Soy un cura obrero jubilado desde hace años y vivo en Badalona. Desde hace muchos años soy habitual seguidor de “Redes cristianas” que por cierto siempre la he valorado y recomendado por su contenido valiente y objetivo.
Pero tengo que reconocer que, últimamente, esta objetividad me está fallando respecto a lo que está sucediendo últimamente en Catalunya. Y, la verdad encuentro a faltar vuestro posicionamiento ante lo que sucedió el día 1 de Octubre. Sin duda es cuestionable y opinable, pero sinceramente creo que lo que es totalmente incuestionable es la brutalidad con que actuó la policía nacional y la guardia civil contra personas indefensas que, cívicamente y pacíficamente, querían opinar y votar, en un referéndum declarado quizás “ilegal”. Sinceramente creo que ninguna ley humana tiene un carácter sagrado, ya que para los que llamamos cristianos, sólo tiene ese carácter la Ley que viene de Dios, ya que sólo y tal como nos enseñó y dejó muy claro Jesús, la realmente sagrada es la Ley del amor que busca el bien y no el mal de la persona humana, y eso porque lo que hacemos a los demás se lo hacemos al mismo Dios (Mt 25,31-46) Y por tanto los que actuaron violentamente y masacrando a personas indefensas, no hay ley que lo justifique y predomine por encima del respeto a la persona. Como le pasó a una amiga militante de Acción Católica Obrera que a golpes de porra le destrozaron la cara, mientras hacía cola para votar. Es por eso que muchos de lo que pensaban no votar, al ver lo ocurrido, por dignidad y solidaridad, fueron a votar o cambiaron el “no” por un “sí”. ¿Es que votar y aunque, en este caso, sea declarado ilegal, es un acto “tan criminal” que merece un castigo tan brutal, y actuando bajo el mandato de un partido y unos políticos corruptos, que son lacayos de un sistema económico que, como dice el Papa Francisco, mata a miles de personas cada día? Sinceramente creo que los catalanes estamos dando una lección al mundo de civismo pacífico y de no violencia, manifestándose millones de personas desde hace años, de manera festiva y cívica. Y que tal como quedó patente el día 1 de Octubre ante la avalancha policial, valientemente muchos respondían dándoles claveles y alzando las manos, mientras eran atacados salvajamente siguiendo órdenes “legales”. Me parece bien que pidáis opinión a personas destacadas, tal como hacéis hoy, pero de verdad no sé qué razones tendréis para no denunciar claramente algo tan flagrante y evidente sobre lo que ocurrió el domingo. Y por eso que, repito, encuentro a faltar que vosotros, como representantes de un colectivo que agrupa a muchas entidades de Iglesia progresista, os posicionéis claramente ante la barbarie del domingo. Ý también porque creo que no sois de los que, como decía A.Machado, “ se desprecia lo que se ignora” .
2 Comentarios
La última es la carta de una cincuentena de teólogos y académicos acusando al Papa Francisco de propagar herejías. Antes hubo unos cardenales que le plantearon dudas públicamente exigiendo que les contestara. Ciertamente Francisco no entra en el trapo de disputas teológicas usando el Evangelio o el código de derecho canónico como armas arrojadizas. Pero los fariseos de hoy le exigen que responda con recetas claras y distintas a problemas morales de manual. Y quieren que se pronuncia rápido porque si no habrá un cisma.
Pero no solo al Papa se le exige su postura, clara y contundente. A los que no pintamos nada también se nos pide, se nos exige que nos posicionemos. “¿Qué piensas de…” Pero no nos dejan que digamos que las cuestiones son complejas: Hay que decir sí o no; a favor o en contra. Quizá últimamente os hayan preguntado qué pensáis esta invasión de migrantes (en realidad son un porcentaje ridículo comparado con la población europea) que vivimos en Europa y que ponen en riesgo nuestro bienestar, nuestros valores. ¿A favor, o en contra? No te dejan ni terminar una frase: “Sí, pobrecitos, pero ¿dónde los vamos a meter? ¿Por qué no te los llevas a tu casa?” O el tema ineludible estas semanas en España: sobre Cataluña ¿qué dices? Están molestos los ortodoxos porque el Papa no contesta a sus dubia, pero sí lo hace. Cada vez que llama por teléfono a una mujer abandonada que quiere rehacer su vida está respondiendo. Cada jueves santo al lavar los pies a una refugiada responde. Al confesar a una persona transexual y hacer lo posible para que sienta el amor un Dios que nos crea diversos responde. Cuando dice en voz alta “vergüenza” sobre la actitud de Europa. Lejos de ser una pregunta retórica, los ministros de Interior del G6 -Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia y España-, reunidos en Sevilla el 16 de octubre, han decidido reinterpretar el número de personas refugiadas reubicadas en sus países.
