NOTA: Antes de la homilía del Sr. Arzobispo de San Salvador, Mons. Romero, el Dr. Jorge Lara Braud representante del Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra y representante del Consejo de Iglesias de Estados Unidos, dio el pésame al pueblo salvadoreño. Entre otras cosas dijo: "Puedo escuchar al sacerdote Octavio Ortíz Luna ya desde la eternidad, donde no hay más muerte ni llanto, diciéndonos a cada uno de nosotros sus hermanos sobrevivientes: 'ahora me gozo en lo que padezco por ustedes y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo para bien de su cuerpo: La Iglesia'... en representación de mi país adoptivo los Estados Unidos de Norte América, en representación de estos cristianos de mi país adoptivo, pido perdón a ustedes, mis hermanos salvadoreños, en la medida en que este mi país apoya un orden social que fabrica pobres y que premia a opresores. El Consejo Mundial de Iglesias y el Consejo Nacional de Iglesias, se une a todos ustedes en el luto de este día, pero también se unen a ustedes en esta alegría subversiva que puede decir que a Octavio Ortíz Luna y a sus hermanos no los han matado, no los han asesinado, les han dado vida eterna."
A continuación pronunció su homilía el Sr. Arzobispo de San Salvador. Queridos hermanos sacerdotes: ¡Gracias por haber venido a expresar, aun sacrificando sus propios horarios dominicales, su solidaridad que en momentos tan solemnes nos hace sentirnos tan hermanos! Gracias también a esa voz ecuménica de nuestro hermano Pastor Jorge Lara Braud quien, en su breve mensaje, nos da un gran aliento en nuestro peregrinar que une profundamente a todos aquellos: sean protestantes, ortodoxos o católicos, pero que tratan ser fieles intérpretes de un evangelio tan difícil en esta hora de tantas susceptibilidades. Y, así resulta que el pueblo católico, rodeando hoy los cadáveres de un sacerdote muy querido, el P. Octavio Ortíz, y de los cadáveres de cuatro jovencitos que murieron acribillados con él: Ángel Morales, Jorge Alberto Gómez, Roberto Orellana y David Alberto Caballero, es un pueblo con perspectivas ecuménicas y escatológicas. Esa multitud que llena la Catedral y el parque, que es una multitud que no se circunscribe a este local -a través de la radio se extiende a casi toda la República y más allá de la diócesis y de la Patria- se extiende unida en fe y esperanza con todo el pueblo de Dios que peregrina en todos los países de la tierra. Creo, hermanos, que pocas veces como hoy se siente lo que es misa dominical, que el Concilio Vaticano II definió como una: "tradición apostólica que se remonta hasta el mismo día de la Resurrección. La Iglesia celebra el misterio pascual -muerte y resurrección- cada ocho días en el día que por eso se llama Día del Señor o día domingo. Este día los fieles deben reunirse para oír la palabra de Dios y participar en la Eucaristía, acordándose de la pasión, resurrección y gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios que los ha regenerado en la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos". Y esta esperanza y esta participación en la muerte y en la resurrección de Cristo, se hacen hoy vivencia dolorosa en torno de esos cadáveres que nos predican precisamente el lenguaje de las tres lecturas que hoy acabamos de escuchar. Las comunidades reunidas... liturgia de la tierra que ya pregunta la del cielo... Antes de reflexionar en esas lecturas, quiero pensar en ustedes que forman esa muchedumbre. Son comunidades que han venido desde diversos horizontes de la diócesis y de la patria. Y sentimos también cómo la liturgia de la tierra, esta misa de la Catedral -de la Catedral que se sintió pequeña ante la invasión de amor y de fe en todos ustedes y por eso ha tenido que salir a la calle- esta comunión que nos une, ésa sea con la liturgia del cielo. Nos está haciendo preguntar casi sensible, en la presencia de esos cadáveres que no están muertos sino que son peregrinos que ya van llegando a la vida verdadera, para que nosotros, comunidad que todavía peregrina, afiancemos todavía más esa esperanza que ya es grande en el corazón de todos ustedes. Es una comunidad eclesial que en esta semana puede contar acontecimientos como todas las semanas los vamos contando. HECHOS ECLESIALES La gran expectativa que nuestro Continente está sintiendo ante el viaje del Papa a México y a la reunión de Puebla. Mi corazón se divide ante esta expectativa: el anhelo sincero de ir al encuentro con el Papa y con mis hermanos Obispos del Continente no en viaje de paseo, ni de descanso, sino en una búsqueda de un mejor servicio a la diócesis; y en un deseo de aportar la riqueza insondable de nuestra Arquidiócesis que es grande: son ustedes, son sus comunidades, es su fe, es su sufrimiento, es su persecución. Y siento entonces aquello de Pablo: "Quisiera quedarme con ustedes en una hora tan dolorosa y tan peligrosa de nuestra Iglesia; pero por otra parte, siento la necesidad de llevar esta voz para hacerla sentir en Puebla a las amplitudes del Continente y del mundo. Y débil, porque aunque Pastor soy un pobre cristiano, sin embargo, siento que mi fe se robustece en el contacto con el Romano Pontífice". Por eso, hermanos, yo les pido permiso de dejarlos un momentito en la orfandad para ir a llevar la riqueza de ustedes y traer la fortaleza del Papa, y de mis hermanos obispos, que se van a reunir en Puebla. Y quiero suplicarles sus oraciones. Yo quiero ser la presencia de una Arquidiócesis en oración. ¡Que nadie deje de rezar mucho! Hoy tenemos cinco nuevos intercesores en el cielo que aman esta diócesis; y para servirla, precisamente mejor, estaban preparándose en ese convivio donde encontraron la muerte. Oremos, entonces, para que Puebla sea lo que espera América y el mundo de ella. ¡Es hermoso esto! Yo quiero recoger como voz de todos ustedes, queridos hermanos, el telegrama del P. Alex Poprawa, de las Flores, de Chalatenango, me envía con un cariño fraternal, diciéndome: "Viejita pobre paga misa favor buen viaje Monseñor México. Alégrome profunda fe. Saludos." Como esta viejita en oración, yo quiero contar con todas las plegarias de todos los que formamos la Iglesia de la Arquidiócesis. Quiero dejar también una recomendación: ¡Mucho cuidado con la manipulación de las noticias! ¡Mucho cuidado!, porque Puebla está siendo como una presa sabrosa para todos aquellos que distorsionan la verdad de las cosas, y después de haber visto la brutal desfiguración de los hechos que estamos lamentando en esta mañana, hay razones también, para temer que un hecho tan sagrado y de tanta esperanza lo echen a perder los intereses mezquinos de nuestra política, de nuestra potencia económica, de nuestros medios de comunicación social. Seamos superiores a todo eso y tratemos de vivir el verdadero mensaje de Puebla que tendrán el cuidado de estar transmitiendo nuestros medios de comunicación social. Esta comunidad que está reunida aquí, junto a la Catedral, es la comunidad del Octavario por la Unidad de las Iglesias como nos lo acaba de recordar nuestro estimado hermano Jorge Lara Braud. Una esperanza de unión que está orando en todos los templos católicos y protestantes, que no se dejan manipular su evangelio sino que saben que el evangelio no es un juguete ni de la política, ni de las conveniencias, sino que tiene que ser muy superior y ser capaz de renunciar a todo aquello que empaña el mensaje auténtico del evangelio. Seguiremos buscando con nuestros hermanos protestantes un evangelio que sea verdaderamente de servicio a nuestro pueblo tan sufrido. Quiero expresar también, en este momento de dolor nuestro pésame a dos hermanos sacerdotes: el P. Gabriel Rodríguez, que llora la muerte de su papá. Y al P. Porfirio Martínez, de la diócesis de San Vicente, por el asesinato de su hermano Gilberto, vecino de San Francisco, Chinameca. Quiero complacerme con ustedes en esta comunidad por el espíritu de compartición que todos tratan de cultivar, y que lo expresa desde New York un cristiano de nuestras comunidades: Marcos Luis Maldonado, que al enviar $ 100.00 me dice: "es una pequeña ayuda para la gente que esté más necesitada en estos momentos de mi país... con todo cariño y ganado con mi esfuerzo; pues para poder sobrevivir he tenido que alejarme de mis seres queridos y de mi patria que es lo que menos quisiera en esta Navidad". Es la Iglesia que está aquí reunida, la que recibe también un espaldarazo de un gran prelado de América del Sur. Me escribió y ayer recibía su carta: P. Mons. Leonidas Proaño, de Río Bamba, Ecuador, para decirme: "Seguimos con interés los dolorosos acontecimientos de El Salvador. Estamos junto a usted y a todos los cristianos que están sufriendo por causa del evangelio. Espero que nos podremos ver con ocasión de la Conferencia de Puebla y reconfortarnos mutuamente en nuestra lucha por hacer nacer un pueblo que se convierta en el pueblo de Dios y que marche hacia su liberación integral". No puedo omitir -las noticias que se han omitido las podrán seguir escuchando en nuestros medios de comunicación social-, un hecho que nos congrega aquí, de la plenitud de la vida de nuestra Arquidiócesis: El caso sangriento y doloroso de Octavio Ortíz Luna. Acerca de esto, la diócesis declara: que el comunicado oficial que publicaron los medios de comunicación social es mentiroso del principio al fin. Nuestros medios de comunicación social están señalando ya, una a una, todas esas calumnias que teje, en tan pocas líneas, un comunicado que