Rebelión. Desinformémonos
“En los medios de comunicación se difunde la idea de que no hay alternativas y sólo existe la lógica del mercado. Pero en los pueblos indígenas” explica Alejandro Castillo Morgan, teólogo y defensor de los derechos humanos, “existe una teología india y popular con una fuerte carga de un discurso ético, de un pensamiento propio que sirve para dialogar y echar abajo el planteamiento de que no existen alternativas”. Castillo Morgan es un teólogo oaxaqueño que por muchos años se desempeñó como sacerdote en la colonia Santo Domingo de Coyoacán, en la Ciudad de México, animando la participación ciudadana en los Comités Eclesiales de Base. Recientemente realizó su tesis de doctorado cuyo título es “Sabiduría indígena y Ética Social Cristiana. Los Acuerdos de San Andrés como una forma de contribución ética de los pueblos indígenas a la construcción de la Justicia y la Paz”. En la entrevista, el teólogo plantea que el modelo económico actual utiliza a los medios de comunicación para estandarizar la corrupción y la impunidad, y permite a los grupos que tienen poder o que quieren retenerlo a que no duden en corromper y establecer una “normalidad” que “violenta la ley y se sirve de las instituciones para que no actúen frente a la violencia estructural y efectiva que se está generando”. “Para entrar al sistema de mercado se necesita soportar las condiciones inhumanas de trabajo; para los jóvenes y estudiantes, esto implica adquirir un conocimiento que no se va a desarrollar en un trabajo profesional. La escuela no está formando jóvenes para una profesión y la inteligencia es un talento que no se utiliza, ya que sólo se busca de mano de obra barata, “se crea una desesperanza en ese ámbito y se violentan la creatividad, el trabajo y la vida”. Ante esta falta de utopías y de alternativas, “los pueblos indígenas generan un imaginario creativo y lleno de esperanza, no solo para ellos mismos sino para la sociedad entera, que está sumida en la indefinición y hundida en la desesperanza”. Nuestra mirada, enfatiza Castillo, “tiene que cambiar, se necesita analizar la realidad como la miran los pueblos indígenas, que han sido excluidos y marginados, pero que han acumulado una gran carga ética, imaginaria, mítica, religiosa y han desarrollado una práctica de movimientos comunitarios junto con “un discurso teológico que tiene la capacidad de releer la esperanza y de re-interpretarse”. Al hablar del imaginario creativo indígena o popular se hace referencia también al aspecto religioso. Esta creatividad de los pueblos indígenas enlazó los mitos de origen de las culturas propias con la ritualidad del cristianismo. Alejandro Castillo Morgan explica que existen varias formas de entender la teología india y una tiene que ver con los saberes de los “abuelos o sabios, curanderos o chamanes”; esto es un pensamiento propio que conserva los aspectos religiosos y culturales de los pueblos. La teología india es una corriente teológica que se da a conocer en los años noventa, como respuesta a las celebraciones de los 500 años de la invasión europea en América Latina. Esta corriente recupera creencias de los pueblos originarios de América. Según Castillo “los pueblos indígenas siguen reinterpretando la realidad, haciendo su oración al fuego, a la barranca, a la montaña, al río, al agua y a la madre tierra”. Castillo Morgan explica que para sobrevivir, los pueblos hicieron creer que era un mito cristiano y realizaban sus oraciones de cierta forma clandestina. En los años sesenta se reunió el Concilio Vaticano II: en América Latina los obispos tomaron el acuerdo de no condenar las prácticas milenarias de los pueblos, sino de recuperarlas. Según esta posición, los indígenas son cristianos que siguen practicando fuertemente sus ritos, “de ahí vino una cierta teología india eclesial. Dentro de la Iglesia se empezó hablar de los ritos y mitos de los pueblos, de la desesperanza en varias partes del mundo occidental a la oportunidad de soñar con los pueblos indígenas”. En el siglo XVI, relata Castillo, “los indígenas se dieron cuenta que Jesús Cristo era liberador mucho antes incluso que la Teología de Liberación lo mencionara”. La Teología India se da cuenta de todas estas problemáticas y las reivindica, las hace propias, las mezcla con los mitos de origen de los pueblos y se da cuenta que también “los chamanes, curanderos, los sabios, los abuelos y abuelas son los portadores de saberes milenarios y no sólo los sacerdotes, los pastores o los catequistas”. “El pensamiento indígena y sus formas de organización son en la actualidad “un pretexto para poder dialogar de otro modo, renovar el discurso que genera la política actual y no solamente acceder a la política, sino construir la política de otro modo”. “Para los pueblos el dialogo no sólo es el intercambio de ideas, es el acuerdo y las normas para hacerlo cumplir”, señala Castillo. “En este momento la peor hipocresía es que la gente habla de muchas cosas pero no se compromete a nada, es ahí donde llega la impunidad y donde viene el desprestigio de la política, donde nadie se compromete a nada”. La gran aportación que hace la Teología India “es el discurso ético de los movimientos que tienen un origen, una historia. Y es por eso que tenemos que estar atentos a cómo los pueblos resuelven los problemas, porque no han dejado de relacionarse y reinventarse”, concluye el teólogo oaxaqueño.
0 Comentarios
Petición formal al Papa: “los sacerdotes casados sean reinsertados en el ministerio”
Gracias a un “amigo desconocido” Estas navidades recibía estos correos sorprendentes: “Gracias por el mensaje, desconocido amigo Rufo, de un lector fiel y antiguo compañero en el ministerio. He leído tus escritos con muchísima frecuencia y comparto tus ideas e inquietudes al cien por cien. Intentamos seguir el Evangelio de Jesús, una de cuyas páginas más emocionantes habla de un niño… Ten paciencia con nuestros dirigentes eclesiásticos. Por desgracia para ellos les cuesta mucho trabajo entender la vida de pareja y de familia. Un cordial saludo desde Asturias”. “Soy un cura secularizado de Asturias, lector habitual de tus colaboraciones en Religión Digital, donde hice algún comentario. Me permito enviarte una interesante entrevista de Leonardo Boff en un periódico alemán del 25 de diciembre. Quizás ya la conozcas. En todo caso pienso que merecería la pena difundir algunos párrafos en Religión Digital y pensé que sería tu blog el lugar apropiado. Por eso me tomo la libertad de adjuntártela por si te parece oportuna esta sugerencia. No encontré una traducción al castellano, pero si lo ves interesante podría hacerla. Gracias por tu blog tan interesante en muchos aspectos, y no me refiero solamente a la problemática de los sacerdotes casados. Felices fiestas de Navidad. Un abrazo” A los pocos días, tras mi ruego, tenía le entrevista en castellano con este detalle humilde: “Cualquier corrección de estilo sería buena pues no tuve tiempo de retocar a fondo la traducción”. Gracias, hermano y amigo, Benito Fernández. Tu traducción es más correcta de estilo que la de Redes Cristianas de hace unos días. No tenía ni idea de dicha entrevista. Con mucho gusto la comento hoy. Entrevista a Leonardo Boff Publicada en el diario alemán Kölner Stadt-Anzeiger, 25 de diciembre de 2016, está teniendo eco en toda la Iglesia. Con un poco de retraso. Los medios eclesiásticos la silencian. Una entrevista muy reveladora en muchos aspectos. Revela la lucha interior entre tendencias eclesiales. Leonardo Boff reivindica al Papa como “uno de los nuestros”. Habla de la Navidad “anticuada y comercializada”, y la convierte en “promesa” de vida nueva: “Dios viene a recogernos”, “una celebración, una divinización de la creación. Y otra cosa es importante: Dios aparece en la forma de un niño… Por lo que a mi respecta: cuando terminamos nuestras vidas y tenemos que responder ante el juez divino, entonces nos enfrentamos a un niño. Un niño no condena a nadie. Un niño quiere jugar y estar con los demás. Tenemos que volver a resaltar este aspecto de la fe”. “Francisco es uno de nosotros” Dice esto al contestar una pregunta sobre la “nueva valoración” de la teología de la liberación. Reconoce que Francisco ha hecho a esta teología “un bien común de la Iglesia”. Ampliada a toda la creación como “conjunto sufriente”. “Eso es lo fundamentalmente nuevo en `Laudato si´”… Revela que el Papa Francisco le pidió “material” para `Laudato si´. “Le di mi consejo y le envié algo de lo que escribí. Y lo ha utilizado… Dicho sea de paso, Francisco me dijo: `Boff, por favor, no me envíe los documentos directamente a mí… De lo contrario, lo cogen los Sottosegretari y yo no lo recibo.. Envía las cosas más bien al embajador argentino con el que tengo una buena relación, y llegarán con seguridad a mis manos´… Un día antes de la publicación de la encíclica, el Papa hizo que me llamaran para expresarme su agradecimiento por mi ayuda”. Un encuentro personal con el Papa, todavía pendiente Lo mismo que con otros teólogos de la liberación (Gustavo Gutiérrez, Jon Sobrino…) el Papa quiere encontrarse con él. Por diferentes circunstancias aún no ha podido ser. En la última conversación le dijo Francisco: “Boff, no tengo tiempo. Tengo que promover la calma antes del Sínodo.. Nos vemos en otra ocasión”. “Pronto habrá grandes sorpresas” El entrevistador insiste: “¿Qué pasa con las reformas de la iglesia, que muchos católicos habían esperado de Francisco…?”