Queridos hermanos:
EL SENTIDO LITÚRGICO DE LAS CELEBRACIONESHace siglos Jerusalén fue signo de todos los pueblos del mundo. La Iglesia recoge ese signo. Y así como Jerusalén vivió aquel Domingo de Ramos bajo la luz de su esperanza, sus realidades de entonces, ahora cada ciudad, cada nación, cada pueblo, este domingo encarna esa esperanza que Cristo trae en las propias realidades nacionales, en las propias realidades de nuestra vida. Esto es lo que se llama el sentido litúrgico de las celebraciones. La liturgia no es recuerdo, aquí no estamos solamente recordando que hace veinte siglos Cristo entró a Jerusalén. La liturgia es presencia, es signo de realidades. La realidad es que hoy, este día 19 de marzo de 1978, entre panorama de palmas de catedral de San Salvador, Cristo está entrando aquí, a nuestras realidades salvadoreñas; y donde quiera que se está celebrando el Domingo de Ramos -y yo sé que a través de la radio lo estamos celebrando en diversas poblaciones, caseríos y cantones- allí está Cristo entrando como hace veinte siglos a Jerusalén en la realidad de esta presencia de la liturgia de nuestra Iglesia. Por eso, hermanos, yo les invito, desde este solemne pórtico de la Semana Santa, a vivir esta Semana Santa no como un recuerdo del pasado sino a vivirlo con la esperanza, con la angustia, con los proyectos, con los fracasos de nuestro mundo de hoy, de nuestra patria de hoy, para que Cristo nos cobije así como hace veinte siglos a Jerusalén y al mundo entero que había de vivir de su redención. Para vivir este día recordemos los dos aspectos de la ceremonia. La primera parte triunfal: Cristo entra a Jerusalén y un pueblo sale a su encuentro entre hosannas y alegrías. Pero al entrar a la Catedral, como si Cristo entrara a Jerusalén, el ambiente se ensombrece y todo se torna de pasión. Y acaban de escuchar, en la voz de tres seminaristas casi dramatizar aquí ante nosotros, la lectura de la pasión de Cristo según San Mateo. Yo quisiera preguntar, hermanos, a la luz de esta celebración y para vivir plenamente nuestra Semana Santa, estas tres preguntas que debían de estar flotando en la conciencia de todo cristiano reflexivo de esta Semana Santa de 1978. - ¿Qué encuentra Cristo cuando entra a Jerusalén y qué encuentra Cristo ahora aquí? - ¿Quién es el que entra a Jerusalén, y el que va a cargar con esa cruz y el que va a morir entre ignominias tan espantosas? - ¿Qué compromiso supone para nosotros, su pueblo, esa fe en ese Cristo que vive redimiendo todavía a nuestra Patria y a todo el mundo? ¿QUÉ ENCUENTRA CRISTO CUANDO ENTRA A JERUSALÉN Y QUÉ ENCUENTRA CRISTO AHORA AQUÍ? LO QUE ENCONTRO CRISTO EN JERUSALÉNA la primera pregunta ¿qué encontró Cristo cuando entró a Jerusalén? Encontró visiblemente un pueblo bueno, unos niños, una juventud, una muchedumbre de peregrinos que salieron a su encuentro. Lo acabamos de representar al vivo. Uds. son esa muchedumbre buena, ese pueblo sencillo, esas almas que acogen con esperanza a Cristo, es el "resto" de Israel. Las promesas desembocaban entonces en ese pequeño pueblo que salió a recibirlo. Las promesas hechas a Abraham, a Moisés, a David; toda la veta del Antiguo Testamento viene a aflorar en este domingo de Ramos. El pueblo que había recibido promesas de un Redentor siente que ha llegado ese Redentor y le sale al encuentro. Hay un momento de luminosa fe, es el pueblo que acoge a Jesús. Yo veo en Uds., querido pueblo que ha acudido a esta ceremonia y está rodeando los altares de todos nuestros templos en la Patria, el pueblo que espera de Cristo y sale feliz y sencillo a su encuentro. Dios no lo puede defraudar. Pero lamentablemente Cristo encuentra debajo de este pueblo que se alegra, el pecado. Él viene a quitar el pecado del mundo, Él viene a enfrentarse con esa fuerza de infierno, Él va a sentir ya en su propia carne el latigazo del demonio, del pecado, por meterse a redentor. Y así encuentra un templo convertido en mercado: "Quitad de aquí todo esto -dice Cristo-, mi casa es casa de oración y vosotros la habéis hecho cueva de ladrones". Encuentra Cristo unas autoridades que tergiversan su mensaje. Encuentra una clase dirigente que ha torcido los destinos de ese pueblo y que lo puede orientar de este hosanna del Domingo de Ramos a una petición de condena el Viernes Santo. ¡Ah, lo que son los dirigentes de los pueblos! Si son buenos y competentes orientan al pueblo hacia el encuentro de Cristo, Redentor de los pueblos; pero si son ineptos y si llevan el pecado, la ambición, el egoísmo, seducen al pueblo hacia la perdición. Así sucede que Cristo encuentra maquinaciones hipócritas para perderlo, encuentra envidias que le dicen: "¿que no miras lo que gritan esos muchachos? Cállalos, que haya orden". Y Cristo les dice: "Si ellos callaran, las piedras hablarán. A Uds. lo que les pasa es que tienen envidia, pero si ustedes y los hombres no quieren aclamarme, las piedras mismas me aclamarían. Soy Dios que vengo a redimir al mundo y no tengo que encontrar oposiciones". Encuentra Cristo una tremenda injusticia social, un pueblo del cual Él ha dicho: "Me da lástima esta muchedumbre porque anda como ovejas sin pastor". b) LO QUE ENCUENTRA CRISTO ENTRE NOSOTROSEso encuentra Cristo en Jerusalén; y trasladando el paisaje, porque la liturgia no es recuerdo sino vivencia, ¿qué encuentra Cristo este domingo de Ramos de 1978, aquí, entre nosotros? También hermanos, un pueblo bueno. Yo estoy feliz de este pueblo que ha salido hoy con palmas y alegría a cantarle hosannas al Redentor. Yo siento la pureza de tantos niños, de tantos jóvenes, de tanta gente consagrada al Señor en la piedad sencilla, orando, pidiendo misericordia. Yo siento la presencia de un pueblo verdaderamente "resto" de fe y esperanza. Acrezcamos ese pueblo, hermanos, el pueblo que ha salido hoy al encuentro del Señor. Pero lamentablemente así como en Jerusalén, encuentro detrás de esta muchedumbre que llena de alegría el corazón de Cristo, encuentro también el pecado, el pecado en sus formas horripilantes que van a matar también a Cristo en esta Semana Santa, lo están matando. Es la Semana Santa de un tiempo en El Salvador que da lástima. Yo no sé cuántas cosas pudieran sacarse de los antros y de las tinieblas para presentarlas a Cristo, a sus divinas reprensiones y llamamientos de conversión. Pero yo encuentro, como lo hago de costumbre los domingos, estas tres cosas en estos próximos días: UNA SEMANA SANTA POST-ELECTORAL DE FRUSTRACIÓNUna Semana post-electoral de frustración. Es un pueblo que no tiene ya ilusiones en una apertura democrática para expresar lo que él quiere en política. Yo tengo el testimonio de una urna donde dice que sólo se acercaron a votar el 46 % de los que estaban en la lista; y ese 46 % al revisar los votos, aparece un 52 % de votos nulos, votos que en vez de expresar la voluntad, expresan su represión, expresan su insulto, expresan su ofensa o simplemente se abstienen. Pecado de abstencionismo es lo que encuentra Cristo en este domingo de Ramos. Cuántos valores que se podrían aprovechar para el bien común del pueblo no se pueden aprovechar. El derecho que es uno de los signos de los tiempos a participar en la construcción de la propia Patria, se siente frustrado; es un derecho que se ha conculcado una vez más. He aquí, pues que el Señor encuentra este pecado. El pecado de una democracia despedazada, reprimida, de unos hombres que no pueden expresar su voluntad que quisieran expresar para el bien común. UNA SEMANA SANGRIENTA¿Qué otra cosa encuentro en esta Semana Santa? Una semana sangrienta. Dos retenes matan a dos personas. Allá en Planes de Renderos, José Estanislao Recinos cuyo cadáver se niega a su esposa. Cerca del cine Apolo, una señorita. En el departamento de Chalatenango aparece matado, después de haber sido capturado, el mayordomo de la ermita del Conacaste, Otmaro Guardado; era un hombre bueno. Y en la capital, hace apenas tres días, se disuelve a fuerza de armas una manifestación de campesinos que acudía a la promesa de dialogar en el Banco de Fomento Agropecuario sobre rebaja de precios de arrendamiento de tierras, abonos, insecticidas. Porque nuestra gente tiene hambre necesita tierra para trabajar, necesita con quién dialogar para encontrar una solución a sus problemas. Muertos y heridos, es el saldo de ese anhelo; entre los muertos, un niño de la Escuela Rodezno, un oficial de la Policía, entre los heridos, mucha gente que iba simplemente de transeúnte. Hermanos, esto es lo que encuentra Cristo en esta Semana Santa. Y finalmente encuentra Cristo un tercer aspecto: Arbitrariedades, injusticias. Al campesino Leonardo Muñoz Pacheco se le acusa de haber incendiado la alcaldía de El Paisnal y no se dan cuenta que un día antes lo han capturado. ¿Cómo iba a estar en el incendio? Y junto con él se acusa a otros campesinos, los cuales se publican sus declaraciones sacadas a la fuerza, sin duda. Y que luego, sus declaraciones ante la Cámara donde deben declarar ya libremente, niegan haber sido cómplices. Eso no se publica y quedan manchados esos nombres con una mala fama. No importa cometer injusticias, manchar prestigios, el honor de los hombres. ¡Oh, Jesús, esto es lo que encuentras en la Semana Santa! Funebunda Peña Bonilla, madre de cuatro hijos, y los obreros Jesús Estrada Díaz y Fermín Domínguez, aparecen en declaraciones extrajudiciales como fabricantes de explosivos y no se publica que niegan esos cargos cuando declaran ante la Cámara. Campesinos de San Vicente guardan prisión desde hace tres meses y no se tiene en cuenta los documentos del Ministerio de Agricultura y un depósito de 6.000.00 colones en el Banco de Fomento Agropecuario que los favorece. ¡Qué poco importa la suerte del pobre, del campesino, cuando están otros intereses más valiosos y más respetables! Hermanos, ante estos acontecimientos, la Semana Santa, voz de Dios, voz de un Cristo que viene a redimir, nos dice que es necesario no acallar la voz, el reclamo justo. A mí me da miedo, hermanos, cuando leyes represivas o actitudes violentas están quitando el escape legítimo de un pueblo que necesita manifestarse. Si se quitan estas como válvulas de escape, ¿qué sucede con la caldera que está hirviendo y no tiene válvulas de escape? Puede estallar. Todavía es tiempo, es tiempo de dar a la voz de nuestra gente la manifestación que ellos desean. Con tal de que haya al mismo tiempo la justicia que regula; porque naturalmente hermanos, cuando defendemos estas justas aspiraciones no estamos parcializándonos con reclamos terroristas. La Iglesia no está de acuerdo con la violencia de ninguna forma, ni la que brota como fruto de la represión ni la que reprime en formas tan bárbaras. Simplemente llama a entenderse, a dialogar, a la justicia, al amor. Estas son las fuerzas de la Iglesia. Y por eso, desde el amor, desde la justicia, pedimos, hermanos, oraciones y comprensión para los muertos de estas circunstancias, para los heridos, para los golpeados, para las víctimas de tantos atropellos. Pedimos respeto a la vida de los heridos y de los prisioneros. Respeto a sus vidas; que se lleven a los tribunales bajo leyes justas y se aplique ciertamente la justicia pero no el atropello ni la grosería. Y que se haga un ambiente donde se pueda manifestar la voluntad justa de los hombres. Acabo de estar en Costa Rica, también allá acaban de pasar las elecciones; todavía ondean sobre los techos banderas de diversos colores y oigo la alegría de un pueblo que ha sabido discutir a sus candidatos, sus partidos; que ha ido a dar su voto con plena libertad y que está satisfecho de la voluntad mayoritaria, y que todos están dispuestos al trabajo del bien común. ¡Qué hermosa es una democracia auténtica, un sentido de justicia, de respeto a la expresión del pueblo! Esto es lo que Cristo encuentra, hermanos; porque el Domingo de Ramos, la lectura de la pasión, nuestras procesiones de Semana Santa, no quieren ser alienación, no quieren ser opio; quieren ser el fermento del evangelio, la presencia de un Cristo que entra fustigando el pecado aunque le va a costar dentro de pocos días la muerte en una cruz. Muere por meterse a redentor, muere por la justicia, muere amando pero en Él encontramos la esperanza de nuestros pueblos. 2º. ¿QUIÉN ES EL QUE ENTRA A JERUSALEN Y EL QUE VA A CARGAR CON ESA CRUZ Y EL QUE VA A MORIR ENTRE IGNOMINIAS TAN ESPANTOSAS?Y este es mi segundo pensamiento: ¿Quién es el que hoy entra a Jerusalén? a) CRISTO CON SU PUEBLOEl que hoy entra a Jerusalén lo describen las lecturas de hoy. La primera lectura del profeta Isaías nos presenta un pueblo casi desesperanzado, un pueblo abatido. Y Dios suscita un misterioso siervo al que le dice: "Escucha mis palabras, tú vas a ser el representante de todos los crímenes, sobre ti va a descargarse mi justicia divina, pero tú vas a aprender en tu sufrimiento a consolar, a dar liberación, a orientar a los pueblos". Y este siervo de Yahvé, que los comentarios de la Biblia no aciertan a decir con seguridad quién es, ciertamente puede ser el pueblo pero puede ser Cristo y más Cristo, pero no un Cristo sin su pueblo. Este misterio que en la Biblia se conoce como personalidad comunitaria, es decir, un hombre que encarna una personalidad y una personalidad que se difunde en un conglomerado, un Cristo que se ha hecho solidario de todos nosotros y nosotros que sentimos que la Suerte de Cristo es nuestra suerte. Sentimos en el Cristo de la Semana Santa con su cruz a cuestas, que es el pueblo que va cargando también su cruz. Sentimos en el Cristo de los brazos abiertos y crucificados, al pueblo crucificado pero que desde Cristo, un pueblo que crucificado y humillado, encuentra su esperanza: "Te he enseñado a dar palabras de consuelo, has aprendido en el dolor a consolar a los demás". Queridos hermanos, este llamamiento de la Semana Santa, del Domingo de Ramos, no es para predicarles un conformismo; es para decirles: denle a su sentido de tribulación, un sentido de pobreza divina; denle a su sufrimiento, un sentido de redención; acepten la cruz, abrácenla como Cristo; no pasivistas pero sí con amor que construye una civilización de libertad y de amor, que aunque no la veamos aquí como el siervo de Yahvé, la alcanzaremos aunque sea a través de la muerte como Cristo. No importa la muerte cuando detrás de la muerte está el clima de libertad, de amor, de igualdad, de felicidad. Caminamos entonces hacia ese clima que el Redentor nos ofrece. CRISTO HECHO HOMBREY más elocuente, la segunda lectura, la de San Pablo, es un himno a la encarnación, es un himno del Dios que renuncia a su categoría de Dios, deja la felicidad de su cielo y se viene a hacer hombre, hombre que no anda mencionando sus prerrogativas de Dios, hombre cualquiera -dice la Biblia hoy-, un hombre cualquiera; un hombre cualquiera que es amarrado por la autoridad de su tiempo, llevado a los tribunales, ajusticiado. Se me ocurre pensar cuando San Pablo dice: "un hombre cualquiera", esas figuras que ya estamos acostumbrados a ir viviendo en nuestros periódicos: el campesino esposado, el campesino torturado, el obrero a quien no se le reconocen sus derechos, un hombre cualquiera, así se quiso hacer Cristo. Más todavía, humillado hasta una muerte que se prohibía a los romanos porque eran libres, pero que bien se imponía a los pueblos esclavizados. Roma crucificaba pero no a sus romanos, Roma crucificaba a los pueblos que dependían de su imperio; y como Palestina dependía de Roma -Pilatos era el representante de Roma en aquel pueblo oprimido- Cristo tiene que ser humillado como un ser que no merece ni siquiera ciudadanía, muerto, humillado. Hasta allá lo llevó la encarnación, pero desde allí comienza a levantarse su exhaltación. Y en la lectura de hoy hemos escuchado: "Por eso Dios le dio un nombre sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el abismo y todos proclamen: ¡Cristo es el Señor!" Esta es la gloria de nuestro Redentor. Cuando en estas jornadas de Semana Santa lo miremos humillado bajo el peso de la cruz, no lo olvidemos, digamos desde el fondo nuestra fe: aunque se parece a mí, que va sufriendo, es el Señor, y aunque yo me parezco a Él llevando la cruz, participaré de su gloria; Él no ha pasado sólo el túnel doloroso de la tortura y de la muerte, con Él va pasando todo un pueblo y resucitaremos con Él. Y hemos leído la pasión, el relato más tremendo de un hombre que ha sufrido como Cristo. No hay otro. 3º. ¿QUÉ COMPROMISO SUPONE PARA NOSOTROS, SU PUEBLO ESA FE EN ESE CRISTO QUE VIVE REDIMIENDO TODAVIA A NUESTRA PATRIA Y A TODO EL MUNDO? UN COMPROMISO LLENO DE ESPERANZAY finalmente queridos hermanos, a este Cristo responde, de nuestra parte, un pueblo lleno de esperanza. ¡Qué espectáculo hermanos! Miren esas palmas. La palma es el signo de la victoria, la palma es el signo del martirio pero de un martirio que después del tormento es gloria. Por eso el Domingo de Ramos es un signo bellísimo en todos los pueblos. Con sus palmas, con sus ramos, con sus flores, el pueblo le está diciendo a Cristo que está dispuesto a ir con Él al martirio y que con Él cree que ha de vencer la victoria de la fe. Esta es la victoria que vence al mundo, vuestra fe, vuestra esperanza; no el odio, no el terror, no las armas, no la represión, no la violencia. Eso no compone nada. Lo que compone es esa fe de ustedes, hermanos, la fe de la procesión del domingo de Ramos, desfile pacífico con palmas en las manos, con una gran esperanza en el corazón, con un gran amor en el alma. Este es el caminar del pueblo de Dios. UN SEGUIMIENTO DE AUSTERIDADLa Semana Santa es un llamamiento para seguir las austeridades de Cristo, la única violencia legitima, la que se hace así mismo Cristo y nos invita a que hagamos a nosotros mismos: "El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo", violéntese a sí mismo, reprima en éllos brotes de orgullo; mate en su alma los brotes de avaricias, de codicias, de soberbias, de orgullo; mate eso en su corazón. Esto es lo que hay que matar, esa es la violencia que hay que hacer para que allí surja el hombre nuevo, el único que puede construir una civilización nueva, una civilización de amor. AVISOS PARA LA SEMANA SANTAPor eso, queridos hermanos, quiero avisarles para esta Semana Santa, que participemos enteramente allá en sus pueblos, en sus cantones. Me alegra mucho que esta Semana Santa se va a celebrar no sólo donde hay sacerdote, sino también donde hay comunidades de religiosas; y muchas de las comunidades de San Salvador se han desplazado también a los pueblos; y también donde hay seglares, catequistas que se han preparado con las lecturas apropiadas a organizar la Semana Santa de todos los cantones y caseríos. Si esta voz está llegando a esos cantones y caseríos, les invito, hermanos, a que participen; porque la Semana Santa es como un bautismo del pueblo, un bautismo en el que Cristo nos invita a incorporarnos a su pasión y a su resurrección. ¡Cuántos hombres nuevos saldrán de esta Semana Santa! Pero no se contenten con ir sólo a las procesiones. Yo se que para muchos la Semana Santa solo consiste en la procesión del Silencio, en la procesión del Santo Entierro; pero cuando me cuentan que en esa procesión del Silencio van borrachos, va gente abusando de la situación sagrada, cometiendo el pecado, el desorden; o cuando vienen a la procesión del Santo Entierro gente que está en paseos y vuelve después del Santo Entierro a seguir sus bacanales allá donde estaba, me da tristeza esa Semana Santa. Me parece que se acercan como los judíos a profanar, a escupir al Señor. La Semana Santa que yo quiero, hermanos, es esta que les acabo de describir, la que violenta en su propia vida el vicio, el desorden; la que va a resucitar con Cristo en la alegría de la noche del sábado Santo. Dos actos principales son los que yo quiero subrayar: primero, el jueves Santo a las 9 de la mañana, aquí en Catedral; es la única Misa. El jueves Santo en la mañana no hay misa en ninguna parte; será por la tarde en todos los templos, la institución de la Eucaristía. Pero el jueves Santo por la mañana, sólo en las Catedrales, el Obispo con todos sus sacerdotes bendice los aceites sagrados que van a servir para los sacramentos y los sacerdotes renovamos nuestro compromiso de servicio al pueblo de Dios. Queremos representaciones de todas las parroquias. Si no pueden venir los párrocos, manden, por favor, una pequeña representación de sus parroquias para que al salir de la misa puedan llevar también las anforitas de los Santos Oleos con que en las parroquias, en signo de unidad con la Catedral, se administre el Bautismo, la Confirmación, la Unión de Enfermos, etc. Ese es un acto que yo les suplico tomarlo muy en el corazón, el jueves Santo a las 9 de la mañana. Y el otro, de manera muy especial a los jóvenes el Sábado Santo a las siete y media de la noche, aquí en Catedral, la Resurrección de Cristo. Para mí estos dos actos marcan lo más profundo y más bello de la espiritualidad de la Semana Santa. A celebrar la unidad de nuestra Iglesia en torno de los pastores y a celebrar la resurrección de Cristo como un canto de victoria y de esperanza en el Señor. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTARQueridos hermanos, aunque estamos viviendo como en un callejón sin salida, no desesperemos. En la palabra bíblica de Isaías, un poco antes de la lectura que se ha hecho hoy, dice Dios al pueblo: "¿Por qué desconfías? ¿qué acaso se ha acortado mi mano para darle bendiciones? ¿qué acaso no tengo energías para salvarte?" Hermanos, respondamos a esas preguntas de Dios con un acto de fe y de esperanza. "Si Señor, nosotros creemos que tú eres el Redentor y por eso hemos aclamado hoy con la alegría de los que te han recibido: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, Hosanna en los cielos!" Vamos a proseguir ahora nuestra Eucaristía donde vamos a poner en el altar de Cristo todas nuestras esperanzas y nuestros buenos deseos de celebrar una Semana Santa, digna de nuestra fe.
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He tenido el honor y el gusto de acompañar la procesión del Santo Entierro. Ha sido una muchedumbre innumerable la que, saliendo de El Calvario, hizo el recorrido, pasando luego frente a la Catedral y luego encaminándose hacia El Calvario. He querido venir a visitar a sus propios estudios, a estos nobles trabajadores de YSAX, a quienes debemos esa fecundidad del mensaje de la Semana Santa que ustedes, estimados radioyentes, han estado sintonizando, y sin duda pidiéndolo muy adentro del corazón. Yo también he participado muchas veces en este mensaje de Semana Santa; y he recibido impresiones de todas partes, del fervor con que en nuestra Arquidiócesis y en toda la república, se está celebrando este solemne triduo pascual. Así se llama, porque es la Pascua de los cristianos, desde la Cena del Señor en que nos dejó el memorial de su pasión, de su muerte y de su resurrección, hasta el Sábado Santo por la noche, con la solemne Vigilia Pascual. De tal manera, que el Santo Entierro no es más que un episodio, muy solemne ciertamente, y nuestro pueblo le dá toda su importancia, pero no es toda la Semana Santa. El Santo Entierro en San Salvador es una procesión de lo más hermosa y termina en El Calvario. Allí, El Calvario, es durante todo el Sábado Santo, el santo sepulcro.
SABADO SANTOSería bueno que visitáramos ese lugar sagrado, El Calvario, así como en cada parroquia, en cada pueblo, en cada ermita, les invito, queridos Radioyentes católicos, a vivir el Sábado Santo como quiere la Iglesia que lo vivamos. No es un día de paseo, no es propiamente sábado de gloria. En la nueva liturgia, que ha recobrado todo el sentido de la verdadera celebración Pascual, el sábado es un día todavía de luto, es un día de silencio junto a la tumba del Señor. Es la expectativa de la esposa viuda, Iglesia; la Iglesia que espera la resurrección del Señor, la Iglesia que junto a la Virgen de la Soledad está esperando con serena tristeza, después de la muerte trágica de su esposo, la resurrección del Señor. María y la Iglesia somos todos nosotros junto al sepulcro del Señor, esperando la hora solemne de la Pascua. Después del Santo Entierro, esta es la situación, la actuación, la psicología, la fe, la esperanza de la Iglesia. Por eso les invito, pues, desde los propios estudios de YSAX, a compartir estos sentimientos de tristeza serena, de esperanza en la gloria del Señor después de su trágica muerte que fue para bien del mundo, que fue voluntaria, porque Él lo había dicho: "Yo entrego mi vida y la tomo". Esperando ese momento en que tomará de nuevo su vida, vivamos este Sábado Santo, en esa santa expectativa de la resurrección del Señor. CRISTO, TAMBIEN REDENTOR DEL ANTIGUO TESTAMENTOUn pensamiento muy propio después que Cristo muere en la cruz y es llevado al santo sepulcro, y junto al sepulcro nos quedamos consternados de todo lo que ha pasado, es el pensamiento que el credo expresa con estas palabras: "Descendió a los infiernos". Hay en esta frase toda una teología de lo que sucedió en estas horas, cuando el alma de Cristo se separa de su cuerpo mientras su cuerpo yerto es llevado al Sepulcro. ¿Qué fue de aquella alma bendita? ¿Si el alma de los hombres que mueren va a Dios, a dónde fue el alma de Cristo? Nuestro credo nos dice: "Descendió a los infiernos". Entendiéndose por infierno, aquellos lugares misteriosos donde esperaban los santos, la gente buena del Antiguo Testamento, desde Adán hasta los que murieron en tiempo de Cristo: Juan Bautista, San José. Allí había un pueblo que, para ellos, el Viernes Santo por la tarde y el Sábado Santo fue como un verdadero Domingo de Ramos. Se alegraron los espíritus, llegaba la redención, se abrían los cielos. Con Cristo, que resucitaría en la noche del Sábado Santo, iban a surgir también de este limbo, de este lugar de felicidad ciertamente; pero no todavía la gloria, todo lo bueno y santo que la humanidad había producido hasta los tiempos de Cristo. Todos los hombres encuentran su salvación en Cristo, hasta los que vivieron antes de El, y por eso El es redentor también del Antiguo Testamento. Cuando el credo asegura que Cristo "descendió a los infiernos", nos quiere decir que en estas horas de la separación de su alma y de su cuerpo, su alma va a unirse con las almas de todos los que esperaban. Imaginemos qué alegría la de Adán, la de Eva, la de los patriarcas, la de los profetas, la de los santos que esperaron al Señor. Si para nosotros es toda una alegría el sentirnos redimidos por Cristo, mucho más grande tuvo que ser aquella hora del encuentro de las almas con Cristo. Este pensamiento puede ocupar la mente de todos los católicos junto a la tumba del Señor en el Sábado Santo y acompañar en espíritu a Jesucristo, en ese encuentro que se debió clamar también como en Jerusalén el Domingo de Ramos: "Bendito el que viene en el nombre del Señor". Toda esa procesión de almas redimidas por Cristo, van a acompañarlo como una hermosa procesión hacia el sepulcro donde su cuerpo yace inerte. Y cuando el alma de Cristo vuelva a introducirse en aquel cadáver y va a operarse la resurrección, y Cristo completará su paso de la muerte a la vida, no va solo, va con su cortejo de redimidos que inician la gran procesión de los redimidos del Nuevo Testamento. Allí estamos ya nosotros en la esperanza de nuestra propia salvación. Y un día, todos los hombres, desde Adán hasta el último hombre de la historia, formaremos el cortejo de la redención de Cristo como lo vio el Apocalipsis en aquellas muchedumbres que no se podían contar y que cantaban: "Gloria y honor, poder y alabanza al Cordero que fue degollado y que murió para redimirnos". Esta alegría la viviremos, hermanos, si somos fieles a esa redención que Cristo nos trajo. LA VIGILIA PASCUALHe aquí, pues, los grandes pensamientos del Viernes Santo por la noche y del Sábado Santo, hasta que llegue la hora en que la bendición del fuego nuevo nos esté anunciando que ya llega la hora de la resurrección del Señor. Vamos a celebrarla en nuestra Catedral el Sábado Santo a las 8 y media de la noche. Será la solemne Vigilia Pascual, que se iniciará con la bendición del fuego nuevo. Esperamos organizar una bonita fogata de donde sacaremos el fuego para encender el cirio e iniciar la procesión de Cristo resucitado, simbolizado en el cirio, que encenderá las velas de todos los que vamos a participar. Por eso les invitamos a que cada uno lleve su propia vela para que participemos en esta luminaria de Cristo, que en la mitad de la noche ilumina como un día las esperanzas de todos los que en El creemos. Y seguirá las lecturas de episodios bíblicos que se referían a esta noche santa y a nuestro bautismo; porque vamos a renovar también nuestros compromisos bautismales, y celebraremos así, redimidos, bautizados, en gracia de Dios, en nuestra propia vida, la resurrección del Señor. Pasemos este Sábado Santo que ya se inicia, hasta la hora de la Vigilia Pascual, en esta preparación espiritual para participar íntimamente con la alegría de Cristo resucitado. Puede ayudarnos también este otro pensamiento: Durante la Cuaresma, los catecúmenos, o sea los que se estaban preparando para el bautismo, recibían su preparación próxima y era precisamente el Sábado Santo por la noche cuando iban a ser bautizados. El Concilio Vaticano II, recordando esta historia de los catecúmenos y del bautismo del Sábado Santo en la noche, de la Cuaresma que los preparaba, nos invita a que la Cuaresma nos prepare para renovar nuestro bautismo. Gracias a Dios ya somos bautizados; pero, ¿cuántos bautizados necesitarán un buen catecumenado que les hiciera pensar en la grandeza, en la responsabilidad, en lo que significa, ese acto del bautismo? Los que se iban a bautizar el Sábado Santo por la noche comprendían, mejor que muchos de los católicos de hoy, el inmenso honor que significa morir y resucitar con Cristo. Esto es el bautismo. Por eso los antiguos bautisterios eran como en forma de una tumba a donde bajaban, uno a uno, los que formaban la procesión de los catecúmenos, como para sepultarse; y allí el pontífice los bautizaba y los confirmaba, y salían como quien sale de un sepulcro, vestidos de blanco, representación preciosa de Cristo que sale resucitado de la tumba; y se iba formando aquella bella procesión de túnicas blancas con la vela del bautismo encendida en sus manos. Eran los neófitos, eran los bautizados que se encaminaban luego en procesión cantando las alegrías de la redención para celebrar la solemne Pascua, su primera comunión. Y vestidos de blanco pasaban toda la semana pascual afianzando sus compromisos bautismales mientras visitaban las tumbas de los mártires, de aquellos hombres y mujeres que supieron vivir hasta la muerte sus compromisos del bautismo. ¿Por qué no aprovechamos, queridos radioyentes, queridos católicos, el Sábado Santo para hacer una revisión sincera de cómo estamos viviendo nuestros compromisos del bautismo? ¿Cuáles son esos compromisos? Todavía se pronuncian frente a los niños que se bautizan, pero muchas veces sin darnos cuenta de lo serio que es decir: ¿Renuncias a Satanás, a sus pompas, a sus seducciones? Sí renuncio. ¿Crees en Dios Padre, en Cristo, en el Espíritu? Sí, creemos. Ese renunciar a lo que se opone a Dios y ese consagrarse por el credo a Dios, eso es el bautismo. Qué bueno fuera en la Vigilia Pascual del Sábado Santo en la noche, que todos lleváramos, en el arrepentimiento de no haber sido fieles a nuestro bautismo y en el propósito firme de vivir ese bautismo con más intensidad, la mejor participación a la fiesta de Cristo resucitado. No hay mejor felicitación para nuestro Divino Redentor que estampar muy hondo en nuestra alma su muerte y su resurrección. Eso es el bautismo, participar en la muerte de Cristo para morir a todo lo malo de la vida, para desterrar de nosotros todo egoísmo, toda injusticia, todo odio, toda violencia, todo lo malo, todo lo diabólico, toda la perversidad que lleva nuestra naturaleza; y por otra parte, resucitar a una vida nueva, vida de santidad, de sencillez, de humildad, de castidad, de todas esas virtudes que forman el cortejo de las almas santas. Todo bautizado tenía que ser un santo. Esta es la noche del sábado, la que nos invita nuevamente a un propósito de santidad para ser fieles, coherentes con nuestro bautismo. EXIGENCIA DE ESTA HORAHe aquí, pues, que mientras estamos junto a la tumba de Cristo, en espera de su resurrección, estamos revisando nuestra vida, nuestros compromisos con El. No queremos ser Judas, no queremos ser apóstoles cobardes; queremos ser fieles de aquí en adelante. La hora lo exige. No son momentos éstos para vivir un catolicismo dormido, no son momentos éstos para acomodar un cristianismo a nuestro modo de pensar, a nuestro capricho. Es necesaria la hora en que Cristo dijo: "El que no está conmigo, contra mí está. El que no recoge conmigo, desparrama". Es la hora de la integridad, es la hora de la entrega. Junto a Cristo, que muere y está sepultado, este recuerdo, esta vivencia, tiene que florecer en nosotros en el propósito de un catolicismo íntegro que sea fiel hasta sus últimas consecuencias. Esta es otra reflexión muy fecunda junto a la tumba del Señor, mientras esperamos la hora de su resurrección. Hemos querido transmitirles este mensaje que puede llenar el pensamiento de estas horas solemnes en que muchos cristianos no saben que hacer y piensan que el Sábado Santo ya fue el fin de la Semana Santa. Es una expectativa y vamos a vivirla hasta la hora en que la Iglesia nos dice que sí, ya es la hora de la gloria, de la alegría, la hora solemne en que vamos a asistir a la resurrección de nuestro Señor. Queremos participarles que esta solemne Vigilia Pascual tendrá lugar a las 8 y media en al Catedral, pero que los que no puedan venir a la Catedral averigüen, en sus parroquias -las horas son según los párrocos crean más conveniente, en algunas hasta la media noche, pero nunca se pueden celebrar antes de la puesta del sol- vean en sus parroquias a que hora es la Vigilia Pascual y participen. Y si este mensaje está llegando también hasta los que pasean, los que no han vivido la Semana Santa litúrgica, les invitamos a que siquiera se acerquen a este acto, el más solemne de la Semana Santa. A quienes sólo asistieron a la Procesión del Silencio o del Santo Entierro y se fueron luego a sus paseos, les decimos que vuelvan siquiera un momentito a la solemne Vigilia Pascual, que en la Catedral va a ser a las 8 y media de la noche, invitándoles a que todos traigan una vela para que a la hora de la bendición del fuego nuevo participen, también, con este gesto que expresa que esa luz de Cristo se ha hecho muy nuestra, como esa vela que es muy nuestra para llevarla después a nuestra casa. Ella será la que iluminará la hora de nuestra aflicción, tal vez de nuestra agonía, de nuestra muerte, como aquella que nos entregaron en el bautismo con las palabras de que la lleváramos encendida como signo de fe hasta el encuentro con el Señor. LA ESPERANZA DE CRISTOSería bonito ver que al terminar la Vigilia Pascual, por todas las calles de San Salvador y de los pueblos y de los cantones, esas luces en las manos de los fieles, iluminan una esperanza en los caminos de la patria: la esperanza de Cristo, la única esperanza que nos puede salvar. Entonces, queridos radioyentes, el sábado en la noche, a las 8 y media, nos veremos en la Catedral y quiero tener el gusto allí de decirles a todos a esa hora: Feliz Pascua. Acostumbrémonos a este saludo también, cristianicemos lo más bello que sea esta noche, una noche mucho más alegre que la de Navidad porque Cristo nace no para morir, sino para que la muerte no lo domine más. La resurrección de Cristo, la noche pascual, la más grande de la historia, es la que vamos a vivir, la que está ya frente a nosotros, el Sábado Santo. Mientras llega esa hora, queridos radioyentes, ustedes y yo, elevemos muchas plegarias. Bendito sea Dios, ha sido una Semana Santa muy fervorosa; de muchas partes me han llegado informes muy consoladores, asistencia que se duplica, comuniones interminables, los confesores no han dado abasto a tanta petición de penitencia. Cómo de veras ha florecido el catolicismo en nuestras parroquias, cómo lo estamos pidiendo una hora pascual. Por mi parte quiero avisarles también que estoy preparando para la próxima semana, una carta pastoral que llevará ese título: La Iglesia de la Pascua. Es nuestra Iglesia que florece en la resurrección de Cristo; así como ha sufrido en su cruz, en su cuaresma, una cuaresma y una cruz de la cual deriva la serena alegría, la fecunda alegría de una Iglesia que ofrece la esperanza verdadera a los hombres. Oremos mucho; la oración será nuestra fuerza. Dios está con nosotros, Dios nos prueba y sabe que la prueba es fecunda, que el dolor de la cruz florece en pascuas de resurrección. Queridos radioyentes, desde los estudios de YSAX, esta voz de la Iglesia, ha hablado para ustedes, su humilde servidor y amigo, el Arzobispo de San Salvador. Queridos Hermanos:
"Hoy se cumple esta palabra" fue la homilía de Cristo después de leer al profeta Isaías, anunciando una efusión del Espíritu Santo sobre el pueblo. Y yo tengo el inmenso honor de decir también en esta mañana de Jueves Santo: hoy se cumple esta palabra. Y qué hermosamente se está cumpliendo. Aquí en el presbiterio de la Catedral, rodeado de una buena representación de los presbíteros que trabajan en la Arquidiócesis; con mi hermano, el señor obispo auxiliar, Monseñor Rivera; y llenando la nave, el pueblo que ha recibido una efusión del Espíritu: Nos preparamos para celebrar el triduo pascual. Es como nos invitó la catequesis introductoria de esta ceremonia, como una síntesis que la Iglesia nos está ofreciendo esta mañana, de todo el contenido pascual que se va a desarrollar en estos tres días: La muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo. No tiene sentido todo esto si no comenzamos por recordar que todo ésto es obra del Espíritu Santo y esta misa es un homenaje al Espíritu que unge a Cristo, a los presbíteros que presidimos la Semana Santa y al pueblo que celebra su redención. Si no es porque una fuerza de Dios inundaba a Cristo, el mundo no hubiera sido salvo. Y si no es porque ese Espíritu de Cristo se transfunde en la Pascua a unos ministros que han de llevar su redención al mundo, y ese mundo lo recibirá a través de los sacramentos, no tendría tampoco un sentido la muerte redentora y la resurrección del Señor. O sea, que esta misa crismal, como la llama la liturgia por el Crisma, por la unción del Espíritu Santo, es un resumen bellísimo de toda la Pascua. Hoy comienza la Pascua de 1977 en nuestra historia y comienza en esta forma solemne, suspendiendo todas las misas de la Arquidiócesis, para concentrar toda la atención en torno del sacerdote escogido por Dios, no por sus méritos, sino quizás por su pequeñez, por sus limitaciones, para ser el signo de la fe, de la unidad en la diócesis, y sentir que a través de él con quien comparten responsabilidad todos los presbíteros, el Espíritu de Dios sigue siendo la redención pascual en el pueblo que cree en Jesucristo. 1. CRISTO, OBRA DEL ESPIRITUTres grandes obras del Espíritu Santo evoca esta ceremonia de hoy y las escucharán, en bella síntesis, en el prefacio que dentro de un momento se cantará. La primera obra del Espíritu Santo es el mismo Cristo, o sea, que la segunda persona de la Santísima Trinidad se haya hecho hombre, se haya unido a un cuerpo y a un alma humana en las entrañas virginales de María, sin perder su virginidad. Es obra del Espíritu Santo, no tanto por el milagro virginal de esa concepción, sino ante todo porque ese ambiente virginal era el que correspondía al gran misterio de un Verbo de Dios que unge por obra del Espíritu Santo la naturaleza humana de aquel hombre que nace de María, al mismo tiempo Dios. Hombre y Dios, obra del Espíritu Santo. Por eso el ángel le dice a María: "Lo que nacerá de tí, será obra del Espíritu de Dios, y él salvará al mundo de sus pecados, porque viene ungido con la potencia de Dios". Y aquel niño que nace de María, ungido por el Espíritu Santo, es hombre y Dios, que cuando llegó a la plenitud de su edad, queda colgado en un madero para sacrificar así sus carnes ungidas de Espíritu de Dios para redención del mundo; y lo hizo pontífice de la Nueva Alianza. Este Cristo muerto en la cruz y resucitado, llevando en su gloria las cicatrices de la pasión, es un hombre ungido por Dios, pero con una unción única. No habrá más sacerdocio que el suyo. El único sacerdocio es el de Cristo Redentor, es la alianza que El restablece entre Dios y los hombres. Ya no se dá otro nombre en la tierra por el cual los hombres pueden ser salvos, fuera del nombre de Jesús. Esta es la obra maestra del Espíritu Santo, haber ungido esa humanidad de hombre con una potencia de Dios para que fuera el pontífice de la alianza eterna, para ser la causa de nuestra redención. Pero ese pontífice eterno y único no se queda aislado de la historia. 2. EL PUEBLO UNGIDO POR EL ESPIRITULa segunda obra del Espíritu Santo que estamos conmemorando hoy en esta misa crismal es que ese sacerdocio único de Cristo, al mismo tiempo que es rey y que es profeta, transmite a todo el pueblo redimido, la capacidad de ser también un pueblo de sacerdotes, de reyes, de profetas. Y así comenzaba la misa de hoy con ese canto del Apocalipsis puesto en labios de todos nosotros: Nos hiciste pueblo de sacerdotes, pueblo de reyes, pueblo de profetas, porque la unción del Espíritu que ungió a Cristo se hace nuestra unción. El día de nuestro bautismo, queridos hermanos, cuando el agua y el Espíritu, nos lavaron el pecado original, el sacerdote para simbolizar la grandeza positiva de aquel momento, nos unge la cabeza con el sagrado crisma, que aquí se va a consagrar con él a todos los niños y bautizados de la diócesis, porque por esa unción manifestamos que el bautismo incorpora al hijo de la carne en la Iglesia, que es pueblo de Dios, pueblo sacerdotal, pueblo de profetas y de reyes. Es hora bendita ésta, para recordar nuestra pila bautismal. Es un momento en que no sólo nosotros los presbíteros vamos a renovar nuestros compromisos, de haber sido ungidos. Yo quisiera, hermanos, invitarlos en el Crisma de hoy, a recordar el crisma que cada uno lleva ungida a su alma en aquella pila bautismal del pueblito o del cantón; allá nacimos, allá el sacerdote llegó con el agua del bautismo y el santo crisma llevado de la catedral, consagrado aquel año para ungirnos miembros de este pueblo, profeta, sacerdote y rey. Y llevamos entonces, como pueblo de Dios, esa triple responsabilidad, ese triple honor, que hoy gracias a Dios va comprendiendo cada vez más el laicado; o sea, ustedes que no son religiosos ni sacerdotes del altar pero que son sacerdotes en el mundo, son profetas en el mundo, son reyes que deben de trabajar para que el imperio de Cristo reine en la sociedad, en las estructuras, en el mundo. Y tienen que anunciar como los profetas, como pueblo profético ungido por el Espíritu que ungió a Cristo las maravillas de Dios en el mundo, animar lo bueno que en el mundo se hace y también denunciar enérgicamente lo malo que en el mundo se hace. Para eso son los profetas, para anunciar y animar la bondad y para denunciar y condenar la maldad. Y ésto lo va comprendiendo cada vez más este pueblo que lleva la unción poderosa del Espíritu Santo para que no sólo miren al obispo y a los sacerdotes a ver que hacen, sino que ellos mismos se sientan responsables de esta Iglesia profética, regia y sacerdotal. Y yo me alegro, hermanos, al hacer esta reflexión con ustedes, recordando nuestro común bautismo, que ya son muchas las comunidades en nuestra diócesis donde se va despertando este sentido del bautismo, donde se va viviendo esa responsabilidad de ser miembros de la Iglesia, de pueblo de Dios ungido con la potencia pascual de nuestro Señor Jesucristo. Sigamos trabajando y tomando conciencia, y no seamos simplemente espectadores de la actividad de la Iglesia, sino que nos sintamos Iglesia, porque lo somos, porque el Espíritu de Dios nos ha ungido y nos ha hecho capaces para llevar como Cristo, una misión sacerdotal que consagre el mundo a Dios, una misión profética que anuncie a Dios al mundo, una misión de reyes que haga dominar a Cristo sobre todo cuanto existe en la tierra. 3. EL PRESBITERIO, OBRA DEL ESPIRITUY finalmente, y principalmente, esta es la celebración de esta mañana, la tercera obra del Espíritu Santo es que, de ese pueblo profético, regio y sacerdotal, ha escogido a unos cuantos miembros para darles una misión especial, y aquí estamos. Me siento alegre y feliz, hermanos, de haber llegado a la Arquidiócesis en un momento en que el presbiterio, los sacerdotes, se han compactado tan íntimamente con el obispo. Y en este Jueves Santo podemos presentar, como el fruto de ese trabajo y de esa unión del Espíritu Santo, a este sacerdocio unido con el obispo. ¿Qué fue nuestra unción sacerdotal, queridos hermanos sacerdotes? Y en esta mañana es bello recordar aquel altar tan distinto para cada uno de nosotros, cuando un obispo nos impuso la mano para darnos la potestad de celebrar la santa misa por los vivos y los difuntos y, soplando como Dios el insuflo del Espíritu Santo, nos dijo: "Recibid también la potestad para perdonar los pecados en el nombre de Dios". Y entonces quedó constituida nuestra capacidad, nuestra potestad sagrada por ese carácter indeleble que los sacerdotes presbíteros llevamos. Lo llevamos, dice el prefacio de la misa de esta misa crismal, para congregar al pueblo en una unidad de amor y celebrar ante ellos el sacrificio perenne de la redención humana y alimentar al pueblo con la palabra de Dios y robustecerlo con los sacramentos. Qué síntesis más hermosa de lo que es nuestra misión en el mundo: congregar al pueblo. MINISTERIO DE UNIONEl sacerdocio está hecho para unir, no para dividir, y siente la alegría cuando la Iglesia reboza, porque a su palabra han acudido para crear esa comunidad de fe, de esperanza y de amor. Y las comunidades, cuanto más íntimas van creciendo en el amor y en la fe, llenan más de satisfacción el corazón del sacerdote, que es un ministerio de unión, de unidad en el mundo. Y por eso sentí la inmensa alegría cuando le dije al Padre Santo, apenas hace nueve días, que le presentaba un sacerdocio unido con su obispo y que trabaja por la unidad del pueblo de Dios. Qué don más precioso debió considerar el Santo Padre, como lo considero yo, el don precioso de la unidad del presbiterio, para que así cada sacerdote que trabaje en la unidad de su propia parroquia no hace su Iglesia individual, a su gusto, según los caprichos del mundo o de sus criterios personales, sino que lo hace en unión con el obispo, en disciplina santa con el que es pontífice responsable de toda la diócesis; así como el obispo no hace una diócesis a su gusto, sino en comunión con el Papa, para formar la gran comunidad: la Iglesia universal. Este ministerio de unidad es el que celebramos hoy al congregar aquí, en esta concelebración, a los sacerdotes de todas las parroquias, por lo menos los que han podido y querido venir; y también representándolos a los que no han venido, los que están aquí. MINISTERIO DE LA PALABRAQueridos hermanos, también el sacerdote en esta reunión de amor, de esperanza, de fe, reparte al pueblo la Palabra de Dios. Tiene que ser la Palabra de Dios. La palabra que salva no es la palabra del hombre, sino la Palabra de Dios; y por eso tiene que tener el cuidado de mantenerse en sintonía perfecta con lo que Dios quiere, con lo que Dios pide. Y esta hora, que los obispos dijimos hace pocos días, es una hora de conversión. Nos toca a nosotros sacerdotes convertirnos a la verdadera Palabra de Dios, para que ni por exceso ni por defecto se convierta en palabra de hombre. Tiene que ser una conversión a lo que Dios quiere, a lo que Dios dice. Esa Palabra de Dios tiene una misión religiosa, dijo el Concilio, pero por eso también una misión humana y, por ser religiosa, busca hacia Dios; pero, por ser humana, busca también de resolver y ayudar a los hombres en sus grandes problemáticas de la tierra. O, como dijo el Papa, es una evangelización que tiene una relación íntima con la promoción, con la liberación. Y es aquí donde toca la conversión de los sacerdotes a una verdadera búsqueda de lo que Dios quiere en esta predicación: Que sea verdadera evangelización de Dios y que sea también la auténtica promoción que Dios quiere en el mundo, porque separarlas sería olvidar el gran precepto del amor: amar al prójimo y preocuparse de sus necesidades, de sus situaciones concretas, ayudarle como el buen samaritano al pobre herido que estaba por el camino. Hermanos, esta palabra es la que ahora ilumina la unidad de los sacerdotes. Es una palabra divina pero humana, porque viene de Dios, tiene también sus raíces humanas y tiene sus aplicaciones en las cosas concretas de la tierra. Desencarnarse y no pensar en las cosas de la tierra no sería Palabra de Dios. Encarnarla demasiado y olvidarse que es de Dios tampoco sería Palabra de Dios. Esta alimentación de la palabra divina cunde y culmina cuando se encuentra, dice Pablo VI, en el gran signo del encuentro con Dios que es la Iglesia y en los signos sacramentales; o sea que el sacerdote está hecho para repartir unos sacramentos que son frutos de una conciencia convertida a Dios y un lugar de encuentro con el Señor. SIGNO DE LA PRESENCIA DE CRISTOY después de alimentarnos con la Eucaristía, renovando el sacrificio de la redención, y con los demás sacramentos que van a ser simbolizados en las ánforas de los santos aceites que vamos a bendecir y consagrar hoy, el sacerdote está sirviendo a Dios y sabe que su vida en ninguna otra cosa la puede emplear mejor que en ser el signo de la presencia del amor redentor de nuestro Señor Jesucristo. Por eso, es día grande para nosotros los sacerdotes, es nuestra mañana sacerdotal; así como en la tarde será la inauguración de la Eucaristía por Cristo, pero confiada a este grupo de sacerdotes. Hoy celebramos la idea grandiosa de Cristo de encontrar un grupo de hombres que no sólo anuncien con la palabra su redención, sino que la realicen por la santa misa que celebran, por los sacramentos que administran, por la gracia que van llevando a los corazones. Queridos hermanos, ante esta triple obra del Espíritu Santo, ya sabemos lo que significa nuestra misa crismal, y ya sabemos lo que significa la obra de Cristo muerto en la cruz; y su resurrección es la venida del Espíritu, porque la venida del Espíritu Santo no fue en Pentecostés, fue en la Pascua, fue cuando Cristo insufló sobre los apóstoles a la misma noche de la resurrección: "Recibid el Espíritu Santo". Si cincuenta días después celebramos Pentecostés, es como una manifestación pública de esta Iglesia que ya existe silenciosa, ungida por el Espíritu Santo. Celebremos, pues, en la misa crismal, en el símbolo del crisma y del óleo de los enfermos y de los catecúmenos, la unción del Espíritu Santo que ha bajado de la vida de Dios para darnos un pontífice eterno, Cristo Jesús, y junto a Cristo unos pontífices temporales que servimos al pueblo para conducirlo a Dios y para celebrar, queridos hermanos, como pueblo consagrado por el bautismo, una misa de acción de gracias al Señor, al Espíritu Santo, que ha querido ungirnos como pueblo sacerdotal, como pueblo de profetas y como pueblo de reyes. Así sea. Queridos hermanos:
Atentado contra la Y.S.A.X. Gracias a Dios puedo decir también: estimados radio-oyentes, porque esperamos que la bomba que quiso silenciar nuestra radio no lo ha logrado todavía y estamos haciendo llegar la voz de la Iglesia a través de esa emisora que quiere estar precisamente al servicio de la palabra de Dios... Mensaje de solidaridad Les agradezco esta manifestación de solidaridad a la que quiero unir varios mensajes que han llegado; por ejemplo, por no alargarme más, el de las Hermanas del equipo pastoral de Tepecoyo: "Lamentando pérdida emisora, voz orientadora de la Iglesia, pueblo cristiano nos solidarizamos Arquidiócesis, ofreciéndole ofrenda dominical parroquia unión de oraciones". Así también quiero agradecer varias expresiones de solidaridad de emisoras que han protestado por este gesto brutal de querer callar con la fuerza, la verdad de Dios. Una bella oportunidad para rendir homenaje a la palabra de Dios Y digo que las lecturas nos hacen precisamente el marco para, en esta situación de ultraje al instrumento de la palabra de la Iglesia, rendir homenaje a lo que constituye el alma de nuestros mensajes: la Palabra de Dios. Hoy las lecturas nos presentan el caso de dos homilías La homilía de Esdras y los Levitas en medio del pueblo de Israel al retornar del destierro, leyendo la palabra y explicándola; y, sobre todo, el evangelio donde está la homilía más sublime que se ha pronunciado cuando Cristo, cerrando el libro, dice: "Estas cosas se han cumplido hoy". Esa es la homilía: decir que la palabra de Dios no es lectura de tiempos pasados sino palabra viva, espíritu que hoy se está cumpliendo aquí. De allí el esfuerzo de aplicar el mensaje eterno de Dios a las circunstancias concretas del pueblo. Es pues, una bella oportunidad para hacer hoy un comentario sobre lo que es la homilía ya que, gracias a Dios, a través de esa palabra estamos haciendo una catequesis y tratando de ser lo que debe ser la homilía: la explicación sencilla de la palabra eterna y la aplicación concreta de esa palabra que es luz, es fuerza, ilumina, consuela, orienta. Concilio Vaticano II: Papel de la homilía El concilio Vaticano II, que ha impulsado la renovación actual de la Iglesia, nos dice cual es el papel de la homilía: "Se recomienda encarecidamente, como parte de la misma liturgia- como parte de la misma liturgia es parte de la misa-, la homilía, en la cual se exponen durante el ciclo del año litúrgico, a partir de los textos sagrados, los misterios de la fe y las normas de la vida cristiana. Más aún, en las misas que se celebren los domingos y fiestas de precepto con asistencia del pueblo, nunca se omita, si no es por causa grave". (S.C. 52) Aquí se nos dice, pues, como tiene que ser, a partir de la palabra de Dios. El tema no lo inventa el que predica, sino, la palabra de Dios lo impone: habla de ésto, di ésto a mi pueblo. El predicador lo que hace es aplicar esa palabra esa palabra al pueblo, a la asamblea que se ha reunido con el fin de que se iluminen sus realidades; y sobre todo ésto: de que el pueblo celebre esa palabra en el sacramento de la Eucaristía. Toda la Biblia y toda la predicación, es en torno del gran misterio salvador de Cristo que culminó en su muerte y su resurrección. La homilía actualiza a Cristo En la misa, donde Cristo nos dejó el memorial de su muerte y su resurrección, la lectura de cualquier parte de la Biblia se centra en ese misterio. De allí, que el predicador tiene que, al mismo tiempo que ilumina las realidades, los caminos del pueblo, orientar como en la homilía de Esdras para que al terminar diga: "amén, amén, alabemos y demos gloria al Señor!" y nos unamos en el Santo Sacrificio de la Misa. La homilía entabla un dialogo con dios e ilumina las realidades La homilía es un discurso de carácter sagrado, litúrgico, que lleva el corazón del hombre, del oyente, a la fe en Dios, a la alabanza de Dios, a la celebración de la redención que se hace presente en el sacrificio eucarístico: predicamos y celebramos. Por eso, la misa no queda completa si sólo venimos a oír y no nos quedamos a la parte eucarística. Lo principal no es la predicación, esto no es más que el camino; lo principal es el momento en que adoramos a Cristo y nuestra fe se entrega a él, iluminados con esa palabra, y desde allí vamos a salir al mundo a realizar esa palabra. Se oye la palabra, se acomoda a la realidad, se celebra y se alimenta en la vida de Cristo y lleva el compromiso del hombre a su deber, a su hogar, a sus servicios en el mundo para que sea verdaderamente vida según Dios. Año litúrgico despliega el misterio de Cristo La homilía actualiza la presencia de Cristo; y, por eso, en el trayecto del año litúrgico la Iglesia ha organizado tan maravillosamente la celebración de este misterio en el que ahora estamos ya: en el Tiempo Ordinario. Se llama Tiempo Ordinario al tiempo en que no hay celebraciones de carácter especial. Tiempos fuertes Son tres los momentos especiales del año litúrgico: el que acabamos de terminar, Tiempo de Navidad; el que vamos a comenzar dentro de pocos días, Tiempo de Cuaresma; y el que sigue a la Cuaresma, el Tiempo de la Pascua, la Resurrección del Señor, que se celebra durante 50 días. Tiempo ordinario Aparte de estos tres momentos fuertes, todo lo demás se llama Tiempo Ordinario. Termina el ciclo de Navidad, y mientras no comienza la Cuaresma se ponen las semanas y domingos del Tiempo Ordinario. Cuando termina la Pascua con la fiesta de Pentecostés hasta comenzar nuevamente la preparación de Navidad, continúa el Tiempo Ordinario. En el Tiempo Ordinario no hay un misterio especial, es el misterio en conjunto de Cristo el que celebramos. Y, por eso, cada año se toman evangelios distintos. Hoy que la Iglesia ha acomodado una más abundante lectura de la Biblia, este año le toca al evangelio de San Lucas, el tercer evangelio. Y precisamente de allí, de esa lectura que se ha hecho, del prólogo; el principio de San Lucas y el principio del ministerio de Cristo, voy a tomar el tema de esta homilía que nos dá a conocer más el espíritu de este evangelio que ojalá, queridos hermanos, fuera el evangelio del año para todos. No sólo cuando venimos a misa sino allá en nuestras casas leamos, pero con profundidad, el tercer evangelio que es el de este año. Titularía yo así, pues, para que le demos una síntesis al pensamiento: LA HOMILIA, ACTUALIZACION VIVIENTE DE LA PALABRA DE DIOS La homilía, actualización, es decir, que hace presente, actual, como si estuviera sucediendo ahora, con toda su fuerza viva, la palabra de Dios aquí entre nosotros; es realidad de Cristo que vive a través de su palabra. Y la voy a exponer esta idea en estos tres puntos. 1º. Jesús es la Homilía viviente de la revelación del Padre: La misma persona de Cristo es como una homilía perenne de la revelación de padre, la voluntad eterna de Dios se hace humana, se envuelve de carne de hombre y vive aquí, en Cristo, aún cuando no habla, está hablando, es la perenne homilía de Dios. 2º. La Iglesia es la prolongación siempre actual y operante de la Homilía de Jesús: Jesús está predicando mediante su Iglesia. La Iglesia es la prolongación de la homilía que Cristo inició allá en Nazaret: "El espíritu del Señor sobre mí", lo puede seguir diciendo la Iglesia y en cada momento como yo lo puedo decir ahora en este domingo 27 de enero de 1980, aquí en la Basílica, a las 8 de la mañana: "esto se cumple hoy aquí". Aquí está presente la palabra de Dios, la Iglesia son ustedes, soy yo, somos la continuación de la homilía viva que es Cristo Nuestro Señor). 3º. Los efectos mesiánicos y salvíficos en los hombres de la Homilía de Cristo: Unos la aceptan y son felices, otros la rechazan y se obstinan en su maldad) 1. JESUS ES LA HOMILIA VIVIENTE DE LA REVELACION DEL PADREa) La Homilía más sublime El Episodio Digamos ante todo que Jesús es la homilía viviente de la revelación de Dios. El episodio es emocionante, lo ha leído el evangelio, fijémonos bien. Cristo, llegando a la sinagoga de Nazaret, su pueblo, tomando un asiento en el estrado donde están los maestros de Israel y según la costumbre- que ahora se repite cuando llamamos a alguno del pueblo que venga a leer la lectura de Dios y si tiene que explicar algo explique- invitan a Jesús. Expectativa de toda la sinagoga Y tomando el rollo- no eran libros como los modernos sino rollos de pergaminos- escoge o hace que el sacristán le escoja un pasaje que él va a comentar, el de Isaías. Lo lee el mismo Cristo. ¡Qué honor para Isaías leído por Jesucristo, y honor más grande, todavía, cuando enrollando el pergamino- es una expresión muy significativa la que dice el evangelio hoy-: "Y enrollando el libro lo devolvió al que le ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él". Es una expresión que dice más de lo que es un momento histórico. Ustedes saben que en el evangelio hay que buscar profundidades teológicas que el autor del evangelio quiere decir en una frase inspirada en un momento histórico. "Toda la sinagoga tenía los ojos puestos en él", es como un decir: todo el mundo sólo espera de Cristo la palabra que puede salvar. El va a decir la verdad que el mundo necesita, todos tenemos esa ansia; lo estamos viendo, estamos esperando que diga él la palabra que nos manda decir el Señor. Y el comentario de Cristo, bien sencillo pero bien profundo nos dice: "Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír". ¿Qué es lo que acabáis de oír? Pues que el espíritu del Señor está sobre mí y que me ha enviado con la fuerza del Espíritu, como dice el evangelio a continuación: "Yendo a su ciudad con la fuerza del Espíritu". b) Cristo culmina la Revelación Cristo se presenta aquí como la revelación del Padre, el complemento de toda la revelación. Cristo nos lo presenta el Concilio, en el Documento sobre la Revelación, como el que culmina la revelación. Les leo esto porque estas palabras insustituibles vale saborearlas y sentir el honor y la dicha de haber conocido a Jesucristo. Dice: "El Padre envió a su Hijo, la Palabra eterna, que alumbra todo hombre, para que habitara entre los hombres y les contara la intimidad de Dios. Jesucristo, Palabra hecha carne, "Hombre enviado a los hombres", habla las palabras de Dios y realiza la obra de la salvación que el Padre le encargó. Quien ve a Jesucristo; pues él, con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelación y la confirma con testimonio divino". (DV,4). c) Por el espíritu es fuerza de Dios Conocer a Cristo es conocer a Dios. Cristo es la homilía que nos está explicando continuamente que Dios es amor, que Dios es fuerza, que está sobre él; el Espíritu del Señor, que él es la palabra divina, es la presencia de Dios entre los hombres. El Evangelio no es biografía Entonces Jesucristo y el evangelio no son dos cosas distintas. El evangelio no es una biografía de Cristo. Para San Pablo, el evangelio es la fuerza viviente de Dios. Leer el evangelio no es como leer un libro cualquiera, hay que llenarse de fe y hacer que se destaque vivo Jesucristo, revelación del Padre. Sentir, aunque sea en el silencio, sin que nadie hable, en la fe profunda del corazón, que Cristo es homilía de Dios que me está predicando y que estoy tratando de llenarme de esa fuerza divina que ha venido en Cristo Jesús. Por el Espíritu- tengamos en cuenta una maravillosa teología del evangelio de San Lucas- se le llama el evangelio de la oración y del Espíritu Santo, porque es el evangelio que más destaca a Cristo en oración, en comunión con el Padre; y es el que continuamente está diciendo que Cristo era llevado por el espíritu. Por eso, cuando Lucas, el mismo autor del tercer evangelio, escribe también los hechos de los Apóstoles aparece que aquel mismo Espíritu que animó a Cristo en la redención, es el mismo Espíritu que Cristo trasfundió a esta Iglesia que continúa en los viajes de San Pablo, en las cárceles de Pedro, en la oración de las comunidades cristianas. Cristo sigue viviente gracias al Espíritu. "El Espíritu sobre mí, ésto se cumple hoy, comienza la era del cristianismo, aquí comienza una fase de historia que es ya la plenitud de los tiempos". El Espíritu Dios, se ha hecho espíritu también del hombre que lo quiera recibir. 2. LA IGLESIA ES LA PROLONGACION SIEMPRE ACTUAL Y OPERANTE DE LA HOMILIA DE JESUS a) La verdad de la Iglesia se funda en la verdad de los hechos del Evangelio En primer lugar, la verdad de la Iglesia depende de la verdad de Cristo. "Seríamos -dice San Pablo- unos grandes ilusos, unos grandes mentirosos si estuviéramos predicando a Cristo y Cristo no fuera lo que nosotros decimos". - Prólogo de san Lucas siguiendo las tradiciones transmitidas Por eso, en el prólogo de San Lucas, que hemos leído hoy, se destaca precisamente esa idea. ¿Qué quiso hacer Lucas cuando escribió el evangelio? Relatar los hechos: "siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares... Yo, por eso, quiero también comprobarlo todo desde el principio escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido". En estas horas en que todo parece relativo, en que todo es confusión, en que nada es verdad, ¡qué sólida suena esta palabra del evangelio! El evangelio le da una consistencia eterna a la Iglesia. Por eso hemos repetido: "la Iglesia no vive de coyunturas, la Iglesia vive de la eterna realidad que se realizó, y que los testigos oculares presenciaron y que los hombres transmitieron en tradiciones vivas, iluminados por la presencia del Espíritu. Relato de los hechos que se han verificado entre nosotros ¿Cuáles fueron esos hechos? Son los que va a comenzar a contar. A partir de aquella entrada a la sinagoga, Cristo inicia una predicación, y consuma una redención y resucita, y todo eso que constituye el "kerigma", el anuncio del Reino de Dios, de la venida de Cristo a salvar a los hombres, es precisamente esa realidad que se llama Iglesia, nace de la verdad de los hechos. Aún históricamente, aún prescindiendo de la inspiración divina, no hay libro tan científicamente comprobado en su autenticidad y veraz en lo que dice, como el evangelio. Veinte siglos en que lo han criticado no sólo amigos sino enemigos para deshacer lo que dice, no han logrado más que darle más brillo a estas palabras de San Lucas. Testimonio de quienes fueron testigos oculares Las realidades que presenciaron los testigos oculares y que nos transmitieron a nosotros, hechos que comprueban la verdad, la solidez de las cosas que tú crees. Hermanos, no dudemos nunca de la verdad del Evangelio, es peligroso confundirla con tantas promesas falsas de los hombres y creer que el evangelio también nos dejará frustrados y desilucionados. Pero, de verdad, es una palabra muy distinta, por eso les decía que este día que vuelve al aire la Y.S.A.X., puede decir con honor que a través de sus antenas, que han querido deshacer las fuerzas de los hombres, va una palabra que no la puede detener nadie, que vive en la Iglesia, que es realidad sólida en la fe de todo un pueblo, que nadie puede acabar esta palabra... b) La comunidad se hace homilía de Jesús Pero así como la Iglesia nace del evangelio, en el prólogo de San Lucas aparece otro aspecto precioso: la Iglesia se convierte en mensajera del Evangelio. Se evangeliza para evangelizar. Por eso, San Lucas nos dice que él está recogiendo los testimonios. San Lucas no fue un apóstol, ni siquiera conoció a Cristo, pero fue discípulo de Pablo y estuvo en Roma, y escuchaba a los apóstoles, y escuchaba a las comunidades. Y esto es bello: saber que los evangelios los hicieron las comunidades. Los evangelios que hoy leemos: de San Mateo, de San Marcos, de San Lucas, de San Juan, son la homilía de las comunidades. Los predicadores de la palabra Un testigo platicaba con un grupo lo que había visto y daba fe, hasta la sangre, de que era verdad lo que contaba. Y aquella gente creía porque el Espíritu de Dios lo iluminaba también, se evangelizaba. Y teníamos, entonces, una comunidad que había recibido la fe y que se sentía impulsada a llevar la fe gracias al mismo Espíritu que la iluminaba. Estilo de Lucas Lucas, precisamente, no es más que un eslabón en esa cadena de la tradición. Lucas no conoció a Cristo, ni vio personalmente los hechos que él cuenta; "... pero -como dice- convencido de la realidad, de la solidez de estas cosas, sé que la comunidad en la que vivo se alimenta de esta fe"; y no puede dudarse de ella. Y en comentarios con las comunidades escribían los evangelistas los preciosos evangelios que han llegado hasta nosotros. Por eso tienen características muy distintas a pesar de contar la misma vida de Cristo; son homilías, reflexiones hechas en contextos históricos reales distintos. Lucas escribió para paganos, Mateo escribió para judíos, Marcos escribió para romanos. Lucas, escribiendo para paganos, no se preocupa tanto de las fórmulas judías pero si se preocupa de motivos que pueden conmover a cualquier hombre. Características doctrinales Y por eso, las características doctrinales del evangelio de San Lucas ponen un paralelo entre la actividad de Jesús y el ministerio de la Iglesia. Presentan a Jesús no como la realización de unas profecías judías, sino como un profeta nuevo que va a ver cumplirse lo que él dice en la posteridad de su Iglesia. Lucas presenta a Cristo como el profeta que lanza al mundo un Reino que no tendrá fin y los años se van encargando de confirmar a este profeta y fundador de la Iglesia. También destaca San Lucas la actuación de Cristo entre los gentiles, entre los pobres, entre los marginados. Esto conmueve más a un pueblo que no ha hecho de esa religión, un privilegio; sino que hace de su conocimiento nuevo de un Cristo, la comprensión para aquel mundo tan despreciado de los esclavos, de los marginados. Se le llama Evangelio de la misericordia El evangelio de San Lucas ha tomado nombres preciosísimos; por ejemplo, se le llama el evangelio de la misericordia y de los grandes perdones. En ningún evangelio se cuenta la parábola del Hijo Pródigo, el pecador arrepentido. El evangelio de Lucas es el que expresa mejor la ternura del corazón de Cristo cuando se le acercan los pecadores y los perdona. Se le llama el Evangelio de los pobres El relato de Belén es pintoresco porque en torno del Cristo que nace, son los pobrecitos, los pastores; los que no tienen porvenir según el mundo, los que le hacen el cortejo al Rey que ha nacido. De allí nace esa opción preferencial por los pobres. Se le llama el Evangelio de la renuncia absoluta Lucas escribiendo para los idólatras del honor y de las riquezas de la tierra, les dice que lo dejen todo por el Reino de Dios. Nadie es tan absoluto en esta renuncia de las cosas para hacer pobres de verdad, como el evangelio de los pobres. Se le llama también -ya les explicaba- el Evangelio de la oración y del Espíritu Santo Porque es el evangelio que presenta mejor la trascendencia de este mensaje evangélico y nos eleva hacia Dios y de Dios hace derivar en la oración los momentos solemnes en que Cristo escoge los apóstoles, se transfigura y va a lanzar la Iglesia por el mundo, fruto de la oración y del espíritu. Y se llama también al evangelio de san Lucas, el Evangelio del gozo mesiánico Si quieren un mensaje de alegría y de optimismo, lean a San Lucas. Lean con qué alegría se cuenta la gran noticia, la buena noticia de que Dios ha venido y que los pecadores, los marginados, los que necesitan buenas noticias, la tienen allí en el evangelio y que por eso se llama la buena noticia. La Iglesia, pues, se hace comunidad que trasmite a Cristo, que sigue la homilía de Cristo en el estilo de cada uno. Esto es maravilloso, también, cada comunidad, cada predicador, cada catequista, cada congregación religiosa, cada fisonomía de la Iglesia tiene su propio carisma, su propio modo de ser, pero entre todos contamos la maravilla de que Cristo vive a través de su espíritu, en nosotros. Es el espíritu el que construye el cuerpo de cristo con todos los que le siguen Aquí quisiera yo que leyéramos de nuevo o simplemente recordáramos la segunda lectura de hoy donde San Pablo, maestro de Lucas, se refiere precisamente a la constitución de esta Iglesia como un cuerpo en que todos somos miembros unos de otros. Cristo es la cabeza y el Espíritu que anima esa cabeza anima también como una misma vida de la cabeza y del cuerpo a todos los miembros que constituimos la Iglesia. Y por eso, vuelvo a decirles, hermanos, lo que una vez les dije, precisamente ante el temor de quedarnos un día sin radio: El mejor micrófono de Dios es Cristo, y el mejor micrófono de Cristo es la Iglesia, y la Iglesia son todos ustedes. Cada uno de ustedes… desde su propio puesto, desde su propia vocación: la religiosa, el casado, el obispo, el sacerdote, el estudiante, el universitario, el jornalero, el obrero, la señora de mercado, cada uno en su puesto viva intensamente la fe y siéntase en su ambiente "verdadero micrófono de Dios Nuestro Señor". Así la Iglesia tendrá siempre una predicación, será siempre homilía aún cuando no tengamos la feliz oportunidad que yo siento cada domingo: de entrar en comunión con tantas comunidades que durante esta semana me han manifestado el deseo de volver a oír esta emisora que casi se ha hecho pan de nuestro pueblo. Pero el día en que las fuerzas del mal nos dejarán sin esta maravilla de que ellos disponen en abundancia, y a la Iglesia se la regatean hasta lo último, sepamos que nada malo nos han hecho, al contrario, seremos entonces más "vivientes micrófonos" del Señor y pronunciaremos por todas partes su palabra... 3. LOS EFECTOS MESIANICOS Y SALVIFICOS EN LOS HOMBRES DE LA HOMILIA DE CRISTOQuiero decir por último en mi reflexión homilética, o sea de homilía, los efectos mesiánicos y salvíficos de la homilía. Mesiánicos, es decir, todos los bienes que Cristo trajo. Salvíficos, fuerza de liberación como ninguna la palabra del evangelio. a) El Evangelio es la predicación de Jesús, y se presenta en el evangelio de san Lucas como una misión de gracia, como una oferta de salvación ¿Cuál fue el texto que Cristo escogió en la abundancia del Viejo Testamento para presentarse en los tiempos mesiánicos? Lucas no sólo quiere contarnos el episodio de Cristo un sábado en la sinagoga de Nazaret. Lucas, al poner este episodio junto a su prólogo del evangelio, nos está queriendo decir: "Se anunciará en el mundo entero quien es Cristo, cuál es su obra, qué viene a decir". Y por eso escoge y cuenta con halago- Lucas- el pasaje que Cristo leyó donde están todas las maravillas de la liberación: "El espíritu sobre mí. Porque él me ha ungido! ¡Me ha ungido! Cristo es el Ungido, eso quiere decir Cristo; Cristo o Mesías. Mesías es plabra hebrea que significa lo mismo que Cristo en griego, y en español ungido. Es el Ungido es el que es como asumido, como empapado del Espíritu Santo. Él es la plenitud del Espíritu de Dios, el Ungido". ¡Me ha ungido, me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres! Esta es la misión de Cristo, llevar la buena noticia a los pobres, a los que sólo reciben malas noticias, a los que no sienten más que el atropello de los poderosos, a los que ven pasar por encima de ellos, las riquezas que hacen felices a otros. Para éstos viene el Señor, para hacerlos felices y decirles: no ambicionen, siéntanse dichosos y ricos con el gran don que les trae el que siendo rico se hizo pobre para estar con ustedes y saber que la mejor felicidad es compartir la alegría que Dios siente, con sus pobres. Me ha enviado para anunciar a los cautivos la libertad; a los ciegos, la vista; libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor Era el año sabático que todos esperaban con anhelo, porque ese año tenían que devolvérseles todas las cosas que se les habían quitado, y ese año también se cancelaban las deudas y comenzaba como una sociedad nueva. La hora que esperamos en El Salvador, no en gracia de un año sabático, sino en la fuerza de una reestructuración que el pueblo anhela y que va a lograr con el Cristo que ha venido precisamente a anunciar las nuevas sociedades, la buena nueva, los nuevos tiempos... Por eso no me canso de decir a todos los hombres, sobre todo a los jóvenes que anhelan la liberación de su pueblo, que admiro su sensibilidad social y política pero que me dá lástima que la gasten por caminos que no son los verdaderos; que la Iglesia les está diciendo: por este camino, por el de Cristo. Pongan todo su empeño, toda su entrega, todo su sacrificio, hasta el afán de morir, pero muriendo por la causa de la liberación verdadera que la ha garantizado aquel que está empapado del Espíritu de Dios y que no nos puede dar caminos de engaño, el que puede asumir todas las preocupaciones liberadoras, reivindicativas del pueblo, que son gritos que claman hasta Dios y que Dios tiene que escucharlos. Ojalá todos escucháramos también, que el gran líder de nuestra liberación es este Ungido del Señor que viene a anunciar la buena nueva a los pobres, a dar la libertad a los cautivos, a dar noticia de los desaparecidos, a dar alegría a tantos hogares en luto, a que la sociedad sea nueva como en los años sabáticos de Israel. b) La homilía debe llevar al culto adoración a Dios Otro efecto de la homilía es: despertar la adoración de Dios. Aquí me gusta escuchar la primera lectura, y el marco histórico es conmovedor. Nehemías y Esdras son dos nombres de judíos que regresaron del destierro de Babilonia. Y cuando regresaban, las diversas caravanas se encontraban con una Jerusalén destruida. Había desilusión pero trabajaron la reconstrucción. Siempre ha sido el esfuerzo de los hombres no dejarse dominar por el pesimismo; reconstruir, no destruir. Y reconstruyendo estos hombres, ya terminando su obra, convocan a todo el pueblo que va recuperando su espíritu patriótico. Y es allí cuando se celebra esta solemne asamblea. Todo el pueblo estaba escuchando a Esdras que, subido en una tarima como en nuestro ambón, leía el Pentateuco, lo escrito por Moisés, que Dios le mandaba a decir a su pueblo. Y les explicaba en forma de sencillas catequesis, qué quiere Dios en ésto, qué quiere decir aquí. La homilía al pueblo, la sencillez de la palabra, sin pretensiones retóricas ni oratorias, simplemente el amor al pueblo para que entienda a Dios y entre en contacto con Dios. Esto es lo que pretendemos: que yo no sea un estorbo entre el diálogo de ustedes con Dios, sino que en cada corazón despierte la gratitud, el amor, la admiración, el arrepentimiento, el volverse a Dios. Para que una vez terminada la homilía, pudiéramos ver al pueblo, que alzando las manos, poniéndose de pie, respondiendo: "¡Amén!, ¡amén!, y se inclinó y se postró rostro a tierra ante el Señor". Nosotros, terminada la homilía, nos ponemos en oración también y celebramos la eucaristía. Y hoy, cada vez que se celebra un sacramento, se lee la Biblia y se hace una homilía. ¡Hoy es tan solemne la vida sacramental de la Iglesia¡ Para hacer un bautismo interesa que se preparen antes; y después vienen, se lee un pasaje del evangelio, el sacerdote explica. Y sólo cuando ya se ha despertado la fe, se lleva al niño a la pila bautismal para que comprendan los grandes qué es lo que va a pasar. Lo mismo en el matrimonio, que es un rito sacramental, también se lee la palabra de Dios, para los que se van a amar para siempre se sientan inclinados a esperar de Dios la fidelidad en ese amor. Todo es, pues, acercar a Dios. Yo no pretendo otra cosa, queridos hermanos, y me alegra mucho cuando hay gente sencilla que encuentra en mis palabras precisamente un vehículo para acercarse a Dios, o de un pecador que se ha convertido a Dios. Este es el efecto de la verdadera predicación eclesiástica: la Iglesia, homilía de Cristo, continuando el mensaje de Cristo. Alegría y fiesta en el corazón Y produce otra cosa la homilía, que lo cuenta también el libro de Nehemías cuando dice: "Y añadieron los sacerdotes: Andad, hoy es un día consagrado a nuestro Dios. No hagáis duelos ni lloréis- porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la ley-. Y añadieron: Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene preparado, pues es un día consagrado a nuestro Dios". Diríamos que es el espíritu del domingo, el día del Señor, día de alegría, pero de una alegría no egoísta, de alegría que comparte con aquellos que no tienen. Lo que tenemos, compartidlo para sentirnos más felices. ¡Qué hermoso será el día en que una sociedad nueva, en vez de almacenar y guardar egoísticamente, se reparta, se comparta y se divida, y se alegren todos porque todos nos sentimos hijos del mismos Dios! ¿Qué otra cosa quiere la palabra de Dios en este ambiente salvadoreño si no la conversión de todos para que nos sintamos hermanos? El evangelio también nos hace ver otro efecto de la homilía uno feliz y otro amargo. El feliz es el que cuenta el pasaje que se ha leído hoy, cuando después nos dice que la gente lo admiraba y se sentía feliz junto a Cristo, porque habían recibido de él la gran revelación. Denuncia de poca fe Pero inmediatamente que Cristo comenzó a explicar en su homilía la denuncia de su pueblo, Nazaret donde él no podía hacer milagros a pesar de tanto que amaba a su pueblo, porque era un pueblo incrédulo, un pueblo que lo confundía con un simple hijo de María, hijo de un hombre. Cristo les dice: "También en otros tiempos hubo profetas en Israel pero no fueron enviados a los israelitas sino que los extranjeros vinieron y aprovecharon el mensaje". Se sintieron aludidos de que les estaba denunciando la incredulidad, su falsa piedad. La sinagoga, formalística en su religión, no tolera que le digan que está malo el culto que está haciendo y lo que hicieron fue sacar a empellones al pobre Cristo, llevarlo a la altura que está a la orilla de Nazaret y de allí lo querían despeñar. Pero él, usando su potestad de Dios, pasando por en medio de ellos -todavía no había llegado su hora-, se salva. ¡La suerte de los profetas! Siempre tendrán que decir cosas buenas, y por la felicidad del pueblo señalarles también sus pecados para que se conviertan. Los que son humildes, le atienden y se salvan. Pero los que no, se obstinan y se pierden. HECHOS DE LA SEMANA Tenemos su fuente, pues, Jesús homilía de Dios. La Iglesia, homilía de Cristo; y los hombres, recibiendo con amor o con rechazo. Es la hora de ver si nuestra Iglesia de la Arquidiócesis, si nuestras comunidades y nuestro trabajo eclesial, es verdaderamente como un micrófono de Dios ¿tratamos de empaparnos del pensamiento de Cristo? Los acontecimientos eclesiales de esta semana quizás son tan ricos, como los acontecimientos trágicos de la vida civil. Miren como va la Iglesia, haciéndose fuerte en su vida, porque las circunstancias la necesitan fuerte. Yo les quiero suplicar, queridos hermanos presentes en esta homilía, y los que a través de la radio la han de escuchar, que si son de verdad cristianos, nos comprometamos a hacer de nuestra Iglesia, la Iglesia fuerte que relaciona su vida con la vida de Dios. Y desde allí ilumina, habla al ambiente, y es verdadero pueblo de salvación. EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS¡Qué hermosa fue la celebración del domingo pasado, allá en San Francisco de Mejicanos! ¡Para celebrar un año de la muerte del P. Octavio Ortiz y los cuatro jovencitos que con él murieron trágicamente en "El despertar" de San Antonio Abad! ¡Qué participación más viva de comunidades venidas de tantas partes! Se me ocurrió compararla con un sermón de la montaña, ya que no cabía la gente adentro de la Iglesia y tuvimos que hacerlo bajo una arboleda muy significativa. En Apulo, dos bellas experiencias eclesiales. Una academia de vocaciones adultas, muchachos que ya pensaban que no era para ellos el sacerdocio porque se pasaba su tiempo de estudio, y se les está dando la oportunidad de equilibrar sus capacidades para poner sobre ella la formación sacerdotal. Un día, primero Dios, ese grupo, serán sacerdotes bien convencidos porque han amado su vocación a pesar de todo. También, allí, surgía esa misma tarde que estuve con ellos entre las comunidades de la parroquia de Ilopango, una comunidad de señoritas con votos religiosos y viviendo en el mundo. Son inspiraciones del Espíritu Santo. De veras que San Lucas dice: "el Espíritu que animó a Cristo, sigue animando a su Iglesia". Las comunidades de Ilopango son Iglesia como cualquier comunidad. Dichosas si todas se dejan invadir del espíritu del Señor. El Senado Presbiteral, que es el grupo de sacerdotes elegidos por el mismo presbiterio para asesorar al obispo, ha estado en gran actividad esta semana. Quiero agradecerles públicamente las muchas luces, y sugerencias, y opiniones con que han enriquecido mi criterio pastoral. En la vida religiosa hemos saludado a la Superiora General de las Religiosas Pasionistas y a la Madre Provincial de las Carmelitas Misioneras Españolas. Precisamente, esta Congregación de Carmelitas Misioneras va a hacer este día una profesión de religiosas ya brotadas en nuestra tierra, las primeras Carmelitas Misioneras de El Salvador. Las religiosas Carmelitas de Santa Teresa, también han elegido a su nueva Superiora General y les auguramos nuevos éxitos en su trabajo religioso y eclesial. Se celebró esta semana, con bastantes dificultades pero con constancia de parte de un grupo muy conspicuo, la semana de la unidad. En que católicos y protestantes, recorriendo diversos templos de ambas confesiones, han orado para que el ideal de Cristo se cumpla: que todos los cristianos seamos una sola cosa. Y se acerca, en esta semana, el día de la Virgen de Candelaria. Desde ahora quiero avanzar una felicitación a la parroquia de Candelaria, y a la parroquia de Candelaria de Cuscatlán, y a todos aquellos pueblos, que son muchos, los que celebran como patrona a la Virgen de Candelaria. Quiero recordar aquí como testimonio de Iglesia, las muestras de solidaridad que se han recibido, abundantes. Pero precisamente para honrar a la comunidad del Plan del Pino, donde ya van a tener hoy la ceremonia tan bonita de la congregación que preside aquella pastoral las Hermanas Carmelitas españolas, les leo la carta que me trajo la superiora Provincial de parte de la Hna. Rosa Vaquerano, a la que tanto quieren en esa comunidad. "Se de los problemas que siguen y de sus desvelos como siempre, y con estas Hermanas le envió mi cariñosa oración y sacrificios por ese país al que tanto amo y debo. Dios nos ama, no hay que dudarlo y espera algo de todo ésto, algo grande. A mí no me cabe que tanto dolor y sangre no germinen un día en una buena cosecha. Son tiempos duros, Dios quiera le entendamos también aquí, donde tan de pasada vemos e interpretamos los signos de los tiempos. Sigo como siempre creyendo en la Iglesia de la Arquidiócesis, y tendré siempre en mi vida como un estímulo, su ejemplo y su vivencia. Que las fuerzas del mal, recapaciten y aclaren al fin, qué pretenden? Y vuelvan, por fin al camino de la concordia y del amor desinteresado. Aquí en mi nuevo destino hablaré de lo que aprendí y con los que trabajé. Pediré al Señor por la paz tan deseada". Este es un saludo, pues, para las comunidades del Plan del Pino. EN LA IGLESIA UNIVERSAL Recogiendo para nuestra Iglesia, el magisterio universal del Papa, hay pensamientos que vienen a consolarnos y a iluminarnos como verdadera homilía de Dios que siguen siendo la Iglesia. Cuando el Papa habla de que hay que orar por la unidad de los cristianos, también dijo que la Iglesia y el Papa, principalmente, tienen que ser mediador donde quiera pueda ser necesario para calmar las tensiones mundiales. "Es nuestra misión, sembrar la paz en todas partes". También el Santo Padre aboga por la libertad de los hombres. En varios países está creciendo el terrorismo, la preocupación y el temor van en aumento. "Los que creemos en Jesucristo estamos abocados a ser los arquitectos de reconciliación, pacificación y hermandad entre los hombres". Hermosas palabras, pues, para que este día en que hablamos de la Iglesia "micrófono de Dios", cada uno sea expresión del amor que Dios nos tiene como Padre y que nos quiere a todos como hermanos. Hablando a los diplomáticos, el Papa se refirió a las dificultades del hambre en el mundo. "El año pasado pude visitar la sede de la FAO para compartir con los responsables de esta organización internacional, la preocupación por la urgencia que existe de aumentar y repartir más equitativamente los productos alimenticios. Pero los generosos planes que deberían atenuar la penuria presente y futura, se hallan comprometidos por cantidad de obstáculos que dependen menos de las posibilidades de la naturaleza que de la carencia de los propios hombres". ¡Qué triste esta constatación! Hay hambre no porque la tierra no dé, sino porque los hombres acaparan lo que la tierra dá y dejan a otros con hambre. "Es necesario que todos comprendamos que Dios ha creado para todos los hombres, y que la fraternidad es necesaria cuanto más se agudiza el egoísmo. De su despreocupación por este problema, de su falta de solidaridad, del mal empleo de sus recursos, esto es lo que debería movilizar a los hombres y hacer converger los esfuerzos de todos. Pero en lugar de ésto, ¡cuántos fondos destinados a multiplicar los armamentos y los ingenuos mortales, cuántas incoherencias en los intercambios comerciales- Fíjense en esta frase del Papa como hecha para El Salvador- ¡Cuántas! energías derrochadas en luchas ideológicas, en políticas de prestigio y de poder pero poder ¿para quién?, ¿para qué bien común?" Las generaciones futuras, nos pedirán cuenta de ello. Una lucha por el poder, es evidente en El Salvador, una lucha de prestigios ideológicos; pero ¿se habrá tenido en cuenta que el poder es servicio y no es cumbre de ambiciones? Ojalá que los hombres de la política y de las organizaciones populares tengan muy en cuenta estas preguntas del Papa, de que estamos obligados a buscar el bien para todos, no el prestigio de unos pocos... Muestras de solidaridad Quiero expresar en forma de condolencia, la triste noticia que tanto ha afectado al querido hermano P. Porfirio Martínez y su familia. Asesinaron en San Francisco Chinamequita, a su papá, don Catarino Martínez y a su mamá doña Matea González de Martínez, y a un hermano, y dos sobrinos y un huésped de su casa. Unas masacres, no precisamente hechas por el ejército. Son también criminales, no se puede tolerar. Saludo también de condolencia, extensivo al P. Julio Menjívar, que es pariente de estas dolorosas víctimas. Quiero expresar una condolencia a la hermana del Hospital de la Divina Providencia, Sor Teresa Alas, porque le mataron allá en la región de Arcatao, a sus parientes, Doña Concepción Alas de Mejía, su hijo Gregorio Mejía y los Señores Salvador Mejía, Damián Mejía y otro hermano. Fue en Cantón Yusique cerca del Sumpul. Quiero solidarizarme con el dolor de la familia del Dr. René Quintanilla, de San Miguel, que también pareció víctima de la violencia. La comunidad de Aguilares está de dolor y quiero solidarizarme también con ella. En la noche del 24 al 25 de enero, sorpresivamente sacan de sus propias casas a José María Murillo, Anibal Corado Tejada, Emilio Estrada Alegría y otro muchacho no identificado. En otro cantón, es Santos Rivas Lemus, Antonio Alas Pocasangre, Fidel Américo González, Efraín Ernesto González y finalmente, en otro lugar, a Juan Umaña. Lo triste es que al día siguiente, los nueve capturados por la Guardia, aparecen muertos con torturas horrorosas en un lugar de aquella región. Y cuando los querían enterrar, agentes de seguridad pusieron término a las pobres familias que no les dieron tiempo más que de hacer cuanto antes esa triste operación. Se dice que el origen de todo ésto es la muerte de dos Guardias Nacionales. Si es así, también es otra venganza irracional. Solidaridad con la comunidad de Arcatao, donde sigue el terror, la amenaza, la crueldad. En el diario ustedes pudieron ver la noticia de que apareció el guardia por el cual se levantó allá violencia y como fue, también, bárbaramente asesinado. No es justo que se hagan estas represarias por más culpable que sea un hombre. Así como tampoco es justo tomar unas venganzas tan desproporcionadas como la tormenta que han desatado en Arcatao, los agentes de la Guardia Nacional. Yo quiero agregar a esta nota de Aguilares, mi solidaridad con las religiosas y el sacerdote que fueron la presencia valiente de la Iglesia, ya que acompañaron muy de cerca en el dolor y el sufrimiento a estas pobres familias de aquella comunidad parroquial. De las Vueltas, en cambio, llega una carta de campesinos que ni saben firmar y han puesto todos sus huellas digitales, algunas firmas sí, poco legibles precisamente para quejarse de algunos cantones que se han tenido que ir a refugiar a la población porque organizaciones de FECCAS y UTC les amenazan con matarlos si no se organizan en sus organizaciones. Se me hace también una tiranía querer privar de la libertad a quienes tienen derecho a tomar opciones personales. En el externado San José, continúan muchas familias sin vivienda. El externado les sirve de refugio pero ya llega la hora de abrirlo para clases. Yo quisiera hacer un llamamiento al Sr. Alcalde para que resuelva en forma efectiva y rápida este problema, que beneficiará no sólo a las familias sino también a la población estudiantil de aquel Colegio... La Asociación de Empresarios de Autobuses me suplican expresar sus quejas ante las injusticias de que son objeto y su afán de servicio. Solicitan que se les proporcione la tecnificación de un sistema que verdaderamente sea ayuda para este servicio que ellos prestan al pueblo. Abogan por alternativas como cooperativización o nacionalización, y terminan con algo que me preocupa, dicen que el lunes 21, tuvieron asamblea y resolvieron que de no resolvérseles estas cosas, tendrían que ir a la huelga. Me solidarizo con el Sr. Juan Francisco Cerna Rodas, que me pide que se haga una atracción a las personas que pusieron su nombre entre los que componen la UGB. Para él es una calumnia muy peligrosa y ojalá que a través de esta voz, suene su explicación y aclaración de que no tiene nada que ver con esa organización criminal. Quiero terminar este pliego de solidaridades, con un nuevo llamamiento en favor de los secuestrados, don Jaime Hill Argüello, el Sr. Dunn, ex-Embajador de Sudáfrica; el Sr. Jaime Battle, el Sr. Mc Entee. Ya pasa mucho tiempo y creo que hay que abrirse a las capacidades de negociación, siempre buscando como en todo diálogo, la dignidad del hombre. Esta es la orientación de la Iglesia, los derechos del hombre, ante los cuales no hay que encapricharse con cosas imposibles sino saber subordinar a la dignidad del hombre -sea quien sea porque es hijo de Dios- Cualquiera otra exigencia y estrategia. Juicio pastoral de la masacre del 22 de enero en la vida civil Han sido muchos los actos de violencia en esta semana y todo quiero sintetizarlo en el comentario pastoral con que quiero terminar, acerca de la masacre del 22 de enero. "Una vez más tengo que lamentar el que continúe la represión en contra de un sector del pueblo salvadoreño y se trata de encubrir la verdad de estos hechos sangrientos. Por ello, me vi obligado a nombrar una comisión que investigara como sucedieron estos acontecimientos para poder dar ahora un juicio pastoral sobre ellos. Hechos La conclusión a la que llegó esta comisión después de haber oído testigos presenciales fidedignos y de haber platicado con numerosos corresponsales extranjeros que se encontraban en el lugar de los hechos, es la siguiente: 1.) La manifestación convocada por la Coordinadora Nacional de Organizaciones Populares de Masas, se estaba realizando en una forma pacífica y ordenada... Esta actitud, desde un principio contrastó con la actitud provocadora de la derecha, a la que la misma Junta de Gobierno culpó como causante del desorden. 