Queridos hermanos, estimados radioyentes:
Introducción: Ambiente de tempestad y confusión. Hay momentos en que la tempestad de la historia se agiganta y crea confusión, angustia, desaliento, pesimismo. Hasta algún pastor que debía ser signo de tranquilidad, de seguridad y de orientación se muestra también desorientado como si le fallara la fe. Hay violencia, hay desorden y hay vicio también. Y hay la honradez de los que se creen buenos porque no hacen ningún mal, olvidándose que ser bueno no es algo negativo sino hacer todo el bien que se puede hacer. En fin, hay en nuestro ambiente un ambiente de tempestad, de confusión. - Hay una voz de calma y de luz. Se oye a veces: "¡Ya no hay salvación!", "¡Esto es un callejón sin salida!". Hermanos, ante ese pesimismo y desorientación, gracias a Dios que los cristianos contamos con una voz que ha estado resonando durante todo el mes de agosto: "¡Éste es mi Hijo el amado, escuchadle!". Él tiene palabras de vida eterna, nos dice el evangelio de hoy. Es una voz de calma y de luz. Es como cuando uno sabe que más allá de las nubes del temporal hay un cielo claro donde el sol brilla y que ha de pasar el temporal. Y las nubes pasarán y brillará ese cielo y ese sol. ¡Tengamos fe!. - Oportunidad de iluminar la figura del Divino Salvador durante todo el mes de agosto con el bello capítulo de San Juan. Es providencial que durante este mes del Divino Patrono de nuestra Patria, la liturgia dominical nos ha ido desplegando el bello capítulo sexto del evangelio de San Juan, donde está el verdadero conocimiento de este Cristo que en nuestra patria llamamos el Divino Salvador del Mundo. ¡Él nos ha de salvar!. - Resumen de su lectura en los cuatro domingos anteriores. Han resultado los domingos de agosto una verdadera escuela del conocimiento de Cristo. Si recuerdan, podemos resumirlo así: a) Todo arranca de un hecho: la multiplicación de los panes. Los hombres se contentan con haber comido y saciado el hambre del estómago. b) Es una reflexión teológica por aquel que conoce la verdad de las cosas y la verdad de Dios: el Maestro de la Historia, Jesucristo, la piedra fundamental de todo cuanto existe. Nos ha dicho: "En ese pan que ustedes han visto multiplicarse, descubran al verdadero pan que ha bajado del cielo para dar vida al mundo". Es Él. "Yo soy el pan que ha bajado del cielo para la vida del mundo". Nos ha dicho en esa reflexión también -llevando a un punto de nuestra fe católica- que Él está presente con su carne acribillada en la cruz para salvar al mundo y, unida al Padre Eterno, para darnos vida eterna. Es la carne que se da en la misa y en la comunión, es su presencia eucarística en nuestra Iglesia. c) Las tres conclusiones (homilía de hoy). Después de ese hecho reflexionado por Cristo con una teología que sólo Él -naturalmente- puede darnos, el capítulo sexto concluye con el pasaje que se ha leído hoy y que podíamos decir las tres conclusiones de todo el sermón de Cafarnaún. EL DIVINO SALVADOR DEL MUNDO TIENE PALABRAS DE VIDA ETERNA Las tres ideas serán como las tres conclusiones del hermoso discurso, trascendental discurso, del Señor en Cafarnaún. 1. "La carne no sirve para nada". (Es palabra de Cristo). 2. "¿A quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna". 3. Necesidad de solidarizar la carne con las palabras de la vida eterna. 1. "LA CARNE NO SIRVE PARA NADA" a) No quiere decir inutilidad absoluta, sino incapacidad de la vida natural para alcanzar la trascendencia divina que se ofrece. En primer lugar, analicemos esta frase de Cristo. Es como la conclusión de toda su idea: "La carne no sirve para nada". No debemos entender que Cristo proclama aquí una inutilidad absoluta del hombre, sino que está hablando -Cristo- de la impotencia, de lo imposible que es para la carne humana alcanzar esa vida eterna. Es, pues, una consideración frente a la trascendencia que sólo Dios posee y que la carne, para esa trascendencia, no sirve para nada. b) Hay que distinguir entre "la carne"..., de "mi carne". ¿Qué es la carne?. Ya lo analizamos precisamente a propósito de este discurso, distinguiendo entre lo que Cristo llama: "mi carne para la vida del mundo". Ya dijimos: es su carne unida con el sacrificio que salvó al mundo en la cruz y unida vitalmente con el Dios de la vida eterna. Esta carne de Cristo es como el vehículo para darnos la salvación y la vida eterna. No hablamos de esa carne divina de Cristo, hablamos de lo que Él llama "la carne": los hombres en general, toda vida humana. "La carne" es la descendencia de Adán ("hombre terrenal"). Ésta es la que podemos decir ahora, en su situación actual, es la carne del hombre que desciende de Adán y San Pablo lo llama: el "hombre terrenal", el hombre que perdió su gracia original. - Sentido del pecado original. No olvidemos que en nuestra fe cristiana la humanidad se remonta a un paraíso perdido. Fuimos creados por Dios en justicia y santidad; pero nuestros primeros padres desobedientes al precepto de Dios perdieron esa justicia y santidad que los había elevado al orden de Dios y se quedaron -como dice la teología- en estado de naturaleza caída. Como un águila que la han desplumado siente ansias de volar, pero ya no puede volar. Como un pájaro que le cortan el ala. Es el pecado original. Nosotros muchas veces no lo reflexionamos. ¡Y pensar que por esa culpa original el hombre ha perdido su capacidad de vuelo al infinito, su capacidad de enfrentarse a la vida trascendente de Dios y se ha quedado privado de su gracia!. El pecado del niño que nace no es un pecado personal; él no puede pecar, no tiene todavía voluntad, pero nace privado de algo que debería tener. Dios quería en el principio que todo niño que naciera, naciera en justicia y en gracia. Pero por la desobediencia de nuestros primeros padres, nacemos privados de la gracia de Dios. Así, como si un hombre favorecido por su patrón hubiera tenido la oportunidad de disfrutar de una hacienda para él y para toda su familia. Todos los que nacieran allí debían de ser felices, pero por una desobediencia el patrón le dice al señor, al dueño de aquella familia: "Retírate, porque así no podemos seguir". Entonces los niños que nazcan allá, afuera de la hacienda, no tienen culpa pero nacen privados de un privilegio. También la gracia era un privilegio del hombre y Dios se lo quita y el hombre nace sin ese privilegio. Esto es lo que llama Cristo la carne: el hombre caído, el hombre sin gracia, sin justicia, sin filiación divina. Pero esta carne privada de la vida de Dios tiene capacidad para las cosas de la tierra. Naturalmente, el pecado original no es algo que se mira en una forma sencilla. El hombre, hoy caído en el pecado original, se vería lo mismo, así como se ve hoy, si no hubiera perdido la gracia. Aquí estuviéramos en la Catedral, todos, en gracia de Dios. No se distinguiría externamente. Quiere decir esto que la carne, si no se aprovecha para nada en cuanto a ese orden divino que se perdió, sí aprovecha para muchas cosas en la tierra. c) Una actualización moderna. Quiero explicarles aquí una corriente moderna que se debe tener muy en cuenta para comprender la relación entre el hombre caído y el hombre recuperado por la redención de Cristo. Caído o recuperado, hoy, en el mundo, hay una corriente que se llama la secularización. Fíjense bien, que quiero explicarles algo que todos deben tener muy presente. - La secularización es aquella corriente actual que propugna la autonomía de las cosas creadas pero en apertura hacia Dios. Les repito: la secularización es la palabra que quiere definir ese estado de la humanidad actual, que defiende que las cosas de la tierra son autónomas pero que, al mismo tiempo, reconoce la soberanía de Dios. Es lo contrario de otra palabra que también se puede confundir con ésta y se llama el secularismo. - El secularismo es malo, el secularismo también proclama la autonomía de las cosas creadas, pero se cierra a Dios. Y dice: "Aquí no tiene Dios nada que hacer con nosotros". ¿Ven la gran diferencia?. La secularización dice: las cosas, las leyes de la técnica, las relaciones humanas. Lo que los hombres hacemos, tienen leyes propias; las podemos desarrollar sin pedirle a Dios cada cosa, pero siempre teniendo en cuenta a Dios. Les he contado -en otra ocasión- la exclamación de aquel científico cuando se preparó un viaje a la luna y dijo: "Todo lo que la técnica tenía que hacer, está preparado. Este viaje tiene que resultar; pero ahora nos toca encomendar a Dios el éxito". Esta es la verdadera secularización; autonomía de la ciencia, autonomía de la técnica; los hombres no necesitan rezarle a Dios por todo. Dice el Concilio que antes se rezaba a Dios porque de Dios se esperaban muchas cosas que el hombre puede hacer por sí mismo. Esto también es un progreso de la hora moderna. Sabemos que hoy existen abonos, insecticidas, materiales que los hombres han inventado y que antes se consideraban, tal vez, milagros. El milagro siempre existe porque el hombre llega a un límite en que ya no puede más. Pero, mientras está caminando sobre ese límite, está en un campo propio, autónomo; eso es lo que se llama la secularización. El hombre ha secularizado, ha hecho de este mundo. Eso quiere decir secularizar, "saeculum", el siglo, el mundo; ha traído a la historia, a su propia competencia cosas que los inventos le van dando cada vez más dominio. Pero siempre quedará cierto que por más que el hombre ensanche su progreso, Dios estará todavía más alto y más ancho abarcando al hombre en toda su dimensión; y, en cuanto más el hombre desarrolle su personalidad, dará más gloria a Dios y Dios será siempre el Señor del hombre, el Señor de la técnica, el Señor de la historia. Por eso, cuando dice Cristo: "La carne no sirve para nada", no se está metiendo en el campo de la secularización, sino que le está diciendo al hombre que no se cierre al Absoluto. Tenemos en las lecturas de hoy bellos ejemplos de secularización: Perspectivas temporalistas del Viejo Testamento. La primera lectura, que es del Antiguo Testamento, tenía sólo perspectivas del presente. Lo absoluto, lo eterno, la vida íntima de Dios todavía no se había nivelado en toda su magnitud. Por eso, el hombre del Antiguo Testamento hace consistir la felicidad en las cosas de la tierra: en tener, en ser liberado del Egipto, en caminar hacia una tierra de promisión. Pero para nosotros, ya cristianos, sabemos que todo eso acontecía en signo -como dice San Pablo- indicándonos que existe una vida eterna que es la verdadera tierra de promisión. El matrimonio visto en su aspecto temporal sin negar su misterio divino. En la segunda lectura de hoy aparece la vida del matrimonio. Me interesa mucho, queridos hermanos -casados, casadas- que ustedes puedan tener dos perspectivas de su matrimonio. Una perspectiva de secularización: viendo los verdaderos valores humanos que su matrimonio tiene pero en apertura al signo de lo infinito. Nos ha dicho San Pablo: "El matrimonio tiene un significado de algo divino". Hay otra perspectiva de secularismo: hay quienes no descubren ese misterio divino y viven su matrimonio como un secularismo; viven su matrimonio únicamente como cosa humana, como un contrato de un hombre y de una mujer; a lo más, como un amor de hombre y de mujer pero no elevados, no trascendentes. Queridos hermanos, hay que hacer un signo del hijo de Dios y de la hija de Dios, que están reflejando en el mundo el amor infinito del Señor: el amor con que Cristo ama a su Iglesia. Ojalá todos los matrimonios descubrieran, dentro de la autonomía que su matrimonio tiene, la trascendencia de su significado y se respetara al marido como verdadera figura de Cristo, con la responsabilidad del que da su vida por su esposa hasta quedar muerto en una cruz; y la esposa, mirar en ella el signo de una iglesia fiel al Señor; a pesar de los martirios y persecuciones, da su sangre también por él. Cuando se transforma, cuando se trasciende el matrimonio, sus leyes seculares -que le dan también unas leyes civiles para herencia, para asuntos de la tierra-, tendrá toda su dimensión maravillosa. Pero mientras el matrimonio no descubre esa dimensión divina del amor que une a la familia, siempre estará corriendo el riesgo de despedazarse como toda cosa humana. Si preguntáramos ¿por qué se desbaratan tantos matrimonios?, ¿por qué se desorganizan tantas familias?. La base está aquí: No han contado con el Absoluto, no se han puesto a pensar que tiene una misión trascendente en la tierra y solamente han tratado de vivir lo humano; ni siquiera rezan, no se acuerdan de volverse a Dios y de reflejar al mundo la imagen de Dios que todo matrimonio tiene que reflejar. La carne no vale para nada. El pan de la multiplicación visto sólo para saciar el hambre del cuerpo, pero Cristo eleva a sus reflexiones de vida eterna. Sobre todo, en el evangelio de hoy encontramos signos de esa inmanencia, esta cosa de la tierra, donde los hombres pueden contentarse sólo con lo que se ve y no trascender a la reflexión y al signo divino. Cristo lo ha mencionado: "Ustedes me buscan porque les di pan para alimentar su estómago: No busquen el pan que perece, busquen el pan que da la vida eterna". El pan del desierto era ambivalente; para el hombre que no trasciende, para el que se cierra al Absoluto, le basta tener pan. Pan para el estómago, dinero para sus bolsillos, cosas para gozar la tierra. Pero para el hombre que piensa como Jesucristo, se eleva del pan que come; mientras está masticando su tortilla, se eleva para el Señor que nos da un alimento que no se muere. El maná... signo de pan que da inmortalidad. Cristo recuerda también el maná: "El maná lo comieron vuestros padres pero murieron". No daba inmortalidad, el pan que yo daré, sí dará inmortalidad; el que se come por la fe, el que se acepta aceptando a Jesucristo. La secularización hay que respetarla, porque los hombres tenemos la obligación de descubrir las maravillas de Dios. Cuando aquellos sabios y técnicos descubrieron en sus matemáticas y en las fuerzas físicas de los elementos, de los combustibles la potencia para lanzarse a un viaje tan aventurado como el de la luna, los hombres no hicieron la energía que los llevó; los hombres no hicieron las matemáticas de sus cálculos; todo eso no fue más que descubrir lo que Dios tiene para que el hombre lo descubra. Eso se llama secularización. "Allí están las cosas", dice Dios: "Poseed la tierra, gobernadla". Y cuando los ingenieros van haciendo carreteras que parecen imposibles entre cerros y hondonadas, están dominando la tierra; y cuando se levantan esos edificios de altos pisos, están dominando la materia. Es el hombre, imagen de Dios, que está contribuyendo con su Papá, Dios, a hacer más bella, más organizada, más hermosa la vida. Esto es la secularización, cuando el hombre trabaja como si todo dependiera de él, pero ora como si todo dependiera de Dios. En cambio, el secularismo es pecado. El secularismo es cerrarse a Dios, es la posición estúpida del ateo que dice: "yo no creo en Dios". Tanto más estúpido, cuanto más sabio sea; porque cuanto más sabio es un hombre, su verdadera sabiduría debía llegar a empalmar con el Dios que los humildes aceptan por la fe, por un camino más sencillo: "Creo en Dios". El sabio también, descubriendo las leyes de su técnica, de su arte, de su ciencia llega como de la mano conducido a Dios. Si un sabio llega en su conclusión científica a decir que Dios no existe, se parece al alumno que su profesor le ha propuesto un problema y le ha salido mal. Y el maestro le dice: "Repita ese problema, no está bueno". También Dios le debía decir a todos los ateos: tú te crees sabio, universitario, profesional, hombre de ciencia capaz de reírte de la viejecita que reza porque tú ya ni crees y la viejecita reza. Te ha salido mal el problema, ateo, tú eres más ignorante que la viejecita. Vuelve a revisar tu problema religioso y encontrarás que Dios existe, el Dios de las matemáticas, el Dios de la astronomía, el Dios de las leyes, el Dios de la medicina, el Dios de la ingeniería. el Dios de todo lo que el hombre puede inventar. Te tienes que encontrar con Él si tu problema científico se resuelve bien, si tu secularización es verdadera; pero has pecado haciéndote, más bien, un secularista. El secularista cierra sólo a esta vida, a este siglo, la autonomía, y dice: "Aquí, Dios no tiene nada que hacer". - Encontramos en las lecturas de hoy, ejemplos de ese secularismo: - Las idolatrías de Egipto y de Canaán. ¿Qué dice la primera lectura?. Es bonito cuando vemos a Josué capitaneando al pueblo que entra ya a la tierra prometida, porque Moisés murió antes de llegar y le encomendó a Josué que terminara la obra. Ya entrando en aquellos pueblos cananeos se adoran dioses falsos, a este pueblo que viene de Egipto, del otro lado del Eúfrates, que ha adorado también falsos dioses, le dice Josué: "Recuerden que el verdadero Dios es el que nos sacó de Egipto, y nos hizo pasar el desierto, y nos está entregando esta tierra. Aquí hay muchos dioses falsos, no sé si ustedes querrán volver a adorar a los dioses de Egipto o a los dioses cananeos, o al Dios verdadero. Yo y mi familia, vamos a adorar al único Señor, al Dios que ha hecho maravillas, que nos ha liberado de Egipto; ¿qué dicen?". Y este reto de Josué fue contestado por el pueblo: "Lejos de nosotros otro dios más que el único Dios". Aquí se está denunciando la existencia del secularismo. Todo el que adora un ídolo es un ateo del verdadero Dios, es un seguidor del secularismo, está cerrado a la trascendencia del verdadero Dios. La idolatría no es herencia de aquellos siglos; en nuestro tiempo también hay idolatrías, Josué podía volver a preguntarle a los salvadoreños, a la sociedad salvadoreña, a los políticos salvadoreños y decirles: "Hay muchos ídolos en esta patria: ídolo dinero, ídolo política, ídolo organización, ídolo carne, vicio, aguardiente, drogas, ¡cuántos ídolos!; si ustedes quieren ser verdaderos cristianos, digan si van a adorar al verdadero Dios". No hay más que un Dios y hay que dejar de adorar a esos falsos ídolos. Y porque la Iglesia, como Josué, proclama la existencia de un único Señor, los idólatras se enojan y no quisieran que se les turbara su falsa adoración; pero la Iglesia no cumpliría su deber si se solidarizara con los idólatras y no indicara al verdadero pueblo que quiere encontrar el evangelio, que no hay más que un sólo Señor y a Él sólo hay que servir. Y lo adoramos, porque es el Señor que está salvando a nuestra patria. - Si el matrimonio se absolutiza y se sobrepone a las leyes de Dios (pecados del matrimonio hoy) En la segunda lectura, cuando otra vez volvemos al matrimonio, se puede correr también el peligro de absolutizarlo: lejos de ser un signo de lo divino, es un signo de lo carnal. Yo creo que la crisis de muchos matrimonios está aquí. Se han cerrado al único valor sexual del matrimonio. Así se explica campañas desvergonzadas de anticonceptivos, del aborto, del placer del hombre y de la mujer sin pensar que lo absoluto en el matrimonio no es lo sexual, no es lo carnal. "La carne no sirve para nada", dice Cristo, la carne sólo sirve para dar un sentido de lo divino; y el matrimonio que ha hecho del placer su único dios y a él sacrifica la fecundidad, la honradez, la pureza, la santidad del matrimonio, está idolatrando y ha manchado una ley del Señor. Es un matrimonio secularista, es un matrimonio cerrado a lo absoluto. Por más que rece, si no ora con la conciencia de abrirse a Dios y obedecer sus leyes hasta en la intimidad del matrimonio, no se puede decir que es un verdadero adorador del Señor. Es un ejemplo de una absolutización, de un secularismo espantoso, que está haciendo mucho mal entre nosotros. El rechazo de Cristo... la duda... la traición de Judas El evangelio también nos habla de casos de secularismo, de cerrazón a lo divino cuando Cristo se siente rechazado. Hoy el evangelio es triste. Después de las hermosas revelaciones de Cristo, Él podía esperar que lo aclamara todo el pueblo que lo iba siguiendo. Sin embargo, Cristo está corriendo ahora el riesgo de quedarse solo. Cuando se predica la verdad, se corre el riesgo de estar solo. "Comenzaron a irse", dice el evangelio hoy. Sus discípulos se iban. Y cuando quedaron solos los doce, también les pregunta Cristo: "Y ustedes, ¿también se quieren ir?". Es la crisis. En esta hora de crisis aparece precisamente por qué se apartan los hombres de Cristo. porque Cristo no predica conforme a sus caprichos. ¡Ah, decían, nosotros esperábamos un mesías político!. ¡Ah, nosotros queríamos un mesías que nos diera siempre pan del que alimenta el estómago!. Nosotros lo seguíamos por cosas físicas, materiales, pero todo esto se ha derrumbado. "Dura es esta palabra", dice el evangelio de hoy. ¿Quién la puede aceptar?. "Murmuraban criticaban". Siempre la crítica es el pan de la predicación del verdadero evangelio y Cristo no se desdice ante aquel rechazo, ante aquella duda que se expone en Él, ante la misma traición de Judas que prefiere treinta monedas a la amistad del Señor. Cristo está resuelto a quedarse solo. No solo: solo con su Padre, que es lo principal, solo con Dios. Esto es lo único que vale. Y desde Dios, predicar la verdad y el que la quiera seguir, estará no con el que predica sino con Dios. Por eso Cristo pregunta: "¿Ustedes se quieren ir?". La respuesta de Pedro nos orienta: "¿A quién iremos, Señor?. ¡Si sólo tú nos dices palabras de vida eterna!". Los ídolos que otros siguen se quedan cuando los hombres se mueren, los ídolos traicionan. No hay peor cosa que un político caído, que un rico empobrecido, cuando los ídolos abandonan. ¡Qué triste es mencionar el caso del vecino presidente de Nicaragua que no encuentra hoy patria dónde estar!. ¡Qué triste es la caída del que idolatraba a un dios que no lo puede salvar!. ¿De qué sirve todo el dinero y todo el poder en la hora de la muerte?. "Sólo Tú, Señor, tienes palabra de vida eterna". NUESTRO SECULARISMO... HECHOS DE INJUSTICIA DE LA SEMANA Yo creo, hermanos, que vale la pena detenernos aquí un poco y mirar si nosotros vivimos un secularismo, una situación de pecado. Yo creo que sí hay mucho de pecado y que la Iglesia, como Josué, tiene que decirle a la sociedad salvadoreña: que no idolatre, que se convierta al verdadero Dios. Analicen ustedes mismos estas noticias que todos las conocen. Qué importancia más grande le están dando a las próximas elecciones "libres", y, por otra parte, los partidos políticos diciendo que no creen. Esto no es ambiente de verdad. Hemos leído en el manifiesto del partido UDN, las condiciones para poder creer en una elecciones libres. "1º) Cese de la represión contra la Iglesia Católica, los partidos políticos, los sindicatos y demás organizaciones populares, sin ninguna discriminación. 