. Boff cree que el Papa tiene ahora “el centro del interés… en la supervivencia de la humanidad, el futuro de la tierra… El cristianismo puede contribuir a superar esta crisis en la humanidad que está bajo la amenaza de perecer… Pero en cuanto a los asuntos internos de la Iglesia, ¡hay que esperar! Justo el otro día, el cardenal Walter Kasper, un hombre de confianza del Papa, ha dicho que pronto habrá grandes sorpresas”. Petición formal de los obispos brasileños al Papa Leonardo Boff desvela esta petición ante la pregunta: “¿Qué espera?”. – “¿Quién sabe? Tal vez el diaconado de las mujeres. O la posibilidad de que sacerdotes casados puedan ser reinsertados en el ministerio. Esta es una petición formal al Papa por parte de los obispos brasileños, en especial de su amigo, el cardenal de Curia brasileño retirado Claudio Hummes. He oído que el Papa quiere responder a esta solicitud, para una primera fase experimental en Brasil. Este país que cuenta con 140 millones de católicos debe tener por lo menos 100.000 sacerdotes. Pero sólo hay 18.000. Desde el punto de vista Institucional es un desastre. No es de extrañar que los fieles se vayan en masa a los evangélicos y pentecostales que llenan el vacío personal. Ahora, si miles de sacerdotes casados volvieran a ocupar su cargo de nuevo, sería un primer paso para mejorar la situación – y al mismo tiempo un impulso para que la Iglesia Católica resuelva la servidumbre del celibato obligatorio”. Leonardo Boff ha superado la ley En la práctica eclesial, la ley está por encima del Espíritu. Un sacerdote casado no puede realizar el derecho de los fieles a la eucaristía. Si no hay sacerdote célibe, no hay eucaristía. Boff sigue la voz del Espíritu. El entrevistador le pregunta si él, personalmente “asumiría las funciones sacerdotales de nuevo como ex sacerdote franciscano”. Rotundamente Leonardo Boff responde: – “En lo personal yo no necesito una decisión de este tipo. No sería para mí cambiar nada de lo que estoy haciendo hoy en día, lo que siempre he hecho: bautizo, entierro, y cuando llego a una comunidad sin sacerdote, entonces también celebro la Misa junto con la gente”. – “Hasta el momento, ningún obispo, que yo sepa, se opuso, nunca incluso lo prohibió. Los obispos también se alegran y me dicen: `Las personas tienen derecho a la Eucaristía. ¡Sigue haciéndolo con tranquilidad!´” Un cardenal ejemplar: el Evangelio por el encima de la ley ¡Qué pocos obispos y presbíteros son capaces de concelebrar con obispos y presbíteros casados! El cardenal Arns lo hacía: – “Mi maestro teológico, fallecido desgraciadamente hace unos días, el cardenal Paulo Evaristo Arns, por ejemplo, tuvo un alto grado de apertura. Él fue tan lejos de pedir a sacerdotes casados que veía en los bancos de la iglesia en la celebración que se acercasen al altar para celebrar la eucaristía con ellos. A menudo lo hizo y lo dijo. `Todavía eres sacerdote y sigues siéndolo´”. Sólo me queda instar a todos a la oración al Espíritu Santo Que su fuerza sea mayor que la fuerza de la ley. Que los sacerdotes casados puedan legalmente ejercer el ministerio del Espíritu: reunir a la comunidad, anunciarles el evangelio, presidir la eucaristía, cuidar el amor fraterno, animar los carismas, reavivar el Espíritu… El sistema económico no solo es injusto en su raíz, también mata porque predomina la ley del más fuerte.» «Tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la desigualdad».
Estas frases las escribe el papa Francisco que, coherentemente, ha dirigido su acción al fomento de un cambio radical de ese sistema «que no se sostiene». Publicó la encíclica «Laudato si» que plantea una visión de la naturaleza como casa común que nos sustenta, que estamos destruyendo por intereses económicos y que debemos cuidar como garantía de vida y futuro. Ha celebrado tres encuentros de los Movimientos Populares con la reivindicación, nada ambigua, de tierra, trabajo y techo. Ha reunido a las ciudades -en el caso de España acudieron los llamados alcaldes del cambio- para reconocer e impulsar sus propuestas de acogida de inmigrantes y refugiados, frente a unos estados inoperantes y remisos a actuar ante esta realidad, que él mismo denunció en Lampedusa como una «vergüenza». En la cima de la Iglesia Católica hay un papa que habla de «pecado estructural» para evidenciar que las guerras, el hambre, la muerte por enfermedades curables y las injusticias no son voluntad divina, sino consecuencia del orden sociopolítico construido, de la avaricia de los poderosos, de lo que unos humanos hacen a otros. El papa afirma que no hay nada más cristiano que luchar por una vida actual digna para cualquier ser humano y llama a la acción política por una igualdad que abarque a toda la humanidad. Es un giro radical. En España, hemos encadenado un nacional-catolicismo que era una legitimación mutua entre la dictadura franquista y una iglesia retrógrada, una corta primavera del Vaticano II convenientemente desactivada por el poder eclesiástico y una etapa posterior de renovada complicidad entre la jerarquía católica y las propuestas políticas más conservadoras con intereses materiales e ideológicos compartidos, una resistencia común ante propuestas de avance en derechos y libertades y la justificación de un sistema que ha generado la estafa-crisis que ha perjudicado a la mayoría de la población y enriquecido a unos pocos. Sin embargo en la Iglesia han existido y existen corrientes que han sostenido que los pobres son la gran opción evangélica y personas y organizaciones católicas han sido ejemplo de lucha social y política. Ahora Francisco recoge esta opción que comporta promover un cambio sustancial del sistema que considera cruel y destructor y entiende que, para conseguirlo, es necesaria la movilización de todas las personas de buena voluntad. ¿Puede ser la voz y el ejemplo de este papa el catalizador que lleve a millones de creyentes a considerarse hermanas de todas aquellas que luchan por un cambio de sistema socioeconómico? ¿Pueden creyentes y no creyentes impulsar conjuntamente la lucha por la igualdad en derechos y por la justicia para cada hombre y mujer que habita este planeta? El papa Francisco está respondiendo afirmativamente a esa cuestión. Es consciente de su influencia y la usa para aunar voluntades y fuerzas. Los que escribimos este artículo, desde posiciones opuestas en cuanto a las creencias religiosas, opinamos que nos une la lucha por la igual dignidad de cada persona, por la sostenibilidad y contra la acumulación destructiva, la prioridad de las condiciones de existencia del planeta y su gente, sobre el crecimiento, la prioridad de lo común y lo comunitario. Nos une la sed de justicia y la lucha por los Derechos Humanos. Para hablar de la relevancia del rompedor discurso del papa Francisco hemos convocado un acto el miércoles 18 de enero, a la 7 de la tarde en «L’aula debat» de la Universitat de València. Héctor Illueca -del Frente Cívico Somos Mayoria, Inspector de Trabajo, profesor de la Universitat de València- y Joaquín Sánchez -Joaquín el cura, activista de la PAH de Murcia, miembro de la HOAC, hablarán sobre Francisco. ¿Será este un papa antisistema? Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Invitación a la utopía. Ensayo histórico para tiempos de crisis (Editorial Trotta) y Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica (Fragmenta Editorial)