debía de guardar la fe de la patria. Gracias a Dios, contamos para reconstruir la verdad con el testimonio de muchos que sobreviven a la tragedia, llevados a la prisión de Guardia Nacional. Y gracias a Dios, entonces, que no sucedió aquí con Octavio Ortíz lo que sucedió con nuestro pobre hermano Ernesto Barrera, cuyo único testigo que hubiera podido aclararnos la verdad, fue asesinado por los mismos agentes de seguridad para dejar sin testigos aquel crimen oficial. Este es el primer testimonio que tenemos a la mano: "... este día, a las seis horas de la mañana, cuando me encontraba durmiendo..." Durmiendo, tengan en cuenta todos estos detalles, era una convivencia de jóvenes de iniciación cristiana, no eran hombres armados para defenderse, estaban durmiendo. "... en el local que ocupa la casa de retiros para grupos cristianos denominada 'El Despertar'..." El que no conozca esta casa, lo invito a conocerla para que vea que no tiene el aspecto de un cuartel, ni tiene las intenciones de fomentar allí guerrilleros, sino que desde hace muchos años viene sirviendo para promover grupos de cristianos con criterios de evangelio, que naturalmente son criterios muy peligrosos en nuestro tiempo. "...propiedad del Arzobispo de San Salvador, situada en San Antonio Abad, de este departamento..." Sigue el testigo diciendo "...se introdujeron de forma violenta muchos miembros uniformados de la Guardia y Policía Nacional, quienes ingresaron al local referido disparando sus armas. En ese acto un vehículo grande de color verde, de los que denominan tanquetas militares junto a un vehículo jeep militar entraron violentamente al centro de retiros cristianos, ubicándose en el patio central. En este centro me encontraba -dice el testigo- dirigiendo, junto con el P. Octavio Ortíz Luna, sacerdote católico y diez jóvenes más un encuentro de iniciación cristiana para veintiocho jóvenes varones, cuyas edades oscilan entre los doce y veinte años. Que este lugar se destina para formación cristiana exclusivamente, y no se han propiciado en ese lugar otro tipo de reuniones en las que se conspire contra el Estado, como tampoco que en estas reuniones se sustenten doctrinas anárquicas contrarias al orden público. Que en este cursillo denominado 'Encuentro de Iniciación Cristiana para jóvenes', y el cual había sido iniciado el día viernes diecinueve de los corrientes a las diecisiete horas, se utilizaron libros de cancioneros católicos, y los instrumentos que ahí se encontraban eran de tipo musical, como guitarras, no existiendo en poder de ninguno de los participantes en dicho encuentro cristiano armas de ninguna clase. Antes de ser capturado por miembros uniformados de la Policía Nacional, pude ver que exactamente enfrente de las oficinas, a la entrada de éstas y casi en la entrada principal se encontraba en el suelo, encima de un 'charco' de sangre el sacerdote Octavio Ortíz, que sangraba de la cabeza. Los Agentes de la Policía me trasladaron juntamente con una dirigente del equipo de formación cristiana, en un radio-patrulla hacia el cuartel central de la Guardia Nacional, en donde nos interrogaron y donde manifesté todo lo dicho hasta este momento en el presente documento. Entre los interrogatorios, había también cuestiones acerca del Obispo, si era verdad que llegaba a sembrar la subversión en aquellos centros". Este comunicado de nuestra Arquidiócesis, al que se irán sumando otros testimonios, gracias a Dios, quiere hacer ver el contraste de la versión de la mentira del Gobierno y la realidad vivida por los testigos. Cabe sacar algunas conclusiones: a) Que nuestros Cuerpos de Seguridad no son capaces de reconocer sus errores sino que los hacen más graves falsificando la verdad con la calumnia. Y así van echando a perder cada día más la credibilidad de nuestro Gobierno y de nuestros medios de comunicación social, obligándonos a acudir a los organismos y publicaciones internacionales porque ya no creemos en la justicia y en la verdad de nuestro propio ambiente. b) Que, por tanto, es urgente una purificación del sistema corrupto de la seguridad de nuestro país. El sentido de frustración de nuestro pueblo se agrava cuando aparecía un rayito de esperanza en el cambio de la dirección de cierto cuerpo de seguridad, que ahora parece apagarse ante la realidad brutal que estamos aquí denunciando. c) Que se compruebe una vez más la maldad y el peligro de la Ley de Garantía y Orden Público al legalizar las posibles sospechas como justificaciones de actividades violatorias de la libertad y de la vida de los salvadoreños. d) Que ¡ya basta! -Y lo decimos no con pesimismo sino con un gran optimismo en las fuerzas de nuestro noble pueblo-. El ambiente se ha saturado de brutalidad y es necesario un retorno a la reflexión que haga sentirnos seres racionales capaces de buscar las raíces de nuestros males y realizar sin miedo los cambios audaces y urgentes que necesita nuestra sociedad. e) Finalmente -quiero recordar- que los autores materiales e intelectuales del asesinato del sacerdote Octavio Ortíz han incurrido en la excomunión canónica, que en este caso -no es otra cosa la excomunión de la Iglesia, ¡bendito sea Dios!, de la que muchos se ríen. Tal vez les hace pensar en esta Iglesia identificada con el pueblo- ratifica la excomunión o sea el repudio del mismo pueblo. Pero que la Iglesia, como madre que en su severidad no olvida la misericordia, así como ora por el descanso eterno de las víctimas y el consuelo de sus familias que lloran, pide también y espera, la conversión de los asesinos. El cadáver de Octavio Ortíz Luna, sacerdote... y los cuatro jóvenes matados ayer con él... nos predican en lenguaje pascual... ¡Ésta es nuestra Iglesia! Diríamos que junto a nuestro pueblo, como trayéndonos un mensaje transcendente, los cuatro cadáveres de los jovencitos que se reunían bajo la dirección del P. Ortíz y sobre todo el P. Ortíz, son a los que tenemos que escuchar en el silencio de la muerte. Breve historia del P. Octavio Ortíz ¡P. Ortíz!, un joven sacerdote, nacido apenas el 22 de marzo de 1944, en un cantón de Cacaopera, Departamento de Morazarán. Conservó su sencillez de campesino, sabía que la grandeza del hombre no es de apariencias sino la verdad. A sus padres: don Alejandro Ortíz y dona Exaltación Luna, ambos también gloriosos de su estilo campesino, están aquí entre nosotros. A ellos, lo mismo que a los parientes de los cuatro difuntos, nuestra condolencia. Vino a estudiar el P. Ortíz, en nuestro Seminario San José de la Montaña y yo tuve la dicha de ser el Obispo que lo consagré sacerdote. ¡Es la primicia de mi episcopado! Estrenó su sacerdocio en la comunidad de Zacamil, a la que amó siempre. Al momento de ser asesinado el P. Octavio Ortíz Luna, estaba en plena actividad. Si se me pidiera cómo fue su ultimo día, lo puedo describir perfectamente: por la mañana, trabajando con los organizadores de la Semana de Identidad Sacerdotal para hacer una síntesis del rico mensaje que nos dejó esa semana; y por la tarde, en una reunión pro-Seminario que yo presidí. Octavio fue el que llevaba la coordinación; con una gracia muy especial sabía él llevar estas juntas y resultaban muy fructuosas. De ahí salió para San Antonio Abad a celebrar la misa del Patronato y, a continuación por la noche, a inaugurar o a dar puntos de reflexión a los treinta y tantos jóvenes, a los cuales la Madre Chepita después concretaba con dos preguntas la reflexión espiritual a la que se tenían que levantar el día en que "El Despertar" fue un despertar horrible, de muerte, para darnos este mensaje doloroso de hoy. Este pueblo que está reflexionando aquí junto a la Catedral. Quiero reflexionar sobre las lecturas bíblicas -perdonen, no me voy a prolongar tanto- solamente para enfocar desde el Evangelio, desde la teología, desde la pastoral, nuestra realidad. Quiero ratificar que mis predicaciones no son políticas, son predicaciones que naturalmente tocan la política, tocan la realidad del pueblo pero para iluminarlas y decirles qué es lo que Dios quiere y qué es lo que Dios no quiere. La palabra que ahora ilumina este hecho sangriento la hemos escuchado, aunque con dificultades por el mal sistema de sonido, pero podíamos decir que todo el mensaje en esta circunstancia podía llevar este título: UN MENSAJE QUE NOS HABLA DE RESURRECCION 1º.) Presencia de un mundo nuevo. 2º.) Se acepta por la conversión. 