: ser bautizados y no haber comprendido lo que significa ese momento que tal vez se ha quedado allá entre los recuerdos de la infancia, pero que no es para nosotros un motivo de gratitud a Dios, un compromiso con Nuestro Señor.

Gracias a Dios que las comunidades actuales están estudiando y reflejando muy a fondo la responsabilidad del bautismo. Por eso, insistimos, hermanos, escúchennos bien, que, hoy, para bautizar a un niño es necesario que reciba unas explicaciones pre-bautismales. No hagamos del Bautismo un acontecimiento social, solamente para hacer una fiesta en la casa, para entrar en parentesco de compadres con un personaje que tal vez nos conviene socialmente, políticamente. ¡No es eso el Bautismo! Es que va a crear una nueva relación con Dios el que nació hijo de sangre y de la carne. Oigamos cómo Cristo va instruyendo a esta mujer, hasta convertirla a la fe.
 


CRISTO NOS ENSEÑA A TRASCENDER LA REALIDAD INMANENTELa primera escena parte de una necesidad fisiológica: tener sed. Una mujer que llega con su cántaro al pozo y un judío que le pide: "¡Dame de beber porque tengo sed!" Es mediodía. De verdad Cristo tenía sed. Y le pedía de verdad agua del pozo a la Samaritana. Pero el primer impulso de aquella mujer -las relaciones humanas, políticas- es "¿Cómo me pides de beber tú, que eres un judío, a mí, que soy una samaritana? ¿Que no ves que no nos podemos entender?". Y Cristo parte de esta realidad mezquina, pequeña de los hombres para orientarla a la transcendencia: "¡Ah si supieras quién es el que te pide, tú le pedirías y Él te daría un agua viva que salta hasta la vida eterna!" La mujer todavía entiende las cosas materialmente: "¿Cómo me vas a dar agua tú si no tienes con qué sacarla de este pozo? ¿Que acaso eres más grande tú que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo?"

¡Qué pequeñas son las miradas del hombre cuando sólo mira la inmanencia, las cosas de la tierra! Por eso les decía antes: no confundan la perspectiva de Cristo con la perspectiva del hombre; no confundan nunca la liberación del cristianismo con las liberaciones temporales, económicas, sociales, políticas. Lamentablemente este es un grito de calumnia contra la Iglesia, queriendo confundir sus rectas intenciones trascendentes. Como la Samaritana, se parecen los necios de hoy: la Iglesia se mete en política, la Iglesia es subversiva, la Iglesia predica a los pobres.

Hermanos, es la visión miope de las liberaciones de la tierra. Cuando un grupo liberador quiere manipular la Iglesia para sus fines temporales, está abusando de la Iglesia y la Iglesia no se deja. También cuando un grupo de prepotencia o de política, de dominio, quiere utilizar a la Iglesia para sus fines, se quiere manipular la Iglesia y la Iglesia no se puede dejar. Es Cristo que no quiere perder su perspectiva de eternidad que le está ofreciendo a la Samaritana por una visión de sed. Prefiere sacrificar la sed de su garganta pero no traicionar la finalidad de esta sed eterna que Él está queriendo saciar en aquella mujer que tiene sed de cosas mucho más graves que la sed de su garganta.
 


CRISTO NOS ELEVA A UNA RELACIÓN DE FEEl hecho es que viene la segunda escena donde Cristo eleva a esta mujer, la invita a una relación de fe. Y la mujer, cuando le dice Cristo: "Vete a llamar a tu marido". La mujer es franca y le dice: "No tengo marido". Cristo es franco también: "Has dicho verdad, cinco hombres has tenido y el que tienes hoy no es tu marido". ¡Qué triste es la realidad de la gente que cree que no tiene sed de cosas espirituales cuando se está muriendo en la miseria moral!

Por eso, hermanos, la Iglesia se asocia a las liberaciones de la tierra, pero para darles un sentido trascendente, para decirles: no se contenten únicamente con las cosas temporales; miren más allá. Entonces, cuando la mujer se ve sorprendida en su vida Íntima, hace esta confesión: "Señor, veo que eres profeta". Y quizás, como quien quiere rehuir la conversación, lo lleva a un tema profético y le dice: "Ya que tú eres profeta, ¿qué piensas tú de esta controversia entre judíos y samaritanos? Ustedes los judíos dicen que a Dios hay que adorarlo en Jerusalén, en el templo, y nosotros decimos que aquí". Y estaba el pozo de Jacob al pie del monte Garizim, donde según la tradición samaritana, se erigieron los primeros altares del pueblo de Dios. Y Cristo le responde con la libertad de los verdaderos hijos de Dios: "No te fijes en controversias religiosas, ya llega la hora, ya está aquí el que es redentor, sabe que va llegando esa hora en que Dios, es adorado no en esta montaña ni en Jerusalén, Dios es adorado en espíritu y en verdad". Dios es espíritu, no necesita templos. El templo de Jerusalén tuvo un sentido relativo como todos los templos de la tierra. ¡Que se roben los templos de Quezaltepeque, que importa! No es eso la religión. Que nos roben los templos materiales, de esto está llena la historia de la Iglesia. No es por eso que está la Iglesia en la tierra. La Iglesia es otra cosa, le dice Cristo, la Iglesia busca adoradores de Dios en espíritu y en verdad; y esto se puede hacer bajo un árbol, en una montaña, junto al mar. Donde haya un corazón sincero que busca sinceramente a Dios, allí está la verdadera religión.

Esto, hermanos, escandaliza a muchos, porque muchos han querido amarrar a la Iglesia a estas cosas materiales; y a esto llaman prestigio, a esto llaman fidelidad: a sus tradiciones. Esto, a veces son traiciones a la verdad de la Iglesia. Dios es espíritu y no necesita los poderes y las cosas de la tierra, busca sinceridad en el corazón. Un llamamiento a la Samaritana que se convierta por encima de todas sus tradiciones y de todas las controversias. Ya está llegando la pecadora al punto en que Cristo la quiere encontrar.
 


CRISTO SE REVELA AL QUE SE CONVIERTEPor eso, aquel diálogo tan interesante junto al pozo termina con una inquietud de la Samaritana: "Señor -le dice- yo sé que vendrá un Mesías. Cuando ese Mesías venga, Él nos va a enseñar todo". Y entonces aflora la belleza del diálogo cuando Cristo, brevemente le dice en el versículo 26: "Yo soy, el que estoy hablando contigo." ¡Qué hermosa revelación! Un hombre llega a ver a través de sus miserias, a través de sus miopías, a través de sus cosas de la tierra, que se ha dejado elevar poco a poco por Cristo y ese Cristo se le descubre en la satisfacción profunda de la conciencia: "Yo soy, el que estoy hablando contigo". Hoy mismo, queridos hermanos, cada uno de ustedes, yo mismo, sentimos, si de veras hemos venido a nuestra misa con fe, que nos encontramos con Cristo.

Por eso les digo: No es mi persona ni mi palabra de hombre la que interesa en mi mensaje de ministro de Cristo, como me dice la francesa: "yo no soy más que una voz de aquel ser oculto que se quiere encontrar contigo". Ojalá mi pobre palabra despertara esa inquietud de tantos y tantas que como la Samaritana ansían redención pero la buscan en un cántaro de agua, en un pozo bajo tierra y no se elevan con Cristo a encontrarse en la belleza de aquella verdadera redención: "Yo soy, el que hablo contigo".
 


EL HOMBRE QUE ENCUENTRA A CRISTO SE CONVIERTE EN SU APOSTOLY cuando la mujer se siente que ha encontrado al que ha esperado todo su pueblo durante tantos siglos, deja su cántaro olvidado. Ahora sí sobra el cántaro y sale corriendo a la ciudad de Siquém y anunciando a todos: "¡Vengan a ver! ¿Será este el Mesías? Me ha dicho todo lo que he hecho". No le avergüenzan ya sus pecados.

Hermanos, la Iglesia no se avergüenza de sus pecados, sabe que es humana, sabe que está compuesta por nosotros, miserables, frágiles. Cuando los enemigos nos echan en cara los pecados de la Iglesia, no se dan cuenta que nos están elogiando en la autenticidad. Si somos una Iglesia de hombres, una Iglesia de frágiles, una Iglesia de pecadores, la Iglesia de la Samaritana que va diciendo a los samaritanos, sus paisanos: "Me ha dicho que tuve cuatro hombres y no tengo marido. Me han dicho la verdad, vengan a ver".

Cuando ese descubrimiento de nuestras miserias se recibe con humildad y se ilumina con fe, cuando hay buena voluntad, hermanos, hasta en las deficiencias de la Iglesia se encuentra a Cristo. Pero cuando el ojo está sucio, cuando hay intenciones tan viles en los calumniadores, cuando las plumas están bien pagadas para calumniar y los locutores de radio lo mismo les da vender su voz a la verdad que a la mentira, entonces no hay sinceridad y el mismo Cristo puede hablarles y no convertirlos. Porque Cristo dice: "No todos reciben con buena voluntad este mensaje y esta palabra".
 


ES LA HORA DE LA IGLESIAEntonces la Samaritana se ha convertido en apóstol y como apóstol atrae muchedumbres a Cristo. Y esta es la última escena de este diálogo precioso de Cristo con la Samaritana. Podíamos llamar esta última escena: la Hora de la Iglesia. Ya no será Cristo el que predica personalmente, será Él a través de la Samaritana, será Él a través de todos los pueblos que vayan creyendo en Él. Y venía la muchedumbre de samaritanos a convencerse y a creer. Y le decían a la Samaritana: "Ya no creemos por lo que tú nos has dicho sino que lo hemos visto y lo hemos oído y ya Él nos ha dicho: Yo soy!" Esta es, hermanos, la resolución de todo acto de fe. Puede comenzar por el consejo de una mamá, de una esposa, de una novia, de un amigo, de un libro; a través de esa lectura, a veces sin sentido, nos inquieta algo y lo vamos buscando; y llega un momento en que ya no es el libro, ni la mamá, ni la novia, ni la esposa sino que la voz se presenta clara: "yo soy el que estoy hablando contigo en el silencio de esta oración, en el secreto de esta Iglesia, en la sinceridad de tu corazón. Nos hemos encontrado, ya eres cristiano". Esta es la Cuaresma. Por eso, cuando Cristo terminaba su relato les dice a los apóstoles: "Levanten la mirada, miren los campos, las faldas del Garizim, los campos regados por las aguas de este pozo. ¿No dicen ustedes que hay cuatro meses entre la siembra y la cosecha? Pero yo les digo: esta siembra de Dios, estos trigales de la Iglesia, no necesitan tiempo para sembrarse y madurar, porque el mismo segador está recibiendo la paga del sembrador". Es obra de Dios la hora de la Iglesia.

Hermanos, ahora también en la Arquidiócesis, Cristo nos invita a levantar la mirada. Miren cómo blanquean las mieses para la cosecha, miren mientras las abonan, a aquellos que la persiguen, cómo el abono que es estiércol se convierte en cosecha, en las almas buenas perseguidas, en las incomprendidas y están dando cosechas abundantes. Es la hora de la Iglesia.
 


3. LA SALVACIÓN ES INICIATIVA DE DIOSPor eso, hermanos, termino con la segunda lectura donde San Pablo nos describe el secreto de esta cosecha de Iglesia. ¿Por qué se convirtió la Samaritana? ¿Por qué se convirtieron los samaritanos? ¿Por qué se convierten los hombres que hace algunos meses se habían alejado de la Iglesia y ahora están volviendo? ¿Por qué hay una conversión, una penitencia en el corazón del pecador, del hombre frívolo, de la juventud? Hermanos, ¡qué encantador es ver que ahora jóvenes que antes dilapidaban su amor y su juventud, están encontrando algo serio en aquel que los llama de la sed de las cosas de la tierra, de la sed de pasiones, de la sed de inmoralidades, a esta fe nobilísima del Reino de Dios! Son comunidades de jóvenes, son comunidades de matrimonios, son cosechas de almas por todas partes que de veras están exigiendo brazos para recoger esta cosecha ¿Por qué? San Pablo nos dice hoy: "La iniciativa es de Dios".
 


EL AMOR INFINITO DE DIOSEn esto conocemos el amor infinito de Dios y meditémoslo mucho hoy que se acerca la Semana Santa cuando miremos pasar al dulce "Nazareno de la túnica morada" como dijo el poeta. No lo miremos como una poesía, como algo folklórico de nuestras tierras, las bellas celebraciones de Semana Santa, Recordemos en la imagen del Nazareno, en la imagen del crucificado, en el Cristo resucitado, el infinito amor de Dios que San Pablo nos describe hoy con un rasgo incomparable. Dice: "En esto conocemos el amor de Dios, en que siendo todavía enemigos de Dios y siendo miserables pecadores, nos mandó a su Hijo a salvarnos". ¿Quién da su vida por otro hombre? Si acaso, por un hombre de bien habrá quien la de, dice San Pablo, pero dar su vida, y vida de Dios, por un pecador, eso es una locura de amor, la locura del amor de Dios. El que no siente asco por nosotros, los primeros pecadores, y por aquellos que nos quieren sacar los trapos al sol, siendo los más pecadores porque no mirán la viga que llevan en su propio ojo, queriendo sacar la basura del ojo ajeno.