2.) Antes de que se iniciara la balacera, desde una avioneta se estuvo arrojando veneno contra los manifestantes. Los efectos de esta acción criminal no fueron tan graves porque los participantes de la manifestación pudieron contrarrestarlos y fueron favorecidos por hallarse al aire libre. 3.) También fue provocativa la actitud de algunos Guardias Nacionales que se encontraban en el interior del Palacio Nacional. 4.) Hay una gran convergencia de opiniones en señalar a estos Guardias Nacionales en el Palacio Nacional, como los responsables de la balacera... 5.) Algunos de los manifestantes defendieron a sus compañeros disparando también con armas de fuego... 6.) El saldo fue de 21 muertos y 120 heridos. 7.) Aunque sí hubo posteriormente acciones de repudio por parte de algunos miembros de las Organizaciones Populares (quema de algunos autos, saqueos) la mayoría de ellos, no se dejaron provocar como tal vez hubieran deseado los de la derecha, sino que se refugiaron en templos o edificios cercanos. Y varios miles sin dispersarse se fueron a proteger ordenadamente en el recinto de la Universidad Nacional... 8.) Esto último, provocó el que las Fuerzas Armadas, durante la noche, cercaron la Universidad para, según la versión de la Junta, protegerlos de ataques de la derecha e impedir que desde este centro de estudios enviaran miembros de las organizaciones populares a realizar desórdenes en las zonas residenciales. El cerco militar se mantuvo hasta el miércoles 23 a medio día. Durante este tiempo hubo frecuentes disparos desde afuera y dentro de la Universidad lo que a muchos les causó la impresión de que las Fuerzas Armadas pensaban violar otra vez la autonomía universitaria. 9.) Toda la información radial de estos acontecimientos fue controlada por el Gobierno, quien ordenó se mantuvieran por más de 48 horas las emisoras de radio en cadena nacional, difundiendo sólo la versión oficial. 10.) La Prensa nacional publicó sólo fotografías de los manifestantes que andaban armados, pero no de las actitudes de la derecha y de la Guardia Nacional que los agredieron... Juicio pastoral Sobre estos hechos quiero formular mi juicio de carácter pastoral. Ante estos hechos tan dolorosos y ante los demás hechos trágicos de esta semana manchada de tanta violencia- algunos de los casos los acabo de mencionar -quiero, en primer lugar, dirigirme a todos sin excepción, los familiares de las víctimas y a los que resultaron heridos o golpeados, para comunicarles la palabra de esperanza del evangelio y la solidaridad pastoral y la oración de nuestra Iglesia... Como pastor y como ciudadano salvadoreño, me apena profundamente el que se siga masacrando el sector organizado de nuestro pueblo sólo por el hecho de salir ordenadamente a la calle para pedir justicia y libertad. Estoy seguro que tanta sangre derramada y tanto dolor causado a los familiares de tantas víctimas, no serán en vano... Es sangre y dolor que regará y fecundará nuevas y cada vez más numerosas semillas de salvadoreños que tomarán conciencia de la responsabilidad que tienen de construir una sociedad más justa y humana, y que fructificará en la realización de las reformas estructurales audaces, urgentes, y radicales que necesita nuestra patria... El grito de liberación de este pueblo es un clamor que sube hasta Dios y que ya nada ni nadie lo puede detener... A quienes caen en la lucha- con tal que sea con sincero amor al pueblo y en busca de una verdadera liberación- debemos considerarlos siempre presentes entre nosotros. No sólo porque se mantienen en el recuerdo de quienes continúan sus luchas, sino también porque la trascendencia de nuestra fe nos enseña que con la destrucción del cuerpo no termina la vida humana... sino que esperamos, que por la misericordia divina, es tras la muerte cuando los hombres alcanzaremos la liberación plena y absoluta. Las liberaciones temporales siempre tendrán que ser imperfectas y transitorias, y sólo tienen validez y vale la pena luchar por ellas en cuanto reflejan en la tierra, la justicia del Reino de Dios... También me parece desproporcionado y, por tanto, injusto, el haber amordazado al pueblo imponiéndole por tanto tiempo la Cadena Nacional de Radio... Hasta ahora la prensa y la televisión, generalmente sólo han difundido la versión oficial y otras versiones que interesadamente encubren la participación de la derecha y de los cuerpos de seguridad, y- quieren dar la impresión de que los causantes de tantos muertos y heridos fueron los manifestantes que andaban armados... Ante el horroroso saldo de sangre y violencia que nos deja esta semana, quiero hacer, en nombre del evangelio, un nuevo llamamiento a todos los sectores salvadoreños: a dejar los caminos de la violencia y a buscar con mayor empeño soluciones racionales de diálogo, que siempre son posibles mientras los hombres no renuncien a su propia racionalidad y a su buena voluntad. Se ha comprobado, una vez más, que la violencia no construye, sobre todo la violencia de una derecha recalcitrante que instrumentaliza la violencia represiva de la Fuerza Armada para violar, en su favor, los sagrados derechos humanos de la expresión y la organización que el pueblo ya sabe defender... A la violencia de la Fuerza Armada, debo recordar su deber de estar al servicio del pueblo y no de los privilegios de unos pocos... Quisiéramos ver que reprimen con igual furia la subversión de la derecha, que es peor de criminal que la de la izquierda... y que puede ser mejor controlada por las fuerzas de seguridad... A esta violencia intransigente de la derecha, vuelto a repetir la severa admonición de la Iglesia cuando le hace culpable de la cólera y de la desesperación del pueblo... Ellos son el verdadero germen y el verdadero peligro del comunismo que hipócritamente denuncian... Recuerden que el soborno, aunque sea de millones, envilece; y que la complicidad en el atropello de los derechos humanos y la venganza desproporcionada debilita las fuerzas del gobierno, al que deben acuerpar en sus nobles anhelos de cambios, a que acrecienta la cólera del pueblo y sacrifica en aras del egoísmo de otros, la vida, el honor y la tranquilidad de muchos hombres y hogares que son igualmente queridos porque son también de nuestro mismo pueblo... A la Junta de Gobierno, debo decir con mi pueblo, que es urgente demostrar con el cese de la represión que es capaz de controlar los cuerpos de seguridad que hoy parecen tener un gobierno paralelo que está haciendo mucho mal a la Junta... Cada día que pasa, marcado por la represión de los cuerpos de seguridad, es un nuevo debilitamiento del gobierno y una nueva frustración del pueblo... Finalmente, las organizaciones populares que dieron esta semana una demostración de madurez y sensatez al no dejarse provocar, sino retirarse con dignidad, han experimentado la superioridad y eficacia de la razón sobre la violencia... han comprobado con esa actitud que la Iglesia tiene razón cuando enseña que una ideología que se apoya en la violencia está demostrando su propia debilidad... Esta misma Iglesia, que defiende el derecho de organización y apoya a todo lo justo de sus reivindicaciones, no puede estar de acuerdo con las violencias desproporcionadas de las fuerzas de la organización ni con sus estrategias de destrucción y de crueldad que las hacen igualmente represivas que sus fuerzas antagónicas, ni con una ideología cuando ellas atentan contra la fe y los sentimientos de nuestro pueblo... Y, en cambio, espera de ustedes, los organizados, que sean fuerzas racionales de política para el bien común del pueblo. Hacer la revolución no es matar a uno que otro hombre porque sólo Dios es dueño de la vida. Hacer la revolución no es hacer pintas en las paredes ni gritar desaforados en las calles. Hacer la revolución es reflexionar proyectos políticos que estructuren mejor un pueblo justo y de hermanos... Finalmente, en mi apreciación pastoral, relato cuál ha sido la intervención de la Arquidiócesis, en esta situación. Además de estas reflexiones y denuncias proféticas, el Arzobispo de San Salvador por razones humanitarias y a petición de la Comisión de Derechos Humanos, albergó a varios de los campesinos que se protegieron de la balacera en Catedral y El Rosario, y posteriormente fueron trasladados por la Cruz Roja. Estuvieron en el local del Arzobispado hasta que tuvieron garantías de poder regresar a sus hogares sin ser reprimidos. También yo, personalmente, sugerí varias veces al Gobierno que quitara la cadena de radio, sobre todo porque mientras las radio-emisoras particulares estuvieron funcionando independientemente, ofrecieron un magnífico servicio social, dando los nombres de los heridos y muertos e informando con pluralismo, desde el lugar de los hechos... Yo quiero repetir aquí lo que tanto he insistido: de que no se trata de quitar al pueblo los medios de comunicación, sino de hacer que el pueblo tenga criterios para usar los medios de comunicación, que sepan leer, que sepan oír la radio para no creer todo lo que se dice y así no hay necesidad de que nos encadenen sino que cada hombre siga el criterio de su propia verdad... Acepté la petición de la Junta de Gobierno de formar una comisión que, junto con la Cruz Roja y la Comisión de Derechos Humanos, facilitara que al disolverse el cerco militar en torno a la Universidad, saliera pacífica y ordenadamente las miles de personas que se encontraban allí dentro, sin haber comido durante más de 24 horas. Los representantes del Arzobispado, junto con los miembros de la Comisión de Derechos Humanos, además de cumplir esta misión comunicaron directamente a la Junta de Gobierno la versión que parece más verosímil sobre los sucesos del 22 de enero, y pidieron a la misma Junta, garantizara la no intervención de los Cuerpos de Seguridad en el entierro de los caídos ese día, petición que fue aceptada y cumplida. Ese mismo día concelebramos con los sacerdotes una solemne misa de cuerpo presente en la Catedral, por los muertos de este triste suceso. Queda, pues, constancia de que la voz de la Iglesia ha protestado por la masacre irracional del 22 de enero... Y pide a la Junta de Gobierno que investigue pero con eficacia y sancione a los responsables, que purifique los cuerpos de seguridad e impida más eficazmente que no actúen en forma represiva e injusta, y que indemnicen a las familias de las víctimas, junto con los desaparecidos por motivos políticos en anteriores o en el actual gobierno, que fueron capturados por los cuerpos de seguridad..." PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTARY como decíamos, la homilía que es la aplicación de la palabra de Dios para iluminar la realidad, creo que ha cumplido su misión en esta mañana. Lo que la homilía pretende Y sólo falta una cosa, lo que la homilía pretende: Acercar esa realidad y esos hombres que reflexionan a adorar al verdadero Dios, a unirnos en el sacrificio eucarístico del Señor y desde el fondo de nuestra alma, oremos y pidámosle al Señor que salve a nuestra Patria, que dé a los hombres salvadoreños, la capacidad de su razón y de su buena voluntad para que encontremos caminos que no sean de sangre y de dolor, sino los caminos que Dios nos ha señalado al hacernos seres racionales. Nos ponemos de pie y proclamamos nuestra fe... Queridos hermanos:
Introducción: -Coincidencia de estos cuatro domingos- del evangelio de San Juan, capítulo 6, con la fiesta del Divino Salvador. El año litúrgico nos ofrece un marco incomparable para preparar la fiesta de nuestro celestial patrono, El Divino Salvador del Mundo. Resulta que el evangelio de San Marcos, que es el evangelio del año, le cede el lugar durante cuatro domingos a partir de hoy al evangelio de San Juan, precisamente en el capítulo 6. Durante cuatro domingos vamos a reflexionar el famoso capítulo 6 de San Juan. Ustedes en sus Biblias lo podrán leer en sus casas y sacar frutos de estas reflexiones. Se trata del discurso eucarístico de Cafarnaún, donde se presenta el Divino Salvador, cabalmente, como la luz para nuestros problemas, como la solución eficaz de todos los problemas de la historia y, por tanto, de nuestra patria. Cuatro domingos, dos antes del 6 y dos después del 6. Qué bien enmarcado quedará entonces nuestro Divino Salvador en la fiesta que con tanto entusiasmo prepara nuestra Iglesia a su divino esposo: Cristo. - EVANGELIO DE SAN JUAN: ECLESIOLÓGICO El evangelio de San Juan tiene características tan originales que de veras es un verdadero regalo de Dios tenerlo a la mano para el pueblo durante estos domingos. Es el evangelio más eclesiológico; se puede decir que todo el evangelio de Juan es un tratado de eclesiología, es decir, un tratado de la Iglesia. Se presenta la Iglesia en San Juan como una prolongación de la personalidad de Cristo, de tal manera que no se entiende el evangelio de Juan si se quiere ver como una biografía de Cristo. Se entiende si se quiere ver desde la comunidad, desde cualquier comunidad cristiana. Y por eso, nuestra Arquidiócesis con todas sus comunidades parroquiales y comunidades eclesiales de base, encuentra un tema sabrosísimo, fecundo, al aprehender la figura de Cristo a través de la comunidad, de la Iglesia. SACRAMENTAL Otra característica es que es el evangelio más sacramental, el evangelio de los signos, señales, de tal manera que Cristo viene a ser como la culminación del Viejo Testamento, pero al mismo tiempo el signo máximo de toda la fuerza redentora que con Él ha venido al mundo. Los sacramentos de nuestra Iglesia encuentran en el evangelio de Juan su razón de ser. ESCATOLOGÍA PRESENTE Finalmente, el evangelio de Juan es el más original en presentarnos eso que llamamos la escatología presente. Varias veces hemos mencionado esta palabra, la "escatología"; es lo último, lo definitivo, el final de la historia, el reino definitivo de Cristo; eso se llama lo escatológico. Pero no lo presenta como una esperanza más allá de la muerte, como una eternidad que estamos esperando. El evangelio de Juan nos presenta como ese reino definitivo ya presente en la historia. Nosotros lo estamos haciendo con nuestra conducta y también con nuestro rechazo. Se está elaborando ya la suerte definitiva de los hombres en esta escatología que Cristo con su presencia divina y con su Iglesia han sembrado ya como germen de la historia. Por eso, todo esto nos dice que la lectura de su evangelio en torno de la figura del Divino Salvador del Mundo está diciendo a nuestra comunidad eclesial de la Arquidiócesis que ella tiene los gérmenes de una solución y que hay que tener esperanza. Lo que hace falta es que sepamos captar ese signo, encarnarlo en nuestra patria a través de nosotros salvadoreños-cristianos. HECHOS ECLESIALES DE LA SEMANA Por eso quiero presentar antes, hoy, la comunidad que está haciendo esta reflexión. Es la Iglesia de hoy, con su Papa al frente, Juan Pablo II, Karol Wojtila, el primer Papa eslavo, un Papa que el mundo está conociendo apenas y del cual están saliendo iniciativas y luces que orientan a este pueblo de Dios que debe de acatar, respetar, amar la figura del representante de Cristo en la tierra: el Papa. En esta semana Juan Pablo II ha confirmado su viaje a las Naciones Unidas para el 2 de octubre. Acompañémoslo en su preparación con oraciones, para que así como dijo Pablo VI en su atrevido viaje a las Naciones Unidas: él es la figura de una Iglesia, enviado a todos los pueblos; Y las Naciones Unidas son todos los pueblos reunidos. Ojalá sea ésa ocasión para escuchar y acatar el mensaje de ese Cristo presente en 1979, luz de los pueblos. También el Papa pidió hospitalidad para los refugiados vietnamitas. Ustedes saben que están pereciendo en su fuga de Viet Nam y los barcos están recogiendo fugitivos mientras no hay campo para ellos en muchos lugares. Es necesario que ahora, más que nunca, la voz del Papa sea atendida para tanto refugiado. En pequeño, nosotros podemos tomar el llamamiento del Papa a nuestros hermanos de Nicaragua, como ya lo dijimos la semana pasada. En nuestra Arquidiócesis se hacen los preparativos para celebrar al Divino Salvador, su patrono. Una novena como la anunció ya Monseñor Modesto López; esperamos que se transmita por radio, a las 5 de la tarde. El espíritu de esta novena y de esta fiesta no es de una alegría mundana; demasiado sufre nuestra patria para estar pensando en fiestas. No abofeteemos el rostro de la patria sufrida con bailes, con carrozas, con reinas. Todo eso tendrá su oportunidad cuando vuelva la paz a la patria; hoy se sufre mucho y la patria espera más bien una patria en oración, en desagravio, en súplica al Señor de resolver los grandes problemas. No nos adormezcamos como estúpidos que no ven la realidad en la cual están sentados: un polvorín que puede estallar de un momento a otro. Tratemos más bien de resolver estos grandes problemas. Este es el espíritu de las fiestas agostinas para la Iglesia. El 5, como ya todos esperan, a las 4 de la tarde será la famosa Bajada. Pero quiero anunciarles también que ya se ha hecho una tradición muy bonita: el 5 por la mañana el Apostolado de la Oración en la Basílica se reúne para revisar y para proyectar nuevos programas de fuerza espiritual en nuestra patria. Se les invita al Apostolado de la Oración den la Basílica, el próximo domingo 5 a pasar toda la mañana en reflexión. Estará con ustedes el Padre Santiago Garrido que precisamente está hoy cumpliendo 50 años de vida sacerdotal. Su fiesta se la vamos a celebrar el 31, día de San Ignacio, ya que es un jesuita venerable con sus 50 años de vida religiosa: Padre Santiago, sé que me está escuchando, en nombre de esta Catedral repleta de amigos suyos, por lo menos hermanos cristianos, le ofrecemos nuestra oración y esta misa de hoy por la felicidad de sus 50 años sacerdotales. El día 6, a las 8, será la misa solemne, para la cual hemos invitado a todos los coros de la diócesis. Esas voces que vienen de diversas comunidades, como las que estamos escuchando hoy de la comunidad de Tacachico. Voces de nuestro campo, voces de nuestra gente, que como decían al principio, le hablamos al Dios de nuestro pueblo con el lenguaje de nuestro pueblo. Guitarras, acordeones y todo lo que nuestro pueblo canta allí, para que el próximo 6 hagamos de nuestra misa frente a la Catedral un verdadero festín en honor de nuestro Divino Patrono. ¡Pongamos en Él toda nuestra esperanza! Está aquí con nosotros la comunidad representada de San Antonio Abad, que llevará las ofrendas a la hora oportuna. Saludamos a todas las comunidades esperamos que estén presentes el próximo lunes en torno del patrono de la Arquidiócesis. La Catedral es el signo de esa unidad, de esa enseñanza de la fe. La Catedral del maestro de la diócesis, que es el obispo a pesar de sus deficiencias, es el signo de la enseñanza, de la autoridad, de la unidad. La Catedral, sede de la cátedra, debemos de amarla. Yo aprovecho esta ocasión para pedir a todos que pronto terminemos este edificio que Monseñor Chávez inició con esa gran idea: que fuera el símbolo de la Arquidiócesis y la sede de nuestro divino patrono. Es una oportunidad magnífica para que empujemos esta construcción que está ya muy adelantada gracias a la coordinación de nuestro querido rector de la Catedral, Monseñor Modesto López. Queremos invitar ya desde ahora, ya lo saben los sacerdotes, que no habrá reunión mensual de agosto para que todos puedan asistir a la concelebración el día 8 aquí en Catedral. Lamentamos que Orientación no pudo salir esta semana por dificultades internas en la tipografía, pero esperamos en Dios que la próxima semana ofreceremos el número extraordinario que ya se anunció. A propósito de prensa, queremos felicitar a los periodistas ya que el 31 están celebrando su día. Quiera el Señor darles inspiración, darles rectitud y, sobre todo, darles valor. El valor que pide la verdad, porque un periodista o dice la verdad o no es periodista... Quiero agradecer por esto, a la Agencia Periodística Independiente, API, que ha tenido la amabilidad de recoger mi homilía de la semana pasada y darle amplio lugar. Creo que son cuatro páginas enteras, cosa extraordinaria, ya que podemos decir aquí que nadie es profeta en su tierra. Mientras veo mis pobres homilías publicadas hasta en inglés, en francés, fuera del país, y me las mandan, yo en el país no encuentro eco en nuestra prensa de lo que decíamos anteriormente que debía dar más testimonio de la verdad. Es que estas homilías quieren ser la voz de este pueblo, quieren ser la voz de los que no tienen voz. Y por eso, sin duda, caen mal a aquellos que tienen demasiada voz. Esta pobre voz que encontrará eco en aquellos que, como dije antes, amen la verdad y amen de verdad a nuestro querido pueblo. En la revista teológica Selecciones de Teología, tuve la grata sorpresa de ver, entre los artículos científicos, reproducida entera una homilía de Catedral. A propósito, necesitamos que la Iglesia tenga sus voceros: Orientación, la radio YSAX, ayudemos a sostenerlos. Al Padre Astor Ruiz no se le dejó entrar. Sólo se fueron en evasivas: "orden superior". Y el pobre Padre, tan querido en la colonia Santa Lucía, tendrá que ser un exiliado inesperado. Sale para Estados Unidos, de Guatemala. Al Padre Rafael Palacios le celebraremos sus cuarenta días de muerto, mañana lunes, a las 7 de la noche en la iglesia del Calvario de Santa Tecla. Quiere ser una liturgia de desagravio en aquella ciudad donde encontró su muerte. Ojalá que la ciudad responda a este acto de desagraviar sus calles manchadas con sangre de sacerdote. Una buena noticia. Volverán a la Arquidiócesis los padres pasionistas y van a establecer una casa de formación, ya que el Señor los ha bendecido con muchas vocaciones salvadoreñas a las que se ha unido un grupo de seminaristas venidos de España. Hemos visitado, o visitaremos próximamente, estas comunidades que tengo el gusto de saludar hoy: Santa Lucía, en Ilopango; Seminario Menor de Chalatenango; Apopa; Santiago Aculhuaca; Colegio Don Bosco; Encuentros Conyugales en el Instituto Rinaldi; y próximamente visitaré San Antonio Los Ranchos, Chalatenango, Arcatao y Los Sitios, del Dulce Nombre de María, en las fechas que ya ellos saben. Ojalá que los retenes no nos vayan a estorbar a la gente que va a usar uno de sus derechos más sagrados: el derecho de creer, el derecho de reunión; ya que el Estado de Sitio no podrá ser un pretexto, esperamos que estas reuniones resulten mejor que la de San Miguel de Mercedes, que fue boicoteada por los cuerpos de seguridad. Esta es la comunidad que reflexiona, esta Arquidiócesis, con estas personas, con estas realidades y, precisamente, mi palabra se dirige a esta comunidad eclesial. Mi homilía quiere ser el alimento que el pastor da a su pueblo de Dios; si desde el Pueblo de Dios se expande hacia el pueblo en general, pues, ¡Bendito sea el Señor!, pero que no se estorbe esta palabra. Por allá por Gotera se oye muy bien la YSAX, y precisamente porque la oyen, han sido golpeados varios campesinos. Quisiera recordarles a los cuerpos de seguridad que no es un crimen oír una radio. Si lo fuera, los altos jefes del gobierno no escucharan esta homilía y sé que la están escuchando. Que los guardias sepan respetar a los campesinos que la escuchan, que el ejemplo lo dan aquí mismo los altos poderes del Estado; no es pecado, no es malo lo que estoy diciendo, porque precisamente lo que voy a predicar hoy nos conviene a todos los salvadoreños. Las lecturas, sobre todo el 6º capítulo que comenzó a leerse hoy nos da el título de esta homilía dedicada al Divino Salvador: EL DIVINO SALVADOR, SOLUCIÓN DE TODOS NUESTROS PROBLEMAS 1. La multiplicación de los panes, un signo del reino mesiánico 2. El reino mesiánico, significado en la multiplicación de los panes 3. La concelebración de los hombres en la construcción del reino 1- LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES, UN SIGNO DEL REINO MESIÁNICO a) Un problema sin salida humana La primera idea es la multiplicación de los panes, un signo del reino mesiánico. ¿Cuál es el signo? Ya lo dijo el seminarista antes de leer el evangelio: un problema sin salida humana, una muchedumbre con hambre de pan. Las soluciones humanas, ¡qué raquíticas son! - Las sugerencias humanas Felipe, cálculos económicos: "Doscientos denarios apenas ajustarían para dar un bocado a cada uno". O la solución de Andrés, conciencia de la alimentación: "¿Qué hacemos con tanta gente?" - La respuesta de Cristo: la multiplicación... signo de su poder y del alcance de su salvación. La respuesta de Cristo: por encima de los cálculos de los técnicos, el milagro: toma el pan en sus manos, lo bendice y comienza personalmente a repartirlo. Pero antes ha pedido una colaboración. Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y unos peces. ¿Pero qué es esto para tanta gente? "Tráiganlos", dice Cristo. Y aquel tiene que desprenderse de lo que es su sustento, lo necesita y, sin embargo, lo da. Y de allí sale la multiplicación que sacia a todos y todavía recogen doce canastos. b) Nuestra problemática... HISTORIA DE LA SEMANA Quisiera trasladar el problema a la realidad de nuestra patria. Cabalmente, en el servicio periodístico que yo decía antes, API, hay una consideración que me vale como un punto de traslado del evangelio a El Salvador. Dice en una de sus notas de ayer: "Opinión generalizada es que los trastornos políticos han aumentado en forma alarmante proyectándose en más hambre y miseria hacia los sectores marginados que no cuentan con el sustento diario ni con los medicamentos necesarios para curar a sus niños, recibiendo serias humillaciones que contribuyen a agravar más sus condiciones de seres humanos". Quiere decir que la multiplicación de los panes, que se hizo precisamente provocada por una muchedumbre con hambre, es también un milagro que El Salvador pide. ¡Muchedumbres con hambre!, literalmente así las hay en El Salvador. Pero esta miseria económica, dicen los políticos de nuestra tierra, no se resolverá si no se resuelve primero la crisis política que agobia al país; porque con ella conseguirá, si resuelve la crisis política, confianza y apoyo para enfrentar los demás problemas. En caso contrario, serán totalmente inútiles y todos los proyectos gubernamentales se convertirán en cantos de sirena. Me alegro de que esta realidad coincida con lo que hace tiempo la Iglesia está señalando. Es necesario una transformación política y social. La Iglesia no la va a hacer, pero señala la urgencia de hacerlo, son los responsables los que tienen que hacerlo. Pero da lástima pensar ese optimismo tan fácil con que se expresan muchas veces las trágicas realidades del pueblo. Comentando el cese del Estado de Sitio, el Señor Presidente ha dicho: "En manos del pueblo está el derecho y el respeto de sus libertades"; y expresó que "le llena de satisfacción la forma comprensiva cómo el pueblo ha recibido la disposición gubernamental de devolver el pleno ejercicio de los derechos humanos que fueron retirados a través de la Ley de Estado de Sitio, como medida para contrarrestar la ola de violencia que imperaba hace poco más de dos meses. ¿Por qué se habla en pretérito de una cosa que está presente? ¿Por qué hacemos ilusiones que el estado de sitio fue una medicina y no más bien vino a empeorar las cosas? ¿Por qué no tener en cuenta, ahora, cuando se deja, gracias a Dios, ese pretexto de molestar al pueblo convertirlo en realidad? Yo diría que hoy es la oportunidad para que el gobierno haga creíbles sus proyectos de liberación del país. Es una oportunidad para ganar credibilidad, si no sólo se convierte en un romanticismo el cese del estado de sitio sino que de verdad se devuelvan las garantías constitucionales: libertad de expresión, de reunión, de migración; que devuelvan todos los que están afuera; que aparezcan los desaparecidos, que sepamos algo de esta situación... El hecho es que las amenazas de la UGB han continuado, han acudido al Arzobispado, por ejemplo, los profesores Alberto Salvador Palacios, Saúl Villalta, Nelson Martínez, a señalar amenazas y han responsabilizado, anticipadamente si les pasa algo, a las autoridades y a ORDEN de San Matías. También es ridículo que el material de la UGB, diciendo: "Aquí hay guerrilleros, aquí hay subversivos", se haya ido a tirar al noviciado de los Padres somascos. El Padre Cataldo Papagno en nombre de los samascos ha dirigido una carta al Presidente de la República y a los ministros de Defensa y del Interior, diciéndoles: "Aquí no hay subversivos, destaco que mi familia religiosa está constituida por los Padres somascos, italianos; por cinco clérigos de filosofía, salvadoreños; dos novicios salvadoreños; y un novicio somasco, mexicano. Contra las acusaciones de subversión declaramos que no hacemos más que cumplir las líneas pastorales del Concilio Ecuménico Vaticano II que en esta Arquidiócesis tratan de ponerse en práctica". Entonces el Padre Papagno pide amparo y en cierto modo está diciendo: si nos pasa algo, ustedes van a ser los responsables. Yo quisiera solidarizarme plenamente con estas personas amenazadas y hacer un llamamiento apremiante a UGB, que ¡ya basta!, ¡ya basta de estar jugando con la vida en El Salvador! Y si como cree el pueblo, hay connivencias de las fuerzas oficiales, está en sus manos detener esta amenaza que es un atropello verdadero a la vida. No se vive tranquilo... El panorama que rodea al Divino Salvador en la multiplicación de los panes, es nuestra realidad nacional cuando pensamos en las capturas que siguen siendo realidad a pesar del cese del estado de sitio. El 25 de julio fueron capturados José Isidro Chicas, Sabas Concepción Claros, su hijo, Guillermo Claros Flores, Napoleón Velásquez, Facundo Hernández, Felícito Vigil y otro del mismo apellido, por un comando del cuartel de San Francisco de Gotera y entregados a la Guardia Nacional de aquella misma ciudad. La visita de su familia fue para mí muy impresionante. Imagínense ustedes lo que le cuesta a un pobrecito, trayendo a sus niños en brazos porque no los puede dejar allá seguros, lo que tiene que gastar para venir desde Gotera para decirme esto: "Nuestra situación es desesperante, no podemos residir en nuestras casas porque éstas son objeto de constantes allanamientos y saqueos. Tenemos que exponernos a dormir en el monte, a la intemperie, ya que al quedarnos en nuestras casas corremos el riesgo de ser capturados por operativos militares constantemente montados allá. Venimos también para denunciar otro atropello de aquel cantón". El 26 fue capturado José Evaristo Cabrera, de Villa Victoria. Y su mamá -y ojalá que al mencionarla no sea para ella dañino, pero es que su testimonio es emocionante pedir como ella- no puede dormir, está enferma desde que José Evaristo Cabrera ha desaparecido. "Por eso vengo a usted -dice la carta- a solicitarle su ayuda para que dé a conocer esta nueva injusticia y le pida al Todopoderoso que la Guardia ponga en libertad a este muchacho que vive dedicado a su trabajo en el campo". ¿Por qué no se conmueven las entrañas que causan tanto dolor? Siguen desaparecidos: el señor Miguel Ángel Terezón, del cual he sabido a última hora que además del atropello personal que se le hizo, y a pesar de la denuncia que aquí hicimos de que se le respetaran sus bienes, ha sido saqueado su taller donde imprime ganándose la vida; y también su carro y varios enseres de esa oficina de taller. Ojalá que el señor Terezón y su familia vuelvan pronto a encontrar la paz si quienes son responsables cesan en el cometimiento de esa injusticia. También otro caso de Carlos Antonio Mendoza Valencia. Su hermana me dice: "Cada vez se pone esto más difícil: la situación. Ya no encontramos solución a tanta injusticia. Ni abogados ni militares han querido oírnos, sólo la fe grande en Dios nos mantiene". Por eso, cabalmente estoy hablando del Dios que puede solucionar ahora como pudo solucionar la crisis del hambre si nosotros ponemos las condiciones que Él nos pide. Pero quiero referirme de manera muy especial el caso de Gonzalo Segundo Merino, capturado por la Guardia, y lo que no se había visto en tantos casos de atropellos, lo hace, aún exponiéndose a la muerte, un miembro de su familia. ¡El primer caso y yo lo felicito!, en que se denuncia criminalmente a la Guardia a un juzgado... Y dada la valentía de la carta yo no quiero privarme de leerla como un hermoso ejemplo de toda nuestra ciudadanía. Está dirigida al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Rogelio Chávez. "Mi hermano, Gonzalo Segundo Merino, fue capturado en Tejutepeque el día 3 de julio del corriente año por seis agentes de la Guardia Nacional uniformados, cuando éste se encontraba descansando. La captura fue presenciada por muchísimas personas, especialmente por la familia con la que descansaba. Personalmente yo vi a mi hermano en la Guardia Nacional de Tejutepeque, donde posteriormente me fue negado como acostumbran en este país. He interpuesto recurso de exhibición personal y todo ha sido en vano. Recurro finalmente a la denuncia criminal ante el juez de Ilobasco con el temor y la angustia de que nuestra familia sea reprimida por la Guardia Nacional, ya que en innumerables ocasiones los parientes de las personas capturadas no promueven estos juicios porque le temen a la persecución por decir la verdad y desear la libertad de su ser querido. Espero que usted tanto como la Corte Suprema de Justicia, encargados supremos de administrar justicia ante estos hechos evidentes e injustos, tomen una actitud correcta, valiente y acorde a la sagrada función que deben desempeñar. Atentamente."... Lo hemos dicho muchas veces al Señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia: que su papel en la patria es trascendental y que la historia dirá de sus negligencias en un campo tan urgente. Continúan apareciendo asesinados, capturados por cuerpos de seguridad. El 20 de julio, arriba del desvío de Izalco, se encuentra el cadáver de Pablo Cortés capturado el 17 de julio en Santo Domingo de Guzmán; y el cadáver de Celso Cruz, capturado al día siguiente. También aquí, el testimonio de una carta escrita muy mal, por ser quizá campesinos pero qué elocuente termina diciendo: "Dios nuestro Señor le dé más fuerzas -"juerza" dice- para que se establezca un reino de paz y de justicia sobre la tierra, donde todos nos amemos como hermanos y algún día desaparezcan las tinieblas y brille el sol de la justicia"... A última hora también, me llega el caso de Alejandro Ochoa, joven capturado en el cantón San Francisco Agua Agria, y cuyo cadáver fue identificado por su propia madre, la cual se encuentra en el hospital, enferma por ese trauma espantoso. Podíamos mencionar también, pero ya me haría demasiado largo, los diversos conflictos laborales que también se suman a este conjunto de problemas que yo estoy tratando de presentar en torno del Divino Salvador de nuestra patria para decirle como los apóstoles: ¡Qué limitados somos Señor!, ¿qué son doscientos denarios para tanta gente?, ¿qué hacemos con cinco panes?, ¿qué hacemos con la voz humilde de estos campesinos que desean el brillo del sol de la justicia? Es la voz de nuestra gente. ¡No la puedes desoír! Y por eso, dediquémonos, entonces, en torno de este panorama de una Iglesia que crece gracias a Dios en la fe y en la esperanza pero que está rodeada de un mundo de tinieblas, de injusticias y de crímenes. Queridos hermanos, miembros del pueblo de Dios, la multiplicación de los panes resuelta por Cristo para dar de comer, es nada más un signo. ¿Qué está encerrado en ese signo? 2. EL SIGNO MESIÁNICO SIGNIFICADO EN LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES a) Dos interpretaciones: temporalista y trascendente Es mi segundo pensamiento. Hay dos interpretaciones ante el hecho de que Cristo salvó la situación con la colaboración de los hombres resolviendo un problema de hambre. Primero la interpretación temporalista y política. Los que seguían a Cristo con un fe imperfecta: "Este es el gran profeta, el que nos puede dar de comer"; y lo quisieron hacer rey porque querían unas soluciones inmediatistas, "nos dará de comer, siempre que tengamos hambre". Un pueblo que se contenta con liberaciones terrenales. - Interpretación teológica según San Juan: trascendencia La otra interpretación que es la que vamos a aprender hoy, la interpretación teológica que nos da San Juan en su cuarto evangelio. - Aspectos eclesiológicos Cristo Iglesia... una vida Esta interpretación de San Juan tiene aspectos eclesiológicos -como les dije antes-, Cristo y la Iglesia, una sola vida. Montaña: Moisés... alianza En el relato de la multiplicación hay intenciones evidentes de que Juan quiere mencionar la Iglesia unida a Cristo en la resolución de los problemas, por ejemplo la montaña es un signo del Sinaí y de Moisés. Aquel Moisés que salvó al pueblo es Cristo hoy; y aquella montaña donde se promulgó la ley de Dios es el evangelio que Cristo predica, es la Iglesia, montaña, donde Cristo sigue enseñando, donde Moisés sigue conduciendo al pueblo, donde el Divino Salvador sigue siendo esperanza de los salvadoreños. Pascua: fiesta de liberación, misión de la Iglesia Otro signo que san Juan menciona con marcada intención eclesiológica: la Pascua. Se acercaba la Pascua de los judíos, y esta relación existencial nos lleva también a que para Juan las fiestas de Israel eran como la expresión del pueblo, los anhelos del pueblo que luego se trasladaban al pueblo cristiano. La Pascua cristiana, que Cristo hizo de judía en eucaristía, es precisamente la Iglesia. Esta mañana ¿por qué estamos aquí en la Catedral?. Precisamente para celebrar la Pascua. Cada domingo es Pascua, la resurrección del señor. Juan al aludir a la multiplicación de los panes en una cercanía de Pascua, nos está invitando a vivir nuestro sentido eclesiológico: a ser Iglesia y desde la iglesia donde Cristo vive, sea solución también para nuestros problemas. 12 Canastos: 12 apóstoles-sacerdotes. Otro signo precioso de hoy: cuando terminó la multiplicación de los panes, Cristo manda recoger a los doce, y recogieron doce canastos. Es un símbolo. Símbolo de la Iglesia jerárquica que colabora con Cristo en la enseñanza, en la repartición del pan, en el recoger y administrar los sacramentos. La Iglesia sacerdotal, la Iglesia que congrega al pueblo en todas las Iglesias y ermitas. Qué hermoso gesto el de la multiplicación de los panes repitiéndose en las iglesias donde dentro de poco vamos a ver al obispo y a sus colaboradores repartiendo el pan y recogiendo para que no se pierda, y guardándolo en el sagrario con un sentido de economía para que siga habiendo pan. No faltará pan mientras haya un Cristo y una Iglesia que sepan encarnarse en los hombres de los tiempos aún más críticos. Aspectos sacramentales Es un relato eucarístico Hay en el signo teológico de Juan signos sacramentales. Se cree -dicen los intérpretes de este capítulo sexto de San Juan- que Juan es el único que no cuenta la última cena. Juan no narra en su evangelio el relato que los otros dicen de la última cena, no narra el relato eucarístico. Cuenta el hermoso discurso de despedida, pero no dice el momento en que tomó pan y lo convirtió en su cuerpo, no lo hace allí porque él, que escribió después de los sinópticos, vio que ya no era necesario. Pero sí era necesario explayar esa idea en este capítulo sexto de San Juan que es precisamente el relato eucarístico. Por eso, todo relato de la multiplicación de los panes tiene un bello sentido eucarístico; es la Pascua que se hace cristiana. El cordero que se inmolaba por orden de Moisés ya no será un corderito animal, será Él, el Cordero de Dios que quedará clavado en la cruz y cuya carne y sangre será alimento del pueblo redimido. Escoge los panes el relato de unos panes es el signo de la eucaristía como lo que fue el maná. Todo nos habla de eucaristía en esta mañana en el relato. Y, sobre todo, los gestos litúrgicos de Cristo. Cristo, queridos hermanos, yo les invito a que lo miremos hoy detrás de ese altar. Que no me miren a mí. Que a través de mis pobres rasgos humanos descubra la fe de ustedes y mía al Eterno Sacerdote que toma en sus manos el pan, que lo bendice, que lo convierte en su cuerpo y que lo da como alimento al pueblo, y que lo recoge para que quede a otras generaciones. Estos son los gestos eucarísticos de Cristo que el sacerdote tiene el honor de repetir en el altar. Y ustedes vienen porque a través del obispo y del sacerdote se descubre la figura hierática de Cristo, Eterno Sacerdote, ofreciendo el pan y el vino que ustedes le ofrecen como lo van a ofrecer ya en la procesión de las ofrendas. Pero frente a esta interpretación tan trascendente que nos está diciendo: Cristo será la solución del hambre en El Salvador; Cristo nos solucionará las injusticias en El Salvador; Cristo hará brillar ese sol que el campesino de Sonsonate quiere que brille, de justicia y de verdad. El día en que interpretamos su mensaje, así, no con liberaciones meramente terrenales sino trascendentes, que nuestra fe en Cristo no sea la de aquellos seguidores imperfectos porque les daba de comer, porque les ofrecía unas soluciones inmediatas. Ya seguiremos durante los tres domingos aprendiendo la mentalidad de Cristo. Pero ahora que nos quede bien claro esto, hermanos, que lo que Cristo quiere al darnos de comer, al estar con nosotros, es, sí preocuparse. ¿Cómo no va a llorar Cristo con la madre que llora la desaparición de su hijo?. ¿Cómo no va a sufrir Cristo con el pobre que murió entre torturas?. ¿Cómo no va a sufrir Cristo el crimen de los Guardias y de ORDEN que se llevan preso en forma burlesca al hijo que deja desamparada a una familia?. ¡Claro que eso no se quedará sin pagar!. Por eso precisamente Cristo invoca la justicia eterna. No en esta tierra, donde a pesar de escribirle al señor presidente de la Corte Suprema de Justicia las cosas seguirán lo mismo. El no es Cristo, pero hay un Cristo encima de él que le pedirá cuenta a él y le pedirá cuenta a todos los que sean cómplices de esta situación injusta de El Salvador. Por eso, Cristo invoca una situación más allá de la historia, y yo quisiera, queridos hermanos que sufren, hogares desamparados, encarcelados, torturados, prisioneros, no se desesperen. Cristo está con nosotros. El Divino Salvador del Mundo está como estaba en medio de la muchedumbre que tenía hambre. Él sabe la solución y la dará. Aguantemos un poco, pero la solución vendrá, Cristo la puede dar. - Dos reduccionismos peligrosos por falsos Eso sí, hermanos, yo quisiera decirles frente a este mensaje trascendente e inmanente. Trascendente, es decir, que va más allá de la realidad presente. Inmanente quiere decir que está en la realidad presente. Eso es Cristo, aquí y ahora, pero también más allá y en la eternidad. Es peligroso, entonces, perder este equilibrio de inmanencia y trascendencia. Por eso la interpretación falsa del milagro de hoy y de quienes interpretan mal el evangelio es lo que se llama un reduccionismo temporal. Así como es malo también un reduccionismo espiritual. Reduccionismo espiritual Voy a explicarme un poquito, porque esto es muy importante. Allí están publicándose como si el Papa quisiera un reduccionismo espiritual y yo quiero defender al Papa frente a publicaciones malsanas de nuestro ambiente. El Papa no pide para sus sacerdotes un reduccionismo espiritual, y la prueba está que el Papa Pablo VI, al hablar de la evangelización hoy, puso esta frase que ojalá la publicarán también en campo pagado... Dice Pablo VI: "Al predicar la liberación y al asociarse a aquellos que actúan y sufren por ella" fíjense, la Iglesia predica la liberación y también acompaña y sufre con los que trabajan la liberación. En mi carta pastoral voy a decir esta frase: "Aunque las organizaciones políticas populares abandonen a la Iglesia y la critiquen, la Iglesia seguirá apoyando lo justo de todas las organizaciones". La Iglesia acompaña... porque estoy bien convencido como lo estaba Pablo VI y Juan Pablo II, de que al predicar la liberación y al acompañar los esfuerzos liberadores, la Iglesia no admite el circunscribir su misión al sólo terreno religioso, desinteresándose de los problemas temporales del hombre. ¡Qué más claro!. La Iglesia no puede desentenderse; y a los que publican parcialmente textos amañados, les invitaría a que por honestidad publicaran íntegro el discurso del Papa a los sacerdotes en México. Reduccionismo temporal El Papa en México a los sacerdotes sí les dijo: "Cuidado con el reduccionismo temporal"; es cierto, y si quieren otro texto para publicarlo, les ofrezco mi propia carta pastoral donde precisamente estoy de acuerdo en decirle a los sacerdotes eso mismo: cuidado con el reduccionismo temporal. Yo les digo: el servicio inapreciable del sacerdote, el primer objetivo de su vocación, es ser animadores y orientadores en la fe y en la justicia que la fe exige según los grandes principios cristianos que aquí hemos recordado. No quiero extenderme más, pero sí les insinúo que en el número 101 y 102 de mi carta pastoral hay unas frases que merecerían el honor de ser publicadas, pero que no sería un honor porque mutilarían mi pensamiento como le han mutilado a Juan Pablo II. A Juan Pablo II se le mutila cuando se le quiere presentar orientando un sacerdote tan espiritualista que no toque la tierra. Claro que interesa a quienes, a los que se han adueñado de la tierra, que el evangelio no les toque las cosas de la tierra... La prueba está que el mismo Juan Pablo II, cuando nos hablaba a los obispos en Puebla, decía esta frase es un mandato del Papa al episcopado latinoamericano: "Quién puede negar que hoy día hay personas individuales y poderes civiles que violan impunemente derechos fundamentales de la persona humana, tales como el derecho a nacer, el derecho a la vida, el derecho a la procreación responsable, al trabajo, a la paz, a la libertad y a la justicia social; el derecho a participar en las decisiones que conciernen al pueblo y a las naciones. Y qué decir cuando nos encontramos ante formas variadas de violencia colectiva como la discriminación racial de individuos y grupos, la tortura física y psicológica de prisioneros y disidentes políticos. Crece el elenco, cuando miramos los ejemplos de secuestros de personas, los raptos motivados por afán de lucro material que embisten con tanta dramaticidad contra la familia y contra la trama social. Clamamos nuevamente: ¡respetad al hombre! ¿es la imagen de Dios?". Oigan esta palabra: "Evangelizad para que esto sea una realidad, para que el Señor transforme los corazones y humanice los sistemas políticos y económicos partiendo del empeño responsable del hombre. Hay que alentar los compromisos pastorales en este campo, con una recta concepción cristiana de la liberación. Hay que predicar -decía el Papa- que si es verdadero el derecho de propiedad, no debe olvidarse que sobre la propiedad pesa una hipoteca social". Estas palabras del Papa no pueden ser desmentidas al querer presentar a un Papa reduccionista de lo espiritual. Ven cómo les digo de nuevo: hay que aprender a leer con criterio crítico, sobre todo en un ambiente donde se amañan hasta los discursos más santos. El equilibrio está, entonces, en lo que nos recomienda tanto la pastoral de nuestro tiempo. Pablo VI dice que la evangelización, que es tarea natural de la Iglesia, no puede esperarse de la promoción humana por razones antropológicas, es decir, porque las injusticias que la Iglesia denuncia no son abstractas, son concretas, de los hombres concretos. Y porque evangélicamente, también la caridad de Cristo nos obliga a amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos, y no sería verdadero amor sólo predicarles teorías espirituales y no trabajar por la promoción de la persona humana. 