3º.) Se vive por la fe. 1. PRESENCIA DE UN MUNDO NUEVO Nínive... prototipo del mundo frívolo de la grandeza humana... Nínive, en la primera lectura aparece como el prototipo de las grandes ciudades frívolas, egoístas, pecadoras. Y a este mundo frívolo, Dios le manda el mensaje de Jonás que dice: "Dentro de 40 días, si esta ciudad no se convierte, Dios la va a arrasar". Pero nos cuenta la lectura de hoy que aquel momento fue aprovechado por Nínive y todos hicieron penitencia y Dios perdonó a la ciudad. Cristo, el máximo maestro de este domingo, nos dice: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios". Este plazo que se ha cumplido, es precisamente el Cristo resucitado. El ha abierto una nueva etapa en el mundo y dichosos aquellos que encuentran ese secreto de resurrección, porque entonces, la vida, a pesar de los crímenes, de las maldades, es un mundo que para los cristianos es fuerza y marco de la salvación. "El momento es apremiante... la figura de este mundo pasa". Dios salva en la historia concreta de cada pueblo y de cada hombre, y " hay que vivir, dice San Pablo, los que están casados, como si no lo estuvieran; los que sufren como si no sufrieran; los que gozan como si no existiera el placer, sabiendo que la figura de este mundo pasa". Octavio encontró un tesoro... lo estaba dando a estos jóvenes... Este es el gran mensaje de Octavio y los muertos: la figura de este mundo pasa y sólo queda la alegría de haber usado este mundo para haber impulsado allí el reino de Dios. Pasarán por la figura del mundo todos los boatos, todos los triunfos, todos los capitalismos egoístas, todos los falsos éxitos de la vida. Todo eso pasa, lo que no pasa es el amor, el haber convertido en servicio de los demás el dinero, los haberes, el servicio de la profesión, el haber tenido la dicha de compartir y de sentir hermanos a todos los hombres. En la tarde de la vida te juzgarán por el amor. A Octavio y los jóvencitos muertos con él, en eso los ha juzgado Dios el Señor: en el amor. 2. SE ACEPTA (ESE MUNDO) POR LA CONVERSIÓN Qué hermoso podrá presentarse un sacerdote pobre, renunciador de todo con la sencillez de un campesino que se gloría de esa categoría, para saberse hacer más accesible a todo aquel que quiere encontrar en ese evangelio que lleva características de pobre, de necesitado, el gran mensaje que Dios trae para salvar al mundo: el uso de los bienes de la tierra, en un convertido, San Pablo nos lo ha enseñado en las lecturas de hoy. La razón de esa conversión es porque no se puede servir a dos señores. Sólo hay un Dios y ese Dios o será el verdadero que nos pide la renuncia de las cosas cuando se convierten en pecado; o es el dios dinero que nos obliga también a estar de espaldas al Dios del cristianismo. Y porque quisieran un Dios de espaldas al verdadero Dios, muchos critican esta Iglesia y matan a Octavio y matan todo movimiento que está tratando de derrotar los ídolos de los falsos dioses y está tratando de darnos el Dios verdadero. 3. (EN ESE MUNDO NUEVO) SE VIVE POR LA FE Por eso, hermanos, Cristo dice: "Se acerca el reino de Dios, conviértanse y crean a la buena noticia: la fe". El Evangelio sigue contándonos hoy las primeras cuatro vocaciones de la jerarquía eclesiástica: Pedro, hermano de Andrés; Juan, hermano de Santiago, lo dejan todo cuando el Señor los invita a que su conversión no sea simplemente un dejar de hacer el pecado, sino un cumplir la voluntad de Dios. Yo quiero decirles a mis queridos hermanos sacerdotes -y gracias por estar atentos a esta palabra- que este centenar de sacerdotes significando su presencia con la estola sacerdotal, en torno al altar, son los sucesores de Pedro, de Andrés, de Santiago, de Juan y que lo que Dios nos pide, es precisamente lo que les pidió a aquellos y le pidió a Octavio y hoy esa sucesión nos deja un ejemplo con estola de sangre, con casulla de dolor, con su cara desfigurada. El pobre Octavio murió con la cara apachada. ¿Qué le pasó encima? No lo sabemos, pero el médico dice: "Murió de un aplastamiento". Para arreglarlo en la funeraria Auxiliadora tuvieron que hacer grandes esfuerzos, no pudieron dejarlo como era. Octavio ya se transformó, porque dio su cara por Cristo. Esto nos pide el Señor. Y me alegro de decirles, queridos hermanos cristianos, que hoy, cuando es más peligroso ser sacerdote, es cuando estamos recibiendo más vocaciones en el seminario. Este año va a batir el récord, 27 jóvenes bachilleres están ya a las puertas del nuevo curso del Seminario, porque este reino de Dios que está en el mundo es un reino de Dios que a los nobles, a los jóvenes, verdaderamente les hace decir como aquel del evangelio: "Vayamos con Él y muramos con Él". Todo estado es vocación... la misma situación social es el marco de la santidad de cada uno. En la segunda lectura cuando Pablo, hablando a las situaciones concretas en que viven los hombres: unos casados, otros sin compromisos matrimoniales, unos esclavos, otros señores, les dice que ese marco concreto en el cual viven, es donde Dios los quiere santificar, con tal que ese marco histórico lo purifiquen de todo pecado. Toda situación en el mundo es buena para ser santo con tal que el hombre muestre en esa situación que no está de acuerdo con el pecado. De ahí que la lucha de los cristianos es por convertirse ellos y convertir al mundo del pecado al reino de Dios que ya está cerca. Toda vocación es un agente de cambio en un mundo donde el pecado está entronizado. Esta comunidad que ha hecho esta reflexión bajo la luz de la palabra de Dios, vive en un mundo donde el pecado está entronizado y es la lucha del reino de Dios. Una lucha para la que no se necesitan tanquetas ni metralletas. Una lucha para la que no se necesita espada o fusil. La lucha se bate con guitarras y canciones de Iglesia; se siembra en el corazón y se reforma un mundo, porque "la violencia aun cuando tiene motivaciones justas, es siempre violencia y no es eficaz y no es digna", decía el Papa. Ojalá los que ante hechos como éste, sienten el natural instinto de la venganza y de la violencia, se sepan dominar y sepan que hay una violencia muy superior a la de las tanquetas y también a la de las guerrillas, es la violencia de Cristo: ¡Padre perdónalos porque no saben, son ignorantes, pobrecitos! El reconocimiento de esa superioridad es más fuerte que la misma violencia de las armas, que no hace más que hacer más brutos a los hombres, porque el animal no tiene armas. Por eso ha sido ésta una semana en la que tenemos que llorar. HECHOS DE LA SEMANA La presencia de esos cadáveres viene a ser como la síntesis del secuestro del Señor Ernesto Liebes, que no se sabe dónde está y su mala salud hace presagiar desenlaces trágicos. ¡Ténganlo en cuenta violentos del secuestro! El secuestro no es civilización como no es civilización los desaparecidos, ni los encarcelados sin juicio. Eso es salvajismo, todo eso. Quiero decir que los secuestrados: dos ingleses y un japonés, siguen secuestrados y que no se les libera mientras no se dé libertad a los cinco desaparecidos. Ojalá el Señor conmueva los corazones y se lleve a cabo esta libertad de estos hermanos nuestros. Es una semana en que hemos de recordar cómo el F.A.P.U. se tomó la Cruz Roja, la embajada de México y las oficinas de la O.E.A. Intentó además tomarse la hacienda Chanmico. Pedían con eso una publicidad para derogar la Ley del Orden Público y pedir la Amnistía general. El fruto ha sido: 30 asilados, 86 detenidos y 19 consignados ante Cámaras. Se evidenció internacionalmente la falta de libertad de expresión que existe en nuestro país, por la cual se ven obligados a tomar estas medidas de presión a las cuales reaccionan inflexible y brutalmente los cuerpos de seguridad. Quiero hacer constar también que yo no puedo hacer nada en este conflicto, porque a pesar de pedírseme de la misma O.E.A. de Washington que interviniera, le tuve que decir que cuando envié la misión de sacerdotes, se les quitaron los pasaportes y cédulas y se les desconoció. Aquí no se reconoce a la Iglesia como una fuerza que ama los derechos de los hombres. El Señor Presidente, a pesar de todo esto, ha dicho en México que no hay persecución a la Iglesia. Y compromete a nuestros periódicos poniendo en titulares de primera página un hecho que aquí la Catedral lo está evidenciando, lo mentiroso que es. El Señor Presidente acusó en México crisis en la Iglesia a causa de clérigos tercer-mundistas. Denunció la predicación del Arzobispo como una predicación política y que no tiene la espiritualidad que otros sacerdotes sí siguen predicando. Que me estoy aprovechando de mi predicación para promover mi candidatura del Premio Nobel. ¡Qué tan vanidoso me creen! A la pregunta sobre si ¿existen en El Salvador los catorce?. El Señor Presidente negó, que no existe nada de eso; como también negó que existieran desaparecidos y reos políticos. Anoche mismo, un periodista de México me llamaba por teléfono y me preguntaba qué pensaba yo de las declaraciones, le digo: -no las conozco todavía. Y él me las leyó por teléfono. Le digo: - Pues la mejor respuesta es que usted publique en su diario lo que estamos viviendo en este momento aquí: Un sacerdote asesinado por la Guardia Nacional y cuatro jovencitos más murieron con él. Y se interesó mucho por la noticia. Y al preguntarme cómo me explico la campaña calumniosa y difamatoria contra el Arzobispo y el Clero le dije: - Esa es precisamente la razón por qué decimos que hay persecución en la Iglesia: la campaña de psicosis entre las comunidades cristianas, ¿no es persecución?. ¿No es también persecución el atropello de los derechos humanos y del pueblo?, porque la Iglesia siente que ese es su ministerio: defender la imagen de Dios en el hombre. Y le decía yo para terminar: Fíjese que el conflicto no es entre la Iglesia y el Gobierno, es entre Gobierno y pueblo, la Iglesia está con el pueblo y el pueblo está con la Iglesia, ¡gracias a Dios!... PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Hermanos, a la luz de la palabra de Dios, estos acontecimientos, estas realidades nuestras, nos dicen que sólo hay una salvación: Cristo Señor. Por eso el evangelio de Marcos que nos va a llevar ya al altar, nos dice: el reino de Dios está cerca, ya se cumplió el tiempo, conviértanse y crean. Señor, hoy nuestra conversión y nuestra fe se apoya en esos personajes que están allí en los ataúdes. Son los mensajeros de la realidad de nuestro pueblo y de las aspiraciones nobles de la Iglesia que no quiere otra cosa más que la salvación del pueblo. Y mira Señor, esta muchedumbre reunida en tu Catedral, es la plegaria de un pueblo que gime, que llora, pero no desespera, porque sabe que Cristo no ha mentido. El Reino está cerca y sólo nos pide que nos convirtamos y que creamos en Él. Vamos a responder a este Credo. Creemos en un sólo Dios....