2º) Libertad de todos los presos políticos y desaparecidos, o cuentas claras acerca del destino sufrido por aquellos que ya fueron asesinados. En los pueblitos por donde voy, ésta es una angustia horrible que sólo allá se puede sentir. Cuando la viejecita en su propio rancho, recordando el apoyo de su hijo o de su esposo, cuenta: "Me lo llevaron y no lo he vuelto a ver". 3º) Castigo de los culpables de la violación de la Constitución y de crímenes contra el pueblo salvadoreño. 4º) Disolución de las bandas asesinas UGB, Falange, Mano Blanca y de ORDEN, que son instrumentos de represión estatal, cuya finalidad es hostigar y destruir las organizaciones populares. 5º) Retorno de todos los que han sido exiliados desde 1972. 6º) Libertad efectiva de organización sindical, gremial y política, tanto en la ciudad como en el campo. Todas las organizaciones de trabajadores agropecuarios y campesinos existentes en la actualidad, sin ninguna discriminación, deben ser reconocidas legalmente y respaldadas. 7º) Reconocimiento efectivo del derecho de huelga de los trabajadores, eliminando los obstáculos legales, administrativos y de hecho, que actualmente lo vuelven inoperante. 8º) Libertad de expresión de pensamiento, reunión, asociación y manifestación en todo el territorio nacional, para lo cual deben cesar todas las actividades y procedimientos policiales y militares que hoy se utilizan para anular en la práctica el ejercicio de esos derechos y libertades". El pronunciamiento, después de decir los ocho puntos, que no se ve que den principio por ningún lado agrega: "El cumplimiento de estas demandas sería apenas la creación de premisas y condiciones favorables para abordar con la efectiva participación ciudadana, la solución de los graves problemas políticos que le han impuesto al país, etc.". Tiene entonces un secularismo de represión que todo el mundo siente. Quisiera decir algo, hermanos, que no se publicó en los diarios y, sin embargo, es un escándalo para el país. Es una ley de la Asamblea Legislativa del 25 de julio, en que se refuerza el presupuesto de Defensa con 52 millones de colones. ¿De dónde se sacan?. Más escándalo todavía. Del ramo de Planificación y Coordinación del Desarrollo Económico y Social: 4.000.000,00; del ramo del Interior: 1.500.000,00; del ramo de Justicia: 1.500.000,00; del ramo de Educación -es decir, armas a costa de nuestras escuelas-: 7.600.000,00; ramo de Economía: 9.000.000,00; ramo de Agricultura y Ganadería: 4.100.000,00; ramo de Obras Públicas: 18.000.000,00. Total: 52 millones de colones, sisados a las obras que el pueblo necesita. Para dárselo al ejército: que tenga más armas. ¡Esto es injusto, esto es precisamente el absolutismo de un gobierno que quiere poner su fuerza sólo en la fuerza bruta de las armas y no en la cultura...!. Yo quisiera decir como comentario a este escándalo de los millones para dar más fuerza al ejército, lo que decía el comentario de YSAX: ¿52 millones destinados a la "democratización del país" y al "bienestar para todos"?. En el campo laboral ha salido un comunicado muy valiente de varias organizaciones sindicales en que se refieren a la necesidad de la renovación del Código de Trabajo. También, como el 31 de julio ellos asistieron a la invitación del Ministerio de Trabajo y pidieron un plazo prudencial para poder presentar un proyecto de reformas, por considerar que no estaba estudiado a fondo conjuntamente, y no había sido posible la consulta a las bases. En esta reunión, las organizaciones solicitaron un plazo de 90 días al Ministerio de Trabajo sin que hasta el momento el funcionario se haya pronunciado correctamente sobre dicha solicitud. Yo creo que el asunto laboral no puede imponerse de arriba abajo; tiene que escucharse la voz de los obreros, de los sindicatos, para que salga una ley que verdaderamente corresponda a la realidad de nuestro pueblo. Ojalá sea pronto, porque el sistema de huelgas está minando mucho la vida de nuestro país. Tenemos que, gracias a Dios, se resolvió el caso de La Fabril, el jueves, después de tres meses y medio de negociaciones y dos meses de huelga. Ambas partes cedieron y se logró llegar a un arreglo final que satisface, en parte, las pretensiones de los trabajadores. De IMES, se espera una respuesta para la próxima semana de la junta directiva de la empresa que está reunida en Estados Unidos. Y se están haciendo negociaciones en el conflicto con APES, Foremost y otros, en los que esperamos impere la comprensión y buena voluntad de las partes obrero-patronales. La represión y la violencia siguen sembrando espanto en nuestro pueblo. Encuentran el cadáver del profesor Mauricio Antonio Menéndez, otro maestro asesinado, víctima de estrangulamiento y lesiones internas. En la Escuela Urbana, barrio El Campamento de Acajutla, sucede lo siguiente. Desde el 26 de mayo en que fue asesinado el profesor Pedro Colorado, varios civiles enmascarados han llegado a intimidar a los alumnos; últimamente -fines de este mes de agosto- han preguntado insistentemente por la directora. Es una religiosa, la hermana Adela Guardado López, quien ya se dirigió al director de Educación Básica y al supervisor del Circuito 0-41; y lo que le han aconsejado en que mejor se vaya, se retire. Ese mismo día por la noche, catearon la escuela, rompieron la oficina de la directora, robaron el sello de la escuela. Lo que nos extraña es que siendo de Fe y Alegría, esta institución católica no haya levantado su voz. En la comunidad de Aguilares ha habido cosas muy feas. Yo pedí informes de aquella parroquia y es espeluznante cuando me dicen que desde mayo se vienen contando muertos, que han sido capturados por los cuerpos de seguridad y han desaparecido. Pero lo grande son los cateos del 20 de julio: un operativo combinado de Guardia Nacional, Policía de Hacienda y soldados se tomaron Valle Nuevo, Tres Ceibas, Buena Vista, Loma de Ramos, Mirandilla y el Zapote. En Tres Ceibas derribaron y quemaron la casa de la antigua escuela, quemaron la casa de la señora Luz Ribera vda. de Calles; a Pedro Dolores Rivera, lo atacaron, lo golpearon y le quemaron los pies. Golpearon a Mariano Canales y Osmaro Contreras. Intentaron quemar la casa de Bernardina Carrero obligándola a sacar todo, peor como estaba embarazada le dijeron que por eso no le quitaban la vida también. Después, el 15 de agosto, a las 2 de la tarde, entraron a Tres Ceibas, llevaban cuatro camiones de Guardia Nacional y soldados, una máquina para abrir calles, una unidad de Cruz Roja con personal médico. Dicen que no han llegado en forma violenta, imparten un cursillo cívico, dan medicinas, se ha prohibido toda clase de reuniones y de las 6 de la tarde en adelante, no se puede andar fuera de casa. Dijeron que van a estar unos 22 días. El viernes 17, por la noche, detonaron bombas en la parte alta y han estado vigilando aquellos montes donde duermen pobres campesinos que no tienen seguridad de ir a sus casas. Es divertido, se presentan como bienhechores llevando medicinas y haciendo obras de cultura; mientras, por otro lado, matan, asesinan y golpean... Yo pregunto si no sería mejor dejar los millones a los respectivos ministerios para que lo hagan mejor y no le quiten a los ministerios el dinero con el que podías hacer el bien al pueblo. ¿No serán estas ocupaciones "pacíficas" un camuflaje para seguir molestando a nuestro sufrido pueblo?... Aparecen seis cadáveres de hombre y uno de mujer en la carretera Troncal. Fueron localizados el viernes; entre ellos se encuentra el del campesino Francisco Fuentes Landaverde, de quien sus familiares presentaron recurso de exhibición personal, manifestando que fue capturado el 15 de agosto de 1979 en El Coyolito, por uno de los temibles retenes de la Zona Norte integrados por soldados y guardias. Tememos que los otros cadáveres sean los de Eugenio Francisco Guardado y Esperanza Menjívar de Guardado, de los cuales ya hemos hecho mención en otras ocasiones. Familiares del Ingeniero Valle y de los siete asesinados cerca del Parque Infantil piden que se investigue este crimen. Denunciamos capturados que han sido ultrajados en sus derechos de exhibición personal: Mardoqueo Arnoldo Castillo Olla, de Apaneca; José Efraín Ganuza, de Acajutla, y Félix Ganuza, y padre del anterior, agricultor. Estas tres personas han desaparecido hasta hoy, a pesar de presentar el recurso de exhibición personal y preguntar insistentemente en los cuerpos de seguridad. Siempre la misma respuesta hipócrita: "No los tenemos, no los hemos capturado". Hay testigos de que así ha sido. ¡No miente nuestra pobre gente cuando va buscando un consuelo a su tremendo dolor! Por otra parte, la izquierda también comete crueles desmanes. Se atribuye al ERP, la muerte del regidor de Armenia, del Modesto Jacobo Villalta. También son grupos extremistas de izquierda quienes asesinan a dos miembros de ORDEN, destruyeron vehículos, máquinas costosas que están trabajando para el progreso de aquellos cantones. Abren zanjas en las carreteras, estorban la circulación libre, ocupan templos sin reparar los daños que hacen. Tampoco podemos decir que esto está bueno. En una palabra, parece una guerra civil clandestina en que no se repara en el gran mal que nos estamos haciendo. Ya es tiempo de reflexionar que la paz tiene que ser lo que tanto necesita nuestra patria, pero tiene que ser una paz sobre bases de justicia. Es justo apoyar el juicio que se está haciendo acerca del asesinato del Padre Macías. Las ligas populares 28 de febrero han escrito al Papa y al señor nuncio y han apoyado la justicia en este crimen. No hay que olvidar las palabras últimas del Padre Macías, que reconoció: "Son judiciales". Y la voz del pueblo, que dice: "Son ellos mismos". Que no vaya a suceder que por querer librar a los cuerpos de seguridad, son culpables, que se torture y se haga culpables a campesinos inocentes, ya que, cosa rara, me dieron el pésame el presidente de la Asamblea Legislativa y el presidente de la Corte Suprema de Justicia. En primer lugar les quiero decir que no soy obispo del Padre Macías, sino Monseñor Aparicio en San Vicente. Supongo que a él también le escribieron un telegrama. Como respuesta yo les diría: "Ya que ustedes tienen en su poder las leyes y la justicia, más que un telegrama, yo les pediría el uso de esos poderes para que se esclarezca este crimen..." La muerte del Padre Macías ha sido un estímulo para que esta semana se apoyara la voz de la justicia, el sufrimiento del pueblo, el anhelo de paz para el país y de unidad para la Iglesia. Reconocemos, como Iglesia, nuestros pecados y los hemos llorado y deplorado en jornadas de oración y penitencia a lo largo de todas las diócesis, tanta santidad de gente buena, atraiga las bendiciones del Señor que tanto necesita nuestro pueblo. "La carne no sirve para nada". Qué justo el Señor dice esta palabra. Cuando la carne se olvida del espíritu, de lo racional, de la justicia, de la paz, y cuando el secularismo cierra a los hombres en idolatrías de tener más dinero, de tener más poder, de reprimir al pueblo, el mundo se hace un infierno porque no se abre al cielo, que es el Reino de Dios. Es, entonces, la misión de la Iglesia de proclamar ese Reino de Dios que tanto necesita nuestro pueblo. "La carne no aprovecha para nada". Por eso hay tanta situación de pecado. Los cadáveres putrefactos, torturados, despellejados que vamos encontrando por todos los caminos, valles y montañas de nuestra patria son el signo de que en El Salvador nos hemos olvidado de esa palabra de Cristo. Son signo de una carne que no sirve para nada, porque la carne se deshace cuando el espíritu se va. Démosle sentido a nuestro cuerpo y a nuestro ser, buscando lo que sigue en nuestra reflexión. 2. "¿A QUIÉN IREMOS?. TÚ TIENES PALABRA DE VIDA ETERNA a) Se proclama la trascendencia de Cristo y su mensaje Es la palabra de Pedro a Jesucristo. Cuando Cristo reta al colegio apostólico: "¿Ustedes también se quieren ir?". Pedro tiene la valentía de un cristiano convencido de su fe en Cristo. "¿A quién iremos Señor?. Sólo Tú tienes palabras de vida eterna". Es la proclamación de la trascendencia de Cristo. Queridos hermanos, la vocación del Trascendente, si no logra su diálogo con Dios, su intimidad con el Señor. "Nos hiciste para ti -decía San Agustín- y el corazón está inquieto hasta que descanse en ti". - ¿Esto os hace vacilar? (origen trascendente) He aquí que el Divino Salvador del Mundo nos proclama hoy, en el evangelio, lo que significa su presencia en medio de la historia. Cuando murmuran y le critican, Él explica una palabra: "¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes?". la primera proclamación de la trascendencia de Cristo: He venido de arriba, ustedes no comprenden mientras he estado con ustedes; son incapaces de comprender cuando yo retorne a mi origen divino. Para el cristiano que tiene fe y sabe que cree en un Cristo que vive en la eternidad y que todas las inspiraciones que da a su Iglesia son pan que alimenta al mundo que baja del cielo: la trascendencia de Cristo. - "Mis palabras son espíritu y vida" Cuando continúa diciendo Cristo como una segunda proclamación de su divinidad: "El Espíritu es quien da vida, la carne no sirve para nada". Cristo es el espíritu que da vida: "Mis palabras son espíritu y vida". ¿Qué quiere decir San Juan con ese lenguaje tan místico, tan profundo?. Cristo es el ungido del Espíritu Santo, Cristo es llevado por el Espíritu de Dios. Toda su carne está como espiritualizada y al clavarla en la cruz será, precisamente, la fuente de santidad y de gracia porque está ungido por el Espíritu. Es vida, porque Él nos ha traído la vida de Dios. El que come de este pan vivirá porque "Yo traigo los gérmenes de la vida eterna. Nadie puede venir a mí, si el Padre no lo trae". - Nadie puede ir a Cristo si el Padre no lo trae... sólo por la fe en la trascendencia Queridos hermanos, creer en Cristo es una gracia muy grande. Yo no quisiera que alguno de los que están oyéndome o meditando dudara de Cristo, no creyera en Cristo. Me daría mucha lástima porque a ese no se lo ha revelado el Padre. Y ¿por qué no se lo ha revelado?. La culpa no es de Dios, sino de la disponibilidad del corazón humano. No quieres dejar de adorar tus ídolos; por eso, el Dios verdadero no puede venir a ti. Por eso, la Iglesia te dice: ¡Conviértete, deja las vanidades, deja los falsos dioses y encontrarás la trascendencia que te hace feliz!. Nadie puede venir al Padre si no dispone su corazón para que el Padre se lo llene de Cristo. - Sólo Cristo tiene la palabra de la trascendencia La palabra de Pedro, la más bella proclamación de la trascendencia cristiana: "Señor, ¿a quién iremos?. ¡Tú solo tienes palabras de vida eterna!". b) Llamamiento a todos los que son Iglesia a proclamar bien clara esta trascendencia sin la cual pierde su fuerza la liberación que la Iglesia promueve entre las liberaciones temporales. A la luz de esta revelación de la trascendencia de Cristo que nos revela al Dios absoluto, qué hermoso es explicar el reto de Jesús a todo un pueblo: "Ya conocen al verdadero Dios, pero también conocen a los falsos dioses. ¡Decídanse a quién van a adorar!". - Un llamamiento aquí a la intimidad de la Iglesia. Si la Iglesia está cumpliendo hoy en la patria la función de Jesús, señalando al único Dios verdadero y advirtiendo contra los falsos dioses, queridos sacerdotes, queridas religiosas, religiosos, instituciones católicas, comunidades eclesiales, parroquiales y de base, todos los que nos llamamos Iglesia, ¡por favor! que se distinga nuestra voz, la voz de la trascendencia. Que aquellos que como los judíos quisieran utilizarnos haciéndonos reyes políticos de la tierra encuentren respuesta rotunda de Cristo: Se huyó al monte para proclamar únicamente el Reinado de Dios que está, sí, por encima de toda política. Y si la Iglesia ilumina las realidades de la tierra, acompaña a los hombres que pertenecen a organizaciones, entra a los palacios tal vez de la política, nunca debe confundirse con la política de partido, sino siempre debe ser luz que ilumina y apoya lo bueno, y denuncia y mal informa lo malo... La voz de la Iglesia, por mi parte, he tratado de hacerla nítida; tal vez no lo logre, porque hay mucha mala voluntad, mucha ignorancia y mucha idolatría; y el idólatra no quiere que le boten su ídolo. Sin embargo, esta voz quiere reclamar, una vez más, que esto es lo que yo quiero predicar: a este Cristo que dice que no busca las cosas de la tierra, sino para salvarla. Me da risa cuando dicen que yo estoy propugnando por el poder. ¿Qué capacidad tengo yo para ser un presidente o un ministro?. Dios me ha llamado para ser un sacerdote y servir desde mi Iglesia, desde mi sacerdocio. Ayer, en San Juan Opico, el Canal 13 de televisión de México me preguntaba: "Si le ofrecieran a usted o a la Iglesia el liderazgo en una revolución, ¿usted lo aceptaría?". Le dije yo: "Haría un disparate, la Iglesia no está para eso en la tierra. La Iglesia está para ser madre de unidad. Se mantiene autónoma entre dos partidos que pelean para poderle decir, a uno y a otro, lo justo y lo injusto; y para poder reclamar a la hora de los pecados de guerra, lo que no se debe hacer ni en situaciones conflictivas". La Iglesia quiere ser siempre la voz de Cristo, el pan que baja del cielo para la vida, para la luz, para la salud del mundo. Yo les suplico, queridos colaboradores de la Iglesia, manifestemos de forma más nítida este pensamiento de Cristo, esta trascendencia de la Iglesia que decía Pablo VI: "Si la Iglesia predicara otra liberación que no es la de Cristo, que no es la del pecado, ni la de llevar a los hijos de Dios hasta el cielo, hasta la vida eterna; una Iglesia que se confundiera con liberaciones únicamente de la política, de la economía y de lo social perdería su fuerza original y no tendrá derecho a hablar de liberación en nombre de Dios"... 3. NECESIDAD DE SOLIDARIZARSE CON LAS PALABRAS DE VIDA ETERNA a) Sólo así la vida alcanza su vocación en plenitud. Si la carne no sirve para nada y sólo Cristo tiene palabras de vida eterna, qué estúpido resulta no unirse con esa vida eterna que se nos da tan fácil. Cerrarse a sólo la tierra y no aprovechar ese regalo que Cristo nos trae, por el cual renuncia Él a todas las cosas de la tierra y, sólo para santificarlas, las acepta, es un secularismo imperdonable. - El reto de Josué: o Dios o los ídolos ¡Qué hermoso es el momento bíblico que nos presentan las lecturas de hoy!. Ya lo expresé: Josué frente a un pueblo, entrando a la tierra prometida para pedirle al pueblo que se mantenga fiel a su Dios, y que hay muchos peligros en los que puede caer. - El reto de Cristo: ¿También ustedes se quieren ir? Pero más emocionante me parece el momento de crisis en la vida de Cristo, cuando después que la muchedumbre lo sigue, se le van yendo, se va quedando solo. Y cuando Él pregunta, también en esa soledad que cada vez se hace más aguda: "¿Ustedes también se quieren ir?", la respuesta de Pedro es maravillosa: "¿A quién iremos? ¡Si sólo Tú tienes palabras de vida eterna!". b) Un signo de solidaridad entre la carne y las palabras de la vida eterna: el matrimonio debe ser un signo de unión entre Cristo y la Iglesia. En la segunda lectura se expresa el signo de la alianza, de esta solidaridad entre la carne y lo divino. San Pablo nos ha expresado hoy: "El matrimonio es un gran sacramento, pero yo lo digo refiriéndole a Cristo y a su Iglesia". Una mujer y un hombre, de familias muy distintas, hasta de pueblo y de países lejanos, se conocen, se aman y sellan para toda la vida una alianza matrimonial. No es sólo el amor de ese hombre y de esa mujer. Ellos representan dos familias, dos pueblos, y representan una identificación a pesar de ser tan distintos que sucede lo que San Pablo dice hoy: "Ya no son dos, sino una sola carne". Este es el signo que Cristo quiso poner en la tierra para que los hombres, al ver los matrimonios, pensaran en la alianza de la carne con el Espíritu. Así como el hombre se enamora de una mujer y la ama y es capaz de dar su vida para conquistarla; y así como una mujer que ama se entrega totalmente al hombre, eso es cabalmente un signo de unión. Y cuanto más se amen y más se entreguen, son más signo del amor infinito de Dios que nos buscó. Qué frase más bella ésta que hemos leído en la segunda carta de hoy: "Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para purificarla con un baño de su propia sangre y hacerla santa, hermosa, sin arruga, bella por toda la eternidad. ¿Qué no daría un novio por mantener siempre hermosa y joven a su novia con quien se casa?. Pues eso lo logra Cristo, una Iglesia siempre bella, siempre joven. Nosotros se la embellecemos con nuestras virtudes, nosotros la hacemos agradable con nuestro modo cristiano. Por eso no nos cansemos de hacer Iglesia. Cuando vayan muriendo estos miembros de nuestra comunidad, se van incorporando a la eterna juventud del cielo. Iglesia que arrancó de la Iglesia de la Arquidiócesis para formar parte en la Iglesia del cielo. ¡Bello trabajo pastoral!. Obispos, sacerdotes y todos los agentes de pastoral, no estamos haciendo otra cosa que embelleciéndole la bella esposa de Cristo en la cual formamos parte también nosotros. Esta es la alianza que Cristo pide. Cristo no se cansará de amar. Él es fiel aun cuando nosotros lo traicionamos, pero nosotros tenemos que hacer un esfuerzo por esa santidad, por esa fidelidad. c) El evangelio nos ofrece tres medios maravillosos para vivir esta solidaridad con Cristo. La gracia, la fe y la vida de Iglesia. - La gracia, por la cual el Padre nos da a conocer al Hijo y nos hace sus hijos, hermanos de Cristo. - La fe, que nadie la tiene si el Padre no se la da. Creer en Cristo es obra de Dios. Agradezcámosle si la tenemos y si no la tenemos, esa fe, pidámosela, que no la podemos lograr nosotros si no nos la da Él. - Vivir en Iglesia, hacer comunidad. ¿QUÉ IGLESIA HEMOS HECHO ESTA SEMANA? Por eso hermanos, y permítanme que me alargue un poquito, pero también quisiera mencionar esta Iglesia que se hace en nuestra Arquidiócesis en comunión con el Papa y con la Iglesia universal. HECHOS ECLESIALES Por eso, en este momento de Iglesia, nosotros vivimos también nuestra semana histórica. Hemos pensado con el Papa su preocupación por China. Quiere entablar relaciones con el gobierno y con la Iglesia. En China sucedió algo muy trágico allá en 1949: la jerarquía se independizó de la Santa Sede y desde entonces se constituyó una Iglesia autónoma. Últimamente se nombró un nuevo obispo para Pekín y, cuando ha sabido que el Papa quiere entablar esas relaciones de comunión de la Iglesia con la separada iglesia de China, el obispo elegido por el pueblo de China se ha opuesto al Papa y no admite la comunión plena con la Santa Sede. Sí, desea una relación con el gobierno de su país, pero quiere que se deje independiente a su iglesia. Hermanos, es triste el cisma. Hemos de pedir mucho por estas situaciones cismáticas y jamás vayamos a pensar nosotros en una autonomía que es suicidio; "como cuando se corta una rama, dice Cristo, ya no está pegada al tronco y ya no le corre la vida". ¡Se marchita y muere!. Por mi parte, quiero aprovechar esta ocasión para quienes quieren enfrentarme con la Santa Sede: de que el Arzobispo de San Salvador se gloría de estar en comunión con el Santo Padre, respete y ama al sucesor de Pedro... Sé que no haría un buen servicio a ustedes, querido pueblo de Dios, si los desgajara de la unidad de la Iglesia. ¡Lejos de mí!. Preferiría mil veces morir, antes de ser obispo cismático. Quiero decirles -en comunión con la jerarquía de Costa Rica- qué hermoso que allá, los cinco obispos se unen ante la huelga de Puerto Limón y proponen unos pasos para que la comunidad pueda encontrar nuevamente la paz. Yo creo que son pasos que para nosotros son muy válidos; aprendámoslos de los obispos de Costa Rica porque son maestros de la Iglesia: 1º) Cese de la violencia. 