Tengo amigos y conocidos que se han enfocado en el tema de los derechos humanos. Algunos ven la necesidad de defender a personas del mismo sexo y otros de defender lo contrario, todos se amparan en una verdad, para ellos, absoluta. Pues yo quiero defender hoy a la familia. Si de verdad me siento cristiano, debo ver la gran aportación que Dios hizo al poner a Jesús en el seno familiar donde hombre y mujer le den a esa criatura su aportación de lo que será. Ese vínculo llamado familia ha sido trastocado, maltratado, violado y abusado un sin fin de veces. (Quiero acentuar que no pretendo responder o tomar postura sobre las controversias de parejas homosexuales, solo el punto del sistema familiar)¿Pero a quien el importa?
Se han propiciado marchas y reflexiones sobre "defender" un concepto de la familia cuando la raíz de la familia esta siendo atacada por el demonio. Existe una preocupación profunda por ver y entender la Escritura, por sentir a Dios, por el perdón, pero ningún respeto ni análisis sobre el tema familiar. Los encargados de esas familias estamos pisoteando a Cristo, estamos orinando encima del buen nombre de la Sagrada Familia. Es mas importante salir a pasear, al cine o cualquier otra cosa que orar en familia, que hacer vida de oración en torno a Dios. Hace unos años atrás la cultura estaba tan arraigada a que la tradición religiosa marcaba el hogar, ahora para sentirnos tranquilos y bien justificamos nuestras conductas y nos convencemos que podemos ser padres o madres solteros por que no tengo que aguantar a nadie. O mas allá querer impulsar un feminismo o machismo amparados en el que me las se todas y al final no se nada. Me entristece el tener que reflexionar así, pero estoy viendo como familias se destruyen y se quieren hundir en el abismo de la locura sin contemplar a Cristo, al eterno vinculo de las familias. Ya repetía madre Dominga "familia que reza unida, permanece unida". Quiero hacer una invitación profunda ha que ya no destruyamos mas niños y niñas que no tienen la culpa de existir. Son al final del día los responsables que cargan con ese estigma o esa maldición generacional, que se transmitirá por que no supimos entregar a Dios todo. Dios es sabio y justo, su Palabra sondea los abismos. No permitamos que el demonio usurpe y destruya a las familias, rescatemos las familias desde ahí, desde la oración.
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