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Nota. Antes de la homilía del Sr. Arzobispo, los sacerdotes Plácido Erdozaín y Rutilio Sánchez hablaron al pueblo salvadoreño en nombre de los sacerdotes de la Arquidiócesis, para denunciar la continuación de la campaña difamatoria contra el clero, aparecida esta vez en una hoja volante en la que se presenta la lista de diez sacerdotes "que de manera maliciosa se les quiere involucrar como parte del movimiento guerrillero de El Salvador". También se solidarizaron con el Sr. Arzobispo de San Salvador, Mons. Oscar A. Romero por las amenazas a muerte hechas a su persona.
Queridos hermanos, estimados radio-oyentes: Quiero sentirme con mis queridos sacerdotes aquí presentes, que representan a todo un numeroso presbiterio donde se piensa con toda libertad dentro de ese pluralismo de ideas que la Iglesia admite mientras están en comunión con la doctrina y con la disciplina de la Iglesia, orgulloso y compactado por esos sentimientos de fidelidad al evangelio. Desde ahí prestan un servicio fiel al pueblo, a pesar de todas las amenazas y dificultades. Éste ha sido el fruto de una semana que titulamos de "Identidad Sacerdotal". Fue sobre la base de una encuesta que el Senado Presbiterial levantó entre todos los presbíteros en forma anónima para que fueran libres de expresar su pensamiento, su juicio, acerca del Obispo y acerca de la línea pastoral que se está llevando en la Arquidiócesis. Después se analizó. Expertos en sociología nos dieron la interpretación sociológica de esa encuesta. Expertos en teología estudiaron el aspecto teológico de esas respuestas y expertos en pastoral sacaron también las deducciones pastorales de esa multiplicidad de opiniones. Y les digo: ahora al terminar, de nuevo me siento orgulloso de mi clero, porque con toda libertad ha aparecido allí una inmensa mayoría de acuerdo en todo. Y aún la minoría que no está plenamente de acuerdo, me da la confianza de que ha sido una encuesta plenamente sincera. Yo les decía al terminar: si hubiera sido el 100% positiva, no creyera en ustedes, pero porque ha salido un porcentaje reducido, de oposición no diríamos, sino simplemente de divergencia en algunos aspectos, creo en la sinceridad de esa encuesta que avalora y me da como un espaldarazo a este proceder de parte del clero y del pueblo que ellos representan. Les digo con confianza, queridos hermanos, sigamos adelante por donde creo que el Señor va inspirando el caminar de esta Iglesia particular que es la Arquidiócesis de San Salvador, y donde florecen cosas tan bellas. ¡Yo felicito a los sacerdotes! El gesto práctico de venir hoy a concelebrar conmigo, los que a pesar de sus deberes parroquiales han podido venir, está indicando que no fue simplemente una semana de sentimentalismo o de superficialidades, sino que ha bajado a un fondo práctico de comunión y solidaridad con el Arzobispo. Y ahora puedo repetir lo que ya otras veces he dicho y lo diré siempre: El que toca a un sacerdote, toca al Arzobispo. Tenemos, entonces, otro documento que viene a dar respaldo a un sentir del pueblo, a un clamor del pueblo. Al terminar la reunión de sacerdotes, teniendo en cuenta que varias entidades han pedido la Amnistía, la abrogación de la Ley de Garantía y de Orden Público -es decir, más libertad- y teniendo en cuenta también la situación angustiosa de capturas arbitrarias, desaparecidos, secuestrados, no podíamos ser ajenos a este clamor. Por eso me alegro también de otro hecho de esta semana, la celebración del día de la Paz, aquí, el viernes en la Catedral a las 7 de la noche. Me alegra que Mons. Rivera, Obispo de Santiago de María, que es Presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, interpretando los sentimientos de esa Comisión que estuvo aquí presente con todos los seglares que la componen, haya hecho hincapié al concluir su mensaje sobre la paz en estas peticiones que el pueblo está solicitando. Y ese aplauso con que a cada una de esas peticiones, al pronunciarlas aquí Mons. Rivera, el pueblo subrayó, es indicio de que no se trata de unos sacerdotes metidos en política sino de unos sacerdotes y obispos que quieren vivir e interpretar el sentir de la angustia, el sufrimiento de este pueblo. Sumando todo eso, pues, los sacerdotes al terminar la semana de Identidad Sacerdotal, han dirigido esta carta al Señor Presidente de la Asamblea Legislativa. "El Sr. Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar A. Romero junto con su Vicario General Monseñor Ricardo Urioste y el clero de la Arquidiócesis, después de haber estado reunidos durante una semana analizando la grave crisis actual por la que atraviesa el país y la forma cómo desde nuestra labor pastoral debemos colaborar a resolverla, hemos llegado a la conclusión de pedirle escuche el clamor de los familiares de los 108 desaparecidos y de 72 presos políticos y acepte la petición de Amnistía General, libertad para los desaparecidos y derogación de la Ley de Orden Público que han hecho: el Sr. Arzobispo, innumerables instituciones y organizaciones populares nacionales e internacionales en solidaridad con estas familias y en representación del sentir de nuestro pueblo. Creemos que aceptar estas peticiones en lugar de ser un síntoma de debilidad del presente gobierno es una muestra de su actitud de querer escuchar y encauzar legal y pacíficamente la voluntad popular. Además sería una medida necesaria para favorecer un ambiente de mayor confianza y menor tensión que posibilite dialogar y colaborar a todos los sectores populares hasta lograr pacíficamente transformaciones audaces y radicales en la actual estructura económica, política y social de nuestro país que posibiliten una mayor justicia e igualdad entre nosotros: condiciones indispensables para que haya un auténtico desarrollo y una verdadera Paz. Nos hemos decidido acudir a Ud. porque creemos que le compete como Presidente de la Asamblea Legislativa propiciar la ejecución de esas peticiones y porque su actuación ante el problema de la Universidad nos ha dado pie para esperar de usted una respuesta positiva, que traerá sin duda una gran alegría a los familiares de los presos políticos y desaparecidos y será para el país un buen paso para lograr la paz y el orden. Por nuestra parte, apreciaremos todo lo que usted haga por dar la amnistía, la libertad a los desaparecidos y derogar la Ley de Defensa y Garantía del Orden Público y trataremos de seguir fomentando una conciencia clara en los cristianos de que Todos somos hijos de Dios y como tales gozamos de los mismos derechos y obligaciones, somos hermanos, y tenemos que ayudarnos unos a otros para construir una nación digna de llevar como nombre "El Salvador". Atentamente." Siguen firmas del Arzobispo y de 84 Párrocos y Sacerdotes de la Arquidiócesis. Estos gestos de nuestro presbiterio, queridos hermanos, coinciden plenamente con el mensaje de este domingo en que estamos celebrando el bautismo de Nuestro Señor Jesucristo. Es un eco todavía de la Epifanía. Dios ha venido y quiere darse a conocer y está presentando ante el mundo, su amor salvador ofrecido a todos. Y así como una estrella lo reveló a las primicias de los pueblos gentiles que vinieron a adorarlo -como celebrábamos el domingo pasado- hoy es la voz misma del cielo, una nueva epifanía que desde los cielos abiertos proclamen: este es mi Hijo amado, en Él está mi fuerza divina de salvación. El mundo tiene que conocerlo porque sólo en él hay salvación. EL BAUTISMO, EPIFANÍA DE LA REALIDAD MESIÁNICA Entendemos por bautismo tanto el de Cristo como nuestro bautismo cristiano. Por eso divido en tres pensamientos esta idea del bautismo como epifanía, como manifestación de la realidad mesiánica en el mundo. 1. El bautismo es un signo sacramental. 2. En Cristo descubre su realidad mesiánica que ya tiene (ese bautismo, ese signo). 3. En los cristianos es signo de la participación en la realidad mesiánica de Cristo (ese signo sacramental). Tratemos de desarrollar esto y cuando estemos terminando de ese bautismo de Cristo participado a su pueblo, veremos la responsabilidad de este pueblo de bautizados aquí en El Salvador como en cualquier parte del mundo, de ser protagonista de la salvación de su pueblo, precisamente por ser un pueblo que participa la realidad mesiánica, salvadora que Cristo trajo al mundo. 