La tesis del G-6 es que la crisis de refugiados de 2015 se vinculó con una constante corriente migratoria en el Mediterráneo, haciendo difícil distinguir quiénes son refugiados y refugiadas y quiénes son migrantes irregulares. Las líneas que siguen a continuación pretenden abordar esta cuestión que los poderes públicos están resolviendo de una manera muy restrictiva. Su consigna es dividir a los sujetos de derecho y reinterpretar las normas internacionales y nacionales de manera muy restringida. ¿Quiénes son refugiadas? ¿Las personas sirias o las afganas? ¿Las etíopes o las iraquíes? ¿Las bangladesís o las colombianas? Aunque es evidente que todos y todas son seres humanos, la respuesta jurídica, es decir, la calificación como personas refugiadas o migrantes económicas les coloca en una situación de mayor o menor vulnerabilidad cotidiana. Los proyectos de vida se truncan según dicha calificación, y lo que es más grave, todos ellos se encuentran en espacios que transitan entre la desregulación, la discriminación, la impunidad, los limbos jurídicos y los espacios sin derechos. Sassen habla de “un tercer sujeto migrante” que queda fuera de los tratados internacionales sobre refugiados o las leyes nacionales sobre migración: personas expulsadas del campo que terminan en grandes suburbios de la periferia y son “capturados en un desarrollo económico (…) que oscurece esta realidad de expulsión” [1]. Una aclaración terminológica El concepto de persona refugiada y el marco jurídico recogido en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (1951) y el Protocolo de 1967 resultan manifiestamente insuficientes. Las migraciones económicas se presumen voluntarias, pero ocultan los desplazamientos forzados. Además, los millones de personas y pueblos que emigran por causas climatológicas y por el modelo y proyectos de desarrollo capitalista y heteropatriarcal se enfrentan a un vacío político, social, legal y humano. Siguiendo a Raquel Celis y Xabier Aierd [2]: “El desplazamiento forzado sería el cambio involuntario de lugar de residencia de una persona o grupo de personas, viéndose obligadas a huir, a abandonar su residencia habitual, para proteger su vida o integridad, independientemente de que suponga o no cruzar la frontera estado-nacional como consecuencia de: una violación grave o sostenida o sistemática de derechos humanos (incluyendo los derechos civiles, políticos. Económicos, sociales y culturales); una violación masiva de los derechos humanos; la violencia generalizada; los conflictos armados; las catástrofes y desastres naturales o provocadas por el ser humano y la implementación de proyectos de desarrollo a gran escala”. “También se considera desplazamiento forzado el que sufren las personas que han migrado por cualquier otra causa pero se encuentre en riesgo de sufrir torturas o tratos inhumanos, o degradantes en caso de ser devueltas a sus países de origen o a terceros países” Por tanto, hay que rebasar el enfoque liberal de los derechos humanos, que los circunscribe al ámbito civil y político y entender que los mismos son universales, indivisibles e interdependientes. Es decir, se debe proteger a las personas y pueblos que huyen y se convierten en desplazados forzados. Los desplazamientos forzados Las múltiples causas que atraviesan la calificación de los desplazamientos forzados, dificultan la tipificación de todos y cada uno de los derechos vulnerados. No exageramos si afirmamos que la destrucción total y absoluta de la dignidad humana nos retrotrae a épocas remotas donde los derechos humanos no formaban parte del imaginario colectivo. Vulneraciones del derecho a la vida, del derecho de asilo, de la omisión de socorro, de la protección de la infancia, de la no detección y protección de las víctimas de trata, de la esclavitud, del hambre, de las expulsiones, de las migraciones medioambientales, de la guerra, de la violencia sistemática, de la tortura, de los tratos inhumanos, de las violaciones y vejaciones, de la explotación laboral, de las redadas racistas, de los vuelos de expulsión, de la prostitución forzosa, … etc.[3] Además, el dolor de quienes que han perdido a sus seres queridos -sin registro alguno de desaparecidas y sin posibilidad de despedirles con dignidad- no encuentra amparo efectivo en los tribunales de justicia. No podemos olvidar la destrucción emocional y vital de millones de personas cuyo único delito es intentar sobrevivir. ¿Cómo se puede evaluar tanto dolor? Cuando perdemos a un ser querido, a uno solo, sentimos que el tiempo y el espacio toman otra dimensión. Ponerles rostro y voz resulta imprescindible para delimitar la dimensión de este debate, y por eso los testimonios de las personas refugiadas y migrantes son los mimbres imprescindibles para trenzar las categorías jurídicas. La Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos de Argel (1976), establece que todo pueblo tiene derecho a existir, al respeto de su identidad nacional y cultural. Y que todo pueblo tiene el derecho de conservar en paz la posesión de su territorio y de retornar allí en caso de expulsión. También proclama que nadie puede ser, debido a su identidad nacional o cultural, objeto de masacre, tortura, persecución, deportación, o expulsión, o ser sometido a condiciones de vida que puedan comprometer la identidad o la integridad del pueblo al que pertenece. En estos tiempos en que millones de migrantes deambulan de un lugar a otro del planeta global, ¿por qué no reclamar -siguiendo la estela de Argel- que sean considerados sujetos de pleno derecho, como si de “un nuevo pueblo se tratase” con identidades heterogéneas de carácter transnacional al que hay que proteger y dotar de derechos y obligaciones vivan donde vivan? La reflexión a la que nos aboca la cuestión planteada, evidencia un hecho y es que la Declaración de Argel