Nunca hemos tenido tantas noticias sobre focos de guerra y de violencia como ahora, tal vez por eso, sunca se habló tanto de la paz como en estos tiempos.
Tampoco creo que hayamos tenido constancia de tantos hechos nacidos del odio, el resentimiento, el deseo de venganza, como hasta la fecha. Y sin embargo, dudo que en otros tiempos se haya cantado tanto al amor como en los nuestros. Dicho esto parece real la sentencia popular que reza diciendo: “Dime de qué hablas, y te diré de qué careces”. Suspiramos por lo que no tenemos y lo hacemos objeto de nuestras reivindicaciones, luchas y causas… Pero la paz y el amor estables y duraderos, no acaban de llegar y de instalarse en nuestra historia. Tal vez todavía nos falta da un paso más: Dejar que el amor y la paz se instalen en nuestros corazones y sean quienes nos modelen y animen. Sin duda el laboratorio más perfecto de la convivencia y de las relaciones humanas fluidas con gestos y actitudes humanizadoras, es el propio corazón. Allí nace lo mejor –y también lo peor- de la humanidad… Y si no tenemos paz, ni amor, es porque todavía hay muchos corazones heridos y lastimados por las lanzas y flechas disparadas de otros corazones igualmente heridos y enfermos, tal vez instalados en el egoísmo y el desamor. Hoy más que nunca, es urgente andar el camino al propio corazón y dejar que en él se geste aquello que anhelamos y que puede fecundar nuestras vidas y transformar la historia. Que la paz y el amor, se gesten en nuestro interior, y den frutos de fraternidad.
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El Instituto Víctor Seix de Polemologia i la Universitat Internacional de la Pau, han concedido el Memorial Joan XXIII de la Paz al amigo obispo, Joan Godayol i Colom. El acto de entrega del memorial se celebrará en Mataró.
Según he podido leer, el veredicto del jurado destaca “las cualidades humanas del obispo Joan, manifestadas a través de una trayectoria de diálogo y de servicio, especialmente entre los pueblos indígenas de los andes peruanos, concretamente en la Prelatura de Ayaviri. Así mismo se le describe como un hombre de paz, de talante abierto y dialogante, cercano a todos los que buscan con sinceridad, aquí y en Perú, la justicia y la paz” Dicen también de él, que “fiel a los postulados de la teología de la liberación, en medio de un mundo marcado por los conflictos, Joan Godayol, sigue prodigándose por la concordia con buen humor y esperanza”. En pocas palabras describen magníficamente al Padre-Obispo Joan, un hombre evangélico que de verdad cree en Jesús y que como Él, vive a impulsos del Espíritu. Ese Espíritu que le hace ir ligero de equipaje, dando ánimos a su paso, perdonando y mirando siempre el lado positivo de las cosas. Joan Godayol, es sin duda un Profeta del Reino, un cantor de la Buena Noticia de la salvación, un amigo de los pobres y un trabajador incansable y positivo, ¡optimista!, de la viña del Señor. Mucho he aprendido al lado de este maestro amigo que tiene un corazón con las infinitas dimensiones de la caridad y que a iempo y a destiempo, con alegría, contagia su fe, sus anhelos, su esperanza y su amor incondicional a María, la madre de Jesús, que es para el padre-obispo, su madre y modelo de humildad, de compromiso y de compañera de camino. Bienvenido este reconocimiento al obispo Joan, un buen pastor que como Juan XXIII -que da nombre a este Memorial- será recordado por su sencillez, su bondad y su alegría. Gracias, Joan, y que el Dios de la vida siga bendiciendo generosamente tu ministerio y siga sembrando en medio de la Iglesia y de la sociedad, las semillas del Reino que no tardarán en dar sus frutos. Déjame terminar Joan diciéndote que, si hay algunos que no entienden tu misericordia infinita, o que se ponen nerviosos por tu libertad evangélica, lo mismo le pasó a Jesús, y sin duda Él es tu Maestro y guía |
Sor Lucía Caram O.P
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Enero 2022
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