Todos somos pecadores y todos tenemos que volvemos hacia Dios. Y este es el llamamiento de la Iglesia a todos, a sus hijos, aún a los más santos y a sus hijos pecadores y a los que no son de su reino, a todos los hombres. Por todos ellos quiere la Iglesia imitar en algo al Señor que da su vida aún por aquellos que son sus enemigos y que se conviertan: el amor de Cristo.
 


LA CONVERSIONY queda la conversión. Y San Pablo en la segunda lectura de hoy como que define el panorama psicológico de la Samaritana. Fíjense, comparen, hermanos, con qué ánimo venía la Samaritana cuando venía al pozo y compárenla su espíritu con que va ahora de vuelta a su pueblo. Está convertida y siente lo que San Pablo nos ha dicho en la carta de hoy: "Hermanos, estamos en paz con Dios. Por Él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en la esperanza, nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de los hijos de Dios". ¡Qué bella es la vida, hermanos, cuando nos hemos encontrado con aquel que viene a salvarnos! ¡Qué bella es la vida cuando se lleva paz en la conciencia y esperanza de los bienes futuros! ¡Qué valiente es la situación de un cristiano!. No le tiene miedo a las armas ni a las torturas ni a los atropellos cuando lleva la paz de decir la verdad y la esperanza de recoger un premio por la fidelidad en esta tierra. Esto es lo que tenía la Samaritana, es lo que van recibiendo todos los que se convierten.
 


PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTARY mi homilía de hoy, pues, hermanos, a los bautizados y tal vez a los no bautizados, a los que han sido fieles o traidores a su Bautismo, es para hacerles un llamamiento: acerquémonos a nuestra Semana Santa, tal vez distraídos como la Samaritana buscando agua de esta tierra pero con un ansia de encontrar el agua que salta hasta la vida eterna. Recordemos en este Sábado Santo, que el Bautismo que nos dieron hace muchos años, hizo brotar en nuestro interior, en nuestra intimidad, una fuente de aguas vivas. Allí la llevas, ¿por qué te estás muriendo de sed? Siéntela, vívela, hazla florecer. Esta es la Semana Santa que queremos...

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Segundo Domingo de Cuaresma

3/20/2011

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Queridos Hermanos:
 


INTRODUCCIÓN: CRISTO TRANSFIGURADO, EL DIVINO SALVADORDe esta liturgia de la palabra es un personaje muy querido de todo este pueblo de Dios: ¡es Cristo transfigurado! Primitivamente la fiesta de la Transfiguración era este domingo, el 2º domingo de Cuaresma. Nosotros en San Salvador nos hemos acostumbrado a celebrarlo con el título del Divino Salvador, el 6 de agosto, fiesta que conmemora también el origen de nuestra ciudad. Y así encontramos, pues, entre nuestra historia más íntima y el Cristo transfigurado del evangelio de hoy, una relación profunda de fe que nos invita a hacer de la homilía de hoy, una convivencia de amor, de esperanza, de fe con el Divino Salvador y patrono de nuestra República, el que le dio nombre a El Salvador.
 


ILUMINACIÓN DE LA REALIDAD DESDE LA PALABRA DE DIOSEl Cristo transfigurado, Él es el que siempre nos habla porque el Padre nos dio esa recomendación: "¡A Él debéis de escuchar!" Y el que predica en esta cátedra, como en todos los púlpitos de las iglesias, no hace otra cosa que ser un eco humilde de esa voz divina y orientadora: Cristo, el Maestro. El que predica no hace otra cosa que tomar esa palabra eterna e iluminar con ella nuestras realidades por donde va peregrinando nuestra historia. Por eso mi preocupación de traer como marco a la palabra de cada domingo, la historia de cada semana. Es una historia tan densa la de El Salvador, queridos hermanos, que nunca se agota. Cada domingo encontramos hechos que están pidiendo la luz de la palabra del Señor. Y el verdadero cristiano en El Salvador no puede prescindir de estas realidades, a no ser que quiera profesar un cristianismo aéreo, sin realidades en la tierra; un cristianismo sin compromisos, espiritualista y así es muy fácil ser cristiano, desencarnado, desentendido de las realidades que viven. Pero vivir ese evangelio que por orden del Padre Eterno tenemos que escuchar de Cristo, ¡a Él escuchadle!, vivirlo en el marco real de nuestra existencia, eso es lo difícil, eso es lo que crea conflictos, pero es lo que hace auténtica la predicación del Evangelio y la vida de cada cristiano.

Cada uno de ustedes, queridos hermanos, tiene su propia historia, la historia de su propia familia, de su propia comunidad. Sería imposible señalar aquí esas historias concretas; pero eso es trabajo íntimo de cada uno. Que el Evangelio ilumine sus esperanzas, sus proyectos, sus desilusiones. Sus fracasos, ilumínelos con la palabra de Dios para que viva siempre de fe y de esperanza.
 


HECHOS DE LA SEMANAAGRADECIMIENTO POR LA MANIFESTACIÓN DE SOLIDARIDAD CON CRISTO DEL DOCTORADO HONORIS CAUSAMás bien como un ejemplo, yo cito aquí casos que nos interesan a todos, por ejemplo, aunque ésto me interesa más bien a mí, pero gracias al cariño, a la amistad de ustedes, puedo sentirlo como algo de familia con todos, es mi agradecimiento por la manifestación de solidaridad y de comunión que vivimos el martes de esta semana que pasa. Es algo inolvidable en mi vida, no por el honor de un Doctorado Honoris Causa, que francamente enaltece sobre todo cuando se origina en un centro universitario de tanto prestigio donde escasean estos honores. Pero lo recibí junto con ustedes y así he sentido que ha sido más bien un homenaje de comunión con mi querido pueblo, con mis queridos sacerdotes, por eso mi agradecimiento que ya lo he dicho, lo quiero repetir en este marco solemne de la homilía, a todas las personas que me manifestaron de una u otra forma sus sentimientos de solidaridad.

De manera especial al querido Señor Arzobispo, Monseñor Chávez, a Mons. Rivera, a Mons. Revelo, que tuvieron la bondad de compartir su presencia conmigo esta noche; al Clero no sólo de la Arquidiócesis sino que en manifestaciones muy elocuentes he recibido testimonios de solidaridad, principalmente del Clero de Santa Ana y de San Vicente; a los queridos jóvenes del Seminario Mayor y Menor; me han dado mucho consuelo sus palabras; una carta muy significativa del Menor en que expresan sus ideales sacerdotales en comunión con su Obispo, congregaciones religiosas, federaciones de colegios, comunidades parroquiales de base y muchas demostraciones individuales de diversas categorías humanas. El Señor les sabrá recompensar.

A los medios de comunicación social que se hicieron eco, principalmente a La Crónica, La Prensa Gráfica, El Mundo, radios KL, YSU, Radio Internacional, el Canal 2. Sé lo que les cuesta a los medios de comunicación condicionados por circunstancias tan difíciles. Por tanto, comprendo el silencio de los que no pudieron decir nada y admiro a quienes me dedicaron siquiera una pequeña gacetilla. El Señor bendiga a eso que significa un heroísmo en nuestro ambiente tan vendido a intereses.
 


INVITACIÓN AL PRIMER ANIVERSARIO DE SERVICIO EN LA ARQUIDIÓCESISDesde ahora también, hermanos, quiero invitarlos a la oración para el próximo 22 de febrero, en que voy a celebrar un año de servicio a esta Arquidiócesis. Celebraré la Misa aquí, en Catedral el 22, a las 12 del día.
 


DECLARACIONES DEL PRESIDENTE ROMERO EN ESTADOS UNIDOSEn este marco de la semana, también hermanos, con una visión de nuestra historia, no puede pasar desapercibido el discurso de nuestro Señor Presidente en Estados Unidos. Yo quiero destacar algunas frases, porque son precisamente el pensamiento de la Iglesia y por eso me extraña que muchas veces por expresarse así, la Iglesia sea tildada de comunista y de subversiva. Cuando dice por ejemplo: "La paz social es posible cuando existe un clima de armonía entre el sector laboral y el sector empresarial. La comprensión mutua de las justas aspiraciones de uno y de las reales posibilidades de otro, constituye el punto de equilibrio de ambas fuerzas, propicio para el trabajo que da riqueza y bienestar para todos". Parece muy genial y acertada la frase, las posibilidades de un sector y las aspiraciones del otro sector. Si se equilibraran con justicia, no habría que lamentar terrorismos ni violencias, represiones y otras cosas que han ensangrentado tanto nuestra Patria.
También cuando dice: "Queremos una nación saludable, en donde la libertad del hombre siga siendo el sustento de la democracia. Alcanzar mejores niveles de vida para los grandes núcleos de población de menores recursos económicos". Y sobre todo cuando dice: "Un nuevo modo de vivir, en donde el régimen económico responda ampliamente a principios de justicia social que tiendan a asegurar a todos los habitantes, una existencia digna del ser humano. Modernización del sistema de explotación y tenencia de la tierra mediante una participación más amplia de la propiedad." Es lo que la Iglesia ha dicho.
Y también este otro pensamiento: "Debemos satisfacer las aspiraciones del ser humano de participar en el gobierno, de exponer libremente su pensamiento, de tener igual de oportunidad de estudio y de trabajo, así como de fortalecer permanentemente sus facultades creadoras. El hombre, además de la libertad de querer gozar, también tiene el derecho a vivir con decoro y dignidad".
Lo que me da un temor, es escuchar en su discurso esta palabra: "Alcanzar una mejor distribución de la población, disminuir las tasas del crecimiento demográfico". ¿Qué se encierra bajo este disminuir el crecimiento? ¿Será una aceptación como condición para las ayudas, el mutilar las fuentes de la vida? Quiera el Señor que no subordinemos a un bienestar económico, las leyes morales de la naturaleza y de la creación, pero sí, en cuanto a un orden más justo, un nuevo modo de vivir, nuevas estructuras y una participación en las legítimas aspiraciones de todos para colaborar en el bien común sin miedos, sin represiones. Bendito sea Dios que la Iglesia siempre lo ha dicho. Y digo: precisamente es aquí donde están los grandes conflictos de nuestra Iglesia.
 


MAGISTERIO DE LA IGLESIA SOBRE DIÁLOGO IGLESIA-GOBIERNOCuando se habla de un diálogo entre Iglesia y Gobierno, es esto lo que la Iglesia busca, como dijo el Papa a nuestro Embajador: "Un diálogo constructivo, desde unas perspectivas pastorales en que busca la Iglesia no sus bienestares sino el servicio auténtico a un pueblo que clama libertad, dignidad, igualdad". Por eso, contrasta la noticia que publicaba La Prensa Gráfica, de que el Departamento de Estado de Estados Unidos entregó al Congreso un documento sobre la forma en que se respetan los derechos humanos en América Latina y al hablar sobre El Salvador, afirma que hay una creciente presión de los insatisfechos y oposición a hacer cambios por parte de los privilegiados, lo cual ha engendrado mayor violencia.

He aquí lo que precisamente la Iglesia señala en todo nuestro continente: los terrorismos, los brotes de violencia, la Iglesia no los puede aprobar, pero sí, no puede tampoco reprobarlos sin un análisis profundo de dónde proceden. Mientras una violencia institucionalizada, privilegiada, trate de reprimir las aspiraciones justas de un sector, siempre estarán las semillas de la violencia entre nosotros. Por eso, mientras no se haga efectivo un nuevo modo de vivir, no tendremos paz, ni unidad, ni comunión entre los salvadoreños.
 


SOBRE EL SINDICATO DE TRABAJADORES DE LA CENTRAL AZUCARERA IZALCOTambién con la esperanza de esas palabras quiero informarles sobre una carta del Sindicato de Trabajadores de Empresa Central Azucarera de Izalco, en que informan que ya son 17 días de huelga demandando la celebración de un contrato colectivo y el cese de atropellos contra trabajadores y leyes laborales. Acusan de complicidad y entreguismo al Ministerio de Trabajo al negarse a citar a la patronal para discutir el problema y la parcialidad de no querer que la patronal cumpla con los acuerdos ya tomados con el Sindicato. Termina la carta solicitando la mediación del Arzobispado en favor de sus objetivos y de la libertad de varios compañeros que dicen que están presos. Como siempre nuestra respuesta es aceptar todo servicio mientras se le solicite y se acepte.
 


GESTIÓN DE LIBERTAD DE UN UNIVERSITARIOTambién tuvimos en el Arzobispado la visita de una delegación de la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras, nos pide apoyo en su gestión de libertad del compañero hondureño Luis Alberto Bonilla Contreras, detenido según ellos por la Policía Nacional el 18 de diciembre de 1976. No les ha sido posible visitar los cuerpos de seguridad.
 