2º) Comprensión por parte de los que mucho tienen de las necesidades de los que poco tienen. 3º) Visión objetiva de los que plantean demandas de la difícil situación económica por la que atraviesa no sólo Costa Rica, sino el mundo entero. 4º) Voluntad firme de salvar la vida democrática, la libertad y la dignidad, valores fundamentales de la institucionalidad costarricense. 5º) Escuchar y ser escuchado con apertura y comprensión para que el diálogo sea fructífero. La voz de Costa Rica, de la jerarquía eclesiástica, puede ser válida para nuestra situación en el país. Sobre todo, fijémonos en esa cláusula: "Comprensión por parte de los que mucho tienen de las necesidades de los que poco tienen". Y también ser realistas a los que plantean huelgas y demandas, pero que los que significan la parte patronal no se cierren en que es imposible, sino que sepan que sus grandes cantidades que han ganado, tal vez no hoy, pero sí en el pasado, constituyen esa propiedad que el Papa decía: "La propiedad no es un derecho absoluto, la propiedad tiene sobre si una hipoteca social". Toda propiedad está hipotecada ante el bien común; y en momentos de crisis, si es necesario perder y sacar del propio bolsillo, hay que hacerlo, porque por encima de las ganancias de la fábrica y de la empresa está el hombre, que para la Iglesia es lo más sagrado. En esta comunidad en que estamos construyendo la Arquidiócesis, hay noticias de carácter sacerdotal. Regresó de Estados Unidos nuestro querido vicario general, Monseñor Ricardo Urioste. Por eso había estado ausente y su visita a Estados Unidos ha sido para bien de nuestra Arquidiócesis; será un servicio a nuestra Iglesia. El próximo miércoles... si Dios quiere, en la entrevista, le pediremos que nos exprese sus impresiones acerca de este viaje. Pueden escucharlo a través de YSAX. El Padre Cristóbal Cortés, que fungió como vicario general durante la ausencia de Monseñor Urioste seguirá siendo vicario general. La diócesis tiene mucho trabajo y según lo permite el derecho canónico, puede haber dos y más vicarios generales. De modo que el Padre Cortés y Monseñor Urioste son vicarios generales, de mi plena confianza y de la confianza de los sacerdotes y del pueblo... Deseamos que la salud del Padre Raúl Alberto Flores, capellán de la Vega, se vaya recuperando poco a poco. Está todavía en mal estado de salud. Les invito a elevar una oración, el 31 de agosto, aniversario de la muerte de nuestro querido hermano Monseñor Rafael Valladares, que fue obispo auxiliar de San Salvador. Las religiosas han sufrido también un luto. La Hermana Rosita Díaz, de Bethania, en Santa Tecla. reciban nuestra condolencia, que ya fuimos a expresar personalmente. Por las comunidades, la vida florece también. En San Antonio Abad se clausuró la celebración de la fiesta de la Asunción. En Arcatao hubo una bella fiesta patronal en honor de san Bartolomé, el 24 de agosto. Yo quisiera llamar, otra vez, la atención contra el estorbo que ocasionan los retenes militares a las entradas de estos pueblos donde se celebran sus fiestas tradicionales. ¡Que respetaran la alegría del pueblo!. ¡Hasta los cohetes les quitaron!. Y en un pueblo no hay fiesta sin cohetes. ¡Los decomisaron!. Alguien ha dicho que cuando yo hablo de que me catearon a mí, de que me registraron, como ando buscando alabanza propia. Hermanos; cuando yo voy a estos pueblos, no voy a envalentonarme ni a hacer fanfarronadas. Voy porque me llama mi deber pastoral y la comunidad me pide... Yo creo que es digno, para un Arzobispo, protestar cuando lo bajan nuevamente del carro y lo que nunca me había hecho, registrarme, como un vil sospechoso, mis bolsillos y todas mis cosas. Yo protesto porque el pastor tiene derecho a ir a visitar su rebaño dondequiera que sea y, también, a que no le estorben los encuentros que el pueblo con cariño le ha preparado... En la comunidad de San Juan Opico, ayer, hubo una hermosa ceremonia de confirmación preparada por todos los sacerdotes de la vicaría. Yo alabo ese hermoso gesto de unidad sacerdotal. Hoy, esta tarde, celebraremos el segundo aniversario del asesinato de don Felipe de Jesús Chacón, que fue despellejado, como San Bartolomé, por proclamar el evangelio. En La Palma habrá una reunión de carácter cooperativo, dándole las gracias al Señor. Hay quejas de Cáritas, de que las comunidades de Aguilares, El Salitre, Los Martínez, Arcatao, El Portillo y El Paraíso sufren estorbo de parte de organizaciones oficiales. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Bastan por hoy estas noticias, hermanos, para decirles que es una comunidad viva. Que gracias a Dios me siento orgulloso de mi Arquidiócesis y sé que dondequiera que voy, hay espíritu evangélico, hay seguimiento de Cristo. No voy a negar que está sucediendo con nuestra Iglesia lo que le pasó a Cristo en el evangelio de hoy: muchos se le retiran, otros la critican. ¡Qué dura es esta palabra!. Otros la rechazan, no la creen; pero hay un grupo que siempre le dice: "¿A quién iremos?. ¡Si sólo Tú tienes palabras de vida eterna!". Así sea...
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Queridos hermanos sacerdotes concelebrantes, queridos hermanos todos:
- ¿Por qué otra vez misa en la iglesia de El Rosario? De nuevo pedimos la hospitalidad de los padres dominicos en esta iglesia de El Rosario para celebrar nuestra eucaristía dominical, y les agradecemos ya que nuestra Catedral continúa ocupada por obreros en una huelga de hambre. Aquí en El Rosario encuentran ustedes también algo especial: una concelebración, es decir, varios sacerdotes rodeando al obispo para celebrar una eucaristía más solemne. Ya explicaba al principio que un grupo de sacerdotes por iniciativa propia, en apoyo con otras comunidades religiosas y cristianas en general, han querido promover unas jornadas de intensa oración y ayuno. Fuerzas espirituales que la Iglesia tiene para momentos muy graves de la vida cristiana. Al final, un sacerdote explicará de qué se trata. - Diferencia entre la ocupación de Catedral y la acción sacerdotal que ha promovido esta vigilia de oración y ayuno aquí en El Rosario. Pero sí quisiera que distinguieran, y muy claramente, que una cosa es la ocupación de Catedral, donde no podemos celebrar nuestra liturgia, y otra cosa es esta reunión cristiana en la iglesia de El Rosario, donde se unen con el obispo para celebrarla eucaristía; y sentir de allí, precisamente, la fuerza y el alimento, la inspiración, para que el lenguaje que ellos quieren expresar sea comprendido por la Iglesia, sobre todo, y desde la Iglesia, al mundo. Porque la Iglesia está en medio del mundo precisamente para continuar la misión de Jesucristo, que tuvo que vivir y actuar en servicio del mundo, obediente a la misión que su Padre le envió. - Agradecimiento por felicitaciones de cumpleaños. Quiero agradecer solemnemente las diversas manifestaciones de simpatía y solidaridad que me brindaron con motivo de mi pasado cumpleaños. Créanme que me han dado una nueva riqueza a mi espíritu: en los testimonios de solidaridad, de felicitaciones y, sobre todo, aquellos mensajes que venían ofreciéndome sus dolores, su enfermedad, sus sufrimientos. Qué riqueza siento yo cuando le da a uno un enfermo, un paralítico, alguien que sufre, el sentido de oración unido con su pastor. Recibí una carta muy bonita que me dice: "Yo siento que junto con usted, estamos salvando al pueblo, salvando almas para la eternidad". De estos testimonios abundan muchos. Lo mismo agradezco la misa celebrada con sacerdotes, religiosas y fieles en la iglesia de San José de la Montaña y la que celebramos en Chalatenango, expresión de comunidades que comprenden que una Iglesia encuentra en su obispo el signo de la unidad, del magisterio, de la verdad, de la misión que tiene que predicar en el mundo. Todo esto para mí significa no una felicitación de carácter personal, sino una vivencia muy rica de Iglesia que me lleva a la alegría de sentir que nuestra Arquidiócesis va madurando, cada vez más, en su sentido de Iglesia. por eso, que el Señor les pague tantas demostraciones más que de simpatía, de fe verdaderamente eclesial. - Evangelio de San Juan: eclesial... sacramental. Buscando en las lecturas de hoy, cabalmente esta fuerza de unidad, esa inspiración que nuestro Señor quiso darle a su Iglesia, quiero recordarles que desde cuatro domingos venimos leyendo como evangelio el capítulo sexto de San Juan. San Juan es el evangelio más eclesial, más sacramental; no se puede entender todo lo que él dice acerca de Cristo si no lo vemos a través de la comunidad Iglesia, si no nos lleva a la vida sacramental. - Capítulo VI: ilumina la figura del Divino Salvador. En un evangelio -sobre todo en este capítulo sexto- riquísimo para conocer la relación que existe entre el Divino Salvador y nuestra Iglesia. Por eso, desde hace cuatro domingos, les decía yo, que consideráramos estas tres lecturas dominicales como un verdadero regalo providencial para iluminar mejor la figura de nuestro Divino Patrono. Así ha resultado que los domingos de agosto han sido todos, los cuatro, un homenaje espléndido desde la palabra de San Juan, al divino patrono de nuestro país, al Divino Salvador del Mundo. - Signo de la multiplicación de los panes. Todo arranca de un milagro de Cristo: la multiplicación de los panes. Pero San Juan, el hombre del signo, no sólo quiere ver la alegría de unos cinco mil hombres saciados de pan. Cristo les reprocha: "No me busquen por el pan que perece, busquen el pan que da la vida eterna". Y todo el cuarto evangelio, en su capítulo sexto, es una bella explicación de ese pan de la vida eterna. - Bienes de la redención en Cristo. En el signo de la multiplicación de los panes, encontramos, según San Juan, los bienes de la redención. Todo lo rico que Cristo ha traído al venir a morir por nosotros y resucitar y ofrecernos una nueva vida, está simbolizado ese pan. - La verdadera liberación y promoción. En Él está la verdadera liberación, la verdadera promoción del hombre. No trabajemos -dice Cristo- sólo por el pan que perece; no luchemos las luchas reivindicativas solamente por las liberaciones de la tierra. Todo eso está bueno y es necesario, pero si todo termina allí, hemos dicho mil veces, son liberaciones truncas. El servicio que Cristo y su Iglesia nos da a los esfuerzos de liberación de las esclavitudes de la tierra, es elevar esos esfuerzos hasta la liberación que Cristo, el verdadero Salvador del Mundo, nos está ofreciendo: liberación del pecado, ante todo. Ningún hombre que está todavía esclavizado al pecado, puede hablar de liberación. Él es el primer necesitado de liberarse del odio, de la venganza, de la violencia injusta, de todo aquello que atropella. Es necesaria la liberación del pecado y promover -con la promoción de Cristo- no simplemente a un pueblo libre, sino a la libertad auténtica, a la dignidad de los hijos de Dios aquellos derechos humanos donde, sublimados, nos dicen de verdad que el hombre es imagen y semejanza de Dios. Por más dichoso, libre y digno que se crea un hombre en esta tierra, pero sin fe para promoverse a la altura de aquel cielo donde seremos ciudadanos de Dios para siempre, será una promoción mutilada, sin un sentido trascendente. Por eso, el cuarto evangelio nos está ofreciendo en el símbolo del pan la verdadera liberación que arranca del pecado y la verdadera promoción que llega hasta la altura de hacernos hijos de Dios y ciudadanos de la eternidad junto a nuestro Padre Dios. Culmina hoy revelándonos su presencia eucarística. Hoy, el pasaje que se ha leído, culmina con la revelación maravillosa de la eucaristía. Yo quisiera, queridos hermanos, que ilumináramos hoy nuestra presencia de cada domingo en la palabra que se ha leído. No vengamos a misa por curiosidad o por tendencias políticas, por fines meramente humanos, que nos quedaremos desilusionados. La misa no responde a esas curiosidades. Si venimos a misa, sea como Cristo decía: "No me busquéis por el pan que perece; buscad el pan de la vida eterna". Yo quisiera que al terminar mi meditación sobre esta palabra del Señor, ustedes y yo, nos sintiéramos más cristianos, más agradecidos con Cristo que nos ha dado la misa de cada domingo, la eucaristía que nos alimenta en el peregrinar. Me da tristeza que mucha gente no siente cariño por la misa, porque no conoce la eucaristía ni el don de Dios. Cristo comienza hoy su evangelio con la gran revelación: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El pan que yo daré, es mi carne para la vida del mundo". Nos damos cuenta, hermanos, que hay una presencia de Cristo en persona, cuando venimos a misa: que aunque no le veamos su cara, como nos vemos nuestras caras, Él es el principal. Pero así, personalmente aquí presente: Jesucristo. Por eso quiero titular mi homilía sacando de la palabra de Dios el gran argumento de su presencia. EL DIVINO SALVADOR PERSONALMENTE PRESENTE EN NUESTRA EUCARISTÍA Este es el título que yo quisiera que nos grabáramos bien hondo y lo viviéramos de verdad. El Divino Salvador no es una imagen que sacamos en las procesiones del 5 de agosto. Muchos se ríen de nuestra fe en las imágenes. Si la imagen -ya sabemos- es de madera, es algo material, un retrato que nos refleja. Pero si alguien se remonta a la realidad de un Cristo que vive entre nosotros, no en un retrato, en una imagen de palo, sino en su persona misma aquí presente, entonces sí es una religión que vale la pena seguirla porque allí encontramos al Salvador Divino en persona. 1. Nuestra Iglesia, signo sacramental de la salvación de los hombres. 2. La Eucaristía, signo de la presencia personal de Cristo. 3. Los hombres, frente a este signo de contradicción. (O lo aceptamos o lo rechazamos; y, entonces, o vamos con Cristo o vamos sin Cristo). 1. NUESTRA IGLESIA, SIGNO SACRAMENTAL DE LA SALVACIÓN DE LOS HOMBRES a) Profecía de los bienes mesiánicos bajo el signo de un palacio y un festín. Ya en la primera lectura de hoy se presagia una Iglesia que será signo de la sabiduría de Dios. La sabiduría se ha construido una casa con siete columnas, ha preparado un banquete. La figura del banquete, del edificio, de la alegría y de la magnificencia de un festín es lenguaje de los profetas. Y así Cristo no podía prescindir, también, de esa comparación. Y precisamente el signo que hoy aprovecha San Juan es la alegría de comer pan. - El evangelio usa la misma comparación en parábolas del Reino. Cuántas veces lo que hoy la primera lectura pone en labios del que construyó el edificio y preparó el banquete mandando a sus sirvientas a llamar a todos los hombres, aparece en el evangelio en las preciosas parábolas del Reino. El Reino es un festín y el que ha preparado el festín manda a llamar a todas las encrucijadas de la historia: "Vengan, que ya he preparado este vino que yo he mezclado, esta riqueza que yo quiero obsequiar a todos mis invitados". ¡Qué hermoso esto de que cada domingo que venimos, somos invitados a un festín!. b) El Concilio Vaticano II llama a la Iglesia "Sacramento universal de salvación". Porque en ella están todos los medios que el Divino Salvador ha querido poner para que los hombres seamos salvos. Hombres y pueblos tienen que escuchar aquello que dice San Pablo: "No se ha dado otro nombre en el cual los hombres puedan ser salvos, fuera del nombre de Jesús. Sólo en Él hay liberación, sólo en Él hay salvación". Y quiso representar Cristo toda esta riqueza en la Iglesia convocada como un festín. En ella está presente el Divino Salvador con todos los medios de salvación. No quiere decir que sólo los que estamos en la Iglesia Católica nos podemos salvar. tengamos muy en cuenta esto: fuera de la Iglesia hay también muchos caminos de salvación, pero lo cierto es que la Iglesia auténticamente fundada por Cristo y depositada sobre los apóstoles es donde Cristo dejó los medios completos, absolutos, llenos de la salvación. Muchos no los aprovecharán, muchos viviendo en esta Iglesia, festín de Dios, prefieren apoyarse en los ídolos del mundo. Y de esos, dice el Concilio: "Están en el cuerpo de la Iglesia, pero no están en el corazón de la Iglesia". Así como al revés, aquellos que no han conocido la Iglesia Católica, pero quieren salvarse según su religión, "están en el corazón de la Iglesia, aunque no estén en el cuerpo de la Iglesia". Es mucho mejor ser del corazón, pero mucho mejor es ser del corazón y del cuerpo de la Iglesia. Un buen católico que sabe que en su Iglesia, Dios ha dejado todos los medios maravillosos de la salvación tiene que aprovecharla y vivir de esa riqueza que el Señor ha puesto tan a nuestra mano. - Porque nos comunica la salvación por los siete sacramentos. Desde el catecismo aprendimos que la Iglesia tiene siete sacramentos. Iglesia sacramental, ella misma es sacramento universal de salvación. Pero, ¿por qué?. Porque en ella Cristo actúa mediante los sacramentos que no los administra un hombre, sea obispo o sacerdote. El obispo y el sacerdote no somos más que humildes instrumentos del Dios que verdaderamente bautiza, perdona, alimenta. Tengamos muy en cuenta eso, porque muchas veces en la administración de los sacramentos nos llevamos de un personalismo, como si el padre tal, sí hiciera buenos sacramentos y el padre tal no hace buenos sacramentos. ¡Si no depende esto de la santidad o de la maldad de un sacerdote!. Decía aquel escritor Manzoni, italiano: "Cuando yo me arrodillo a pedir perdón de mis pecados ante un sacerdote, no me importa saber si él, tal vez, está más necesitado que yo de perdón. Puede ser un gran pecador, pero en el momento en que me dice: Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, yo estoy absuelto. No por él, no es él el que me perdona, sino Dios por medio de él". Y escribía un protestante ya convertido: "Qué engañado estaba; yo pensé que los sacramentos eran como estorbos entre Cristo y yo. Y yo, que quiero salvarme por mi fe en Cristo, rechacé los sacramentos para entenderme directamente con Cristo. Pero ahora que he reflexionado, miro que no hay tal mampara entre Cristo y yo, sino que los sacramentos son acciones del mismo Cristo. Que cuando yo voy a decir mis pecados a un sacerdote, no es a él que se los estoy diciendo, sino a Cristo, que está en él y que a través de sus labios me va decir: Yo te perdono. Y que la mano del sacerdote que bautiza no es él el que le quitará el pecado original, sino la virtud de la redención de Cristo que mandó a ese hombre. Id y bautizad en el nombre -no tuyo- sino de Dios". - Los siete sacramentos. Así, hermanos, sería aquí la oportunidad de hacer un recorrido por los sacramentos, pero creo que todos ustedes los conocen: bautismo, confirmación, eucaristía, penitencia, unción de enfermos y los dos grandes sacramentos sociales, sacerdocio y matrimonio. Son siete canales por donde el Redentor Divino, por medio de su Iglesia sacramental, está salvando a los hombres, a la sociedad, santificando el amor del hombre y de la mujer en el hogar fecundo o la misión del sacerdote que por vocación se metió a este papel tan difícil de continuar la misión de Jesucristo, la redención de los hombres. - Los sacramentos son signos de la pertenencia a la Iglesia. Gracias a los sacramentos nosotros disfrutamos los bienes de la redención, más aun, hemos de estar con lo que dice el Papa Pablo VI: "que para significar mi pertenencia a la Iglesia, tengo que manifestarla por los sacramentos". Nadie puede decir: "Yo soy católico pero no necesito confesarme". Es que esos signos, los sacramentos, son signos, son las señales de tu pertenencia a Cristo. De tal manera que no puedes decir que perteneces a la Iglesia, si desprecias estos signos de su pertenencia. La Iglesia, pues, es la continuadora y la depositaria de todos los medios de la salvación que Cristo ha dejado en ella. 2. LA EUCARISTÍA ES EL SIGNO DE LA PRESENCIA PERSONAL DE CRISTO San Juan completa el relato de los sinópticos, y nos describe la presencia de Cristo en la eucaristía. Fíjense bien, que en los otros sacramentos no está Cristo en persona. En el bautismo sólo está la virtud redentora de Cristo que por medio del sacerdote, de la Iglesia, perdona el pecado original de aquel niño y lo incorpora a hacerse hijo de Dios, pero no está personalmente Cristo en el bautismo. Lo mismo en la confirmación, donde el obispo impone las manos y unge con el sagrado crisma la frente del cristiano, no está Cristo personalmente presente, sino que por su virtud, por medio del obispo, le da el Espíritu Santo de la confirmación. Lo mismo en la penitencia no está Cristo personalmente, sino virtualmente perdonando a través del sacerdote. En la unción de enfermos también es una presencia virtual, es decir, la virtud, el poder de Cristo está allí, pero no Él en persona. Y en el sacramento del matrimonio y de la ordenación sacerdotal, también los dos que se casan, son ministros, presencia de Cristo, pero representando la bendición de su amor; y en el sacerdote tampoco va Cristo personalmente. Pero hay un sacramento donde sí está personalmente, y es éste que estamos estudiando esta mañana: "El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". a) Se afirma su presencia. Ante todo aquí, hermanos, en las palabras del evangelio de hoy se afirma una presencia personal, la palabra que acabo de citar: "El pan que yo daré es mi carne". El domingo pasado expliqué qué significaba carne, es decir el hombre, la persona. Cuando Cristo dice, "El pan que yo les estoy anunciando es mi persona; yo mismo estoy en ese pan de vida eterna", y cuando los judíos dudaban "¿Quién se puede comer esa carne y beber esa sangre?", Cristo, que sabe que le han entendido bien, que se trata de Él como carne y sangre, no se retracta sino que se afirma. "Así como lo han entendido, así es. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, tendrá vida eterna". - Cuando le entienden mal, Cristo corrige: el renacer a Nicodemus. Qué distinto cuando Nicodemo le entendió a Cristo mal y Cristo lo corrigió. Cristo le dice: "Si no renaces de nuevo, no podrás entrar en el Reino de Dios". Nicodemo lo entiende al pie de la letra: "¿Cómo va a un hombre a hacerse chiquito y meterse otra vez en el seno de una mujer para nacer?". Cristo le dice: "No, no es así como te quiero decir; renacer quiere decir bautizarse, renovarse el hombre". - El agua que no da más sed a la samaritana. Cuando la samaritana también oye que Cristo le dice: "El que toma de esa agua vuelve a tener sed, pero el que toma del agua que yo le daré no tendrá sed jamás". La samaritana entiende al pie de la letra y le dice: "Dame de esa agua para que no esté viniendo al pozo a sacar todos los días". Y Cristo la corrige: "No se trata del agua de este pozo. Se trata del agua de la gracia, de la vida eterna, el don de Dios que salta hasta la vida eterna". Quiero decir, que cuando el evangelio nos presenta a Cristo afirmando algo y que se le entiende mal, Él lo corrige. - Cuando se entiende como Él quiere decir, aunque sea un misterio que el hombre no comprende, lo reafirma y lo precisa. El caso de su pan, que es su carne y que su carne es comida y así lo han entendido, así lo ratifica: "Sí, yo daré mi carne, mi sangre, hay que beberla para tener vida eterna". - El Concilio de Trento precisó: "verdaderamente realmente-substancialmente". Por eso el Concilio de Trento puso estas tres palabras en la presencia de Cristo frente a los enemigos de la eucaristía. Los que dicen que ¿cómo va a estar Cristo en persona presente en ese pedacito de pan y en ese vino?, el Concilio, inspirándose en estas palabras del evangelio, dice: "Cristo está verdaderamente presente, realmente presente, substancialmente presente". Son tres matices de una presencia personal que responden a las objeciones de los que dicen: Puede estar pero sólo en un signo: "Tomad y comed, esto significa mi cuerpo". No es así. Verdaderamente, es decir, esto es mi cuerpo, realmente en realidad y substancialmente. Esto es lo que hay que entender bien. No vamos a entender un comer a Cristo como antropófagos, no se trata de eso. b) Cristo precisa en qué forma está la carne que ofrece presente. Ahí sí, Cristo aclara: es mi carne, pero hay que entender qué carne soy yo, en las condiciones que yo aclaro en este discurso de Cafarnaún. - Es su carne que da la vida al mundo. Primero, carne ofrecida en la cruz, este es el pan para la vida del mundo. Es una expresión de Cristo dando su vida por el mundo. "La carne no aprovecha para nada -decía Cristo-, lo que aprovecha es el espíritu que anima esa carne". Y la carne que Cristo está ofreciendo es su vida del mundo, la que reconcilió a los hombres con Dios, es decir, como nosotros vamos a decirlo dentro de poco en la Eucaristía: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Esa es la carne personal de Cristo en la Eucaristía, un Cristo que murió entre dolores, acribillando su sangre y su carne. "La sangre que se derrama para perdón de vuestros pecados". Esta carne y esta sangre es la que recoge en nuestra misa y la presencia personal de Cristo es el momento culminante de la redención. - Otra cosa maravillosa es la vida de Cristo, unida a la vida del Padre. "Yo vivo por el Padre y todo aquel que me come, vive por mí". Es decir, una corriente de vida. Yo no soy más que Dios hecho hombre. Y yo voy a inventar un modo de esta carne de hombre, darla en alimento pero porque trae vida de Dios. El que se alimenta de este cuerpo y de esta sangre bajo especie de pan, como no una carne simplemente humana sino la carne del Hijo del Hombre donde se conjuga lo humano y lo divino, donde Dios se hace vianda, alimento para los hombres. No olvidemos estas dos condiciones: el Cristo ofreciendo su carne en la cruz y el Cristo unido en intimidad divina con el Padre. Esa es la carne que se da y que hay que comer. Esa es la carne de la eucaristía. Esa es la presencia personal de Cristo. No está sólo su virtud, está personalmente su carne así como la acaba de describir Él: unida al sacrificio de la cruz que salva al mundo y unida a la vida eterna del Padre. Solo podría asegurar cosas tan inauditas: "El que come mi carne y bebe mi sangre tendrá vida eterna, el que no come mi carne ni bebe mi sangre, no tiene vida en sí". c) La presencia de Cristo, también se indica por los efectos. ¡Qué efectos más maravillosos nos presenta Cristo en el discurso de hoy!. "Vivirá para siempre... no como el maná... sacramento escatológico. Vuestros padres comieron el maná, era un pan misterioso, pero el maná saciaba el hambre del estómago de cada día y los que comieron el maná murieron. Pero el que come de este pan no morirá, tendrá vida eterna. El efecto de la eucaristía es hacernos inmortales, hacernos partícipes de la misma vida de Dios que no perece, de la vida de Cristo resucitado, ¡qué una vez resucitado ya no puede morir! -dice la Sagrada Biblia. Lo cual quiere decir, queridos hermanos que el sacramento de la eucaristía es el sacramento de lo escatológico. Ya lo hemos explicado muchas veces. Lo definitivo de la historia, hacia donde marchan los ríos de los hombres, el mar donde vamos a desembocar todos, se llama lo escatológico, lo último, el fin. Cristo ya nos trae, en la presencia de su eucaristía, el mensaje; no sólo el mensaje, la realidad en su propia carne para aquel que comulga. Aquel que viene a misa el domingo, aquel que se postra ante el sagrario está captando lo escatológico; ya está ante la eternidad, ya está saboreando la vida de Dios. - Otro efecto que aparece en la palabra de Cristo, hoy: "Habita en mí y Yo en él"... sobrenaturaliza la vida identificándonos con Él. Que cosa más inaudita: "el que me come habita en Mí y Yo en él". Piénsenlo, los que van a comulgar esta mañana, qué momento más divino: "Cristo habita en ti, y tú habitas en Él". Es decir, hay una compenetración que puede llegar a decir como San Pablo: "Ya no vivo yo sino que es Cristo que vive en mí". Esta transformación que lejos de comprenderla cuando no se tiene fe, pero cuando se tiene fe, hermanos, sucede lo que yo vi ayer en dos comunidades religiosas. Allá en Usulután, las hermanas franciscanas lo primero que me fueron a enseñar: "Mire cómo nos ha quedado nuestra casita arreglada, casita pobre pero arreglada. Pero mire la capillita, lo más bonito de la casa". Donde había antes un salón de belleza, allí han levantado el sagrario a todo lujo, porque para la comunidad no hay cosa más linda que el sagrario donde Cristo habita con las religiosas y las religiosas habitan con Él. Y anoche cuando fui a celebrar al Buen Pastor el novenario de la Madre María Mercedes, muerta hace nueve días, también el sagrario, lo principal, ¡Ah! ¡Cuándo se comprende lo que es la hostia consagrada como que quisiéramos un cielo para ponerla!. Da lástima pensar en las iglesias abandonadas, en los sagrarios polvosos, sin flores o con flores marchitas. Qué poca fe indica una iglesia donde no se estima la vida eucarística. Cuentan que cuando unos turistas u hombres de ciencia visitaron la isla de Molokai donde el Padre Damián vivía con los leprosos -él que le pidió a Dios ser leproso para quedarse con ellos, porque su superior lo iba a mandar ya fuera y dice: No, déjenme. Y le pidió a Dios la gracia de la lepra. Un día levantando la hostia consagrada miró en su mano la señal de la lepra y desde ese momento su palabra con los leprosos era: "nosotros los leprosos", Se identificó tanto con ellos, que lo sentían como el hermano- le ofrecieron apoyo. ¿Cuántos dólares necesitaría?, le preguntaron. Dijo "¿Por dólares?, ni un minuto más. Si estoy aquí es por Él, por el amor a Jesucristo". Lo que le daba fuerza al Padre Damián, lo que le da fuerza a todos los misioneros, a todas las religiosas, a todos los sacerdotes, lo que le da vida a la comunidad eclesial de base, lo que hace centro de la parroquia, es el pan de la vida eterna. "El que me come, se alimenta de vida eterna. Yo estoy con él y él está conmigo". No comprenderán esto, hermanos, los que no han vivido la experiencia de la eucaristía. Y así se explica que las comunidades cristianas sean calumniadas, mal informadas; no conciben la locura de unos hombres y unas mujeres exponiéndose hasta morir, si no es pensando en que hay un sentido subversivo, revolucionario, en el corazón. No, hay una fuerza más grande que todas las revoluciones, el amor del hombre y de la comunidad que ha descubierto el tesoro que hoy nos está revelando Jesucristo: su presencia viva y vivificante, su eucaristía. Quisiera, les decía yo, que a la luz de estas cosas presenciáramos nuestra misa dominical. Con qué gusto vendríamos si es que no me voy a encontrar allí con el obispo tal o con el sacerdote tal, sino que voy a encontrarme a través de él, con Cristo, la vida eterna. Voy a comulgar y lo voy a adorar y voy a sentir que Él está en mí y yo en Él, y voy a sacar fuerzas para mi semana, y mi vida de familia será más santa, más suave, más dulce, más amorosa porque me alimenta el amor de Jesucristo. Seré más sacrificado y trabajaré mejor y cumpliré mejor mis deberes. ¿Ven como la eucaristía verdaderamente es el pan que da la vida al mundo?. 3. LOS HOMBRES FRENTE A ESTE SIGNO DE CONTRADICCIÓN Los hombres frente a este signo de la eucaristía, podíamos decir de la hostia consagrada: signo de contradicción. Lo aman unos hasta la locura y otros lo desprecian hasta el odio o no le hacen caso porque no tienen fe. - En las lecturas de hoy encontramos, en las tres lecturas, catalogados los hombres precisamente por su posición frente a la sabiduría de Dios que se encarna en Cristo. Así podemos decir con la primera lectura, los inexpertos, los faltos de juicio, aquellos que rechazan la obra de la sabiduría. Y por otra parte, los prudentes, los que se alimentan de la ciencia de Dios, los que a pesar de ser, tal vez, menos inteligentes según el mundo, pero tienen la sabiduría de Dios que se da en la santa Eucaristía donde Cristo está presente. En la segunda lectura San Pablo presenta una categoría de hombres insensatos, aturdidos, borrachos, libertinos. No seáis así, dice San Pablo, sino la otra clase, sensatos, cumplidores de lo que Dios quiere; dejándose llenar del espíritu y haciendo de la vida una liturgia alegre: "Cantad cánticos al Señor, dadle gracias en todo momento". ¡Ah, la vida qué hermosa se convierte cuando la ilumina la fe y cuando sabe que su cuerpo sano o enfermo, unido a la hostia consagrada que se recibe en la comunión, es una vida y un cuerpo que se hace hostia!. Todos los actos de nuestra vida, todos los deberes que cumplimos, todos los sacrificios que hacemos, todo se convierte en Cristo crucificado, la carne que salva al mundo; y yo le estoy aportando mi sacrificio, mi pequeña hostia, mi pequeña gotita de agua en el cáliz de vino que se convierte todo él. Donde ya no se distingue la gotita de agua y el cáliz de vino, sino que sólo se percibe la sangre que se derrama para la salvación del mundo. Entonces, la vida de los hombres se hace liturgia; todos somos sacerdotes cualquiera que sea nuestro oficio cuando lo hacemos unido con el Señor. - Cristo Nuestro Señor también aparece hoy distinguiendo a los hombres frente a su gran promesa, los que dudan de Él o los que lo entienden tan materialmente que casi lo hacen un antropófago. No es así como Cristo quiere entender, es un lenguaje tan delicado que no lo entiende el ambiente burdo del mundo donde la carne sólo se entiende carne para el placer, carne para la explotación, carne para la soberbia, para el orgullo, carne idolatrando ídolos de la tierra. Esta carne claro que Cristo no la da. Pero la carne divinizada en el sacrificio de la cruz y unida con Dios en el misterio de la encarnación, esa carne sí es divina y esa es la que el Señor nos ofrece y la que entienden los que tienen fe, pero no la entienden los que han perdido la fe o no la tienen. Quisiera que a la luz de esta reflexión, analizáramos a qué clase de hombres pertenecemos. NOTAS DE NUESTRA IGLESIA Quiero presentarles, en primer lugar, la serie de hechos como acostumbramos dentro de nuestra Iglesia, y ojalá que en la Iglesia todos tuviéramos una locura santa por la eucaristía. Por eso, en primer lugar me refiero a los queridos sacerdotes. ¿Han pensado, hermanos, que el sacramento de la eucaristía nació gemelo con el sacramento de nuestro sacerdocio?. Para mantener ese tesoro de pan de vida que da la vida al mundo, Cristo inventó la misma noche el sacerdocio comunicado a los hombres. Él, el Eterno Sacerdote, celebró la primera misa y repartió la primera comunión, pero luego les dijo a los hombres apóstoles: "Hagan esto en mi memoria". Entonces los sacerdotes nacimos como un encargo para mantener la eucaristía. Ésta es nuestra principal misión, pero dándole a la eucaristía todo el sentido no sólo de repartir hostias consagradas, sino lo que significa redimir un pueblo, salvar los hombres para que al venir a comulgar sientan que de verdad se van promoviendo. Por eso estamos insistiendo tanto en que los sacramentos hay que recibirlos con más conciencia, que nadie debía comulgar si no se siente verdaderamente responsable del pan que da la vida al mundo. Nuestros sacerdotes comprendiendo que su misión los lleva también a una encarnación en la tierra -y no hablo aquí sólo de los sacerdotes de la Arquidiócesis, sino sacerdotes de todo el país- han estado estos días en profundas reflexiones. Por eso les decía yo: comprendan los gestos que ahora están haciendo como gestos sacerdotales. No lo confundan con otros gestos meramente políticos, revolucionarios. Ya sé que saldrá la noticia de que los curas revoltosos se tomaron la iglesia de El Rosario. ¡No hay nada de eso!. Lo que pasa aquí en la iglesia de El Rosario en estos días, es que los sacerdotes llaman al pueblo a una oración y a un ayuno. Es una iniciativa que ellos han tomado como miembros de la Iglesia. Y lo van a explicar dentro de poco. La preocupación de los sacerdotes yo la trato de comprender y yo les suplico a ustedes, querido pueblo de Dios, que estemos muy unidos con nuestros sacerdotes y sepamos ayudarles también a ellos a que su lenguaje, su actuación, todo, sea verdaderamente como todos queremos: un lenguaje de evangelio, pero de un evangelio no muerto sino ¡de un evangelio vivo!. Me refiero en esta comunión de Iglesia de la Arquidiócesis a diversas comunidades. He tenido la dicha de visitar Mejicanos para su fiesta patronal, el 15 de agosto; San Jacinto, su fiesta patronal el 16 de agosto; Chalatenango, donde las comunidades de allá me ofrecieron una santa misa. Por cierto, que este cariño de las comunidades de Chalatenango, contrastaba con el ultraje que me hizo el retén cuando entraba en Chalatenango. Me hicieron bajar del carro, casi me ponían con las manos sobre el carro, me registraron hasta el motor del carro. Abrieron todo, hasta correspondencia, lo cual yo creo que es anticonstitucional porque la correspondencia no se debe violar. Y una serie de cosas en las que yo veía, más que todo, la cobardía; esa cobardía que se solaza cuando puede mostrar prepotencia. Sentía yo que de mi parte no había más que una respuesta, la respuesta que siempre he dado, la respuesta de la Iglesia, la respuesta de la verdad: "Registren lo que quieran, no encontrarán nada". No les bastó, porque después en la misa, en Chalatenango, tuvimos una continua vigilancia. Hasta el señor comandante departamental llegó con sus grabadoras y sus oficiales. Por suerte que al terminar mi homilía, yo pregunté al pueblo: "¿Creen ustedes que he dicho algo subversivo?; si lo he dicho, díganlo; porque yo quiero corregir. ¿Han entendido algo subversivo en mi palabra?". Y todo el pueblo dijo: "¡No, Monseñor, nada subversivo!". Más bien hubo un aplauso cerrado y yo les dije: "Los que nos están vigilando este acto tengan en cuenta cómo ha entendido el pueblo. No vayan a decirlo de otra manera". Visité la comunidad de Usulután y de Santa Elena, en la diócesis de Santiago de María, por una amable invitación. Aquí tenemos que alegrarnos con el Buen Pastor. Hoy se está celebrando la fiesta de su fundador, San Juan Eudes. Sobre todo, quería mencionar esta comunidad porque la religiosa que ha muerto, Sor María Mercedes Peñate, es un ejemplo de cristianismo vivido en el silencio y en la santidad. Hoy que se recogen los testimonios de sus escritorios, de sus actuaciones, de su vida, verdaderamente que es una de esas santas ocultas que favorecen y bendicen tanto la comunidad de nuestra Arquidiócesis. Yo felicito a las hermanas del Buen Pastor y les deseo que produzcan muchas mujeres santas como la que acaban de entregar al cielo, y lo mismo deseo para todas las religiosas y todas las comunidades. Me alegro con las carmelitas de Santa Teresa, donde cuatro religiosas celebraron sus bodas de plata esta semana. Que el Señor les conserve más allá de los 25 años su entusiasmo por nuestro Señor Jesucristo. Lo mismo, a las hermanas franciscanas que florecen en la Diócesis de Santiago de María, en Usulután, en Berlín. Una cosa importante: desmienten la carta que se publicó aquí con gran lujo de detalles como una carta abierta de la Conferencia del Clero Diocesano de Bolivia. Ustedes recordarán. Nos interesamos en saber la verdad y hemos escrito a Bolivia y desde allá nos contestan: "Muy estimado Señor Arzobispo: Se nos ha olvidado un recorte de periódico de una carta abierta dirigida a usted por el Padre Luis Rojas, sacerdote diocesano perteneciente a la Arquidiócesis de Santa Cruz. Deseamos manifestar a usted nuestro desagrado y desacuerdo con el contenido y el tono de dicha carta que se expresa en forma tendenciosa y alejada de la verdad. Creemos necesario informarle además, que la Conferencia del Clero Diocesano es una organización de sacerdotes diocesanos bolivianos, que no cuenta con la aprobación de los señores obispos de Bolivia. por otra parte, tampoco pertenecen a ella todos los sacerdotes bolivianos ni mucho menos, sino unos cuantos de alguna diócesis. por ello conceptuamos que dicha carta puede ser considerada como algo personal del sacerdote Luis Rojas, o a lo más como representativa de la opinión de un grupo muy reducido. Por último, queremos hacer llegar a usted y a la Iglesia salvadoreña nuestros sentimientos de admiración, aprecio y adhesión por su valiente y sacrificada labor pastoral en defensa y promoción de los valores humanos evangélicos en ese hermano país". Ésta es la respuesta a la calumnia que aquí se quiso levantar. Mejor afuera se busca la verdad que aquí donde se vive muchas veces la falsedad. NOTAS DE LA IGLESIA UNIVERSAL El Papa ha anunciado ya el lema de la próxima Jornada de la Paz. Me parece muy inspirador que el Papa, siguiendo la costumbre del anterior, va a celebrar el primero de cada año como Día de la Paz y ha señalado un lema para cada año. El de este año 1980 se tituló: "La verdad fuerza de la paz". El Papa explicaba: "La verdad, fuerza de la paz, porque demasiado frecuentemente, la mentira está presente en muchos sectores de la vida personal y colectiva, y conduce a la sospecha entre los miembros que a ellos pertenecen. La sospecha sustituye a la confianza del hombre en el hombre y de los pueblos en los otros pueblos. Construir la paz sobre la verdad, que es el hombre, significa ayudar al hombre mismo a salir de sus actuales alienaciones, invitándole a convertirse de nuevo en sujeto y ya no más en objeto de sus propias invenciones. Significa dar la prioridad a la ética sobre la técnica, a la persona sobre las cosas, al espíritu sobre la materia, al primado del ser sobre el tener". Procuremos revestirnos de este espíritu de la paz verdadera, no con la falsa paz. De la Iglesia Universal también hay un dato muy interesante. Los obispos en Argentina defienden el derecho a la organización, como un derecho natural de los trabajadores que no puede ser negado ni tampoco retaceado. Y como allá Monseñor Jorge Novak celebró en la Catedral de Quilmes misa con los familiares de los detenidos políticos y desaparecidos. Otro eco de nuestra Iglesia centroamericana: Estuvo visitando Nicaragua y Honduras el Padre General de los jesuitas, Padre Pedro Arrupe, por dos motivos. Primero, por visitar en Nicaragua la situación y luego para arreglar en