3. LA COLABORACIÓN DE LOS HOMBRES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL REINO Cristo tiene la solución de los problemas; sólo Él los tiene, no lo olvidemos. Por eso, el Papa, vuelvo a invocar a Juan Pablo II porque yo tengo una preocupación de trasladar su pensamiento aquí; ¡yo no traiciono al Papa, jamás!. ¡Dios nos libre!. Quiero ser su eco, su voz; y recuerdo siempre con alegría y con agradecimiento el momento en que recién recibida la mitra, hoy ya no es tiara, porque en la sencillez del Romano Pontífice también está la opción preferencial por los pobres. Con su tiara, con su mitra sencilla, como cualquier obispo del mundo, el Papa decía lo que decimos todos los obispos: Abrid el campo a Cristo, hombres de la política, hombres del negocio, hombres del capital; abran el campo a Cristo ¡sólo Él tiene palabras de vida eterna!. - Felipe... Andrés... el muchacho de los panes Cristo no quiere hacer solo la multiplicación de los panes. Comenzó dialogando con Felipe, comenzó pidiendo el parecer de Andrés, recogió los cinco panes del muchacho pobre. - El hombre de las primicias Aquí recojo también el hermoso ejemplo de la primera lectura, donde un campesino trae en su alforja los panes de la primicia para el profeta Eliseo. Dios quiere la participación de los hombres. La participación de los hombres sin la cual los problemas de la patria seguirán lo mismo. Por eso debían de creerse los que están en el gobierno o en el poder económico que ellos no son dioses, que cuanto más se endiosen... que cuando más se endiosen los falsos ídolos de barro de la tierra, serán más repugnantes a Dios; que si fueran más humildes, si se unieran con Dios, solucionarían los problemas. Por eso, llamamos a la conversión. Este lenguaje de la Catedral no es de odio, jamás; es de amor. La madre Iglesia habla como las madres también cuando se enojan, como las madres que corrigen pero aman, porque no quieren hijos malos, porque quieren hermanos. Y porque la Iglesia es madre les dice también a los ricos y a los poderosos: ¡conviértanse, hijos! ¡conviértanse!, sólo Cristo tiene la solución. Únanse a Cristo y para encontrar a Cristo, lo encontrarán atendiendo preferencialmente a los pobres. No hagan leyes sólo para defender su minoría. Hagan leyes para defender la pobreza. Hagan disposiciones... Admitan en el diálogo no solamente a la gente que piensa como ustedes, admitan también al campesino que se muere de hambre y por morirse de hambre se organiza, no para la subversión sino para sobrevivir... En una palabra, hermanos, el precioso mensaje del evangelio de hoy -y hoy nos hemos detenido sólo en el evangelio- nos está diciendo esto en resumen: La multiplicación de los panes, el signo de un problema que sólo Cristo pudo resolver pero con la colaboración de los hombres. Pero que hay que mirar la mentalidad de Cristo para no perdernos en una política meramente terrenal, sino para admitir en nuestros esfuerzos reivindicativos las perspectivas de la liberación universal de Jesucristo. ¡Sólo así podremos celebrar al Divino Salvador!. Una liberación que Él nos trae no para quedarse rey de la tierra. Soluciones de la tierra, ésas las huye. Solamente el Señor las asume, sí, pero para incorporarlas, como yo digo en mi Carta Pastoral, incorporarlas a la gran liberación, a la trascendencia a la que permanece, a la que nos hace verdadera y profundamente felices. Yo los invito a que así preparemos nuestro espíritu, para celebrar las próximas fiestas del Divino Salvador. Así sea... Queridos hermanos:
INTRODUCCIÓN a) Saludo a Nicaragua... oración - solidaridad. Yo creo que interpreto el sentir de todos ustedes si nuestro primer saludo de esta mañana es para nuestra hermana república de Nicaragua. ¡La saludo con sentido de oración fraternal y de solidaridad porque hoy, más que nunca, necesita ese apoyo espiritual! La alegría que nos da el inicio de su liberación nos hace también preocuparnos para que ese alborear de libertad no vaya a ser una frustración, sino que el Señor, que ha sido bondadoso, siga siendo la inspiración de ese pueblo nicaragüense. Necesita, también, en esa inspiración cristiana, tener en cuenta lo costoso de este momento. Más de 25.000 muertos no son un juguete para desperdiciar un regalo de Dios ofreciéndose en este momento. - Su imagen evoca la dispersión del rebaño y la figura de Cristo, Rey-Pastor. Por eso, también, creo que su figura de Nicaragua representa como el mejor trasfondo para nuestra meditación de Cristo, Rey-Pastor, tal como nos lo ofrece el evangelio de hoy. Porque aunque es cierto que ya terminó la guerra civil, las consecuencias serán muy largas y muy profundas. Se puede decir de ese querido pueblo lo que hoy nos dice el evangelio de los sentimientos de Cristo en medio de su pueblo: "Sentía lástima, tuvo misericordia, porque parecía un pueblo disperso como un rebaño sin pastor". - Nuestro país también evoca el rebaño disperso Esa misma figura la trasladamos también a nosotros, donde también nuestro pueblo da esa impresión; pero como un rebaño que busca la unidad, la solución de su problema, encuentra en el mensaje evangélico de hoy la respuesta de Dios a sus esperanzas. - La palabra hoy nos ofrece la solución: Cristo Quiera Dios que tanto Nicaragua como nuestro país y todos los países del mundo que se encuentran en problemas, en momentos críticos, miren hacia el Buen Pastor, el Pastor-Rey prometido por la profecía de hoy en la primera lectura y realizado en el evangelio tal como lo hemos leído hoy. b) Conexión: - Domingo anterior: Cristo profeta, pueblo participante Conectamos, entonces, nuestro pensamiento con la homilía del domingo pasado y el anterior. ¡Miren como la reflexión dominical va haciendo a los cristianos conocer cada vez más a fondo el personaje central que seguimos y amamos! No olvidemos que el personaje central en el cual hemos puesto no sólo como cristianos sino también como patriotas nuestra ilusión, nuestra esperanza, la seguridad de salvación. Es el Hijo de Dios que se hizo hombre: Jesucristo, que bajo diversos matices se nos va perfilando en el alma y en nuestra oración. Ojalá que hoy, así como los domingos pasados, lo consideramos como el Profeta, el Profeta grande que trae una revelación de Dios. Decíamos también que esa misión de traer un mensaje la ha confiado a su pueblo que no sólo desde su jerarquía: el Papa, los obispos, los sacerdotes, sino también desde el pueblo bautizado quiere cumplir esa misión. Decíamos que ustedes, también, son un pueblo profético, participante de la gran misión profética de Jesucristo, el Gran Profeta. - Hoy: Cristo Rey-Pastor que participa su poder a gobernantes, pastores, pueblo Hoy, la figura de Cristo se nos presenta como el Rey-Pastor. Rey y Pastor de todos los pueblos del mundo, de toda la historia. Él tiene la clave de la solución de la historia y de los momentos críticos de los pueblos. Los pueblos sólo mirándolo a Él podrán encontrar solución. Si volvemos la espalda a Cristo, seguiremos viviendo en este absurdo "del rebaño disperso". Pero no sólo Cristo, si lo grandioso es que Cristo quiso identificarse con su pueblo de bautizados de todos los tiempos para realizar también su misión regia, su misión de rey; y a nosotros, jerarquía y pueblo, nos toca proclamar la realeza eterna, única, universal de Cristo y hacer que todos los pueblos, las familias, los hombres se le sometan. No es un dominio despótico, es un dominio de amor, es la meta de nuestra libertad, como decía San Pablo: "ser libres para amar en Cristo Jesús". CRISTO, VERDADERO REY-PASTOR DE TODOS LOS PUEBLOS 1. Penuria de los pueblos mal gobernados 2. Buenos y malos pastores del pueblo 3. Cristo Rey-Pastor 1. PENURIA DE LOS PUEBLOS MAL GOBERNADOS a) El Profeta Jeremías y su tiempo (cautiverio de Israel) - Jeremías se dirige a los reyes... Las lecturas de hoy nos invitan a ver la penuria, la calamidad, la miseria de los pueblos cuando tienen malos gobernantes y malos pastores. Quiero recordar que el profeta Jeremías se está dirigiendo, en la primera lectura de hoy, a los gobernantes, a los reyes de Judá. Al pobre profeta de Jeremías -quizás el profeta de alma más delicada, al profeta que por temperamento no quería conflictos-, lo llamó Dios para ser un profeta conflictivo. Joven, todavía, se llenó de ilusiones cuando el rey Josías emprendió una restauración nacional, una renovación religiosa a base de la palabra de Dios; todo iba bien, pero mataron a Josías allá en Meguiddo y entonces comenzó la calamidad de reyes incompetentes buscando alianzas, realizando acciones políticas muy equivocadas. - Jeremías tuvo que anunciar la dispersión del pueblo El profeta Jeremías tuvo que anunciar cosas muy desagradables. Tuvo que anunciar hasta la deportación del pueblo cuando nadie pensaba que el pueblo podía sufrir una humillación tan grande como era la de ser cautivo y llevado al destierro. Por esto cayó mal, era más fácil halagar y decir a los gobernantes: "¡Todo está bien, sigan por allí!", pero el profeta, en nombre de Dios, tuvo que decir: "¡Eso no está bien!, ¡eso es un error!" y denunció los pecados de su tiempo. Este profeta tuvo que ver cómo se iba despeñando, cada vez más, bajo su propio país. Entonces, describe con palabras que sólo por mandato de Dios tuvo que ir a decir a los gobernantes de Israel: "¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño!" - Dispersión Si hacemos una síntesis de las calamidades de un pueblo mal gobernado encontramos en la profecía de hoy la dispersión. La autoridad que debe de ser una fuerza moral para unir, por sus errores se convierte en fuerza de dispersión, rebaño sin pastor. La expulsión, también condena Jeremías ese pecado. Los gobernantes que en vez de atraer a las ovejas a un solo redil, expulsan, reprimen, ahuyentan, no las cuidan. - El temor... espanto Denuncia también el profeta: el temor, el espanto. Un rebaño asustado, un pueblo bajo el terror, un pueblo amedrentado. Lo he vivido ayer allá por los pueblitos de Chalatenango. ¡Qué miedo se siente en las gentes! Cómo hay hombres que no llegan a sus casas, tienen que estar en las montañas, ¡verdaderamente ovejas dispersas, temerosas! - Perderse... Por último -dice el profeta-, las ovejas que se pierden. ¿No les parece oír aquí el eco de los desaparecidos? Las ovejas que debían ser cuidadas en el redil con cariño de pastor son perseguidas, son desaparecidas, son marginadas. b) Lástima de Jesús porque ve a la multitud como rebaño sin pastor... Salta bien el cuadro que nos presenta el evangelio de los tiempos de Cristo. Cristo quiere buscar un momento de reposo, pero la gente lo necesita y va allá y lo encuentra. Es una muchedumbre, una muchedumbre que el evangelio describe con palabra inigualable: "Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima porque andaban como ovejas sin pastor y se puso a enseñarles con calma". No había prisa, ya no había cansancio; las ovejas lo requieren. Este sí que es buen pastor. - Pueblo sin unidad, sin identidad... Pero lo que el pobre Jesús encuentra es un pueblo que ha perdido su unidad, su mística, que busca en sólo soluciones de la tierra la solución política de su tiempo; se ha olvidado de Dios y no hay quien lo oriente a esa búsqueda. Él se pone a enseñar que la única salvación viene de Dios, que Dios nos ama, que Dios no nos ha desamparado, que nos amemos, que no nos dispersemos. Tal sería la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo. - Pueblo judío: odio, orgullo... También San Pablo, en su segunda lectura, en su carta a los Efesios, tomando un versículo antes del que hoy se ha leído, nos presenta a la humanidad dividida entre los judíos, que precisamente por ese privilegio de tener la promesa y la revelación se ha hecho un pueblo orgulloso u egoísta, ha levantado un muro en el propio templo para que no pasen los gentiles. Los gentiles es la otra parte de la humanidad a la que los judíos consideran como perros, enemigos; y aquellos gentiles les tienen odio. - Sin esperanza y sin Dios en el mundo... Así era la situación, no había paz, faltaba unidad. Este es el pueblo del que San Pablo nos dice hoy: "excluidos de la ciudadanía de Dios, extraños a la alianza y a la promesa, sin esperanza y sin Dios". ¡Qué triste!, sin esperanza y sin Dios en el mundo. No hay cosa más horrible que cuando un pueblo ha perdido la figura de Dios, la orientación de Dios. Por eso, a mí me llena de esperanza una Iglesia encarnándose en el mundo, aunque la critiquen. Encontrando eco en ustedes, queridos hermanos que llenan la Catedral, las ermitas y lugares donde se hace la reflexión cristiana esta mañana, reflexionemos sobre nuestro pueblo. ESTE ES EL PUEBLO MAL GOBERNADO Aplicando este mismo trasfondo, yo quisiera que nos fijáramos precisamente en el ejemplo que nos da hoy Nicaragua. Costó más de 25.000 vidas humanas un descontento. Un pueblo que no era escuchado y que para escucharlo fue necesario llegar hasta este baño de sangre. Lo que es absolutizar el poder, ¡endiosar el poder! Un tirano se piensa indispensable y no le importa que se mate todo su pueblo. La experiencia de Nicaragua nos hace pensar, también, que un poder no se puede mantener con la represión ni con la corrupción de sus funciones. Llega un momento en que el pueblo se cansa de ser explotado y oprimido. Una magnífica lección para quienes creen... en esa fuerza que no puede mantenerse. Pero como algo que debemos de tener en cuenta, ustedes vieron publicada una reflexión del embajador de los Estados Unidos. Sería un error, absolutamente imperdonable, cerrar los ojos a esta dramática lección de los trágicos eventos en el país vecino. Un sentido de prudencia simplemente nos debe hacer reflexionar. También para nuestra iglesia es una lección. En el conflicto de Nicaragua no sólo el Arzobispado, sino toda la conferencia episcopal se supo unir y denunciar juntos las injusticias y apoyar e iluminar al pueblo. Sin identificarse con los sandinistas la Iglesia jugó un papel muy importante porque se mantuvo cerca y fiel al pueblo. Por eso, ahora los Sandinistas confían en la Iglesia, no la consideran aliada con Somoza ni aliada tampoco con unas fuerzas revolucionarias, sino que la consideran la Iglesia madre que supo comprender y que en este momento de reconstrucción saben que cuentan con su iluminación cristiana. Es muy triste pensar también -es otra reflexión- que la gran alegría, entusiasmo y esperanza que ha despertado en nuestro pueblo salvadoreño esa alborada de liberación de nuestro hermano país, Nicaragua, nuestro gobierno y las clases dominantes aún no quieren compartir ese gozo de liberación nicaragüense. Pero cabe a la Iglesia la alegría y la satisfacción de haber sido solidaria con el pensamiento de la Iglesia de Nicaragua y sentirse muy cerca, ahora también, de su alegría y compartir sus responsabilidades desde la oración y desde la iluminación evangélica. Nos llena de gran esperanza -y como quien respira aires nuevos- cuando se publica el ideario de la nueva Junta de Gobierno donde, entre otras cosas, dice: "Se promulgará la legislación necesaria para la organización de un régimen de democracia efectiva, de justicia y progreso social. Se asegurará que el poder judicial tenga exclusividad de jurisdicción, funcione con la requerida idoneidad e independencia de criterio de sus miembros, restablezca la correcta aplicación de la justicia y garantice el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos". Nos ha llenado también de honda satisfacción la garantía que se ofrece a la plena vigencia de los derechos humanos concretándose precisamente aquellas cosas en que Nicaragua sufría la penuria de un pueblo mal gobernado, por ejemplo: la libertad de información y difusión del pensamiento: "Se derogarán todas las leyes que reprimen la libre emisión y difusión del pensamiento y la libertad de información. Libertad de culto: se garantiza el pleno ejercicio de la libertad de cultos, la libre organización sindical, gremial y popular. Se promulgará la legislación y se adoptarán las acciones que garanticen y promuevan la libre organización sindical, gremial y popular, tanto en la ciudad como en el campo". ¡Bendito sea Dios que en nuestra América Central hay siquiera un lugar donde se respete el derecho del hombre a organizarse, aunque ese hombre sea un humilde campesino!... Siempre en el cumplimiento de los derechos humanos: "Se derogarán todas las leyes represivas, especialmente aquellas que atentan contra la dignidad e integridad de las personas, terminándose con los asesinatos, las desapariciones, las torturas, las capturas ilegales y los allanamientos de hogares..." "Se abolirán todas las instituciones represivas como la oficina de Seguridad Nacional y el Servicio de Inteligencia Militar, que ha servido para la represión política del pueblo y de sus organizaciones". Traduciríamos aquí, en ciertas organizaciones de todos conocidas. Erradicación de los vicios de la dictadura: "Se erradicará la corrupción que ha caracterizado esta dictadura: apropiación fraudulenta de bienes, contrabandos, exenciones y dispensas ilícitas de impuestos, fraudes en las licitaciones, ventajas dolosas en los negocios de tierras, malversación de fondos del estado, etc." La aplicación de la justicia: "Se llevará ante los tribunales de justicia a los militares y civiles involucrados en los crímenes contra el pueblo..." Cuando habla del nuevo ejército de Nicaragua, dice: "En este nuevo ejército nacional, no tendrán cabida los militares corruptos y culpables de crímenes contra el pueblo..." Podrían citarse muchas otras cosas pero me llena también de alegría esto: "Se impulsará una política de repatriación de los nicaragüenses radicados en el extranjero, con el propósito de que pongan sus conocimientos y experiencias a servicio del país y participen activamente en las tareas de una reconstrucción y desarrollo". Ojalá, hermanos, estos bienes, que no son ningún favor sino simplemente los derechos de la persona humana, entre nosotros no sea necesario acudir a un baño de sangre. Todavía es tiempo de que podamos reconquistar por los medios racionales toda vez que haya buena voluntad para que el gobierno sea lo que dice la Biblia hoy: "el pastor comprensivo del pueblo". Quiero saludar también, a los hermanos nicaragüenses que se encuentran entre nosotros. Naturalmente yo distingo dos clases de refugiados en nuestro país: los que se sienten felices en esta hora en que alborea la libertad de su pueblo, y a ellos les exhorto a que vayan con el propósito de construir una patria más justa y más humana que nos haga más presente el reino de Dios entre nosotros. Pero hay otra clase de los que han venido huyendo, derrotados de la caída de su líder; con ellos también El Salvador se muestra hospitalario, pero les advierto, al darles una bienvenida, que no se vayan a ser cooperadores, que acreciente o perfeccione la represión en nuestro pueblo... Los sentiremos en casa toda vez que como nosotros, traten de convertirse de la injusticia, del atropello, del desorden hacia ese mundo nuevo que queremos inspirar en nuestro Pastor y Rey Jesucristo. Por otra parte, queremos informarles que Cáritas está cumpliendo una misión de Iglesia para con la Iglesia de Nicaragua. Ya se están enviando las cantidades recogidas que son: 80 quintales de maíz, 38 quintales de frijol, 12 quintales de azúcar, 32 quintales de arroz y cantidad también en efectivo de la cual informaremos más detalladamente. Queda abierta la mano para seguir recogiendo la ayuda que ustedes quieran dar al querido pueblo de Nicaragua. Y hago una exhortación para que todos seamos un pueblo hospitalario mientras la hermana república así lo necesite. Allí vemos ya, el reflejo de nuestra situación. También de nuestro pueblo podemos decir lo del evangelio de hoy: un rebaño disperso buscando una unidad, una salida de este callejón. Siguen las amenazas. Se amenaza a los centros del Consejo Salvadoreño de Menores y nos solidarizamos con su angustioso llamamiento para que cesen estas amenazas a unos centros donde sólo se hace el bien. Hay una larga lista de escuelas, asilos, de centros de orientación en el territorio de nuestro país, tanto del Estado como de la Iglesia en este campo de la infancia y de la juventud; se hace mucha obra buena. Ojalá que estas amenazas irracionales no prosigan con esta clase de instituciones y de obras que más bien necesitan el apoyo de nuestro pueblo. Los maestros, que han sufrido tantas humillaciones en el mes pasado, continuaban esta semana una nueva fase de la huelga. Se trataba de un pliego de peticiones, una plataforma reivindicativa. Nuestra emisora, YSAX, hizo un comentario que me parece muy atinado. Sería lo correcto, antes que abusar de la huelga, el recurso al diálogo que tiene siempre una fuerte importancia en el país. ANDES debe hacer todo lo posible para el diálogo. Pensamos que la huelga o el paro programado para esta semana en vez de favorecer ese diálogo puede dificultarlo y que es mejor que ANDES haga alianza con diversas instituciones educacionales especialmente la Federación de Colegios Católicos, que sé que está bien dispuesta para apoyar presiones ante el gobierno a favor de sus justas reivindicaciones. ANDES tiene que aprender a hacer alianza dentro de los que trabajan en el campo educativo y no arrogarse la pretensión de que ellos sólo se preocupan por el magisterio nacional. Otras fuerzas educativas lograron exigir para los maestros en el último Congreso de la Reforma Educativa sustanciales propuestas en su favor. ¿No sería también posible que esas otras fuerzas distintas de ANDES, en solidaridad con ANDES, lucharan por los medios racionales del diálogo?. Lo mismo quisiera decir a todos esos conflictos laborales que aún quedan en pie. Me alegró mucho la noticia en El Mundo de cinco conflictos laborales resueltos en el Ministerio de Trabajo. Ese es el ministerio del Ministerio de Trabajo. Dice -el periódico- que quedan todavía 253 conflictos que implican revisión, firma o reformas a los contratos colectivos de trabajo y que en estas diligencias está trabajando todo el Departamento de la Dirección General de Trabajo. Quisiera decirles a los queridos obreros, con quienes la Iglesia siempre ha estado solidaria, que sepan distinguir el campo laboral, su problema de la fábrica de otros sentidos de solidaridad que también son válidos, pero que muchas veces pueden sobrepasar la capacidad de un conjunto obrero-patronal. Mucho cuidado, también, con la politización de la huelga, cuando ya también traspasa los límites laborales. En una palabra, que sepamos dejarnos guiar de la racionalidad y no del capricho y de la prepotencia. Este pueblo disperso sigue lamentando las múltiples capturas arbitrarias y muchas, ya con visos de desaparecimiento. María Josefina García y Francisco Martínez Canizález, en el Cantón Las Ventanas de El Paisnal; María Josefina apareció después asesinada. Luis Abel Corbera Romero y Antonio Corbera Romero, hermanos, también ellos ya no se sabe dónde están, su padre Esteban y una niñita de 4 años, Marcela, fueron también golpeados, aunque ya están en libertad. Miguel Angel Terezón Ramos, estudiante, cuando entraba a su imprenta, Offset Atlántida, fue capturado; por su causa FAPU ha ocupado la Iglesia El Calvario reclamando su libertad y la familia pide también que se respeten los bienes de su tipografía. Salvador Flores Benítez, tiene 23 días de desaparecido. David Eleoneo Ponce, capturado allá por el parque de Pasaquina, sus padres me envían un angustioso llamamiento de ayuda, preocupados y angustiados dicen: "Por nuestro hijo nos dirigimos a usted para que haga públicamente la petición de libertad de nuestro hijo. Queremos que nos lo entreguen vivo, Dios quiera que no lo hayan matado como ha sucedido con muchos capturados en el país". He sido testigo de la aflicción de esta madre; como cualquier madre aquí lo puede comprender, andar buscando por diversos centros de seguridad y encontrar a su propio hijo y no encontrar razón de su paradero. Sé que ha sido amenazado de muerte por la UGB el Dr. Rogelio Monterrosa Sicilia, abogado de Santiago de María. Quisiera el Señor que no progresen estas amenazas, sino que se oiga la voz de la conciencia que clama claramente con el quinto mandamiento "no matarás". Quiero hacerme eco de los habitantes de una porción de la colonia 10 de Septiembre, la cual ha sido amenazada de desalojo para construcciones modernas. Sería bueno tener en cuenta que es gente pobre y que si el progreso del país es deseable, no debe de ser sobre base de injusticias y de atropellos, sobre todo a los pobres. Quiero referirme al incendio de La Crónica del Pueblo. Cuando salíamos de Catedral el domingo pasado, una persona me dejó estas líneas con C 5.00 diciéndome: "Para que en esta trágica hora demos una mano al prestigiado periodista y que pueda nuevamente salir a la luz tan valiente periódico. Lo mismo haríamos con los medios de comunicación del Arzobispado, porque están al lado del pueblo sufrido...". Si encuentra eco este llamamiento yo quisiera reforzarlo con unos gestos muy simpáticos que ha encontrado ese periódico; por ejemplo: cuando sus voceadores espontáneamente se ofrecieron a ir a arreglar el desorden que dejó el incendio, y cuando sé que varios obreros están levantando cuotas para ayudarle a su restauración. He hablado con el director del periódico, el Dr. González, el cual agradece estos gestos. Si se tiene la buena voluntad de ayudarle, él quiere proceder también con toda limpieza; con sus ayudas primeras que han llegado ha abierto una cuenta en el Banco Cuscatlán, a donde los que quieran ayudarle pueden enviar sus colaboraciones. La cuenta del Banco Cuscatlán es bajo el número 05771. Saludamos la aparición de un nuevo esfuerzo periodístico y es la agencia periodística Independiente, API, ya sale su número 13 y siente también allí los visos de la libertad de expresión. Lo saludo y apoyo ese gesto que ojalá se mantenga siempre como una voz de la verdad. 2. BUENOS Y MALOS PASTORES DEL PUEBLO Todo esto nos hace pensar que la realización de un pueblo está en proporción de sus gobiernos, de sus pastores. Así se entiende entonces lo que diré ahora como segunda reflexión del tema de esta homilía que es Cristo, verdadero Pastor de todos los pueblos. Lo que se destaca en las lecturas de hoy es que este Rey Pastor necesita la colaboración de los hombres, así participamos también de su dominio para poner las cosas bajo el dominio de la moral y de la ley de Dios, los cristianos y todos aquellos aún no cristianos, pero que tienen una responsabilidad como gobiernos de los pueblos, como pastores de los pueblos. Malos pastores - Jeremías se refiere a los reyes de Judea, aplicable a gobernantes y pastores de la Iglesia. Tanto el aspecto cívico como religiosos es el que se enfoca desde el profeta Jeremías, esta mañana, cuando el profeta doce: "Ay de los pastores que no cuidan el rebaño". Se está refiriendo a gobernantes y pastores también de Iglesia, juntos los que participamos en esa tremenda responsabilidad tenemos que analizar cuales son las características del mal pastor y cuáles las del buen pastor. - Dispersan en vez de unir Reprende Jeremías a los falsos pastores diciéndoles: "¡Ay de los pastores que dispersan al pueblo!. A los pastores que pastorean a mi pueblo. Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis. Pues, yo os tomaré cuentas por la maldad de vuestras acciones". Pensemos esto, que por encima de la bondad o de la maldad de gobiernos y pastores hay un Dios que impulsa al buen pastor al buen gobierno, e inspira las acciones buenas de los hombres que colaboran con él, pero es un Dios justiciero que amenaza tomar cuenta con todo rigor de las malas acciones que se han hecho en este sublime papel del gobierno. Multitud sin autoridad, eso parecía aquel pueblo que encontró Cristo, una muchedumbre sin pastor. Yo tomaré cuenta por la maldad de sus accione. Debe ser terrible caer en las manos de Dios cuando se ha endiosado tanto el poder. Tener que dar cuenta a alguien que está por encima de todos los poderes. A pesar de los malos pastores, Dios cuida. Dios cuida a su pueblo, dice en la primera lectura también y esto nos llena de mucho consuelo: "Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países a donde expulsé y las volveré a traer a sus dehesas para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen, ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá". ¡Esto es hermoso!. No todo está perdido, vendrán días mejores, el Señor suscitará, inspirará orientaciones mejores para nuestro pueblo que no sea un rebaño sin pastor, sino que haya verdadero amor que gobierne. b) Origen y sentido de la autoridad A este propósito, yo quiero remontarme -ya que remontamos la autoridad hacia Dios- en el Concilio Vaticano II cuando habla cómo tuvieron origen las comunidades políticas, cómo nacieron los países, dice: "Los hombres, las familias y los diversos grupos que constituyen la comunidad civil son conscientes de su propia insuficiencia para lograr una vida plenamente humana y perciben la necesidad de una comunidad más amplia, en la cual todos conjuguen a diario sus energías en orden a una mejor procuración del bien común. Por ello, forman comunidad política según tipos institucionales varios". La comunidad política nace, pues, para buscar el bien común, en el que encuentra su justificación plena y su sentido y del que deriva su legitimidad primigenia y propia. El bien común, etc... Pero son muchos y diferentes los hombres que se encuentran en una comunidad política, y pueden con todo derecho inclinarse hacia soluciones diferentes. A fin de que, por la pluralidad de pareceres, no perezca la comunidad política, es indispensable una autoridad que dirija la acción de todos hacia el bien común no mecánica o despóticamente, sino obrando principalmente como una fuerza moral, que se basa en la libertad y en el sentido de responsabilidad de cada uno. Es, pues, evidente que la comunidad política y la autoridad pública se fundan en la naturaleza humana, y, por lo mismo, pertenecen al orden previsto por Dios, aun cuando la determinación del régimen político y la designación de los gobernantes se dejen a la libre determinación de los ciudadanos. Síguese -de allí-... que el ejercicio de la autoridad política, así en la comunidad en cuanto tal como en las instituciones representativas, debe realizarse siempre dentro de los límites del orden moral para procurar el bien común... según el orden jurídico legítimamente establecido o por establecer. Es entonces cuando los ciudadanos están obligados en conciencia a obedecer. De todo lo cual se deducen la responsabilidad, la dignidad y la importancia de los gobernantes. Pero cuando la autoridad pública, rebasando su competencia, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rehuir las exigencias objetivas del bien común; les es lícito, sin embargo, defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de tal autoridad, guardando los límites que señala la ley natural y evangélica". (GS. 74). - El gobernante mandatario de Dios... Perdonen la cita, pero viene a decirnos esto que muchas veces es un equívoco: "Toda potestad viene de Dios"; es cierto, nadie puede gobernar si Dios no le da un poder. Pero así también Cristo le dijo a Poncio Pilato -cuando Pilato queriendo jactarse de su poder, de darle la vida o la muerte-: "No tuviera potestad sobre mí si no te fuera dada de arriba". Es decir, un gobernante será representante del Pastor y Rey mientras interprete el pensamiento y el amor de ese Dios que le da base a las leyes justas, pero cuando alguien absolutiza su poder y se erige ídolo del poder y se vuelve contra las leyes de Dios, contra los derechos humanos, el atropello del pueblo, entonces no podemos decir que esa autoridad viene de Dios. Si no se orienta legítimamente como Dios quiere, el pueblo, por amor al bien común objetivo que le ha dado razón de ser a la nación, tiene que obedecer hasta cierto límite, pero le cabe siempre el derecho de sus justas reivindicaciones. El ejemplo está muy cerca, pues, y ojalá que -decíamos a tiempo- volvamos hacia la fuente de toda autoridad que es nuestro Señor. - Venid a un sitio tranquilo: descansad... Por eso, el gesto del evangelio de hoy me parece una parte indispensable de nuestra reflexión cuando Cristo les dice a sus apóstoles ya escogidos para pastores para representar el Divino Pastor entre los hombres: "Vengan y descansemos un poco". Este descanso de Cristo tiene su sentido profundo en la oración. La oración, el acercamiento a Dios, el cotejar nuestra autoridad con la de Dios, eso tiene que ser oficio de todo aquel que gobierna sea en lo civil como también en lo eclesiástico. Si un pastor, si un gobernante se aparta de Dios, no une con Dios su poder, entonces más que una fuerza unitiva, como nos ha dicho el Concilio, se convierte en una fuerza de dispersión, y entonces, en vez del bien, se hace el mal. Es necesario entonces aquí un llamamiento a todo el pueblo de Dios, que desde el bautismo participa en esa prerrogativa de Cristo Rey, para hacer que las estructuras de la tierra, las conciencias de los hombres, la familia, todo lo que es el mundo, la sociedad, la orientemos para ponerlo bajo el imperio de Dios; la misma política, para que no se desvíe de su verdadero objetivo sino para que oriente hacia Dios el gran papel de los cristianos. Atender a Cristo, que los llama a reflexión frecuente para ver por dónde camina su responsabilidad y su vida, para hacer de nuestra vida un compromiso que sea verdadera colaboración del reinado de Cristo en el mundo y no al revés: de apartarle a Cristo el imperio y someterlo al imperio del pecado, al ídolo del dinero, al ídolo de abuso; sino que el verdadero Dios que pedirá cuenta de esta participación que nos ha hecho de su poder divino, se satisfaga y goce en que hay hijo que uniéndose íntimamente con Él, gobiernan o procuran que la creación se oriente hacia Dios. 3. CRISTO, REY Y PASTOR a) El prometido. Cualidades: justicia y derecho En la primera lectura de hoy se ofrece como una promesa bendita del Señor, que hará surgir un rey justo: "Mirad que llegan días en que suscitaré a David un vástago legítimo, reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra, en sus días se salvará Judá; Israel habitará seguro y lo llamarán: el Señor nuestra Justicia". b) La gran obra: unificar dos pueblos – paz - hombre nuevo - reconciliación La segunda lectura de San Pablo nos presenta a Cristo precisamente como el Rey Pastor que une los dos pueblos divididos. "Aquel muro que significaba en el templo de Jerusalén la separación de los gentiles y de los judíos -dice San Pablo- quedó abolido, lo rompió Él con su propio cuerpo muriendo en la cruz". Allí quedó clavado el odio, allí deshizo también las divisiones de los hombres. Él es nuestra paz. No olvidemos esta hermosa frase de la lectura de hoy: "Cristo es nuestra paz. Él reconcilió con Dios a los hombres y dio muerte al odio, vino y trajo la noticia de la paz. Paz a los de lejos, paz, también, a los de cerca. Unos y otros podemos ya acercarnos al Padre con un mismo Espíritu. Esta es la función del pueblo de Dios. Yo siempre he querido que distingamos mucho el pueblo de Dios del pueblo en general. Y cuando yo predico todas estas promesas de Dios, esta riqueza de la participación de Cristo Profeta. Sacerdote y Rey, me estoy dirigiendo a ustedes, comunidades bautizadas, cristianos porque por ese título de nuestro bautismo estamos llamados a ser responsables de un mundo que nosotros tenemos que salvar. Como pueblo de Dios, como pueblo profético participante de la realeza del Rey Pastor, cada uno de los bautizados tenemos que revisar nuestras actividades que no sean una contradicción a reino de Dios a su ley, sino que, al contrario, sean una colaboración fiel, un reflejo del reino de Dios en esta tierra. HECHOS ECLESIALES Pero este Cristo -repito- tiene una representación ahora, aquí en el mundo; somos nosotros, su Iglesia, la comunidad. Por eso, al enfocar la semana yo también me fijo en este quehacer típicamente eclesial, esto que debe ser nuestra tarea principal, sacerdotes, religiosas, fieles, todos los agentes de pastoral. No hacemos política, iluminamos la política desde nuestra luz evangélica pero lo principal nuestro es encender la lámpara del evangelio en nuestras comunidades. Por eso, me complace citar hoy del magisterio del Papa, precisamente iluminando al mundo unas palabras dichas esta semana a los ministros de agricultura a los expertos en alimentación. Reunida más de ciento cincuenta naciones para ayudar a los campesinos pobres, el Papa les dijo: que les ayudaran a través de la redistribución de los ingresos; y dijo también el Papa que los campesinos deberían tener voz en las decisiones políticas. Buenas palabras de su mensaje que yo quiero recoger aquí para que vean cómo el Papa también, si es cierto que aconseja a los sacerdotes su función sacerdotal, también recomienda este otro aspecto. Y no hay quien pague campos pagados para citar este otro aspecto de mensaje del Papa... Sería bonito que con el mismo interés con que se publican campos pagados para reclamar interesadamente a los sacerdotes una parcialización de su ministerio, se pagaran también para publicar los discursos del Papa en Oaxaca, en Monterrey, en Santo Domingo y en parte de su encíclica, donde claramente reclama contra todos estos abusos que la Iglesia, y por tanto los sacerdotes tenemos que reclamar. Nuestra comunidad Arquidiocesana saluda fraternalmente en esta semana a la diócesis de Santiago de María y de Santa Ana que celebran sus fiestas patronales, Santiago el Apóstol, el 25 de julio, y Santa Ana, el 26 de julio. Ya me referí bastante a las fiestas de la Virgen del Carmen pero quisiera recalcar estos dos grandes recursos para nuestra pastoral, es la presencia de María en nuestro pueblo, una gran bendición de Dios. ¡Un pueblo tan mariano! Y segundo, la riqueza de nuestra religiosidad popular. No la perdamos, hermanos, esa herencia de nuestros padres y abuelitos; aunque nos parezca un poco ridícula, tal vez, e imperfecta, es la religiosidad de nuestro pueblo. A través de ella, cultivándola, podemos encontrar la religión que Dios quiere para este tiempo. Estuve ayer en San Miguel de Mercedes, cabalmente cumpliendo mi deber de animar a las comunidades cristianas que se cultivan allá. Los retenes militares a uno y otro lado de la entrada del pueblo impidieron que mucha gente llegara y tuvo que retroceder. A mí, también, me bajaron del carro y lo registraron. ¡Hasta del obispo se sospecha! Y me dijeron después que era por mi seguridad. Si fuera por mi seguridad, pensaba yo, ¿por qué dudan de dónde voy sentado? Y también les dije, "¿Por qué no permiten que esta gente que han detenido, entre conmigo? Voy a entrar a pie con ellos". Eran mujeres; no las dejaron entrar. Después tuve la oportunidad de ir a buscarlos a San Antonio Los Ranchos y allá me esperaban porque tenían muchos deseos de conversar con su pastor. Yo creo que aquí, lo mismo que el cordón de militares que nos pusieron en Catedral para nuestra vigilia, se está tratando de estorbar a la libertad de nuestra Iglesia. Yo quisiera respetuosamente suplicar, que no se repitan estos gestos, porque hacen a nuestra Iglesia una ofensa aunque sea con el pretexto de una seguridad a su Pastor. Yo les quiero repetir lo que dije otra vez: "El pastor no quiere seguridad mientras no le den seguridad a su rebaño..." Nuestra gira de ayer terminó en el simpático cantón de La Aldeíta; donde la comunidad de sacerdotes, religiosas y seminaristas menores, se encontraban en una fiesta de familia. Allá saludé, ya en su puesto, a un nuevo joven diácono que viene a prestarnos todo su servicio: el diácono Jaime Paredes a quien saludamos y le deseamos que se incorpore bien en esa comunidad ejemplar y que muy pronto tengamos la dicha de ordenarlo sacerdote. A propósito de la vigilia que ya mencioné, y dejando ese aspecto desagradable de la vigilancia militar, quiero felicitar a las Vicarías que promovieron esa larga jornada de oración de cuarenta horas. Participaron muchas comunidades de sacerdotes y fieles venidos de toda la república. Tuve la oportunidad de saludar, también allí, a otro sacerdote que viene a prestarnos oficios, al Padre Luis, que ya estuvo con nosotros y al que le doy la bienvenida y le deseo muchos éxitos en nuestro campo tan necesitado de su colaboración entusiasta. Se publicó un documento que saldrá publicado en Orientación, donde los sacerdotes reafirman su propósito de realizar su vocación sacerdotal. A la luz de la reflexión ante la muerte de un sacerdote asesinado en el cumplimiento de su deber, los sacerdotes quieren revitalizar nuestras vidas y nuestras organizaciones parroquiales con la oración, la convivencia, el estudio y la práctica de construir las bases del reino de Dios. Un pronunciamiento también de las religiosas en solidaridad con los sacerdotes, le daremos publicación en nuestro próximo número de Orientación. Saludamos a la nueva directiva de Federación de Colegios y de Escuelas Católicas. Quiero también denunciar hoy que a nuestro hermano, el sacerdote Astor Ruiz, que venía de recibir un curso en Colombia donde se estudió con sacerdotes y religiosas de otras naciones el documento de Puebla, no lo dejaron entrar en el aeropuerto y lo despacharon de vuelta para Guatemala. Lo mismo sucedió ayer con otro sacerdote que ha trabajado mucho entre nosotros, el Padre Juan Deplank llegó hasta el aeropuerto y también lo despacharon de vuelta para Guatemala. No hay, pues, libertad para nuestros sacerdotes en el cumplimiento de estas misiones que a veces requieren transponer las fronteras. En lo particular quiero unirme al dolor de la familia de doña Abigail de Girald, en San Miguel, que murió ayer. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR De esta manera, revisando nuestro hacer como comunidad de Iglesia y nuestra vida también nacional a la cual esta Iglesia pertenece compenetrándose mútuamente intereses de Iglesia e intereses de patria, no debíamos de ser dos entidades antagónicas sino complementarias, pero eso sí, a base de tomar inspiración una y otra, del único Rey y Pastor: Cristo nuestro Señor. Un pueblo sólo podrá ser pueblo cuando sea dignamente tratado, respetado en sus derechos, cuando sus gobernantes y el pueblo todo, las fuerzas vivas, miren hacia arriba y esperen a aquel que es nuestro rey, nuestra justicia, nuestra paz, Cristo nuestro Señor. No hay otra solución, queridos hermanos. Querer construir una patria, un porvenir, un mundo mejor de espaldas a Cristo es querer edificar sobre arena. Los vientos, las violencias derriban todo eso, sólo el que edifica sobre la roca de la fe, sobre la inspiración del Rey que Dios ha puesto para regir a los hombres en su vocación de la tierra y en su vocación del cielo, sólo así, gobiernos, obispos, padres de familia, gobernantes, colaboradores, agentes de pastoral, todo lo que es trabajar por la patria y por la Iglesia, sólo en la inspiración del Cristo que tiene compasión de la muchedumbre y que si no falla la colaboración nuestra, siempre encontrará recursos divinos o encontrará hombres mejores que nosotros, para que le ayuden a gobernar el pueblo. Quiera el Señor, pues, que esta reflexión nos lleve a tomar nuestro puesto en la sociedad, en donde quiera que nuestra vocación nos ha colocado y mirando hacia nuestro Señor e inspiración, sepamos darle a nuestra vida su verdadero sentido, donde cada uno hace patria y hace Iglesia. Así sea... Queridos hermanos, estimados radioyentes:
- Será un homenaje a la Virgen del Carmen Mañana es un gran día para la devoción popular, es el día de Nuestra Señora del Carmen. Yo quiero dedicar esta reflexión de hoy como un homenaje a esa devoción de nuestro pueblo, invitando a todos ustedes, a que miremos en María el modelo de nuestros compromisos cristianos. - La Iglesia y María Hubo en el Concilio Vaticano II una discusión bastante profunda acerca del puesto que el Concilio iba a dar al tratado de la Virgen María, Madre de Cristo. Algunos padres muy devotos de María querían que fuera un tratado aparte, un documento aparte que tratara de la Virgen. Otros, con una visión eclesiológica más promovida y desarrollada, decían que la Virgen María no debía separarse del tratado de la Iglesia y que debía ser un capítulo más en la Constitución sobre la Iglesia. Los que siguieron el Concilio en sus deliberaciones recordarán cómo se publicaron, como siempre, cosas desatinadas como si unos fueran devotos de la Virgen y otros no. A pesar de las apariencias, venció la opinión de que el tratado de María tenía que coronar el tratado de la Iglesia. No se trata de dos tratados distintos, sino que es una sola cosa: la Iglesia y María. Así pudo escribir el Concilio, en el último capítulo de la Constitución sobre la Iglesia dedicado a la Virgen, esta hermosa observación: "Proclamada María como miembro excelentísimo y enteramente singular de la Iglesia y como tipo ejemplar y acabadísimo de la misma Iglesia en la fe y en la caridad, y a quien la Iglesia Católica, instruida por el Espíritu Santo venera como a Madre amantísima con afecto de piedad filial...". Por eso quedó la reflexión sobre la Virgen María en el Documento de la Iglesia, porque la Iglesia, nosotros que somos la Iglesia, miramos a María como el tipo -una palabra que expresa el paradigma, el modelo- aquella persona en la cual la Iglesia ha realizado sus ideales. María es el modelo y hacia ella, parecerse a ella, se orienta el trabajo de la Iglesia. El día en que cada católico se propusiera parecerse a María como miembro de la Iglesia, tendríamos la Iglesia soñada, la Iglesia ideal. Mirémosla hoy, con motivo del día del Carmen. - En María aprendemos a vivir nuestras prerrogativas y responsabilidades de Iglesia Las reflexiones bíblicas que nos presenta la liturgia de la palabra este domingo se prestan para poner en María la mira de nuestras aspiraciones y ser como ella, porque sólo así podemos ser como Cristo nos pide en el evangelio de hoy. Ella, siendo el modelo de la Iglesia, realiza las prerrogativas, los deberes de la Iglesia en el mundo. - Hoy las lecturas nos iluminan nuestra prerrogativa de profetas ¿Cuál es la prerrogativa a que se refiere hoy la lectura bíblica?. Pues, continúa como el domingo pasado, con el tema del profetismo, y el mismo Concilio dirigiéndose a ustedes los laicos, los que no son sacerdotes ni religiosos: ustedes casados, ustedes gente en el mundo, ustedes que forman la mayor parte de la Iglesia, los bautizados, oigan lo que dice a este respecto: "Cristo, el gran profeta que proclamó el reino del Padre con el testimonio de la vida y con el poder de la palabra, cumple su misión profética no sólo a través de la jerarquía que enseña en su nombre y con su poder, sino, también, por medio de los laicos a quienes, consiguientemente, constituye testigos y les dota del sentido de la fe y de la gracia de la palabra, para que la virtud del evangelio brille en la vida diaria, familiar y social". Lo que quiere decir es que así como María es el prototipo de la Iglesia, también cada seglar, cada padre de familia, cada laico, cada hombre, cada mujer, tendría que capacitarse para realizar en el mundo como laico, una función profética; y les ha dado también la gracia de la palabra. La palabra sencilla del padre de familia que aconseja, del amigo, del esposo; toda esa palabra amorosa, eficaz, si va ungida del sentido de la responsabilidad profética, ¡qué eficaz sería para que el reino de Dios se implantara en la familia, en el gobierno, en el comercio, en la economía!. Es grave esta responsabilidad profética que ustedes tienen como pueblo de Dios y, yo, como jerarquía; en el nombre y con la autoridad de Cristo, el gran profeta, ustedes y yo formamos, dentro de nuestra propia vocación, la misión profética de la Iglesia. María, tanto para ustedes pueblo de Dios, es una laica; María no es sacerdote ni religiosa; María es una esposa, María es una medre de familia, María es una mujer seglar. Allí estuviera sentada en las bancas de la Catedral como una de estas mujeres que me escuchan y no la distinguiría. Pero su corazón lleno de este carisma profético absorbía las palabras del gran profeta, Jesucristo su hijo, para realizarlas con el amor, la fe, la caridad, con la valentía y la entereza con que un seglar tiene que ser profeta también en el ambiente en que le toca vivir. Ofrezcámonos a María, Nuestra Señora del Carmen, más que vestir un escapulario, a veces sólo por rutina. Si lo vestimos como una convicción de nuestra alianza con María, ¡magnífico!, pero no tomemos el escapulario sólo como un pasaporte: que el que muera con él se va a salvar. ¡Mentira!, si no hace la voluntad del Padre aunque diga: "¡Señor, Señor!", no se salvará. La misión profética, María me la enseñará y, entonces sí, su santo escapulario será una consigna de mi encadenamiento, de mis compromisos, no tanto con ella, que también ella es esclava del Señor, sino con el Señor. CRISTO NOS HA CONFIADO UNA MISIÓN PROFÉTICA 1. Las condiciones del verdadero profeta 2. Los falsos profetas 3. ¿Cuál es nuestro mensaje profético? 1. LAS CONDICIONES DEL VERDADERO PROFETA a) Escogido por Cristo ¿Cuáles son las condiciones del profetismo auténtico?. No tenemos más que volver a repasar el evangelio de hoy donde Cristo nos presenta la figura del apóstol enviado como profeta. Todos nosotros somos por el bautismo la continuación de este mensajero de Dios en el mundo. - Vocación - misión - autorización Les dice Cristo en su evangelio de hoy: "Dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos, los llamó y los envió de dos en dos". Esto es lo primero. Un sentido de autorización de parte de Cristo. El domingo pasado ya mencionábamos que todo profeta tiene que tener una vocación, una unción, una misión. Tal aparece hoy cuando ya se trata de los profetas del Nuevo Testamento. Los llamó: "No fuisteis vosotros los que me escogisteis. Yo os escogí". El profeta es un escogido de la iniciativa de Dios y lo envía. Sólo puede predicar el que es enviado. Sólo puede decir "Esto manda decir el Señor" el que ha oído al Señor que le dice: "Ve y dile a ese pueblo". Y la autorización, de allí depende la categoría de la misión profética, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. - Superioridad del apóstol ("representante" de Cristo) sobre el profeta del Antiguo Testamento Resulta que los profetas del Antiguo Testamento recibían esa misión, pero los apóstoles recibieron de Cristo una misión, una autorización que los identifica con el que los envía. Son "representantes" de Cristo: "El que a vosotros desprecia, a mí me desprecia, y el que a vosotros atiende a mí me atiende". Hay una autorización más íntima entre nosotros, pueblo de Dios, con Cristo, que entre el profeta del Antiguo Testamento y Dios. Ellos eran mensajeros, nosotros como pueblo de Dios no sólo somos mensajeros, sino Cristo va como inserto en la vida de este pueblo de Dios y es Él el que habla. b) Sentido comunitario ¿Qué otra condición señala el evangelio hoy?. Un sentido comunitario. Mandólos de dos en dos y les dijo que se hospedaran en la casa de una familia, en el pueblo. Y predicarían en el pueblo. Si el pueblo acepta, la paz vendrá a ese pueblo, pero si el pueblo los rechaza, que se vayan, que ese pueblo, el pueblo, es el que será cómplice de que no sea recibida allí la fe. Entonces les dice: "Sacudan allí el polvo de sus sandalias para probar su culpa". El pueblo que ha rechazado al profeta que envió Cristo, que no quiso como comunidad aceptar el mensaje para formar una sociedad, una fraternidad que no sea la convivencia de lobos contra lobos, de gente que se tiene miedo una con otra, sino que acepta el mensaje de la fraternidad cristiana, será bendita; pero si no lo acepta, el signo de sacudir las sandalias es gesto de una reprobación de que Dios desahucia a esa sociedad. Líbrenos el Señor de que nuestra patria, de la cual se puede decir en estos días lo que decía Cristo llorando desde el monte Getsemaní sobre Jerusalén: "¡Jerusalén, Jerusalén, la que matas a los profetas, cuántas veces he querido recogerte como la gallina recoge a sus pollitos y no los ha querido!. Por eso vendrá la venganza de Dios y no quedará en ti piedra sobre piedra". ¡Líbrenos el Señor de una maldición semejante!. Todavía es tiempo de que aceptemos no sólo como individuos, sino como fraternidad salvadoreña el mensaje de Cristo que nos está mandando a través del pueblo cristiano, digo, el pueblo profético. ¡Hay tanta gente santa en nuestro pueblo!, y ¡se ora mucho!. Sigamos pidiendo, hermanos, para que el Señor haga eficaz la palabra de sus profetas y sea escuchada, y no vaya a ser maldecido el pueblo por el Señor. c) Espíritu de pobreza Otra condición del verdadero profeta es la bella descripción que Cristo hace cuando les da unas normas tan concretas y tan sencillas. - Figura de un peregrino Les encargó que llevaran un bastón y nada más. Ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias pero no una túnica de repuesto. Es decir, con comparaciones orientales, bíblicas, les está diciendo: vivan el espíritu evangélico de la pobreza. Esto quisiera yo resaltar esta mañana, más que todo cuando hay tanto sentido de egoísmo, de codicia, de envidias, de bienes materiales. Se pelean los hombres por estas cosas. Cristo les dice: déjenlas, preséntense con espíritu de pobreza. - La libertad que nace del espíritu de pobreza Porque, hermanos, nadie es tan libre como el que no está subyugado al dios dinero, y nadie es tan esclavo como el idólatra del dinero. Por eso, Cristo quiere romper la coyunda de esa idolatría y les dice: no se preocupen, confíen en la Providencia que dará pan, dará vestido, dará lo necesario. Vayan a predicar el reino de Dios, no por ganar dinero; este es un mal negocio. - El profeta Amós, que sale en la primera lectura, sintió tanta libertad cuando un falso profeta, más interesado del dinero que del reino de Dios, le dice: "Vete a comer tu pan allá en tu tierra, no vengas a profetizar aquí, no me estorbes. Este es el santuario nacional". Y el profeta Amós le contesta con una serenidad que sólo puede dar la pobreza: "Yo no soy profeta ni hijo de profeta, yo no tengo una profesión que se llame profeta; yo no soy más que un pastor, un sembrador de higos, yo soy un hombre raro del desierto. Fue el señor que me sacó de mi rebaño y me dijo: ¡vete a profetizar a mi pueblo de Israel!. No vengo aquí por negocio ni por comer pan, vengo porque Dios me ha mandado; yo tengo suficiente con mis vaquitas y mis higos. No necesitaba exponerme a estas humillaciones que tú, por sentirte grande en el santuario nacional, me diriges a mí, el pobre campesino". Esta es la libertad de los verdaderos grandes que son los pobres de espíritu evangélico. - Cuando Pablo VI hablaba de la renovación de la Iglesia, sólo señaló dos virtudes necesarias para nuestro tiempo: la caridad y el espíritu de pobreza. Y analizando por qué conviene hoy que la Iglesia y los cristianos vivan el espíritu de pobreza, dice esto: "Pensamos que la liberación interior producida por el espíritu de la pobreza evangélica...". ¡Fíjense qué hermoso!: "la liberación interior que da el espíritu de pobreza". Porque no basta no tener cosas. Hay gente pobre que no está liberada interiormente, busca con codicia, odia al que tiene resentimientos. Todo eso no es liberación de la pobreza, no basta ser pobre no teniendo bienes, sino que el verdadero pobre ha roto las cadenas interiores. Dice el Papa: "porque con esa liberación interior nos sentimos más sensibles, más idóneos para comprender los fenómenos humanos vinculados a los factores económicos". Nadie es tan comprensivo de la necesidad del dinero como el que tiene espíritu de pobre, porque sabe que el dinero sí es útil, que no se puede prescindir de él pero como medio, no como fin; como servidor del hombre, no para que el hombre le sirva a él. No esclavo del dinero sino señor del dinero. Sabe, el que es pobre con espíritu evangélico, mejor que el rico, usar el dinero; sabe el sentido económico de la vida mejor que el que está esclavizado al dios dinero. "También, dice el Papa, esa libertad interior de la pobreza dé a la riqueza y al progreso del que puede ser la riqueza generadora, el justo y severo aprecio que le conviene". Es decir, la riqueza es necesaria para el progreso de los pueblos, no lo vamos a negar; pero un progreso como el nuestro, condicionado a la explotación de tantos que no disfrutarán nunca los progresos de nuestra sociedad... no es pobreza evangélica. ¿De qué sirven hermosas carreteras y aeropuerto, hermosos edificios de grandes pisos si no están más que amasados con sangre de pobres que no los van a disfrutar?. El que es verdaderamente libre en su interior, aunque sea el que promueve las carreteras y los edificios, le sabrá dar el verdadero sentido. El verdadero sentido que el Papa llama un sentido justo y severo. Severo, esta es la palabra que falta: Una riqueza severa en el verdadero sentido de severidad para que el que la tiene sepa ponerla al servicio del bien común. Es lo que el Señor quiere con el Espíritu de pobreza: servir a los demás con todo el dinero que se tiene, con espíritu de disciplina, de autoseveridad. Otra ventaja de la pobreza: "Dar a la indigencia el interés más solícito y generoso". Nadie comprende tanto al pobre como el que es pobre evangélico. Sabe lo que significa el hambre de la madre, del niño, del tugurio, porque él también vive, tal vez no en las condiciones físicas iguales, pero sí en una espiritualidad de pobre que lo hace comprender y compartir. Compartir también con el que no tiene y es solícito y generoso. No da como de arriba abajo, ya no es tiempo de paternalismos, es tiempo de fraternidad, de sentir que es hermano, que me interesa. El interés del pobre, del campesino, del que no tiene. "Y, finalmente -dice el Papa- este espíritu de pobreza nos hace aptos para desear que los bienes económicos no sean fuentes de luchas, de egoísmos, de orgullo entre los hombres, sino que estén orientados por vías de justicia y de equidad, al bien común y, por lo mismo, más abundantemente distribuidos". Si no hay este espíritu que Cristo recomendó a los apóstoles, nuestra sociedad no se cambiará nunca. Por eso, ese mensaje de hoy, de Cristo enviando a sus apóstoles, no lo vemos como un recuerdo del pasado. ¡Ah, entonces no había capitales!, ¡entonces no había edificios que hacer!, ¡entonces no había carreteras que hacer!. Claro, que el progreso siempre ha sido un ideal del hombre, pero se convierte en egoísmo y en fuentes de rivalidades cuando no los anima este sentido de la virtud. Es una virtud cristiana el espíritu de pobreza, al que tenemos que convertirnos todos. He traído también conmigo el documento de Puebla para que miren que la Iglesia es severa consigo misma. En el número 144 dice textualmente: "La Iglesia requiere ser cada día más independiente de los poderes del mundo, para así disponer de un amplio espacio de libertad que le permita cumplir su labor apostólica sin interferencias: el ejercicio del culto, la educación de la fe, y el desarrollo de aquellas variadísimas actividades que llevan los fieles a traducir en su vida privada, familiar y social los imperativos morales que dimanan de esa misma fe. Así, libre de compromisos, sólo con su testimonio y enseñanza, la Iglesia será más creíble y mejor escuchada. De este modo, el mismo ejercicio del poder, será evangelizado, en orden al bien común". Y me alegro, hermanos, de que nuestra Iglesia sea perseguida precisamente por su opción preferencial por los pobres, por tratar de encarnarse en el interés de los pobres y decir a todo el pueblo, gobernantes, ricos y poderosos: si no se hacen pobres, si no se interesan por la pobreza de nuestro pueblo como si fuera su propia familia, no podrán salvar a la sociedad...". Hay otro número de Puebla que me interesa que lo conozcan para que miren la sinceridad con que la auténtica Iglesia está viviendo hoy. Hablando ya de la opción preferencial por los pobres, escribe Puebla esto: "La exigencia evangélica de la pobreza como solidaridad con el pobre y como rechazo de la situación en que vive la mayoría del continente -de modo que ya el ser pobre en la Iglesia es un gesto profético, es identificarse con la mayoría del continente- libra al pobre de ser individualista en su vida y ser atraído y seducido por los falsos ideales de una sociedad de consumo". ¡Cómo le interesa al pobre entender el espíritu evangélico de la pobreza!. Porque si hay enfermedad en el pobre y en la clase media para abajo, esta es la enfermedad más terrible: ser víctima de la sociedad de consumo, querer tener ya su televisor, querer tener ya también sus recepciones como las tienen los de más arriba; querer disfrutar la vida aún sin tener lo necesario para subsistir. El espíritu de pobreza será la mejor manera de conjurar esas tentaciones que aniquilan a la familia y la felicidad del hombre. De modo que la Iglesia opta por los pobres, para enseñarles a los pobres el verdadero sentido del desprendimiento; pero, más aún, así pobre la Iglesia, con espíritu evangélico de pobreza, dice Puebla: "...el testimonio de una Iglesia pobre puede evangelizar a los ricos que tienen su corazón apegado a las riquezas convirtiéndolos de esta esclavitud y de su egoísmo" (Nº 1156). ¡Qué sabio es el Señor Jesucristo al decirle a los apóstoles: que vayan a evangelizar con la figura de un peregrino pobre!. Y la Iglesia de hoy tiene que convertirse a ese mandato de Cristo. Ya no es tiempo de los grandes atuendos, de los grandes edificios inútiles, de las grandes pompas de nuestra Iglesia. Todo eso, tal vez, en otro tiempo tuvo su función y hay que seguírsela dando en función de la evangelización, servicio, pero, ahora, más que todo, la Iglesia quiere presentarse pobre entre los pobres y pobre entre los ricos para evangelizar a pobres y ricos... Y ya que en nuestro cariño filial a la Virgen le ha dedicado esta reflexión quiero mencionarla como Puebla la menciona también, citando precisamente al Papa, cuando en su homilía del santuario de la Virgen de Zapopan, recordaba que "De María, quien en su canto del Magníficat proclama que la salvación de Dios tiene que ver con la justicia hacia los pobres, parte también el compromiso auténtico con los demás hombres, nuestros hermanos, especialmente con los más pobres y necesitados y por la necesaria transformación de la sociedad". (1144). Son palabras textuales de Puebla y del Papa para que vean que la devoción a la Virgen no es alienante. Si mañana, día de la Virgen del Carmen, las muchedumbres corren a su imagen y a vestirse el escapulario, no olviden que María es, ante todo, una mensajera profética de Cristo y que en su cántico del Magníficat se acordó de los pobres, de los hambrientos y también dijo que Dios les pediría cuenta a los soberbios y a los orgullosos, a los ricos del mundo y los despediría vacíos si no se convierten a la pobreza de Dios. Si amamos a nuestra Madre, ella es el modelo, el paradigma del seguidor del evangelio. El modelo de los pobres de Yahvé. María, la pobrecita; a la que el Cardenal Pironio llama: "La que visita a América con los pies descalzos, con un niño pobre que nos hace ricos, con un niño indigente que nos hace libres". Una gran devoción a la Virgen, pero así, hermanos, una devoción liberadora, una devoción de la Virgen que nos haga aprender de María la libertad con que ella hablaba. Una devoción de la Virgen que nos haga sentirnos frente a Dios no para implantar nuestro modo de pensar o nuestra falsa prudencia, sino que sepa dar su cara por Cristo cuando por la injusticia del mundo queda clavado en la cruz, y cuando todos huyen ella se queda allí junto a Él. Ella es la valiente de Jehová, la que defiende los derechos de Dios y del hombre aun cuando cuesta humillaciones y peligros. 2. LOS FALSOS PROFETAS Ahora fijémonos en la primera lectura, se describe el triste papel del falso profeta. Era un pseudo-profeta, llamado Amasías. Tengamos en cuenta que Betel, donde este sacerdote ejerce, es un santuario rival de Jerusalén. Israel y Judea están divididos. Judea tiene su templo en Jerusalén, Israel tiene su templo en Betel. El reino del norte, Israel, ha florecido mucho, y sucede lo que pasa cuando la sociedad florece: hay muchos vicios, mucho lujo que es ofensa del pobre y el culto de sus santuarios se convierte también en un culto aparente. Allí manda Dios al pastor de Judea, a Amós, para que vaya a profetizar. Les invito a que ustedes mismos lean en las páginas breves de ese profeta Amós, la libertad con que se encara al rey Jeroboán II, anunciándole que no habrá paz si no hay justicia; que no se ordena mejor esa sociedad por el lujo, por la injusticia social; que ya es suficiente, que Dios vendrá con su día terrible y castigará. ¡Claro! Este lenguaje de reclamos estorba. Como si un pobre campesino se metiera en un baile elegante a amenazar, lo sacan inmediatamente. Así quisieron sacar al pobre Amós. Pero lo triste es que le hagan juego a la injusticia, a la opresión, al lujo desmesurado, al culto que no honra a Dios, sino que trata de quedar bien con la gente, que le hagan el juego los mismos sacerdotes del santuario de Betel... - Oposición al verdadero profeta ¿Cuál fue el triste papel de Amasías?. En la lectura de hoy lo han visto. Primero, oponerse a la voz del verdadero profeta. "Vidente, vete, refúgiate en tierra de Judá, come allí tu pan y allá profetiza. Allá haz lo que quieras, aquí no". Como si Dios no fuera dueño de todo el mundo y pudiera enviar sus mensajeros a todas partes. ¡Cómo estorba en ciertos ambientes la palabra que Pablo VI nos ha mencionado hoy: "¡la severidad de la riqueza!". No se quiere oír más que un lenguaje que aprueba injusticias, atropellos. ¿De qué sirve un Foro Nacional si allí sólo se llama a la gente que piensa como ellos?. ¿De qué sirve no escuchar la voz del Señor?. - Por intereses económicos ¿Qué otra cosa es el falso profeta?. Le dice el falso profeta a Amós: "Come allá tu pan". Esto es confundir la misión profética con los intereses económicos. Qué terrible es cuando la misión sacerdotal o profética se subordina al interés económico, cuando se ejerce el ministerio profético y sacerdotal subordinado a esos intereses sociales, económicos. Cuántas veces, queridos hermanos -y estoy hablando de ustedes los laicos que son pueblo profético de Dios-, logrando escalar un puesto en política ya no son los mismos que antes... ¡Cuántas traiciones tenemos que lamentar!. Aun, en el pudor de ciertas cartas que todavía conservan un dejo de amistad; me dicen: "usted comprende, yo no puedo pensar como usted porque si no me quitan el empleo, si no, no puedo tener esta ventaja que me han dado". Así tenemos una serie de subordinaciones como el profeta Amasías que pensaba que su gracia era ganarse el pan y pensaba que Amós iba también como un oficio. Pero se topó con el hombre independiente y libre: "Yo no trabajo por pan ni por dinero, yo vengo porque me ha enviado el Señor de Israel". - Por intereses políticos Y luego, también, subordina a intereses políticos cuando él le dice esto: "No prediquen aquí, que es la casa de Dios, porque este es el santuario real, el templo del país. Aquí hay que hablar como el rey quiere". Es la hora en que Amós se parece a Pedro: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres". No podemos trabajar por quedar bien con los de arriba. Nuestra palabra en nombre de Dios tenemos que decirla denunciando tantas injusticias. ¡Hay tantas maneras de hacerse cómplice con las manos criminales!. La iglesia no puede complicarse con todo esto, tiene que decir su palabra aun cuando caiga mal a aquellos que como en el caso de Amasías, tenían que hacer respetar más la voz de su rey que le mensaje de su Dios. 3. ¿CUÁL ES NUESTRO MENSAJE PROFÉTICO? Acuérdense que estoy tratando de hablar como miembro de un pueblo, de una diócesis, si bien es cierto que soy yo el obispo de la diócesis, pero yo no soy sólo el enviado con esta misión profética, es todo mi pueblo, son todos mis sacerdotes, son todos mis religiosos, los colegios católicos, son todos aquellos que forman la comunidad católica... y en nombre de todos ustedes, queridos laicos que me escuchan y que reflexionan conmigo, les digo cuál es nuestra misión profética. ¿Qué es lo que tenemos que predicar con nuestro testimonio y con nuestra palabra frente a un pueblo salvadoreño que necesita tanto esta luz cristiana?. Ustedes y yo somos responsables de que este mensaje de Cristo llegue a todos. Predicaban la conversión. Primero, un aspecto negativo. Oyeron en el evangelio de hoy cómo Cristo los envió sobre los espíritus inmundos y dice: "Y se marcharon y predicaron la conversión, y echaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban". - liberación del pecado. ¿Qué quiere decir esto?. Esto es el aspecto negativo de nuestro mensaje; el pecado. - en sus orígenes: poder contra el demonio. Es una guerra a muerte contra el pecado; ese pecado tiene sus raíces en el demonio y tiene sus frutos. - en sus efectos. Los frutos son: la enfermedad, la miseria, el analfabetismo, la desnutrición, la injusticia social, todo eso que vemos que brota, es lo que brota, es lo que echa de fruto este tronco que es el pecado enraizado en el infierno que es el diablo. La lucha del pueblo profético es, pues, contra el pecado, contra el diablo y contra las consecuencias de todo esto; las liberaciones, también, de las esclavitudes de la tierra. Por eso, querer hablar únicamente de confesarse para no tener pecados uno, pero luego no luchar también contra la injusticia del ambiente no es ser verdadero pueblo de Dios. Es necesario que, junto con el esfuerzo por no tener yo pecados personales, trabaje también para arrancar los pecados sociales y de raíz, contra el poder del infierno y del demonio. Los profetas del Antiguo Testamento, Juan Bautista y esta misión de los apóstoles no es la definitiva, sino una preparación; se detienen aquí, en el aspecto negativo, y por eso dice le evangelio que iban y echaban demonios y curaban enfermos; es decir, la promoción humana desde su raíz se las enseñaba ya, Jesucristo. - Aspecto positivo: anunciar el reino (los bienes mesiánicos) "el kerigma". Según el evangelio de San Marcos, que es el evangelio de este año, Cristo se reserva para Él, iniciar la parte positiva de este anuncio: "El reino de Dios ha llegado a vosotros". Esta es la parte positiva, no se trata sólo de arrancar el pecado y sus consecuencias, los egoísmos de la tierra. Sería una religión muy negativa si sólo hablara así; pero lo hermoso es que ese vacío que va a dejar el pecado uy el infierno y las esclavitudes de la tierra, va a ser llenado por el reino de Dios. - Cristo mismo es el reino Según San Pablo, el reino de Dios no es distinto de Cristo. Cristo mismo es el reino de Dios. Él encarna el reino de Dios. Predicar el reinado de Dios en el mundo es predicar que Cristo viene, como dijo el Papa en su primera homilía al ser consagrado Papa: "Ábranle las puertas a Cristo, ustedes los políticos, ustedes los economistas, las universidades, la cultura. Sólo Él tiene palabras de vida eterna". Por eso andamos tan mal en El Salvador, porque queremos construir una civilización sin Cristo. Es necesario, entonces, que abramos el pensamiento, el amor y la mente a la segunda lectura que hoy nos ofrece San Pablo como una síntesis del kerigma cristiano. Kerigma es una palabra rara que significa: proclamación, anuncio. Según los profetas del Antiguo Testamento, el kerigma era una fase definitiva que la traería el mismo Redentor. Y fue el mismo Redentor el que vino diciendo: "Ya se acerca el reino de Dios, ábranle las puertas, conviértanse". - Instaurar todas las cosas en Cristo ¿En qué consiste también el kerigma que Jesucristo predicó y que encargó a la Iglesia? He aquí, nosotros la Iglesia, encargados de llevar el kerigma a la sociedad, a nuestro hogar, a nuestras amistades, a nuestros ambientes. ¿Qué tenemos que predicar? Además de este repudio al pecado, en una bella frase de hoy lo comprende San Pablo: "Recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra". San Pablo dice que a él se le ha revelado el misterio escondido en el profundo eterno de Dios. Ese misterio antes de los siglos es éste: recapitular todas las cosas del cielo y de la tierra en Cristo. Antes que existiera el cielo, la tierra, la historia, los hombres, Dios pensó en Cristo como llave del cielo, de la tierra y de la historia. Por eso, Cristo viene a ser recapitulación. Buscando el origen de esta palabra, me encuentro que los griegos llamaban así cuando se hace una suma; varias cifras se van sumando y el total, lo que nosotros llamamos total, esa es la recapitulación. Cristo viene a ser como el total. Cristo viene a ser como el resumen de todo cuanto existe. Cristo es la clave para entender al hombre y su historia. Cristo es la piedra última que se pone en el edificio, como aquellas piedras que coronan las arquerías góticas y que le dan consistencia a todo el edificio. Cristo es eso. Recapitulación de todo el universo. - La liberación por su sangre San Pablo lo presenta bajo diversos aspectos: por su sangre hemos recibido redención. No hay redención fuera de la sangre de Cristo. Si el hombre trabaja hoy por reivindicaciones ante una sociedad injusta, ante una política injusta y deshonesta, ante una podredumbre del mundo, los hombres sólo encontrarán la verdadera libertad, la verdadera redención en la sangre de nuestro Señor Jesucristo. ¡Sólo en su sangre! Por eso, venir a misa el domingo es rendir honor a la sangre que es la única esperanza de nuestra redención. Es liberación, palabra tan conflictiva en nuestros tiempos, pero que la Biblia la menciona. Liberación, para Israel antiguo era haber salido de esclavitud de Egipto hacia la tierra prometida. Liberación para nosotros los cristianos, es haber pagado Cristo con su sangre la deuda de nuestros pecados y sentirnos liberados del pecado. - Filiación divina en Cristo "Cristo, además de liberarnos del pecado nos ha hecho hijos de Dios", dice San Pablo hoy. La filiación en Cristo es otro aspecto de nuestro kerigma, de nuestro anuncio del reino de Dios. Todos los hombres están llamados a ser hijos de Dios, hermanos de Cristo, coherederos de su reino. Este es el llamamiento que nos entusiasma porque nos abre a perspectivas nuevas. No va a ser permanente en El Salvador que nos tengamos miedo unos hombres con otros. La verdadera libertad vendrá cuando todos nos sintamos hijos de Dios, fraternalmente unidos en la filiación que Cristo nos ha dado, cuando todos recemos con sinceridad en Padre Nuestro que está en el cielo. - Incorporación en Cristo Hay más todavía. Cristo no nos hizo hijos y se quedó aparte Él, como quien firma un documento que actúa en su nombre, como el padre de familia que adopta un hijo firmando un documento pero él permanece distinto de hijo. Hay algo más grande que San Pablo llama hoy: la incorporación en Cristo. El cristiano no sólo es hijo de Dios sino que es miembro vivo de Cristo. Miembro, cuya cabeza es Cristo. Todos somos el organismo vivo. ¡Incorporémonos, para sentir así la bella unidad del pueblo de Dios! - El sello del Espíritu: Arra Y por último, el kerigma, el anuncio del reino, nos asegura que todo cristiano, desde el día del bautismo, va sellado con el sello del Espíritu; y que ese sello ya es como una arra, como un anticipo que se paga que ya está exigiendo complementar la deuda. Como que Dios se ha hecho nuestro deudor. Nos ha puesto arras, adelantos, anticipos en la presencia del Espíritu para que después de nuestra muerte sea la consumación, la herencia, el reclamar con este sello que ya llevamos en la vida la bella herencia de los hijos de Dios en la patria de la consumación. Este es el anuncio que tenemos encargo de llevar desde el día de nuestro bautismo. Esta redención en Cristo que es también el germen fecundo, fermento en los grupos liberadores de la tierra. Por eso, la Iglesia sigue con simpatía todo esfuerzo liberador de los hombres y precisamente para que no pierdan su eficacia, para que no pierdan su fuerza y se hagan odiosos, les reclama sus pecados, sus abusos. Le dice: es buena la reivindicación que tú buscas, pero no es buena la estrategia que estás siguiendo. - El universo. Las cosas del cielo y de la tierra Hermanos, Cristo resucitado ha puesto ya en el seno de la historia el principio de un nuevo mundo. Venir a misa el domingo es empaparse en ese principio que se vuelve a hacer presente y se celebra en la misa del altar; y los que salimos de misa, sabemos que hemos proclamado la muerte que salvó al mundo y proclamado la resurrección de Cristo que vive como esperanza para aglutinar a todo el universo del cielo y de la tierra. Recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra, es decir, el universo. Ustedes saben esa unión, esa relación íntima que existe entre el hombre y el universo. Remóntese al capítulo del Génesis, capítulo 10, versículo 8, -creo que es- donde Dios le dice al hombre entregándole la tierra, las estrellas, los astros: "Todo es tuyo, domínalo". Y el hombre, con sus grandes inventos, no es más que el cumplidor de ese mandato de Dios. El hombre del siglo XX ha escalado la luna, ha descubierto el secreto del átomo. ¿Qué cosas más descubrirá? Es cumplimiento del mandato del Señor: ¡Domina la tierra! Pero el dominio absoluto del hombre sobre el universo será éste que ya se anuncia hoy: En Cristo, recapitulando las cosas del cielo y de la tierra. Es cuando el hombre santo logre someter al reino de Dios este mundo que ahora es esclavo del pecado y lo coloque a los pies de Cristo, y Cristo a los pies de Dios. Esta es la recapitulación. Antes de que existieran los siglos este fue el proyecto de Dios; y cuando termine la historia, ésta será la realización de Dios: Cristo recapitulación de todas las cosas. Todo lo que ha sido la historia, todo lo que vamos haciendo nosotros, bueno o malo, se medirá según ese proyecto de Dios y sólo subsistirá el que haya trabajado por poner las cosas bajo el reino de Cristo; y todo aquello que haya tratado de insubordinarse al proceso de Dios en Cristo, es falso, no subsistirá, irá al basurero de la historia. HECHOS ECLESIALES Por eso, es aquí, hermanos, donde yo quisiera hacer con ustedes también la revisión de nuestra semana. Nuestra Iglesia parte de esa Iglesia en la que Cristo está incorporado. Qué honor saber que ustedes, comunidad de la Arquidiócesis, y yo, somos la carne de Cristo en la historia en este momento. Cristo vive hoy y se manifiesta en nosotros. Cristo quiere hablar por nosotros. Cristo quiere actuar por nosotros. Esta es la gran responsabilidad profética que el pueblo de Dios tiene. Ojalá ninguno la rehuya. Este pueblo de la Arquidiócesis siente con cariño filial ante el día de la Virgen del Carmen que su incorporación a Cristo lo hace también agradable a la Virgen. Pueblo de Dios, cuanto más incorporado a Cristo por la gracia, es más hijo de la Virgen María que es madre de Cristo. Celebraremos a la Virgen del Carmen con los padres carmelitas en la colonia Roma, hoy, con una primera comunión a las 4 de la tarde; y mañana, a las 6 de la tarde, con una misa en su parroquia. Celebraremos con las carmelitas de San José hoy a las 11 a.m., una hermosa profesión de novicias que comenzarán a ser ya religiosas carmelitas. Celebramos también a nuestra Madre del Carmen con las carmelitas misioneras españolas que trabajan en la Policlínica y en dos comunidades de nuestra Arquidiócesis. Dios les pague todo el bien que están haciendo, lo mismo que a las misioneras carmelitas de Santa Teresa que tienen aquel Colegio de la Gruta y sobre todo el Hospital de la Divina Providencia. ¡Cuánto bien hace la Virgen por medio de ellas! Saludamos a la iglesia del Carmen de Santa Tecla y al Carmen de Cuscatlán, donde también hay fiesta en este día. Y en la iglesia de la Merced, recuerden que allí tenemos una joya carmelitana. La imagen de la Virgen del Carmen que allí se venera, en la iglesia de la Merced, es coronada con coronación pontificia. Es decir, un gesto de simpatía del Papa para nuestra devoción carmelitana en El Salvador, lo expresó coronando la imagen del Carmen de la iglesia de la Merced, donde mañana celebraré a las 7 con la cofradía del mismo nombre. En otras comunidades también, vida de Dios en las almas. En El Paraíso, donde las bethlemitas me obsequiaron una recepción muy simpática, y donde vi florecer junto a la iglesia y el convento un enjambre de fieles, sobre todo, jóvenes, que son toda una esperanza de vida en aquel pueblo chalateco. Una esperanza en la vicaría de Mejicanos, que se está reuniendo para organizarse y trabajar más en equipo. Vida de espíritu de Dios en Comasagua, ayer, en la ceremonia de confirmación que allá realizamos con el Padre Gonzalo Orellana. Esta tarde a las 6, en la iglesia de San José de la Montaña, nuestra Arquidiócesis pondrá bajo el amparo de San José la obra vocacional, dándole un nuevo párroco, el Padre Cortés y a sus colaboradores. Hoy a las 6, estaremos consagrándole también la misión vocacional de nuestra Arquidiócesis. Dos convivencias que expresan la vida de nuestra Arquidiócesis iluminada por Dios: una, de las familias de los sacerdotes asesinados. Cómo me emocionó estar entre padres y hermanos de compañeros míos de trabajo que me contaron los orígenes, la infancia, las impresiones de familia, todas muy cristianas, acerca de estos cinco sacerdotes que la diócesis ha ofrecido en holocausto de su propia vida. Y otra convivencia sumamente llena de vida, la de los seminaristas del seminario mayor y del seminario menor de la Arquidiócesis; en una de nuestras bonitas playas donde dilucidaron con sinceridad y en busca de una mayor unidad los problemas propios de su juventud. Nuestra diócesis invita para celebrar el próximo viernes, al medio día, aquí a las 12, el trigésimo día de la muerte del Padre Rafael Palacios. Les invito a todos los sacerdotes, comunidades y fieles para que participemos en esta concelebración el viernes de esta semana, a las 12 del día. Quiero hacerme eco y apoyar una iniciativa de las vicarías de Mejicanos, Aguilares y La Libertad, las cuales van a promover una larga jornada de oración a partir del viernes, a las 6 de la mañana hasta el sábado siguiente a la 1 de la tarde aquí en Catedral. Las vicarías que he mencionado darán a conocer sus programas. Yo solamente me hago eco de su invitación para suplicarles que secunden esa preciosa iniciativa; sobre todo, por tratarse de una oración y de una reflexión: ¿por qué hemos llegado hasta esos excesos de una sociedad que mata a sus sacerdotes? Con sentido de amigo, quiero mencionar la muerte de don Avelino Álvarez; está tendido para ser sepultado esta tarde. Él fue un asiduo colaborador de Orientación. Qué Dios le pague lo que hizo por nuestros medios de comunicación social. Nuestra condolencia a su familia. También a un amigo, Virgilio Aguilar y su señora, doña Agustina, que su misa por su hijo ha sido ya celebrada con mucho cariño. HECHOS DE LA REALIDAD INTERNACIONAL Hay noticias de esta comunidad Iglesia, en carácter universal. El Papa analiza ante el primer ministro de Alemania Federal la situación de América Latina y de Europa Oriental. América Latina está siendo objeto de mucha observación por el Papa y por todos aquellos que saben que la esperanza de la Iglesia está aquí en nuestro continente. El Papa nombró un nuevo arzobispo de San José, Costa Rica. El 2 de agosto será la nueva toma de posesión de Monseñor Román Arrieta Villalobos, que hasta ahora era obispo de Tilarán en la misma república. Quiero agradecer un gesto de solidaridad que me llegó de varios obispos del sur, reunidos en Ecuador. Una carta muy bonita en que -junto con Monseñor Obando nos esperaban en esa reunión y no pudimos ir por nuestras circunstancias centroamericanas- se solidarizan con los pueblos de El Salvador y de Nicaragua y rezan mucho por nuestra situación. ¡Que Dios se los pague! Llaman los obispos de Nicaragua la atención para que en estas reivindicaciones del pueblo no se vayan a cometer abusos de los que podrían llamarse graves crímenes de guerra. El episcopado venezolano levanta una colecta para ayudar a la Iglesia de Nicaragua. A propósito, quiero agradecerles todo lo que están haciendo, y seguirles haciendo el llamamiento porque Nicaragua necesita mucho de nuestra caridad, de nuestro amor fraternal. HECHOS DE LA REALIDAD NACIONAL Mirando desde aquí a nuestra situación civil, esta mañana fue para mí triste cuando me llama al teléfono la noticia de que había sido quemado el taller donde se edita el periódico La Crónica del Pueblo. Le di mis sentimientos al señor director, lo cual hago aquí públicamente, y me solidarizo con su sufrimiento y también con el temple de su espíritu. Me dijo: "No lograrán doblegarme, mi decisión de seguir sirviendo al pueblo... Quiero ayudar -me dijo- con mis modestos medios a que siga sirviendo a la verdad y a la justicia". Dice que una de la rica herencia para sus hijos será ese sentimiento de que ha querido ser fiel a sus convicciones y no venderlas al mejor postor. Yo lo felicito y le deseo de veras que esta pérdida sea recuperada con la ayuda, sin duda, del pueblo; y que su periódico será otra vez una voz de la libertad. Es lástima que se tenga para estos medios de comunicación la razón de la sinrazón: la fuerza bruta. Cuánto mejor sería un diálogo auténtico en que se oigan las voces disidentes. No todos piensan como uno. Y en el escuchar a otros, en la crítica, está la riqueza. No es quemando periódicos ni poniendo bombas a radios como vamos a lograr la unificación de los criterios. Por eso, también quiero lamentar la triste noticia que llegaba de Santa Ana, de la Radio HH del señor Manuel Montes, que también fue destruida y que con eso quiebran un esfuerzo de tanto tiempo. También otra noticia que alarmaba esta misma mañana a mi pobre espíritu, fue el asesinato de una obrera, Ana Silvia Olivera del Sindicato Industria Eléctrica de Sonsonate. Sus compañeros me encargan invitar a su velación y sepelio que tiene lugar en la Avenida Cuscatlán Nº 630. Nos solidarizamos con las familias que han seguido sufriendo la represión cada día más cruel. Han continuado las capturas, los asesinatos sin que se note que el gobierno esté tomando en serio medidas contra la violencia, venga de donde viniere. Viene de aquí la violencia que está atormentando a nuestra pobre gente campesina. Esperemos que se ponga coto a tanta crueldad, porque nos asusta que no solamente no se detiene sino que crece en crueldad y sadismo. Ustedes habrán leído en La Prensa Gráfica el encuentro de tres cadáveres allá por Chalchuapa. Y el periódico dice: "sin identificar los sepultan". Pero yo he recibido las noticias de sus propias familias. ¡Están identificados! Se trata de Miguel Ángel Osorio Velázquez, José Fermín Albayero Ortega y Roberto Hernández. Sus mismas familias los identificaron después de varios días de andarlos buscando allá donde se botan los cadáveres. Y encontraron esto, ¡Horrorícense! : Miguel Angel Osorio Velázquez vivía en la Colonia Montevideo de Sonsonate, tenía 22 años, a fines de este mes se iba a casar. El lunes muy temprano después de desayunar, salió a trabajar -era albañil- ya no volvió. Ese mismo día, más tarde, ocho agentes de la Guardia Nacional catearon su casa que estaba preparando para su hogar. Esto, dice la familia, hace pensar que lo habían capturado antes y que con su propia llave fueron a abrir su propia casa. Su cadáver fue encontrado por su madre junto con los otros dos; y tenía el rostro desfigurado, le faltaba una mano, mostraba señales de tortura en varias partes del cuerpo. Lo sepultaron en Sonsonate. El otro, José Fermín Albayero Ortega, era de Izalco, tenía 31 años, casado, deja cuatro hijos. Salió el lunes en la mañana a su trabajo y ya no regresó. Su esposa reconoció que uno de aquellos tres cadáveres de la calle Las Cruces era el de José Fermín. Lo encontró horriblemente mutilado. Sacados sus ojos, sin lengua, sin orejas, el cuerpo quemado con ácido, sus pies con señales evidentes de tortura, no tenía heridas de bala. Y el otro, Roberto Hernández, de 27 años, deja dos niños. Señales evidentes de tortura, cuerpo horriblemente mutilado. Y la lista de capturados continúa, y yo los menciono porque, tal vez, esta voz mencionando sus nombres haga pensar a sus captores, si los tienen en su poder, que se ha recurrido jurídicamente a la Corte Suprema de Justicia y que si no los exhiben y los dan por perdidos, además del ultraje al hombre también supone un ultraje de la Corte Suprema de Justicia, a la misma Constitución del país. Son ellos: Crescencio Antillón, Herculano Antillón, se trata de dos hermanos. El primero fue puesto como carnada para atraer al otro al que querían capturar y de hecho así sucedió. Roberto Antonio Olmedo Nóchez, Ángel Rigoberto Hernández, Manuel de Jesús Valle Abrego, Juan José Abrego, José Álvaro Zelaya Rivera, Luis Alberto López Alvarado. Me preocupa de manera especial el caso de Juan Francisco Ruiz, por ser pariente de un sacerdote y también el caso del profesor Carlos Iván Burgos, por pertenecer al profesorado de Fe y Alegría. También fueron capturados los campesinos Faustino Ayala y Ernesto Menjívar. También de un caso que mencioné el domingo pasado, Carlos Antonio Mendoza, la familia ha recibido noticias fidedignas de que se encuentra en el cuartel de la Policía. Quería referirme también, pero el tiempo termina, a los diferentes conflictos laborales. Yo solamente quisiera apelar a la cordura, a la racionalidad de las partes patronales y laborales. La intransigencia de una de las dos partes hace imposible la convivencia y el trabajo. Procuren entenderse y aún cuando de parte de los obreros hubiera un sentido de solidaridad con otras fábricas, piensen la autonomía que cada fábrica tiene para no ser tan exigentes y para comprender: que sí es cierto que les honra el sentido de solidaridad, pero les deshonra el sentido de intransigencia. Por sus familias, de unos y otros campos, por la paz de la patria, arreglen pronto sus conflictos laborales. Sí, quiero referirme a dos denuncias allá en Santa Tecla. Junto a la casa que tienen las religiosas dominicas, de promoción humana, han sucedido cosas muy desagradables. Al Señor Mauricio Hernández Martínez de 36 años, junto con su esposa, trabajan en el día en una finca y en la noche van a buscar alojo en uno de aquellos pasillos. Unos desconocidos, porque creyeron que éstos habían denunciado una acción como de amenaza de robo a las hermanas, acribillaron a Mauricio con una enorme piedra que le dejaron caer en la cabeza mientras dormía. Inconsciente lo llevaron al hospital, donde murió tres días después. A las Hermanas Dominicas de esta casa y a las hermanas de San Vicente de Paúl, que en Santa Tecla se dedican al cuidado de enfermos, de ancianos y de niños, la mano fatídica blanca ha puesto su amenaza, como si las religiosas haciendo estas cosas estorbaran al verdadero progreso de nuestra sociedad. Yo los invito a que miren, por encima de todo partidismo estúpido, lo que es el trabajo de las religiosas, de las comunidades cristianas. Por eso creo que las vicarías que van a promover estas jornadas de oración y reflexión quieren llamar al pueblo a un sentido más racional de la situación del país y que no nos dejemos llevar así como dando palos al aire sólo por unas venganzas tontas y trágicas lamentablemente, porque llevan en cuenta las vidas útiles de tantos hermanos. El ERP ha informado que el señor Carlos Rafael Nieto, secuestrado desde el 14 de junio, está bien y espera el cumplimiento de las condiciones para liberarlo. De nuestra parte también hicimos un llamamiento al ERP para que restituyera la salud de aquella joven que sufrió un balazo en una de sus operaciones y que es justo resarcirle. Vienen comentarios de esta situación que vive el país y me gusta el de una carta que me dice: "¡Qué tristeza, hasta qué grado hemos llegado, cómo podremos enseñar a nuestros hijos el valor de la vida aquí, donde no se le da ninguno! Si a nosotros, padres de familia, nos enardece esta sangre, ¿cómo vamos a callar?" PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Queridos hermanos, no hemos salido del ambiente de nuestra homilía ¡Pueblo de Dios!, todos ustedes que tienen la bondad de reflexionar conmigo, el Señor nos está lanzando un reto tremendo. Su doctrina es de amor y de paz, su mensaje es de salvación y vida eterna, pero nos lanza a un mundo donde parecen los hombres lobos y fieras. Y esa es nuestra misión: ir a convertir en hijos de Dios, incorporados a Cristo, todas esas manos criminales, todas esas fuerzas terribles del odio y del silencio, del ocultamiento y del mal. ¿Quiénes son? ¡Muchos lo saben! Y el pueblo sospecha, pero el Señor que lo conoce mejor, que oiga la oración de este pueblo hoy, reflexionando tanto desastre a la luz de una palabra que nos reclama acción de Dios en medio de un pueblo que se olvida de Dios. Que cada cristiano, que cada miembro de esta Iglesia, que todos, al igual que María, como ella, sepamos enjugar lágrimas y consolar tristezas pero, como ella también, valiente en su profesión profética, sepamos desenmascarar el mal y reclamar contra las injusticias, porque la redención de los hombres según el cántico mismo de la Virgen, estás ligado a la justicia que los hombres hagamos en la tierra y al respecto que aquí tributemos a la verdad de Dios. Así sea... Queridos hermanos, estimados radioyentes:
La ventaja de asistir a misa todos los domingos creo que hoy, en este ambiente que vive nuestra patria, es mayor. No sólo constituye en el orden natural una verdadera terapia -es como dejar la llanura de aire corrompido para levantarse a una cumbre y ponerse muy cerca de Dios- sino, sobre todo, inspirados por la fe venimos a vivir de nuevo la alianza con Dios, nuestra misa dominical supone una revisión tanto de los derechos que tenemos frente a Dios que nos ha prometido ser nuestro Dios, tratarnos como un amigo cuando platica con otro amigo; así como también, y, sobre todo, el revisar nuestros deberes para con Dios. No sea que el Señor nos vaya a rechazar como un pueblo que no ha sido fiel a su alianza. Cada domingo esta presencia de la Catedral, llena ante Dios, es un consuelo. También es un consuelo cuando uno piensa que a través de la radio -son muchas las comunidades parroquiales, comunidades de base, gente cristiana que no puede venir a misa- y que desde su lecho de enfermedad, o desde su chocita pobre que no puede dejar porque no tiene ni siquiera para la camioneta, esta gente buena está reflexionando con nosotros; aun frente a ese mundo también de auditorio que nos oye para criticarnos y para esperar en qué sorprender la predicación. Es toda una esperanza en ese contraste de que Cristo no puede ser indiferente a ningún hombre; o se le tributa el homenaje del amor, del seguimiento, de la piedad, de la obediencia o también se le tributa eso que resulta un homenaje: el odio, la marginación, la calumnia, el desprecio, el rechazo. Si no valiera la pena seríamos más bien indiferentes, pero ante Cristo nadie puede ser indiferente. Y esta palabra que lo está representando corre la misma suerte: el homenaje del amor que yo les agradezco profundamente, y el homenaje del odio, que también se lo agradezco profundamente. - Somos un pueblo consagrado a Dios Cabalmente, en la revisión de las lecturas bíblicas que son las que iluminan nuestra reflexión y nuestra realidad, encontramos hoy un tema en el que todos estamos interesados; porque vuelvo a repetir: somos el pueblo consagrado a Dios. Distingamos siempre esto: cuando decimos el pueblo de Dios no aludimos al pueblo en general. Es una pretensión de los grupos humanos quererse constituir en intérpretes del pueblo. El pueblo es muy autónomo, muy variado, muy pluriforme. Nadie puede arrogarse: "Yo soy la voz del Pueblo". Por eso, el pueblo de Dios es el grupo de los seguidores de Dios, es el grupo de los hombres y mujeres que inspirados en una fe, vienen el domingo a inspirar en la palabra divina su conducta; para hacerse más agradables a Dios y, desde su unión con Dios, ser un pueblo que sea luminosidad para el pueblo en general. Esto es la Iglesia. Yo quisiera que tuviéramos bien clara la idea de que mi predicación y nuestra reflexión mutua es como pueblo de Dios, como grupo bien distinto del pueblo en general. Respetamos las ideologías, los modos de pensar de los que no quieren ser pueblo de Dios, pero desde nuestra identidad de pueblo de Dios sí tenemos algo que creer, y exigimos que se nos respete este modo de creer y que se respeta la libertad con que Dios nos ha mandado al mundo a amarlo y a proclamar su mensaje a todas partes. La palabra de Dios no puede estar encadenada. Por eso, sumerjámonos profundamente hoy, como pueblo de Dios, y los que no se sientan pueblo de Dios porque no tienen fe ni creen en Jesucristo, les agradezco su atención en reflexionar y respeto su modo personal de pensar. Al final me dirán si tienen o no tienen razón. EL PROFETA PRESENCIA DE DIOS EN LA SOCIEDAD 1. La iniciativa es de Dios. (Él es el que quiere profetas) 2. El profeta es un instrumento de Dios. (Él va porque Dios lo manda) 3. La sociedad recibe o rechaza a Dios en la persona del profeta 1. LA INICIATIVA ES DE DIOS - Como en la alianza, tres protagonistas: Dios, el profeta, el pueblo a) En la primera lectura encontramos a Ezequiel, uno de los grandes profetas del Antiguo Testamento, confesando esta gran verdad: "El Espíritu entró en mi y oí que me decía: "Hijo de hombre, yo te envío". ¡Qué bella definición del profeta!. El Espíritu entró en mí, yo no soy más que hijo de hombre, hijo de Adán, como se ha traducido también. No somos Dios, no tenemos la verdad absoluta, somos hijos de la tierra. Nuestra única grandeza es la apertura hacia Dios y el decirle como los profetas: "Aquí estoy, Señor, envíame". - En todos los casos: vocación - consagración - misión Pero la iniciativa de enviarte no es tuya; nadie se puede constituir profeta de ningún pueblo mientras Dios no lo llama y mientras Dios no lo consagra y mientras Dios no lo envía. Estas tres cosas unen al profeta con Dios. Y la iniciativa de llamarlo, de consagrarlo, de enviarlo, es únicamente de Dios. - Necesidad y objetivo El Concilio Vaticano II explica cómo es esta iniciativa de Dios, cuando en ese documento sobre la divina revelación nos dice: "Quiso Dios con su bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad por Cristo, la palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo pueden los hombres llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina. En esta revelación, Dios invisible, movido de amor hacia los hombres como amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía". Esta es la iniciativa de Dios, de Él arranca toda idea de comunicarse con los hombres, de revelar su misterio infinito. Sus proyectos de salvación no los conoceríamos si El voluntariamente no hubiera querido decirnos: "Quiero que conozcan -ya no los llamo siervos sino como amigos- mis proyectos de salvación y mi amor". b) El evangelio de hoy nos presenta a Cristo como fuente de profecía. Llega acompañado de sus apóstoles a Nazaret. Es la segunda vez, y esta vez va a tener un desenlace desilusionante, diríamos, un fracaso. Pero lo que me interesa decirles es esta frase de San Marcos: "Empezó a enseñar en la sinagoga". Esto es ser profeta: enseñar, ser maestro. - Cristo es la misma Palabra eterna Ser profeta no solamente quiere decir adivinar el futuro -así es la idea popular que tenemos-, profeta es propiamente el que habla en nombre de otro y Cristo venía no sólo en nombre de otro, sino que Él era Dios. Él era Dios, Él es la Palabra eterna, el Espíritu me ungió, uniendo a su Verbo eterno una naturaleza humana con la cual va a hablar un lenguaje que los hombres entendamos; pero su origen, la fuente, es la misma iniciativa de Dios. Cristo, mirémoslo hoy en la reflexión de este domingo, no como un profeta sino como un Dios que ha tomado la iniciativa de venir a traer al mundo la plenitud de la iniciativa de Dios. c) Pablo mismo recibió de Cristo la vocación, la consagración y la misión para ser profeta de los pueblos gentiles. Cuando los cristianos del tiempo de Pablo sospechaban: "Si éste es un perseguidor, ¿cómo dices que va a ser apóstol?". Cristo dice: "No lo llames perseguidor; yo lo he convertido, yo lo he hecho apóstol para que lleve mi nombre a los pueblos gentiles". Esta fue la gran misión de Pablo, llevar el evangelio no al judaísmo, que para eso estaba el grupo de los apóstoles. Él, el último, el perseguidor, es escogido para una misión más ardua, iniciativa de Cristo: "Vete a los pueblos gentiles y predícales la salvación". Y él dirá: "Yo no soy digno de llamarme apóstol, pero Él me escogió y me hizo también apóstol". Este es el origen del sentido profético: Dios tiene la iniciativa. 2. EL PROFETA ES INSTRUMENTO DE DIOS Yo creo que aquí es donde se explayan más las divinas Escrituras que se han leído hoy. a) Breve explicación del "profetismo": anuncia el pensamiento de otro Siempre existió el profetismo, era una necesidad de toda religión sentir hombres intérpretes de la voluntad de sus dioses aunque fueran falsas religiones. Hubo también profetas -falsos, tal vez- aunque muchas veces -ya lo hemos repetido aquí- la salvación no es exclusiva de la Biblia ni de la Iglesia. Dios tiene mil caminos más, aún valiéndose de las religiones naturales, para llevar, por medio de los hombres inspirados, el mensaje que fue salvación para muchos que no fueron bautizados y que sin duda disfrutarán el cielo, tal vez, hasta más alto que muchos bautizados, porque fueron fieles a escuchar lo que la voz del Espíritu hablaba por medio de esos hombres. Pero aquí nos referimos de manera especial a los profetas clásicos, a los que Dios llamó y nos consta en la Sagrada Biblia: el instrumento de Dios. b) Dios sigue siendo el principal Efectos del Espíritu - Pone en pie al Hijo de Hombre Miremos como se presenta Ezequiel hoy: "El Espíritu entró en mí y me puso en pie". Este es el primer efecto. El hombre no es más que hijo de Adán, barro, criatura, mezclado con las mentiras de l atierra. Si Dios llama a un hijo de la tierra para que abra su capacidad de recibir el Espíritu de Dios, lo primero que este barro siente es que se pone en pie, que se eleva, que hay una dimensión vertical que lo une con un Dios en nombre del cual tiene que hablar. - Otro efecto: puede decir: "Esto dice el Señor". Presencia de Dios. El profeta, lleno de Espíritu de Dios, va al mundo y realiza lo que hemos dicho como tema de esta homilía: la presencia de Dios en la sociedad, en la historia, en el mundo. Ya no podrán decir que Dios no les ha hablado: "Esto dice el Señor". Te atiendan o no te atiendan, tú eres presencia del Dios en medio de la sociedad -Dios muchas veces estorba-. No tengas miedo. Pero el pueblo dirá: "Hubo un profeta que nos anunció la presencia de Dios". - Capacitado para la misión. El profeta, barro de la tierra que mira la misión que Dios le manda, por ejemplo, cuando Dios le dice a Moisés: "Vete al Faraón, que deje salir a mi pueblo de Egipto". ¡Qué pequeño se sintió Moisés: "Señor, pero ¿quién soy yo para presentarme al gobernante y sacar a mi pueblo?". son misiones imposibles, son misiones que exceden exageradamente, infinitamente, algo que sólo Dios puede hacer. Cuando Dios le dice a Jonás: "Vete a predicar a Nínive", el profeta prefiere huirse. Es tan grande la misión. Y Dios lo lleva a la fuerza para cumplir la misión de predicar a Nínive. La primera impresión que el profeta siente es su pequeñez, su pequeñez ante la grandeza de la misión. Sin embargo, Dios le dice: "No digas que no puedes. Yo iré contigo". Nadie se podrá oponer a esta presencia que va con el profeta. - Eso, naturalmente, trae un peligro de vanidad, y aquí la segunda lectura nos habla cómo el profeta conjura el peligro de la vanidad. Es tan idéntica su misión con el mensaje de Dios que muchas veces, como a Juan Bautista, creen que él es el Redentor. A Pablo lo querían adorar, a Pedro le querían ofrecer víctimas, y ellos tenían que decir: "No, cuidado, somos hombres simplemente. Adoren a Dios, obedezcan a Dios, que es el que por medio de nosotros, sus instrumentos inadecuados, es el que habla. No termine en nosotros, persona humana, el homenaje, el respeto, la obediencia; diríjanselo a Dios". - "Una espina en mi carne" San Pablo, defendiendo su causa profética, en la segunda carta a los Corintios, hoy, dice que tuvo visiones maravillosas que lo hacen sentirse muy superior a todos los hombres. Ha visto tan cerca la majestad de Dios, el desenlace de la historia, el fin terrible de los malos y desenlace de los buenos. Él conoce mejor que nadie esto y se puede sentir casi un Dios; y, sin embargo, dice: "Para que no me engría, para que no me envanezca, para que no me crea más de lo que soy, barro de la tierra, entonces el Señor puso en mi carne, ha metido en mi carne, una espina, un emisario de Satanás que me apalea para que no sea soberbio". Es una de las frases más difíciles de la Biblia. ¿Qué era esta espina de la carne?. Según los comentaristas más modernos se trata de alguna enfermedad, una enfermedad crónica. Quién sabe si un dolor de vista, ataques que le daban, algún mal de estómago, algo que lo hacía sentirse tan inútil para poder decir: "Lo que se está haciendo no es obra mía, es de Dios; y para que no sea tan soberbio me ha puesto esa espina". Miren cómo se ve la enfermedad, el dolor, la humillación cuando se tiene fe: espina de Satanás, porque es el único que puede poner obstáculos al reino de Dios. - La fuerza de la debilidad: "Te basta mi gracia" Entonces Pablo cuenta, en el pasaje de hoy, que en vista de esta debilidad y de este estorbo, tres veces le dijo al Señor que le retirara ese estímulo de Satanás y el señor no se lo quitó, sino que le dijo: "Te basta mi gracia, la fuerza se realiza en la debilidad". ¡Qué revelación más bella para un profeta!. No es necesaria la salud. Así, todo achacoso, eres el instrumento que yo quiero, porque cuanto más débil e inútil parezcas, más lucirá la majestad y la potencia del Señor. - Alegría de sufrir por Cristo "Por eso -concluye San Pablo humildemente- muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo". Hermanos, ¡qué hermosa experiencia es tratar de seguir un poquito a Cristo y a cambio de eso, recibir en el mundo la andanada de insultos, de desconfianzas, de calumnias: las pérdidas de amistades, el tenerlo uno por sospechoso!. Todo eso está profetizado y Pablo gozaba como se goza todo aquel que goza de su debilidad. Cuanto más inútil aparezca para los hombres, cuanto más despreciable me haga la persecución, cuánto más inútil sea para aquellos que tal vez me creyeron grande y ahora me creen juguete, basura, hoy me lleno de alegría -dice Pablo- porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. ¡Qué paradojas las del profeta!. ¡Cuando soy débil, entonces soy fuerte!. La Iglesia, una misión profética Es obra de Dios, y por eso no tenemos miedo a la misión profética que el Señor nos ha encomendado. Ya me imagino que alguno dice: "¡Ah, se está creyendo profeta!". No es que me crea profeta, es que ustedes y yo somos un pueblo profético, es que todo bautizado ha recibido participación en la misión profética de Cristo. - Cristo lo entrega a los apóstoles y estos a sus sucesores Cristo, el gran profeta que vino a traer la consumación de la misión profética, se constituye en el mensajero, en el que envía a los mensajeros, a los apóstoles y, estos, a sus sucesores, para que el encargo de Cristo llegue hasta el último confín del mundo. Pero no sólo es la jerarquía, sino que también el Concilio Vaticano II, y quiero que reflexionen, queridos hermanos, esta palabra tan hermosa para ustedes: "...El Pueblo Santo de Dios participa también de la función profética de Cristo, difundiendo su testimonio vivo, sobre todo con la vida de fe y caridad, y ofreciendo a Dios el sacrificio de alabanza que es fruto de los labios que confiesan su nombre. La totalidad de los fieles que tienen la unción del Santo no pueden equivocarse cuando creen, y esta prerrogativa peculiar suya la manifiesta mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo, cuando desde el obispo hasta el último laico, presta su consentimiento universal a las cosas de fe y costumbre". Quiere decir que en ustedes, pueblo de Dios, todo eso que es: obispos, sacerdotes, religiosas, instituciones católicas, fieles, familias cristianas, formamos el pueblo de Dios y Cristo, profeta, nos ha hecho participantes de su misión profética. El Espíritu de Cristo nos ha ungido desde el día de nuestro bautismo y formamos entonces un pueblo que no se puede equivocar en creer. ¡Qué consuelo me da esto, hermanos!. Ustedes no se equivocan cuando escuchan a un obispo y cuando acuden -con una constancia que a mí me emociona- a la Catedral, a escuchar mi pobre palabra; y no hay un rechazo, sino al contrario, siento que se acrecienta más en el corazón del pueblo la credibilidad a la palabra de su obispo. Siento que el pueblo es mi profeta, a mí me está enseñando con la unción que el espíritu ha hecho en su bautismo y que los hace incapaces de aceptar una doctrina equivocada o errónea; ustedes como pueblo la rechazarían, como rechaza el organismo esos cuerpos extraños que se le meten a veces. - Participación del pueblo de Dios en la misión profética Es hermoso pensar que tanto la fidelidad que yo trato de llevar al evangelio al predicarles a ustedes, así como la fidelidad con que ustedes quieren ser fieles a Cristo, no a mí, eso como que coincide en la seguridad que hay una infalibilidad que el Concilio la ha proclamado no debida a ninguna fuerza humana, ni a fanatismo, ni a partidismo, sino al Espíritu Santo, que unge al pueblo y a sus jerarcas para que vivan siempre la verdad que Cristo trajo. En este sentido ustedes y yo somos profetas, somos el pueblo profético; y así, entonces, tenemos la obligación de realizar nuestra misión profética. Todos, queridos hermanos: el padre de familia es profeta de su hogar, la madre de familia es profeta para su esposo y para sus hijos, los jóvenes son profetas en su colegio; todos, si de verdad queremos vivir esta misión de la verdad traída por Cristo para iluminar las mentiras del mundo, tenemos que realizar esta misión tan difícil. Pero contamos que no somos nosotros; nosotros no somos mentirosos, nosotros somos proclives al pecado, nosotros somos mal inclinados a las pasiones. ¡Qué mal estaría la Iglesia si sólo reposara sobre fuerzas humanas!. Como Ezequiel, somos barro de la tierra, pero desde el día que el Señor eleva, nos pone en pie por el bautismo, nos hace hijos de Dios, nos unge con un carisma, con una vocación y nos manda en el conjunto de pueblo de Dios, quien como obispo, quien como párroco, quien como capellán, quien como religiosa, como padre de familia, como jornalero, como profesional. Si de verdad vivimos la belleza de esta fe, todos formamos el pueblo profético de Dios. Dice el Concilio: "En el mundo viven confundidos los cristianos y los no cristianos, nadie los distingue; sin embargo, en el corazón del cristiano hay una unción que lo hace responsable de ese mundo que tal vez los otros no pueden ver esa responsabilidad". Yo quisiera apelar esta mañana a esa vocación profética que todos ustedes tienen, hermanos. Y les quisiera decir, como cuando dije una vez: si alguna vez nos quitaran la radio, nos suspendieran el periódico, no nos dejaran hablar, nos mataran a todos los sacerdotes y al obispo también; y quedaran ustedes un pueblo sin sacerdotes, cada uno de ustedes tiene que ser un micrófono de Dios; cada uno de ustedes tiene que ser un mensajero, un profeta; siempre existirá la Iglesia mientras haya un bautizado, y ese único bautizado que quede en el mundo es el que tiene ante el mundo la responsabilidad de mantener en alto la bandera de la verdad del Señor y de su justicia divina. Por eso da lástima pensar en la cobardía de tantos cristianos y en la traición de otros bautizados. ¿Pero, qué están haciendo, bautizados, en los altos campos de la política?, ¿dónde está su bautismo?. Bautizados en las profesiones, en los campos de los obreros, en el mercado; dondequiera que hay un bautizado ahí hay Iglesia, ahí hay profeta, ahí hay algo en nombre de la verdad que ilumina las mentiras de la tierra. No seamos cobardes, no escondamos el talento que Dios nos ha dado desde el día de nuestro bautismo y vivamos de verdad la belleza y la responsabilidad de ser un pueblo profético. Quienes se ríen de mí, como si yo fuera un loco creyéndome profeta, debían de reflexionar. Nunca me he creído profeta como en el sentido de único en el pueblo porque sé que ustedes y yo, el pueblo de Dios, formamos el pueblo profético, y mi papel únicamente es excitar en ese pueblo su sentido profético que no lo puedo dar yo, sino que lo ha dado el Espíritu; y cada uno de ustedes puede decir con toda verdad: "El Espíritu entró en mí desde el día de mi bautismo y me envió a la sociedad salvadoreña, al pueblo de El salvador", que si hoy anda tan mal, es porque la misión profética ha fracasado en muchos bautizados. Pero, gracias a Dios, yo quiero decir también, que hay en nuestra Arquidiócesis un despertar profético en la comunidad eclesial de base, en el grupo que reflexiona la palabra de Dios, en esa conciencia crítica que se va formando en nuestro cristianismo que ya no quiere ser un cristianismo de masa, sino un cristianismo consciente de que antes de recibir el bautismo recibe una catequesis; que antes de casarse se instruye para saber a qué se compromete y para ser en realidad honor de este pueblo de Dios. Yo me alegro y quiero felicitar a la Iglesia de la Arquidiócesis en estos esfuerzos por despertar el sentido profético de nuestros cristianos. Ese carisma nunca faltará en nosotros. Cuando moría y estaba aquí tendido el Padre Rafael Palacios, asesinado en santa Tecla, yo dije que su cadáver seguía predicando una denuncia no sólo hacia fuera de la Iglesia por sus crímenes, sino hacia adentro de la Iglesia por sus pecados. El profeta también denuncia los pecados internos de la iglesia y, ¿por qué no?. Si obispo, papas, sacerdotes, nuncios, religiosas, colegios católicos, estamos formados por hombres, y hombres somos pecadores y necesitamos que alguien nos sirva de profeta también a nosotros para que nos llame a conversión, para que no nos deje instalar una religión como si ya fuera intocable. La religión necesita profetas y, gracias a Dios que los tenemos, porque estaría muy triste una Iglesia que se sintiera tan dueña de la verdad que rechazara todo lo demás. Una Iglesia que sólo condena, una Iglesia que sólo mira pecado en los otros y no mira la viga que lleva en lo suyo, no es la auténtica Iglesia de Cristo. Por eso, con cariño de hijo, porque también el hijo le dice a la mamá: "Mama, llevas una manchita en la cara, ¿te la limpio?, mamá llevas arrugado el vestido, ¿quieres que te lo arregle?". La mamá por más que la amamos, precisamente porque la amamos, la queremos mejor. Claro que hay manera de criticar, y cuando la crítica se hace contestación, insubordinación, capricho, en la Iglesia, eso es malo. Pero cuando la crítica se hace profetismo, el profeta que le dice también a la Iglesia: "Esto dice el Señor" y lee el evangelio y tal vez el obispo, el sacerdote no está procediendo conforme el evangelio, tiene que convertirse con el amor con que hemos de amar y seguir a nuestro Señor Jesucristo. 3. LA SOCIEDAD SIENTE LA PRESENCIA DE DIOS EN SUS PROFETAS Y El salvador sentiría la presencia de Dios si el pueblo de los bautizados fuéramos verdaderamente santos, profetas. Gracias a Dios, también existe en el hogar un padre santo que es denuncia de los pecados de los hijos. Gracias a Dios que existe también en una fábrica un obrero, un patrono santo que es rechazo contra las injusticias que allí se cometen. Gracias a Dios que queda uno que otro profeta y que va surgiendo también en el pueblo de Dios este sentido crítico, y por eso se siente la presencia de Dios, y la suerte del profeta no puede ser otra que la que ahora nos cuenta la Sagrada Escritura. - Cristo en su patria por segunda vez... fracaso. Cristo fue a su pueblo, es el último episodio de esta primera parte de San Marcos. Ya había ido y entonces sí lo elogiaron pero ahora llega después de que se conoce más a fondo lo que Él predica, lo que Él exige, y esto parece duro a sus paisanos. Teología de San Marcos (primera parte... misterio del Mesías). En la teología de San Marcos -que es el evangelio de este año- la primera parte de su evangelio que termina hoy con este desenlace triste, la primera parte quiere ser una presentación de Cristo como Mesías. Pocas predicaciones pero muchos hechos. El profeta habla con obras más que con palabras, pero cuando habla, su presencia atrae o rechaza, según la sociedad que lo escucha. Dudas... ofensa... rechazo. Entonces lo rechazan con dudas como las que hemos escuchado en el evangelio de hoy: "¿De dónde saca todo eso?. ¿Qué sabiduría es esa que le han enseñado?. ¿Y los milagros de sus manos?, ¿no es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José y Judas y Simón, y sus hermanas viven con nosotros aquí?. Y desconfiaban de Él". Ven, hasta Cristo recibe la reacción del pueblo. ¡Qué tremendo es esto, la reacción de la sociedad ante el profeta!. Hay en todas estas preguntas hasta insultos. Entre los judíos a nadie se le citaba por su mamá, siempre era su padre como para corroborar su legitimidad. Hijo de fulano, eran nombres de varones. Cuando se dice: "¿Qué no es éste hijo de María?", hay una sugerencia perversa, es como si se dijera en nuestro ambiente la palabra tan común y tan ofensiva: "hijo de ...", una mujer sola. Hasta allá se llegó a insultar a Cristo. Quiero, de paso, aclarar para aquellos que creen que María tuvo otros hijos y que Jesús tuvo hermanos. Aquí lo dice el evangelio, sus hermanos: Santiago, José, Judas y Simón; pero no vayan a creer que eran hijos de María Santísima. Consta en el evangelio de San Juan que José y Santiago eran hijos de una María, María la de Cleofás. María casada con un hombre llamado Cleofás tenía dos hijos que son estos: José y Santiago; a estos los llama aquí el evangelio hermanos de Cristo. Como ven, no son hijos de María, sino de otra mujer que tal vez era pariente de María o de José. En el lenguaje oriental se llaman hermanos también a los hijastros, a los parientes cercanos se les llama hermanos. Por eso quitémonos de la cabeza la idea que muchos protestantes difunden que María tuvo otros hijos. Por otra parte, los católicos no podemos creer eso desde luego, que existe un dogma católico que dice que María fue siempre virgen. Para un católico hay que respetar mucho esta verdad de María. No era una cosa indigna que María tuviera otros hijos con su legítimo esposo, ¿qué de malo hay en eso?. Sin embargo, los que quieren criticar es porque quieren ofender el honor que nosotros tanto admiramos en María, la Virgen Madre. Pero hay estudios muy a fondo y no es éste el propósito especial de esta homilía sino para decir cómo, cuando no se quiere creer al profeta, se acude a estas dimensiones humanas. ¡qué poca fe la de los parientes de Jesús!, de no mirar en El algo divino como lo veía su propia Madre Santísima, sino mirar únicamente la circunferencia humana, como si Dios no pudiera tomar, aunque fuera un hombre-barro, de la tierra y ponerlo en pie para que fuera profeta. Y Cristo es más que profeta, pero para que vean la reacción del pueblo ante sus profetas. - Se explica el fenómeno: El éxito del profeta no es ser escogido, sino que "sepan que hubo un profeta". La primera lectura de hoy explica mejor el fenómeno. Cuando Dios llama a Ezequiel, le dice: "Te enviaré a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son unos testarudos y obstinados; a ellos te envío que les digas: "Esto dice el Señor". Ellos, te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos". El éxito del profeta no es que se convierta la gente que oye su predicación; si eso sucede, ¡bendito sea Dios! Dios ha logrado su fin por medio de su instrumento, pero si el profeta, pero si el profeta no logra que esa gente testaruda se convierta, no importa, el éxito está en esto: en que ese pueblo testarudo, pecador, infiel, reconozca por lo menos que hubo un profeta que les habló en nombre de Dios. Y esto es lo terrible de la sociedad. Sociedad que rechaza la palabra del evangelio cuando no está de acuerdo con su egoísmo, cuando no está de acuerdo con sus injusticias; entonces surge el montón de preguntas: "¿Y de dónde le viene a éste la sabiduría?, ¿quién lo está manejando? Eso no es de él"; y todas esas acusaciones tontas que de veras, en vez de entrar adentro, ¿tiene o no tiene razón?, se quedan en un rechazo. Dicen que un buen consejo se recibe aunque sea del diablo, aunque sea del diablo que me está diciendo, no lo debo rechazar. - Cristo confirma: el rico epulón - tienen profetas. Hay una página terrible en el evangelio cuando se condena a un rico y allá en el infierno le manda a decir a sus hermanos. La dice a Abraham: "Dale permiso a un muerto que les vaya a decir a mis hermanos que no sean como yo he sido, para que no vengan a este lugar". Oigan la respuesta de Abraham. "No, allá tienen profetas, si no oyen a los profetas, tampoco escucharán a un muerto que resucite". Esta tan pegada la idolatría en la tierra, que el hombre que está idolatrando el oro, el dinero, el poder, el atropello, la injusticia, la pasión, la tiene tan pegada al corazón, que aunque un muerto le hable, no le hace caso; prefiere su dios. Mucho menos oirá la voz de un pobre profeta que en nombre de Dios le manda decir: "Esto dice el Señor: sé más justo, no atropelles tanto". Hay una exclamación en el mismo profeta Ezequiel que no quiero perderme la oportunidad de que ustedes la repasen. Ya la conocen, fíjense. Cuando Dios en otro lugar le dice al profeta Ezequiel: "Levántate, vete al campo y allí te hablaré. Me levanté y salí al campo y me dijo: Tú, hijo de hombre, profetiza lo que yo te mando decir, tu oirás las palabras de mi boca y de mi parte los amonestarás. Si yo digo al malvado: vas a morir y tú no le amonestares y no le hablares para retraer al malvado de su perversidad para que viva él, el malvado morirá en su pecado, pero te demandaré a ti su sangre. Mas, si habiendo tu amonestado al malvado, no se convierte él de su maldad y de sus perversos caminos, él morirá en su pecado, pero tú habrás salvado tu alma". Es terrible la misión del profeta; tiene que hablar aunque sepa que no le van a hacer caso. Si no le hacen caso, se perderán por su culpa, pero el profeta salvó su responsabilidad. Hubo quién le dijera: "Esto dice el Señor". Y si, gracias a Dios, el malvado lo escuchó, se salvará él y también será gloria del profeta que le predicó. - Dios y su revelación estorban: el pecado causa del mal No podemos callar, queridos hermanos, como Iglesia profética en un mundo tan corrompido, tan injusto. Sería de veras la realización de aquella comparación tremenda: ¡perros mudos!. ¿De qué sirve un perro mudo que no cuida la heredad?. Y si queremos saber en América Latina qué es lo que pasa, tengo aquí el documento de Puebla para leerles solamente un pensamiento. Ha reconocido Puebla que: "Las angustias y frustraciones que se causan en nuestro pueblo se deben al pecado que tiene dimensiones personales y sociales muy amplias. Y si hay en el pueblo esperanzas y expectativas, nacen de su profundo sentido religioso y su riqueza humana". ¡Miren cómo Puebla elogia y alaba la calidad de nuestros pueblos latinoamericanos!. ¡Son dignos de mejor suerte!. Un pueblo profundamente religioso, una riqueza humana que sería largo comenzar a enumerar ahora. Si este pueblo, con tan buenas cualidades, sufre desilusiones, frustraciones, angustias, temores, como los que está sufriendo, Puebla dice: ¿Cuál es la causa?. El pecado que tiene dimensiones personales y sociales muy amplias. Entonces, ¿qué le toca hacer a la Iglesia en América Latina?. Dice también Puebla: La acción positiva de la Iglesia en defensa de los derechos humanos y su comportamiento con los pobres ha llevado a que grupos económicamente pudientes que se crean adalides del catolicismo se sientan como abandonados por la Iglesia que, según ellos, habría dejado su misión "espiritual". Bien reflejada la realidad de América Latina, cuando la Iglesia, en su afán de conversión al evangelio, está viendo que su papel está al lado de los pobres, del atropello, del marginado y en nombre de él tiene que hablar, y por él tiene que reclamar; muchas personas que pertenecen a las altas categorías y que se sentían como las dueñas de la Iglesia sienten que la Iglesia las abandona y como que ha olvidado la Iglesia su misión espiritual; ya no predica espiritual, ya sólo predica política. No es eso, es que está señalando el pecado y esa sociedad tienen que escuchar ese señalamiento y convertirse para ser como Dios quiere. "Hay muchos -continúa Puebla- otros que se dicen católicos "a su manera" y no acatan los postulados básicos de la Iglesia". Por eso nuestra predicación actual, que está encontrando eco en aquellos que quisieran que la Iglesia fuera algo en medio del mundo, no puede hablar de otra manera, sino denunciando tantas injusticias y defendiendo tantos derechos atropellados. Pero, finalmente, dice Puebla una cosa que también hay que tenerla muy en cuenta: "Muchos valoran más la propia ideología que su fe y pertenencia a la Iglesia". Aquí se refiere a aquellos que luchando por justas reivindicaciones se apartan de la Iglesia y ya no predican cristianismo sino otras ideologías que están muy lejos del cristianismo. Pero miren cómo la Iglesia profética, de parte de Dios, está en una posición bien difícil y que es bien comprensible que se la critique, se la margine, ya que al mismo Cristo lo marginaron también, lo despreciaron y lo insultaron, y los apóstoles y los profetas han corrido la misma suerte de todos aquellos que quieren ser fieles al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. HECHOS ECLESIALES Es aquí, entonces, hermanos, donde yo quisiera que como un examen de conciencia revisáramos estos hechos, tanto de la Iglesia como del mundo que nos rodea, para ver si de verdad somos la Iglesia profética que Dios quiere de nosotros. Un gesto muy profético me pareció el lunes de esta semana, la profesión de dos nuevas religiosas mercedarias eucarísticas. En una bella ceremonia, dos jóvenes que se consagran para ser frente al mundo, un ejemplo del seguimiento de Jesucristo en la vida religiosa. De igual manera me pareció índice profético, muy simpático, la viejecita que murió en el Buen Pastor, la Hermana Luz del Perpetuo Socorro. A muy alta edad, muere. Allá tuve la dicha, puedo decir, de compartir esta fiesta pascual con una comunidad que ve en la muerte el estímulo para seguir viviendo fiel al evangelio. En el Liceo salvadoreño se celebró una misa por el eterno descanso del hermano marista, el Hermano Blanco, que fue acribillado en la guerra de Nicaragua. Aquí tuvimos un hermoso gesto profético en la noche del lunes en Catedral, la vigilia de oración, promovida por la Confederación de Religiosos y Religiosas. Lo mismo, un signo de nuestra Iglesia profética fue la reunión de religiosas dedicadas a la pastoral, buscando maneras de despertar más en el pueblo este sentido profético de Dios. En las comunidades, nuestra Iglesia presenta un cambio de párroco en San José de la Montaña. El Padre Cristóbal Cortes, con quien colaborarán Monseñor Urioste, el Padre Salvador Colorado, el Padre Rafael Urrutia y el Padre Raúl Angulo. No queremos que San José de la Montaña sea simplemente una parroquia de culto. Queremos que sea un centro arquidiocesano de promoción vocacional. A esto se han comprometido los nuevos dirigentes para que allá sea verdaderamente un encuentro del pueblo de Dios, con el gran problema de la Diócesis: el seminario. En Ciudad Arce tenemos el retiro de la Madre Josefina, y un llamamiento de mi parte a todos los católicos de la parroquia, para que se unan esta vez más bajo la dirección profética de su sacerdote y sepan cultivar su espíritu cristiano de profetas. En la parroquia de la Merced, visité el Mercado Tinetti. Admiro la generosidad y la religiosidad: me contó el Padre Torruella que fueron las señoras del Mercado Tinetti las que costearon la publicación de una esquela de la parroquia con motivo de la muerte del padre Palacios. Yo les agradezco este gesto muy solidario con la Iglesia. En el Mercado de Santa Tecla, ayer celebré la misa en honor del Corazón de Jesús y compartí unas horas muy felices con aquella gente. También se les anunció allá que el día del Carmen, siguiendo la tradición, se van a administrar las confirmaciones en la iglesia de la Concepción, a las 11 de la mañana, pero sólo a jovencitos mayores de ocho años. En la parroquia de La Palma, otro gesto profético. El párroco me entregó una bonita hoja en que llama a solidaridad con la muerte del padre Palacios y también a la caridad para enterrar a tres asesinados desconocidos que aparecieron en aquel campo. El Padre Guaratto dice en su hojita: "...el doblar las campanas, tengamos en cuenta que es una invitación para orar por nuestros muertos sin discriminación, absteniéndonos de toda crítica, porque la muerte como la vida es sagrada y los muertos están ya en el juicio de Dios". Muy bonito sentimiento cristiano y franciscano. La parroquia de Perulapía, también, protesta porque su cementerio se está convirtiendo en un botadero de cadáveres asesinados: "...y el cementerio, dice el párroco, debe respetarse como campo sagrado para sepulturas dignas". Creo que lo mismo podrán decir muchas comunidades donde están apareciendo hoy, como fenómeno vergonzoso de nuestros días: decapitados, desnudos, mutilados, torturados, ¡qué no se hace con la vida humana antes de acribillarla y acabar con ella!. El Colegio Sagrado Corazón, que ha sido calumniado como si estuviera elevando las cuotas a medio año, explica -y el mismo director general de educación, Moreno, explicó - que no hay pruebas para esa acusación y que sólo se trata -y así es en verdad- de un estudio de cuotas diferenciadas. El colegio -como lo hacen otros- analiza la categoría económica de sus alumnas. Y en ese estudio está, no elevar cuotas, sino, al contrario, en justificar por qué se cobra tanto a cada alumna. Creo que hay que tener mucho cuidado, sobre todo cuando un colegio ya es señalado y se tiene ya el prurito que todo lo que hace es comunismo, todo es subversión. Yo doy fe de que en el Colegio Sagrado Corazón, en comunión con la Iglesia, se imparte verdadera enseñanza cristiana. También quiero dar fe de que, si los colegios católicos no fueron a un paro de dos días, sus objetivos quedaron publicados: repudiar y condenar enérgicamente los salvajes asesinatos en las personas de los educadores, y rechazar la violencia sistemática del derecho a la vida y a la integridad corporal. Los colegios católicos también se solidarizan con las familias que lloran la muerte de tantos profesores indignamente matados. También quiere ser un signo de solidaridad con los maestros actualmente amenazados de muerte. Nadie tergiverse un gesto de generosidad y solidaridad, que me parece muy elocuente de parte de los colegios católicos. Ojalá todos, unidos, fueran la expresión de una Iglesia que comprende que sus colegios no están al margen sino dentro de la pastoral de la Arquidiócesis. Con los franciscanos quiero alegrarme por el nombramiento de su nuevo superior general, el Padre John Vaughn. Por este motivo recordemos que en el mundo hay 23.000 franciscanos y que el nuevo superior general es el 116º sucesor de San Francisco de Asís. Nuestra Secretaría de Información ha publicado un boletín en que actualiza la persecución a la Iglesia. Un total de 76 casos de atropellos a sacerdotes, religiosas y comunidades es el resultado de esta encuesta. Pero como no sólo la Iglesia mira como suyo cuando se trata de sacerdotes y religiosas sino que está muy identificada con el pueblo, también ha estudiado la cantidad de atropellos en estos últimos seis meses a nuestro pueblo por parte de quienes debían defenderlo. Suman un total, de enero a junio, de 406 asesinados: hay también una intensa cantidad, 307 por lo menos, de capturados por motivos políticos; de muchos de ellos no se sabrá más, porque han desaparecido. HECHOS DE LA REALIDAD NACIONAL Dirigiéndonos ahora de nuestra comunidad Iglesia hacia el mundo, quizás el punto más destacado de la semana es el informe presidencial del 1º de julio. Yo no quería decir nada, porque ya he recomendado al querido auditorio que sepa leer, que sepa oír con conciencia crítica. No todo lo que se dice y se lee es verdad. Que sepan cotejar entre las palabras y los hechos. Lo que sí quisiera decir porque es mi deber de pastor, es señalar un peligro muy grande cuando el Señor Presidente dice: "Reitero categóricamente que estamos contra la violencia venga de donde venga y sin importar la posición social o la jerarquía política de quienes resultan víctimas de ella. Porque, por sobre todas las cosas, esas víctimas son seres humanos y porque la violencia jamás resolverá nuestros problemas". La frase es hermosa y yo también la aceptaría, solamente que se llevara a la realidad sin dos faltas de lógica en la práctica. La primera falta de lógica en la práctica es que si de verdad se repudia la violencia venga de donde viniere, ¿dónde están las sanciones a los cuerpos de seguridad que han hecho tantas violencias?... Si la violencia se repudia venga de donde viniere y la misma OEA señaló a ORDEN como fuente de tantas violencias en el pueblo y de persecuciones a la Iglesia, ¿dónde está la justicia contra esa violencia que ORDEN provoca?... Nosotros tenemos el caso claro del asesinato del Padre Octavio en El Despertar de San Antonio Abad. Un evidente error. ¿Dónde está la sanción a los criminales?... Y aquí quiero hacerme también voz de tantas voces entrecortadas de llanto que han llegado al Arzobispado o a nuestros párrocos. Familiares y testigos que han visto agentes de seguridad matar o por lo menos capturar y después aparecer matados en otra parte. ¿Por qué no se investigan?. Esos crímenes son violencia horrorosa para nuestro pueblo... Estas familias han acudido con documentos muy jurídicos a la Corte Suprema de Justicia y no se les ha hecho caso. De modo que ésta es la primera parcialidad que yo criticaría al General Romero cuando dice que la violencia