OPERATIVO MILITAR EN EL CANTÓN CHILICUYOTambién quiero participar del temor que la carta de la Comunidad del Cantón Chilicuyo denuncia, cuando dice que un operativo militar destacó un contingente para inspección en la hacienda Formosa. Temen ellos consecuencias desagradables. Quiera el Señor que no.
 


AVISOSFinalmente, hermanos, y en forma de familia, quiero anunciarles que hoy se va a bendecir una clínica en la iglesia de Concepción, felicitar a los P.P. Franciscanos y a los colaboradores médicos, enfermeros que van a trabajar allí junto a la Parroquia de Concepción.

Alegrarme también, con la peregrinación a Tierra Santa que nos ha anunciado don Juan Francisco Rivas Canjura y pedirle que nos encomiende allá en la tierra que fue escenario de la redención de los hombres.

También una oración por el eterno descanso de Hipólito Morales y Daysi Guadalupe Aguilares de Marroquín.
Y como aviso, hermanos, para este domingo, les dije que el tercer domingo de cada mes les pediría una ayuda económica para el Seminario. Sostener nuestra obra máxima es trabajo de todos, sin olvidar que este domingo se clausura la semana del Sacrificio Voluntario que iniciamos el domingo pasado. Hoy la colecta que se va a hacer tendrá estos dos objetivos: la ayuda al Seminario y una ayuda contra el hambre. Hambre de Dios, hambre de cultura y hambre de pan. Para llenar el vacío que dejan estas tres hambres, necesitamos la ayuda de todo el pueblo de Dios.

Y, hermanos, ya nos encontramos con este marco histórico real, con la liturgia de la palabra de hoy. Podíamos llamar esta homilía: La Iglesia, Israel espiritual. Y propondría estos tres pensamientos:

1º) Dios salva a los hombres constituyendo un pueblo de Dios.

2º) Cristo transfigurado, es el heredero de todas las promesas salvadoras de Dios. (No hay salvación fuera de Él).

3º) La epístola de San Pablo que nos recomienda traducir en solidaridad con Abraham y con Cristo, nuestra vida cristiana. (Somos el Israel espiritual).
 


1º DIOS SALVA A LOS HOMBRES CONSTITUYENDO UN PUEBLO DE DIOS.LA NATURALEZA CAIDAEl domingo pasado, primer domingo de Cuaresma, les decía que el primer capítulo de la historia de la salvación, es la creación: Adán. Y que toda la vida humana que existe en la historia, es solidaria con ese primer capítulo, todos somos descendientes de Adán. Y el soplo de vida que Dios le dio a nuestro primer padre es la chispa de inteligencia, de amor, de capacidades humanas que todo hombre lleva, pero que el primer hombre cayó de su dignidad de hijo de Dios porque quiso alcanzar la plenitud divina sin obedecer a su Señor, engañado por el diablo. Y comenzó a vivir el capítulo de la historia humana, la naturaleza caída. Si desde Adán hasta Abraham vemos la Biblia, verdaderamente encontramos la definición del pecado. "A versío a Deo". Apartarse de Dios.
 


ADÁN A LA LUZ DE LA REVELACIÓNUno de estos días, un joven de Santa Tecla me hizo una observación muy interesante. Me dice: "¿cómo puede ser que Adán haya sido tan perfecto y que la humanidad después de él haya comenzado como a subir desde un abismo muy hondo? ¿No será más bien que la humanidad fuera creada tan imperfecta que vamos caminando hacia arriba?. Le dije yo: "Eso es lo que el criterio humano nos dicta, pero a la luz de la revelación, Adán era el hombre perfecto, Adán era el ideal de Dios. El segundo Adán que iba a venir: Cristo, ya se prefiguraba en esa figura maravillosa del primer hombre. Pero ese hombre maravilloso perdió toda su grandeza sobrenatural, su amistad con Dios, y cuando un hombre ha perdido sus relaciones con Dios, aunque conserve sus cualidades humanas va decayendo cada vez más." Y la historia nos lo prueba: que todo hombre por más inteligente, por más capaz que sea pero que no busca la amistad con Dios, no ora, no es digno de confianza.

Alguien le preguntaba a un muchacho una vez: "Si tú tuvieras C/ 100.oo para dejarlos depositados ¿a quien se los depositarías: a un profesional que no tiene fe, que es un hombre falto de honradez o a un iletrado, a un pobre campesino sin saber leer pero que es honrado, que reza?". "Pues naturalmente, dice, se los dejaba al campesino". Claro, no bastan las cualidades humanas, no basta ser un profesional, ser un empresario, tener grandes cosas humanas, el hombre degenera cuando se aparta de sus relaciones con Dios. Y estos son los primeros capítulos de la historia de la humanidad. "A versio a Deo", se iba apartando más y más de Dios. Recuerden los capítulos del diluvio universal, recuerden el incendio de Sodoma y de Gomorra, recuerden el crimen de Caín contra su hermano Abel. Ese es el hombre sin Dios.
 


DIOS ESCOGE EN ABRAHAM UN PUEBLO Y LE DA ESPERANZAS Y PROMESASPero desde el capítulo 12 del Génesis, el Génesis cambia de aspecto. Léanlo con atención. De allí hemos tomado la primera lectura de hoy. Es un Dios que toma una iniciativa de formar un pueblo y darle a ese pueblo las promesas, las esperanzas. Esta es la gran misión de Abraham y de Israel: "Formaré de ti un gran pueblo, del cual nacerá el Redentor". Sin embargo, en Abraham, de 75 años, hombre diríamos ya quemado, Dios va a hacer una nueva creación. Nace un pueblo, un pueblo que le pide a Abraham unas grandes renuncias: "Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre; bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan; con tu nombre se bendecirán todas las familias de la tierra."

¡Qué anciano más formidable! Es un hombre, diríamos, un anónimo, un hombre de aquellas tribus semi-nómadas de Ur de Caldea. A éste escoge Dios, desconocido de la historia y toda su vida la pasó como un desconocido. Qué curioso, Abraham marchó como le había dicho el Señor. ¿A dónde? Sin rumbo, "a la tierra que te mostraré". Y pasó toda su vida peregrinando en Canaán, donde iba a ser la tierra prometida pero después de muchas generaciones. Abraham fue peregrino en su propia tierra prometida, no la conoció podíamos decir. Dios estaba probando la fe. Y estéril, casado con una mujer estéril, le anuncia que va a nacer de sus entrañas un gran pueblo. Hasta la misma Sara se ríe. Pero el milagro llega cuando las entrañas fecundas de Sara dan a luz a Isaac. Pero Dios le hace otra prueba: sacrifícamelo, mátamelo; y Abraham obediente a la única esperanza de su descendencia, lo lleva, imagen de Jesús con su cruz a cuestas. Por eso, allá en el calvario de Jerusalén la figura más bella es la de Isaac con su tercio de leña camino del monte donde va a ser sacrificado. Solo que a Abraham lo detuvo el ángel: "¡No lo mates, ya está probada tu fe!"

Por eso, hermanos, este desprenderse de Abraham, este entregarse a lo imposible, esta locura de la fe es la que Dios pide. La fe es lanzarse a los brazos de Dios, la fe es creer lo que Dios dice aunque me parezca imposible, la fe es María cuando un ángel le dice que sin perder su virginidad va a ser madre. "No lo comprendo pero hágase como tú lo has dicho". La fe pide esa entrega y por eso a Abraham se le llama no sólo el padre de Israel sino el padre de la fe. Es el modelo de la fe.
 


2º CRISTO TRANSFIGURADO ES EL HEREDERO DE TODAS LAS PROMESAS SALVADORAS DE DIOSVeamos ya, cuando esa historia de Israel culmina con la plenitud de los tiempos. Es la lectura del evangelio de hoy, es mi segundo pensamiento.
 


CRISTO Y EL ISRAEL CREYENTEAllí en la montaña de la transfiguración aparecen personajes del Viejo Testamento descendientes de Abraham, Moisés, Elías; todo el Israel creyente, todo el Israel que espera. Moisés es el signo de la ley; Elías es el signo de los profetas. La ley y los profetas era como la constitución de Israel. Lo que se había escrito como alianza entre Dios y los hombres, lo que se había escrito como voluntad de Dios siempre activa a través de los profetas: "'esto dice el Señor, conserven mis esperanzas, conserven mis promesas". Y de esas esperanzas y de esas promesas vivieron todos los siglos anteriores a Cristo.

Y un día, ya Cristo está presente, ya está fundando el Nuevo Testamento, la alianza nueva y eterna; ya ha escogido a unos hombres que son el Israel de Abraham pero que ya van entrando al Israel del cristianismo. Pedro, Santiago y Juan ya no pertenecen al Viejo Testamento aunque son hijos de Abraham. Con Jesús y con personajes del Viejo Testamento: Moisés y Elías, aparecen en el monte de la transfiguración y Cristo en medio, resplandeciente su rostro como el sol, blancas sus vestiduras como la nieve. Es la figura de Dios hecho hombre, lo testifica el Padre: ¡Éste es mi hijo, el amado. Éste es el prometido, éste es el que yo dije que iba a ser fuente de bendición, descendiente de Abraham, en Él serán bendecidas todas las naciones! No se ha dado a los hombres otro nombre en el cual puedan ser salvos fuera del nombre de Jesús. Y Jesús aparece allí como en una Pascua anticipada, como un resucitado que no tendrá ya nada que ver con la muerte y las miserias de la tierra.
 


CAMINANDO HACIA LA CRUZ Y HACIA LA RESURRECCIÓNPedro se enardece y le dice: "Señor, ¡qué bueno es estar aquí, quedémonos aquí, esto ya es el paraíso, esto ya es el destino, la aspiración del hombre!" Y Cristo le dice: "Todavía no, no digan nada de esto porque tienen que venir todavía los días amargos de la pasión hasta que resucite de entre los muertos. Entonces sí, anúncienlo, que Cristo vive, que Cristo murió para salvar a los hombres y que sin esa muerte no hay redención". Pero no es una muerte fracaso, es una muerte condición para resucitar, es una muerte donde quedaron pagadas todas las desobediencias en el dolor de una cruz, es una muerte necesaria, amarga y difícil para que todos los pecados de los hombres puedan ser perdonados. Lo glorioso es que de esa muerte, de esa tumba, salga resucitado. Eso es lo que se llama el misterio pascual, la Pascua que es muerte y resurrección.

Hacia una Pascua camina la Cuaresma, camina el cristianismo toda su vida, toda su historia, caminando hacia la cruz y hacia la resurrección. Por eso, hermanos, no nos debe extrañar que una Iglesia tenga mucho de cruz porque si no, no tendrá mucho de resurrección. Una Iglesia acomodaticia, una Iglesia que busca el prestigio sin el dolor de la cruz, no es la Iglesia auténtica de Jesucristo.

Cristo en la plenitud de su gloria en el Tabor, el Cristo nuestro, el Divino Salvador patrono de nuestra Patria, "es el sí de las promesas", dice San Pablo. Hermosa expresión. Cristo es el sí, el que dice sí al Padre, en el que se cumplieron las promesas de perdón, de salvación. Cristo es el camino por donde los hombres caídos se convierten a Dios. Desde Abraham, pues, ha comenzado el capítulo de la conversión: "conversio ad Deum", conversión hacia Dios. Y Cristo con su cruz y su Pascua no hace otra cosa que llamar a los hombres a su verdadera grandeza como hombres y como sociedad. No puede haber sociedad, un nuevo modo de vivir no puede haber sin Cristo, un nuevo modo de vivir, un bienestar para todos, no lo puede haber sin la justicia de Cristo Redentor. Sólo Él es el que puede inspirar a los egoístas el arrepentimiento, a los resentidos el trabajo honrado y honesto, a todos, el verdadero sentido de la liberación cristiana, el redimirnos del pecado y de la muerte para ser participantes de su gloria.
 


3º LA EPÍSTOLA DE SAN PABLO NOS RECOMIENDA TRADUCIR, EN SOLIDARIDAD CON ABRAHAM Y CON CRISTO, NUESTRA VIDA CRISTIANA.Y así viene, queridos hermanos, en la lectura de San Pablo a Timoteo, un discípulo de Pablo. Dicen que era muy enfermizo, tímido, sin embargo de mucha fe.
 


EL LLAMAMIENTO DE DIOS AL HOMBRELo puso Pablo a cuidar la comunidad de Efeso y le escribe esta hermosa carta: "Toma parte en los duros trabajos del Evangelio según las fuerzas que Dios te dé. No importa no tener mucha salud, lo que importa es confiar en Dios. El que predica, el que hace Iglesia, el que proclama la palabra de Dios, el que convoca al santón para hacer una comunidad cristiana, el que educa en un colegio cristiano con verdadero sentido de Evangelio, todo aquel que quiere vivir en su familia el verdadero cristianismo, no confíe en él, confíe en Dios. Con la fuerza que Dios te dé. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa". ¡Miren que hermoso eco: En el cristianismo de Pablo a Timoteo, el eco de Dios a Abraham. Una vocación: deja tu parentela y busca la tierra que yo te mostraré!