debe ser reinterpretada y readecuada a las nuevas realidades transnacionales y, en ningún caso, debe dejar fuera a las personas desplazadas forzosas, que son en última instancia las grandes perdedoras de este sistema capitalista. La separación entre migraciones forzadas y voluntarias ha perdido hace tiempo su razón de ser La crisis de los desplazamientos forzados no es espontánea, ni coyuntural, ya que está vinculada a múltiples causas estructurales que sustentan el modelo económico y social de dominación, lo que implica abordarlas necesariamente desde su raíz o los dramas humanos que provocan los desplazamientos forzados no se van a detener. No obstante, no renunciamos a considerar un valor esencial de la humanidad que las migraciones sean movimientos libres, que los intercambios entre pueblos, comunidades y personas sean un bien cultural digno de protección internacional, pero lo cierto es que solo un número muy reducido de personas puede viajar en libertad y de manera voluntaria. Bajo este epígrafe, no pretendemos afirmar que las causas que generan una u otra categoría jurídica sean similares, pero la solución no puede apuntar a crear rangos tan diversos que sirvan para abrir o cerrar las fronteras de manera tan aleatoria. Y más si las interpretaciones aplicadas por los gobiernos y las instituciones comunitarias se decantan en sentido inverso, es decir, se procede a la desaparición de “facto” de las normas de protección de las personas refugiadas y se generalizan las migraciones como desplazamientos fuera de la Convención de Ginebra. Es como si el actual modelo de desarrollo capitalista y patriarcal no provocara ningún efecto “huida”, y lo que resulta muy evidente es que la “persecución”, tal y como se interpreta desde la UE y los gobiernos miembros, aparece vinculada a una regulación y aplicación normativa muy formal y estática, lo que no permite proteger, ni explicar, el sufrimiento de millones de personas. Se interpretan restrictivamente las normas que protegen a las personas refugiadas y se consideran voluntarias al resto de personas migrantes, no aceptando las múltiples causas que generan “huidas” no voluntarias. Pese a reconocer que es un tema complejo, entendemos que un tratamiento adecuado de los espacios y los tiempos de intervención normativa nos permite diferenciar entre las propuestas de corto plazo, que atiendan las necesidades prácticas de carácter cotidiano e inmediato de las personas refugiadas y migrantes y las de largo plazo, que proponen modificaciones en los sistemas de regulación. Desde el punto de vista de la respuesta jurídica a corto plazo, se deben exigir modificaciones del sistema europeo y de los países miembros sobre el refugio, y se tiene que reclamar su adecuación estricta al Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Así, debemos exigir la eliminación de los acuerdos bilaterales con países que vulneren los derechos de las personas migrantes; abrir corredores humanitarios y otras vías seguras de acceso a la protección, expedir de visados en embajadas y consulados; cumplir los compromisos de reubicación y reasentamiento; poner fin a las devoluciones ilegales en las fronteras de Ceuta y Melilla; derogar el Acuerdo de Málaga firmado entre España y Francia que permite las devoluciones en caliente en la frontera de Irún; aprobar el Reglamento de desarrollo de la Ley de Asilo y Protección Subsidiaria tras más de 7 años de retraso y exigir el cumplimiento del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea que garantiza controles fronterizos acordes con los derechos fundamentales de la Unión Europea. Por otra parte, en el caso español, el programa del Ministerio de Empleo al que se acogen las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional consta de varias fases que son completamente insuficientes –seis meses en pisos de acogida, un año de ayudas para el alojamiento y manutención y un tercer periodo de asesoramiento- y, además, sus dotaciones económicas son manifiestamente escasas. A todo ello hay que añadir las dificultades para empadronarse, lo que conlleva impedimentos para solicitar y conseguir el arraigo y la deriva de todo ello en un limbo jurídico sin límites, ya que al calvario cotidiano se suma que el asilo se concede a un escaso 3% de las personas solicitantes. A partir de ahí, pasan a engrosar las filas de “personas irregulares” y su consideración de sujetos de no derecho. También se debe aprobar la inclusión en la Convención de Ginebra de un protocolo específico sobre personas refugiadas por motivos medioambientales [4] y evolucionar en la definición del agente perseguidor -Estado de origen, empresas transnacionales, Instituciones Económico- Financieras y Estados matrices- causante de la huida por causas medioambientales. Suecia y Finlandia ya tienen reconocida la figura de migrantes ambientales. Respecto a la persecución por motivos de género resulta imprescindible reconceptualizar el Derecho Internacional de las Personas Refugiadas tal y como afirma Carmen Miguel Juan[5]. Los cinco motivos previstos en la Convención de Ginebra deben ser interpretados desde una perspectiva feminista y tomar en consideración la violencia sexual que sufren las mujeres, los niñas y las niños en los tránsitos por parte de todos los hombres con los que se encuentran en el camino: compañeros de viaje, policías, mafias… etc., los matrimonios forzados, la ablación genital, la prostitución forzosa y la persecución por la orientación y la identidad sexual. Por otra parte, las normas sobre migraciones comunitarias y nacionales, como la ley española de extranjería, deben modificarse radicalmente y adecuarse a la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, que es un tratado de la ONU que busca el respeto de los derechos de los trabajadores y trabajadoras migrantes. Uno de los aspectos más