él la va a rechazar venga de donde viniere. Esperamos el cumplimiento de su palabra... Y la otra falta de lógica. Me parece que en el señalamiento de esa violencia que venga de donde viniere, hay que señalar lo más profundo: la fuente de todas las violencias es la injusticia social y la violación de la libertad. En su mismo discurso dice que conoce los problemas sociales del país; sus causas son complejas y profundas, y es urgente e impostergable encontrar un camino que nos conduzca a promover una auténtica justicia en un clima de paz. También reconoce que la democracia se justifica en función de los valores que defiende, como son la libertad y la dignidad del hombre. La democracia permite el diálogo y el derecho a disentir; en cambio, en las dictaduras totalitarias, la persona está obligada a aceptar sin discutir las decisiones del Estado. Allí están las dos fuentes de muchas injusticias y muchas violencias, porque el Estado se convierte en algo absoluto que no deja ni pensar distinto de cómo él piense y porque está implantada una injusticia social que ya la denunciamos muchas veces desde los documentos oficiales de la Iglesia; el escándalo de una sociedad donde los ricos se hacen cada vez más ricos a costa de unos pobres cada vez más pobres... Estos eran los puntos que como pastor, y por lo que ahora la Sagrada Escritura me ha reclamado: "Diles: Esto dice el Señor, al menos que sepan que hay un Dios que no está de acuerdo con esos atropellos, que hay una Iglesia que defiende al pueblo y que está al lado de los que sufren por la injusticia". Por eso también la denuncia que los maestros presentan al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Rogelio Chávez, que acaba de ser reelegido para su cargo. Yo también la quisiera repetir no sólo para los maestros. Sí, para los maestros, porque es un gremio que debe tener mucha estimación y me duele profundamente lo que se está haciendo con ellos, pero extendamos también a los sacerdotes -que no se dignó mencionar el Presidente en su mensaje- y a todos, aunque sea el más humilde campesino que tiene derecho a la vida, y la voz de los maestros llegando a la Corte Suprema de Justicia es la voz de nuestro pueblo. En esta ocasión hacemos un llamado a su conciencia para que, como funcionario público, se percate de una situación que atenta contra las más elementales disposiciones de justicia. En resumen: "Los maestros no queremos ya más asesinatos, atentados, amenazas y persecución y usted debe pronunciarse, debe hacer algo. Los maestros exigen el pronto esclarecimiento de los asesinatos de los maestros y sus familias y el castigo de los responsables. A usted le compete intervenir". Muy valiente y muy certera... Y si en la Asamblea se reeligió al Dr. Chávez para continuar otros dos años en la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, con muchos elogios a su capacidad jurídica, espero que no sean elogios en vano y con lo que hasta ahora el pueblo no ha visto lo vea ya en estos dos nuevos años. Que haya más justicia, que la Corte Suprema de Justicia pesará mucho en la historia en estas horas tan negras de sangre y luto de la patria salvadoreña... También quiero unirme a esta observación que hacen los maestros. Los maestros exigen el cese de la campaña difamatoria montada por el gobierno en contra del magisterio, "... también le compete intervenir a usted -le dicen al presidente de la Corte Suprema de Justicia- para que finalice la campaña propagandística antes mencionada". Es una campaña que por radio y televisión se oye continuamente, como si los maestros sólo fueran indoctrinadores de doctrinas subversivas, y esto se lleva también al campo católico, como si hubiera colegios católicos que indoctrinan de marxismo a sus alumnos. Yo protesto junto con los maestros y pediría a la justicia de nuestra patria que sancione y, desde luego, se deje de patrocinar esas campañas que difaman al magisterio, al colegio, y que dividen a nuestros maestros... Los médicos internos dirigen una muy valiente carta al VicePresidente de la República, Dr. Julio Ernesto Astacio, para reclamarle las promesas que les hizo y que no se han cumplido. Dicen en un pasaje de su carta: "Son varias las anomalías que están sucediendo en los diferentes centros asistenciales y las represalias que se están efectuando. Creemos que no han emanado de su persona, pero serán las debidas medidas que por su intermedio pueda hacer la Presidencia de la República, como autoridad máxima, para solventar esas penosas situaciones, las que le darán validez a sus palabras". Siempre, pues, los hechos valen más que la palabra. Tengan en cuenta los trabajadores el nuevo cuadro de sueldos que ha sido publicado en todos los periódicos. Desde el 10 julio los empleados públicos ganarán 75.00 más. A partir de la semana próxima -el 15 de julio- los trabajadores del campo, varones mayores de 16 años, ganarán 5.20 en vez de 4.25; las mujeres de 16 años arriba, 4.60 en lugar de 3.75. De cualquier sexo, parcialmente incapacitados, 4.60 en lugar de 3.75. Los trabajadores del comercio en San Salvador ganarán 9.00 en vez de 7.20. En los demás municipios 8.00 en vez de 6.20. Lo doy a conocer porque para muchos campesinos el único medio de conocimiento es esta voz de la radio católica... Solamente quisiera criticar un aspecto: el aumento está justo, está bueno, pero no sé por qué continúa en un país civilizado la discriminación de la mujer. ¿Por qué no va a tener igual sueldo si trabaja igual?. Esta cuestión es del departamento de Trabajo. Quiero, hermanos, extender nuevamente la mano insistente para que ayudemos a Nicaragua. A nadie de ustedes le es desconocido lo terrible de aquella situación. Se calcula que no menos de 800.000 damnificados están sufriendo hambre. A una comunidad religiosa llegó la voz por teléfono de una religiosa que tenía, con su comunidad y la gente amparada allí, tres días sin comer. Nuestra Cáritas agradece la buena acogida que se ha dado a su llamamiento y sigue insistiendo en que ya sea por medio de Cáritas, ya sea por medio de la Cruz Roja, hayamos llegar lo más que podamos, lo más pronto posible, ayuda a nuestros hermanos. Quiero denunciar también por que esta voz es, al menos, un desahogo de las familias que sufren la captura arbitraria y el desaparecimiento cruel de muchos de estos hombres y mujeres capturados: Faustino Ayala, Ernesto Menjívar castro, campesinos de Chalatenango; actualmente desaparecidos: Elena Gómez Flores, Santiago Gutiérrez Payés, Juan Francisco Ruiz Rosales del cantón Nancistepeque de Santa Ana. No se conoce su paradero: Salvador Rubio Hernández, de Olocuilta; Gonzalo Segundo Merino, Daniel González, de Tejutepeque; Cristóbal Zelaya Murillo, obrero de San Salvador; y el caso de María Amada Galán de Rivera, que fue capturada en su propia casa en el cantón de San José Los Sitios, de Chalatenango, deja desamparados dos hijos, uno de seis años y otro de cuatro años. Quiero denunciar un caso, también muy doloroso. Lo he vivido de cerca con su familia, Carlos Antonio Mendoza Valencia, quinto año de medicina, desaparece la mañana del 28 de junio; se presume que fue capturado, pero por más que se ha buscado en todos los cuerpos de seguridad, no se encuentra. Su esposa, que está embarazada en su segundo mes y su mamá muy afligida y su hermana piden misericordia a quienes son responsables de esta detención. También el caso muy serio del profesor Iván Burgos, de Fe y Alegría, capturado mientras estaba en un encuentro de fútbol. En la Guardia Nacional, a donde lo llevaron, hay un papel firmado por su libertad, pero queremos decir que en muchísimas ocasiones cientos de reos políticos han declarado en dolorosos interrogatorios que firman su libertad. ¿Será este otro caso de estos?. Dios nos libre de ello y ojalá el profesor Iván Burgos vuelva a su familia. Tenemos conflictos laborales también de Pan Lido, IMES, IMISA, Tipografía Central, Fabril de Aceites, OCUSA. Pedimos a Dios y a los protagonistas de estos acontecimientos que hagan lo posible por resolverlos racionalmente. Refiriéndonos a los secuestros, gracias a Dios, después de tantos domingos de clamar la libertad de los dos banqueros ingleses, ya están en su tierra y con su familia. También el Señor Miguel Armando Miguel, del cual nos preocupamos, ya está puesto en libertad. Pero hay una consecuencia en este último caso que yo quisiera amparar. Es el de la joven Yolanda Guadalupe Arbaiza, que resultó gravemente baleada en el accidente del secuestro el Señor Miguel; su familia ha tenido que hacer muchos gastos y han acudido al Arzobispado para mediar ante el ERP si les pueden pagar los gastos que ellos ocasionaron a la salud de su joven enferma. Treinta y tres mil quinientos colones les costará un viaje a los Estados Unidos, indispensable para una operación urgente. Ojalá que el ERP se haga eco a este llamado. La familia pone por intercesora a la Cruz Roja si quieren cumplir este deber de justicia, de quien ha hecho un mal; tienen que resarcir el mal que ha hecho. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Y así, hermanos, perdonen la palabra de hoy que nos ha cuestionado en esta difícil tarea profética de anunciar el reino de Dios y de denunciar el pecado que se le opone. ¡Cuánto trabajo, qué dificultad, qué riesgoso resulta en nuestro ambiente!.. Pero, gracias al Señor que siquiera esta pobre voz puede levantarse para decir, en nombre de todo un pueblo profético, "Sí, al reino de Dios, no al reino del pecado y del diablo...". Queridos hermanos:
- Vuelven los domingos del Tiempo Ordinario En este momento del año litúrgico se siente la impresión del que ha caminado por las cumbres y ya después baja otra vez a la llanura para continuar por un camino más ordinario; y así se llaman estos domingos que siguen a la celebración de la Pascua: los domingos del Tiempo Ordinario. Hoy nos encontramos en el domingo 13, porque comenzaron antes de Cuaresma y se interrumpieron para celebrar el misterio de nuestra redención: la Cuaresma, la Semana Santa y la Pascua. Sentido de estos domingos del Tiempo Ordinario Ahora, volvemos a esos domingos ordinarios en que vivimos una vieja tradición que se remonta hasta los tiempos en que la Iglesia primitiva conmemoraba cada ocho días, la redención cristiana: la pasión, la resurrección y la glorificación de Cristo. El misterio pascual, el misterio de la salvación. - Cada domingo "celebra" el misterio de la salvación íntegramente "Cada domingo -dice el Concilio Vaticano II- los fieles se reúnen para alimentarse de la palabra de Dios, para participar en la eucaristía y celebrar así el misterio de su redención, para darle gracias a Dios, que los hizo renacer en la viva esperanza por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos". Cada domingo es Pascua, cada domingo debe avivar en nosotros la esperanza de que seguimos a un Cristo vivo que no morirá más y que tiene la fuerza de darnos la salvación. - Cada domingo anuncia la necesidad de encarnar el misterio de Cristo y denunciar lo que se opone a su realización Por eso, el año litúrgico, celebrando estos misterios eternos, trata de aplicarlos a la situación concreta por donde va pasando la historia de cada pueblo. No es lo mismo predicar este domingo 13 en Roma, o en Polonia, o en África, o en Nicaragua, que aquí en El Salvador. La palabra de Dios que hoy se acaba de proclamar es para nosotros los salvadoreños de este domingo 1º de julio de 1979; tenemos que mirarlo desde esta perspectiva: el misterio de nuestra salvación; porque la historia de cada pueblo y de cada hombre, de cada familia, es como el instrumento de Dios para salvar a ese hombre, a ese pueblo, a esa familia. Por eso, puede parecer muchas veces que la predicación toca cosas muy peligrosas y que sea más fácil callar; pero, entonces, no cumpliría la palabra evangélica su misión de iluminar en el misterio de Cristo la realidad del Pueblo. CRISTO, VIDA Y RIQUEZA DEL HOMBRE 1. Cristo, poder divino que da la vida 2. Cristo, justicia y amor que iguala las diferencias sociales 3. Una fe auténtica en Cristo, única solución de nuestros problemas 1. CRISTO, PODER DIVINO QUE DA LA VIDA - Resucitando... curando En primer lugar, miremos a Cristo como un poder que da la vida: el evangelio de hoy presentándonos a Cristo frente a la niña muerta, tomándola de la mano y devolviéndola a la vida. O también dándole la salud a una mujer que padecía una enfermedad incurable desde hacía 12 años. Es la imagen más bella del poder de la vida en medio de la muerte y de la enfermedad. Junto a esa niña muerta miremos a tantos jóvenes y tantas jóvenes, a tantos hombres, niños, muertos. El imperio de la muerte se pasea sobre la tierra y, sobre todo, en nuestro país donde la muerte violenta ya casi se hizo aire que respiramos; los hospitales con heridos a consecuencia de las violencias o enfermedades naturales, los cementerios llenándose cada vez más de muerte, pero en medio de todo este marco negro: la luz del poder que da la vida: Jesucristo. a) Por el Verbo, Dios creó la vida Este Cristo, frente a la niña muerta, la hija de Jairo, es el Dios eterno que se hizo hombre pero antes de hacerse hombre -nos cuenta el evangelio sublime de San Juan- era la palabra que estaba junto a Dios y por esa palabra se hicieron todas las cosas. Esa Palabra es la vida y la vida era la luz de los hombres. Cristo es la plenitud de donde ha derivado toda esta vida que está aquí en Catedral y toda la vida que anima la vida de nuestra patria. No hay vida en el mundo si no viene de Dios, poder que da la vida. - Aspectos positivos La primera lectura nos remonta, en esta meditación al Dios de la vida. Dios no hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera. Las criaturas del mundo son saludables, no hay en ellas veneno de muerte. Dios creó al hombre incorruptible, lo hizo imagen de su misma naturaleza; el Dios que no muere quiso tener también un hijo en la tierra que no muriera. Queda claro en la palabra de Dios hoy esta proclamación que nos debe llenar de un sublime respeto a la vida. Dios no ha hecho la muerte. Dios hizo la vida y quiere que subsista y no muera. ¡Hijos del Inmortal, tenemos que ser también nosotros inmortales!. Entonces, ¿por qué hay muerte en el mundo?. b) El pecado destruyó la vida - Dios no hizo la muerte La primera lectura de hoy es de la que sin duda tomó San Pablo en su carta a los Romanos el sublime pensamiento de que "por un hombre que pecó, entró la muerte". - La muerte es el fruto del pecado Según el plan primitivo de Dios -según la lectura de hoy- en el mundo no hay veneno de muerte ni imperio del abismo. El abismo que llamaban el "Sool" los hebreos es como una figura de la muerte, del poder del infierno; el "Ades" lo llamaban también los griegos. La muerte que nosotros representamos con una figura huesuda y un instrumento para cortar la vida -la guadaña- ésta aparece en la Sagrada Escritura como un poder extraño. Lo dice hoy la Palabra: "Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la experimentan los que le pertenecen". Es una triste condición tener que pagar tributo al diablo. La muerte es un tributo al poder que destruye la vida. Dios no quería la muerte; si se implantó la muerte es porque un hombre le abrió la puerta al pecado. Por la desobediencia de Adán -el primer hombre, padre de todos los hombres- entra la muerte y se pasea por toda la humanidad. Es un poder extraño; por eso San Pablo nos habla de una desobediencia, de algo que gime, de algo que no es normal, de algo que es enemigo -"inimica mors"-; la muerte que es enemiga seguirá paseando. - Provocar la muerte es multiplicar la presencia del pecado Sobre todo, la muerte es signo de pecado cuando la produce el pecado tan directamente como entre nosotros: la violencia, el asesinato, la tortura donde se quedan tantos muertos, el machetear y tirar al mar, el botar gente, todo eso es el imperio del infierno. Es el diablo el que hace la muerte. La experimentan los que le pertenecen al diablo. Colaboradores, agentes del demonio; impostores de algo extraño que no cabe en el plan de Dios. Por eso la Iglesia no se cansará de denunciar todo aquello que produce muerte. La muerte, aún la muerte natural, es producto y consecuencia del pecado. HECHOS DE LA REALIDAD NACIONAL DE ESTA SEMANA Es aquí por eso que yo les invito a reflexionar en nuestra realidad, donde hay que ver esta triste situación de pecado. Esto es doloroso: si la muerte es índice de pecado, en El Salvador se nos está denunciando como uno de los países donde se ha entronizado de esta manera más absurda y loca el pecado, los poderes del infierno. Por lo menos 24 personas fueron asesinadas esta semana por motivos políticos. Siguen matando maestros. Continúan apareciendo cadáveres no identificados en distintas partes del país. Son tantos los que han muerto así, que ya se hace difícil hasta mencionar sus nombres o la vertiente política a la que pertenecen. Pero todos denuncian una danza macabra de venganza, de una violencia institucionalizada, pues unos mueren así directamente víctimas de la represión y otros mueren precisamente por servir a esta represión. Podemos decir que nuestro sistema es como aquel dios Moloc, insaciable en cobrarse víctimas, ya sea los que están contra él, ya sea también los que le sirven. Así paga el diablo. Por eso, cuando se me dice que yo sólo me fijo en una clase de muertos y no en otros, yo digo: ¡la muerte me duele tanto en cualquier hombre que sea!. En esta semana han muerto tres policías y quizá quisiera decir que me da más lástima porque mueren precisamente por servir al dios Moloc, porque así mueren precisamente. ¿Será por la fuerza, será porque les han lavado el cerebro y son auténticamente enemigos del pueblo?. O ¿será por ganarse la vida?. Es triste, pero ésta es la verdad, los asesinatos de una y otra vertiente, en esta danza macabra de la muerte por venganza política, son el mejor índice, espantoso índice, de lo injusto de nuestro sistema, que se cobra ya sea por la represión directa, ya sea por la indirecta represión de servir al poder que reprime. Lo más doloroso es que no se está haciendo ningún esfuerzo eficaz por parte del gobierno para frenar estos crímenes injustos que están bañando de sangre a El Salvador. Desde el punto de vista cristiano, no se justifica ninguno de estos crímenes, aunque digan que los hacen para salvar a la patria del terrorismo. El Papa Juan Pablo II acaba de decir una palabra muy luminosa ante las exigencias de un movimiento neo-fascista italiano, que quiere que el gobierno de ese país implemente medidas estrictas antiterroristas, estableciendo entre otras cosas, la pena de muerte. Esta es la voz de la extrema derecha. Como que no tiene otras armas para defenderse que incitar a la represión; y el Papa advirtió que "la Iglesia Católica busca liberar a las buenas almas de la terrible tentación que podría conducir hacia reacciones provocadoras y opresivas". La Iglesia no es partidaria de esas voces de venganza. Insistimos una vez más: el gobierno tiene capacidad para frenar muchos de estos crímenes, ¡por lo que le pedimos formalmente que lo haga! La represión violenta no es el camino eficaz para pacificar el país y restablecer la justicia. Hoy dará su informe presidencial el General Romero; quisiéramos oír una palabra nueva en el mensaje. Una palabra que reconquiste la credibilidad, la confianza perdida. Una palabra que sea la respuesta que hace tiempo espera el pueblo: ¿Dónde están los desaparecidos?... ¿Cuándo vuelven a la patria los exiliados?... ¿Cuándo cesa la tortura y la captura arbitraria?... ¿Cuándo se dará auténtica libertad y confianza a la Iglesia?... En este mismo plano de violencia tenemos que denunciar -y ¿cómo no lo vamos a hacer?- la represión a nuestros campesinos que llega hasta el asesinato. En el caserío La Pita, del cantón El Puente de San Vicente, un operativo de 300 agentes de seguridad y ORDEN catearon y asesinaron a dos campesinas: Pilar González, de 40 años; Adelina Carranza de Martínez, de 50 años; y a su hijo Pastor Martínez Carranza. Quiero recordar con cariño a la Señora Carranza de Martínez; era madre de un campesino, Carlos Martínez Carranza, quien el 1 de mayo del año pasado fue capturado en Zacatecoluca, y que hace poco me escribió una carta lamentando esa triste situación y ayudando con su pobre ofrenda de 10.00 para nuestra Catedral. ¡Que el Señor tenga en cuenta esa fe y ese amor!. Posteriormente se trasladaron al cantón el Campanario, donde capturaron a otros dos campesinos, cuyos nombres se desconocen. Y en otro cantón Salvador Montano y Jorge López, del cantón San Benito, también fueron capturados. Se captura también a Francisco Laureano Lemus en san Marcos Lempa; a Ricardo Iván Lemus y a José Antonio Rivas y a María Amanda Galán de Rivera, a la que van a sacar a su propia casa. Todos estos han exhibido ya el recurso del habeas corpus que nuestra Constitución garantiza para todo el que es privado de su libertad. Esperamos que la Corte Suprema de Justicia ya no se ría tanto de esta legalización, de la libertad de tanta gente capturada y de la que no se vuelve a saber muchas veces nada. En esta ola de secuestros, hemos de seguir lamentando a los secuestrados. A los banqueros ingleses de los cuales no se ha vuelto a saber, pero quisiéramos que si están con vida se facilite pronto la negociación y su libertad. Fueron liberados ya el Señor William Rocha y el Señor Miguel Armando Miguel. Quiera el Señor que esta voz, que no tiene otra intención que ser la voz de la justicia y del amor, de la verdad y de la fraternidad, encuentre eco en aquellos que pueden traer un poco de felicidad a las familias que están angustiadas. Un gesto muy significativo de los maestros que fueron condecorados por el Ministerio de Educación los llevó a devolver las medallas en protesta por todos los asesinatos y amenazas que están sufriendo sus colegas, los maestros. También en el campo laboral, la violencia sigue paseando su bandera. Continúa sin resolverse la huelga de los médicos residentes e internos que iniciaron el 11 de junio. El Consejo superior Universitario considera que las demandas planteadas por ellos son justas; por lo que ha decidido apoyarlos y excitar a las autoridades del ramo de Salud a dialogar con ellos y solucionar racionalmente el problema. El Sindicato de Trabajadores del Seguro Social decidió también irse al paro a nivel nacional, el 29 de junio. Han denunciado abusos patronales los trabajadores de IMES, La Fabril, en san Miguel, etc. Quiero transmitirles la aflicción de una madre que ha perdido desde el 28 de junio en Quezaltepeque a su niña, Imelda López. Una menorcita de cuatro años y medio. Las señales son: pelito largo, negro, ondulado; gordita. Ellos viven angustiados y suplican a quienes puedan darle razón que si la encuentran, que avisen a la YSAX o a ellos directamente, que viven en la calle del Cementerio de Quezaltepeque nº 46. La mamá se llama María López. También hay una denuncia de una amenaza que me llega a último momento y dice que desde hace como tres semanas en el Liceo Tecleño, donde el Señor Rafael Góchez Sosa trabaja, le pusieron la mano blanca de la UGB. Y anoche le ametrallaron su casa, situada en la 3ª Calle Oriente 4-12, en Santa Tecla, desde las 11:30 p.m. hasta las 2:30 de la mañana de este día, domingo. Él reside con toda su familia en esa casa, y que por la gracia de Dios no les ha pasado nada, aunque pasaban ametrallando a cada rato con un intervalo de media hora. ¡Cómo que vivimos en la selva!. Espero que el Señor nos haga más humanos y que pensemos -como he meditado hoy- que Dios no quiere la muerte, que Dios ha creado a la vida para que seamos vivientes e inmortales. c) Cristo restaura la vida que el pecado mata y enferma Vendrá un día en que Cristo restituirá esa inmortalidad. Ya pagó Cristo el impuesto de la muerte. - Los dos milagros Cristo, ante la hija de Jairo, es la imagen del poder de la vida que restituye la vida ya muerta. ¡Qué amor el de Dios, que pudiendo dejarnos a la consecuencia del pecado, que es la muerte, no tenía La obligación de venir a restituirnos, ha querido hacerse solidario hasta con nuestra muerte y, muriendo en una cruz, destruir la muerte y, resucitando, restaurar la vida!. Cristo restituye la vida, la que Él nos dio sin proyecto de muerte y la que nosotros matamos por el pecado. La restituye del pecado y la hace dos veces don, dos veces vida. La vida que hoy tenemos, la esperanza de una vida eterna, la alegría de vivir redimidos, es una doble vida: es la vida que en su origen nos dio el Verbo; en Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres que mató el pecado y que la redención de Cristo recuperó. - Signos de la redención de la muerte y de la enfermedad. Dice el Concilio: "La fe cristiana enseña que la muerte corporal, que entró en la historia a consecuencia del pecado, será vencida cuando el omnipotente y misericordioso Salvador restituya al hombre en la salvación perdida por el pecado". Aquí Cristo, el Dios que hizo la vida en los orígenes y que no quería la muerte, cuando vio que el imperio de la muerte se implantó en el mundo, viene a recuperar la vida. Si la Iglesia está en el mundo para continuar la misión de Cristo, es decir, arrancar el pecado que es la causa de tanta muerte, podríamos preguntarnos: ¿Y por qué, si Cristo nos redimió del pecado, los hombres, aun los que se arrepienten del pecado, siguen muriendo?. Tiene respuesta muy hermosa cuando San Pablo dice: "Ya Cristo con su muerte y resurrección nos dio el germen de la vida; y si en el cuerpo todavía prevalece el germen de muerte -enfermamos, envejecemos, morimos, se matan los hombres, germen de muerte-, sin embargo, en el espíritu llevamos ya el germen de vida, y aquel espíritu que pudo resucitar a Cristo resucitará también a los muertos de cualquier muerte que hayan sido". Entonces es cuando Pablo dice: "Es asumida en la victoria la muerte. Y desde las alturas de la victoria, la vida le grita a la muerte: ¡Oh muerte!, ¿dónde está tu victoria?". Y dice esa preciosa frase de esperanza: "La última enemiga en ser vencida, será la muerte". Quiere decir, que ya en el mundo de hoy los cristianos, los que por la fe y el vivir en santidad llevan el Espíritu de Dios, llevan el germen de vida aunque los maten. ¡Nada le han hecho al Padre Palacios!. Murió en gracia de Dios. Su cuerpo tiene que pudrirse en una tumba; paga el tributo de la muerte por el pecado de Adán; pero su espíritu, que ya llevaba la unción de la inmortalidad, está en el cielo y está reclamando este cuerpo que un día resucitará. Aquel día de la resurrección universal será el desenlace de la historia. ¡No es la muerte la que ha vencido!. No es matando a los hombres como los hombres pueden triunfar. No son sistemas sólidos y consistentes los que se sustentan sobre muerte. Debían de saberlo los tiranos, los que se aferran al poder como en nuestra vecina Nicaragua, que no es así como se sostiene un poder. ¡Tanto muerto!, si llevan gérmenes de vida, ya están reclamando la inmortalidad y diciendo la denuncia más elocuente contra el que ha provocado tanta muerte. Y lo mismo, trasladémoslo a todas las situaciones de todos los países, de todos los sistemas políticos. Vemos todo esto, hermanos, en el marco de la violencia, de la muerte, en la cual encontramos hoy a Cristo, salvando a una jovencita muerta pero que Él, el autor de la vida, puede devolverle la vida. 2. CRISTO, JUSTICIA Y AMOR QUE IGUALA LAS DIFERENCIAS SOCIALES Explicación de la colecta. Tema de la doctrina social... "no se trata de aliviar..." Miremos entonces con confianza al Señor en otro aspecto del evangelio de hoy. La segunda lectura es de San Pablo a los corintios y a propósito de una colecta, que en Corinto ha promovido el apóstol para ayudar a los cristianos pobres de Jerusalén; les dice la doctrina social de la Iglesia, germen de lo que ha de ser ese tesoro de nuestro tiempo: las encíclicas desde Rerum Novarum de León XIII, hasta Populorum Progressio, Mater et Magistra, Pacem in Terris, el Concilio, Medellín, Puebla; una luz encendida sobre el ambiente injusto de nuestra América y del mundo. San Pablo dice a los de Corinto: "No se trata de aliviar a otros pasando vosotros estrecheces, se trata de nivelar. En el momento actual, vuestra abundancia remedia la falta que ellos tienen; y un día la abundancia de ellos remediará vuestra falta; así habrá nivelación". Es lo que dice la Escritura y recuerda aquí un episodio pintoresco del pueblo de Israel cuando atravesaba el desierto y comía maná, que había de recoger nada más que lo necesario para el día y algunos querían coger más y a otros les quedaba menos, pero dice la Biblia: "Al que recogía mucho, no le sobraba y al que recogía poco no le faltaba". Dios es el que nos da los dones, el que nos da las cosechas, el que hace florecer y colorear el café de nuestras fincas -hoy verdadera mina de oro rojo-, es el Dios que quiere la felicidad de todos sus hijos. San Pablo dice: "Se trata no de que unos den para quedarse sin nada, sino que comparta, que se nivele". b) El gran tema de América Latina A este propósito yo quiero invitarlos hoy a que miremos cómo el documento del episcopado latinoamericano en Puebla enfoca esta pastoral que llama "opción preferencial por los pobres". El documento hace, al ver la realidad de América, un análisis certero de nuestra impresionante injusticia social. - Constataciones Dicen los obispos en Puebla: "Vemos, a la luz de la fe, como un escándalo y una contradicción con el ser cristiano, la creciente brecha entre ricos y pobres. El lujo de unos pocos se convierte en insulto contra la miseria de las grandes masas. Esto es contrario al plan del Creador y al honor que se le debe. En esta angustia y dolor, la Iglesia discierne una situación de pecado social. Así como decíamos de la muerte que es el índice de pecado, podemos decir también: La desigualdad social es índice de pecado". Explícitamente lo dice el episcopado latinoamericano en Puebla -de gravedad tanto mayor por darse en países que se llaman católicos y que tienen la capacidad de cambiar-. Y citando palabras de Juan Pablo II en Oaxaca, en México, dicen: "que se le quiten las barreras de explotación... contra las que se estrellan sus mejores esfuerzos de promoción" (Nº 28). El documento continúa constatando: "Comprobamos, pues, como el más devastador y humillante flagelo, la situación inhumana de pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada, por ejemplo, en mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problema de salud, salarios de hambre, desempleo y subempleo, desnutrición, inestabilidad laboral, migraciones masivas forzadas y desamparadas, etc." (Nº 29). "Al analizar más a fondo tal situación, descubrimos que esta pobreza no es una etapa casual, sino el producto de situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas, aunque haya otras causas de miseria. No vamos a negar que también hay otras causas de la miseria, que hay pobres que lo son por su propia culpa, por su vicio, pero eso no quita que haya unas estructuras brutales, horrorosas, donde es imposible hacer progreso, aún el más bien intencionado. Estado interno de nuestros países que encuentra en muchos casos su origen y apoyo en mecanismos que por encontrarse impregnados, no de auténtico humanismo, sino de materialismo, producen a nivel internacional, ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres. Esta realidad exige, pues, conversión personal y cambios profundos de las estructuras que responden a las legítimas aspiraciones del pueblo hacia una verdadera justicia social, cambios que o no se han dado o han sido demasiado lentos en la experiencia de América Latina" (Nº 30). - De Medellín a Puebla: necesidad de conversión Y cuando estas constataciones de Puebla llevan a la reflexión episcopal a tomar medidas pastorales, dicen claramente los obispos: "Volvemos a tomar, con renovada esperanza en la fuerza vivificante del espíritu, la posición de la II Conferencia, de Medellín,... de una opción preferencial y solidaria por los pobres... Afirmamos la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a una liberación integral... (Nº 1134). Y más claro sobre la Iglesia dice: "No todos en la Iglesia de América Latina nos hemos comprometido suficientemente con los pobres; no siempre nos preocupamos por ellos y somos solidarios con ellos. Su servicio exige, en efecto, una conversión y purificación constantes, en todos los cristianos, para el logro de una identificación cada día más plena con Cristo pobre y con los pobres" (Nº 1140). Aquí está un llamamiento, hermanos, que desde el obispo hasta el último fiel, pasando por sacerdotes y religiosas e instituciones católicas, está reclamando una revisión; es un escándalo en nuestro ambiente que refleja la realidad descrita por Puebla, que haya personas o instituciones en la Iglesia que se despreocupen del pobre y que viven a gusto, es necesario pues un esfuerzo de conversión. - Persecución Y ya, en la práctica, Puebla hace una constatación de lo que ha costado estos diez años por haber sido fiel a esa proclama en Medellín. Dice que "la denuncia profética de la Iglesia y sus compromisos concretos con el pobre le han traído, en no pocos casos, persecuciones y vejaciones de diversa índole. Los mismos pobres han sido las primeras víctimas de dichas vejaciones". A este propósito, quiero aprovechar la noticia que se me dio al entrar a Catedral, que precisamente este día está cumpliendo un año de haber sido asesinado en Guatemala el Padre Hermógenes López de San Pedro Pinula, precisamente por haberse solidarizado con los pobres. (También nuestros sacerdotes asesinados en la diócesis son gloria de esta opción preferencial por los pobres). No pudo tolerar su voz el egoísmo de aquéllos que no quieren que se cambie nada, de aquéllos que son capaces de pagar con su dinero manos que asesinen para que se callen las voces que gritan la justicia de los que no tienen justicia para ellos. Esto es, entonces, la conversión que se pide a todos, porque la Iglesia no es una demagogia que pide el cambio solamente de estructuras. Tengámoslo muy en cuenta: lo que la Iglesia pide, ante todo, es la conversión del corazón. Por eso, a las organizaciones políticas populares que luchan por las justas reivindicaciones del pueblo, tenemos que recordarles que mientras no incorporen esa lucha y ese esfuerzo en la santidad y en la amplitud de la liberación en Cristo a partir del pecado y que promueve hasta la santidad, no son más que liberaciones parciales y muchas veces mutiladas por el pecado; mañana se convertirán en estructuras nuevas pero también violentas contra el pobre, serán los nuevos ricos nada más. Solamente se quisiera que los que de veras trabajan por un mundo más justo, al constatar la injusticia en que vivimos, comenzáramos por cambiar en el fondo del corazón. Y decirles, también, a los que Dios ha favorecido con grandes bienes: ¡conviértanse!. - Comunidades eclesiales de base, potencial de los pobres Al recordarnos Puebla, entre las realidades de América Latina, dice que en las comunidades eclesiales de base encontramos tesoros. Son éstas sus palabras: "El compromiso con los pobres y los oprimidos y el resurgimiento de comunidades de base han ayudado a la Iglesia -en América Latina- a descubrir el potencial evangelizador de los pobres, en cuanto la interpelan constantemente, llamándola a la conversión y por cuanto muchos de ellos realizan en su vida los valores evangélicos de solidaridad, servicio, sencillez y disponibilidad para acoger el don de Dios". (1147). Aquí está una receta maravillosa que, gracias a Dios, nuestra diócesis está tratando de poner en práctica: las comunidades eclesiales de base. Estos grupos de reflexión cristiana ¡no son subversivos!; son reflexiones donde el hombre aprende esta virtud evangélica de la pobreza indispensable en el rico y en el pobre. Yo hago aquí un llamamiento a todos los queridos párrocos y a todos los agentes de pastoral, a las religiosas que trabajan en los pueblos: los felicito porque ya contamos con muchas comunidades eclesiales de base. Pero allí donde todavía no se tiene confianza, recuerden que la escuela eficaz para descubrir estos valores de nuestros pobres, de nuestros campesinos, el tesoro escondido en tantos corazones, es en la comunidad eclesial de base. c) Cuál es la verdadera pobreza. Clave: Mensaje de Puebla. Hay una frase en el saludo de Puebla a los pueblos de América Latina que me parece que da la pauta para aquellos que creen que cuando la Iglesia se proclama Iglesia de los pobres, como que se parcializa y desprecia a los ricos. ¡De ninguna manera!. El mensaje es universal. Dios quiere salvar a los ricos también, pero precisamente porque los quiere salvar les dice que no se pueden salvar mientras no se conviertan al Cristo que vive precisamente entre los pobres; y, entonces, el Mensaje de Puebla dice que en esto consiste el ser pobre: "...aceptar y asumir la causa de los pobres, como si estuviesen aceptando y asumiendo su propia causa, la causa misma de Cristo". "Todo lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos, por humildes que sean, a mí me lo hicisteis". - Al pobre no le basta una pobreza real si no la anima de verdadero espíritu evangélico El secreto, hermanos, no está, como San Pablo lo ha recordado hoy, en que se desprendan materialmente de las cosas y se queden sin nada. No basta el no tener. Y quiero decirles a los pobres que no tienen, que no basta no tener; si no le ponen espíritu evangélico a esa pobreza, no es la pobreza que Cristo quiere. - Al rico no le basta un falso espíritu si no lo encarna en una pobreza real Y a los ricos les quiero decir también, que no basta una pobreza espiritual, una especie de deseo pero sin eficiencia; a ellos les digo: mientras no encarnen esos deseos de pobreza evangélica en realizaciones que se interesen como en su propia causa por los pobres, como si se tratara de Cristo, seguirán siendo llamados los ricos "los que Dios desprecia"; porque ponen más su confianza en su dinero y se distinguen entre ellos de los otros que creen hombres de segunda clase. Mientras no lleguemos, los pobres y los ricos, a tener espíritu evangélico de pobreza, no en utopía y en teoría sino en realidad que se interese, que haga obras, "que comparta como Cristo -dice Pablo en la segunda lectura de hoy- que siendo rico, se hizo pobre para enriquecer con su pobreza a los hombres", no seremos pobres. Esta es la dialéctica de la pobreza evangélica, por eso Pablo les dice a los Corintios: "Ustedes van a dar a los de Jerusalén que no tienen, pero no crean que con un sentido paternalista; Jerusalén también les dará de lo mucho que tiene. Tiene mucha pobreza evangélica, tiene mucho sentido de santidad." Esto quisiera decir yo: que no debemos de socorrer a nadie con sentido de superioridad, que el que da materialmente, recibe espiritualmente. Hay un intercambio de bienes que solamente lo comprende un verdadero espíritu de pobreza que hace sentirse al rico muy hermano del pobre y al pobre no sentirse inferior al rico, sino en una igualdad de intercambio: dar y dar, "nivelar", como dice San Pablo. ¡Qué hermoso será el día en que comprendamos esta bella doctrina evangélica de la pobreza!. Hombres que, como Cristo, confían solamente en el Padre; hombres que, como la Virgen, sepan ser los pobres de Yahvé con la santa libertad de reclamar contra el pecado dondequiera que se encuentre. La pobreza de la Iglesia será más auténtica y eficaz cuando de veras no dependa ni busque el socorro de los poderosos, "el amparo de los poderes", no haga consistir la evangelización en tener poder, sino en ser evangélica y santa. En apoyarse en el pobre que con su pobreza enriquece, Cristo; por eso lo hemos llamado en nuestra homilía de hoy "el amor y la justicia que iguala las situaciones sociales". HECHOS ECLESIALES DE LA SEMANA Ayer, la Catedral me parecía un congreso de comunidades eclesiales de base. Pocas veces se vive una misa como la que vivimos ayer, la misa única por el Padre Rafael Palacios. Participaban todos, todos no sentíamos hermanos; mutuamente nos comunicábamos una esperanza, un contagio de alegría. ¡Esta es la floración de la pobreza!, en la comunidad eclesial de base. Por eso esta Iglesia que ayer dio ese bello espectáculo es la que ahora quiere informarles también de su vida, invitándoles a que cada día vivamos más la comunión de nuestra comunidad. Esta Iglesia, por tanto, siente agradecimiento a las condolencias y a la solidaridad que han llegado de diversas partes con motivo de la muerte del Padre Palacios. Sin duda que Dios premia a este sacerdote escondido, que trabajó silenciosamente; y ayer la Iglesia le dio una respuesta. Yo quiero hacerlo también como un llamamiento a secundar esa iniciativa de los sacerdotes clarividentes de la hora actual. Muchos novenarios, en diversas partes de la república, se hicieron por el Padre Rafael. En El Calvario de San Vicente habrá una misa el martes 3, pasado mañana, a las 9 de la mañana. De allá me encargaron invitar a los amigos del Padre Palacios o simplemente a los cristianos que puedan participar. También quiero reiterar mi condolencia a la parroquia de Jucuapa y a Monseñor Rivera, obispo de Santiago de María, por la muerte de un sacerdote de aquella diócesis, el Padre José Abdón Arce, enterrado hace 15 días. En la comunidad de Chalatenango vivimos la fiesta del patrón San Juan, el domingo pasado, con verdadera alegría cristiana. Solamente sentimos que la sospecha de los cuerpos de seguridad obstaculicen la alegría de estas fiestas. Los retenes en las entradas del pueblo detuvieron, sin duda, a mucha gente que iba con espíritu cristiano. Quiero lamentar, aunque ya lo hubiera hecho antes, que al mismo vicario episcopal, el Padre Fabián Amaya, se le ha ofendido, desconfiando de él, registrándolo, llevándolo al cuartel, etc. En la comunidad de San José Villanueva hubo un atentado contra la iglesita, a la que quisieron quemar. Las religiosas pasionistas, para librar de una desgracia, han sacado las imágenes del templo y las han guardado en su casa. Esta diócesis se alegra con la conmemoración que celebraron los miembros del Opus Dei, en el cuarto aniversario de la muerte de su fundador, Monseñor Escrivá de Balaguer. El espíritu del Opus Dei, que muchos miembros no lo practican, yo creo que lo encontramos en el capítulo cuarto de la Constitución sobre la Iglesia, todo ese capítulo del laico. Es un ejército ya de miembros del Opus Dei, pero dirigentes de ellos me han confesado que muchos no lo entienden bien y se fanatizan, pero si vivieran de verdad ese capítulo cuarto, que es precisamente la espiritualidad del Opus Dei, "el laico en el mundo", contaríamos con muchos cristianos que desde su profesión y su santidad están haciendo mucho bien. Pedimos a Dios, con motivo del cuarto aniversario de la muerte de su fundador, que todos los seguidores comprendan y vivan un auténtico espíritu de Iglesia, tal como está en ese documento del Concilio. Los colegios Salesianos de María Auxiliadora y Santa Inés celebraron el 29 de junio como el día del Papa. El día del Papa, San Pedro, se celebró en la parroquia que lleva su nombre: Pedro Perulapán; y, también, en Ciudad Barrios, donde es patrón. Hasta allá vaya nuestro saludo, nuestra solidaridad. En el Hospital de la Divina Providencia se les invita hoy, primero del mes, para la hora santa, a las 5 de la tarde. Y hablando precisamente de la ayuda de la que habla San Pablo hoy, quiero señalarles ese horizonte de la Divina Providencia donde se está tratando de ensanchar la obra de atención a los enfermos, para todos aquellos niños que quedan huérfanos cuando mueren las enfermitas de ese hospital. Es una obra verdaderamente de evangelio. Se está promoviendo la compra de terreno al precio de 50 la vara, para facilitar así la contribución. Ya son muchas las personas que han comprado varias o una vara para esta obra. Yo les invito para que hoy, día que la piedad dedica a la Divina Providencia, vayan por allá para ayudar a esta obra que, como san Pablo, nos invita a mirar a Cristo para hacerla con más inspiración. Ha habido varias obras de pastoral como la reunión de la vicaría de Mejicanos, la reunión de la comisión pastoral y la próxima reunión del clero, que nos dicen de la actividad que en nuestra Diócesis, gracias a Dios, hay por organizar mejor la vida de nuestra pastoral. Quiero referirme, como una bendición de Dios, a la fe, a la devoción popular en el sagrado Corazón de Jesús. Desde ayer y estos tres días, estaremos oyendo muchos cohetes; son los rezos del Corazón de Jesús. Esta misma mañana yo estaré en un mercado para colaborar a ese movimiento popular que lleva a las masas de nuestra gente humilde sobre todo al santísimo Corazón Redentor de los hombres. Quiero agradecer la visita muy significativa de obreros que regresaron de Arabia Saudita, para agradecer a su vez al Arzobispado el apoyo que les dio en su conflicto. Dejaron un generoso donativo, pidiendo una bendición para ellos y para los que todavía están en aquellas tierras lejanas. Me refiero ahora a este buzón que ya funciona aquí en la Catedral y en el cual se han recogido ya algunas preciosas iniciativas. Todo aquel que tenga algo que proponer para mejorar la vida de nuestra comunidad, siéntase hijo de esta comunidad y ayúdenos a ser mejor. Quiero referirme a una carta que se recibió ayer del Ministerio del Interior, dirigida al gerente de la Radiodifusora YSAX, la Voz Panamericana, en la cual recuerda que esta difusora también debe contribuir al mantenimiento de la paz social de nuestro país y le recuerdan los artículos de la Constitución afectados por la ley del estado de sitio y también el artículo 14 del reglamento, donde entre otras cosas se dice que las radioemisoras "no transmitirán bajo ningún pretexto noticias o mensajes de cualquier naturaleza que sean contrarias a la moral, a las buenas relaciones internacionales, a la paz y al orden público o que causen escándalo o afecten en cualquier forma la vida privada, honrada o intereses de las personas..." Se está preparando la respuesta que se dará al señor ministro, pero yo quiero comunicar con mi comunidad de la Arquidiócesis, dos cosas: 1º) Que si esta carta es una circular del señor Ministro de Interior a todos los medios de comunicación social, estamos plenamente de acuerdo. Es un recordatorio útil, rutinario; y le pediría más aún, que ojalá, de verdad, se hiciera cumplir ese artículo 14, prohibiendo en ciertos periódicos y radios, publicaciones de campos pagados que ofenden a las personas, que afectan a la dignidad... Para muestra de la calumnia, un botón: ustedes recordarán cómo se publicó, casi como un anuncio de Cafiaspirina, el que el Arzobispo había pedido el apoyo de un diputado comunista de Costa Rica. Y por más que hicimos una aclaración, se leyó la aclaración de la calumnia que era aquello y, sin embargo, se siguió leyendo el anuncio. Lo que pasó en verdad está aquí, en un periódico que llega de Costa Rica. Que la Asamblea Legislativa de Costa Rica, entre los considerandos -son como ocho-, el número 4 dice: "Que entre las voces de protesta destaca la de Monseñor Romero, Arzobispo de San Salvador, pidiendo se ejerza presión internacional para forzar el fin de la represión gubernamental en El Salvador". En la parte dispositiva, en los acuerdos, el número 3 dice: "Acuerda solidarizarse en todos sus extremos con la campaña emprendida por Monseñor Romero, a fin de que se establezca en la hermana República de El Salvador un régimen de auténtica democracia". También denuncia otras cosas este decreto de la Asamblea de Costa Rica, pero en ningún momento se menciona la calumnia que aquí mencionaron los medios de comunicación social. Por eso pedimos que ese artículo está bien que nos lo recuerde el señor ministro y que lo haga cumplir a quienes no lo cumplen, quizás con la connivencia misma de los poderes. 2º) Que si se trata de una carta sólo para YSAX, como una advertencia, queremos pedir que se nos compruebe con casos concretos en qué programas nuestra emisora es peligrosa para la paz social o el estado de tranquilidad y paz en el espíritu del auditorio nacional. O ¿de qué paz y orden se habla?... Porque debe quedar bien claro, que si lo que se quiere es colaborar con una pseudo paz, un falso orden, basados en la represión y el miedo, debemos recordar que el único orden y la única paz que Dios quiere es la que se basa en la verdad y en la justicia. Y ante esa disyuntiva, nuestra opción... es clara: No duden, obedeceremos antes al orden de Dios que al orden de los hombres... Preferiríamos -naturalmente que no nos gustaría- que nos suprimieran nuestra emisora... ya es suficiente prueba los días que, por una deficiencia técnica, no pudimos salir al aire. Como que hacía falta el aire mismo, faltaba la verdad, faltaba una luz en medio de tanta tiniebla. Por eso digo, preferiríamos que se nos calle por decir la verdad y defender la justicia... a poder seguir hablando manipulados por la represión... Sólo lamentaremos que el pueblo no tenga siquiera un resquicio por donde le llegue esa voz de la verdad y de la justicia; sentiríamos que el pueblo, sobre todo aquel que no encuentra dónde expresar su voz, no tuviera ni siquiera este pequeño medio que es nuestra humilde YSAX, la Voz Panamericana. 3. UNA FE AUTENTICA EN CRISTO ES LA UNICA SOLUCION DE NUESTROS PROBLEMAS Finalmente, para comprender a Cristo, poder que da la vida, y para aceptar a Cristo desde la vertiente de la riqueza y desde la vertiente de la pobreza, y hacer de Cristo la fuerza que une en la justicia y en el amor, se necesita una cosa, y ésta es la respuesta que Cristo espera este domingo de nosotros: la fe. - Actitud de Jairo Es hermoso el gesto de Jairo, doblando la rodilla ante Cristo: "Mi hija se muere, ven, ponle la mano y curará". Y cuando caminando hacia allá los criados le vienen a decir: "Ya no molestes al Maestro, ya murió". - Respuesta de Jesús Cristo le dice: "No temas, basta que tengas fe". Fue la condición para llegar, aún provocando la risa: no está muerta, sólo duerme. Y tomándole de la mano, le dice una palabra aramea que San Marcos conserva: "Thalita Kumi", que quiere decir: "Muchacha, a ti te lo digo, levántate". Y un gesto muy humano de Cristo, la levanta y la entrega a sus padres y les dice que le den de comer. Se despertó con hambre. - Actitud de la hemorroísa ¡Qué gesto más hermoso también el de la hemorroísa!. Así la llama el evangelio a aquella mujer que tenía años de sufrir flujos de sangre. Y buscando entre la muchedumbre cómo tocar el manto del Maestro, con una fe tan grande que decía: "Si logro tocarlo, me curo". Y logró tocarlo, y se curó. - Respuesta de Jesús Cristo sintió que su poder había salido ante una fe que lo tocaba. Muy distinto de todos los demás que lo tocaban por curiosidad. Entonces se vuelve a ella que timorata, afligida, trataba de explicarle al Señor, y le dice: "No temas, hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud". - La fe no es un elemento mágico Terminemos diciendo que la fe de esta comunidad, la fe audaz que la haga seguir fielmente a Cristo, consiste no en una fe mágica. La fe que arrancó los milagros del evangelio de hoy es una fe que consiste en una disposición de confianza total en Jesús que nos lleva a una libre aceptación del Salvador. Esto deseo para todos ustedes, queridos hermanos y estimados radioyentes: una confianza total en Jesús como la de Jairo, como la de la hemorroísa, porque entonces sí tendremos un pueblo que de veras espera con justicia de Dios. - Testimonios de nuestro pueblo A este propósito como voces del pueblo, súplicas de los humildes, expresiones de fe, dos cartitas. Una de una joven de Ilobasco, Emérita Miranda, que me suplica agradecer ante el público la curación milagrosa de su mamá: "Mi abogada es la Virgencita de los Desamparados y el Corazón de Jesús, a quienes les pedí de rodillas, con toda mi fe cristiana y con lágrimas en los ojos, por la salud de mi madre y ellos me escucharon. Le pido de caridad de hacer llegar a todos los católicos que cuando se ora con fe, se alcanzan los milagros". También el caso de José Ascensio Orellana, llevado con hemorragia, precisamente, al Instituto del Seguro Social. Y me encarga agradecer a Dios, porque con qué fe le pidió al Señor. Publica ahora su testimonio, sin ninguna pena, para decir a todos que la fe no es cosa de hace veinte siglos; la fe es de hoy. ¡Lo que ha podido hacer la fe en la curación de estos nuevos elementos que confían en Cristo!. Digo yo, hermanos, ¿por qué no lo va a hacer Jesucristo con nuestro pueblo?. Pueblo donde se cierne como una bandera de pecado: la muerte, el asesinato, la enfermedad, la pobreza, la injusticia institucionalizada. Vendrá un orden nuevo, vendrán hombres nuevos, los hará la fe, la fe en Jesucristo... Queridos hermanos:
- Oportunidad de celebrar este homenaje al Cuerpo y a la Sangre del Hijo del Hombre cuando se están haciendo tantos ultrajes a la vida humana. Resulta bien oportuno un homenaje al Cuerpo y a la Sangre del Hijo del hombre mientras hay tantos ultrajes al cuerpo y a la sangre entre nosotros. Yo quisiera reunir en este homenaje de nuestra fe a la presencia del Cuerpo y de la Sangre de Cristo derramada por nosotros, tanta sangre en el amontonamiento de cadáveres masacrados aquí en nuestra Patria, en nuestra hermana república de Nicaragua y en el mundo entero. Sin duda que Cristo la recoge cada vez que se realiza ese misterio: "Este es mi cuerpo, esta es mi sangre de la alianza de los hombres con Dios que se derrama por el perdón del mundo". No toda la sangre derramada es santa como la de Cristo, lamentablemente, pero toda sangre es sagrada; y todo cuerpo inmolado, aunque sea bajo el asesinato, es una vida tronchada y la vida es sagrada. - No celebramos un cuerpo y una sangre muertos, sino resucitado glorioso. Mensaje de esperanza. Por eso, nuestro homenaje del "Corpus", del Cuerpo del Señor, no termina en un hombre matado por la injusticia del mundo, clavado en una cruz, sino que lo recoge tres días después resucitado y glorioso como triunfo del sacrificio de la sangre derramada. Por eso queremos unir en este homenaje del "Corpus", la esperanza de los que murieron con un ideal; la esperanza de los hogares, de las vidas, de los huérfanos que están sufriendo como consecuencia de esos asesinatos y de esas muertes violentas para decirles: El Cuerpo de Cristo que hoy veneramos en el altar -muerto, pero resucitado- está en la gloria de su resurrección marcado con las señales de la tortura, de la injusticia, del asesinato, como un reclamo frente al pecado del mundo, la justicia eterna de Dios. Nada queda oculto, todo será puesto en justicia, todo quedará en su puesto. - Puesto y sentido de la fiesta del Corpus en el año litúrgico. El homenaje al Corpus resulta bien oportuno. Como las fiestas de la Iglesia debemos de llevarla a una aplicación concreta y práctica, presente de nuestra historia. Las fiestas litúrgicas no son memoria de cosas pasadas ni son celebraciones de cosas abstractas; las fiestas litúrgicas, lo mismo que el evangelio, se predican encarnándose en la realidad, a veces vergonzosa, dura, cruel, dolorosa, pero realidad que Cristo levanta para redimir y para santificar. - Resumen del dogma eucarístico: presencia real, viva y vivificante. ¿Qué celebramos en el Corpus?. Celebramos el dogma de los católicos, esa fe que nos ha traído a la Misa del domingo. Ojalá todos avivemos cada día más esa fe que en el momento en que frente a la asamblea cristiana reunida en la Catedral o en la humilde ermita o en el cantón, el sacerdote dice las palabras que hemos oído hoy en el evangelio: "Tomad y comed, esto es mi cuerpo, esta es la sangre de la alianza que se derrama para perdón de los pecados" y la levanta en alto y el pueblo -ya sea de pie como señal de respeto, ya sea de rodillas como señal de adoración- reconoce que ante sus ojos está realmente en el signo del pan y del vino, verdadera, real y substancialmente presente el cuerpo y la sangre del Señor. Y es una presencia viva y vivificante. - Sacrificio... comunión... culto... Tiene dos aspectos la presencia de Cristo en la Eucaristía, el primer aspecto: presencia como víctima, como sacrificio; todo el sacrificio de Cristo en la cruz se hace actual, presente en cada misa que se celebra. El segundo aspecto es: como comunión, el alimento que Cristo nos da es amor, es un mismo pan; como en la familia la mamá parte aunque sea pobre, el mismo pan para repartirlo a los niños, a los hijos y así se siente en torno de la mesa la unidad de la familia; el altar que es lugar de holocausto, es también mesa del hogar. El altar de la Catedral y de cualquier templo que lo homenajeamos tanto, lo adornamos de flores, lo incensamos, lo vestimos de manteles lujosos -cuanto más, mejor- es porque representa a Cristo, pero Cristo se hace presente en el momento de la Misa, en la hostia y en el cáliz. Es víctima recogiendo el sacrificio de todos los hombres para ofrecerlo a Dios; y es comunión, llamando al amor de todos a formar una sola familia: la familia de Dios que se alimenta con la carne y la sangre del Cordero celestial, el pan que bajó del cielo. LA EUCARISTÍA, PRESENCIA VIVA Y VIVIFICANTE DE CRISTO EN LA HISTORIA. Esta es la Eucaristía, una presencia viva y activa, vivificante de Cristo en persona aquí en la historia. El principal presente en la misa es Cristo en el Altar y cada vez que venimos a Misa es a Él a quien venimos a oír, a seguir y a amar. 1. La Eucaristía, plenitud y cumplimiento de las alianzas antiguas. 2. La Eucaristía, principio y signo del Reino de Dios entre los hombres. 3. La Eucaristía, inspiración y fuerza de nuestra esperanza escatológica, esperanza del más allá que ya está presente aquí en nuestro corazón por la esperanza y esa esperanza la anima Cristo presente en nuestra historia. 1. LA EUCARISTÍA, PLENITUD Y CUMPLIMIENTO DE LAS ALIANZAS ANTIGUAS - Figura de Jesús Sumo Sacerdote... une con su sacrificio las alianzas antiguas y la Nueva Alianza. En primer lugar, las lecturas de hoy nos invitan a un parangón bien interesante. La Eucaristía se presenta entre la primera lectura del Viejo Testamento y las dos lecturas del Nuevo Testamento, como un sacramento que Cristo establece para perfeccionar, para darle plenitud, para darle cumplimiento a todo lo que significaron las viejas alianzas. Es conmovedor mirar hoy en nuestra Catedral, como si fuera un cenáculo, que la figura de Cristo se levanta en el altar para decirnos esa palabra del evangelio: "Tomad, esto es mi cuerpo"; y después, en el cáliz de la Misa que el pueblo le presenta en la procesión de ofrendas con un poco de vino de uvas, Cristo lo transforma por el ministerio de su sacerdote y lo entrega al pueblo: "Tomad, este es el cáliz de la sangre de la alianza, sangre que se derrama para perdón de todos ustedes". ¡Sangre de la Alianza!, ¡cuántos siglos evoca esa palabra del Señor!. a) Las antiguas alianzas: - Son jalones de la historia de la salvación. Durante toda la cuaresma, este año, los que han seguido el pensamiento de nuestra catequesis, recordarán que hemos ido enumerando las diversas alianzas que van marcando como etapas en la historia de la salvación: la prehistoria, Noé bajo el signo del arco iris; la segunda es como el signo del arco iris; la segunda es con Abraham, marca la etapa de los patriarcas; y ahora nos encontramos con la etapa de Moisés, la Alianza sinaítica, la alianza del Sinaí. Esa es la primera lectura: de Moisés a Cristo la gran promesa del pueblo que nació junto al monte Sinaí, va a cumplirse en la otra cumbre del Calvario, la sangre de Cristo que ya no será sangre de animales como la que ofreció Moisés en el altar. - La más importante, la del Sinaí porque dio origen al pueblo de Dios. - Su rito presagia la Eucaristía. ¿Qué fue la alianza de Moisés? Fue la ratificación del amor de Dios que escoge a una nación entre todas las naciones para hacerla su pueblo y el pueblo de aquella nación que le dice a Dios por medio de Moisés: "haremos todo lo que nos dice el Señor". Elementos: Sangre, sede de la vida. Moisés, para ratificar con sangre ese amor de Dios que elige un pueblo y ese pueblo que acepta la elección de Dios -nos dice la lectura de hoy -: "levantó un altar al pie del Monte Sinaí y alrededor puso 12 piedras, las 12 tribus de Israel ". - Rito de comunión (manda matar animales) Lo que va a suceder es algo grandioso, manda a los Jóvenes a matar las víctimas que van a ser ofrecidas a Dios. - Rito de la sangre: la mitad sobre el altar, la mitad sobre el pueblo: comunión vital entre Dios y el pueblo de Dios. Aquella sangre la recoge en un depósito y la divide en dos partes, una alianza de sangre es un pacto entre dos voluntades. El altar representa lo divino y por eso la mitad de la sangre la derrama sobre el altar; el pueblo representa la otra parte de la alianza. El pueblo que ha sido escogido y ha aceptado llamarse y ser pueblo de Dios. Moisés entonces lee la ley de Dios al pueblo y el pueblo dice: "la aceptamos, haremos todo lo que dice el Señor"; y la rúbrica es la sangre. Moisés con la otra parte del depósito de sangre, hace la ceremonia de la aspersión: "Su sangre caiga sobre este pueblo". La sangre de Dios representa en la sangre -para los israelitas y para el sentido bíblico- es la sede de la vida; por eso decía: qué hermoso es recoger en este día de la sangre, tanta sangre derramada, vida desparramada en nuestro suelo, vida botada hasta en las cloacas y en los albañales, vida que no se tiene en consideración. Se recoge para firmar una alianza entre Dios y el hombre porque la sangre es sede de la vida. Y al asperjar Moisés el altar y al pueblo, quiere decir que hay una comunión vital que une a Dios con el pueblo. - Efectos: perdón legal, comunión con Dios, origen del Pueblo de Dios. Es el Pueblo de Dios que ha sido reconciliado por el sacrificio de las víctimas; la muerte de los animales representa el holocausto del pueblo; como haciéndose representar por el martirio de unos pobres animales, el pueblo le pide perdón a Dios. El sacrificio de comunión lo llama la Biblia hoy: el sacrificio de reconciliación; así como la aspersión del altar y del pueblo es el sacrificio de comunión de vida con Dios, así como a través de las 12 piedras que representan a la humanidad israelita representa la sangre que los una a todos en un solo amor, en una sola familia, originando el Pueblo de Dios, esto es el gesto simbólico de la Vieja Alianza que culminó en el Sinaí. - Cualidades: alianza limitada..., provisional..., imperfecta... Pero como todo lo antiguo era señal de lo que había de venir, en la alianza del Sinaí, a pesar de su grandiosidad, hay limitación, hay provisionalidad, hay imperfección. Sí, es una alianza limitada, limitada solamente al pueblo de Israel. Provisional, los profetas se encargan de descifra el signo y anunciar una nueva alianza que tendrá carácter universal y profundo. Imperfecta, porque solamente hace una purificación legal, externa, ritual. b) La nueva Alianza: la Eucaristía. - Tema de la epístola a los Hebreos: superioridad de la nueva alianza sobre la vieja alianza. Por eso, la segunda lectura de hoy compara aquella alianza vieja con la nueva, ese es el tema de la epístola a los Hebreos. Carta escrita para animar a los judíos que se convertían al cristianismo, porque en la mente del judío que tenía toda una tradición que venía de Moisés, su templo de Jerusalén, las ceremonias de sus sacerdotes, los holocaustos de su altar, significaban como una nostalgia peligrosa ante un cristianismo que nacía, que era perseguido, que no tenía templos ni sacerdotes lujosamente vestidos como los orientales; entonces, la persecución lograba hacer retroceder a muchos judíos que dejando el cristianismo se volvían a la ley mosaica. A estos les escribe una carta a los Hebreos, carta a los judíos convertidos, para compararles que por más lujoso que aparezca el templo de Jerusalén, por más tradicional que aparezca el rito de Moisés, es bien imperfecto en comparación del sacrificio de Cristo. - La Eucaristía es presencia viva del "Sumo Sacerdote" de los bienes definitivos. La página preciosa de hoy nos ha presentado revestido como Sumo y Eterno Sacerdote penetrando no en un templo hecho por manos de hombres, sino llevando una sangre que no es la que Moisés repartió: sangre de animales, agua con ceniza de becerros, sino que es Cristo llevando su propia sangre, entrando al santuario infinito del cielo. Lo de Moisés no era más que una figura, esto es la realidad. El sacrificio del Sinaí no tenía virtud para perdonar la conciencia y limpiarla de los pecados, este sí es el Cordero inmaculado que quita el pecado del mundo. - Nos da una liberación eterna... limpia la conciencia... no una purificación legal. La liberación que Moisés ofreció no era más que de Egipto, el Exodo es una página bella de una liberación pero era temporal, sólo partía de Egipto para la tierra prometida, en cambio, la gran liberación, la que nos dé Cristo impulsado por el Espíritu Eterno -dice la Biblia hoy- es la liberación eterna; la que nos arranca de las garras del pecado y del infierno; la que quiere apartar del mundo todas las esclavitudes y las injusticias; la que deja una Iglesia que predica con eficacia la redención de los hombres, la que acuerpa -fíjense bien- los movimientos liberadores pero para que sean eficaces. Los quiere apartar también a ellos, del pecado del abuso del poder. No es extraño que la Iglesia, que lleva esta fuerza liberadora para comunicarla también a las reivindicaciones de los grupos humanos, reproche lo malo de esos grupos humanos cuando abusan en sus reivindicaciones, pero Ella también se enfrenta a lo que no les gusta a los que luchan por la injusticia; y del lado de ellos le grita también al abuso del poder, al abuso de la economía, al abuso del pecado, cualquiera que sea, porque es el poder del Cristo que con el Espíritu Eterno, da la verdadera libertad y proclama la autonomía, la independencia de un Reino de Dios en medio del mundo. No le importa quedar bien con nadie, solamente le importa libertad a los hombres y quedar bien con Dios, ofrecerle una humanidad plenamente libre de todo aquello que esclaviza. - Nos lleva al culto del Dios vivo. Esto es lo que dice la epístola a los Hebreos, cuando compara el culto de la Nueva Alianza con el culto de la Antigua Alianza del Sinaí. El Corpus viene precisamente a recoger todo el espíritu de esa carta a los Hebreos; en esta misa de Corpus y esta tarde a las 4, miremos que el principal presidente de esta reunión es Cristo, el Sumo y Eterno Sacerdote, conduciendo un pueblo por estos caminos de la verdadera liberación cristiana. 2. LA EUCARISTÍA, PRINCIPIO Y SIGNO DEL REINO DE DIOS ENTRE LOS HOMBRES Es la presencia viva de Cristo en su misterio pascual. La Eucaristía toma la misma base que tomó Moisés cuando Cristo, en la víspera de la muerte en que va a derramar su sangre, nos deja en el cáliz esa sangre que se va a derramar el Viernes Santo: "Esta es mi sangre, sangre de la alianza". Ahora ya no se trata de un depósito de sangre de animales se trata de sus propias venas de hombre-Dios que va a darse en holocausto por el mundo. Lo llama la epístola de hoy: el Mediador de la Nueva Alianza. ¡Qué hermoso pensamiento esta realidad católica! Cada misa de cada domingo que venimos, es a recoger, en el cáliz de nuestro altar, todo el amor, todo el dolor, todo el mérito, todo el sacrificio de Cristo que evocando los holocaustos inútiles de la antigüedad, le da eficacia de redención a su sacrificio de la cruz: "Haced esto en mi memoria". Qué gusto me da decirle al Señor: Mira Señor, cuántos te recuerdan, mira esta Catedral llena, mira las muchas Iglesias de la diócesis y del mundo, hasta en las humildes ermitas, grupos de gente que van a Misa. Hoy que venía para la Catedral, salían de San José de la Montaña, para todos los caminos, grupitos de gente. Me venía la emoción de pensar esto que estoy diciendo aquí, esta gente ha ido a contactarse con el signo y el principio de un mundo nuevo, un Reino de Dios que sólo lo vive el católico que tiene fe verdadera en el Cristo Redentor. - Contiene a Cristo en persona en el momento de morir y resucitar. La Eucaristía es presencia del misterio pascual de Cristo cuando el sacerdote levanta la hostia y dice: "Este es el sacramento de nuestra fe" ustedes responden porque así lo sienten: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección". Esta es la Eucaristía anuncio de la muerte del Señor, proclamación de su vida eterna, optimismo de unos hombres y de unas mujeres que sabe que están siguiendo -aun en medio de la obscuridad y de la confusión de nuestra historia- la luz luminosa de Cristo, vida eterna. - Sólo la Iglesia posee el germen de ese mundo nuevo y definitivo. Cristo una vez resucitado, ha puesto en el mundo, el germen de un mundo nuevo y "Todos aquellos que rodean ese germen que se llama iglesia -dice el Concilio Vaticano II- podrá ser que no sean la mayoría de la humanidad, pero a ese grupito en torno a Cristo, le cabe el honor seguro de ser germen de unidad y de salvación para el mundo entero". - Cristianos... fuerzas de liberación y renovación. En este momento yo siento la conciencia de que ustedes y yo estamos tomando fuerza, energía, de ese núcleo de salvación y de unidad. Cuando salimos de Misa, debemos de salir como bajó Moisés del Sinaí, con su cara luminosa, con su corazón valiente a enfrentarse a las dificultades del mundo. Decía un Santo Padre: "como leones que han comido fuego". ¡Qué hermoso sería una unidad cristiana de leones que han comido fuego y van al mundo alimentados con este fuego de amor que es Cristo!, no para esconder cobardes una fe, sino para exhibirla como la única salvación. Esta es la verdad, lo demás es mentira; esta es la justicia, lo demás es deshonor, es injusticia. El cristiano lleva la seguridad de Cristo y es germen de salvación. Si hay esperanza de un mundo nuevo, de una patria nueva, de un orden más justo, de un reflejo del Reino de Dios en nuestra sociedad, hermanos, ténganlo por seguro, son ustedes los cristianos los que van a hacer esa maravilla del mundo nuevo pero cuando todos seamos de verdad comunicadores de esta vida que venimos a recibir den la Eucaristía de nuestra Misa dominical, este germen que transformará al mundo. HECHOS DE LA SEMANA Por eso es aquí, hermanos, donde yo insisto que una predicación, una vivencia cristiana en San Salvador, en 1979, siendo la eterna vivencia cristiana de Moisés y de Cristo y de los apóstoles tiene que ser como la de ellos, propia de su propio ambiente, es su propio tiempo. Me da lástima pensar que hay gente que no evoluciona. Hay gente que dice: "todo lo que ahora hace la Iglesia está malo porque no es como cuando nosotros lo hacíamos cuando éramos niños"; y recuerdan su colegio y quisieran un cristiano estático como museo de conservación, no es para eso el cristianismo ni el evangelio, es para ser fermento de actualidad y tiene que denunciar no los pecados de los tiempos de Moisés y de Egipto, ni de los tiempos de Cristo y Pilatos y de Herodes y del Imperio Romano; son los pecados de hoy aquí en El Salvador, los que les toca vivir, el marco histórico; este germen de santidad y de unidad, tenemos que vivirlo aquí en la tremenda realidad de nuestro pueblo concreto, cual es nuestra comunión eclesial. HECHOS ECLESIALES LOCALES Y MUNDIALES Recibí un telegrama de Las Flores, Chalatenango. El párroco me dice: "El viernes, Corpus, ayer, concurridísimo. Todo orden, devoción a pesar de tanto revoltijo político. Campesinado conserva antigua fe, arraigadas devociones, gracia a Dios. Saludo atentísimo". Diría yo así como en Las Flores, el jueves en varias poblaciones y hoy que es domingo, cuando se traslada el Corpus aquí en la Catedral a las 4 de la tarde veremos el grupo cristiano reunido en torno de la Eucaristía. Es consolador saber que el domingo, la Misa llena nuestros templos en todas partes. Alguien me decía que hoy han concurrido más gentes a la Iglesia en estos tiempos, lo cual lo cito para decirles que esta comunidad de la Arquidiócesis va teniendo su fisonomía propia; nuestra Arquidiócesis tiene que tener en el conjunto de las diócesis del mundo, una fisonomía también propia que hemos de cultivar. El jueves de esta semana celebra su onomástica Mons. Luis Chávez y González. Una figura de nuestra fisonomía arquidiocesana; 37 años de arzobispo nos deja una herencia que son ustedes, su fe, su amor a Cristo. Agradezcámosle al Señor y cultivemos esa herencia. Aquí en esta comunidad de la Arquidiócesis, ayer murió un querido sacerdote, párroco de la diócesis de Santiago de María, el Padre José Abdón Arce que va a ser enterrado hoy, esta tarde, en Jucuapa. En las diversas comunidades ha habido también significativas fechas. En San José de la Montaña está habiendo una renovación del gobierno parroquial. Queremos darle a esa parroquia un sentido de seminario y de vocaciones. Queremos que todos nos ayuden a dar un rumbo más diocesano, más eclesial a la parroquia de San José de la Montaña, como lo vamos a decir después. En la parroquia de la Divina Providencia, Colonia Atlacatl, el domingo pasado celebramos la fiesta patronal. La Iglesia estaba repleta y tuve la oportunidad de explicar el sentido providencial de la vida: no pereza ni pasivismo sino colaboración con Dios que es providente y guía al mundo pero contando con los hombres. En Soyapango celebramos la fiesta de San Antonio actualizando el mensaje de un santo de la Edad Media como es San Antonio, lo que sería hoy. Un santo que según los estudiosos supo hablar la verdad difícil de su tiempo. En la Colonia Morazán, una zona pobre, marginada, trabajan las religiosas de la Asunción; allí me dieron el gusto maravilloso de una confirmación de jovencitos. ¡Qué juventud! Después de una preparación catequista y de un retiro espiritual, a recibir el Espíritu Santo con un propósito de ser instrumentos dóciles del Espíritu de Dios en el mundo. Tuve oportunidad de visitar el Asilo Sara donde el noviciado de las Religiosas Oblatas del Sagrado Corazón están haciendo también una gran labor de amor cristiano. En la Basílica del Sagrado Corazón vamos a celebrar este viernes, a las 6 de la tarde, la fiesta del Corazón de Jesús, que es también una devoción que no puede pasar de moda porque es el amor de Cristo a los hombres, solamente hay que procurar actualizarlo y vivirlo con las exigencias del tiempo nuevo. En el mercado, durante el mes de junio, se lleva a cabo, en rezos populares y predicaciones de sacerdotes una verdadera misión del Corazón de Jesús. Yo voy a participar en esa misión el domingo 10 de julio a las 11 de la mañana cuando el Centro Ana Guerra de Jesús -que promueve la vida de las señoras del mercado- celebre su Misa del mes del Corazón de Jesús. Esta Iglesia tuvo la oportunidad de hacer oír el pensamiento de la Iglesia acerca del control, de natalidad, en la Universidad Nacional, en una mesa redonda el lunes de esta semana. Es una pena, hermanos -y yo quisiera llamarlos a reflexionar- si lo que está pasando en El Salvador no será el castigo de Dios a Babilonia o a Sodoma o a Gomorra. Cuando una platica con médicos y gente técnica de hospitales, da vergüenza que esté pasando lo que dijo un estudiante de medicina -y perdónenme la palabra-: "están castrando a nuestro pueblo"; hay esterilizaciones masivas de mujeres y hombres. Los instrumentos anticonceptivos se reparten con descaro, se reparten sin ninguna pena, sin ningún pudor yo les suplico que reflexionemos seriamente que la fuente de la vida es sagrada como la misma vida y que la relación del hombre y de la mujer, santificada en el matrimonio, tiene una doble finalidad: la finalidad de amarse y de compenetrarse en la unidad íntima; pero no sólo eso, la finalidad de procrear. Por tanto, el principio de la Iglesia es que todo acto conyugal tiene que quedar abierto a la vida, y que todo estorbo a la vida, en su misma fuente, es un pecado contra la naturaleza. Conmigo estaba el Padre, que es médico también, Guillermo Gibbons, que lleva una campaña junto con la Organización Mundial de la Salud para investigar los métodos naturales. El Padre asegura -con médicos de otras naciones- que las experiencias que van estudiando, están dando un éxito de por lo menos un 98%. ¿Por qué entonces pecar con un control artificial de la natalidad, cuando la diligencia de los médicos podría encontrar los medios naturales que Dios ha puesto en la misma naturaleza? Y si de allí nos dirigimos al campo más criminal del aborto... un médico decía que no era tan eficaz el medio de los instrumentos y medicinas, como el aborto que se multiplica más entre nosotros. ¿Cómo será? Si lo otro es tan desvergonzado, ¿cuál será la cantidad de abortos que hay en nuestro pueblo? Hermanos, esto es un crimen. Si sentimos la represión porque nos matan a jóvenes y gente que ya es grande, lo mismo es quitar la vida en las entrañas de la mujer: es hombre como el profesor que es asesinado, como el Ministro de Educación que es asesinado; también el niño en las entrañas es un hombre que por el aborto es asesinado. Y si se priva de venir a la vida buscando únicamente los placeres, es también un robo a la naturaleza. Ojalá reflexionáramos más y pusiéramos de nuestra parte todo lo posible para que no haya pecado en el mundo y Dios nos bendiga y nos saque de tanta injusticia y desorden. Mirando hacia el mundo desde esta comunidad y para que reflexionemos en el Corpus de 1979, como alma de esta Iglesia presente en el mundo, me da gusto recoger las palabras de Juan Pablo II al despedirse de Polonia. El Papa le dijo al Presidente: "Esta visita ha consumido todas mis energías" y el Cardenal Wyszynski que estaba junto a ellos, le contestó al Papa: "Pero su visita, Santidad, le ha dado fuerza a nuestra Patria". Esto es ser el pastor en la Iglesia: dar su vida para que el pueblo tenga vida. También, al despedirse, dijo a los periodistas: "Cuando vosotros facilitáis información plena y fielmente adecuada y exacta, hacéis posible que cada hombre y mujer sean partícipes de los asuntos de toda la humanidad. Idealmente vuestras vidas están dedicadas al servicio de la verdad en la medida en que permanezcáis fieles a este ideal seréis merecedores del respeto y de la gratitud de todos". Les recordó el episodio de Cristo ante Poncio Pilato cuando Cristo dijo: "Yo para eso he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad". El Papa dijo que los periodistas debían de hacer suyo este tema de Cristo ante Pilato. ¡Ante Pilato! : ante las amenazas de la política, ante el peligro de perder ventajas si dicen la verdad, ante el peligro de ser matado como Cristo si dice la verdad; el periodista debe de ser valiente como Él. Para eso estoy en el mundo, no para distorsionar la noticia, no para se instrumento de la política partidista, interesada, egoísta, sino para decir la verdad. ¿Cuándo tendremos periodistas de esa categoría?. Quiero referirme -porque es una realidad- que desde el Corpus tenemos que mirar a la triste situación de Nicaragua. Más de 10.000 personas se calcula que han muerto ya, se rechaza toda solución pacífica, y los obispos han dirigido un mensaje en el cual citan los principios de la legitimación de la sublevación, cuando dice el documento de los obispos nicaragüenses: "A todos nos duelen y afectan los extremos de las insurrecciones revolucionarias, pero no puede negarse su legitimación moral y jurídica en el caso de tiranía evidente y prolongada, que atente gravemente a los derechos fundamentales de la persona y damnifique el bien común del país". Yo creo que nosotros que hemos sido muy respetuosos del juicio de la Jerarquía en cada pueblo donde le toca juzgar las cosas, nos solidarizamos con el apoyo que los obispos dan a la autonomía y libertad del pueblo; pero así también, reclamando no sólo contra los abusos de una tiranía que son evidentes, sino también contra el peligro de abuso de la reacción contra esa tiranía. La iglesia no se puede parcializar mientras haya peligro de traicionar su mensaje imparcial de justicia entre los hombres. Y a propósito de Nicaragua y por eso lo citaba yo -el mensaje lo pueden leer también en orientación- pedirles, como hermanos de aquellos hermanos que sufren hambre, situaciones sumamente precarias, su ayuda para ellos. Anteayer por la radio oí decir una voz que decía: "yo, desde el domingo no como". ¡Lo que significa de angustia una palabra como esa! Entonces vamos, por medio de Cáritas de la Arquidiócesis en todas las parroquias y comunidades, a hacer una recolección de víveres que se puedan conservar para mandarlos y de otras cosas que puedan ser útiles. Hago un llamamiento a la caridad y al amor comprensivo de todos ustedes para que hagamos llegar esta ayuda a nuestros hermanos. Miren si hay organización de Cáritas en sus comunidades y ellas son las que tienen ya instrucciones concretas, lo mimo que todos lo párrocos, para hacer esta colecta que la haremos llegar por medio seguro a la Iglesia de Nicaragua. HECHOS Y DENUNCIAS DE NUESTRO MUNDO Aunque sea lejos, pero pensemos en la tragedia que significa en Hong Kong, 52.000 refugiados del Vietnam, esperando países que les abran los brazos para ir a encontrar una esperanza en el futuro de su vida. Claro que El Salvador no puede dar acogida, pero El Salvador puede intervenir para que otros países con mejores capacidades territoriales, puedan alojar a los vietnamitas que en número de 52.000, esperan como en una emergencia que no puede esperar mucho, en Hong-Kong. Miremos ahora el campo de la violencia que continúa arrasando: 22 asesinados ya cuentan los maestros; 2 desaparecidos: Juan José Herrera y Roberto Romero; 3 heridos de gravedad; muchas amenazas de la UGB; recuerdo con emoción un maestro de un pueblecito que les dijo a sus alumnos: "Me despido de ustedes porque he recibido una amenaza de muerte y yo no sé si podré volver a darles clases". Y así hay muchas escuelas en el país, cerradas ante la amenaza y el temor. A este propósito, yo he preparado un mensaje para los maestros que se va a publicar el día del maestro, el 22 de junio y en el cual desarrollo estos tres pensamientos: una protesta por la represión que están sufriendo; un apoyo a su auténtica vocación docente; y el ofrecimiento de un modelo para su vida y su labor magisterial: el Divino Maestro. Quiero avanzarles, como idea central será el apoyo a su vocación magisterial. "En estas circunstancias tan difíciles para ustedes, me interesa también apoyarlos para que realicen con fidelidad su vocación de docentes, siguiendo las recomendaciones del último Seminario Nacional sobre Reforma Educativa, es decir, concebir la educación como un proceso por el cual se incorpora el individuo en forma crítica y como agente de cambio en la construcción de una sociedad más justa, lo cual supone formar salvadoreños no conformistas, trabajadores, realistas, responsables y creativos de los procesos sociales y económicos..." Y con este propósito me refiero también, a defender la educación que se da en nuestros colegios católicos y que mentes mal intencionadas tratan de difamar diciendo que en nuestros colegios católicos se indoctrina de marxismo a alumnos y alumnas. Esto es falso, solamente reclamamos esto que acabo de leer: una formación crítica. Ya no es tiempo de ser pueblo, masa adormecida y que hagan con él lo que quieran; queremos hombres, queremos formar en nuestros colegios hombres y mujeres que sepan criticar lo injusto y discernir también lo justo, que no vayan siguiendo sólo por seguir una tradición que nos ha dado por resultado esa situación en que estamos viviendo. Hay más víctimas de la violencia. Dirigentes de sindicatos, miembros de la unión de tugurios (UPT) y de otros organismos como FECCAS, UTC, FAPU; campesinos: Manuel Barahona Chávez, Domingo Murcia, Rubén Quezada que fueron capturados y después aparecieron muertos con balazos; tres cadáveres no identificados en Tierra Blanca. Amenazas sangrientas, por ejemplo: de la UGB al poeta Rafael Góchez Sosa, al Dr. Luis Alonso Posadas, a un sacerdote ayer o en estos días, a varios cristianos. Secuestros: Sigue en pie nuestra preocupación por los dos ingleses, y luego mencionamos y pedimos también comprensión para los otros tres secuestrados: Adolfo Antonio Ríos, Miguel Armando Miguel, Carlos Rafael Nieto Alvarez. Capturados, no consignados a los tribunales a pesar de haber recibido el recurso del Habeas Corpus que es constitucional y al cual no se le hace caso. Tengo la lista de por lo menos 12 capturados en esas condiciones y porque mencionar su nombre supone una defensa de parte de la Iglesia, por eso los menciono, por ser voz de esas familias angustiadas: Cruz Flores, Manuel Antonio Mejía, María Reina Mejía, Carlos Mejía, Hernán Delgado Renderos, Mercedes Palacios, Pedro Juan Alvarado, José Mario Palacios, Cristóbal López, Benjamín Gavidia. No puedo detallar por falta de tiempo, pero se trata de campesinos humildes o de obreros; de trabajadores que salieron tal vez de su trabajo, a un paseo, a una visita y no volvieron más a su casa. Ojalá no sea definitivo ese desaparecimiento. Gracias a Dios cuando se levanta una punta del velo y se ve un misterio de iniquidad, tal vez puede haber una esperanza; por ejemplo, cuando se descubrió el abuso de la Policía. En estos días fueron descubiertos los verdaderos autores de un crimen que en un primer momento se creyó ajusticiamiento de las FPL, pues junto a ellos se encontró una bandera de esa organización. El verdadero autor intelectual del crimen fue un inspector de la Policía Nacional, que lleva trabajando en ese Cuerpo de Seguridad más de 18 años. Los autores materiales fueron dos ex agentes de la Policía quienes cometieron el crimen por una gratificación de ¢50.00. El motivo parece ser una mezcla de celos y de ambición. ¡Cuántos crímenes habrá por motivos inconfesados y luego se involucran en esta forma en esta ola de terrorismo! También hemos de mencionar las huelgas de los estudiantes de 7º año de medicina y las exigencias y opresiones de médicos residente del Instituto Social, de Estudiantes de Odontología y de otros hospitales. Apoyo ya de varias organizaciones en estos reclamos. De parte de la Iglesia, sólo pediría que se tenga en cuenta que lo primero es el enfermo, que no vaya a sufrir; pero que al mismo tiempo se resuelvan en forma racional estos conflictos y no vayan a ser orígenes de nuevas violencias. COMENTARIOS - Síntomas de profunda crisis e injusticia estructural del país. Así en general, yo quisiera decirles que todo esto ¿quién no lo ve?, son síntomas de una crisis y de una injusticia estructural en nuestro país. Las cosas no se pueden arreglar con represiones, con violencias. Es necesario profundizar en un diálogo que verdaderamente sea diálogo, no monólogo en defensa de un solo modo de pensar, sino diálogo en el cual se va dispuesto a buscar la verdad y a deponer actitudes por más queridas que parezcan. Si no es así, no podremos salir de esas raíces de donde brotan tantas cosas desagradables. - Peligro de insensibilidad Quiero decirles también, hermanos, con todo el corazón, porque yo corro también ese peligro, el peligro de hacernos insensibles, insensibles al ver que suceden tantas y tantas cosas. "Oír -como decimos- como quien oye llover"; pero, ¡pensar que cada muerto es una tragedia que involucra tantas vidas! Que sintamos que en cada muerto es una vida humana, un atropello a la dignidad y al derecho de los hombres. Nunca nos insensibilicemos, siempre tengamos y pidámosle a Dios esa sensibilidad, para no hacer con nuestro silencio pecaminoso, tal vez una complicidad del ambiente en que vivimos. Quienes puedan hablar, hablen; quienes pueden reclamar desde sus profesiones, reclamen. - Llamamiento a la legalidad y al desenmascaramiento del abuso de autoridad. Por eso también, el llamamiento que me parece más urgente a quienes son responsables de la conducción del País, o dirigentes en las clases sociales: Un retorno urgente a la constitucionalidad. Si es que si de veras se apela a lo legal, cuántas ocasiones para atropellar impunemente, pero si se tiene en cuenta, que más atrás de la Ley del Estado de Sitio está la Constitución y está la Organización Democrática del País, no dejemos sin funcionar ese organismo democrático y dejemos también irrisorias las leyes del la constitución. Creo que quienes son garantes, porque lo han jurado –esa constitución-, son los más obligados a dar el buen ejemplo del respeto a las leyes, a las que todos tenemos que volver, desenmascarando abusos de autoridad, sometiendo a la justicia toda acción que toque la ley y sabiendo sancionar al que es culpable. Yo tengo fe, hermanos, que un día saldrán a la luz todas esas tinieblas y que tantos desaparecidos, y tantos asesinados, y tantos cadáveres sin identificar, y tantos secuestros que no se supo quien lo hizo, tendrán que salir a la luz, y entonces tal vez nos quedemos atónitos sabiendo quiénes fueron sus autores. Pero ya es tiempo de regresar a ese respeto a las leyes del país. Finalmente un consuelo a todas las familias que sufren en esta orfandad de tanto crimen. 3. LA EUCARISTÍA, INSPIRACIÓN Y FUERZA A NUESTRA ESPERANZA ESCATOLÓGICA ¿Qué quiere decir? Ya la he explicado varias veces la palabra escatológica: lo último, lo que está más allá de la historia, lo definitivo, la meta hacia donde camina toda vida de hombre y toda historia y todo pueblo. Cuando Cristo termina el evangelio de hoy, después de instituir la Eucaristía, se despide de los discípulos diciéndoles: "En verdad os digo, ya no beberé del fruto de la vid hasta el día que beba el vino en el Reino de Dios". La Eucaristía, el Corpus, así como nos ha hecho remontarnos al Calvario hace veinte siglos, y a Moisés todavía más atrás y a las viejas alianzas; desde la Eucaristía, un horizonte de historia incomparable, pero también hacia delante, hacia el futuro, el horizonte eterno, el horizonte escatológico, el horizonte definitivo que va exigiendo como una utopía a todos los sistemas políticos, a todas las luchas sociales, a todos los hombres que se preocupan de la tierra. La Iglesia no se despreocupa de la tierra, pero desde su Eucaristía dice a todos los trabajadores de la tierra: más allá. Y cada vez que se levanta la hostia en la Misa, se oye el llamamiento de Cristo "hasta que lo volvamos a tomar en el Reino de mi Padre" y el pueblo se repite: "Ven. Señor Jesús". Hay una esperanza, es un pueblo que camina al encuentro del Señor. La muerte no es fin, la muerte es abrirse a esa puerta de la eternidad. - Un mensaje de optimismo, consuelo y esperanza. Por eso decía y termino diciendo: que toda la sangre, todos los cadáveres, todos los misterios de iniquidad y de pecado, todas las torturas, todos esos antros de nuestros cuerpos de seguridad, donde lamentablemente mueren lentamente muchos hombres, no están para siempre perdidos, hay un horizonte escatológico que iluminará toda esa tiniebla y hará entonces cantar la victoria a la verdad y a la justicia; y será el triunfo definitivo de todos los que lucharon por la justicia y por el amor. La Eucaristía alimenta todo lo reivindicativo de la tierra porque le da su verdadero horizonte y cuando un hombre o un grupo quieren trabajar sólo por la tierra y no tiene horizonte de eternidad y no le importan esos horizontes religiosos, no es un liberador completo, no se puede fiar de él. Hoy luchan por el poder y mañana desde el poder serán los peores represores si no se tiene un horizonte más allá de la historia que sancione lo bueno y lo malo de lo que hacemos los hombres en la tierra, no puede haber justicia verdadera ni reivindicaciones eficaces. Démosle gracias a Dios que en esta fiesta del Corpus, enmarcada en tanta tragedia, también animada por tanta fuerza reivindicadora, tanta fuerza política del pueblo, Cristo, no se siente extraño, Cristo, también es torturado; Cristo, también es ajusticiado en injusticias; Cristo, un inocente muerto en crimen; Cristo, el gran liberador, le está dando sentido a tanta muerte, a tanto cadáver, a tanta sangre y sin duda que santifica con esa perspectiva de vida eterna y de esperanza: "tomad y comed esto es mi Cuerpo, esta es la sangre de la alianza eterna". Así sea... |
Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez Ciudad Barrios, El Salvador; 15 de agosto de 1917 – † San Salvador, (Id.), 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral. Archivos
Agosto 2021
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