Esto hace Dios con cada hombre. Dichoso el que escucha ese llamado de Dios: ven, deja tu vida de pecado, deja esa situación comodona de tu dinero, de tus haciendas, de tus cosas en las cuales te quieres instalar, deja las cosas que solamente dan felicidad en la tierra y sigue el derrotero que te voy a mostrar; entrégate a la fe, entrégate al amor, vive el amor porque sin amor de nada sirve tener. El amor es lo que le da al hombre su verdadero desarrollo. La avaricia, ha dicho Pablo VI, que es la señal más evidente del subdesarrollo moral. El egoísmo es un subdesarrollo. Por eso el llamamiento a todos los cristianos en esta hora de Iglesia es el mismo llamamiento de Dios a Abraham:

"¡Ven hacia la tierra que te mostraré!"
 


LA SANTIFICACIÓN ES INICIATIVA DE DIOSY yo me alegro, hermanos, de que ese Israel que creó Abraham con su acto de fe y que se prolonga en el pueblo de Dios y que llega hasta 1978 en estos cristianos auténticos, que son ustedes, los que están reflexionando esta palabra, sea siempre la misma voluntad salvífica de Dios. "Quiero salvar a todos, le dice Pablo a Timoteo. Él nos quiere santificar, es iniciativa suya".

Queridos hermanos, la religión no es invento de hombre, nadie se puede forjar un cristianismo a su gusto, nadie le puede poner pautas al predicador del Evangelio según sus caprichos. Es Dios el que nos manda predicar, es palabra de Evangelio la que tenemos que decir. Es Dios el que toma la iniciativa de salvar al hombre. En esto está la gran diferencia entre las falsas religiones y la religión verdadera. Las falsas religiones brotan de la voluntad de los hombres, ellos inventan cómo adorar a su Dios, cómo creer su fe, cómo organizar su vida religiosa, pero es una religión de hombres.

La religión verdadera es la de Abraham a la escucha. Ojos y oídos atentos: ¿qué dice el Señor? De allá viene la iniciativa, y hemos de creer una fe no a nuestro gusto sino según la voluntad del Señor, y hemos de vivir una moral no inventada por nosotros sino como Dios la quiere con sus Mandamientos. Por eso dice Dios mostrándose a Cristo, su mensajero, su palabra, la plenitud de su revelación, su tono: Ese es mi hijo amado, en El os he mandado decir todo, escuchadlo, el que lo sigue se salvará, el que quiera inventarse un cristianismo a su gusto, acomodaticio, sin conflictos, sin dificultades, perezoso, egoísta, no es mi cristianismo, no es la palabra de mi Hijo amado en quien tengo mis complacencias.

Por eso, queridos hermanos, la Cuaresma -y de esto se trata en la liturgia de la palabra- es una revisión sincera. A propósito, en esta semana, precisamente el Papa y sus colaboradores en Roma han hecho sus ejercicios espirituales. Tenemos necesidad de revisarnos comenzando por el Papa, los obispos, los sacerdotes, las religiosas, las instituciones y comunidades católicas. La Cuaresma es para revisarnos, porque muy fácilmente las tentaciones de Cristo en la Cuaresma son nuestras tentaciones eclesiásticas y podemos buscar un Reino de Dios sugerido por Satanás y no el Reino de Dios anunciado por el plan figurado, el Hijo de Dios.

Cuidemos mucho en esta Cuaresma a ver cómo anda nuestro cristianismo, nuestras relaciones de familia, nuestro respeto a la ley de Dios, nuestra obediencia al Evangelio.
 


PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTARQueridos hermanos, ésta es la liturgia de la palabra que Cristo transfigurado ha presidido hoy desde nuestra Catedral. Ahora Cristo no es sólo palabra, se hace hostia, se hace cáliz, se hace comunión, se hace vida. Tratemos de comulgar ahora identificándonos en el pensamiento con Él, vivamos nuestra Eucaristía. Y ya que hoy este llamamiento del sacrificio voluntario y de la ayuda al Seminario nos pone un objetivo concreto a nuestra fe, vamos a celebrar ya la ofrenda, el Ofertorio. Seamos generosos, compartamos nuestra pobreza con los pobres, compartamos nuestro pan con el hambriento, compartamos nuestro amor si no tenemos más que dar que nuestra buena voluntad, amemos. No nos cerremos en egoísmos ni en odios. La Cuaresma transfigura, la Cuaresma renueva al hombre. Ojalá que todo el pueblo santo de Dios al celebrar después de la Cuaresma, la Pascua de la muerte y la resurrección de Cristo, sintamos que todo aquel amor que lo llevó al Calvario y toda aquella vida que exhala de todos sus poros, no como un transfigurado de la tierra sino como quien posee la plenitud de la vida eterna para darlo a los hombres, sea nuestro amor, sea nuestra vida la de Cristo Nuestro Señor, que en esto consiste ser bautizado, ser cristiano. Y la Cuaresma no es otra cosa que revivir nuestro compromiso bautismal que nos identificó con el Cristo que por nosotros murió y que para nosotros resucitó.

Proclamemos así nuestra fe. Creemos en un solo Dios.

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Primer Domingo de Cuaresma

3/13/2011

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Queridos hermanos: 
 


INTRODUCCIÓN: LA GRAN PROCESIÓN CUARESMAL ROMANA...desde el miércoles de esta semana nos encontramos en el año litúrgico, una temporada densa que se llama la Cuaresma. Para comprenderla, remontémonos un poco a aquellas celebraciones cuaresmales de la era de oro de la liturgia. Allá en Roma se organizaba la gran procesión cuaresmal compuesta por tres grandes grupos de cristianos, el principal era el de los catecúmenos, o sea, de los que se estaban presentado para recibir el bautismo en la solemne noche del Sábado Santo para resucitar con Cristo a la vida cristiana, y la Cuaresma se aprovechaba para intensificar esa preparación. El segundo grupo lo formaban los penitentes, gente que tomaba conciencia de su pecado público grave y buscaba el perdón de Dios y la reconciliación con la Iglesia, y durante la Cuaresma estaban cumpliendo la penitencia para recibir en Semana Santa la absolución e incorporarse otra vez al pueblo santo de Dios. Y el tercer grupo, los fieles, los que gracias a Dios, a pesar de las deficiencias ordinarias humanas, no lamentaban ninguna traición a la ley de Dios en sentido grave y le pedían al señor la gracia de la perseverancia.

Y encabezando esta procesión de catecúmenos, de penitentes y de fieles, el Papa y el Clero que también forman parte de esa humanidad pecadora, vestidos de ceniza y de penitencia todos, recorrían los diversos lugares donde se inspiraba más esta renovación cristiana del pueblo de Dios. Por eso, el Concilio Vaticano II nos dice que aprovechemos este tiempo cuaresmal y explotemos esos ricos elementos de la liturgia de estos cuarenta días, sobre todo esos elementos bautismales y penitenciales. Sintámonos, pues, en esa procesión de quienes se preparan para el bautismo, aunque gracias a Dios ya somos bautizados, pero el Sábado Santo vamos a renovar en una nueva liturgia, nuestros compromisos bautismales. En la Cuaresma debemos aprovechar para estudiar e incorporamos más en este cristianismo al cual entramos por nuestro bautismo. Y si tenemos algo que lamentar de pecados, de desobediencias a la ley de Dios, de traiciones a nuestra moral cristiana, aprovechemos la cuaresma para purificamos y para ser miembros vivos de este pueblo de Dios que quiere ser un reflejo de la santidad infinita de Dios. De esto vamos a profundizar un poco más a través de las lecturas que nos ofrece hoy la Palabra de Dios. 
 


HECHOS DE LA SEMANAPero antes, como de costumbre, quiero enmarcar en hechos concretos de la semana este momento precioso de la Cuaresma, del año litúrgico. 
 



HECHOS DE LA VIDA CIVILEn este sentido, hermanos, tengo que referirme a dos actos que sucedieron aquí en nuestra capital.
 


HUELGUISTAS DEL INGENIO IZALCOEl martes, al mediodía, un grupo de obreros y campesinos, familiares la mayor parte de huelguistas del Ingenio Izalco, entraron a la Catedral y la cerraron y la ocuparon. Al día siguiente, miércoles por la tarde, otro grupo con la misma motivación entró a la iglesia del Calvario y también la cerró para estar allí. Querían los dos grupos un diálogo también con el Arzobispo, a lo cual les di oportunidad, y conocí que los objetivos de esa acción era el apoyo a esa huelga y pedir libertad para sus parientes presos que, según ellos, también habían sido ultrajados por las autoridades.

En el diálogo expresé lo que ahora quiero expresarles a Uds. en público. Por una parte, critiqué la improvisación de estos actos y que no se jugara con acciones tan graves como es ir a ocupar una iglesia, que es un signo que en esta forma pierde mucha eficacia y que ellos se exponían a una frustración. De hecho, les insinué que más oportuno era dejar los templos ocupados y por mi parte me comprometía, como ya lo estoy haciendo, a ser solidario con los reclamos justos que nuestro pueblo hace a veces, en voces y en formas, en signos desproporcionados. Y así fue. Los dos grupos salieron pacíficamente. Soy testigo de la desocupación de los dos templos, y también del respeto que manifestaron a esos lugares.
 


MANIFESTACIÓN DEL BLOQUE POPULAR REVOLUCIONARIOPero yo hago también esta otra reflexión, y es también a propósito de otro acontecimiento que les quiero anunciar. Ayer, cuando fui a Arcatao a dejar a las religiosas Guadalupanas que va a tener esta pastoral de aquella población sin sacerdote, hubo al final, mejor dicho, después de nuestra ceremonia religiosa, una manifestación de parte del Bloque Popular Revolucionario. A propósito de estos acontecimientos yo quiero simplemente repetir lo que ya he dicho muchas veces: que la Iglesia es independiente de cualquier grupo humano político, que se asocia para fines a veces muy bíblicos y que la Iglesia puede apoyar no haciéndose solidaria con los objetivos e ideales de esas agrupaciones sino porque es justo lo que allí a veces se reclama.

Quiero decirles que esas agrupaciones que toman iniciativas, no son propiamente la Iglesia y que la Iglesia exhorta a los cristianos que se incorporan a esos grupos a ser fieles a lo que la Iglesia enseña. La Iglesia enseña que el legítimo deseo de liberación de los pueblos trae muchas veces consigo la tentación de la violencia, la desesperación, pero que la Iglesia no puede aprobar ni justificar mucho menos los actos violentos, aunque tampoco la Iglesia puede condenarlos sin hacer un análisis muy serio de las causas que provocan esas acciones. Y es aquí donde el mismo Papa Pablo VI cuando vino a Bogotá, dijo esta frase que inspira la acción de la Iglesia: "Que muchas crisis de la historia pudieran haber sido superadas si las reformas necesarias hubiesen prevenido oportunamente con sacrificios valientes, las revoluciones explosivas de la desesperación." Es lo que siempre hemos dicho, queridos hermanos, que la Iglesia cuando denuncia las violencias revolucionarias, no puede olvidar que existe una violencia institucionalizada, y que la violencia desesperada de los hombres oprimidos no se reprime con leyes parciales, con armas ni con la prepotencia; solamente hay que prevenirlas, como dice el Papa, con sacrificios valientes, renunciando a muchas comodidades y que mientras no haya entre nosotros más justicia siempre habrá brotes de revolución. Aunque la Iglesia no aprueba ni justifica las revoluciones sangrientas, los gritos de odios, sin embargo, tampoco los puede condenar mientras no vea un esfuerzo por quitar las causas que producen ese malestar en nuestra sociedad. Esta es la postura de la Iglesia, por lo cual tiene que sufrir tremendos conflictos pero por lo cual se siente fiel a la justicia de Dios, al evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
 


PROPAGACION DE UNA FALSA ESPECIE DEL ARZOBISPOTambién, hermanos, quiero hacer una aclaración muy necesaria; el Señor Embajador de El Salvador ante la Santa Sede me ha autorizado para decirles que en la Cancillería se ha propagado una falsa especie del Arzobispo, como si hubiera puesto como condición para dialogar con el Señor Presidente el ir a hacer este diálogo afuera del país. Yo quiero decir, hermanos, que es completamente falso. Sería una estupidez para mí, sabiendo que aquí podría tener acceso a platicar directamente con el Señor Presidente, poner como condición salir los dos del país. ¿Qué objeto tiene? y ¿qué intentan con esta falsa especie?. Ya se ven las intenciones de calumniar, de distorsionar las actitudes de la Iglesia. Lo que la Iglesia espera es un ambiente de confianza garantizado por hechos en servicio, en respeto de nuestro querido pueblo.
 


HECHO DE LA VIDA ECLESIAL. REUNIÓN CON EL CLEROAhora hermanos, refiriéndome a esta Cuaresma a hechos eclesiales, quiero agradecer al Señor, con ustedes, la reunión del Clero que tuvimos el martes, en la cual se analizó el trabajo de Comunidades Eclesiales de Base. Son grupos cristianos que se reúnen a reflexionar en torno de la Biblia y que van haciendo entre nosotros una Iglesia más consciente, más humana, más de diálogo íntimo con el pueblo. Y hemos propuesto, los sacerdotes, celebrar este año, si Dios quiere, al final, un congreso de Comunidades de Base. Desde ahora, pues, felicito a todos los que están trabajando en esta forma. y hay muchas... del evangelio para crear en nosotros una cultura de inspiración... donde esta tarde a las 6 le daremos posesión. (Esta homilía fue interferida por medios ilegales haciendo ininteligible esta parte de la transmisión radial).
 