Ha fallecido a los 91 años el politólogo y científico social polaco Zygmunt Bauman, uno de los pensadores más lúcidos e influyentes de nuestro tiempo. Es autor de numerosos libros entre los que cabe citar: (2001), La sociedad individualizada, Cátedra, Madrid; (2002), La cultura como praxis, Paidós, Barcelona; (2003), Modernidad líquida, FCE, México DF.; (2004), La sociedad sitiada, FCE, Buenos Aires; (2005), Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, FCE, México DF.; (2005), Archipiélago de excepciones, Katz, Barcelona; (2006), Vida líquida, Paidós, Barcelona; (2007), Vida de consumo, FCE, Buenos Aires; (2007), Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores, Paidós, Barcelona; (2011), Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global, Fondo de Cultura Económica; (2012) Socialismo. La utopía activa. Nueva Visión, Buenos Aires; (2013), La cultura en el mundo de la modernidad líquida. FCE, Buenos Aires; (2014), ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?. Paidós, Barcelona; (2015), Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida. Paidós. Barcelona. “Líquido” es una de las categorías centrales y de gran riqueza analítica de su pensamiento. Su tesis es que en la sociedad actual todo es líquido, inconsistente, evanescente: la modernidad, los miedos, los temores, el amor, la vida. Las condiciones de vida y de acción y las estrategias de respuesta se modifican con tal celeridad que no pueden consolidarse ni traducirse en hábitos y costumbres. Nuestro mundo avanza a un ritmo vertiginoso pero sin rumbo, cambia compulsivamente, pero sin consistencia. No hay tiempo para que las cosas echen raíces. La precariedad es el signo –y el sino- de nuestro tiempo. Siempre hay que estar empezando y terminando. Pareciera que el imperativo categórico fuera estar poniéndose al día constantemente. Las cosas se adquieren y se desechen con una celeridad compulsiva. Las capacidades se tornan discapacidades en un abrir y cerrar de ojos. La apelación a la experiencia es signo de decrepitud. Se impone la velocidad frente a la duración, la aceleración frente a la eternidad, la novedad frente a la tradición, el consumismo frente a la ciudadanía. “El consumidor –afirma- es enemigo del ciudadano” (Vida líquida, 166). Hemos pasado del miedo al cambio al miedo al estancamiento. La vida líquida se caracteriza, según Bauman, por ser una “cultura del desenganche, de la discontinuidad, del olvido”; una cultura que no educa en la reflexión en profundidad, ni en la actitud de búsqueda, sino en la ojeada fugaz, en dejá vu. No hay convicciones firmes, sólo opiniones diletantes que pueden cambiar de un día para otro, tanto en la política como en el debate intelectual. Cada vez hay menos personas dispuestas a dar su vida por algo o por alguien. Se ha pasado de la figura del mártir a la del héroe como camino más rápido para conseguir celebridad (Bauman, 2006, 57ss). El martirio, para él, significa solidarizarse con “un colectivo al que la mayoría discrimina, humilla, ridiculiza, odia y persigue”. El mártir “pone la lealtad a la verdad por encima de cualquier otro cálculo de ganancia o beneficios mundanos (materiales, tangibles, racionales y pragmáticos)” (Bauman, 2006, 60). Aquí radica precisamente la diferencia entre los mártires y los héroes modernos. Estos hacen cálculos sobre las pérdidas y las ganancias de sus acciones y esperan obtener beneficios de su sacrificio. Mientras que la muerte de los mártires es “inútil”, no se entiende que pueda existir un “heroísmo inútil”. Aquí convendría recordar la reflexión de Ernst Bloch sobre el héroe rojos en las prisiones nazi-fascistas, coincidente con el análisis de Bauman (Ernst Bloch, El principio esperanza, III, Trotta, Madrid, 2007). La democracia ha sufrido un golpe de Estado por mor del neoliberalismo, cuyo objetivo es privatizar la esfera pública y eliminar la utopía social. La utopía de la modernidad, dice Bauman, se ha convertido “en blanco y presa de llaneros, cazadores y tramposos solitarios: uno de los muchos trofeos de la conquista y la anexión de lo público a lo privado” (Bauman, 2006, 200). Calificar hoy a una persona, a un colectivo o a un proyecto de utópicos no es precisamente un piropo. Constituye una descalificación en toda regla. La utopía sufre hoy un largo destierro y un maltrato semántico. Se identifica con quimera, fantasmagorería, ilusión, sueño irrealizable, evasión de la realidad, renuncia a las responsabilidades del presente. Sin embargo, la utopía, liberada de toda mitología, es una categoría mayor de la filosofía de la esperanza y tiene un sentido positivo en tanto proyecto de un mundo justo, que implica la crítica del presente. Es necesaria como imagen movilizadora de las energías humanas, horizonte que orienta y guía la praxis, instancia crítica de la realidad y, en definitiva, motor de la historia (Juan José Tamayo, Invitación a la Utopía. Estudio histórico para tiempos de crisis, Trotta, Madrid, 2012, 147 y 260). El individuo vive en permanente asedio. Cuanto más se empeña en afirmar su individualidad, más asediado se ve por la sociedad. “La individualidad –dice Bauman- es tarea que la propia sociedad de individuos fija para sus miembros (Bauman, 2006, 31). El auge de la individualidad supuso el debilitamiento progreso de los lazos sociales. ¿En qué consiste entonces el viaje de autodescubrimiento? En una mera feria global de comercio al por mayor de recetas de individualidad. Los elementos auténticamente individuales de cada persona terminan por convertirse en moneda de uso común, en estándares sin valor. Aquí convendría recordar a Antonio Machado para quien es de necios confundir valor y precio. Vivimos un proceso de fragmentación y de segmentación, de diversidad individual y social. Lo que exige como objetivos políticos y sociales importantes, escribe el intelectual polaco citando a Dominique Simone Rychen, el fortalecimiento de la cohesión social, el desarrollo de un sentido de conciencia y responsabilidad sociales, la interacción con otras personas, el diálogo, la comprensión mutua, la gestión y resolución de los conflictos (Bauman, 2006, 166). Siguiendo a Hannah Arendt y a Bertold Brecht, llama a nuestra época “tiempos de oscuridad”, en los que se degrada toda verdad a una trivialidad sin sentido y el distanciamiento de la política y de lo público se ha convertido en la “actitud básica del individuo moderno, quien, alienado del mundo, sólo puede revelarse verdaderamente en privado y en la intimidad de los encuentros cara a cara” (Bauman, 2006, 172). Bauman se pregunta por la posibilidad de convertir el espacio público en lugar de participación duradera, de diálogo permanente, de debate y de confrontación entre el consenso y el disenso, en vez de ámbito de encuentros fugaces y casuales. Su respuesta es que esa conversión sólo es posible creando un espacio público nuevo y global, que se traduzca en una política planetaria adecuada, un escenario igualmente planetario, un análisis global de los problemas provocados a escala global y una responsabilidad realmente planetaria. Ello exige reformar el tejido de las interdependencias e interacciones globales. Las reflexiones de Bauman no dejan a nadie indiferente. Se compartan o no, dan que pensar. Llevan siempre por veredas inexploradas, no por los caminos del éxito seguro en los negocios. Provocan insatisfacción como punto de partida para cambiar la realidad. Invitan a construir relaciones simétricas, cálidas, duraderas, auténticas, profundas, no mediadas crematísticamente. Los pensamientos de Bauman no acaban en desencanto y apatía. Todo lo contrario. Su libro Vida líquida termina con una llamada a la esperanza entendida como encuentro entre la imaginación y el sentido moral. La esperanza se resiste, y con razón, a reconocer la jurisdicción “de lo que es” y a someterse al dictamen de la realidad. Es esta, más bien, la que tiene que explicar por qué no siguió el criterio marcado por la esperanza. Y junto a la esperanza, la apelación a la utopía, a partir de la consideración del ser humano como criatura esperanzada según Bloch y de la idea de la ética como filosofía primera según Lévinas. El mundo exterior tiene que demostrar su inocencia ante el tribunal de la ética, no viceversa. Y por el momento no le va a ser posible demostrarla, porque dicho tribunal está sometido al asedio del mercado, que es el mejor ejemplo de inmoralidad. Empezamos el tiempo ordinario del año litúrgico. A lo largo de todo el año vamos desgranando los más importantes acontecimientos de la vida pública de Jesús. Es lógico que empecemos con el primer hecho importante de esa andadura, el bautismo. Los especialistas dicen que el bautismo, es el primer dato de la vida de Jesús que podemos considerar, con una gran probabilidad, como verdaderamente histórico. Sin duda fue muy importante para Jesús. Fue también muy importante para los primeros cristianos que intentaron comprender su vida y milagros, porque el bautismo deja claro que el motor de toda la trayectoria humana de Jesús fue obra del Espíritu.