reseñable de la Convención es la referencia a los “migrantes indocumentados” como titulares de derechos fundamentales y, por tanto, del acceso y protección a los mismos. Convención, por cierto, no ratificada por ningún país europeo, ni EUUU, entre otros. Pero el desafío más importante proviene de cómo buscar un uso alternativo del derecho que permita que todas las personas excluidas del modelo neoliberal, puedan ser sujetos de derecho de manera plena y al margen de fronteras y jerarquías. Eso requiere un nuevo instrumento jurídico que tenga en cuenta las normas internacionales sobre refugio, sobre migraciones, sobre la persecución por motivos de género, sobre el cambio climático y sobre el control de las empresas transnacionales, lo que implica modificaciones sustanciales del modelo vigente de regulación. Un instrumento que trate los desplazamientos forzados de manera integral y otorgue carta de naturaleza jurídica y protección a todas las personas que sean perseguidas o que huyan de sus lugares de origen contra su voluntad. Lo que no se puede aceptar es que siga habiendo una categoría de personas refugiadas con estándares jurídico-formales de protección superior -persecución por razones de raza, religión, nacionalidad, de la guerra… etc.- a las personas que huyen del hambre, de las prácticas de las empresas transnacionales, de la violencia machista, de la especulación alimentaria, de los efectos de los acuerdos y tratados de comercio e inversiones, de los proyectos agroindustriales y extractivistas, del acaparamiento de tierras, de las políticas de las Instituciones Económico-Financieras… etc., ya que estos motivos no son ajenos a los desplazamientos forzados. Este es uno de los nudos centrales que se deben tratar al aproximarse a las causa reales que provocan los desplazamientos forzados. Propuesta de mitigación de los desplazamientos forzados Hay que partir de dos principios internacionales que deben formar parte del vértice de la pirámide jurídica del ordenamiento internacional · Resulta imprescindible actualizar un acuerdo internacional respecto a qué cuestiones forman parte de las ventajas competitivas entre empresas y cuáles no. Los derechos humanos, medioambientales y laborales deben quedar fuera de la competitividad y la acumulación de capital no puede hacerse a costa de los derechos humanos. · La supuesta fragmentación del Derecho Internacional en esferas separadas y supuestamente autónomas, permite a las empresas transnacionales y a los poderes corporativos imponer las reglas económicas y políticas del gran capital a las mayorías sociales. Se reinterpretan por tanto las normas internacionales a favor de los sectores dominantes. La inversión de la pirámide jurídica internacional es urgente e imprescindible y se requiere una nueva codificación normativa que exprese claramente que el Derecho Internacional de los Derechos Humanos -incluido el Derecho Internacional del Trabajo, el Derecho Internacional Ambiental y el derecho a una vida libre de violencia machista- es jerárquicamente superior a las normas de comercio e inversiones, nacionales e internacionales, por su carácter imperativo y como obligaciones erga omnes, es decir de toda la comunidad internacional y para toda la comunidad internacional. Además, las políticas internacionales deben regular de manera imperativa cuestiones que aparecen muy vinculadas a la vulneración de derechos de las personas desplazadas. · Que se proceda al progresivo cese de la industria militar, así como su adecuación estricta a los derechos humanos. · Que la UE y los Estados miembros controlen y obliguen a las empresas transnacionales, fondos de inversiones y demás corporaciones especulativas a someter su actividad al estricto cumplimiento del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. · Que los acuerdos y tratados de comercio e inversiones respeten el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Derecho Internacional del Trabajo, el Derecho Internacional Ambiental, la soberanía de los pueblos y los derechos de los campesinos y campesinas. · Que las políticas de cooperación al desarrollo se ajusten al Derecho Internacional de los Derechos Humanos y no a la “seguridad de los Estados”. · Que las políticas de la UE y de los países miembros tengan como primera prioridad trabajar por el control del cambio climático a escala local, nacional, regional y global. · Se debe crear una Defensoría Mundial de los Pueblos por los Derechos de las personas migrantes, refugiados, asilados, apátridas, víctimas de trata y tráfico, que promueva la libre movilidad y los derechos humanos. · Se debe apoyar la aprobación de un Tratado Vinculante de las Naciones Unidas para el control de las Empresas Transnacionales y otras empresas en materia de respeto de los Derechos Humanos en el marco del Consejo de Naciones Unidas en Ginebra. · Se debe tomar en consideración la Declaración final de la Conferencia Mundial de los Pueblos “Por un mundo sin muros hacia la ciudadanía universal” que tuvo lugar el 20 y 21 de Junio de 2017 en el municipio de Tiquipaya, en Bolivia[6]. La complejidad sobre las causas de los desplazamientos forzados es muy evidente. El Derecho Internacional de los Derechos Humanos es el telón de fondo donde apuntalar las diferentes alternativas y su objetivo primordial terminar con el sufrimiento de millones de personas que transitan por el planeta bajo biografías del horror. Según la Real Academia de la Lengua Española, se entiende por clericalismo alguna de las siguientes acepciones: "influencia excesiva del clero en los asuntos políticos; intervención excesiva del clero en la vida de la Iglesia, que impide el ejercicio de los derechos a los demás miembros del pueblo de Dios; o marcada afección y sumisión al clero y a sus directrices".