NOTICIAS DE LA VIDA RELIGIOSATuve también el gusto de saludar al Padre Superior General de los Josefinos que administran la Parroquia de la Sagrada Familia en la Colonia Centro América. Quiero aprovechar para agradecer y felicitar a los PP. Josefinos que tanto bien están haciendo en nuestra Arquidiócesis.

Las religiosas de la Asunción cumplieron 15 años esta semana de estar dirigiendo la Escuela del Barrio de Lourdes. Participé en su Eucaristía para darle gracias al Señor y ver el cambio enorme que esta presencia de la Iglesia, a través de las Hermanas de la Asunción y de sus colaboradores, maestros y bienhechores han hecho en ese importante sector de nuestro pueblo.

Como ya les dije, ayer fuimos a dejar a las Hermanas Guadalupanas a Arcatao. Y quiero dejar constancia a través de la radio, mi saludo cariñoso y mi agradecimiento por aquella acogida. Hermanos, yo hubiera querido que todos fueran testigos de un verdadero domingo de ramos; era todo el pueblo y gente campesina venida de hasta tres horas de camino para estar con nosotros en un momento tan bello de Arcatao. La pintoresca población que expresó su pensamiento de adhesión al obispo y a la presencia de la Iglesia allá a través de un valiente discurso de un intérprete del pueblo don Ernesto, (no recuerdo el apellido). También quiero felicitar y saludar a las Madres que allá están haciendo acto de presencia ya en nombre de la Iglesia.

Ha habido cambio de Superiora en la comunidad de la obra del Buen Pastor. Ayer las Carmelitas Misioneras celebraron el acto con que se adhieren a la celebración del 75 aniversario de su fundación que va a ser el 8 de marzo. Con la participación de sus ex - alumnas del Colegio de la Gruta y de otros colaboradores, se tuvo una procesión en honor de la Virgen de Lourdes y hubo una ceremonia preciosa al terminar la procesión: una concentración de enfermos que recibieron la santa unción y el mensaje del cristianismo, de lo que vale el dolor de un enfermo. Al terminar la ceremonia oía personas que no eran enfermas, agradecer esa voz de esperanza que la Iglesia tiene para el que sufre y le sabe decir al enfermo, al que parece un inútil para la sociedad: que su dolor y su sufrimiento ofrecido con Cristo en la cruz, es precisamente la salvación del mundo.

A los laicos quiero felicitarlos por su participación que tuvieron en la reunión laical de Costa Rica para preparar la participación de los laicos en la Tercera Reunión del Episcopado Latinoamericano que va a ser en octubre, en Puebla de México.

También anuncio al departamento de Cuscatlán, que allá está trabajando, autorizada por el Arzobispo, la Comisión Departamental de Laicos, para promover la vida laical en todas las parroquias de aquella Vicaría.

Y en este ambiente también laical, me he alegrado mucho al pasar por Chalatenango ayer, de la floreciente vida de las comunidades que se está impulsando principalmente a través de nuestros queridos laicos. Precisamente del 15 de febrero al 15 de marzo, van a tener un curso más de catequesis para preparar laicos a llevar el mensaje cristiano a todas las comunidades.

Y ahora para terminar estos avisos, quiero referirme a algo muy importante que es la Jornada del Sacrificio Voluntario. Aquí junto al altar mayor están unos carteles que van a usarse durante toda esta semana para llamar a nuestro pueblo a acuerpar la campaña contra el hambre en el mundo, privándose voluntariamente de algo. Aportemos aunque sea de nuestras pobrezas, algo al hambre de nuestros hermanos. El hambre, queridos hermanos, es una tremenda realidad aún en nuestro ambiente. Y ya que el amor a Cristo nos debe de hacer sentir a nuestros miembros sufrientes como propias las necesidades de ellos, el próximo domingo se hará una colecta especial para pedir en socorro de tanta gente que sufre hambre en el mundo.
 


INVITACIÓN A LA INVESTIDURA DEL DOCTORADO HONORIS CAUSA DE LA UNIVERSIDAD DE GEORGETOWN.Y finalmente, hermanos, quiero hacer una atenta y cariñosa invitación a todos ustedes que considero mis hermanos, mis amigos, para acompañarme el martes próximo a las 7 de la noche, aquí en Catedral, donde voy a recibir el honor del Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Georgetown, pero que como he manifestado no lo quiero recibir solo, quiero sentir en ese honor, el estímulo, la felicitación, no a un hombre, sino a una Iglesia Particular que son todos mis queridos sacerdotes, religiosas y fieles que comparten la preocupación del magisterio actual de la Iglesia, un evangelio que como se me dijo ayer en Arcatao, quiere estar bien encarnado viviendo en las necesidades del pueblo. Así es como la condecoración que me van a honrar, quiero decir que es de todos ustedes y que es el estímulo a todos los que trabajan por un orden más justo en el mundo.

Y este es, hermanos, ya el pensamiento de nuestra homilía de hoy. La Cuaresma ha cambiado el rostro del año litúrgico, interrumpe el tiempo Ordinario para invitar como en una gran universidad, a todo el pueblo de Dios a hacer un curso de historia de la salvación, pero no en teoría sino vivencial, que lo participemos.

Esta historia de la salvación encuentra su culminación en Cristo pero tuvo su origen en Adán y tiene su prolongación de Adán y de Cristo en nosotros. Estos son los tres pensamientos de la homilía de hoy.

Dos protagonistas de la historia de la salvación: Adán, Cristo.

Y un objetivo, el pueblo, nosotros, toda la humanidad.
 


lº. ADAN, PROTAGONISTA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.PRIMER CAPÍTULO DE LA HISTORIA DE SALVACION: LA CREACIÓN, LA NATURALEZA.La primera lectura de hoy nos remonta a los orígenes de la historia, el primer hombre, la primera mujer, de donde procede todo el género humano. Es interesante ver aquí cómo la creación, la naturaleza, es el primer capítulo de la historia de la salvación: es decir, la redención que después va a hacer Cristo es un segundo capítulo y nosotros somos la materia de toda esa historia. En el Génesis se ha leído hoy el amor con que Dios creó el mundo para entregarlo al hombre, el hombre es la razón de ser de la creación. El hombre hecho a imagen de Dios, es dueño de la creación; todas las cosas creadas son para el hombre. Este es el origen primigenio del proyecto de Dios; el hombre llamado a ser colaborador con Dios. En una forma gráfica nos presenta la Biblia a un Dios que sopla el espíritu de vida en el hombre que brota del barro, es un ser creado pero con un soplo de Dios, es imagen de Dios porque lo ha hecho inteligente, capaz de amar y le ha dicho extendiendo su mano creadora sobre todas las cosas: "todo es vuestro". No hay que olvidar este gesto de la creación, toda la creación ha sido para el hombre y el hombre es creado por amor de Dios para ser dueño, príncipe, de todas las cosas que existen.
 


LA RESPUESTA DEL HOMBRELástima que la segunda parte de la lectura del Génesis nos cuenta la triste respuesta del hombre. Eva quiso encontrar el camino de la felicidad no por la obediencia a Dios y sedujo a Adán en ese camino de desobediencia. Y entonces comienza la historia de la humanidad bajo otro aspecto: la humanidad caída, el género humano caído, pecador. Pero Adán con su desobediencia ha sido el padre de una familia, es protagonista de toda una humanidad. No hemos de olvidar este origen para comprender luego lo que vamos a decir. Pero antes, fijémonos en el otro protagonista, es el segundo pensamiento de esta homilía.
 


2º. CRISTO, OTRO PROTAGONISTA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.CRISTO, EL SEGUNDO ADÁN, REDENTOR DE LOS HOMBRES.Cristo, segundo Adán, hijo de Dios encarnado en las entrañas de María, quiere asumir toda la responsabilidad del género humano, desobediencia a Dios, comenzando por la desobediencia del paraíso; y la redención que Cristo viene a hacer no será otra cosa que un acto heroico, divino, de obediencia. Por obediencia se encarna, por obediencia va a tomar su cruz y por obediencia lo vemos hoy en el desierto. Al principio de la Cuaresma los ojos de un cristiano deben de clavarse en ese Cristo, ayunando 40 días con sus 40 noches. Llevado por el Espíritu, nos ha dicho el evangelio, el Espíritu de una obediencia. El Hijo del Hombre, el representante de toda la humanidad sabe que los hombres están en un estado de naturaleza caída y que es necesario levantarla. Viene como un gran reparador. Cristo es el gran reparador; eso quiere decir redentor, salvador. Y para salvar al mundo, para reparar, para redimir a esta raza caída, es necesario que se cumpla la voluntad del Señor.
 


CRISTO TENTADO POR EL DEMONIOPor eso nos presenta el evangelio de hoy, a Cristo tentado por el demonio, ya que la tentación fue la causa por la cual los hombres primero cayeron para dejar en la desgracia a toda la humanidad. La tentación es necesaria para que el Hijo del Hombre nos de ejemplo, que no siguiendo las voces engañosas del demonio es como vamos a ser felices sino siguiendo la obediencia a la voluntad del Señor.
 


LA PRIMERA TENTACIÓN¡Qué fácil era el poder de Cristo: convertir las piedras en pan!. El que tenía hambre, era fácil llenar el estómago, haciendo que esas piedras se convirtieran en pan. Pero sabe Jesús que su papel, su mesianismo, no es abusar del poder de hacer milagros para satisfacer una necesidad suya. Fijémonos bien en esto, que las tres tentaciones del desierto son como las tentaciones del poder contra la voluntad de Dios. Y el poder de Cristo se somete cuando dice: "Está escrito que no sólo de pan vive el hombre." Que es preferible morirse de hambre antes que despreciar el alimento que viene de Dios, la palabra del Señor.

Esta es la verdadera alimentación del pueblo cristiano: la palabra de Dios. He aquí, pues, ya en el desierto y al principio del ministerio de Cristo, un homenaje a la palabra de Dios, un aplauso del mismo Cristo para ustedes y para mí que en este momento estamos reflexionando la palabra de Dios. De esto vive el hombre, principalmente de esto, no que se descuide del pan sino que no prefiera el pan a la palabra de Dios; que no sea idólatra de su estómago, que no vaya a traicionar por un puesto en la sociedad o en la política, sus convicciones de fe, que no las traicione. ¡Esto nos enseña el Señor!.
 


LA SEGUNDA TENTACIÓNY el diablo lo lleva a una segunda seducción. Fijémonos que es Adán reparando a la humanidad, no buscando el camino fácil, espectacular, sino el camino de la humildad, de la reparación. Lo coloca en el pináculo del templo. Desde allá se mira hormiguear el atrio del templo magnífico de Jerusalén y le dice el diablo con una tentación de vanidad: "!Mira, tírate de aquí y está escrito que mandará sus ángeles para que tu pie no tropiece y te van a aclamar por Hijo de Dios!. !Mira esa muchedumbre que ya se mira aplaudiéndote cuando hagas ese gesto!." Y Cristo, con la serenidad de quien es más obediente a Dios que al diablo, le dice: "También está escrito en el Deuteronomio: no tentarás al Señor tu Dios".

Hermanos, los engañados por los mesianismos fáciles, los devotos de revoluciones que quieren ya establecer un orden nuevo violentando las cosas, los que tienen afanes de aplausos y espectacularidades, traicionan a Dios; miren aquí a Jesucristo en su gran respuesta: "¡No hay que tentar a Dios. Más vale el camino humilde, sencillo, del deber, del amor, de la justicia! ¡El camino de la oración, el camino de la esperanza, el camino del Evangelio, no la espectacularidad!". Y aquí Cristo denuncia y vence otra tentación del poder. El poder que quiere aprovecharse para las grandes espectacularidades: ganar votos, ganar aplausos aunque sea engañando. No es así como se redime a un pueblo, se redime no tentando a Dios, no provocando a Dios que está presente a veces en el pueblo, muchas veces y siempre.
 


LA TERCERA TENTACIÓNY finalmente, la tercera tentación de este segundo Adán, no en un paraíso sino en el ambiente austero de un desierto, donde debe de pagar los libertinajes, las licencias que los hombres nos damos ofendiendo a Dios. Dice el evangelio, la tercera tentación lo hace ver en un momento como una visión cinematográfica, pasar ante él los reinos del mundo; y el diablo, le dice: " ¡Mira, todo eso es mío, todo eso te lo puedo dar con tal que te hinques y me adores!".

