BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English
  

Domingo de Pentecostés por: José Luis Sicre

5/15/2016

0 Comentarios

 
Una catequesis poco feliz ha hecho que muchos cristianos, sobre todo de mayor edad, vean al Espíritu Santo como algo raro, que no desempeña ningún papel en sus vidas. Las lecturas de este domingo podrían ayudarles a cambiar de opinión.
1. El Espíritu Santo: orador y traductor simultáneo (Hechos 2,1-11).
Los frecuentes viajes que realizamos hoy día nos han hecho conscientes de la importancia de los idiomas. Cuando solo se trata de comprar un bocadillo o un refresco no es problema. Pero hablar de la persona de Jesús y de su mensaje en las más diversas regiones del imperio romano no era nada fácil. Omitiendo otros muchos pueblos, la lectura de Hechos menciona a partos, medos, elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, Libia, cretenses y árabes. ¿Cómo pudieron los primeros cristianos proclamar el evangelio en idiomas tan distintos? Indudablemente, aprendiendo con enorme dificultad la lengua de cara región, como hicieron más tarde los misioneros en todas partes del mundo.
El libro de los Hechos hablará de muy diversas actuaciones del Espíritu. Pero Lucas quiere comenzar por este episodio programático: si el evangelio se ha extendido por todo el mundo ha sido gracias al Espíritu Santo. Todo ha sido obra suya: el mensaje y la capacidad de traducirlo a cada lengua. El mensaje lo resumen los protagonistas en cuatro palabras: “las maravillas de Dios”. Lo que no acaban de entender es cómo ha sido posible ese fenómeno de traducción simultánea.
Para contar este acontecimiento, Lucas se inspira en relatos del Antiguo Testamento. Cuando Dios se revela a Moisés en el Sinaí: “hubo truenos y relámpagos y una nube espesa sobre el monte... y toda la montaña temblaba” (Ex 19,16.18). Por otra parte, el profeta Joel había anunciado que la venida del Espíritu iría acompañada de “prodigios arriba en el cielo y signos abajo en la tierra: sangre, fuego, columnas de humo”. Lucas no es tan tremendista. Le basta el ruido de un “viento recio” y lenguas de fuego, que no aterrorizan a nadie, sino que se posan suavemente sobre cada uno. El viento tiene estrecha relación con el Espíritu (en hebreo y en griego se usan la misma palabra para ambas realidades). Las lenguas anticipan ese don asombroso de hablar distintos idiomas.
2. El Espíritu Santo y el sentirnos hijos de Dios (Romanos 8,8-17).
Jesús nos enseñó a llamar a Dios “Padre”. Pero muchos lo siguen viendo como juez severo, dispuesto a castigar nuestros pecados, que infunde temor; otros, como un ser lejano, desinteresado de nuestros sufrimientos y preocupaciones. Si somos cristianos, si estamos bautizados y hemos recibido el Espíritu, ¿cómo podemos pensar de esa manera?
La carta a los Romanos ilumina este contraste. Hemos recibido un espíritu de hijos, el Espíritu atestigua que somos hijos de Dios y herederos suyos. Pero no somos los hijos de un millonario que heredarán todo automáticamente mientras se dedican a derrochar la fortuna de la familia. Además de ser hijos hay que sentirse hijos, dejándose llevar por el Espíritu; para heredar con Jesús hay que compartir su pasión. En muchas ocasiones, lo difícil será conjugar estas dos experiencias: la del sufrimiento, la pasión, y la de la paternidad de Dios. Esa fe necesaria para llamar a Dios “Padre”, como hace Jesús en el huerto de los olivos, incluso cuando están cerca el sufrimiento y la muerte. Y esto lo conseguimos gracias al Espíritu.
3. El Espíritu Santo, un premio sorpresa (Juan 14,15-16.23b-26).
“Si te portas bien, tendrás un premio”, dicen muchos padres a sus hijos. “Si me amáis y guardáis mis mandamientos, tendréis dos premios”, dice Jesús a sus discípulos. El primero será un ser misterioso que les servirá de consuelo cuando Jesús esté ausente. El segundo, la visita del mismo Padre y de Jesús, no una visita rápida y de compromiso sino quedarse con nosotros de forma permanente. Y termina aclarando quién es ese ser misterioso del primer premio: el Espíritu Santo. Este regalo no es un objeto inerte que nos limitamos a contemplar. Nos recuerda todo lo que dijo Jesús y nos enseña a cómo ponerlo en práctica. Consuelo, enseñanza y recuerdo, tres efectos del Espíritu en todos nosotros.
0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Agosto 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Noviembre 2010
    Octubre 2010
    Septiembre 2010
    Agosto 2010
    Julio 2010
    Junio 2010
    Mayo 2010
    Abril 2010

    Categorias

    Todos

    Fuente RSS

    Dirigido por:
    Picture
    Centro Humanistico
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2021
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English