1. EL BAUTISMO ES UN SIGNO SACRAMENTAL Quiero ante todo que tengamos una idea, que la recordemos, porque supongo que todos como cristianos deben conocerla. ¿Qué cosa es el bautismo en general? a) Tomamos pie de la frase de San Juan en el Evangelio de hoy: "Yo os bautizo con agua pero Él os bautizará con el Espíritu Santo". b) Y luego describe: Por entonces llegó Jesús de Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán... Aquí tenemos unos gestos sacramentales, pero al mismo tiempo vemos la diferencia entre uno y otro bautismo. c) El bautismo del centurión Cornelio. Todavía hay un tercer bautismo que aparece en la segunda lectura de hoy. Pedro, que es llamado a la casa del centurión romano -por tanto, un gentil- para que le administre el bautismo. Tenemos también pues, el bautismo de un hombre que no es Cristo, ni cristiano, que pertenece a un mundo aparte del judío. ¿Qué significa entonces el bautismo? - Dos elementos de todo sacramento. Aquí vemos cosas visibles. En todo sacramento hay dos elementos. Un elemento visible que es como la materia del sacramento. Vemos a un hombre que se acerca a otro hombre para que este hombre le eche agua en la cabeza y diga unas palabras. Vemos a otro hombre que se acerca a una familia gentil y le va a echar agua también en la cabeza. Esta es la parte material del signo. - El contenido lo pone la intención de quien es dueño de ese contenido. Todo signo tiene que significar algo. El sacramento si sólo se recibe por su realidad visible se torna una cosa insípida, una cosa aburrida y, por eso, para muchos los sacramentos han perdido su sabor. Queremos recuperar para los sacramentos lo principal: el significado de ese signo. ¿De qué sirve llevar un niño a la pila bautismal de una Iglesia elegante y llevar allá a los padrinos también elegantes y después ir a celebrar una fiesta donde el bautismo es lo menos que se toma en cuenta y más se tiene en cuenta la relación social? Esto es quedarse con el caparazón, con el envoltorio, como si hoy no descubriéramos en las lecturas bíblicas lo que significaba ese hombre que se acerca a otro hombre en el Jordán. ¿Qué significa entonces? Miren cada bautismo de los tres tipos que hoy aparecen, son distintos según sea el contenido, a veces el mismo signo exterior. - Diferencia de los dos bautismos: el de Juan y el de Cristo. En Juan Bautista él dice: "Yo os bautizo en agua" es un bautismo de penitencia, es un llamamiento a la conversión. Yo no puedo bautizar en Espíritu Santo, porque yo no poseo los dones mesiánicos. Yo preparo los caminos del Mesías. Y los que se acercaban a Juan, no eran como los cristianos que hoy van al bautisterio. Aquí están muy equivocados nuestros hermanos protestantes, cuando dicen que hay que bautizarse como Cristo a la edad de 30 años. Se olvidan que es muy distinto el bautismo de Juan al bautismo de Cristo que iba a darle un sentido más alto. El bautismo de Juan era preparación para el segundo bautismo que luego llega. Ahora sí, llega Cristo. El no era pecador, El no necesitaba bautismo. Por eso, quererse comparar con Cristo y esperar la edad de Cristo para bautizarse, es un acto de soberbia. Creerse inmaculado como Cristo, como si no tuviéramos necesidad de redención desde que nacemos, es soberbia. - Diferencia de los dos bautismos: el de Cristo y el de los cristianos. Y así nace el bautismo cristiano. El bautismo de Cristo no es el mismo bautismo de nuestros niños. Cuando Cristo manda a los apóstoles, es a repartir, bajo el signo del agua, de las oraciones, del rito del bautismo, la riqueza mesiánica que Él va a dar. Él se acerca hoy al Jordán no como necesitado Él del bautismo, sino para darle a las aguas la fuerza de ser conductoras del germen de esa vida divina que Él trae. Él se mete en las aguas del Jordán, no para lavarse de sus pecados que Él no tiene. Él se puede enfrentar al mundo y decirles a todos: ¿quién me puede echar en cara un pecado? Él no tenía pecado original, y, por tanto, no necesitaba bautismo. Él no había cometido pecados personales y, por tanto, no tenía necesidad de ir a golpearse el pecho con todos los pecadores que Juan absolvía con su bautismo de penitencia. Él era el Santo que traía santidad a esta tierra y su bautismo es para enriquecer ese signo que todavía está vacío, que solamente es una preparación, pero desde aquí en adelante sí será el bautismo que Juan ha dicho: "Él los bautizará en Espíritu Santo". Miren, hermanos, cómo el sacramento del bautismo lleva un signo de una realidad que nuestra fe tiene que descubrir. Por eso se está insistiendo mucho en la catequesis de los sacramentos y ya que están aquí presentes los representantes de nuestro querido presbiterio, yo quiero pedir a todo el pueblo, en apoyo a los sacerdotes que están cumpliendo con su deber, que secunden las disposiciones que ya daba nuestro querido predecesor Monseñor Chávez: "que no se dé el bautismo sin cultivar la fe por medio de una catequesis". ¡No evadan ese compromiso! Ya sé que algunos dicen: nos vamos a tal parroquia porque allá no nos piden las pláticas". Ni el sacerdote que no pide pláticas, ni los fieles que van buscando una cosa más fácil, están cumpliendo el deber y en eso están diciendo ¡qué poca fe tienen!. Les interesa más la limosna del bautismo, les interesan más las relaciones sociales del signo sacramental. ¡No es eso lo que interesa! Aunque no nos paguen nada -ni es cobro-, es una limosna y si no la quieren dar, no la den. Y los pobres no tienen porqué darla, pero que vayan a lo principal: a ver qué nos da el bautismo. Este don mesiánico. ¡Qué pocos lo comprenden! Y por eso tenemos un pueblo de bautizados pero sin conciencia de ese compromiso tan serio, de esa dignidad tan alta que nos dio Dios aquel día en que nacimos como nueva criatura en la pila bautismal. ¿Comprenden ahora, queridos hermanos, el gesto de aquellos santos que no celebran el día de su cumpleaños, porque entonces nacimos hijos de la carne nada más, sino que celebran el día del bautismo? Van el día de su bautismo como a celebrar el nacimiento en una nueva cuna, a besar la pila bautismal donde nacimos bajo el signo del agua y del Espíritu a esta realidad que Cristo nos descubre en su bautismo. 2. EL BAUTISMO EN CRISTO DESCUBRE SU REALIDAD MESIANICA QUE YA TIENE a) ¿Qué descubre Cristo? Como les digo, Cristo no va a recibir algo que no tenía. Y en esto es falso querer esperar la edad de Cristo para ir a bautizarse. Nosotros no tenemos lo que Cristo ya tenía. Cristo va a las aguas del Jordán a una epifanía, a descubrir lo que lleva y por eso escuchamos el precioso Evangelio de San Marcos, que toda su obsesión es como presentarnos la persona de Cristo, aunque no hable. Cristo es el mensaje eterno del Padre y en el Jordán no habla, pero habla el Cielo: "Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia Él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo Amado, mi preferido". Ésta es la epifanía del bautismo de Cristo: Tú no te haces hoy Hijo de Dios. Tú ya eres Hijo de Dios y tu bautismo manifiesta lo que eres. b) Profecía del "Siervo de Yahvé". En la primera lectura, y para comprender esa frase de Dios en el Jordán, nos tendríamos que remontar a una larga historia de la que no tendríamos tiempo aquí de contar ahora, pero que Isaías nos la sintetiza hoy. - Ciro, Rey de Persia; conquista de Babilonia, Fin del destierro. Isaías, en su lectura de hoy, nos da una síntesis en un personaje histórico: Ciro, rey de Persia. Está ya presionando la libertad del cautiverio de los judíos en Babilonia. Babilonia va a caer bajo la presión de Ciro y los pobres desterrados de Babilonia miran a Ciro como un rey que trae un poder salvador: "Cuando Babilonia caiga bajo el poder de Ciro, nos dará la libertad; retornaremos a Jerusalén, se levantará esta opresión". Y por eso la Biblia llama a Ciro: casi un mesías. - Trasciende a Ciro; cualidades del Mesías. Esa figura se transforma en una figura poética que Isaías llama el siervo de Yahvé, el siervo de Dios. Ya no es simplemente un rey de Persia, ya no es simplemente un hombre con poderes humanos salvadores, es alguien misterioso y es entonces cuando la profecía de Isaías nos ha dicho esta mañana: "Esa mezcla de triunfo y de dolor; de grandeza y de humildad; ese siervo de Yahvé que va a vencer y sojuzgar a todas las naciones del mundo, no es hombre que grita por las calles iracundo, impasible, violento; es manso y humilde. -Fígense en esta figura-. No acaba de quebrar la caña que ya está quebrada, no acaba de apagar el pabilo que aún está humeante". ¡Qué figura más bella para decir cómo es la misericordia de esta redención! Aunque un hombre ya esté quebrado, aunque un pueblo se sienta como candil que se va apagando, aun cuando nos sintamos con un sentimiento profundo de frustración por nuestros pecados, por los pecados de las clases sociales, por los abusos de la política; un pueblo que se ha hecho digno de su nombre, un pueblo que no merece ya la misericordia de Dios, dice hoy la profecía que nos llena de esperanza: "Él no acabará de quebrar esa caña que ya se está acabando de quebrar. Él no acabará de apagar esa mechita que todavía echa señales de fuego". En el Salvador todavía hay capacidad de rehacernos. Todavía puede encenderse la lámpara de nuestra fe y de nuestra esperanza. Y está aquí nuestra esperanza: ¡El siervo de Yahvé, Cristo, Divino Ciro que viene a liberarnos de toda clase de esclavitud, Él es nuestra esperanza! - El Viejo Testamento evoluciona el concepto del Mesías. - A partir de David, Rey Salvador. El Viejo Testamento nos presenta como ungidos: a los reyes, a los sacerdotes, a los profetas, a los patriarcas. Gestos simpáticos como aquel del sacerdote Samuel que inspirado por Dios se va a una familia de Belén y Dios le va a señalar a quién debe ungir. Samuel lleva el depósito de aceite para que cuando Dios le diga: "ese es futuro Rey", lo unja, le eche aceite. Y aparece el jovencito David y a David lo unge Samuel como sacerdote. Desde aquel momento sus hermanos -que todos eran mayores que él- lo respetan como ungido y la historia le da razón, ¡el más grande rey de Judea: David!. Que va a dar también nombre al Mesías, Hijo de David, porque en ese rey se caracteriza el Rey Salvador, el rey grande que da unidad al pueblo, el rey que eleva al pueblo a cantarle alabanzas a Dios. De ese rey