¡Que tremenda tentación en que han caído aquellos que dicen que hacen pacto con el diablo!. La tentación del poder, la tentación de ver brillar los desfiles con cañones y armas, la tentación de ver las grandes muchedumbres no por convicciones sino por conveniencias, por llenar de pan el estómago muchas veces; los aplausos baratos. Cristo los desprecia y le dice al demonio: " ¡Apártate que también está escrito : sólo a Dios tendrás que servir y a El has de adorar!". Esta es la gran respuesta para un cristiano que quiere ser redimido contra las tentaciones fáciles del mundo: adorar al Señor. Sólo tenemos un Señor, nuestro Señor, nuestro Dios, y a él sólo tenemos que servir y adorar; su ley es la pauta de mi vida, su voluntad es el designio de mi existencia. Yo no puedo correr por otros caminos que no sean la voluntad, el servicio del Señor.
 


EL SENTIDO SIMBÓLICO DE LAS TENTACIONES.Este es el segundo protagonista y el principal de la historia de la salvación. Los comentaristas dicen que San Mateo escribió esta página mirando sobre todo el sentido simbólico para su Iglesia de Cristo a lo largo de los siglos. No es propiamente la persona divina de Cristo que va a ser tentada en esa forma tan descarada por el demonio, pero si va a ser la prolongación de Cristo en la historia que es la Iglesia; ella sí va a sufrir estas tentaciones; y obispos, sacerdotes, religiosos, instituciones católicas, vamos a tener que sufrir estas tremendas tentaciones del poder; vamos a querer convertir nuestra misión mesiánica salvadora en la humildad, en la austeridad, en el sacrificio y quererla apoyar en el poder, en el dinero, en el bienestar. ¡Cuántas veces ha caído la pobre Iglesia en estas tentaciones!.

De esa queremos salvar a la Iglesia auténtica, que no haga consistir su prestigio en ser aplaudida, en ser apoyada por los triunfos fáciles. Queremos un cristianismo que de veras se apoye como el de Cristo, en la palabra de Dios; que no traicione por más que le ofrezcan ventajas, la verdad de la palabra divina; que sepa apoyar su propia hambre, su propia debilidad, su propio ocultamiento; no lo considere como un fracaso, como estar esperando días mejores. Ya los tenemos esos días, son los que se apoyan en Cristo en la medida en que hacemos nuestra fe consistir en la palabra de Dios, y nuestro poder no en hacer milagros ni en apoyarnos en triunfalismos y espectacularidad, sino en el sencillo cumplimiento del deber, en la fe sencilla a la palabra de Dios. ¡Esa es la redención que Cristo nos ofrece!
 


3º. EL PUEBLO, NOSOTROS, TODA LA HUMANIDAD, OBJETIVOS DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.EL HOMBRE ES UNA SOLIDARIDAD CON CRISTO.Y por eso, hermanos, el último pensamiento, la tercera idea de esta homilía: entre estos dos protagonistas, Adán y Cristo, todos nosotros. San Pablo nos ha dicho en la segunda lectura, la solidaridad, que es todo hombre, cada hombre es una doble solidaridad. Todos los que estamos aquí, capaces de entender lo que estamos reflexionando, inteligentes, libres, capaces de amar, con muchas capacidades humanas para organizar una empresa, para ser profesionales, para ser hombres de la política o del comercio, de la empresa, todos somos hombres y estas capacidades de inteligencia, de organización, de prestigio a lo mundano, nos vienen de Adán. El hombre es descendiente de Adán y sus cualidades humanas son una herencia de aquel soplo de Dios que es la vida del hombre.

Por eso, hermanos, en este sentido muchas veces el hombre se siente demasiado orgulloso para estar solamente satisfecho de su solidaridad con Adán, con el soplo natural de Dios. Pero hay una segunda solidaridad que pocos la comprenden: el hombre es una solidaridad con Cristo. Pablo nos ha dicho hoy: la solidaridad con Adán nos hace a todos pecadores, raza caída, raza fracasada, aunque no nos quitó la chispa de inteligencia y la capacidad de nuestros dones naturales, pero somos una naturaleza caída si no es por Cristo que se constituye cabeza de la redención. Y solamente los descendientes de Adán que se hagan también solidarios con Cristo, realizan la humanidad que hoy quiere Dios: el cristianismo. Cristo es el segundo Adán y nadie puede pertenecer a la raza de Dios si no es incorporándose con este segundo Adán.
 


LA CUARESMA ES ANTE TODO UNA TEOLOGÍAAhora comprendemos el sentido de la Cuaresma de la Iglesia. La Cuaresma de la Iglesia más que una rectificación de costumbres, más que una ascética, es ante todo, una teología. Es la teología del hombre que quiere descubrir qué significa mi bautismo, y la Cuaresma me va a servir para que mi bautismo sea la solidaridad de mi vida con aquel que en el bautismo me participó su muerte y su resurrección. Por eso queremos que el bautismo se confiera con un poco más de conciencia. Ya no es tiempo, hermanos, de hacer del bautismo un acontecimiento social: que lo bautice el Padre tal, el Obispo tal, que sean sus padrinos don fulano de tal. Eso es social y está bueno, pero lo principal es que antes de esa ceremonia asista al humilde párroco que le explicará qué significa ser bautizado. Ese niño no vale por su padrino ni por su descendencia de Adán, vale porque el bautismo lo va a incorporar a ese Cristo que murió y el bautismo es participación con esa muerte; y resucitó, y mi bautismo es participación de vida eterna con esa resurrección.

La Cuaresma debe servir para recordar esta gran dignidad del cristiano, del bautizado, que llevo en mi vida desde que era niño gracias a mis padres que me bautizaron niño. No lo comprendí, pero ahora que cada año la Iglesia va celebrando una Cuaresma para que yo tome conciencia de mi bautismo, ya no soy un niño, ya soy un hombre en la alta política, ya soy un empresario. ¿Qué significa para mí ese bautismo? ¡Ah!, que no puedo vivir únicamente con mis cualidades que me solidarizan con Adán sino que debo de vivir con las exigencias de pertenecer a Cristo v si no, no me salvo, por más brillante que aparezca en el mundo.

Esta es la Cuaresma, el recuerdo teológico de esa realidad que me incorpora, me solidariza con el Redentor, con Cristo, con el Hijo de Dios que trajo vida de Dios para que todo el que crea en Él sea salvo. No basta, pues, ser descendiente de Adán aunque sintamos muy fuerte el soplo de la vida natural. Es necesario que ese soplo se solidarice, se haga una sola cosa con Cristo por el bautismo. Y si por desgracia nos hemos desprendido de esa solidaridad con Cristo, allí está la segunda realidad de la Cuaresma: la Penitencia. En el grupo de los peregrinos de la Cuaresma estamos no los que nos vamos a preparar para ser bautizados, estamos los que ya bautizados no hemos sido fieles a esta incorporación con Cristo y queremos lavar esta traición con penitencia, con arrepentimiento, con ayunos, con demostraciones de que no es la felicidad, la de Adán y Eva o los caminos que no son los de Dios, sino los de Cristo venciendo las tentaciones del mundo.

Celebremos entonces, queridos hermanos, esta Eucaristía del Primer Domingo de Cuaresma con toda nuestra buena voluntad de revivir en nuestra vida, la vida que Cristo nos ha dado y, que en la próxima Pascua, la Semana Santa, muerte y resurrección de Cristo, vamos a revivir con todo nuestro entusiasmo cristiano. Nos ponemos de pie y proclamamos nuestra fe. "Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso...".

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Noveno domingo del tiempo de Ordinario

3/6/2011

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Queridos hermanos, estimados radioyentes:

Hoy celebra la Iglesia el 9º domingo del tiempo ordinario. Ya les explicaba cómo después de la temporada de Adviento y Navidad, comienza el tiempo ordinario, que luego se interrumpe al comenzar la Pascua, la Celebración de la Cuaresma como preparación de la Pascua, y toda la larga celebración de 50 días, número de plenitud, que se corona con la Venida del Espíritu Santo: Pentecostés. Después de Pentecostés otra vez se reanudan los domingos del tiempo ordinario que quedaron interrumpidos antes de Cuaresma. Como la interrupción se hizo este año en el domingo 6º de allí que después de Pentecostés, continuamos con el domingo 7º, 8º y el 9º. Pero el 7º lo ocupó la fiesta de la Santísima Trinidad de la cuál hablamos cuando proponíamos la hermosa revelación que la Biblia nos hace de Dios y de su vida íntima trinitaria. Y el domingo pasado, que fue, el corpus, también nos ocupó el lugar del domingo 8º. Ahora, pues, sin interrupciones por otras fiestas, caemos en el domingo 9º, que se continuará hasta los 34 domingos que terminan con Cristo Rey, para comenzar luego el otro año litúrgico en el primer domingo de Adviento. La temporada de Navidad, nos presenta el misterio de la Encarnación de Cristo; la temporada de Cuaresma y Pascua, el gran Misterio Pascual: la muerte y la Resurrección del Señor.

Aparte de estos dos grandes temas, que son básicos, como las columnas de nuestro gran arco Cristiano: la Encarnación y la Redención, los domingos del tiempo ordinario, no tienen propiamente una celebración específica, pero sí celebramos, como dice el Concilio, hermosamente, que la Iglesia, siguiendo una tradición que se remonta hasta los primeros cristianos, se reúne cada ocho días, en el día que llama DEL SEÑOR. Eso quiere decir domingo: DOMINICA, DOMNI, es palabra latina que significa EL SEÑOR, el día del Señor y recuerda este deber.

En este día -son palabras del Concilio- los fieles deben reunirse, a fin de que escuchando la palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recuerden la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús, y den gracias a Dios que los hizo renacer a la viva esperanza por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. A esto venimos todos los domingos a Misa. Ojalá, este sentido de nuestra Misa Dominical vaya despertando cada vez más en el pueblo, que lo ha perdido mucho. Tienen el sentido de que la Misa del domingo es una beatería, es una cosa que se puede dejar fácilmente. Es poco sentido de solidaridad cristiana es signo de poca fe. Pero cuando una persona cristiana viene con alegría el domingo a esto, a escuchar la Palabra de Dios; porque cualquiera que sea el sacerdote que la proclame, es Dios el que por medio de él habla a su pueblo. Y venimos también a participar de la Eucaristía. No venimos sólo a oír un sermón, sino que venimos principalmente a sumergirnos en ese mar de nuestra redención que es Cristo en su divino memorial de la muerte y de la resurrección: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección". Y esto nos hace dar gracias a Dios, porque nos ha hecho renacer a la viva esperanza. Somos un pueblo que debe llevar, pues, una esperanza muy profunda, a pesar de todas las dificultades y fracasos de la tierra. Nuestra esperanza no se apoya en la tierra. Nos ha hecho renacer a la viva esperanza por la Resurrección. Por esa vida que no tiene ocaso, que siempre es alegría, iluminación, esperanza. Cada domingo tiene que ser, pues, como un sol de nuestra vida, con su Misa, que viene a recordarnos glorias tan grandes.

En las lecturas de hoy podríamos encontrar el título de una homilía bellísima, llamándolo precisamente lo que nos dice el Concilio:
 


"MISTERIO DE SALVACIÓN EN CRISTOquot;Pero antes de proponerles mi pensamiento concreto sobre este título, yo les invito, queridos hermanos, a que no meditemos una palabra desencarnada de la realidad. Que es muy fácil predicar un Evangelio, que lo mismo puede ser aquí en El Salvador, que allá en Guatemala, en Africa. Es el mismo Evangelio, naturalmente, como es el mismo sol que ilumina a todo el mundo. Pero así como el sol se diversifica en flores, en frutas, según las necesidades de la naturaleza que lo recibe, también la Palabra de Dios tiene que encarnarse en realidades, y esto es lo difícil de la predicación de la Iglesia. Predicar un Evangelio, sin comprometerse con la realidad, no trae problemas, y es muy fácil cumplir así la misión del predicador. Pero iluminar con esa luz universal del Evangelio nuestras propias miserias salvadoreñas, y también nuestras propias alegrías, y éxitos salvadoreños, esto es lo más bello de la Palabra de Dios, porque así sabemos que Cristo nos está hablando a nosotros, comunidad de nuestra Arquidiócesis reunida en esta meditación de su Divina, Palabra. ¿Quién va a olvidar este domingo la pena que aflige a tres familias, cuando sus tres secuestrados se mantienen en un silencio tan hermético?... Es hermoso el gesto de las Madres de los desaparecidos, que al ver que se pone como condición de liberar a un secuestrado, la libertad de los desaparecidos, manifiestan que no quieren que su dolor tenga como compensación otro dolor: quieren que se devuelva a sus familiares para que retorne a su casa el Señor Matzumoto, así como ellas anhelan que regresen a sus casas también los rehenes que ellos piden.

Quién va a olvidar, en esta situación de la Palabra de Dios, esta mañana el dolor de tantas familias campesinas allá en Guatemala, en una masacre que todos han conocido por los periódicos. Tenemos que unirnos en oración, en el repudio a la violencia y en el dolor de los que sufren. Y también reclamar sobre las causas de esas matanzas que siempre son causas de injusticia.

Se han publicado en esta semana las recomendaciones del Seminario sobre Reforma Educativa. Espero que todos las hayan leído con interés. Yo sólo quiero subrayar algunas porque coinciden con esta voz del Evangelio, y anhelo, para que sean realidad en nuestros colegios, en nuestra Universidad, y en nuestra escuela.