En dichas comprensiones, las dos primeras suponen un protagonismo y responsabilidad directa del clero; mientras que en la última tanto la responsabilidad como el ejercicio del clericalismo le cabe directamente al laicado. En cualquiera de sus distinciones, el clericalismo es una desviación de la sana religiosidad y espiritualidad, por lo que, lejos de la virtud, es un mal eclesial que debe ser combatido y erradicado, para realizar de mejor forma el bien social que le cabe a la Iglesia. Pese a haber plena conciencia de los serios males que produce en la Iglesia el clericalismo, su resistencia y erradicación se dificulta porque, el mismo, es parte de la cultura eclesial católica. Consecuentemente existe una suerte de connivencia con esta nociva costumbre y se tolera porque su erradicación supone conversión pastoral. Sin embargo, no ha faltado orientación magisterial para combatir esta lacra del clericalismo. Los tres Papas recientes lo han condenado con distintos énfasis. Mientras Francisco lo hace de manera sistemática, pública y aguda; Benedicto XVI lo hacía de manera esporádica, reservada ante el clero y con la misma agudeza. Sin embargo, la condena pontificia más contundente la hizo Juan Pablo II, y la expresó en la exhortación apostólica Christifideles laici, dirigida precisamente al laicado católico. En efecto, Juan Pablo II dedicó uno de sus documentos pontificios expresamente al laicado católico, donde sin mencionar la palabra clericalismo, expresó una de las críticas más incisivas de la Iglesia en esta materia. En la introducción de dicho documento señala: "El Sínodo ha notado que el camino posconciliar de los fieles laicos no ha estado exento de dificultades y de peligros. En particular, se pueden recordar dos tentaciones a las que no siempre han sabido sustraerse: la tentación de reservar un interés tan marcado por los servicios y las tareas eclesiales, de tal modo que frecuentemente se ha llegado a una práctica dejación de sus responsabilidades específicas en el mundo profesional, social, económico, cultural y político; y la tentación de legitimar la indebida separación entre fe y vida, entre la acogida del Evangelio y la acción concreta en las más diversas realidades temporales y terrenas." ChL 2. En esto hay una crítica frontal a la desviación del camino postconciliar del laicado, que a veinte años del Concilio, lo había llevado a obsesionarse por las cuestiones intra-eclesiales, abandonando las responsabilidades sociales específicas a su identidad y vocación primordial, como son el servicio de las "realidades temporales". Al respecto, hay que concordar con el magisterio, que la identidad del clero y del laicado deslinda precisamente en su ámbito de acción ordinario. De manera que, siendo lo propio del clero el servicio preferente de la Iglesia o de la ecclesía (la comunidad cristiana), lo propio del laicado es el servicio preferente en la sociedad, inmerso en cada cultura. Sin ser excluyentes, ambas dinámicas de la identidad del clero y del laicado, son un criterio orientador fundamental de las capacidades de servicio de la Iglesia. Sólo así, es posible comprender que, gracias a un laicado maduro, libre de todo vestigio de clericalismo, esa tierna y consoladora alegría del Evangelio, así como esa capacidad de sanar las estructuras de pecado en las que sostienen muchos males del mundo, pueda extenderse a los más recónditos espacios de la vida humana y del mundo. En esto, no es que la Iglesia, con su magisterio, faculte ni conceda al laicado una potestad de servicio de alto impacto en la vida y en la sociedad, sino que es reconocer las potencialidades que el mismo Dios confía a un laicadoque asume concientemente las consecuencias de su bautismo. A 52 años del Concilio y a 29 años de la Christifideles laici, el camino del laicado ha continuado desviándose por nuevos atajos y peligros, que lo alejan y distraen de su misión esencial, precisamente por el creciente proceso de clericalización, que le arrebata su fecundidad apostólica y domestica su parresía profética. En este sentido, la coyuntura de la escasez de clero y de miembros de la vida religiosa, es ante todo una excusa para justificar a ese enorme contingente humano que pulula en torno a las parroquias, sacristías y una amplia gama de distracciones eclesiásticas. En ello se olvida que el laico no es para la Iglesia sino para el mundo. Con la llegada de Papa Francisco a Roma, portador de nuevas y grandes esperanzas para la Iglesia, aparecen nuevos peligros. Precisamente cuando comienzan a discutirse temas impensados, como la mayor participación de la mujer y del laicado en la vida de la Iglesia, hay quienes parecen descubrir nuevas oportunidades para iniciar una suerte de "carrerismo laical". En efecto, y en ese anhelo de mayor participación, algunos parecen descubrir un espacio para integrar al laicado en las estructuras de poder de la Iglesia. Así, se interpretan como grandes avances eclesiales la integración de laicado, incluyendo a algunas mujeres y hombres, en puestos claves de ciertos dicasterios romanos. De ser ese el anhelo de reforma de la Iglesia, sería nefasta la utilización del laicado para validar a esa estructura de poder religioso que nunca debió llegar a ser la Iglesia. Sería participar al laicado de esa monarquía eclesial, de la cual esta vocación numerosa de la Iglesia siempre ha estado excluida, en virtud de esa viciada jerarcología que afortunadamente lo marginó. La gran reforma de la Iglesia apunta necesariamente a redescubrir las potenciales de un laicado maduro, para transformar las realidades temporales torcidas por el pecado; ello implica redescubrir las posibilidades y potencialidades del sacerdocio común de los fieles para despertar a ese gigante dormido que es el laicado católico. El tema reflexionamos en grupo. Las opiniones de los participantes fueron:
Raúl: este tema nos llama a reflexionar sobre la base de la sociedad que es el matrimonio, que fue instituido desde la creación. La unión del hombre y la mujer permite que dos energías se complementen, se unan para dar el salto cuántico que crea la capacidad moral para el servicio. El matrimonio nos conduce a ser luz entre nuestros hermanos, a trabajar con energías creadoras. El amor en el matrimonio es producto del Espíritu. Manuel. miembro del equipo del Obispo de Riobamba Leonidas Proaño, opino que en la cultura nativa al llamar padre al presbítero se refiere al jefe de familia, el cual es el servidor de sus hijos de su mujer y de la comunidad, está llamado a conocer la realidad, los problemas a fondo, buscar la verdad, vivir bien en pareja, servir a la comunidad. Paco: el presbítero del futuro de be ser un dirigente pastoral, un ejemplo de ética, no debe creerse indispensable, no debe abusar de la confianza de la gente porque con esa actitud destruye la oral y la ética. Debe presentarse con autenticidad, sin hipocresía. Teresita, viuda de Holger Torres: el matrimonio constituye una pareja normal del hombre y la mujer, el cual fue instituido por ley divina y ayuda a evitar la pederastia, que es y ha sido un problema grave en la iglesia católica en la actualidad. Al tratar del servicio a la comunidad se debe tener en cuenta que esta enseñanza debe iniciarse desde la niñez en la familia. Jesús: San Agustín fue elegido por la comunidad. En este tiempo se ven presbíteros que tienen vocación y otros que parecen profesionales. La vocación nace en la familia, el testimonio de los padres pesa mucho. El matrimonio es la base de la sociedad, es la luz complementaria para iluminar a los hombres. El celibato es absurdo en este tiempo, si alguien lleva debe guardarlo porque es un don que ha recibido de Dios. Hoy día estamos llamados a dominar el ego de la lujuria. Debemos buscar la presencia divina en nuestras vidas, para servir a la comunidad. La espiritualidad del presbítero de hoy, debe manifestarse en ser un servidor de la comunidad, estar siempre atentos al tiempo en que vivimos, debemos transmitir energías positivas, ser transparentes, sencillos, humildes, no ser machistas, ser respetuosos con las mujeres, como Jesús nos enseña en los pasajes de la mujer adúltera y la samaritana Leonardo: Jusis dijo: he venido para los enfermos, los menesterosos, a atenderles sin recompensas de dinero. El presbítero del futuro debe ser desinteresado, debe derramar amor cósmico. Ser maestro para enseñar a pescar, a trabajar a producir. No debe utilizar un lenguaje difícil cuando se comunica con el pueblo. La espiritualidad se debe lograr tratando que Jesús viva en nuestros corazones. Mario: Como Jesús eligió a sus discípulos ayer, ahora también elige hoy día. En el tiempo de Jesús algunos discípulos de Juan bautista pasaron a ser discípulos de él. Ellos se formaron durante algunos años en la práctica de la vida diaria, en el amor, la solidaridad y la oración. Tuvieron una formación informal disciplinada. El presbítero del futuro debe tener un desprendimiento de las cosas materiales, sin apego a los bienes que causen escandalo a la comunidad. El presbítero del futuro debe formarse en la familia, en la comunidad viva, donde vive y experimenta la fe, la esperanza y la solidaridad. La espiritualidad se debe encontrar en seguir el ejemplo de Jesús de amor al prójimo hasta dar la vida por él, en la oración diaria que hacía en un lugar tranquilo. Consideramos oprtuna e importante la opinión del obispo Leonidas Proaño, que en el libro: Creo en el hombre y en la comunidad, escrito en Riobamba, en el año de 1983, señalo: “Sobre la formación de los sacerdotes, la crisis del clero, la supresión de los seminarios menores y mayores por falta de economía y personal, el equipo misionero. Como muestra de las reuniones con los jóvenes aspirantes al sacerdocio presento las siguientes notas: ¿Que rasgos estamos descubriendo como distintivos del sacerdote del mañana? Debemos ser curas desmitificados, encarnados e integrados en la comunidad. No ser considerados sagrados y sacralizados. Cultivar una actitud de servicio al pueblo, particularmente a los pobres. Una vida de riesgo económico y social. No debemos considerarnos como clase sacerdotal. Colaborar en la educación del pueblo. Cultivar los valores humanos. De acuerdo con el evangelio debemos adquirir la capacidad de servicio a la comunidad, de buscar siempre la verdad, practicar la lealtad y sinceridad. Trabajar por la formación de las comunidades cristianas.” Nota: Estas reflexiones cortas, sencillas, compartimos con nuestro amigo Julio Pérez Pinillos que hace unos días nos había solicitado. Hay imágenes que valen, efectivamente, más que muchas palabras. La que publica hoy Religión Digital (RD), con los orondos cardenales Burke, Sarah y Müller, en primera fila, celebrando los diez años del nefasto decreto de Benedicto XVI que permitía, con demasiadas facilidades, las misas en latín, es, con suficiente evidencia, un intento de patada al Papa, en salva sea la parte, en su tendencia al acercamiento a la gente, y al pueblo. Al Pueblo de Dios, que es, verdaderamente, la Iglesia, en definición delo Vaticano II, en toda su plenitud; y no solo, ni preferentemente, ni principalmente, el clero, como muy bien observa José María Castillo en la misma edición de hoy de RD. Personalmente, creo que algunos cardenales se están pasando, abusando, sin piedad, ni misericordia, ni criterio alguno, de la paciencia pachorrona del papa argentino. A muchos en la Iglesia nos gustaría que Francisco diera un golpe en la mesa, justamente contra los más grandes (¿¿¡¡??) de sus colaboradores, que están demostrando ser de los más pequeños, no en sentido evangélico, como demuestra el Papa, sino en el sentido popular, picaresco, y malicioso, cuando se dice ¡qué pequeña es esta gente!