La hondura de la fiesta la marcan las dos primeras lecturas. Ahí podemos descubrir que va mucho más allá de la narración de un hecho más o menos folclórico. Isaías hace un cántico al libertador del pueblo oprimido que la primera comunidad cristiana identificó con Cristo. Pedro hace un resumen muy certero de la vida de Jesús. En las tres lecturas se habla del Espíritu como determinante de la presencia salvadora de Dios. La presencia de Dios en la historia se lleva a cabo siempre a través de su Espíritu. Dios es causa primera, y no puede ser causa segunda. Actúa siempre desde lo hondo del ser y sin violentarlo en nada. Por eso decimos que actúa siempre como Espíritu. Aunque el bautismo de Jesús fue un hecho histórico, la manera de contarlo va más allá de una crónica de sucesos. Cada evangelista acentúa los aspectos que más le interesan para destacar la idea que va a desarrollar en su evangelio. Lo narran los tres sinópticos y Hechos aluden a él varias veces. Jn hace referencia a él como dato conocido, lo cual es más convincente que si lo contara expresamente. Dado el altísimo concepto que los primeros cristianos tenían de Jesús, no fue fácil explicar su bautismo por Juan. En ningún caso pudo ser un invento posterior. Si a pesar de las dificultades de encajarlo, se narra en todos los evangelios, es que era un hecho conocido de todos y no se podía escamotear. El relato del bautismo intenta concentrar en un momento, lo que fue un proceso que duró toda la vida de Jesús. La mejor demostración es que en los sinópticos está relacionado con las tentaciones. Ni en uno ni en dos momentos quedó definitivamente clara su trayectoria. No tiene mucha lógica que el bautismo marque el punto de inflexión hacia su vida pública. Aceptar el bautismo de Juan, era aceptar su doctrina y su actitud vital fundamental. No se entiende que esa aceptación del bautismo de Juan sea a la vez el comienzo de un proyecto propio, distinto del de Juan. En el brevísimo diálogo entre Jesús y Juan, Mt expresa que Jesús rompe todos los esquemas del mesianismo judío. No es el bautizar a Jesús lo que le cuesta aceptar al Bautista, sino el significado de su bautismo, que trastoca la idea del Mesías juez poderoso, que Juan manifestaba en sus discursos. Es muy probable que Jesús fuera discípulo de Juan y que no solo se vio atraído por su doctrina, sino que formaría parte del pequeño grupo de seguidores. Solo después de ser bautizado, desde su propia experiencia interior, trasciende el mensaje de Juan y comienza a predicar su propio mensaje, en el que la idea de Mesías y de Dios que el Bautista había predicado, queda notablemente superada. Con sus constantes referencias al AT, Mt quiere dejar muy claro que toda la posible comprensión de la figura de Jesús tiene que partir del AT. La manera de hablar es totalmente simbólica. Lo que nos cuentan, pasó todo en el interior de Jesús. Lucas nos dice: “y mientras oraba...” Los demás evangelistas lo dan por supuesto, porque sólo desde el interior se puede descubrir el Espíritu que nos invade. Jesús una persona ya madura pero inquieta, se siente atraído por la predicación de Juan. No solo la acepta, sino que se quiere comprometer con las ideas del Bautista. Todo ello prepara a Jesús para una experiencia única. Se le abren los cielos y ve claro lo que Dios espera de él. Jesús no fue un extraterrestre de naturaleza divina que estaba dispensado de la trayectoria que cualquier ser humano tiene que recorrer para alcanzar su plenitud. No nos tomamos en serio esa experiencia humana de Jesús. Pero los primeros cristianos tomaron muy en serio la humanidad de Jesús. Hablar de que Jesús hizo un acto de humildad al ponerse a la fila como un pecador, aunque no tenía pecados, es pensar en una acto teatral que no pega ni con cola a una personalidad como la de Jesús. A este relato nos acercamos siempre con demasiados prejuicios: El primero, olvidarnos de que Jesús era completamente humano y necesitó ir aclarando sus ideas. En segundo lugar el concepto de pecado y conversión, que no tiene nada que ver con lo que se entendía entones. Entendemos la conversión como un salir de una situación de pecado. Lo que se narra es una auténtica conversión de Jesús, lo cual no tiene que suponer una situación de pecado, sino una toma de conciencia de lo que significa para un ser humano alcanzar la plenitud de una meta aún no conseguida. Dios llega siempre desde dentro, no de fuera. Nuestro mensaje “cristiano” de verdades, normas y ritos, no tiene nada que ver con los que vivió y predicó Jesús. El centro del mensaje de Jesús consiste en invitar a todos los hombres a tener la misma experiencia de Dios que él tuvo. Después de esa experiencia de Dios, Jesús ve con toda claridad que esa es la meta de todo ser humano y puede decir a Nicodemo: “hay que nacer de nuevo”. Porque él ya había nacido del agua y del Espíritu. El bautismo de Jesús tiene muy poco que ver con nuestro bautismo. El relato no da ninguna importancia al bautismo en sí, sino a la manifestación de Dios en Jesús por medio del Espíritu. Fijaros que Mt dice expresamente: “apenas se bautizó, Jesús salió del agua…”. Mc dice casi lo mismo: “apenas salió del agua…” Lc dice: “y mientras oraba…”. La experiencia tiene lugar una vez concluido el rito del bautismo. En los evangelios se hace constante referencia al Espíritu para explicar lo que es Jesús. La alusión a los cielos que se abren definitivamente, es la expresión de una esperanza de todo el AT. (Is 63,16) “¡Ah si rasgasen los cielos y descendieses!” La comunicación entre lo divino y lo humano, que había quedado interrumpida por culpa de la infidelidad del pueblo, es desde ahora posible gracias a la total fidelidad de Jesús. La distancia entre Dios y el Hombre queda superada para siempre. La voz la oyó Jesús dentro de sí mismo y le dio la garantía absoluta de que Dios estaba con él para llevar a cabo su misión. Estamos celebrando el verdadero nacimiento de Jesús. Y éste sí que ha tenido lugar por obra del Espíritu Santo. Dejándose llevar por el Espíritu, se encamina él mismo hacia la plenitud humana, marcándonos el camino de nuestra plenitud. Pero tenemos que ser muy conscientes de que solo naciendo de nuevo, naciendo el agua y del Espíritu, podremos desplegar todas nuestras posibilidades humanas. No siguiendo a Jesús desde fuera, como si se tratara de un líder, sino entrando como él en la dinámica de la vivencia interior. La presencia de Dios en el hombre tiene que darse en aquello que tiene de específicamente humano; no puede ser una inconsciente presencia mecánica. Dios está en todas las criaturas como la base y el fundamento de su ser, pero solo el hombre puede tomar conciencia de esa realidad y puede vivirla. Esto es su meta y el objetivo último de su existencia. En Jesús, la toma de conciencia de lo que es Dios en él, fue un proceso que no terminó nunca. En el relato del bautismo se nos está hablando de un paso más, aunque decisivo, en esa toma de conciencia. Meditación-contemplación Jesús vio que el Espíritu bajaba sobre él. Ésta es la experiencia máxima de un ser humano si tenemos en cuenta que Dios-Espíritu no tiene que venir de ninguna parte, porque está en nosotros antes de que nosotros empezáramos a ser. ...................... Descubrir el Espíritu en lo hondo de mi ser, es el segundo nacimiento que Jesús pide a Nicodemo. Con esa experiencia, comienza otra Vida que es la verdadera. Es la misma Vida que es Dios la que se despliega en mí. ....................... No tengo que romperme la cabeza para conseguirla. Es un don que el mismo Dios me ha hecho ya. Estoy preñado de Dios Lo único que tengo que hacer es atreverme a darle a luz. En tiempos tan recios como los que vivimos, estamos falt@s de esperanza y sobre todo necesitamos poder volver a creer en la bondad del ser humano. Las guerras, la injusticia, el egoísmo… no son tópicos, son realidades que golpean con fuerza y muchas veces destruyen las vidas de los más débiles. Realidades, que con frecuencia nos hacen sentir impotentes, erosionan nuestra fe en el futuro y nos llevan a pensar que es imposible mejorar el mundo que nos rodea. Sin embargo, las lecturas de hoy nos recuerdan que Dios sigue ahí apostando por el ser humano, que amanece sobre nosotr@s y nos invita junto a él a seguir soñando caminos nuevos de paz, inclusión y vida en nuestro amenazado mundo…