Cuando dicen, por ejemplo, que la Reforma Educativa tome en consideración sus posibilidades y limitaciones en un diagnóstico de la realidad nacional, en cuanto a su factor de cambio social en el campo ideológico y técnico, convirtiendo a profesores y alumnos en agentes críticos y no en sujetos pasivos en el proceso educativo; pero que ello no es posible si no concurren otras reformas estructurales, particularmente una reforma agraria, que modifiquen una estructura económica y social injusta.

También en esas recomendaciones se lee sobre el analfabetismo, dando, si es posible, un plazo de cinco años, para tomar un trabajo intenso y que desaparezca esa lacra de nuestra sociedad.

También se recomienda que la educación, la reforma educativa, deseche en su fundamentación filosófica, una concepción ingenua de la sociedad que deja al educando abandonado a la arbitraria manipulación de las llamadas fuerzas libres de la sociedad, en la que sectores nacionales y extranjeros minoritarios, dominan e imponen sus intereses.

Una educación pues, debe ser siempre promover sujetos en el cambio hacia un bien común. También, es alegre ver en las recomendaciones de una acción, del mismo gobierno, el Ministerio de Educación, cuando dice: "En consecuencia -hablando de los Derechos Humanos que deben inculcarse en la Educación- en consecuencia deben abolirse todas aquellas disposiciones y prácticas que vuelven lugatorios dichos conceptos y postulados, y especialmente, derogarse la Ley de Defensa y Garantía del Orden Público, por lesionar gravemente estas libertades y derechos, atentando contra los valores y fines de un proceso educativo democrático. No es pues, sólo, la Iglesia la que llama el alerta, sino que el mismo Gobierno ve en sus Ministerios la necesidad de unas leyes que verdaderamente sean promotoras de una auténtica democracia, y no al revés.

Me gusta mucho leer en este mes del Maestro, y lo hago mío este pensamiento de las Recomendaciones, para felicitar por anticipado a los Maestros en su mes. Hay que incentivar al maestro, no sólo con mejores salarios, sino con más adecuadas prestaciones sociales, de amplios seguros, para ellos y para sus cónyuges e hijos... La dignidad del Maestro no debe ser bella palabra, sino realidad reflejada en su estatus social. Y por no cansarles quiero solamente que se fijen mucho en esta Recomendación. El Seminario recomendó hacer un llamado a los dirigentes de sectas religiosas, como factor importante en el Sistema Educativo, a que colaboren para formar un hombre salvadoreño, no conformista, trabajador, realista, responsable y creativo, de los procesos sociales y económicos.

Lamentamos que un pseudo cristianismo al que se le da todo el amparo, se le dan todas las facilidades, está haciendo cabalmente esto de lo que protesta el Ministerio de Educación. Y me alegra de que en el mismo sector de nuestros hermanos protestantes, hay muchos que viven y palpitan esta inquietud de la Iglesia Católica, de predicar un Evangelio que no adormece, que no es opio del pueblo, sino que al contrario, quiere despertar la conciencia crítica de que ha hablado aquí el Seminario de Educación. Este es gloria, pues, de nuestra Iglesia, estar precisamente en el cumplimiento y estar sufriendo precisamente porque quiere llevar adelante , esta consigna de pura filosofía educativa del pueblo. También no podemos olvidar que en esta semana se ha inaugurado la nueva Asamblea Legislativa para el período 78-80, y que ojalá nuestros Padres de la Patria sepan ver a la Patria representada en ellos con todas sus angustias, y busquen de verdad el bien común. Nos alegró que una de las primeras acciones que se le han pedido, es la derogación de la Ley de Defensa y Garantía del Orden Público, es una buena oportunidad para ganarse la confianza de la ciudadanía que representan.

Ya empezó la temporada de siembras. Los campesinos están alegres, los que pueden sembrar; pero al lado de los que tienen tierras y pueden sembrar, no olvidemos que muchos están todavía con los brazos cruzados. No tienen con qué trabajar. Ha sido muy cruel el año, y esta circunstancia es para recordar que se siguen sufriendo las consecuencias de la represión en San Pedro Perulapán y en Cinquera. Soy testigo del hambre, de la enfermedad, del desnutrimiento de niños, de gentes, que ha tenido que dormir a la intemperie y está sufriendo las consecuencias de esa situación. La guerra psicológica es una realidad que tiene a muchos casi enfermos. Yo quiero llamar a la caridad que se ha estado desplegando. Que se siga desarrollando, ayudándonos a socorrer estas necesidades. No es demagogia, sino que es una necesidad urgente. Ayudemos a nuestros hermanos.

También como nota de alegría, pues no olvidemos los fanáticos, que están felices con la inauguración del campeonato mundial de fútbol en esta semana. Así como también nos alegra la preocupación de ANDA por proveer de agua a nuestra gente: al dolor no solamente en las colonias de San Salvador, sino también en las zonas campesinas, ver cuánto tiempo y energías pierden nuestros campesinos, y aun en poblados pequeñitos, yendo a buscar en barriles o en cántaros el precioso líquido. Auguramos que ANDA, pues, resuelva estos grandes problemas.

Y por parte de esta comunidad que somos nosotros, la Iglesia que está precisamente sumergida en esta realidad, veamos también como signos de nuestro esfuerzo por ser luz del mundo y salvar en Cristo la humanidad, la reunión de la Legión de María, el domingo pasado fue precioso, ver aquel ejército de María dispuesto a trabajar bajo las banderas de la Virgen, por la salvación integral de nuestro ambiente.

En San Antonio Abad, se tuvo una reunión con el motivo de aclarar una vez más la relación que existe entre Iglesia y organizaciones populares. una vez más que la Iglesia no debe ser manipulada por motivos políticos. Estoy preparando para un tiempo más oportuno, mejor dicho, para una ocasión que ya está próxima, una declaración, una Pastoral, en la que resumo este pensamiento, diciendo que quede bien claro que la Iglesia sí defiende el derecho a que el pueblo y los campesinos se organicen, pues es este uno de los modos como puede hacerse reinar la justicia en el mundo, y es un derecho inalienable: el derecho de organizarse. Que los cristianos tiene también ese derecho, y tienen además la obligación de buscar mecanismos eficaces al nivel social y político, para que nuestro país se vaya configurando según el ideal de la justicia. Son ya opciones y medios, instrumentos que ellos tienen que buscar, que la Iglesia siempre dará acogida a cualquier causa noble, que provenga de ese deseo de más justicia, y estará siempre al lado de los hombres del campo, que hoy son los más necesitados.

Por otra parte la Iglesia respeta la autonomía de los partidos y de las organizaciones como tales, así como ella también pide a las organizaciones, aun aquellas que se dicen de inspiración cristiana, exige que su impulación se muestre explícitamente, y que habitualmente giren de ella los servicios cristianos. Que no se utilice la Iglesia como si fuera un instrumento de sus finalidades. Es decir la Iglesia reclama, pues, su autonomía, y quiere proclamar una vez más que no tiene relaciones de opciones concretas con ninguna organización. Y que ninguna organización puede invocar ni siquiera el nombre cristiano, para decirle a los cristianos que tienen que organizarse en ese sector. Porque se puede hacer la justicia como cristiano en una forma muy libre. Nadie está obligado a pertenecer a nada, si no es que su misma libertad lo lleva. Y aún allí el cristiano tiene que hacer prevalecer su ideal cristiano, porque si un cristiano, metido en una organización, quiere someter su cristianismo, su Iglesia a los ideales es de una organización, esta traicionando su fe.

Quería mencionar también en este momento de alegría, de dos hermosas cartas de solidaridad que me han llegado en esta semana del Cardenal Silva, Arzobispo de Santiago de Chile, y otra del Cardenal Hume, Arzobispo de Londres, en Inglaterra. Yo les agradezco a estos hermanos, que su palabra tan válida viene a darnos aliento en esta voz que quiere ser plenamente voz del Evangelio, aunque otros la quieran confundir con otras ideologías. Y por eso exijo que se tenga bien nítida y clara la voz de la Iglesia, y no se la manipule ni se la quiera instrumentalizar con otras finalidades.

Me alegra también de la devoción a la Virgen de nuestra comunidad. En esta semana se clausuró el mes de mayo. En el Seminario hubo una fiesta muy bonita, y aquí en Catedral también, a pesar de la lluvia, muchas comunidades vinieron a honrar a nuestra Señora. Y también de alegrarme profundamente de la devoción profunda de esta capital al Sagrado Corazón de Jesús. Lo manifestó el viernes, Fiesta de Sagrado Corazón, cuando vimos una cosa inusitada: la inmensa Basílica del Sagrado Corazón completamente repleta de fieles, en una actitud de amor y devoción al Sacratísimo Corazón. Y ayer, los directores de Colegios Católicos se han reunido, precisamente para cuestionarse estos aspectos que he leído en la Reforma Educativa. Si de veras los Colegios Católicos están siendo instrumentos de evangelización de la Iglesia, lo cual quiere decir que salgan de allí hombres y mujeres que sean verdaderamente críticos, y no simples instrumentos de un sistema que quiere mantener sus situaciones.

Finalmente, hermanos, les quiero pedir mucha oración, por la reunión de Puebla, que se va preparando cada día con más intensidad. En octubre, los Obispos de Latinoamérica van a Puebla, para estudiar la problemática de América Latina, que tiene que ser evangelizada, con una voz auténticamente de Iglesia. Nos interesa a todos pues, que esta voz se mantenga siempre nítida, y que sea siempre una voz de esperanza. Así escribió San Pablo a los romanos, pueblo pagano, y escribía desde pueblos paganos, desde el Oriente, antes de dirigirse a Roma, y les dice que sólo lo detiene un deber que tiene que ir a cumplir. Va a ir a Jerusalén, a llevar las limosnas recogidas en los pueblos paganos, como un símbolo de comunión con la Iglesia madre de Jerusalén. El, llamado por Cristo, de ser un perseguidor, para ser el apóstol de los gentiles, es decir, el apóstol de los que no son judíos, comienza a predicar con una carta que, prepara su viaje a Roma, la preciosa carta a los romanos que se ha leído hoy, donde les dice que hay dos categorías humanas: la de los judíos, y la de los gentiles; los judíos tienen la ley, dada por Moisés, y los gentiles tienen su razón natural.

Por la ley de Moisés y por la razón natural, judíos y gentiles pueden conocer a Dios. Pero la triste realidad histórica es que ni la ley de los judíos, ni la razón natural de los gentiles, ha logrado una moralidad en la humanidad.

Y entonces mi homilía quiere fijarse, primero en el pueblo judío es la primera lectura tomada del Deuteronomio. Es un momento solemne en que Moisés (fíjense que el Deuteronomio es como una homilía grande, es una homilía en que Moisés, recordando la legislación de Dios, le recuerda al pueblo como en un presente. Así como estamos aquí. Como si aquí estuviera hablando Dios, y pidiéndonos a nosotros), les dice a los israelitas: "Frente a Uds. dos caminos; pero uno termina en la maldición, el otro en la bendición, el uno en la obediencia a la ley de Dios, el otro en la infidelidad a los mandamientos del Señor. Viene a la memoria otro gesto del mismo libro del Deuteronomio, en el Cap. 18. Uds. lean cuando Moisés divide en dos sectores al pueblo peregrino: Uno en la falda del monte Garizim, y otro en la falda del monte Herbart. En dos partes se dividen los representantes de las tribus. Y en el centro, el grueso del pueblo va a responder "AMEN", mientras los de un lado recuerdan las maldiciones: "Maldito el hombre que desprecia a Dios y adore ídolos. Y todo el pueblo en un gran rumor decía: AMEN. Maldito el hombre que roba. "Amén. Maldito... " Y así continuaba la ley de Dios maldiciendo a aquellos que no creyeran, que no obedecieran a esa Ley. Mientras al otro lado se oía después como una bendición del Señor: "Bendito los que adoren a Dios; benditos los que respeten los derechos del prójimo"... etc. Se parece al momento en que Cristo en la montaña de las Bienaventuranzas, dijo esos secretos de la fidelidad del hombre, que no los queremos comprender. Lo interesante es que estos dos caminos que van a terminar a la maldición o a la bendición, no son simplemente fantasías. La palabra "Bendición" y "Maldición" en la Biblia, representan una sanción definitiva. Cuando Dios dice "Maldito", no es como cuando una madre enojada le dice a su hijo "Maldito" que se puede perdonar. Y el hijo arrepentido cuántas veces va a llorar y le pide perdón a la mamá "no me maldigas, madre". En el Ministerio sacerdotal, es una de las cosas más penosas cuando un hijo viene a preguntar: "Estaré maldito porque mi madre me dijo maldito?" "No, le dice uno, sí te puede perdonar. Fue un momento de enojo; la mamá siempre ama" Pero cuando se trata del Dios que dice "Maldición al que no obedezca a mi ley", se trata de una sanción definitiva: "Id, malditos, al fuego eterno". Quiere decir que hay que tomar en serio la obediencia a la Ley de Dios, así como también la bendición no es simplemente un augurio "Que Dios te bendiga" ' Sino que es una sanción definitiva, es un hecho, el que Dios dice "Bendito" y le está dando el reino, le está haciendo participante de su misma vida.