mesías, desciende el Mesías Rey, y es Cristo cuyo Reino no tendrá fin. ¡Qué hermoso cuando los leprosos y los paralíticos le gritan a su paso: "¡Jesús, Hijo de David!" Era decirle: "¡Mesías, ten compasión de nosotros!". Qué hermoso cuando la Samaritana, sedienta ya de esa agua misteriosa, a la pregunta de Cristo si conoce al Mesías, le dice: "sé que ha de venir". Era la esperanza: ¡Ha de venir! "Soy yo", le dice Cristo. Qué epifanías más bellas cuando Cristo se presentaba así: ¡Soy yo! Yo tengo ya esos poderes anunciados por los profetas y por los reyes y por todas las figuras del Viejo Testamento. Los ungidos, no eran más que figuras de Cristo, del Ungido por antonomasia, del Cristo que lleva en sí la plenitud de las riquezas y de las fuerzas que Dios quiere traer al mundo para enriquecer a los hombres, para salvarnos del pecado. - El Nuevo Testamento lo precisa: Cristo rehuye un mesianismo terrenal. Por eso Cristo tiene mucho cuidado en precisar en su predicación, cómo es su mesianismo. Porque había muchas equivocaciones y este momento en que Cristo hace su epifanía en medio del pueblo es muy parecido, queridos hermanos, a este momento de 1979 en El Salvador. Y así como entonces había movimientos populares que buscaban en ese Mesías una salvación temporalista, política, y creían que ese Cristo anunciado era el que iba a sacudir el yugo del poder romano; había, también, quienes tenían el concepto verdadero del Mesías. Y Cristo cultivaba este concepto verdadero. Por eso dice cuando lo querían hacer rey con estos ideales de mesianismo político, que Él se huía a la montaña porque no era esa la salvación que Él traía. La Iglesia también tiene mucho cuidado de señalar a los movimientos salvadores de hoy, lo mismo que a los afanosos de calumniar a su Iglesia al decirle que Ella está pretendiendo el poder, que está azuzando movimientos guerrilleros, ¡mentira!. La Iglesia está predicando el mismo mesianismo de Cristo, pero de ese Cristo que quiere decirle a los movimientos populares de su tiempo: no me busquen como rey temporalista, no me busquen como un rival de Poncio Pilato o de Herodes. Allá ellos tienen que dar cuenta al Rey divino de sus gestiones como gobernantes civiles de su pueblo. Y será duro el Señor en pedir cuenta a esos ungidos, que también tienen el deber de respetar la voluntad de Dios para bien del pueblo y no para opresión ni para ultrajar a los hombres. Cristo les dice que su Reino no es de este mundo. Y esto no quiere decir -explica el Papa Pío XI, cuando proclamó la fiesta de Cristo Rey- que Cristo está marginado del poder y de las riquezas de la tierra. Lo que está diciendo es que Él juzgará, desde otra dimensión religiosa, las conciencias de los políticos y de los ricos y de los pobres también, desde unas perspectivas escatológicas, de reino de los cielos, de trascendencia. Pero todo este poder -Cristo lo ha dicho- será juzgado por Él, porque Él es Mesías y Rey universal de las naciones. Él quiere definir, pues, ese mesianismo auténtico, para que en Él encontremos siempre la crítica de todos los sistemas políticos. Por eso da risa, cuando dicen que la Iglesia está propiciando un sistema socialista. La Iglesia no se enfeuda con ningún sistema social. Y supongamos que nuestra democracia se transforma mañana en socialismo, la Iglesia siempre será el juez que criticará las actitudes injustas de ese socialismo, así como anima hoy en la democracia, lo bueno que tiene la democracia. La Iglesia está siempre como una luz desde afuera, iluminando esa realidad. Cristo quiere ser ese Mesías que ilumina el caminar de la historia. Los pueblos son libres para darse el régimen que ellos quieran pero no son libres para hacer sus caprichos. Tendrán que ser juzgados en el sistema político o social que ellos escojan por la justicia de Dios. Y Dios es el juez de todos los sistemas sociales. El Evangelio, como la Iglesia, no puede ser acaparado por ningún movimiento social ni político. Ninguna organización social o política puede llamarse que ésta es la Iglesia y por aquí hay que ir. El cristiano es libre para sus opciones concretas. Y ¡por favor!, ninguna organización política oficial o popular, se arrogue el abuso de querer llevar una comunidad de base, un grupo cristiano, solamente por su opción política. En su trabajo de evangelización, en su reflexión de grupo cristiano, respétese la libertad de cada cristiano. Si alguien quiere pertenecer a otro grupo, respétesele su opción; si no quiere pertenecer a ninguna, respétesele su opción. Que crezca en su fe, que se prepare para dar cuenta a Dios de cómo trabajó en el mundo, por convertir un mundo en un mundo mejor. ¡De esto sí nos pedirá cuenta el Señor! Por eso decíamos en nuestra Carta Pastoral: "que un cristiano puesto en una organización política-popular tiene que hacer prevalecer, ante todo, los criterios de la fe. Y si en un momento dado hay conflicto entre su fe cristiana y la organización, que se decida: O sólo político con la organización o siempre cristiano, con o sin organización". Unción. ¿Qué es unción? Hoy en la segunda lectura nos dice: "Jesús de Nazaret ungido por Dios con la fuerza del espíritu Santo". Esto es lo que ha hecho de ese hombre de Nazaret, que no sea simplemente un hombre, sino que sea también fuerza de Dios, Jesús de Nazaret, como hijo de aquel taller de carpintería, no era más que un hombre como cualquiera de nosotros. Cuántas veces me impresiona a mí esta realidad de que si Cristo viviera hoy en 1979, tuviera 30 ó 33 años. Estuviera allí confundido con ustedes los hombres, como un hombre de 33 años, nadie lo distinguiría, tal vez venido de un cantón; allá vive con su mamá, es la Virgen. Nadie lo conocería, tal vez estaría aquí entre nosotros también. De modo que en cuanto hombre como todos nosotros dice la Sagrada Escritura, menos en el pecado. Porque lleva por dentro una realidad antípoda, es decir antagonista, reñida absolutamente con el pecado. Es lo que estoy llamando yo hoy: "la realidad mesiánica". Es el Mesías, es el Cristo. - Cristo – Mesías - Jesucristo Es esa palabra: Mesías, lo que da el título a Cristo porque no es más que la misma cosa, Mesías en lenguaje oriental, en arameo, o hebreo; Cristo, en griego. La misma cosa que viene a significar "ungido". Llegó a ser tan común esta palabra: el Ungido, el Cristo, el Mesías, que ya es corriente para nosotros, no llamarlo simplemente Jesús, sino que le agregamos Cristo. Jesucristo, es la expresión completa del nombre que Dios le señaló: "Le pondrá por nombre Jesús", y este otro nombre que se lo venía dando la esperanza de los pueblos: el Ungido, el Mesías, el Cristo. Eran cristos, pues, para el pueblo todos esos hombres ungidos por la fuerza de Dios para desarrollar en el mundo una misión. - Unción de Cristo. Triple dignidad... Por eso, queridos hermanos, este Cristo que nos presenta una realidad mesiánica, que la podíamos concretar en esas tres categorías de ungido: profeta, sacerdote, rey. Eso es Cristo, esa es la realidad mesiánica de Cristo: Verdadero sacerdote, el único sacerdote. Todos nosotros obispos y sacerdotes no somos más que pequeñas epifanías, manifestaciones del único sacerdote que consagra el mundo a Dios: Cristo Eterno Sacerdote. Él es Profeta. Profeta quiere decir el que habla en nombre de otro. Mi doctrina no es mía sino de aquel que me ha enviado. Y nosotros, predicando en nuestros púlpitos, con nuestra limitación, con nuestras deficiencias, no somos más que pequeños ecos del Gran Profeta que es Cristo Nuestro Señor. Nuestro cuidado está en ser fiel eco a esa voz de Cristo, el único que debe hablar al pueblo y a la conciencia. Cristo es rey. Cuando Poncio Pilato le pregunta: -fíjense, el poder civil más grande del mundo, el Imprerio Romano, representado en Poncio Pilato- ¿Tú eres rey? -no tiene miedo- "Sí, yo soy rey". Para eso he nacido, pero mi reino es el reino de la verdad, no de la mentira, no de la intriga, no de la opresión, no del ultraje, no del odio, no de la calumnia, mi reino es la verdad, por eso todo aquel que ama la verdad es mi Reino. Y Cristo rey, profeta y sacerdote inventa un medio para darnos a nosotros esa triple dignidad. 