En los textos de este día de la de epifanía aparecen varias ideas que nos pueden ayudar a que nuestra fe se renueve encarnada en la confianza y la esperanza. La primera comienza recordándonosla el II Isaías, a través de un bello poema cargado de esperanza. El profeta recuerda al pueblo, todavía en el exilio en Babilonia, que Dios está amaneciendo sobre él, visualizando así, una bella imagen del alba en la que, casi sin darnos cuenta, poco a poco la luz va rompiendo la oscuridad, dejando que la claridad llene de colores la tierra y se disipen los miedos, la incertidumbre y nos despertemos a la vida. Dios es ese amanecer nos invita a ponernos en camino con la certeza honda de que El actúa en nosotr@s como un amanecer, que la niebla de la precariedad humana nunca podrá ocultar. Dios amanece y la esperanza se hace luz en nuestra historia. Para el autor de la carta a los efesios, ese amanecer, se hace realidad en la historia de su comunidad. La Buena Noticia de Jesús es que Dios ofrece su salvación a todos los seres humanos, porque El amanece para tod@s, rompiendo las fronteras étnicas, religiosas, de género o de estatus… hermanando así nuestras vidas. Dios cumple sus promesas de liberación y nos invita a construir espacios nuevos de encuentro y fiesta, de cercanía y hospitalidad. La buena noticia de Jesús llena de calidez nuestro corazón y de solidaridad nuestras vidas. El relato de Mateo, más allá de su historicidad, narra una experiencia personal y comunitaria de cómo está configurado sus vidas el seguimiento de Jesús. A través de un género literario, el midrash, típicamente judío, construye un episodio de la infancia de Jesús en el que busca transmitir los fundamentos de su fe y su horizonte de esperanza. La comunidad de Mateo, a la que pertenecen judíos y no judíos, se siente continuamente confrontada por el rechazo que experimenta por parte de la comunidad judía vecina. Su fe en Jesús les ha hecho entender las Escrituras judías de una forma diferente, una forma que para muchos miembros de la sinagoga es escandalosa. El autor el evangelio intenta ofrecerles un relato de la vida de Jesús que les ayude a dialogar con sus hermanos judíos, de modo que puedan presentarles su fe en Jesús como mesías a partir de los textos que sostienen también la esperanza de Israel. El midrash, es un recurso de la literatura judía para profundizar en los significados de la Escritura a través de la recreación narrativa. Mateo escoge diversos relatos del Antiguo Testamento desde los que puede explicar quién es Jesús y a partir de ellos construir un midrash sobre su nacimiento. Los recuerdos sobre la infancia de Jesús que circulaban por las primeras comunidades eran muy pocos porque, en la trasmisión de la memoria de Jesús, se habían priorizado los recuerdos de sus años de misión y de la Pascua, que era lo que tenía fuerza para el kerigma. En su relato de la infancia Mateo combina esos pocos recuerdos con los relatos del Antiguo Testamento posibilitando una nueva narración que fortalezca el anuncio de la fe de sus destinatarios y destinatarias. En la narración de la adoración de los magos, Belén se configura como el lugar en que Jesús se presenta como el Mesías enviado a Israel (Miq 5, 1-3; 2 Sam 5,2), pero también es el destino de unos paganos, presentado como sabios de Oriente, que han visto una estrella (Nm 24,17), que anuncia el nacimiento del rey de Israel y quieren adorarlo. Todos los personajes que están o llegan a Belén muestra actitudes de confianza y acogida hacia el recién nacido. Las referencias a la Escritura judía muestran como este niño cumple lo que se había dicho sobre el Mesías en ella. Jerusalén, el otro lugar que aparece en la historia, representa la oscuridad y la desconfianza. En ella está Herodes, que se asusta al conocer la información de los sabios y utiliza todos sus recursos para deshacerse de Jesús y evitar que se propague la noticia de su nacimiento. Los sabios de Oriente, que ven la estrella, se ponen en camino atentos a las señales que los han de guiar. Los representantes del pueblo judío, sin embargo, conociendo las Escrituras, no son capaces de descubrir en ellas a Jesús y no solo no se ponen en camino, sino que el miedo a perder su estatus les hace actuar con engaño y maldad. Mateo jugando con esos contrastes, invita a su comunidad a mirarse en aquellos sabios que se dejaron guiar por la estrella, acogiendo los pequeños signos de la historia. Como ellos, l@s seguidor@s de Jesús, a los que escribe Mateo, están llamados a dejarse guiar por la luz que su fe en Jesús irradia en sus vidas, como ellos han de seguir profundizando en las Escrituras para afianzar e iluminar su fe. Amanece en Belén y Dios se encarna en la debilidad humana para que nadie quede fuera de su mirada amorosa. Amanece en Belén y Dios nos invita a dejar soñar nuestro corazón para que él nos guíe, como a los sabios, por caminos alternativos capaces de construir un mundo nuevo, sin llanto ni dolor. Un mundo que ha de ser la utopía que guie nuestro caminar diario, de pequeños pasos y gestos sencillos… porque como decía Eduardo Galeano: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.” Hoy día de la Epifanía estamos invitadas e invitados a soñar, a intuir nuevos caminos, nuevas sendas de inclusión, de hospitalidad, de acogida de ternura y solidaridad…a soñar porque Dios amanece en nuestras vidas. Epifanía (epifaneia) significa manifestaciones. En el origen significó la primera luz que aparece en el horizonte antes de salir el sol. Esa luz se tomó como símbolo de la iluminación espiritual en todas las religiones; por eso la luz viene siempre de oriente. Toda manifestación de Dios tiene que ser universal. Dios no puede tener ni privilegios ni exclusivismos. No estamos celebrando la fecha de un acontecimiento. Sino la realidad de lo que es Dios y la inmensa alegría de poder descubrirle. La inmensa mayoría de los fieles siguen pensando en una historia real. Es una narración fantástica que ni siquiera es original del cristianismo. En otras muchas culturas se habla de estrella que anuncia el nacimiento de un gran hombre; de tiranos que persiguen a un niño que va a ser un salvador para su pueblo; de inocentes que mueren para salvar al escogido; etc., etc.