Hermanos: en dos imágenes distintas, Cristo nos hace la misma proposición en el Evangelio de hoy: la casa construida sobre arena y la casa construida sobre roca. El que construye su casa ahondando los cimientos, aunque venga la tempestad no la bota, está bien fincada en la roca. Pero el insensato que se pone a construir sobre la arena, cuando viene el agua, lava la arena y destruye toda la casa. Y Cristo lo aplica ya. Y es lo que nosotros nos interesa: APLICAR. Todo el que oye la Palabra de Dios y la pone en práctica, construye sobre roca. Pero el que oye la Palabra de Dios sólo por curiosidad, por literatura, por interés, y peor todavía sí es por pesquizar a ver qué dice el Obispo, a ver si lo cogemos en algo, estos construyen sobre arena. Y cuando llegue la hora tremenda del juicio de Dios, ese si juzgará, el que me va a juzgar a mí también de lo que estoy diciendo, y a El si le tengo miedo. Y trato de temerle, para decir sólo lo que El quiere que diga, aunque los hombres no quieren que diga lo que estoy diciendo.



CONSTRUIR SOBRE ROCA ES TEMER MÁS A DIOS Y OBRARSE SU VOLUNTAD¿Qué tremenda es la libertad del hombre! "Frente a Uds. están los dos caminos", les dice Moisés. Y Cristo -dice: "Pueden construir su casa de dos maneras". Si hay alguien que respeta la libertad, es Dios. Dios nos hizo auténticamente libres, y nos deja libres, uno va hacia la Ley y el otro va hacia la maldición, tú eres libre de escoger.

La libertad, queridos hermanos, no consiste en hacer lo que nos da la gana; la libertad consiste en caminar por donde Dios quiere, libremente. La alegría de Dios esta mañana en su Catedral, es que ninguno de Uds. ha sido traído amarrado: todos han venido con libertad. Para eso es la libertad. Para venir con amor, con libertad, no por la fuerza.

Las multitudes que se hacen a la fuerza, no son voluntarios: nadie viola tanto la libertad del hombre, como el fanático de las cosas de la tierra. Pero Dios sí nos deja auténticamente libres, porque quiere tener la alegría del papá, a quien el hijo lo va a saludar sin que lo obligue. A darle un abrazo, a regalarle algo, con la ternura de la libertad y del amor.

Y cómo puede ser, pues, que la libertad del hombre se vea coartada por la Ley de Dios? San Pablo entra ya con su precioso mensaje de la Epístola a los Romanos, para decirle a los mismos judíos: "No basta la Ley". La Ley te señala lo bueno y lo malo, pero tú sientes que, aunque sabes que has de hacer el bien, haces el mal. Esto creo que todos lo hemos experimentado: Sentimos que no hay que hacer el mal, pero lo hacemos. Porque una pasión, un gusto, un capricho, nos lleva a desobedecer a Dios. Y sabemos cuánto cuesta hacer la Ley de Dios, cuántas violencias hay que hacerse a sí mismo para cumplir la voluntad del Señor. No basta, pues, la Ley, no basta la razón tampoco. Porque en el mismo libro del Deuteronomio, y en el libro de la Epístola a los Romanos, hay catálogos sombríos de lo que los hombres hacen.

Cuando lean Uds. en ese capítulo XVIII del Deuteronomio, verán que cosas más sucias se maldicen así, explícitamente, porque los hombres son capaces de cosas muy sucias, a pesar de conocer una ley. Y lean en la Epístola a los Romanos, el largo catálogo de San Pablo, narrando los descarríos, las locuras que los hombres hacemos. Da asco mencionar esa página de la Epístola a los Romanos. Hasta dónde han llegado en sus aberraciones. Hasta la gente más inteligente, porque no basta conocer y tener una ley.

Así también Jesucristo en el Evangelio de hoy... Y, resumiendo las 3 lecturas, podíamos decir que no basta predicar. Yo puedo decir ahora con San Pablo: "Pueda ser que predicándoles a Uds, me haga yo un réprobo". Que no basta con los carismas que Dios le da a uno para la utilidad del pueblo. Por eso dice Cristo: "No es el que dice: Señor, Señor, el que entrará en el Reino de los cielos". Y más tremendo todavía, cuando en el día del Juicio le digan los dirigentes cristianos, que no lanzamos demonios en su nombre, que no predicamos en su Nombre, y Cristo, tremendamente dirá: "No os conozco, malvados". También a nosotros los predicadores, también a nosotros los obispos y los sacerdotes, también a los dirigentes cristianos. Teman... porque esa palabra puede ser para Uds., para mí. Esto vengo a decirles en este resumen: Hay obras sin fe y sin amor. Así como hay fe sin obras, hay obras sin fe. Mucho activismo, mucho ir y venir. Pero no se hace por amor, ni hay fe. Y dice San Pablo: "Si yo doy mis bienes a los demás, si yo hablo las lenguas de los ángeles y de los hombres, si yo hago maravillas para que todo el mundo me aplauda, pero no tengo amor, nada soy". "La obra sin amor, las obras sin fe, son muertas. Así como al revés, la fe sin obra es muerta", dice Santiago.

Santiago ya en su tiempo (primera hora del cristianismo), ya veía esas exageraciones que Lutero en el Siglo XVI propuso también: Que la Fe basta. El mal de Lutero fue que puso una palabrita en la traducción: La fe sola basta. Porque la fe sola sin obras es la que salva. Y eso es muy peligroso -La Epístola a los Romanos ha dado muchos problemas en Teología precisamente por este punto que estamos reflexionando hoy. Cuando Pablo dice que la fe es la que salva sin las obras, se refiere a las obras de la Ley antigua: Que ya no es necesario circuncidarse; que ya no es necesario guardar el sábado, sino el domingo; que no hay que vivir ya como entre los judíos del Antiguo Testamento, ya estamos en la hora cristiana. A esas obras se refiere el apóstol cuando dice: "La fe salva, no las obras de la Ley". Pero en cambio dice Cristo: "No es el que dice "Señor, Señor", el que entre en el reino de los cielos, sino el que realiza obras según la voluntad de mi padre". Y decía Santiago refutando aquellos cristianos ya de su tiempo: "Muéstrame tu fe sin obras, pero yo te mostraré por mis obras mi fe".

Este equilibrio es el necesario, queridos hermanos, ni sólo fe, diciendo a Dios: Señor, Señor; si Dios no necesita que le digamos "Señor", El es Señor siempre. Y Santiago dice una frase terrible: También los demonios en el infierno conocen a Dios y le temen, y no se pueden salvar. No basta la fe. La fe sin obras es muerta.

Por eso me alegra ése desiderátum del Seminario de Reforma Educativa, pidiendo a las sectas cristianas, que no prediquen un cristianismo alienante, que no prediquen una religión sin compromiso con la historia. Y por eso me alegro de que nosotros predicando este compromiso histórico, que estamos reclamando desde el Evangelio, salvadoreños de esta hora: "No se salvarán si no trabajan intensamente por hacer un mundo mejor, comenzando por su propio hogar, por la propia irradación de sus funciones profesionales, aunque sean la más humilde: hacer pan, trabajar de sol a sol con el machete, pero hacerlo con amor, mostrar en obras de honradez y de fe que de veras amamos y tememos a Dios. Quién nos puede dar este equilibrio. Y este es mi tercero y último pensamiento, hermanos: la fuerza del Evangelio.

Cuando San Pablo se dirige a los Romanos, esta es su gran tesis: "Voy a ir a ustedes a predicarles la fuerza del Evangelio. No basta la razón natural ni de ustedes, los grandes romanos que han conquistado el mundo, ni de Grecia, en Atenas, donde he visitado también a los grandes sabios; su inteligencia es muy grande pero no han llegado a conocer al verdadero Dios con todas sus implicaciones. Ni a Uds. judíos, de los que Dios me segregó para ir a predicar al mundo gentil. No les basta su Ley, ni sus obras de la Ley. Lo que Cristo ahora pide es Fe en el gran acontecimiento salvífico, es decir, Fe, en que Cristo murió por mí y resucitó por mí. A eso es lo que San Pablo llama, en la carta de hoy -una frase que debemos de grabarla como un epitafio- La justicia de Dios manifestada en Cristo.

Hoy se habla mucho de justicia, y tal vez la interpretamos mal: La justicia según la Palabra Bíblica de Hoy, quiere decir la acción, la intervención misericordiosa de Dios, manifestada en Cristo, para borrar de el hombre su pecado, y para darle la capacidad de obrar como un Hijo de Dios. Esta es la verdadera liberación.

Hay en nuestro ambiente mucha preocupación de liberación. Bendito sea Dios. Pero lástima que muchas de estas liberaciones sólo se quedan en las cosas de la tierra: liberación económica, liberación política, liberación social. Está bueno; todo eso vendrá por añadidura. Pero el Papa Pablo VI, cuando describe la Evangelización del mundo actual, dice: "El liberador cristiano, el cristiano que de veras siente esa angustia de liberar a su pueblo, tiene que comprender todas esas manifestaciones liberadoras; pero incorporarlas a la gran liberación cristiana, que parte precisamente de esta justicia que nos está revelando hoy San Pablo: La justicia de Dios es liberación del hombre. De su pecado, en primer lugar, para capacitarlo a hacer la ley de Dios. Sólo el hombre que se ha liberado del pecado, y que trata de santificarse en el cumplimiento de la ley de Dios, sólo ése tiene derecho a hablar de una auténtica liberación; aun de las liberaciones de la tierra. Pero si un hombre cristiano se olvida de esta perspectiva eterna, de la liberación del pecado y de la gracia en Cristo, ya ha perdido su fuerza, su mística, y muchas veces esto es lo que pasa. Por eso, les decía, no impliquen a la Iglesia con su gran predicación de la liberación integral en Cristo, con las pequeñas liberaciones de la tierra.

No identifiquen la Iglesia que predica esta libertad del pecado y de la muerte, en aquella justicia de Dios, que nos dio a su. Hijo, con estas liberaciones terrenales, que muchas veces ni se acuerdan de pedirle perdón a Dios, y están cometiendo más injusticias, y violencia Y desórdenes.

Ojalá comprendamos, hermanos, que la Iglesia tiene la clave de la verdadera liberación. Y por eso termino por donde comencé, diciéndoles que a esto venimos a Misa el domingo: a reflexionar en el gran misterio de salvación, pero no a partir de nuestras débiles fuerzas humanas: nadie se puede salvar a sí mismo. Ni siquiera cumplir la Ley natural, puede. Dice la Teología: Una persona, por más inteligente que sea, tiene muchas lacras en el aspecto moral. Pero cuando la Gracia de Dios, la fuerza de la justicia de Dios manifestada en Cristo la tomamos con humildad y le decimos: "Señor soy un pobre pecador, líbrame de mis pecados, siento en mí la miseria, las pasiones que me arrastran, líbrame de este cuerpo de muerte". Cuando un hombre está prendido así de las manos de Dios, es verdaderamente fuerte. Como decía San Pablo: "En mi debilidad se manifiesta la potencia de Dios".

Vivamos, hermanos, esta bella esperanza de nuestra fe. Es la fe la que salva. Pero no por las obras de la Ley del Viejo Testamento, sino por las del Nuevo Testamento, las de nuestro pueblo, las obras concretas que se nos pide aquí: La honradez de los abogados, la justicia sin venderse de los jueces. La justicia reclamada en tantos atropellos. La honradez en las que venden en el mercado. La honradez en aquel que gana un salario y que cumple fielmente su tarea. La honradez del que paga un sueldo sin extorsionar, sin explotar, también a su trabajador. Esto es lo que haría de nuestra patria la verdadera liberación. Llenémonos de esta esperanza. Y comencemos por nosotros mismos, a ser verdaderamente justos, con esa justicia divina que Dios nos manifestó en Cristo nuestro Señor.

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    Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez

     Ciudad Barrios, El Salvador; 15 de agosto de 1917 – † San Salvador, (Id.), 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral.

    Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país.[2] Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en El Salvador. Dentro de la Iglesia Católica se le consideró un obispo que defendía la "opción preferencial por los pobres". En una de sus homilías, Monseñor Romero afirmó: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación." (11 de noviembre de 1977)

    En 1994, una causa para su canonización fue abierta por su sucesor Arturo Rivera y Damas. A partir de este proceso, Monseñor Romero ha recibido el título de Siervo de Dios.[3] En Latinoamérica muchos se refieren a él como San Romero de América.[4] Fuera de la Iglesia Católica, Romero es honrado por otras denominaciones religiosas de la cristiandad,[5] incluyendo a la Comunión Anglicana.[6] [7] Él es uno de los diez mártires del siglo XX representados en las estatuas de la Abadía de Westminster, en Londres,[8] y fue nominado al Premio Nobel de la Paz en 1979.

     

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