Honduras la misión que allá tenían los padres jesuitas de San Luis Missouri, pero aquí en adelante será una misión de la provincia centroamericana. Y acerca de Nicaragua, el Padre Arrupe expresa cosas muy interesantes que serían buenos criterios para cuando aquí se publican noticias muy tendenciosas. En primer lugar, la necesidad de colaborar positivamente en la obre de reconstrucción, conservando la libertad evangélica para señalar posibles desviaciones pero ayudando con entusiasmo a una tarea que representa un reto para la sociedad. Parece una postura muy libre en lo evangélico y muy práctica también en el momento. Lo que hoy necesita Nicaragua no es la crítica, el apagar sus esperanzas, sino el ayudarles y mantener el espíritu libre, porque la Iglesia no se puede comprometer con ningún sistema per sí puede animar y ayudar a todos los sistemas. Lo más grave es que el Padre Arrupe descubre una gran necesidad para socorrer el hambre de aquel pueblo y dice que todos los países tienen que preocuparse para que llegue a todos ese pan que necesitamos y que en Nicaragua hace mucha falta. NOTAS DE LA REALIDAD NACIONAL Desde esta Iglesia, representada en estos hechos, nosotros enfocamos la realidad de nuestro país. No es un afán político, o curioso, o crítico, sólo por ser críticos, es la obligación de un evangelio que como Cristo ha dicho: "Tiene que ser pan para la vida del mundo". Si en El Salvador el pan de vida que la Iglesia reparte, la palabra del Señor, la religión cristiana, no toca las realidades políticas, sociales, económicas de nuestro pueblo, será un pan guardado y el pan que se guarda no alimenta; sólo es el pan que se come que se asimila. De allí que necesitamos que este pan se asimile en las realidades del país. Cómo no vamos a iluminar con la palabra del pan de vida, las palabras que el Señor Presidente anuncia esta semana cuando habla de cambios necesarios, indispensables y urgentes. Que no debemos aferrarnos a moldes anacrónicos de la convivencia social. Repitió que el pueblo quiere paz y declaró que la autoridad no debe mostrarse prepotente. También hemos oído frases en que ya se dieron instrucciones para que puedan entrar en el país los exiliados. Que ya prometió investigar exhaustivamente la muerte del Padre Macías. Que invita a la Cruz Roja para que constate que no hay presos políticos. Son cosas que nos llenarían de mucho aliento, queridos hermanos, si por otra parte no viéramos las realidades contrarias. Y por eso quisiéramos decir, pues, que si de verdad urgen los cambios en el país, ¿por qué se llama subversiva a una persona o a una organización que propugna precisamente estos cambios?. Nuestra Iglesia quiere precisamente los cambios que el evangelio le pide. Si de veras no se quiere una autoridad de demostraciones prepotente, nosotros nos preguntamos: ¿por qué sigue la represión a nuestro pueblo?. Tenemos en las listas de atropellos de esta semana: Amado Guardado Mejía, Eugenio Guardado, Francisco Guardado, Esperanza Menjívar de Guardado, Francisco Fuentes Landaverde. Todos capturados y a los cuales no se hace el amparo de la Constitución de remitirlos a los jurados o darles libertad. Y también el cateo de tantos efectivos militares en cantones: Valle Nuevo, Buena Vista, Las Tres Ceibas (en Aguilares), donde ha habido atropellos a la tranquilidad de aquella gente. Parecen expresarse -todos estos atropellos- en las cartas que llegan frecuentemente al Arzobispado como la de una madre que dice: "Soy una esposa y una madre angustiada porque desde el 29 de mayo pasado la Guardia se llevó preso a mi esposo. Mercedes, y a mi hijo José Mario, juntamente con mi hermano Pedro Juan. Cuando los apresaron estaban sembrando arroz cerca de la casa. Los hemos buscado por muchas partes y no los hemos encontrado. Usted se imagina la angustia que tengo con mis hijos y le ruego que, por favor, en su predicación del domingo pregunte a las autoridades por estos desaparecidos. Se lo pido de todo corazón". Esta es la voz que no se oye y a la que nosotros tenemos que hacer oír. No sería verdadero evangelio si fuéramos indiferentes ante tantas angustias, sobre todo cuando estas angustias tratan de apañarse con promesas y noticias que no dicen la realidad sino que esconden siempre eso que tanto tememos. En cuanto a investigar la Cruz Roja los lugares vacíos, podemos decir que ya pasaron antes la OEA y los parlamentarios ingleses. Pidieron cuenta de atropellos y de prisioneros. Si ahora la Cruz Roja no los encontrara, podía preguntar: ¿Qué los han hecho?. ¿Dónde están?. Peor ciertamente hay una constancia de que hay un atropello por el cual la Iglesia no puede callar. En el campo laboral, queridos hermanos, tenemos cosas muy aflictivas. Por ejemplo, cuando en el Ministerio de Trabajo se teme la supresión de varias fuentes de trabajo, pensamos en tanta gente que ahora tiene su trabajo y que lo puede perder. Quisiera que todos los que se interesan en los campos laborales: tanto la parte patronal, como la parte obrera, como el Ministerio de Trabajo, tomaran en serio un diálogo para buscar las verdaderas causas. Que ni unos ni otros abusen de sus derechos y de su autoridad, sino que todos vean, por el bien del pueblo, un lugar donde podamos encontrar pan, trabajo, paz, tranquilidad. En el campo de la represión hay que lamentar muchas cosas esta semana. Por ejemplo, lo del asesinato de un profesor en San Miguel, profesor Sánchez. También, todos se dieron cuenta de una noticia del señor Valentín Contreras, comerciante. asesinado por las FPL. En cambio, la muerte de un ingeniero con siete obreros, ejecutados cerca del Parque Infantil. Según las publicaciones eran miembros del FPL. No se sabe quién los asesinó, pero la impresión es que son fuerzas violentas de la derecha. Y lo que decíamos, esto nos da la impresión de una guerra civil clandestina en que están pereciendo tantas vidas y en la que es necesario buscar soluciones para que se juzgue la culpabilidad y no se tomen venganzas por propia cuenta. Podíamos lamentar, pues, otros hechos violentos para los cuales yo pido que así como en esta iglesia se ora y se ayuna, podamos también, desde nuestra oración y desde nuestros recursos humanos, profesionales, buscar solución a nuestros problemas. Todavía es tiempo de no pagar ya con tanta sangre. Vamos a unirnos también en el dolor de unos 10.000 muertos en la India, como ustedes ya saben también, por una inundación. PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Queridos hermanos, ésta es la historia de nuestro país en esta semana. Hay muchas otras cosas que ustedes podían completar pero que todo viene a ser como marco en el cual nosotros queríamos vivir nuestra misa de este domingo: el pan que baja del cielo, la carne en la que Cristo nos da toda su vida divina, su redención, su amor. Desde allí miremos y contemplemos cuánto se puede hacer cuando se pone fe en el Señor y cuando de veras nosotros queremos ser instrumentos de ese amor del Señor, que se alimentan con la vida eterna de la eucaristía. Así sea... Queridos hermanos:
A. La comunidad que reflexiona tiene a la vista tres hechos sobresalientes. La semana que venimos a agradecerle a nuestro Dios, para ponernos en marcha hacia la nueva semana, está marcada -este domingo- por tres acontecimientos: 1º. Hoy es el día del sacerdote, el segundo domingo de agosto aunque es poco conocido. No se trata de una autoalabanza, sino de decir la necesidad que el sacerdote tiene de oración y comprensión de parte del Pueblo de Dios, al que está destinado. Por eso, yo aprovecho para expresar la solidaridad del obispo con todos los sacerdotes de la diócesis y pedir para todos ellos, de parte del Pueblo de Dios, de sus parroquias, de sus capellanías y de todos sus trabajos, para que sepan demostrarles, sobre todo, con oraciones y con algún apoyo moral de solidaridad en esta hora tan difícil para ser sacerdote, que es una misión indispensable a pesar de lo difícil que es. Y que lo difícil debe ser precisamente el estímulo más grande para ser hoy, más que nunca los sacerdotes según el evangelio. 2º. Entierro del Padre Macías, víctima de la persecución. El segundo hecho está unido a éste. En esta semana enterramos al Padre Alirio Napoleón Macías, asesinado, como ustedes saben, en su propia Iglesia parroquial de San Esteban Catarina. Como dijo Monseñor Rivera en la homilía de su entierro: "Cayó como caen los profetas: entre el vestíbulo y el altar". A propósito de esta muerte, ayer y los días anteriores han sido de mucha reflexión por parte de obispos, sacerdotes, religiosas y seminaristas. 3º. Celebración de nuestra fiesta patronal. Pero la luz que ilumina esta reflexión es el tercer hecho que hemos celebrado el lunes de esta semana: la fiesta patronal del Divino Salvador del Mundo. Y que tanto las lecturas de hoy, como todos estos acontecimientos de la semana, nos invitan a iluminar con la luz de Cristo Redentor y Salvador del Mundo nuestras realidades de Iglesia y del país. REFLEXIONES POR LA MUERTE DEL P. MACÍAS Nuncio, Obispo. La primera realidad que reflexionamos es la muerte del Padre Alirio. Ha habido ayer una reflexión de los obispos en la Nunciatura donde se acordó presentar una denuncia oficial para que se investigue este crimen y se sancione, según la justicia, a sus hechores. El señor nuncio también ofreció su apoyo ante el mismo Presidente de la República. Clero, Religiosos, Seminaristas. Los sacerdotes y las religiosas -110 sacerdotes, 130 religiosas-, varios seminaristas y laicos, se reunieron en el templo de San José de la Montaña ayer. De esa reunión tenemos un boletín breve. El objetivo de la reunión fue tomar algunas medidas para lograr la unión de nuestra Iglesia para que juntos, obispos, sacerdotes y fieles, defendamos a los sacerdotes y pidamos el cese de la represión en general. Los resultados de esta reunión fueron: 1º) Se envió una carta al Santo Padre en la que se le informa de la creciente represión en contra del pueblo y de la Iglesia y se le hacen peticiones concretas al respecto; 2º) Se envió otra carta a la Conferencia Episcopal en la que se le pide, entre otras cosas, se unan para defender los derechos fundamentales de los ciudadanos y el respeto a la vida de los sacerdotes, se pronuncie ante el gobierno y el pueblo en general contra tanto asesinato, pidiendo cese la represión contra el pueblo y la Iglesia; 3º) Enviar otra carta a los gobiernos de América interesados en defender los derechos humanos, para que urjan al gobierno salvadoreño lleve a la práctica las recomendaciones de la Comisión de los Derechos Humanos de la OEA. Entre estas recomendaciones están, para nosotros muy útil, el reconocimiento de que existe en El Salvador una persecución sistemática a la Iglesia. Otra recomendación: Que se revise y, si es necesario, se suprima esa fatídica ORDEN. ¡En nuestro campo hace tanto mal! Son declaraciones oficiales desde la OEA y, por tanto, no pueden criticarse como parciales de la Iglesia. Otra cosa que hicieron ayer en su reunión: publicar un comunicado del clero nacional, protestando por la muerte del Padre Alirio Napoleón Macías y la creciente represión en contra del pueblo y de la Iglesia. Todo esto fue firmado casi por unanimidad: 118 religiosas. 108 sacerdotes. Pronunciamientos: Obispos, clero. Cuatro diócesis. También es de consuelo que en esta circunstancia se publicó un manifiesto de parte de los obispos. "Los obispos de Santa Ana, San Salvador, San Miguel y Santiago de María y sus respectivos cleros protestan enérgicamente ante el pueblo salvadoreño por el horroroso y sacrílego asesinato perpetrado en el Presbítero Alirio Napoleón Macías, párroco de San Esteban Catarina, diócesis de San Vicente. Y al presentar sus condolencias a la diócesis hermana, piden: 1º. A las autoridades civiles, militares y judiciales, que investiguen exhaustivamente este asesinato, como también los otros alevosamente cometidos y velen porque se cumplan las leyes vigentes en el país, que expresamente defienden la vida de todos los salvadoreños. 2º. Al excelentísimo Señor Nuncio Apostólico, que intervenga inmediatamente con la urgencia que el caso amerita para poner coto a esta ola de asesinatos de sacerdotes, a fin de que no quede impune como los cinco anteriores. 3º. Además se pide una eficaz protección a todos los sacerdotes y que ante cualquier conflicto individual que aparezca, se acuda inmediatamente a la autoridad eclesiástica competente. Es decir, que no se tomen medidas contra sacerdotes sólo por ser autoridades civiles, sino que tengan en cuenta que existe una autoridad competente para el sacerdote. Ante esa autoridad tiene que denunciar la autoridad civil y no arrogarse el criterio para castigar a nuestros sacerdotes, mucho menos para dejar impunes los crímenes cometidos contra ellos. 4º. Se hace un llamado a todas las fuerzas vivas de la patria para que, con la ayuda del Divino Salvador del Mundo, patrono de la república, trabajen para que ya cese toda esa ola de crímenes que está ensangrentando nuestra amada patria salvadoreña". Monseñor Aparicio. Como no estaba Monseñor Aparicio y más bien era una condolencia de las otras diócesis a San Vicente, él, por su parte, al regresar al país escribió lo siguiente: "Me he enterado con honda pena e indignación de los detalles del asesinato del Padre Alirio Napoleón Macías, sacerdote de mi diócesis de San Vicente, perpetrado a mansalva y sangre fría en el mismo presbiterio de la iglesia parroquial de San Estaban Catarina por tres asesinos, conocidos de vista por bastantes habitantes de la localidad. Este sacrílego asesinato nos habla claramente del momento histórico que vivimos de inseguridad, aun en el interior de los templos, de zozobra y de miedo, que denuncian una sociedad en descomposición. El irrespeto del derecho a la vida en el Padre Macías y la actitud horrorosa de quienes dieron órdenes a los asesinos para que, como lo interpretaron ellos, cumpliesen su malvada misión aun frente al Santísimo Sacramento del Altar, profanando de esta manera el templo, nos obliga una vez más, a condenar la muerte violenta en el Padre Macías y en cualquier otro ciudadano como medio para resolver los problemas del país, o como solución para quitar de en medio a aquellas personas que son obstáculos para la toma, para la conservación del poder político. Siendo tan claro el caso del asesinato del Padre Alirio Napoleón Macías, por las circunstancias del lugar y de las personas que lo pueden testimoniar, urgimos, de acuerdo con las leyes del país, a las autoridades del poder judicial y a las autoridades militares, que se esclarezca el asesinato del Padre Macías y que se castigue a los autores físicos e intelectuales del mismo. Como muestra de repudio a la violencia y, en concreto, a la muerte alevosa del Padre Macías, se ha cerrado al culto el templo parroquial de San Estaban Catarina, profanado por dicho asesinato, hasta que se haga la conveniente reparación religiosa, ordenada por el código de derecho canónico. Y la Conferencia Episcopal de El Salvador retira de la participación al Diálogo Nacional sus dos delegados". Retiro del Foro. Del modo que también esto quede muy bien marcado como un repudio: que del diálogo, al que la conferencia había mandado dos representantes en señal de buena voluntad, los retira porque no encuentra buena voluntad en los que han invitado... Ha sido la perenne posición de nuestra Arquidiócesis y me alegro que toda la conferencia, y ustedes con ese aplauso, se solidaricen. Señal que Dios va guiando nuestra Iglesia. Agradecimiento por solidaridad: embajador de Estados Unidos. También por su solidaridad con este acontecimiento sangriento, quiero agradecer muy cordialmente las manifestaciones del Señor Embajador de Estados Unidos, que ustedes leyeron cuando dice: "La noticia del asesinato del Padre Alirio Napoléon Macías, párroco de San Estaban Catarina, causó en mí estupor y tristeza. Todo acto de violencia es en sí lamentable y deplorable, pues la violencia, venga ya sea de derecha o de la izquierda, nunca podrá ayudar a la causa de la paz. Esta muerte ha sido no sólo un suceso trágico para la Iglesia sino también para el país. Choca de manera especial y nos hace estremecer el hecho de que el sacerdote haya sido muerto dentro de su propia iglesia a donde había sido llamado para oficiar un responso. Esto añade al crimen, el desprecio y la burla a los actos religiosos. Todas las personas de buena voluntad repudian este sacrilegio y condenan este asesinato brutal". ¡Gracias al Señor Embajador de Estados Unidos, por una palabras tan sabias y tan consoladoras para la Iglesia!. Partido Demócrata Cristiano. También de parte del Partido Demócrata Cristiano, hubo una solidaridad para la Iglesia y un repudio para estos actos criminales. Por respeto al tiempo no la leo entera. Comisión de Derechos Humanos. Tampoco puedo leer la preciosa manifestación de solidaridad de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador ante la conciencia nacional e internacional, denunciando y considerando lo que significa este tremendo hecho. Solamente al final, las disposiciones: Exige una verdadera y objetiva investigación del crimen que se sancione conforme a la ley a los culpables intelectuales y materiales. El cese efectivo de la persecución a la Iglesia, pueblo de Dios y sus pastores, y de la represión generalizada en todos los rincones de la patria. Que el gobierno ordene a todos los niveles, el respeto efectivo de los derechos y garantías individuales y colectivos, garantizados por la Constitución política y los pactos y tratados internacionales sobre derechos humanos, de los que nuestro país es signatario. Termina presentando su condolencia al presbiterio y a la diócesis de San Vicente y a toda la Iglesia de El Salvador. OTROS HECHOS DE LA COMUNIDAD ARQUIDIOCESANA - Toma de Catedral por el BPR. Queremos también, con este motivo de que estamos recordando hechos de nuestra comunidad vividos en la semana, dirigirnos a los que han ocupado la Catedral, razón por la cual nos encontramos aquí pidiendo de nuevo la hospitalidad de nuestros buenos hermanos los padres Dominicos en su iglesia de El Rosario. Al fin es un hogar, la madre del Salvador está aquí, Nuestra Señora del Rosario, y ante ella queremos recordar que la Iglesia en sus templos es una zona de libertad y de verdad, pero no se debe abusar de la hospitalidad. Una semana antes, las Ligas Populares 28 de febrero ocupan Catedral -por suerte que nos respetaron las fiestas patronales, fueron caballeros en eso-, pero apenas se estaba terminando la fiesta, el BPR, amparando sindicatos en huelga, ocupa la Catedral nuevamente y estorba nuestro culto de la Catedral. Si la verdad es que la Iglesia es un signo de libertad y desde allí se está predicando la justicia por parte de ella, sería muy consecuente con las reivindicaciones populares, que se respete el lenguaje propio de la Iglesia y que se dejen los templos únicamente para lo que la Iglesia los ha construido, precisamente al servicio del pueblo. No por un culto muerto, sino como lo está viviendo hoy: con una denuncia viva de las realidades del país. Si de veras interesa el componer esta situación del país, sería bueno respetar ese lenguaje propio de la Iglesia y no interferirlo con otros abusos del asilo de los templos. No se debe impedir a la Iglesia que realice su misión específica de predicación liberadora desde el evangelio, su lucha por la justicia y la promoción de los hombres. Así, cuanto más limpio suene el lenguaje de la Iglesia, se está presentando mejor servicio aún a todas las reivindicaciones de otros grupos salvadoreños. Les ruego que reconsideren esto y que respeten ya más los templos, tanto más que "La ocupación de Catedral -como dice vulgarmente el pueblo- ya está muy choteada, ya no tiene fuerza". Lo que allí se está ventilando hoy es el conflicto laboral de las empresas IMES, Pan Lido y Fabril de Aceites San Miguel. En cuanto a IMES, una industria norteamericana que allá tiene su parte patronal y no manda la respuesta a las soluciones sino a través de unos abogados con poderes muy limitados. Sería bueno que la patronal de IMES se hiciera presente y no se estuviera tan aislada allá, en los Estados Unidos, y viniera a ver qué es lo que está pasando en su fábrica, donde han despedido 360 obreras y no se trata de buscar una solución. En cuanto a Fabril de Aceite y Pan Lido, no han negociado el contrato colectivo. Entonces la ocupación de Catedral no es culpa de las autoridades de la Iglesia. Ministerio de Trabajo, fábrica Pan Lido, IMES, Fabril de Aceites, son éstas, precisamente, las que tienen que resolver el problema para que nos dejen libre también el templo. Lo justo, la Iglesia siempre lo ha apoyado. Queremos mencionar con cariño la visita que hicimos ayer a San Antonio Los Ranchos. Ante aquella gente sencilla que nos dice que comprende bien la palabra que se predica desde nuestras homilías, ¡queda como ridícula la incomprensión de los que no quieren oír, del orgullo, de la soberbia!. Como decía Cristo. "Te doy gracias, Padre, porque has revelado estas cosas a los sencillos y a los humildes y en cambio no las revelas a los soberbios y orgullosos". Que llegan hasta a decir que las homilías de la Catedral son precisamente la causa de todos los males de país, cuando nuestro pueblo humilde comprende que la palabra del evangelio que consuela y alienta es cabalmente ésta que predica la Iglesia; desde el sacerdote más humilde, hasta el Papa, siempre en la misma línea de derechos humanos, de respeto a la ley de Dios, de paz, de amor. Eso es siempre, de modo que en la comunidad de San Antonio Los Ranchos, donde asistieron también otras comunidades, tuve el consuelo de encontrar este eco generoso a la palabra del Señor. Yo quiero felicitar a los párrocos y a las religiosas de la Asunción que trabajan en aquel sector, y a todos los catequistas que colaboran. Murió una religiosa del Buen Pastor; le damos nuestra condolencia a la Congregación. El miércoles de esta semana que viene es la fiesta de la Asunción. El Tránsito de María en cuerpo y alma al cielo encuentra también lugares de celebración muy hermosos entre nosotros, principalmente la parroquial de Mejicanos, donde es patrona, y la parroquia Flor Blanca, donde es patrona. Varios institutos religiosos la tienen por patrona. Yo quiero agradecer a los seminaristas que han organizado esta fiesta de la Asunción el próximo miércoles 15, a las 7 de la noche, en la iglesia de San José de la Montaña, porque han querido unirla con una fiesta personal mía. El viernes 17, San Jacinto. La parroquia de San Jacinto está de fiesta. El miércoles a las 7 de la noche, tendremos allá la misa. Esta es la comunidad con estos acontecimientos propios nuestros, y los he querido mencionar al principio para que miren que el objeto de la predicación del obispo es tener en cuenta estas realidades de su diócesis, de sus parroquias, de sus religiosos, de sus sacerdotes; su relación también con otras diócesis se ilumina con la luz de la fe y no con otras luces. No es una finalidad política, no sociológica, ni económica, no estamos nosotros enviados a esos campos más que para iluminarlos con la misión propia nuestra que es del evangelio. Entonces, buscamos en la palabra de Dios, sobre todo en el domingo lo que el Señor nos quiere decir. B. La palabra de Dios hoy ilumina la figura de nuestro Divino Salvador. Cap. VI de San Juan culmina hoy: "El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". Yo me alegro -ya les anuncié desde hace tres domingos- que la Iglesia en liturgia ha hecho un paréntesis al evangelio del año, que es San Marcos, para presentarnos durante cuatro domingos un capítulo precioso del evangelio de San Juan. El capítulo sexto es donde Juan nos dice todo su pensamiento acerca de Cristo y de su presencia en la eucaristía. Al analizar esto, conocemos mejor los que significa la fiesta patronal de El Salvador, el Divino Salvador del Mundo. Les decía yo que era el hecho de esta semana para agradecer a las comunidades que asistieron a la misa comunitaria frente a Catedral. Un acontecimiento inolvidable por la participación de sus cantos y el fervor de sus plegarias; y a través de la radio, también la nación unida a la plegaria. ¿Por qué confiamos en el Divino Salvador?. Porque Él, en este capítulo sexto de San Juan, nos revela la razón de ser suya. ¿Qué es Cristo para la humanidad?. Ya en los dos domingos anteriores hemos hecho la homilía sobre el capítulo sexto y hoy llegamos al culmen de la revelación, cuando Cristo les dice a sus críticos: "El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". De allí tomo el título de la homilía de este domingo: EL DIVINO SALVADOR, CARNE PARA LA VIDA DEL MUNDO 1. La carne en el hombre sin Cristo. 