Nada que ver con los pequeños en el Reino de Dios, que serán los primeros. También me gustaría, y pienso que a muchos otros también, que los obispos españoles dijeran algo, no estuvieran callados como postes, contra estos señores. Eso no es trabajar contra la unidad y caridad en la Iglesia, porque “la verdad os hará libres”, como dice el capítulo 8º del evangelio de Juan. Pablo de Tarso, ¡estoy seguro!, ya habría puesto a caldo a estos gerifaltes prepotentes que están sembrando de minas peligrosas los pasos, la actitud evangélica, y la pastoral ejemplar del sucesor de Pedro. Opino que los que así se comportan, un día sí, y otro también, ni aman a la Iglesia, ni quieren seguir los pasos de Jesús. Mas bien, su interés consiste en que las cosas continúen como durante siglos: que en la Iglesia sean los clérigos los que manden, comanden, y hagan y deshagan a gusto. Porque la voluntad de estos “latinistas” no es respetarla Tradición. ¿Qué Tradición, la de Jesús? entonces que impongan la celebración de la Eucaristía, y , de los Sacramentos, en general, en arameo, o en hebreo, como Él habló cuando la instituyó. O en griego, como la Iglesia primitiva, hasta que ésta se latinizó, fruto de su convivencia con el Imperio Romano. Introducir una lengua no conocida por todos, sino solamente por unos “elegidos” es un atentado contra la verdadera fraternidad de los discípulos de Jesús. Ya lo expresaba con claridad, y cierta dosis de enfado, San Pablo, cuando escribía cosas como éstas: “Por tanto, si se reúne toda la comunidad en el mismo lugar y todos hablan en lenguas (extrañas), y entran en ella personas no iniciadas o no creyentes, ¿no dirán que estáis locos?” (1 Cor 14, 23). San Pablo escribía las anteriores palabras en un contexto de reconvención de la actitud de aquellos, que no respetando la finalidad pedagógica del culto, que es también consustancial a éste, preferían mostrar sus conocimientos eruditos más que ponerse todos a la altura de la comprensión de la mayoría. Por detrás de ese aparente respeto a la Tradición se esconde, cada vez con más claridad y falta de pudor, un afán por mantener ignorante al Pueblo de Dios, que tiene, en la celebración de la Eucaristía, y de lo sacramentos, la mayor, y más eficaz, oportunidad de escuchar, y aprender, de la Palabra de Dios. Sa actitud no es otra cosa que la pretensión de que se imponga, y perdure, en la Iglesia, un clericalismo exacerbado, que mande, controle, y se eternice en el Poder sagrado que, erróneamente, creen que debe dimanar del seno del culto y de la vida de la Comunidad eclesial. Eso por un lado. Y por otro, no menos baladí e inocuo, pretenden poner en evidencia a un Papa que, según sus cortas, interesadas, y nada evangélicas entendederas, se aparta de la sacrosanta Tradición, desoyendo las palabra de Jesús, “Ay de vosotros, fariseos hipócritas, que os apartáis de la voluntad de Dios por cumplir con vuestras tradiciones”. Al mismo tiempo que dejan de lado, con orgullo y arrogancia, la sana y luminosa idea del Concilio Vaticano II de “desclericalizar” la Iglesia, y de poner en manos del Pueblo de Dios, sin cortapisas innecesarias, ni frenos y obstáculos, para que la Iglesia pueda vivir, de verdad, y con todas sus consecuencias, una comunidad fraterna, en la que todos, como dice la 2ª lectura de este domingo 24º del tiempo ordinario, vivamos ara Dios, que para un discípulos de Jesús, quiere decir vivir para los hermanos, y al servicio de todos. “Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya vivamos ya muramos, del Señor somos”. Exactamente, lo contrario de lo que parecen pretender, esos cardenales, tan eminentes, como impenitentes y desleales al Pontífice, al que juraron servir, defender, y obedecer. Perspectivas futuro - La Iglesia ante la Teología de la Liberación. Con algunos casos excepcionales y pasados los años es más fácil de entender las "advertencias vaticanas" a algunos teólogos de la liberación, como es el caso de Juan Pablo II cuando en 1979 declaró que "una concepción de Cristo como político, revolucionario, como el subversivo de Nazaret no corresponde a la catequesis de la Iglesia".
Se entiende también la del entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe cardenal Joseph Ratzinger, futuro Benedicto XVI, que llamó al orden a algunos teólogos, a quienes reprochó que aprobaran la "lucha de clases y la violencia revolucionaria", concepciones que hoy han desaparecido tras el final de la "Guerra fría" y la caída del comunismo. El papa Francisco, defensor de una Iglesia de los pobres -clave de la TdL- siempre ha sido crítico con la tendencia revolucionaria o violenta por las mismas razones pero no con la más normal. Esa nota fundamental en la TdL relacionando cristianismo y compromiso con los más pobres no es nuevo porque ha sido fundamental para la historia y la difusión del cristianismo en todos los tiempos. Apoyada en unas ocasiones y criticada en otras, la TdL se ha dedicado a difundir este mensaje evangélico tanto en países más desarrollados como aquellos menos favorecidos afirmando "la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a su liberación integral". Aspira a convertir en "praxis" la "palabra de Dios" encarnada en la realidad que es Jesucristo en los Evangelios. El iniciador de la TdL, Gustavo Gutiérrez, ha vuelto a repetir recientemente "La pobreza es el punto de partida de la teología de la liberación". Algunos sectores de la iglesia católica han mantenido una postura reticente frente a la TdL y en alguna ocasión hasta beligerante. Juan Pablo II, encargó al entonces prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe cardenal Ratzinger (que después sería el papa Benedicto XVI) la redacción y publicación de dos documentos: Libertatis nuntius y Libertatis conscientia en los que avisaba del "peligro de un uso de elementos de tipo no compatibles con el Evangelio" pero posteriormente el propio Juan Pablo II se dirigía en una carta al episcopado brasileño (9 abril 1986) señalando que "la teología de la liberación es, no sólo oportuna, sino útil y necesaria". Un futuro esperanzador para la TdL Los teólogos observados ayer con recelo reconocen hoy el resurgimiento de la TdL -que en realidad nunca desapareció- en buen parte gracias a la pastoral y magisterio el papa Francisco. Por eso, los propios teólogos han llegado a decir: "Todo ha cambiado con Francisco" (Jon Sobrino); "El mayor milagro es la aparición del papa Francisco, que está haciendo una revolución en el Vaticano" (Ernesto