La Natividad de Jesús se celebró el 6 de Enero en toda la Iglesia durante varios siglos. Más tarde en Occidente se comenzó a celebrar el 25 de Diciembre, para suplantar la fiesta pagana del sol. En Oriente se sigue celebrando la Navidad el día 6 de Enero. Al celebrarse en occidente la Natividad de Jesús el 25 de Diciembre, se reservó la fecha del 6 de Enero para celebrar las Epifanías, que incluían el Bautismo del Señor y las Bodas de Caná. Dejemos bien claro, desde el principio, que cuando nació Jesús no pasó absolutamente nada fuera de lo normal. Todo el relato se desarrolla en un lenguaje específicamente mateano. Se trata de dejar claro que los de cerca rechazan de plano a Jesús por lo que significa, y los de lejos lo buscan y lo aceptan como lo que es. A través de los siglos se ha ido adornando el relato con afirmaciones que no están en el texto, pero que hoy todo el mundo cree a pies juntillas. El relato ni dice que eran tres. Mucho menos sus nombres. Ni dice que eran reyes. Ni “Mago” tiene, para nada, el significado que hoy damos a la palabra mago. En su origen el termino magoi significaba un miembro de la casta sacerdotal persa. Más tarde designó a otros representantes de la teología, de la filosofía y de la astronomía. Según el texto, los “magos” son unos paganos que orientados por signos extraordinarios que solo ellos saben interpretar, llegan a descubrir a Jesús. Mt nos está advierte de la llamada a todos los hombres a descubrirle. Los intentos que se han hecho a través de la historia de explicar la posibilidad de un fenómeno celeste que explicara la estrella, no merecen mayor comentario. Ni cometa ni estrella ni conjunción de astros, porque se trata de un relato simbólico. Una estrella no puede pararse “encima de donde estaba el niño”. Pero desde el punto de vista teológico, sí es relevante que el signo de la presencia de Dios se detenga en el lugar donde se encuentra Jesús: nos está recordando que al que busca de verdad, Dios lo guía y terminará encontrando lo que busca con ahínco. También queda la historia fuera de toda lógica cuando nos dice que se sobresaltó toda Jerusalén con Herodes. Herodes era odiado por todos los judíos. El anuncio de un rey distinto, sólo podía provocar alegría entre los habitantes de Jerusalén. Pero Mt está pensando en la Jerusalén que dio muerte a Jesús. Para Mt el rechazo de los judíos no es cosa del último momento, sino constante y anterior a cualquier manifestación de Jesús. A pesar de la estrategia de Herodes para deshacerse del Niño, Dios está allí para salvarlo. Tanto la intervención de Dios por medio de la estrella y de los sueños, como la derrota de Herodes a pesar de su maldad, están hablando de la experiencia de la comunidad de Mt. Si analizamos en profundidad nuestra actitud ante el Niño, resulta que el miedo de Herodes y de los jefes judíos, es también nuestro miedo. El reinado de Dios es una amenaza para nuestro egoísmo. Cuántas veces en nuestra vida hemos dicho: esto no lo creo, cuando queríamos decir: esto no me gusta. Estaríamos dispuestos a adorar a un Dios que potenciara nuestras seguridades y nuestro poder. Un Dios que reine sin hacernos reinar a nosotros, no nos interesa. Como los magos salen de su tierra para buscar, nosotros tenemos que salir de nuestro “ego”, de nuestras seguridades terrenas para buscarle. Sin esa actitud, aunque haya nacido el Niño, aunque aparezca la estrella, el encuentro no se producirá. Los letrados lo saben todo sobre el Mesías, pero, instalados en sus privilegios religiosos y sociales, no mueven un dedo para comprobar. Están muy a gusto con lo que tienen. Se quedan con su conocimiento y sus libros. El mensaje de este relato puede advertirnos a nosotros que el amor a la verdad crea nómadas, no instalados satisfechos. Cuantas veces, los cristianos nos hemos conformado con marcar a los demás la dirección sin mover un dedo para acompañarles. Esta diferente actitud de los magos, nos tiene que hacer pensar. Los paganos adoran al Niño, los judíos intentan matarlo. Los paganos reconocen la Niño, los judíos no lo reconocen. Son tesis propias del evangelio de Mt. El hecho de que en un momento determinado, los magos pregunten a Herodes y éste pregunte a su vez a los que conocen las Escrituras es muy interesante. Las Escrituras pueden servir de pauta, pueden indicarnos el camino a seguir cuando atravesamos lugares o tiempos sin estrella. Pero el valor de la Escritura depende de la actitud del que las estudia. A la Biblia hay que acercarse sin prejuicios; no para buscar argumentos a favor de lo que ya creemos, sino abiertos a lo que nos va a decir, aunque sea distinto a lo que yo espero. Ante millones de estrellas que brillan en el firmamento, lo magos descubren la de Jesús. Ante las miles de estrellas que llaman la atención en nuestro mundo, nosotros tenemos que descubrir la nuestra. El hombre tiene que dejarse iluminar por su estrella, pero también debe ser guía para los demás. No se trata de “convertir” a nadie. Nuestra obligación es hacer ver a los demás el Dios de Jesús, manifestando con nuestra vida su cercanía. Hacemos presente lo que es Dios, siempre que salimos de nosotros mismos y vamos en ayuda de los demás. No debemos presentarnos como poseedores de al verdad, sino como compañeros en la búsqueda. El verdadero creyente será siempre un buscador de la verdad, no su guardián. Fijaros lo que tiene que cambiar la actitud de los cristianos, sobre todo la de sus jefes. Esta celebración nos lanza más allá del marco de una iglesia, “fuera de la cual no hay salvación”. Dios se manifiesta siempre a todos los pueblos de todas las épocas. Todos los hombres están a la misma distancia de Dios. En el momento que nos sentimos privilegiados, hemos hecho polvo el mensaje de esta fiesta. Todos recibimos todo de Dios y todos tenemos la obligación de aprender de los demás y enseñar a los demás. Todos tenemos la obligación de encender una luz, en lugar de maldecir de las tinieblas. No podemos seguir mirándonos al ombligo con autocomplacencia sin límites. El Reino de Dios no se limita a los contornos de una Iglesia. El amor, la entrega, la capacidad de salir de sí e ir al otro, son posibilidades que abarcan a todos los hombres. Lo que celebramos hoy es la apertura de Dios a todos los hombres, no el sometimiento de todos a la disciplina de una Iglesia. Allí donde haya un hombre que crece en humanidad, amando a los demás, allí se está manifestando Dios. No podemos entender la apertura a los gentiles como propuesta para que se conviertan a nuestra religión. Lo importante es potenciar lo que hay de cristiano en cada hombre, aunque no conozca a Jesús. Meditación-contemplación ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Nunca sabremos a ciencia cierta donde está, Porque Dios está siempre revelándose y siempre ocultándose. En cuanto dejo de buscarlo, desaparece. ..................... Dios no es un ser concreto que puedo buscar con un candil. Está en todas las cosas, pero no soy capaz de descubrirlo. Está dentro de mí, formando parte de mi propio ser. Si encuentro mi verdadero ser, ya lo he encontrado a Él. ............................ La puerta que te llevará a tu centro, se abrirá sola. Pero tienes que dejar de buscarle en ninguna otra parte. Céntrate y concéntrate una y mil veces. Sin saber como, irá apareciendo la luz, en lo más íntimo de ti. El autor del primer evangelio (el de Mateo), que probablemente reside en Antioquía de Siria, lleva años viviendo una experiencia muy especial: aunque Jesús fue judío, la mayoría de los judíos no lo aceptan como Mesías, mientras que cada vez es mayor el número de paganos que se incorporan a la comunidad cristiana. Algunos podrían interpretar este extraño hecho de forma puramente humana: los paganos que se convierten son personas piadosas, muy vinculadas a la sinagoga judía, pero no se animan a dar el paso definitivo de la circuncisión; los cristianos, en cambio, no les exigen circuncidarse para incorporarse a la iglesia.