2. La carne en Cristo: vida de Dios en carne humana. 3. La carne del hombre sólo se libera y se promueve por la Carne de Cristo que da vida al mundo. Ojalá que quede claro mi mensaje y vean, queridos hermanos, que ante todo, lo que yo quiero en mi predicación es dejar al alcance de todos, hasta del más sencillo, el gran mensaje del evangelio, al cual yo sirvo con todo mi corazón y no quisiera que se distorsionara, que lo que se sacara de la predicación fuera no la crónica de la semana, no la crítica al gobierno, no la denuncia del pecado; eso viene por añadidura, eso viene como la iluminación del evangelio que tropieza con esas realidades. Pero lo principal que yo quisiera que se llevaran de mi predicación es la luz del evangelio, con la cual ustedes mismos podrán iluminar no los hechos que yo señalo, sino los hechos concretos de ustedes, de su familia, de su vida, de sus amistades, de su empleo; porque para eso se predica, para que cada cristiano que reflexiona el evangelio, ilumine en su vida y desde su vida las realidades que lo rodean con criterios de Cristo. Y el gran criterio que Cristo nos da hoy es bajo ese título: la carne. 1. LA CARNE EN EL HOMBRE SIN CRISTO: VIDA SIN FE. a) ¿Qué es la carne en la Biblia?. Qué importante es esto, porque en primer lugar yo quiero preguntar: ¿qué es la carne?. Y no a ustedes que me podrían dar tantas opiniones de lo que ustedes creen, y de verdad juicios muy certeros. ¿Qué es la carne?. La carne según la Biblia, quiero presentarla yo. - Vida. Según la Biblia esta palabra carne parece como expresión de vida. Toda carne verá la salvación de Dios -dice la Biblia- todo hombre, todo viviente. - Cuerpo. Significa también el cuerpo en cuanto contraposición a lo espiritual. El hombre es un compuesto de alma y cuerpo. El cuerpo se llama en la Biblia, la carne, pero no la distinción filosófica que vino mucho después de los considerandos bíblicos, sino que cuerpo y alma la Biblia los toma muchas veces como carne. Carne es, pues, el cuerpo del hombre animado por una vida. - Persona. No seamos tan estrictos cuando leamos la Biblia en separar el cuerpo del alma con los criterios posteriores de la filosofía griega, sino que veamos con sencillez la Biblia; y es el cuerpo animado por el espíritu, es la persona. La Biblia llama carne a la persona. La carne de fulano de tal, fulano de tal es la persona. Esta persona, esta vida tiene dos vertientes porque fue creada por Dios en santidad original, hija de Dios, en gracia de Dios, en amistad con Dios; la carne de Adán, carne de hombre, carne de humanidad, sin pecado. - En Adán perdió la justicia original. Concupiscencia... fragilidad... mala inclinación. "Hombre viejo", carnal. Pero una vez cometida la desobediencia del pecado, se convierte en carne de pecado, carne inclinada al mal. La carne, entonces, la Biblia la considera como el hombre en sus malas inclinaciones, el hombre carnal, el hombre egoísta, el hombre hipócrita, mentiroso, ambicioso. Todo eso malo que llevamos en nosotros, lo llamamos hombre carnal. La carne ya toma un sentido peyorativo, un sentido de maldad, de inclinación, de concupiscencia. - En Cristo recupera la justicia perdida: vida según el Espíritu. "Hombre nuevo", obra del Espíritu. Frente a esa vertiente del hombre malo, inclinado al mal, está la vertiente del hombre espiritual, la carne según el espíritu. Es lo que San Pablo llama carne en Cristo. Cristo, el segundo Adán, vino a redimir la carne del pecado, pagó los pecados de la carne y también curó las malas inclinaciones del hombre. Por eso, el hombre redimido es la carne, es el hombre pero ya inserto en Cristo, que a pesar de sentir las tentaciones y las inclinaciones del mal, siente también la fuerza de Dios que lo salva. La carne, pues, tiene dos sentidos: carne, la tendencia al mal; y carne redimida, mal pero con tendencia hacia el bien. b) La carne en las lecturas de hoy. Teniendo en cuenta estos conceptos, las lecturas de hoy nos presentan la carne del hombre sin Cristo; es decir, la carne tal como la traemos de Adán y Eva, la carne que nace del hombre y de la mujer. Lo que nace de la carne es carne. Un niño, una niña recién nacidos han nacido de la carne. La carne con sus concupiscencias de la que Cristo dice: "La carne no aprovecha para nada". La carne es pecado o tendencia al pecado. A esto me refiero, cuando en las lecturas de hoy, busco al hombre la carne sin Cristo. - El conflicto entre Elías y Jezabel, mujer de Ajab. Jezabel es la mujer del rey Ajab. Mujer mala, que cuando vio que Elías luchaba por los derechos de Dios contra los falsos profetas, le mandó un recado como los que manda la UGB hoy: "Mañana a estas horas, tú estarás también con los falsos profetas, muerto". Elías tuvo miedo. ¿Quién no siente miedo ante una amenaza de muerte?. Y Elías emprendió la huida porque la UGB le había amenazado, Jezabel, la perversa mujer de Ajab. - Figuras de la carne sin Cristo: Jezabel vengativa, Elías desanimado. Yo encuentro tanto en Jezabel como en Elías, la carne sin Cristo. Jezabel, con sus tendencias criminales, vengativas, es la carne sin Cristo. Elías también se olvida un momento de la protección de Dios y huye: la carne miedosa, el cobarde, el que se esconde, el que huye; también esa es carne sin Cristo, el hombre cobarde. - Oposición al Espíritu. San Pablo habla: "No se opongan al Espíritu". Los hombres que se oponen al espíritu, son carne sin Cristo. Toda oposición a la Iglesia es carne sin Cristo. Todo el crimen para matar la vida es abuso, es carne, es crimen de hombres sin Cristo. - Actitudes de amargura, ira, enfado, insultos. Y en la segunda lectura, también, San Pablo nos dice que no nos dejemos llevar por la amargura, por la ira, por los enfados, por los insultos. Todo eso también es carne sin Cristo. Analicemos nuestra propia pobre carne cuando se deja llevar de las amarguras, de la ira, del odio, del rencor; estamos haciendo el honor a la carne del pecado, a la carne sin Cristo. - "Los judíos"... cuando se pierde la fe, se pierde la dimensión divina de Cristo y se ve sólo su carne, "el hijo de José"... La murmuración sustituye a la fe. Esto me interesa mucho en este primer pensamiento mío, lo que Cristo dice de la carne sin Él. Cuando Cristo habla de la vida eterna, el pan que ha bajado del cielo que es Él, que trae la vida eterna, le critican los judíos. Cuando San Juan usa este término "los judíos", generalmente quiere entender los enemigos de Cristo, las autoridades rebeldes a Cristo en el tiempo de los judíos. Porque si es cierto que toda autoridad viene de Dios, los hombres quieren endiosarse con esa autoridad y se creen más que Dios. Y quisieron juzgar a Cristo y le dijeron y criticaron porque decía: "Yo soy el pan bajado del cielo". Y decían: "¿No es este Jesús, el hijo de José?. ¿No conocemos a su padre y a su madre?. ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?". Este episodio es bien interesante, hermanos, para comprender la crítica contra la Iglesia. La crítica contra Dios sólo puede proceder cuando se ha perdido la fe. Cuando el pueblo de Israel caminaba con Moisés por el desierto, mientras creía, iba bien, pero cuando comenzó a dudar de Dios, cuando comenzó a murmurar y a criticar, fue necesario que vinieran los castigos de Dios para hacerlos creer otra vez. También Cristo sintió esa tentación; le criticaron su misión: "¿Cómo va a venir del cielo éste que ha nacido de José y María?. ¿Cómo va a traer sabiduría de vida eterna si aquí ha vivido entre nosotros?". ¿Ven?, el hombre carnal; la carne, aun la carne de Cristo, el hijo de María Inmaculada y del Padre Eterno, Dios y Hombre cuando lo miramos sólo con los ojos de carne sin Cristo, sólo descubrimos en Él al hombre, al hombre como nosotros; y lo criticamos porque lo podemos sentar en el banquillo de los acusados. Mucho más a su pobre Iglesia, a sus obispos y sacerdotes, los llamamos con mucha facilidad: "marxistas", "subversivos", "criminales; "Ustedes tienen la culpa de todo el mal que está pasando". Esta es la voz del hombre sin Cristo, porque hasta el mismo Cristo, cuando se pierde la perspectiva de la fe divina, aparece como un hombre vulgar, criminal, también hay que sentenciarlo a muerte. ¡Hasta Cristo perece cuando se ha perdido la fe!. Por eso, Cristo, que ve la vulgaridad de esta opinión, no le hace caso; está muy por encima de todo eso y lo que hace es ratificar su afirmación: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo. Si ustedes no lo quieren creer, es porque han perdido la fe. Carne sin Cristo se han hecho, porque yo les estoy ofreciendo el pan de vida eterna y ustedes no lo quieren". Es la carne sin trascendencia. c) Carne sin Cristo entre nosotros. - Cuando Cristo deja de ser el "absoluto", se "absolutizan" otros valores. En mi carta pastoral, tres absolutizaciones que explican la trágica "polarización" de nuestro país. En la cuarta carta pastoral, que está para salir ya, yo denuncio en nuestro ambiente, tres absolutizaciones. Llamo así, absolutización, la actitud de un hombre que considera absoluto lo que él opina y ya lo demás le sale sobrando. Cuando ese absoluto no es Dios ni es Cristo, como lo judíos nos hacemos absolutos. Y si es cierto que en El Salvador hoy hay lo que se llama ya mucho la "polarización", entonces lo podemos llamar también "absolutización". Absolutización de la riqueza y de la propiedad privada. Yo denuncio, sobre todo, la absolutización de la riqueza. Éste es el gran mal de El Salvador; la riqueza, la propiedad privada como un absoluto intocable y ¡ay del que toque ese alambre de alta tensión, se quema...! Se olvidan estas carnes sin Cristo que la riqueza no es Cristo ni es Dios. Que la absolutización de la riqueza y de la propiedad privada es un gran error. "La propiedad privada la respetamos -dice el Papa- pero no tienen que olvidar, que sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social". ¿Qué quiere decir el Papa?. Tomando palabras de la tradición, la propiedad privada no es un absoluto, tiene una condición que nuestra Constitución política de El Salvador lo reconoce cuando dice: "... la propiedad privada en función social". Lo que se tiene no es sólo para uno, lo que se tiene es como don de Dios para que lo administren al servicio del bien común. No es justo que unos pocos tengan todo y lo absoluticen de tal manera que nadie lo pueda tocar, y la mayoría marginada se esté muriendo de hambre... - Absolutización del poder. Otra absolutización de los hombres que han perdido la fe en Cristo: la absolutización del poder. Se llega hasta la filosofía de la seguridad nacional, en donde todo se permite por el dios poder. "Y resulta ridículo -digo en mi carta pastoral- que en nombre de la seguridad nacional, se ha instalado una gran inseguridad en el pueblo". Esta absolutización del poder es mala, porque el poder no es Dios; el poder no es Cristo, y si todo se subordina al poder, toda opinión, toda expresión que quiera criticar y componer mejor las cosas será reprimida. Y ésta es la represión que está pasando en nuestro país: la absolutización del poder. - Absolutización de la política. Pero hay otra tercera absolutización que está en esta línea del evangelio que estamos meditando. Es la absolutización de la política. Cuando mi opción política, lo que yo pienso que es la solución política, mi partido, mi organización, la creo como un absoluto; y no debo dialogar con nadie porque yo tengo la llave de la solución, que vengan a mí, yo no voy a nadie. Entonces tenemos también un fanatismo, un sectarismo que es ridículo; y que en esta hora en que el país sufre, es también un crimen la absolutización de las organizaciones políticas. Y resulta que los servidores de la absolutización de la derecha, que hoy aquí en El Salvador es la riqueza, la propiedad privada, el poder político, servidores de ese frente de ultraderecha, las organizaciones fantasmas o reales que amenazan a muerte, que acribillan a balazos, que amenazan, que secuestran; todo eso es el servicio al falso dios. Eso es también idolatría horrorosa de dioses que se están cobrando vidas humanas. Servidores del dios Moloc. También las organizaciones armadas de la ultraizquierda; son crímenes de absolutización, son idolatrías, son pecados, unos y otros están pecando en sus polarizaciones contra el mandamiento de la ley de Dios. A Dios hay que obedecer... APLICACIÓN A LOS HECHOS DE LA SEMANA Es aquí donde yo quisiera hoy mencionar el otro aspecto de la semana. El primer aspecto era nuestra comunidad. Ahora fíjense como, desde la comunidad cristiana, nosotros iluminamos con el Evangelio la realidad que nos rodea: realidad social, realidad política, realidad económica. Y tenemos obligación de hacerlo, hermanos. Hacerlo no es meterse en política, es llevar la lámpara de la fe y cumplir la misión que Dios ha puesto al hombre en el mundo, de organizar al mundo según Dios. Y el Pueblo de Dios, nosotros la Iglesia, si de veras venimos a la iglesia a iluminar nuestro cerebro, nuestro corazón con la palabra de Dios, tenemos la capacidad para criticar lo malo y lo bueno que hay a nuestro alrededor. Cómo no va a criticar la Iglesia en esta semana, las capturas de: Kelvin Archila, obrero, en las instalaciones de la Fábrica IMES, por 12 policías de Hacienda; se encuentra detenido en las cárceles de la Policía Nacional. José Adolfo Cartagena, Simón Brizuela, Fidel Arias, todos campesinos del cantón Las Minas de Chalatenango, capturados el 5 de agosto por un contingente de Guardias Nacionales y soldados que invadieron todos los cantones aledaños y los condujeron con rumbo desconocido. Me interesa mucho este caso porque allá, en La Minas, se preguntaba mucho por el Padre Fabián Amaya: ¿A qué hora llegaba?. Quiero denunciarlo con tiempo, porque si le pasa algo, tengan en cuenta este detalle. Rafael Humberto Alarcón, de 18 años, capturado también por agentes vestidos de civil y uno encapuchado, en su propia habitación. A última hora, Juan María de León Guevara, campesino originario de El Paisnal, también llevado a la Guardia Nacional. Óscar Vicente Araujo Mata, capturado desde el 10 de agosto, por la Guardia Nacional. Fidel Ángel Ortiz, que fue capturado desde el 26 de julio y a pesar del recurso de exhibición personal, no se da con él aun cuando la familia ha ido por todas las cárceles del país. Quiero denunciar también, porque es un crimen, el asesinato del secretario del Juzgado de Paz de San Esteban Catarina que, según informes, parece -por la literatura que se encontró junto a su cadáver- de las FPL. Yo quiero adelantar, antes que la maledicencia diga lo contrario, que este asesinato no tiene ninguna relación de parte del Padre Alirio a pesar de haber sido matado en ese mismo pueblo. En cambio, sí tienen relación las capturas y amenazas que ya comenzaron en San Esteban Catarina, ojalá que el crimen del padre no se vaya a agravar más, con más torturas y amenazas y ofensas a los derechos humanos de aquella humilde población. Tenemos que denunciar tantas amenazas y capturas, y la psicosis que estas amenazas van creando en el ambiente. Porque además de la amenaza, hoy está la contra amenaza: de quienes suponen que los que amenazaron fueron fulano y zutano y se van a cobrar venganza sin estar seguros. A Monseñor Rivera le pasó algo de esto, a otros cristiano de San Sebastián le pasa lo mismo; y sé de otros casos en que porque los amenazados sospechan que es un enemigo tal, que los ha mandado amenazar, ya van a ir a cobrarse venganza de aquel enemigo sin estar seguros. Esta situación se presta a muchos abusos, desquites personales. Yo los quiero suplicar, en nombre de nuestro Señor, Príncipe de la Paz, que no nos prestemos a esta clase de chambres y tan trágicos que pueden terminar con tantas vidas inocentes. ¿Cómo no va a denunciar la Iglesia todo esto?. El secuestro el 9 de agosto de don Jaime Conde, español. Secuestro que nadie se atribuye. Pero quienes sean, si están escuchando, consideren que un atropello a la libertad del hombre es también un crimen. El gobierno de Estados Unidos, preocupado por la situación de El Salvador, ha tenido cosas muy interesantes que salieron en la prensa estos días. Recordarán, por ejemplo, cuando El Mundo publicó: "Señalan en Estados Unidos peligro para El Salvador". Que al ver la semejanza de nuestra situación con la de Nicaragua, enviaron nada menos que al Subsecretario de Estado, Viron P. Vaky. En una entrevista en una visita muy privada; pero ya que se publica podemos decir: se entiende que el Sr. Vaky llegó a la conclusión de que la situación salvadoreña es copia fiel de lo que pasó en Nicaragua. Que la polarización entre el Gobierno ultraderechista del Presidente Carlos Romero y la oposición se está volviendo tan intensa que torna improbable la solución moderada y aceptable a las dos partes. Y explica en otro apartado entre comillas -son palabras del periódico que publicó esto allá en Estados Unidos-: "que el Señor Viron P. Vaky regresó de su visita a El Salvador con la impresión de que el régimen de Romero sufre un complejo de persecución y no está dispuesto a hacer ninguna concesión que facilitara el proceso de liberación". ¿En que quedamos?. Cuando aquí se anuncian elecciones libres, y otras cosas... allá en Estados Unidos, observadores de tanta categoría como es la misma Secretaría de Estado, llegan a decir que nuestro gobierno no está dispuesto a hacer ninguna concesión que facilite el proceso de liberación. Es triste, pero si esto fuese cierto, están cerrando la válvula que puede dar escape a esta situación explosiva. Esto no puede ser así... Esperamos que lo que anuncia el periódico: "El Presidente promete noticias de impacto para la próxima semana", que de veras nos dé este impacto de poder creer que la autoridad, que tiene que ser fuerza moral para dar solución a los problemas del país -como dice el Concilio-, "fuerza moral sobre base de libertad", sea esa la fuerza moral de nuestro gobierno, no la del fusil, no la de la metralleta, no la del cateo, no la de la represión... Queridos hermanos, nosotros como comunidad que estamos iluminando estas realidades -realidades, no son fantasmas, presentadas por criterios imparciales, observadores políticos- no nos metemos a juzgar políticamente estas cosas, pero desde el evangelio decimos: "Eso no se puede hacer, este no es el camino". Y a ustedes les digo como cristianos: el camino seguro es el de la oración y también de la participación; pero por la participación legítima por donde Dios quiere. Como miran, estamos como sentados en un polvorín; esto puede estallar si no es que está estallado ya. Para mí, casi es una guerra civil la que está pasando, una guerra civil clandestina en que la extrema derecha y la extrema izquierda se están cobrando. ¿No es eso una guerra? Quiera Dios que no vaya a desencadenarse más esto y que más bien encontremos a tiempo las soluciones que una fuerza moral, sobre base de libertad, pueda encontrar para nuestro querido país... Yo creo que no es necesario tener que pagar con el precio tan caro que pagó Nicaragua su liberación -que todavía está ahora en veremos- cuando nosotros aquí podemos, precisamente, buscar una solución muy salvadoreña. Yo creo en la capacidad de los salvadoreños y creo que si se le espeta su libertad desde una fuerza moral que haga querer a la autoridad y no odiarla, los salvadoreños serán capaces de encontrar una solución, no a imitación de Nicaragua sino de nuestra propia solución salvadoreña... Esta es la carne sin Cristo. ¿Ven a dónde llevan tantas polarizaciones, tantos absolutos cuando se olvida al Único Absoluto? 