3. EL BAUTISMO EN LOS CRISTIANOS ES EL SIGNO DE LA PARTICIPACIÓN DE LA REALIDAD MESIÁNICA DE CRISTO Yo les invito, en esta mañana del bautismo de Cristo, que cada uno de nosotros recordemos -quizá muchos no lo recordamos- dónde nos bautizaron. ¿Qué sacerdote fue el ministro que nos dio esta gracia? ¿Dónde está la humilde pila del bautismo? En aquel pueblito que lo debo de amar no sólo porque allí di los primeros pasos jugando con los niños de mi pueblo sino, sobre todo, porque allá está en la Iglesia parroquial, la pila del bautismo donde unos padres cristianos me llevaron ayudados por unos padrinos buenos que todavía recuerdo con cariño a incorporarme al Cuerpo de Cristo. Me parece el gesto de unos padres cristianos que llevan un vaso de oro pero vacío, para que lo llene con su sangre y sus dones jerárquicos y carismáticos: El Señor. Aquel día yo me hice miembro de ese Cuerpo de Cristo, aquel día se hicieron mías las riquezas mesiánicas del Salvador. Desde aquel día yo soy miembro del pueblo de Dios. a.) Comentario de Pedro al bautismo de los gentiles Es hermoso cómo San Pedro comenta hoy, en la segunda lectura, el episodio del bautismo de una familia que era pagana. Lean Uds. íntegro el Libro de Los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo que hoy hemos leído y encontrarán cómo está Dios visible en esta historia. Pedro está rezando en una terraza de Joppe. Y allá lejos, junto al mar de Galilea, en Cafarnaún, un centurión también ora a su modo porque es pagano -pertenece al ejército romano- y le dice su inspiración que mande llamar a Pedro. Pedro, que en ese momento está en oración tiene otra inspiración que significa: vendrán a llevarte, vete. Y se hace aquel encuentro por inspiración de Dios. Una familia pagana que quiere recibir el bautismo cristiano, que quiere recibir esta riqueza mesiánica. Y Pedro comenta en el discurso de hoy, precisamente hablándole a esa familia -miren como había homilía del bautismo-, cómo había preparación para el bautismo. ¿De qué le hubiera servido al centurión que Pedro echara el agua sobre la cabeza de sus niños y de su esposa, y de su gente si no hubiera explicado para qué ese sacramento? Esa charla pre-bautismal es la que nos ofrece la segunda lectura de hoy- "He comprendido que Dios no hace diferencia entre las personas, que para Él los hombres de cualquier pueblo y civilización con tal de que obren la justicia y lo busquen con sinceridad lo encontrarán. Y por eso, en el nombre de ese Dios que tu sientes que te llama, yo voy a incorporarte aquí con toda su familia a este nuevo pueblo de Dios. Ya no serás pagano porque ya no hay diferencia entre pagano ni judío: solamente hay una diferencia: tener fe y bautizarse, y no tener fe y quedarse fuera del pueblo de Dios". b.) Él os bautizará con Espíritu Santo En este otro ejemplo vemos que la realidad del bautismo cuando Juan Bautista, hablando de Cristo que pide el bautismo, les dice a sus penitentes: "Yo os bautizo con agua, pero ahora viene El que os va a bautizar en Espíritu Santo". Está declarando la función del bautismo cristiano. - Nos participa la unción que lo hizo Hijo de Dios. Rey, Sacerdote y Profeta. El bautismo nos hace partícipes de esa unción de Cristo. Cristo fue ungido no en el Jordán, sino en el mismo instante de su concepción, en las entrañas de María Santísima. Por eso, el ángel cuando le dice a María que va a concebir un ser misterioso, le dice: "Lo santo que nacerá de ti, será llamado Hijo de Dios, porque el Espíritu Santo es el que ha operado ese milagro de hacerte Madre, dejándote Virgen, y que el producto de tus entrañas no sea simplemente un hombre sino un ungido, un rey celestial en envoltura de carne humana: el Mesías". Ahora, por eso la Iglesia se compara con María, porque así como María da a luz a un hombre que es al mismo tiempo un Dios, nuestra Madre Iglesia siempre fecunda da a luz en el bautismo. Y por eso les decía: el misterio de la pila bautismal es el lecho donde nuestra Madre Iglesia me dio a luz, donde me hizo hijo de Dios, participante de la unción que Cristo traía para ser sacerdote, profeta y rey. Por eso somos hijos de Dios, Pueblo Sacerdotal, Profético y religioso. ¿Cuál es el resultado, queridos hermanos? El resultado es esta Catedral llena de cristianos. El resultado es una diócesis -muchas comunidades me están escuchando en este momento-. Pienso en Uds., queridos cristianos, hasta del más apartado rinconcito de la diócesis, el resultado del bautismo son Uds., comunidades cristianas que pueden decir con toda verdad: estamos ungidos, somos partícipes de Cristo, profeta, sacerdote y rey. Y por eso la Iglesia, son sus obispos, sacerdotes, religiosas, colegios católicos, organizaciones, instituciones, familias, es la Iglesia sacerdotal, profética, real. Somos familia de reyes, somos descendientes de ungidos, somos participantes del sacerdocio. Nuestra misión, entonces, como pueblo es enraizar estas tres cosas en nuestra familia, en el trabajo, en la oficina, en la política, en la sociología, en la profesión, en el mercado. Donde quiera que va un bautizado, tiene que ser ahí realidad mesiánica que Cristo lleva hasta ese ambiente y, como Cristo, lleva el compromiso de hacer presente esa dignidad salvadora que Él trajo al mundo. Ceremonia de la unción Cuando sacan al niño de la pila bautismal, el sacerdote ungiéndole con aceite que se llama crisma -quiere decir Cristo, unción; aceite de oliva mezclado con perfume de bálsamo, cuanto más precioso sea es mejor, porque debe significar la realidad mesiánica que está recibiendo esa criatura - le dice llenándole de aceite la coronilla de su cabeza: "Dios todo poderoso, Padre de Nuestro Señor Jesucristo que te ha liberado del pecado -porque el bautismo lo ha limpiado del pecado original- y te ha dado nueva vida -la vida de Cristo el Ungido- por el misterio del agua y del Espíritu Santo, te consagre con el crisma de la salvación, para que entres -hoy mismo- a formar parte de su pueblo y seas para siempre miembro de Cristo sacerdote, profeta y rey". ¡Qué hermoso es contar con un pueblo, con una Iglesia que va tomando día a día la conciencia de esa unción de su bautismo! HECHOS DE LA SEMANA Por eso, queridos hermanos, es aquí donde sintiéndonos pueblo de Dios, pueblo de ungidos, pueblo de sacerdotes, miramos en este día a Cristo el bautizado, que no tenía necesidad de bautismo pero para darnos el principio de un bautismo que todos nosotros íbamos a necesitar, para incorporarnos a Él que es la cabeza, y como miembros que van naciendo en la historia y en la geografía llevando la presencia, la vida, la circulación, el mensaje, la valentía con que Él predicó el reino de Dios y denunció las injusticias, quiero explicar la función de esta Iglesia que como decía el P. Plácido al principio: "es una Iglesia que va sintiendo el aleteo del Espíritu Santo". EN NUESTRA ARQUIDIÓCESIS Desde esta Iglesia que trata de ser fiel a su mensaje, quiero anunciarles que, en ese esfuerzo por la unidad, se va a celebrar en nuestra Arquidiócesis la Semana de la Unidad. Se está preparando por protestantes y católicos y tendrá lugar del 18 al 25 de enero. Va a comenzar el jueves próximo 18 de enero en la Primera Iglesia Bautista. Ahí se irán diciendo las otras iglesias protestantes y católicas donde todos los cristianos iremos, pidiéndole al Señor lo que Él pidió antes de morir: Que todos los que creen en Él y siguen su Evangelio, sean una sola cosa. Recuerdo que mañana se celebra en varias partes de nuestra Arquidiócesis, la fiesta del Santo Cristo de Esquipulas: en San Bartolomé Perulapía, en Colón, en Aguilares, también en el Mercado Central. Pero yo quiero advertir que vayamos a esas romerías con verdadero afán de cristianos; ni la propaganda ni las piedades que se hagan con afán de lucro o con afán interesado de otras cosas son auténticas. Solamente a Cristo se le ama y se le sigue en espíritu y en verdad como el bautismo que nos ha comprometido con Él. Quiero agradecer las múltiples manifestaciones de solidaridad que me han llegado con motivo de lo que dije el domingo pasado: de cierta noticia de peligro contra mi vida. Yo no le quisiera dar más importancia a este asunto, porque estamos en las manos de Dios. Quiero agradecer también al Sr. Presidente de la República, desde luego, la atención de escuchar mis homilías. Porque dicen que cuando los periodistas le preguntaron si sabía de esta amenaza, dijo que lo había sabido por escucharlo en mi homilía. Muchas gracias Señor Presidente, por escucharme. Pero también quiero agradecerle el haber ofrecido proporcionarme protección si yo se la solicitaba. Se lo agradezco pero quiero repetir aquí mi posición: de que no busco yo nunca mis ventajas personales, sino que busco el bien de mis sacerdotes y de mi pueblo. Y ese ofrecimiento se lo quisiera aceptar para que procurara desvirtuar esas calumnias a los sacerdotes de que ya se hacía alusión al principio, y se procuren evitar -Ud. lo puede hacer- esas campañas de calumnia en nuestros medios de comunicación social, que se sienten tan seguros de decir cosas tan horribles que no hay duda que hay una connivencia, que era fácil conjurar. Quiero decir también, que antes de mi seguridad personal, yo quisiera seguridad y tranquilidad para 108 familias y desaparecidos..., para todos los que sufren. Un bienestar personal, una seguridad de mi vida no me interesa mientras mire en mi pueblo un sistema económico-social y político que tiende cada vez más a abrir esas diferencias sociales. Lo que yo quisiera del Supremo Gobierno, fuera un esfuerzo por garantizar esa verdadera paz que todos anhelamos pero que no se puede conseguir con represiones y con atropellos sino con justicia social, que es lo que más urge entre nosotros. Quisiera decirle que en su aclaración hay algo que me preocupa cuando dice -el Presidente dijo-: "Lo que pasa es que algunos clérigos han sido sorprendidos por las autoridades en sitios en donde no deberían estar. Y esto ha ocurrido en todas partes del mundo en donde algunas mentes enfermas que parecen sanas, se dejan arrastrar por doctrinas y principios que no son los cristianos". Creo yo que aquí está el peligro: en asegurar las cosas que no se prueban. Se nos expulsó a muchos sacerdotes, se nos capturó y se nos torturó a sacerdotes; y cuando Monseñor Chávez y su indigno sucesor han pedido explicaciones, razones, no se han dado y se dan las cosas como hechos consumados. El caso más ambiguo podía ser el de nuestro querido hermano el P. Neto Barrera, pero de él tampoco podemos hacer nada más que lo que hicimos: delatar que si los Cuerpos de Seguridad asesinaron al único testigo que podía dar fe y explicación del problema, ¿cómo vamos a hacer nosotros para asegurar que es verdad o mentira lo que el Sr. Presidente dice acusando a los clérigos