Mateo prefiere interpretar este hecho como una revelación de Dios a los paganos. Para expresarlo, se le ocurre una idea genial: anticipar esa revelación a la infancia de Jesús, usando un relato que no debemos interpretar históricamente, sino como el primer cuento de Navidad. Un cuento precioso y de gran hondura teológica. Y que nadie se escandalice de esto. Las parábolas del hijo pródigo y del buen samaritano son también cuentecitos, pero han cambiado más vidas que infinidad de historias reales. La estrella Los antiguos estaban convencidos de que el nacimiento de un gran personaje, o un cambio importante en el mundo, era anunciado por la aparición de una estrella. Orígenes escribía en el siglo III: “Se ha podido observar que en los grandes acontecimientos y en los grandes cambios que han ocurrido sobre la tierra siempre han aparecido astros de este tipo que presagiaban revoluciones en el imperio, guerras u otros accidentes capaces de trastornar el mundo. Yo mismo he podido leer en el Tratado de los Cometas, del estoico Queremón, que han aparecido a veces en vísperas de algún acontecimiento favorable; de lo que nos proporciona numerosos ejemplos” (Contra Celso I, 58ss). Sin necesidad de recurrir a lo que pensasen otros pueblos, la Biblia anuncia que saldrá la estrella de Jacob como símbolo de su poder (Nm 24,17). Este pasaje era relacionado con la aparición del Mesías. El bueno: los magos De acuerdo con lo anterior, nadie en Israel se habría extrañado de que una estrella anunciase el nacimiento del Mesías. La originalidad de Mt radica en que la estrella que anuncia el nacimiento del Mesías se deja ver lejos de Judá. Pero la gente normal no se pasa las noches mirando al cielo, ni entiende mucho de astronomía. ¿Quién podrá distinguirla? Unos astrónomos de la época, los magos de oriente. La palabra “mago” se aplicaba en el siglo I a personajes muy distintos: a los sacerdotes persas, a quienes tenían poderes sobrenaturales, a propagandistas de religiones nuevas, y a charlatanes. En nuestro texto se refiere a astrólogos de oriente, con conocimientos profundos de la historia judía. No son reyes. Este dato pertenece a la leyenda posterior, como luego veremos. El malo: Herodes, los sumos sacerdotes y los escribas La narración, muy sencilla, es una auténtica joya literaria. El arranque, para un lector judío, resulta dramático. “Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes”. Cuando Mt escribe su evangelio han pasado ya unos ochenta años desde la muerte de este rey. Pero sigue vivo en el recuerdo de los judíos por sus construcciones, su miedo y su crueldad. Es un caso patológico de apego al poder y miedo a perderlo, que le llevó incluso a asesinar a sus hijos y a su esposa Mariamme. Si se entera del nacimiento de Jesús, ¿cómo reaccionará ante este competidor? Si se entera, lo mata. Un cortocircuito providencial Y se va a enterar de la manera más inesperada, no por delación de la policía secreta, sino por unos personajes inocentes. Mt escribe con asombrosa habilidad narrativa. No nos presenta a los magos cuando están en Oriente, observando el cielo y las estrellas. Omite su descubrimiento y su largo viaje. La estrella podría haberlos guiado directamente a Belén, pero entonces no se advertiría el contraste entre los magos y las autoridades políticas y religiosas judías. La solución es fácil. La estrella desaparece en el momento más inoportuno, cuando sólo faltan nueve kilómetros para llegar, y los magos se ven obligados a entrar en Jerusalén. Nada más llegar formulan, con toda ingenuidad, la pregunta más comprometedora: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo”. Una bomba para Herodes. El contraste Y así nace la escena central, importantísima para Mt: el sobresalto de Herodes y la consulta a sacerdotes y escribas. La respuesta es inmediata: “En Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas”. Herodes informa a los magos y éstos parten. Pero van solos. Esto es lo que Mt quiere subrayar. Entre las autoridades políticas y religiosas judías nadie se preocupa por rendir homenaje a Jesús. Conocen la Biblia, saben las respuestas a todos los problemas divinos, pero carecen de fe. Mientras los magos han realizado un largo e incómodo viaje, ellos son incapaces de dar un paseo de nueve kilómetros. El Mesías es rechazado desde el principio por su propio pueblo, anunciando lo que ocurrirá años más tarde. Los magos no se extrañan ni desaniman. Emprenden el camino, y la reaparición de la estrella los llena de alegría. Llegan a la casa, rinden homenaje y ofrecen sus dones. Estos regalos se han interpretado desde antiguo de manera simbólica: realeza (oro), divinidad (incienso), sepultura (mirra). Es probable que Mt piense sólo en ofrendas de gran valor dentro del antiguo Oriente. Un sueño impide que caigan en la trampa de Herodes. Los Reyes magos no son los padres, somos nosotros A alguno quizá le resulte una interpretación muy racionalista del episodio y puede sentirse como el niño que se entera de que los reyes magos no existen. Podemos sentir pena, pero hay que aceptar la realidad. De todos modos, quien lo desee puede interpretar el relato históricamente, con la condición de que no pierda de vista el sentido teológico de Mt. Desde el primer momento, el Mesías fue rechazado por gran parte de su pueblo y aceptado por los paganos. La comunidad no debe extrañarse de que las autoridades judías la sigan rechazando, mientras los paganos se convierten. La mitificación de la estrella La estrella ha atraído siempre la atención, y sigue ocupando un puesto capital en nuestros nacimientos. Mt, al principio, la presenta de forma muy sencilla, cuando los magos afirman: “hemos visto salir su estrella”. Sin embargo, ya en el siglo II, el Protoevangelio de Santiagola aumenta de tamaño y de capacidad lumínica: “Hemos visto la estrella de un resplandor tan vivo en medio de todos los astros que eclipsaba a todos hasta el punto de dejarlos invisibles”. Y el Libro armenio de la infancia dice que acompañó a los magos durante los nueve meses del viaje. En tiempos modernos incluso se ha intentado explicarla por la conjunción de dos astros (Júpiter y Saturno, ocurrida tres veces en 7/6 a.C.), o la aparición de un cometa (detectado por los astrónomos chinos en 5/4 a.C.). Esto es absurdo e ingenuo. Basta advertir lo que hace la estrella. Se deja ver en oriente, y reaparece a la salida de Jerusalén hasta pararse encima de donde está el niño. Puesta a guiarlos, ¿por qué no lo hace todo el camino, como dice el Libro armenio de la infancia? ¿Y cómo va a pararse una estrella encima de una cuna? Para Dios «nada hay imposible», pero dentro de ciertos límites. El número y nombre de los magos En el Libro armenio de la infancia (de finales del siglo IV) se dice: “Al punto, un ángel del Señor se fue apresuradamente al país de los persas a avisar a los reyes magos para que fueran a adorar al niño recién nacido. Y éstos, después de haber sido guiados por una estrella durante nueve meses, llegaron a su destino en el momento en que