2. LA CARNE EN CRISTO: UNA VIDA DE DIOS EN CARNE HUMANA a) El misterio de la encarnación. Los que no conocieron a Cristo y lo confundían con el hijo de José, con el carpintero de Nazaret, carnes sin Cristo, es porque no tuvieron en cuenta la Encarnación. Fíjense que ese nombre tan bonito de nuestra religión, la encarnación, nos está diciendo el sentido sublime de la carne. Cuando hubo una Virgen Purísima -bendito sea Dios que estamos haciendo este recuerdo en un templo de la Virgen, la Virgen del Rosario. Saludémosla siempre en el Ave María: Llena de gracia, el Señor es contigo-. Cuando hubo un ejemplar de la humanidad tan puro, tan santo como María, Dios le pide el consentimiento para encarnarse, para hacerse feto en sus entrañas y nacer como niño en Belén, y crecer amamantando a sus pechos: como hombre verdadero podía decir Él: "Tengo una mamá". El Hombre-Dios, esto sí es el Absoluto, porque Él trae toda la vida de Dios cuando el ángel le dice a María: "La virtud del Altísimo te cubrirá con su manto y lo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios". Ninguna mujer ha escuchado eso, porque ninguna mujer ha podido también unir las dos grandes coronas de la mujer: la virginidad y la maternidad. María las une porque es el tipo de la mujer que da de sus entrañas vírgenes y puras la fecundidad a la vida de Dios que ya se encarna, se hace carne-Dios. El verbo se hizo carne. - La gran revelación: la carne-Dios. Esto es lo que quiero decir en mi segundo pensamiento. No, yo, sino Cristo, cuando hoy en el evangelio nos habla de un principio de vida que se encarna. Cuando Él dice: "Nadie ha visto al Padre sino el que viene de Dios", es Él. Y cuando dice, comparando con la comida que conocían los judíos: el maná: "Los que comían el maná, volvían a morir, pero el que come el pan que Yo daré, vivirá para siempre, no podrá morir": ¿Cuál es ese pan? El pan que yo daré, mi carne, para la vida del mundo. La gran revelación: la carne, el Dios que se ha encarnado. La carne de Cristo no es como nuestra carne, que nos matan y es un cuerpo que se pudre y el espíritu vuela desencarnado a Dios. Cristo, carne y espíritu, alma y cuerpo, todo es bajo una sola persona divina: el Verbo. El Verbo se hizo carne, todo lo que hace ese Verbo carne, es Dios, tiene valor infinito. Por eso cuando esa carne Dios es crucificada y entre los dolores de la carne, le da los méritos de Dios, la redención es infinita; y cuando llora porque lo persiguen, porque no le quieren entender su lenguaje, sus lágrimas, sus quejas, son quejas de Dios. Nadie puede comprender, sino con gran fe, el misterio de Cristo que es lo que tratamos de predicar en todos nuestros domingos. b) En las lecturas de hoy. Ese Dios que Cristo encarnó es lo que buscaban los hombres sin Dios, sin Cristo. - La fuerza de Dios que busca Elías en su debilidad. Recuerden ahora, otra vez, la primera lectura. Elías desalentado, defraudado, perseguido, amenazado, encuentra la fortaleza cuando un signo en el desierto le hace sentir que Dios está muy cerca. El pan misterioso que encuentra junto a él: "Come y con ese alimento caminarás". Recobra fortaleza y camina cuarenta días hasta el Monte Sinaí donde nos cuenta aquella preciosa teofonía: Vas a ver a Dios. "Sintió un huracán y -dice- en el huracán no estaba Dios. Sintió un incendio y -dice la Biblia- en el incendio no estaba Dios. Sintió un gran terremoto y -dice la Biblia- en el terremoto no estaba Dios. En cuarto lugar una suave brisa -acariciante como la de nuestros amaneceres o de nuestros atardeceres- allí estaba Dios. Parece que el Señor le quiso enseñar a Elías: no es la violencia, no es la fuerza de los elementos la que va a traer soluciones; te voy a inspirar en la suavidad de mi pensamiento, en la brisa de la paz. Y le dio las consignas bajo esa brisa: la victoria segura sobre su enemiga Jezabel, el rey que iba a ser cambiado, señalado por el profeta y otros signos de la victoria y de las cosas que se componen, no con los huracanes, ni terremotos, ni incendios, sino con la suave brisa del pensamiento de Dios. - El principio divino que renueva al hombre por dentro. Aquí tenemos que ese Dios de la brisa es el que se encarna en nuestro Señor Jesucristo; y, sobre todo, hermanos, yo quisiera ver a Cristo Nuestro Señor cuando San Pablo en la segunda lectura de hoy nos dice: "El Espíritu que nos sella". El hombre que cree en Cristo va como sellado por el espíritu de Dios. O cuando nos habla de Cristo: "el Dios que me ha enviado para perdón de los pecados, para hacernos a todos los hombres hijos de Dios por la gracia". Cuando Dios nos dice en la segunda lectura de hoy "Amad como Cristo se entregó por vosotros. Así se ama". La única violencia que admite el evangelio es la que uno se hace a sí mismo. Cuando Cristo se deja matar, esa es la violencia, dejarse matar. La violencia en uno es más eficaz que la violencia en otros. Es muy fácil matar, sobre todo cuando se tienen armas, pero ¡qué difícil es dejarse matar por amor al pueblo! 3. LA CARNE DEL HOMBRE SOLO SE LIBERA Y SE PROMUEVE POR LA CARNE DE CRISTO QUE DA LA VIDA AL MUNDO a) Sólo debe haber una "absolutización" para los hombres: Cristo que nos lleva al padre, cabeza de la carne redimida. Cuando Cristo en el evangelio de hoy nos asegura los medios como podernos hacer miembros de esa carne de Dios, nos está ofreciendo lo más rico que puede tener nuestra fe. Yo quisiera que aquí mis palabras recobraran toda la elocuencia y eficacia para que cada uno de ustedes, como yo, supiéramos comprender que nuestra vida, nuestra carne no tiene sentido, que es un absurdo cuando la absolutizamos en cosas de la tierra. Cuando luchamos por liberaciones únicamente del tiempo, vale, sí, pero no vale todo lo absoluto que Dios ha puesto en nuestra capacidad humana. Que de veras somos hombres grandes aunque sea el más pequeñito de la comunidad, pero que se incorpore a la vida en Cristo. Cristo es el que nos da sentido a nuestra vida. Por eso, El se afana en este capítulo sexto de San Juan en presentarse como la figura del pan. El pan se come y se hace substancia de mi propia vida. Así debía ser Cristo, que me lo comiera, para que yo me hiciera Cristo, asimilarse a Cristo. Que cada cristiano pudiera decir como San Pablo: "Vivo yo, pero ya no soy el que vivo, es Cristo el que vive en mí". Cuando Pablo VI hablaba de la Iglesia comprensiva de los movimientos reivindicativos de la hora actual, decía que la Iglesia también aportaba hombres liberadores para esta hora de la Iglesia y de la historia. Y ¿cuáles son esos hombres liberadores? El Papa decía: "aquellos que la Iglesia arma con una gran iluminación de fe, con una gran inspiración de amor y con una doctrina social bien prudente y bien eficaz". Cuando haya cristianos en El Salvador verdaderamente iluminados por la fe y por el amor de Cristo, y bien compenetrados de la doctrina social de la Iglesia, entonces tendremos en medio de organizaciones políticas la presencia de una Iglesia llevada por ustedes los laicos que tiene que ir a los campos políticos, sociológicos, económicos, técnicos; ustedes los seglares que tienen que ser los santos del mundo, santos políticos, santos comerciantes, santos profesionales; lo serán en la medida en que su profesión, su acción política se ilumine por el Cristo que es vida de Dios encarnada en el hombre. b) ¿Cómo se realiza esa liberación y promoción por al carne de Cristo?. En el evangelio de hoy, Cristo nos ofrece tres medios y aprovechémoslos primero la fe, segundo la gracia y tercero los sacramentos. - La fe... dejarse "enseñar de Dios". Para que miren que mi predicación es netamente eclesial, digo que no hay un hombre cristiano si no es por una fe como lo ha dicho Cristo hoy: "Nadie puede venir a mí si el Padre no lo trae". - Es gracia de Dios la fe. La fe no es el producto de una reflexión humana. Nada humano puede producir algo divino y la fe es divina: sólo Dios la puede dar. Cuando el Padre me inspira: ¿quién es Cristo?, debo de darle gracias a Dios porque como Cristo le dijo a Pedro: "Eso no te lo ha revelado la carne ni la sangre sino mi Padre que está en los cielos". Es la fe que a esta carne de la tierra el hombre lo ilumina con luces de cielo. ¡Que no se pierda la fe!, queridos hermanos. Que cada vez busquemos más seguir a Cristo. - Ir al Hijo. Qué expresión más hermosa: "Venid a Mí", dice Cristo; "nadie puede venir a Mí si el Padre no lo trae". "Venid a Mí" es tener confianza en alguien. Cómo me da gusto cuando en los pueblitos humildes, la gente y los niños se agolpan a uno; vienen a uno; o va llegando uno al pueblo y le salen al encuentro, llegan con confianza porque saben que les lleva uno el mensaje de Dios. Esta es la fe que Cristo quiere: "ir a Él". Que lo busquemos con la confianza con que angustiado busca a alguien que lo puede proteger. Creer en Cristo es tener confianza en Él, poner en Él toda nuestra vida. Pues eso no viene sino por el Padre. La fe es un don de Dios y El Salvador tiene mucha fe, la que nos enseñaron nuestros abuelos y nuestros padres. ¡No la perdamos, por favor! - La gracia... (reconciliación... filiación divina). ¿Qué es la gracia? La gracia es la conversión del hombre que deja el pecado por vivir en amistad con Dios. Parecido a la fe pero más vivencial todavía. Es hacer mía la vida de Dios. Estar en gracia de Dios es estar en vida de Dios, de tal manera que cuando muere un hombre aquí está su destino. Si está en gracia de Dios, su destino es el cielo, la compañía de Dios para siempre, la vida de Dios que ya la tiene desde la tierra. Si no está en gracia de Dios, si está en pecado, si es víctima de sus pasiones, si sólo es un hombre de la carne sin Cristo, por más inteligente o hermosa que sea, allí no hay más que pecado y no puede entrar en el Reino de los cielos. ¡Vivir en gracia de Dios!, procuremos. - la Eucaristía y demás sacramentos: "El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". Cabalmente el capítulo sexto de San Juan, dicen los comentaristas que fue escrito porque San Juan no quiso narrar, como los evangelios anteriores, la última cena así escueta y real: "Tomó pan en sus manos -lo que voy a hacer yo en la misa- y dijo: esto es mi cuerpo, esta es mi sangre". Eso no lo cuenta San Juan, pero nos cuenta una cosa más profunda, lo que significa ese sacramento. Podíamos decir que San Juan dio la charla presacramental y los otros evangelios administraron el sacramento. Lo que hoy está haciendo la Iglesia, que no se bautice a nadie sin saber lo que va a ser el bautismo, que no se dé la confirmación si no sabe lo que es la confirmación. Así también, que nadie comulgue sin saber lo que es la comunión y que el sacerdote no celebre misa sin saber lo que está haciendo cuando dice, tomando en sus manos el pan para convertirlo en el cuerpo del Señor: "Esto es mi cuerpo". Pero cuando uno ve a San Juan en el capítulo sexto, sí sabe por qué comulga. Sabe que aquel sabor de la hostia que es sabor de trigo, mi fe lo convierte en vida eterna. Entonces comprende uno la gran frase que hemos tratado de comentar hoy. "Este es el pan que yo daré, mi carne para la vida del mundo". Mi carne, pero no carne como la de los hombres sin Cristo. Carne de Cristo donde Dios se encarnó con toda la potencia, con todo el amor, con todo el mérito de la cruz, con toda la santidad de Dios en ese bocadito insignificante: la comunión, el pan que es carne de Dios que viene a santificar y cristificar y espiritualizar toda mi carne sin Cristo. Señor, debíamos de decirle al terminar: no permitas que yo sea más un hombre sin Cristo, sino que habiendo conocido la belleza de tu encarnación, entonces, queremos nosotros ser hombres incorporados a Cristo. Que ojalá todas las comunidades que han tratado de hacer esta reflexión, sin salirse de la realidad del país y de la iglesia, traten de ser bienhechores desde una Iglesia donde Cristo administra sus sacramentos para darnos su carne que es vida del mundo, y desde allí ser luz y vida para todo el mundo. A eso estamos llamados como pueblo de Dios para que en todo lo que nosotros hagamos, seamos de verdad misioneros de la paz y del amor en medio de un pueblo. Así sea... Queridos hermanos:
- Fiesta patronal... Iglesia "entre los consuelos de Dios y las persecuciones del mundo" Llegan las fiestas patronales del Divino Salvador y encuentran a nuestra Iglesia con esa señal de la autenticidad que el Concilio Vaticano II describe así: "Entre los consuelos de Dios y las persecuciones del mundo". Esta tarde tendremos la tradicional Bajada a las 4 de la tarde. Que sea un homenaje del pueblo, una expresión de esperanza en el Divino Salvador. Y mañana a las 8, frente a Catedral, con la participación de todas las comunidades de la Arquidiócesis y de todo el clero, tendremos la solemne misa patronal. Quiero agradecerle a Monseñor Chávez este precioso telegrama desde su pueblo natal. El Rosario de Cuscatlán: "Unido espiritualmente acompañaré en solemnidades Divino Salvador". - Asesinato del Padre Alirio Napoleón Macías Hay muchos consuelos de Dios en las fiestas del divino Salvador, pero hay también amargas pruebas de las persecuciones del mundo. Y esta misa de hoy quiere ser un gesto de solidaridad con la hermana diócesis de San Vicente que está de luto porque ayer por la mañana le asesinaron a su Padre Alirio Napoleón Macías, párroco de San Esteban Catarina. Se dedicaba como buen sacerdote a limpiar el altar y la Iglesia; y se dio cuenta que ya estaban los que lo iban a martirizar frente a la Iglesia. Y el pueblo denuncia que el padre señaló: "Son judiciales, ¡cuidado!. Y al poco momento disparaban las armas dentro del templo, fingiendo una visita íntima a él, y cayó acribillado entre la sacristía y el altar. Su querida mamá, con la angustia de esta situación, corrió y dice que todavía lo vio abrir los ojos. De su nariz salían dos chorros de sangre, y murió... La Iglesia madre llora también su cadáver. Severa, llamando a la conversión a los asesinos, pronuncia una vez más su pena de excomunión para los autores físicos e intelectuales de este nuevo sacrilegio que mancha nuestra patria. Ayer estuve a rezar un responso frente a su cadáver y ahora invito a los queridos hermanos sacerdotes y a todas las comunidades de la Arquidiócesis a que mañana, a las 4 de la tarde, demostremos nuestra solidaridad con aquella diócesis y aquella parroquia asistiendo a sus funerales. Será mañana, lunes, 6 de agosto, de las 4 de la tarde en el templo parroquial de San Esteban Catarina, donde va a ser sepultado. El Padre Macías fue siempre solidario con nuestra Arquidiócesis. A los funerales de nuestros sacerdotes asesinados y a otras manifestaciones de la vida de nuestra Arquidiócesis, en esta hora tan difícil siempre lo vimos con nosotros. Es justo que mañana la Arquidiócesis le demuestre una respuesta de agradecimiento, de solidaridad, de repudio a la violencia y al crimen, de consuelo a su familia y a su parroquia y de afianzamiento en nuestra fe y en nuestra esperanza. Su denuncia Cabalmente del Padre Macías era la denuncia que salió en Orientación de esta última semana. Defendiendo a su propia parroquia, como hace el buen pastor, dijo que los cuerpos de seguridad continúan cateos y asesinatos, que en menos de dos meses en aquella zona de San Esteban Catarina hubo por lo menos tres operativos militares; que han sido capturadas varias personas y después aparecieron asesinadas, y mencionó los nombres de José Angel Realigeño, Pedro Juan Valladares, Jeremías Jovel, Jorge Osorio, Timoteo Rivas, Víctor Manuel Arévalo, Santos Bonilla. Denunció también las capturas sin haber aparecido todavía de Manuel Iraheta, Mercedes Palacios, Mario Palacios, Pedro Juan Alvarado. Dijo que son varias las personas que en estos momentos están amenazadas de muerte en su parroquia. Para él no sólo fue una amenaza, sino que fue ya una tragedia. Amenazas en San Sebastián Solidarios siempre con aquella diócesis vicentina, queremos denunciar también la amenaza en San Sebastián a 21 personas, entre ellas, 12 profesores: Carlos Octavio Escobar Burgos, Ricardo Antonio Ventura, Rosa Alfaro de Abarca, Ana María de Moreira, Florencio Adalberto Rivas, Juan Alberto Argueta, Luis Emerson Durán, Marta Ramos de Blanco, Adán de Jesús Abarca, Napoleón Burgos, Eleodoro Burgos, Ismael Fabricio Barrera, Fernando Moreira, Octavio Burgos Jovel, Carlos Alberto Gutiérrez, Francisco Alfaro, Rafael Flores, Manuel Rosales Cubías, Evaristo Burgos, Abelardo Burgos y Ramón Carrillo. Todos estos, junto con el fatídico escudo de la UGB, han sido amenazados de ser asesinados dentro de poco. También en San Martín, el Padre Rutilio Sánchez ha sentido muy de cerca la amenaza de la muerte. El pueblo rumorea: "Son ellos mismos". ¿Qué quiere decir?. Y todos los síntomas son que esta ola de tragedia fatídica, fingida por grupos fantasmas, fácilmente, si el Gobierno quisiera, la pudiera detener y detener una parte de tanta sangre y tanta falta de paz en tantos hogares. Nos anima también a esta denuncia el gesto del Papa pidiendo oraciones por los sacerdotes y monjas secuestrados en Rodesia, junto con otras 50 personas de la misión de Marmunt. Y el Papa también ha pedido protección y socorro para los refugiados de Indochina. El mundo sufre las persecuciones del pecado. Esta celebración del Divino Salvador ilumina en esta semana la toma de dos catedrales: la de San Miguel y la de san salvador. Lo hicieron las Ligas Populares 28 de Febrero, con la intención de denunciar capturas de sus cinco miembros, pidiendo su liberación y que se retirara del pueblo de Perquín, el sargento Mata. Lograron ya la libertad de los capturados. Es lamentable que para hacer estas denuncias de justicia haya que recurrir a los templos, a las catedrales, lo cual es un signo de honor para la catedral... Es donde la voz de la justicia..., decía el Cardenal Mindszenty, hablando de los templos de Hungría bajo la persecución comunista: "Si un día no pudiéramos cantar el himno nacional en las calles, siempre quedarán las catedrales donde se expresará la voz libre del patriotismo y del pueblo". Pero sí quisiéramos decir a las organizaciones, que para no hacerse odiosas al pueblo tengan en cuenta la finalidad de los templos. Gracias a Dios que se respetó el fervor popular de nuestro 6 de agosto y aquí tenemos la Catedral nuevamente abierta para homenajear a Nuestro Divino Patrono. Quiero hacerme eco a la aclaración que hizo el P. Octavio Cruz: una nota dirigida a La Prensa Gráfica para aclarar que no era cierta la noticia que el periódico da con ribete de escándalo, que en la cúpula de la Iglesia de Aguilares flameaba la bandera de las FPL. "Es falso -dice el Padre- ninguna bandera se ha levantado sobre nuestro templo". Y pide que se aclare. Gracias a Dios el periódico hizo honor a la verdad y publicó la retractación. Sepamos leer, vuelvo a repetirles, porque no todo lo que dicen los periódicos es verdad y muchas veces es muy tendencioso lo que en sus páginas se publica. Nuestra diócesis también denuncia de parte de Cáritas, el estorbo que se le ha puesto, precisamente, en Aguilares y en Tejutla, en el cantón El Salitre y Los Martínez. Por parte de ORDEN se ha estorbado el reparto y las actividades de Cáritas de la Arquidiócesis. Esta mañana en la Basílica del Sagrado Corazón se reúne el Apostolado de la Oración bajo la dirección del Padre Santiago Garrido, para analizar su trabajo del año y proyectar una obra tan linda como es la oración y convertir en oración todos los sufrimientos, pruebas y demás circunstancias de la vida. Esto es lo que se llama el Apostolado de la Oración. Yo hago un llamamiento para que todos los cristianos no pierdan los méritos de su vida, sino que los unan al Corazón de Jesús y los conviertan en salvación para el mundo. Si quieren enterarse más, esta mañana en la Basílica habrá nuevas orientaciones. En el Calvario de Santa Tecla se celebró el lunes los 40 días de la muerte del Padre Palacios. Fue una ceremonia de desagravio, sumamente piadosa, y en la cual se le dio el verdadero sentido a estos crímenes: el pecado mata y el amor a Dios que vivifica. Mensaje de vida y libertad del Evangelio. Así va nuestra diócesis entre las alegrías de Dios y las persecuciones del mundo. Para esta diócesis iluminada ya desde este día por la luz jubilar del Divino Salvador, el mensaje es de vida y de libertad. Cristo continúa explicando hoy el capítulo sexto de San Juan. La multiplicación de los panes tiene un sentido profundo y durante cuatro domingos -este es el segundo- vamos a tener la oportunidad de conocer el mismo pensamiento de Cristo a través de esa figura rica y simbólica: el pan. Hoy, los versículos que nos ha leído la Iglesia, nos dan el título de nuestra homilía: EL DIVINO SALVADOR, PAN QUE BAJA DEL CIELO Y DA LA VIDA AL MUNDO Quisiera trasladar esta frase de Cristo: "el pan que baja", para darle un sentido litúrgico y evangélico a la tradicional Bajada de esta tarde. No asistamos únicamente por una costumbre, por más piadosa que parezca. Démosle el sentido de una profunda reflexión: "la Bajada". Podía explicarla Cristo en el evangelio de hoy: "Yo soy el pan que baja del cielo para la vida del mundo". Y desarrollo mi pensamiento así: 1. El hambre, signo de la opresión y de la muerte 2. El pan, signo de la liberación y de la vida 3. Cristo, el verdadero pan de la vida 1. EL HAMBRE, SIGNO DE LA OPRESIÓN Y DE LA MUERTE Muchedumbres con hambre El hambre es el primer signo del capítulo sexto. Una muchedumbre de cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños, que tienen hambre y que Cristo siente la angustia de aquellos estómagos vacíos para darles de comer. Este fue el milagro de la multiplicación de los panes. Y cuando al día siguiente, entusiasmados por este gesto taumatúrgico del Redentor, van a la orilla del lago a donde se ha escapado Cristo huyendo porque lo quieren hacer rey, le preguntan: "Maestro, ¿cuándo has venido?". Y Él, por toda respuesta, comienza con el evangelio de hoy: "Ustedes me buscan por el pan que perece. Busquen el pan que no perece, el que da la vida eterna". Comienza Cristo, pues, a explicar: el pan que llena el estómago no es la solución. Las tentaciones de Cristo en el desierto El hambre es signo de opresiones más profundas. Recordemos al mismo Cristo en el desierto. Valiéndose de su hambre, el tentador le propone