de estar en lugares donde no debían estar?..... Esta situación también nos ha preocupado mucho en torno a los secuestrados extranjeros: dos ingleses y un japonés. Ya que gracias a Dios, tuvimos información que el Dr. Bonilla ha sido puesto en libertad. Hemos dado gracias a Dios y nos unimos a la alegría de su familia. En cambio la Comisión de Derechos Humanos, en la cual me incorporaron para esta mediación, ha estado tratando con interés humano esta dolorosa situación de los secuestrados. Yo aprovecho para hacer un nuevo llamamiento a fin de que llegue pronto la libertad a estos pobres hermanos secuestrados. La Cámara de Comercio pide también un ambiente de seguridad y calma pues el empresario -dicen- sufre una serie de presiones de diversa índole. Yo quiero decir que es justo reconocer tales presiones, pero también quisiera decirles que es justo buscar soluciones en las cuales no se favorezca solamente una parte. ¿Qué ofrece el empresario para poner las bases que propicien una verdadera paz sobre las bases de justicia social? La verdadera paz dinámica, de progreso y bienestar, tiene su precio y ese precio son los mutuos sacrificios. Yo, pues, así como pido a los obreros evitar presiones injustas, pido también a los empresarios buscar soluciones justas y que haya justicia en esas relaciones tan vitales en el país. En cuanto al Año del Niño, también nos hemos solidarizado con los pensamientos e iniciativas que buscan con sinceridad un mejor bienestar del niño, reclamando sobre todo la responsabilidad de los adultos. Es espantoso leer que un Estudio en Estados Unidos, arroja que de la población mundial un 40% está privada de los derechos humanos. Familiares y amigos denuncian la captura, sin saber los motivos, del Sr. Rigoberto Jovel por parte de la Guardia Nacional, el viernes de esta semana. Me preocupa el caso porque sé que el Sr. Jovel tiene amputada la mano derecha, no puede mover la izquierda, ha sufrido varias operaciones abdominales y tiene una hernia, lo que hace muy peligroso un maltrato en esa situación. Yo suplico, en nombre de la humanidad y de la caridad, que se le consigne pronto a los tribunales o que se le conceda la libertad. También quiero unirme al dolor que vi en estos días de la esposa del profesor Efraín Arévalo, a quien busca desesperadamente desde el 5 de noviembre de 1977, cuando el Prof. Arévalo vino a San Salvador en busca de su hijo José Efraín a quien habían dejado torturado en la sala de emergencia del Hospital Rosales. Yo creo que la Guardia Nacional, entrando en una fase de más humanismo, tendrá cuenta de estos sufrimientos. Varios problemas laborales se ventilan en nuestro Socorro Jurídico y lo pueden escuchar en nuestros programas radiales, sobre todo el jueves a las 5'30 de la tarde. Sólo quiero mencionar que el problema surgido en la Oficina de Cáritas Arquidiocesana, fue solucionado con las debidas indemnizaciones legales. Quiero decir que de ninguna manera ha habido presiones por parte del sindicato que falsamente se quiere atribuir este mérito. El mismo Ministerio de Trabajo es testigo de la legalidad y de la espontaneidad con que Cáritas de la Arquidiócesis ha resuelto el problema. Quiero anunciarles también que para servicio de nuestra comunidad se ha abierto una oficina de difusión de Publicaciones Pastorales aquí en la Catedral, al costado poniente. Ahí pueden adquirir esta literatura que estamos ofreciendo, entre las cuales van a ir apareciendo ya publicadas las homilías de la Catedral. Quiero agradecer a las personas que se han interesado para que este pensamiento, pues, a pesar de sus deficiencias sea más divulgado ya que no tengo otra intención que dar a conocer el verdadero mensaje de Nuestro Señor Jesucristo. SOBRE EL PAPA El Papa es el objeto de un entusiasmo inusitado en nuestra América y esta homilía que nos está hablando de este pueblo profético, sacerdotal y real, nos da gusto ver a la cabeza de ese pueblo a un pontífice, que al venir a América, como que abre la puerta de esperanza, de alegría, de entusiasmo. Su magisterio en esta semana ha sido muy fecundo: recordó a las mujeres que la maternidad es la vocación que las distingue. Es simpático el Papa cuando reunido, con un grupo de barrenderos antes de entrar al Vaticano, les dice: que le agradaba más estar allí con los barrenderos que allí en el Vaticano. El Papa rechazó una religión que sea opio del pueblo. Aquí, nuestros periódicos lo han publicado con mucha complacencia, naturalmente, porque creen que el Papa sólo se refiere al Comunismo. El Comunismo es el que ha dicho que la religión es opio del pueblo, nosotros hemos estado continuamente diciendo que eso es mentira. Y el testimonio más bello es nuestra Arquidiócesis, donde se va sintiendo una Iglesia que, precisamente cuanto más cristiana y comprometida es, es menos opio, está más despierta, y por no estar dormida es por lo que sufre persecución. Nos alegra cómo el Papa, con su mediación entre Chile y Argentina, ha logrado evitar una guerra. Y esto nos lleva también a la esperanza de que esa confianza que la Iglesia despierta, Dios no la puede dejar fracasar. ¡Confiemos en la Iglesia!, ¡Acuerpemos esta Iglesia solidaria con el pueblo! También Bolivia ya está pensando en pedir la mediación del Papa para lograr una salida al mar. SOBRE PUEBLA Hermanos, yo les quiero pedir mucha oración en estos días en que Puebla es el centro de la pastoral de América Latina. El 27 se inaugura. Pero ya están llegando allá muchas personas. Quiero recordarles, a este propósito, que el acontecimiento de Puebla no es cosa de nuestro tiempo. Ya en 1582 -en el siglo XVI- se tuvo el primer Concilio Provincial en Lima, Perú; en 1585, en México, se reunieron también pastores de América Latina, naturalmente eran tiempos muy distintos de los de hoy; pero ya en nuestro tiempo, el Papa León XIII, a fines del siglo pasado llamó a todos los obispos de América Latina a Roma para celebrar el Primer Concilio Plenario de América Latina, para transmitirles la doctrina y la disciplina del Concilio Vaticano I que se celebró en el Vaticano en 1870. Y ya más cercano a nuestro tiempo en 1958, en Río de Janeiro, la primera Conferencia General Latinoamericana que ya responde a esta vida actual del CELAM - Consejo Episcopal de América Latina-. La segunda, como todos lo recuerdan, en 1968 en Medellín. Es lástima que ya pasaron más de diez años y para muchos sigue siendo algo desconocido. Ya estamos a las puertas de la tercera que será en Puebla en estos días. Toda la historia, pues, desde los inicios de nuestra evangelización hasta el momento actual que toma como tema "La evangelización en el Presente y en el Futuro de América Latina", nos debe llevar a darle gracias a Dios, que haya siempre pastores preocupados de una evangelización que se va poniendo al día con las necesidades de nuestro tiempo. Es bueno recordar aquí que entre los documentos tan numerosos que están llegando a los obispos que se van a reunir en Puebla, está una carta simpática de los Guaraníes que alaban una religión cristiana que ellos van conociendo, que ya no es aquel conformismo que antes se les predicaba, y que tampoco es una revolución; pero que es un despertar de una conciencia crítica, que desde el evangelio saben que no puede ser voluntad de Dios esas desigualdades tremendas sociales: entre unos que lo tienen todo y otros que se deben conformar con no tener nada. Entonces decimos: que tanto el comunismo como ese capitalismo que quiere adormecer al pueblo, quieren una religión que sea opio del pueblo. Y que cuando el Papa dice: "una religión que no sea opio del pueblo", está denunciando tanto al comunismo que quiere apartar el sentido religioso de la vida, como el capitalismo que quiere manipular la Iglesia para sus cosas y sus intereses. También entre las sugerencias y documentos que han llegado a Puebla tenemos uno muy interesante de los obispos de Ecuador, que por falta de tiempo no voy a leerles, pero que se refiere al peligro de la Seguridad Nacional patrocinada por regímenes militares, que los militares están siendo una nueva casta privilegiada en nuestros pueblos, que Puebla no puede tener al margen este problema sino, que debe tenerlo en cuenta para sus grandes problemas de la evangelización. Aquí en nuestro país quisiéramos advertir a tiempo para que los militares no formaran esa casta privilegiada sino que, teniendo en cuenta la situación de la mayoría del pueblo y que la mayoría de los militares también proceden de ese pueblo pobre, se preocupen más bien para poner su prestigio, su fuerza, su inteligencia, al servicio de una sociedad hecha según el corazón de Dios. PENSAMIENTO FINAL Hermanos, esta Iglesia va naciendo para vivir de verdad no en una forma cobarde, anónima, ambigua, un bautismo que no se supo para qué fue, sino que va tomando conciencia que ese bautismo vive entre nosotros y nos está reclamando actitudes más comprometidas con este pueblo en el cual estamos enraizados. Pasemos al altar, entonces con estos sentimientos de que somos un pueblo bautizado en el cual Cristo nos ha hecho participantes de su dignidad mesiánica para hacerla resplandecer en medio de los grandes problemas sociales de nuestro país..... Así sea. |
Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez Ciudad Barrios, El Salvador; 15 de agosto de 1917 – † San Salvador, (Id.), 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral. Archivos
Agosto 2021
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