la Virgen daba a luz... Y los reyes magos eran tres hermanos: el primero Melkon (Melchor), que reinó sobre los persas; el segundo, Baltasar, que reinó sobre los indios, y el tercero, Gaspar, que tuvo en posesión los países de los árabes”. Para Mt, el dato esencial es que no son judíos, sino extranjeros. Según Justino proceden de Arabia. Luego se impone Persia. En cuanto al número, la iglesia siria habla de doce. El contraste entre la primera lectura y el evangelio La liturgia parece ver en el relato de los magos el cumplimiento de lo anunciado en el libro de Isaías (Is 60,1-6). Sin embargo, la relación es de contraste. En Isaías, la protagonista es Jerusalén, la gloria de Dios resplandece sobre ella y los pueblos paganos le traen a sus hijos, los judíos desterrados, la inundan con sus riquezas, su incienso y su oro. En el evangelio, Jerusalén no es la protagonista; la gloria de Dios, el Mesías, se revela en Belén, y es a ella adonde terminan encaminándose los magos. Jerusalén es simple lugar de paso, y lugar de residencia de la oposición al Mesías: de Herodes, que desea matarlo, y de los escribas y sacerdotes, que se desinteresan de él. La felicidad que nos deseamos consiste en llegar a ser. No muerte lenta, sino procesos de vida, de una existencia con mucha felicidad. Que los procesos históricos en los que estamos viviendo nos ayuden a llegar a ser lo que somos. Tratar de revertir el curso de la historia. En la actualidad se dan procesos contrarios al ser. En esta era tecnológica, se insiste más en la ”tecno” que en la “lógica”, por ejemplo, se da la cerveza sin alcohol, la leche descremada, el café sin cafeína, las fotos sin papel, etc. El Ser Humano (SH) no es sino que va siendo. Las personas no estamos hechas de una vez por todas sino que nos vamos haciendo. Ha pasado un año más, un espacio de tiempo, un trozo de historia, que nos plantea el problema del Ser, si queremos seguir siendo lo que somos. Que la Madre Tierra, siga siendo lo que la naturaleza le ha marcado lo que tiene que ser y que los SH le dejemos desarrollar su existencia. Que los SH vayamos llegando a ser personas maduras, que vayamos llegando a una cierta plenitud del ser. Que el Parlamento llegue a ser lo que es, ese espacio de diálogo y expresión de la soberanía popular. Que la Democracia llegue a ser lo que tiene que ser en un Estado aconfesional y laico.
Que Europa deje de ser un campo de concentración para los refugiados y llegue a ser un espacio donde se respeten los DH y las libertades. Que el capitalismo deje de ser un sistema de muerte y llegue a ser lo que no es, un sistema de vida, para que toda la humanidad llegue a ser. Que todos los seres en general lleguen a ser lo que tienen que ser en este Planeta y no les pongamos cortapisas a su existencia. Que este año que entra, el 2017, pongamos los medios para que no sea un año vacío en la existencia de nadie, de ningún ser, empezando por la Madre Tierra. Feliz año 2017. Un fuerte abrazo, Vivir en la sabiduría de la no-dualidad
En contra de lo que nos dice nuestra mente –y el sentido común-, hoy ya sabemos que el tiempo no es la “línea” estable sobre la que discurre la existencia, sino una dimensión más –junto con el espacio, del que es inseparable- del mundo de lo manifiesto. Este es el nivel aparente, el mundo de las formas y del movimiento. Por “debajo” de él, o mejor, en su “núcleo”, late lo realmente real, aquello que constituye la identidad última de todo lo que es y somos. Y Eso es quietud. Pero movimiento y quietud no son realidades opuestas o contrarias, sino las dos caras en que se manifiesta lo Real. Como enseña el Tao te King, “el Ser nace en el No-Ser”; o “el Tao es un vacío insondable y está en movimiento incesante que jamás se agota”. La quietud aparece como movimiento, el vacío como forma, la nada como objetos… Y nosotros mismos podemos experimentar la no-contradicción: al silenciar la mente, experimentamos, a la vez, la quietud que somos y el incesante movimiento que se da en nuestro cuerpo. A esa unidad en la diferencia la llamamos no-dualidad. Y en eso consiste la sabiduría: en vivir la realidad de las formas (el movimiento) desde lo realmente real (la quietud), vivir “lo que tenemos” desde “lo que somos”, vivir el tiempo (en el tiempo) desde la atemporalidad (presencia). Lo cual requiere conocer quiénes somos y permanecer en conexión con ello. Somos quietud en medio de las formas. Y cuanto más nos atrevemos a vivirlo, más descubrimos su verdad. Ánclate en la quietud que eres. Cuando aparezca cualquier tipo de inquietud, reconoce que es solo un movimiento en la superficie que no afecta a tu identidad. Como dice Pema Chödrön, “tú eres el cielo, todo lo demás es el clima”. El cielo no se ve afectado por las nubes que aparecen en él. Si la inquietud nos posee y nos arrastra, se debe solo a la ignorancia acerca de quienes somos. La comprensión de nuestra identidad conduce a la aceptación, y en la aceptación encontramos la paz. Aceptar significa alinearse con lo real y fluir con la corriente de la vida. Aceptar, por tanto, es lo opuesto a resistir –la resistencia es el arma que tiene el ego para autoafirmarse, aun a costa de generar sufrimiento inútil-, pero es también lo opuesto a resignarse o claudicar. Alineados con lo real, de nosotros brotará la acción adecuada en cada caso. Visto desde la mente, podría decirse que nos responsabilizamos del mundo de las formas. En realidad, aceptación y responsabilidad vienen unidas en el mismo movimiento en el que nos introduce la sabiduría de la vida. Porque, tanto al aceptar como al responsabilizarte, lo haces en la consciencia de ser uno con ella. Y precisamente por eso –por saber que eres uno con la vida-, te acompaña siempre la confianza. Porque tu acción no busca un resultado determinado. Porque, en último término, no eres tú el hacedor, sino solo el cauce por el que la propia vida fluye. Es lo que expresaba admirablemente, en un lenguaje teísta, Ignacio de Loyola, en la conocida “paradoja ignaciana”: “Actúa como si todo dependiera de ti, confía como si todo dependiera de Dios”. Es admirable precisamente porque se asienta, consciente o inconscientemente, en la sabiduría de la no-dualidad. Sabiduría que podría formularse de este modo: “Vive como si todo dependiera de ti; y confía como si nada dependiera de ti”. Responsabilidad y confianza, compromiso decidido y desapropiación completa: es el camino de la gratuidad, que nace de la comprensión. Tal paradoja, que para la mente suena a contradicción irresoluble, contiene la más exquisita sabiduría vital. Pero solo puede ser vivida plenamente en la medida en que salimos de la ignorancia que nos hacía reducirnos al “yo” y permanecemos en conexión con nuestra verdadera identidad. La misma comprensión-vivencia de que somos Vida hará todo lo demás. |
Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando
EL BLOGEl blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida. SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...
Archivos
Febrero 2023
Categorias |