tres pecados para salir del hambre: tentar a Dios, convirtiendo las piedras en panes; la vanidad, tirándose del pináculo del templo para ser recibido por los ángeles; y, peor todavía, la idolatría del poder, haciendo desfilar las grandezas del mundo: "Todo esto te daré si te postras y me adoras". Las tentaciones de la desesperación ¡Qué terrible es el hambre!. Se presta a las tentaciones lo que dice Medellín: "las tentaciones de la desesperación". ¿No explican así, acaso, queridos hermanos, tantas manifestaciones de violencia?. Tremendo espectáculo de hambre el que describió Pablo VI en la exhortación Evangelii Nuntiandi, al recoger de numerosos obispos de todos los continentes un acento pastoral en el que vibraban las voces de millones de hijos de la Iglesia que forman los pueblos, empeñados con todas sus energías en el esfuerzo y en la lucha por superar todo aquello que los condena a quedar al margen de la vida: Hambres, enfermedades crónicas, analfabetismo, depauperación, injusticia en las relaciones internacionales, en los intercambios comerciales, situaciones de neocolonialismo económico y cultural a veces tan cruel como el político. "La Iglesia tiene el deber de denunciar la liberación de millones de seres humanos entre los cuales hay muchos hijos suyos. El deber de que nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea total: esto no es extraño al evangelio". Son palabras del Papa. HAMBRE DE JUSTICIA, DENUNCIA DE LA REPRESIÓN Es figura de hambre lo que describe la situación de nuestro país en esta semana. Hambre de justicia, como decía Cristo: "los que tienen hambre y sed de justicia". ¿Cómo no va a ser hambre de justicia el hallazgo de tres cadáveres allá en el Cantón El Sunzal, de la Libertad, junto a las playas del mar?. ¿Y entre los tres, una mujer decapitada?. ¿Cómo no va a ser hambre de justicia el constatar en el mes de julio 38 capturados, veintiocho todavía continúan sin saberse nada de ellos: tres asesinados y sólo cuatro liberados?. ¿No va a ser hambre de paz y de justicia lo que expresa la carta que se dirige al señor de la Corte Suprema de Justicia, pidiendo una luz sobre el paradero de Santos Ortiz Ascensio? ¿Y la que dirige al Presidente de la República la propia mamá de Carlos Antonio Mendoza Valencia, capturado por agentes de seguridad el 28 de junio?. Apela a los sentimientos humanos del Señor Presidente y le suplica, como madre afligida, investigue el paradero de su hijo. ¿Y la carta de los familiares de Miguel Angel Terezón Ramos? ¿Y la carta que me llega también pidiendo ayuda para encontrar a tres seres queridos capturados juntos, padre y dos hijos: Francisco Hernández Hernández, Francisco Pérez Hernández y Julio César Pérez Hernández?. También es hambre de justicia, hambre simbolizada en el hambre del evangelio de hoy, los asilados: Juan Bautista Rodríguez Corbera y Federico Corbera, por ser perseguidos por motivos políticos. Se trata de encontrarles su salvoconducto, que ojalá se les dé para salir de su propia patria, porque así se necesita para respirar muchas veces la confianza y la justicia que en nuestro propio suelo no se puede vivir. También es hambre de justicia la situación laboral de los conflictos que gracias a Dios se van resolviendo pero que todavía quedan algunos con algunos ribetes incomprensibles, como el Pan Lido, Imes y la Fabril de Aceites. Hambre también de nuestro pueblo: sus hijos exiliados. Nos llena de esperanza la promesa del Señor Presidente cuando habla de elecciones libres y de que pueden regresar los exilados cuando quieran. Sin embargo, el hambre subsiste cuando uno piensa que lo importante no son propiamente las elecciones sino un ambiente de libertad electoral, y que se dé garantía de confianza con el respeto de los derechos humanos... Resulta ridícula esa ola de represión y asesinatos, y hablar al mismo tiempo de libertad de expresión política. ¿Con qué alma puede un pobre campesino expresar su voto libre, cuando encima se ciernen las armas?... Y en cuanto a los exilados, si es cierto que hemos tenido el gusto de ver regresar a nuestra Patria al Dr. Morales Ehrlich, por otra parte, la Iglesia lamenta que el gobierno no le ha querido dejar entrar al Padre Astor Ruiz y al Padre Juan Deplanke. Una de dos, o el Presidente no es sincero en sus palabras o sus subalternos no le obedecen... Junto a estas hambres políticas, sociales, familiares, junten cada uno de ustedes, queridos hermanos, sus propias angustias y verán cómo es verdad que el hambre es el signo de todas las miserias, de todas las represiones, de todas las formas de no estar a gusto. 2. EL PAN, SIGNO DE LA LIBERACIÓN Y DE LA VIDA - Dos maneras de entender la liberación El hambre es como la síntesis y por eso el Señor la escogió en este capítulo sexto, para saciarla como signo de algo más grande, porque el pan es el signo de la liberación. Pero hay dos maneras de entender la liberación: la liberación temporalista, el pan que llena el estómago y sacia inmediatamente el hambre; y la liberación integral, aquella que, aún cuando se tiene bastante pan no basta porque todavía no se es libre. - Toda liberación supone sacrificio Cuando en la primera lectura de hoy nos habla del maná, hay una frase trágica en aquel pueblo que Moisés trata de liberar. Cuando Moisés ha sacado al pueblo de la opresión de Egipto, el pueblo comienza a sentir hambre cuando comienza a caminar por el desierto, y suspira: "¿Por qué nos has sacado?. Allá en Egipto están las ollas, las cebollas, allá comíamos bien; nos has sacado para morir". ¡Qué triste es un pueblo que se ha acostumbrado a la esclavitud!. Prefiere las ollas de cebollas al sol de la libertad. No quiere sufrir el paso difícil del desierto. Toda liberación supone sacrificio. Que lo diga, si no, el pueblo de Nicaragua... "Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto cuando nos sentábamos alrededor de las ollas de carne y comíamos pan hasta hartarnos. Nos habéis sacado al desierto para matarnos de hambre a toda la comunidad". ¡Qué difícil es ser conductor de un pueblo, cuando el pueblo se va acostumbrando a situaciones difíciles!. Cuando ayer entraba a San Esteban Catarina, el crimen estaba reciente; y notaba yo lo que he notado en varios pueblos de mi patria: el asombro, la timidez, el no poder decir hasta lo que se sabe. Sí, en el rumor del pueblo se oyen cosas tan reveladoras como esa que oí en San Esteban: "Son ellos mismos". Son cosas que se oyen pero que nadie es capaz de jurarlas. Es el miedo a la liberación. ¡Cuesta!. - El pan que sacia el cuerpo no basta pero se necesita También Cristo nuestro Señor, cuando aquella muchedumbre saciada del pan del estómago lo busca, les dice con toda claridad y franqueza: "Os aseguro, me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros". Hermanos, ¡cómo traiciona el estómago!. Es el pan de las liberaciones inmediatas. ¡No basta!. Cierto que es necesario. - Pablo VI: "No suprimir la vida, sino que haya pan para los invitados a la vida" Recuerdo cuando Pablo VI hace diez años vino a las Naciones Unidas y denunció el gran pecado de no dejar entrar a la vida a tantos seres que mueren en el seno de su madre o no se les deja ser concebidos. Dijo el Papa esta frase inmortal: "El problema no está en suprimir la vida, sino en que haya pan para todos los invitados a la vida". Es decir, el problema de la esterilización, de los abortos, está muy unido con el problema social, porque el pan que Dios da es suficiente para todos los que Él invita a la vida, pero como se han apoderado unos cuantos de todo el pan de la tierra, se quedan muchos invitados a la vida que se les prohibe entrar mejor, porque no hay pan para ellos. Es el pan del cual Juan Pablo II habla recientemente Yo tengo aquí un discurso precioso del Papa a los participantes en la Conferencia Mundial para la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural; el Papa dice: "Ciertamente el mandamiento divino de dominar la naturaleza para ponerla al servicio de la vida que comporta que la valorización racional y la utilización de los recursos de la naturaleza se orienten a la consecución de las fundamentales finalidades humanas. Esto en conformidad también con el principio del destino de los bienes de la tierra para beneficio de todos los miembros de la familia humana. Indudablemente se deben exigir transformaciones audaces, profundamente innovadoras". Es de gran utilidad recordar aquí cómo el Papa lo hizo en su discurso en Cuilapán, en México. Oigan y dirán que el Papa es comunista: "El mundo deprimido del campo, el trabajador que con su sudor riega también su desconsuelo, no puede esperar más a que se reconozca plena y eficazmente su dignidad, no inferior a la de cualquier otro sector social. Tiene derecho a que se le respete, a que no se le prive con maniobras que a veces equivalen a verdaderos despojos de lo poco que tiene, a que no se le impida su aspiración a ser parte de su propia elevación. Tiene derecho a que se le quiten las barreras de explotación hechas frecuentemente de egoísmos intolerables y contra los que se estrellan sus mejores esfuerzos de promoción. Tiene derecho a la ayuda eficaz, que no es limosna ni migajas de justicia, para que tenga acceso al desarrollo que su dignidad de hombre y de hijo de Dios le merece. Al derecho de propiedad sobre la tierra va unida, como ya lo hemos dicho, una hipoteca social. Por eso, en las reformas de las estructuras, me permito invitaros a tomar en la más alta consideración todas aquellas formas de contratos agrarios, que permiten un uso ineficiente de las tierras mediante el trabajo primario de los trabajadores". Y dice también: "La reforma agraria y el desarrollo rural exijan que se provean reformas para reducir distancias entre la prosperidad de los ricos y la preocupante indigencia de los pobres". Me parece que este discurso del Papa, en que tiene en cuenta el sufrimiento de los campesinos, avala esta plataforma reivindicativa de los jornaleros respecto a salarios y otras prestaciones presentados por FECCAS y UTC. Es el alma de nuestro pueblo campesino que habla de la dura y desesperante situación, debido a que no poseen ningún medio de producción que les permita obtener lo básico y necesario para la subsistencia: arroz, maíz, frijol. Y debido a esto, tienen que vender obligatoriamente su fuerza de trabajo por un miserable salario que no les alcanza para llenar las más mínimas necesidades de subsistencia, tanto para los trabajadores como para sus familias. Y en sus pliegos de peticiones, cosas tan justas como ésta: "La igualdad de sexos y de edad en todo lo que toca al apuntar las planillas, eliminando el sistema de agregados y trabajando a base de contratos colectivos". Yo he visto de cerca, en las fincas, lo que significa este término: "los agregados", "las ayudas"; es una injusticia darle a un solo trabajador las prestaciones que le tocarían a todos los apuntados; pero los otros, como simplemente son agregados, no disfrutan más que de su trabajo, a veces robado con trampas. También cuando piden que al regar el veneno se tenga en cuenta la salud de los que trabajan bajo ese riego de veneno. Y otras cosas que ciertamente..., por ejemplo el alojamiento adecuado, agua potable, una comida que restituya su trabajo. Claro, que para eso está el Ministerio de Trabajo para que aquilate las necesidades de unos y las capacidades de otros. Pero es justo tener en cuenta lo que el Papa mismo ha señalado hoy, a ese mundo de campesinos donde el símbolo del hambre y del pan de que hoy nos habla el evangelio encuentra una traducción verdaderamente elocuente. Cristo analiza ese pan, y como la Iglesia lo ha dicho entre nosotros, no basta los pliegos de peticiones, ni los contratos, ni las vindicaciones de cosas solamente terrenales; todo eso es bueno, pero no basta. Cristo dice: "no trabajen sólo por el pan que perece". No trabajen sólo por las reivindicaciones que hoy son y que mañana sólo pueden dar vuelta; y los que ahora sufren la represión, la persecución, mañana, si no cambian sus corazones y sus mentes, pueden ser los opresores y los represores de otros tiempos. Es necesario, entonces, encontrar el verdadero sentido que Cristo le da al símbolo del pan. El maná, un signo que Cristo explica En el evangelio de hoy, Cristo dice: "No es ese pan que les dio Moisés, el maná, el que salva el hambre". Lo dio Dios para que vean que Dios tendrá providencia de dar de comer también del hambre corporal. Dios también tendrá cuidado de sacar de la esclavitud de Egipto a los pueblos. Dios también se cuidará de amparar la justicia de las reivindicaciones de las organizaciones que tienen derecho a organizarse para defenderse mutuamente en sus derechos. Dios también aprueba el sindicalismo. Dios quiere al hombre unido, Dios no quiere la dispersión. Dios quiere como lo ha dicho el Papa, que también al campesino se le facilite el acuerparse con otros campesinos y no disgregarlo para que sea masa explotable fácilmente. Dios quiere todo eso, pero no basta. - El maná no da la inmortalidad El pan que yo daré es el pan que da la vida al mundo; ese pan de Moisés y el pan que yo les di ayer en la multiplicación no causa la inmortalidad. Ayer comimos y hoy estamos otra vez con hambre. Comeremos, tal vez, con satisfacción, pero todos moriremos. Este pan no da inmortalidad. Las reivindicaciones de la tierra no nos pueden dar un paraíso. Las luchas de los hombres si se desprenden de la fe que ilumina un más allá, quedan muy mancas, muy chatas, muy miopes, un ser imperfecto. Por eso, el servicio que la Iglesia da a las agrupaciones y a las reivindicaciones de la tierra, a la misma política y a la misma sociología, la Iglesia, sin ser política, sin ser socióloga, es iluminadora del pan de la vida. Es la que les dice a los políticos y a los hombres que luchan en la tierra: no pierdan sus energías únicamente por las cosas de la tierra, no busquen la justicia sólo por el pan que llena el estómago, busquen la justicia del reino de Dios, el pan que yo soy. - El proceso de la verdadera liberación Y así termina la reflexión que estamos haciendo. Cuando Pablo VI nos propone la verdadera meta de la liberación cristiana, tiene un párrafo en la Populorum Progressio -tengan en cuenta mucho esto-. Yo he oído a unos de los padres de la teología de la liberación, que hoy cuando nos explicaba qué es la teología de la liberación, citó este párrafo que ahora les voy a leer, y dijo que allí inspiró él gran parte de sus reflexiones teológicas y es cuando Pablo VI dice en el número 20 de la Populorum Progressio: "Así podrá realizar en toda su plenitud el verdadero desarrollo que es -aquí lo define qué es el desarrollo- el paso para cada uno y para todos -para cada uno y para todos- de condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más humanas". Y comienza a describir como una especie de escalera. Menos humanas: las carencias materiales de los que están privados del mínimo vital y las carencias morales de los que están mutilados por el egoísmo. Hermanos, fíjense qué comparación más certera. Tan subdesarrollado es un hombre que no tiene ni lo necesario para vivir como también es un subdesarrollado moral el que tal vez es rico y lo tiene todo, pero está mutilado por el egoísmo. Están en el ínfimo grado de ser hombres. El rico y el pobre. El pobre que no tiene el mínimo vital y el poderoso que no tiene el mínimo moral. El egoísmo es la mejor señal de subdesarrollo. De allí dice el Papa: "Menos humanas todavía, las estructuras opresoras -son palabras del Papa- estructuras opresoras que provienen del abuso del tener o del abuso del poder, de la explotación de los trabajadores o de las injusticias de las transacciones". De allí pasa, todo esto queda en el nivel infrahumano, estructuras de explotación como las que describíamos antes. Más humanas, dice el Papa, el remontarse de la miseria a la posesión de lo necesario. La victoria sobre las calamidades sociales, la ampliación de los conocimientos, la adquisición de la cultura. Un paso más, más humanas también, el aumento en la consideración de la dignidad de los demás, la orientación hacia el espíritu de pobreza -miren como el espíritu de pobreza es camino de desarrollo-. No está el desarrollo en tener más, sino en aprender a ser señor de lo que se tiene: espíritu de pobreza. La cooperación en el bien común, la voluntad de paz. Más humanas todavía, el reconocimiento por parte del hombre de los valores supremos, y de Dios, que de ellos es la fuente y el fin. Más humanas, por fin -miren a dónde llega la cúspide del desarrollo- especialmente, la fe, don de Dios acogido por la buena voluntad de los hombres y la unidad en la caridad de Cristo que nos llama a todos a participar como hijos en la vida del Dios vivo, Padre de todos los hombres. La verdadera liberación del hombre termina allá en la comunión con Dios, en la fe por la cual lo conocemos, en el amor por el cual nos unimos con Él, en el platicar con Dios, en la comunión con Dios, allí está la cumbre del desarrollo y de la verdadera liberación. 3. CRISTO EL VERDADERO PAN Por eso, hermanos, Cristo dice: no basta el pan de la tierra para ser libres, es necesario descubrir en el pan lo que Dios te quiere dar y de lo cual el pan no es más que un signo. a) Yo soy... El signo del pan, del que hoy se habla en el santo evangelio, termina revelándose cuando Cristo dice: "Yo soy". Fíjense como suena esta palabra, como cuando Dios le habla a Moisés en la zarza ardiente: "Yo soy el que soy". Cristo es, sólo él es la liberación. "Yo soy el pan que baja del cielo para la vida verdadera de los hombres". - Creer en Él es nuestro trabajo Lo ha dicho el evangelio de hoy cuando los judíos le preguntaron: "¿Cuál es, pues, nuestro trabajo para tener ese pan?". Cristo dijo: "Este es el trabajo: que creáis en Aquel que es el único que puede dar la salvación". Nadie puede construir con fuerzas de la tierra una liberación que llegue hasta la cumbre de situarlo en comunión con Dios. Los hombres podrán hacer aquí más fácil el cambio de estructuras, botar gobiernos, dar de comer, romper rejas, todo eso hay que hacerlo, pero ¡no basta!. Lo que Cristo puede hacer, no lo pueden hacer los hombres todo eso y elevarlos hasta Dios. El Divino Salvador del Mundo, tal como lo veremos esta tarde en la imagen tradicional, es una invitación a elevarnos de las necesidades de la tierra a comprenderlo a Él como única solución que baja del cielo, aprehenderlo por la esperanza, por la oración, por el amor. No para esperarlo todo de Él, hay que trabajar como si todo dependiera de nosotros, pero hay que esperar de Cristo como si todo dependiera de Él. Ese es el equilibrio del verdadero desarrollo. Y por eso Cristo termina, pues, su evangelio con esa confesión: "Yo soy". ¡Él es!. Hermanos, ¡qué bella oportunidad nos ofrece el evangelio para conocer más cerca al Divino Salvador!. ¿Qué nos dará como fruto esta aprehensión de Cristo para hacerlo nuestro?. Lo tenemos en la segunda lectura de hoy. San Pablo nos describe la situación del hombre esclavizado todavía en el paganismo. Lo llama el hombre viejo, el hombre del odio, el hombre de la violencia, el hombre del robo, el hombre de las intrigas, el hombre de los asesinatos y de los secuestros, el hombre rudo, el hombre bruto. Eso que está causando tanta peste entre nosotros: hombres sin razón, hombres animales, hombres lobos para el hombre... "Esto fuisteis..." dice San Pablo, a los que ya se convirtieron de esa vida; y en este 5 de agosto, yo quisiera decirles también a los que se han manchado de sangre; sobre todo las manos con sangre de sacerdotes y con sangre de hombre, cualquiera que sea, ¡que se conviertan!. A los que quieran mantener situaciones injustas y pagan para matar a los que quieren cambiarlas, ¡que se conviertan!. Y a todos los que luchan por esos cambios: que se eleven a esta altura que nos ofrece hoy la segunda lectura, cuando dice: "Vosotros no es así como habéis aprendido a Cristo". Cristo os ha enseñado a abandonar el anterior modo de vivir, del hombre viejo corrompido por los deseos de placer, el hombre viejo que no es el Espíritu. Renovaos en el Espíritu, dejad que el Espíritu renueve vuestra mentalidad, vestíos de la nueva condición humana creada a imagen de Dios, justicia y santidad. Este es el hombre nuevo. De nada servirán, dice Medellín, los cambios de estructuras nuevas, si no tenemos hombres nuevos. El continente de América será nuevo, gracias a este Cristo que renovará a hombres, revistiéndolos de su justicia y de su santidad. Por eso, queridos hermanos cristianos, ustedes, los que han creído en Cristo y de veras quieren seguirlo, ustedes son la verdadera esperanza de la liberación en El Salvador... PENSAMIENTO QUE NOS LLEVA AL ALTAR Por eso termino invitándoles a que celebremos las fiestas del Divino Salvador, sobre todo esta tarde y mañana, este con verdadero anhelo: Señor, yo no quiero ser un hombre viejo. Señor, yo no quiero ser rémora en el progreso de mi patria. Señor, lejos de mí pertenecer a las bandas de los asesinos salvadoreños. Señor, ten misericordia de tantos criminales intelectuales y materiales. Señor, cambia el corazón de los que gobiernan y de los gobernados, cambia, Señor, el corazón de la patria, renuévalos dentro con la justicia y la santidad. A los que les has dado la valentía de luchar por una patria nueva y se esfuerzan en las reivindicaciones del pueblo hazles comprender que no gasten sus energías solamente en el pan que llena el estómago sino que se eleven a luchar y morir, porque cuando uno muere como han muerto los sacerdotes con ideales del reino de los cielos, como está tendido hoy, el querido Padre Macías, allá en San Esteban Catarina, uno piensa: Estos son los caminos que hay que seguir. Mueren pero siguen viviendo... |
Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez Ciudad Barrios, El Salvador; 15 de agosto de 1917 – † San Salvador, (Id.), 24 de marzo de 1980) conocido como Monseñor Romero,[1] fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980). Se volvió célebre por su predicación en defensa de los derechos humanos y murió asesinado en el ejercicio de su ministerio pastoral. Archivos
Agosto 2021
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