Cardenal); Leonardo Boff saludaba su llegada con la esperanza de que inaugure "una dinastía de papas del Tercer Mundo"... "una presencia fuerte y profética de la Iglesia latinoamericana en toda la Iglesia". Hoy, la postura oficial ante la TdL no es sólo tolerante sino favorecedora como lo demuestran bastantes obispos como es el caso de Rubén Salazar (1942) cardenal-arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia y presidente del CELAM que también fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, decía recientemente: "Las intuiciones fundamentales de la TdL están apareciendo de nuevo como verdaderas y válidas". El nuevo superior general de los jesuitas, padre Arturo Sosa Abascal (1948) venezolano, decía recientemente en un viaje a Perú: "Se etiquetó la Teología de la Liberación cuando la verdad fue una bocanada de aire fresco para la Iglesia. Es una manera de hacer teología desde la experiencia de fe compartida con la gente". La actitud frente a la teología de la liberación parece haber cambiado notablemente a partir del pontificado del papa Francisco en 2013, quien ha mostrado un fuerte influjo en su pensamiento de la TdL en su vertiente de la teología del pueblo, como lo han hecho notar sus iniciadores: el jesuita Juan Carlos Scannone y Carlos María Galli. Una señal de este cambio de postura del Vaticano ante la TdL fue la reedición en 2014, del libro "Iglesia pobre y para los pobres" del cardenal Müller y G. Gutiérrez conjuntamente, con prólogo del papa Francisco, presentado en un auditorio del Vaticano. Harvey Cox estadounidense ministro de la Iglesia Bautista es uno de los teólogos más renombrados cuyos libros en los años junto a otros católicos coincidían en muchos presupuestos de la naciente TdL. Es clásico su libro "La ciudad secular. Secularización y Urbanización en Perspectiva Teológica"(1965). En uno de los recientes encuentros de Tdl al que asistió decía: "El único futuro de la teología es la teología del futuro"... Y refiriéndose a G. Gutierrez: "creo que "a teología del futuro deberá ser necesariamente una lectura crítica de la praxis histórica"; o con su clásica definición de la TdL: "la teología es reflexión crítica de la praxis histórica a la luz de la Palabra". Si la teología no tiene que ver con la vida de los hombres y mujeres, si no les ayuda a una lectura liberadora/salvífica/ iluminadora de la vida de cada día, sobre todo a los más pobres, es una teología inútil, un puro "flactus vocis". Famoso también en 1985 su libro "Religión en la ciudad secular". 10 - Antecedentes de la TdL (años 1950) - Una Iglesia en renovación Al comienzo de esta presentación en el capítulo titulado "Génesis" adelantábamos dos hechos que fueron los antecedentes más inmediatos que influirían en la TdL : el Concilio Vaticano II y su concreción para América Latina que fue la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano inaugurado por el papa Pablo VI en Medellín (Colombia) en el primer viaje de un Papa al continente americano y los Movimientos seglares en torno al Concilio. Pero hay otros hechos y figuras que pueden considerarse como antecedentes, comenzando por algunos muy remotos y distantes en el tiempo. Dos pioneros como Gustavo Gutierrez y Enrique Dusell encuentran en los primeros momentos de la evangelización en el s.XV importantes "elementos fundantes de la TdL". Los primeros evangelizadores Retrotrayéndonos a ese siglo XV y situados en el contexto de la evangelización en el continente americano hay que destacar a dos religiosos: Antonio de Montesinos (1475-1549) y Bartolomé de las Casas (1474-1566) ambos dominicos españoles o a los jesuitas también españoles misioneros en Cartagena de Indias como san Pedro Claver (1580-1654) y Alonso de Sandoval (1576-1652) o los dos primeros obispos de Popayán Juan del Valle (1548-1653) y su sucesor Agustín de la Coruña (1508-1589) ambos defensores decididos de los indios y marginados. A ellos podríamos añadir otros misioneros que lograron convencer a los monarcas de que debía de tratarse a los indígenas como personas e incluso que cambiaran las leyes de los países colonizadores. Diríamos que era la tónica general de los misioneros y evangelizadores: Vasco de Quiroga, obispo (14670-1565) Toribio de Benavente o "Motolinia" franciscano (1482-1569), Francisco de Vitoria dominico catedrático Salamanca (1480), José Acosta (1540) jesuita. Toda esa corriente que viene de atrás la retoma la TdL cuyos primeros autores son teólogos formados en las Universidades europeas por grandes figuras de la teología contemporánea, a lo que nos referimos en los primeros capítulos, que incluso fueron en numerosos casos peritos o consultores del Concilio. Los teólogos iberoamericanos ven el origen de su discurso como diálogo con unas circunstancias iberoamericanas, aun cuando reconocen en el padre Las Casas un antecedente en la preocupación por el pobre. Uno de los libros de Gustavo Gutierrez es uno de los mejores estudios sobre Bartolomé de las Casas titulado "En busca de los pobres de Jesucristo, el pensamiento de Bartolomé de Las Casas" (Lima, 1992), editada precisamente en el año en que se celebraba el V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América. Él propio teólogo Gutiérrez que era sacerdote secular de la diócesis de Lima, en el año 1998 ingresó en la Orden Dominicana (OD). Fundó en Lima el Instituto Bartolomé de las Casas. Pero hay otras obras clásicas en las que se quieren ver indicios de lo que sería la TdL. Manuel García Castellón, magistrado español, ha demostrado a través de su enjundioso estudio sobre "Guamán Poma de Ayala (1534) pionero de la TdL", que, incluso en facetas fundamentales de su articulación, la TdL responde a una problemática de opresión ya presente en Iberoamérica a finales del siglo XVI. Proceso de lenta gestación con desarrollos más o menos tímidos. También el escritor y periodista colombiano Eduardo Caballero Calderón (1910-1993), por ejemplo, formula ya en la novela El Cristo de espaldas (1952), preguntas claves que desarrollarán los teólogos de la TdL. Místicos Beato Charles de Foucauld (1858-1916) Su vida y obras han sido luz de teólogos, sacerdotes y laicos comprometidos con la espiritualidad de la TdL que tuvieron como referencia la de este francés militar en Argelia, explorador y geógrafo en Marruecos, convertido en místico en su búsqueda espiritual trapense y sacerdote en el Sahara argelino donde transcurrieron los últimos quince años de su vida como eremita donde fue asesinado por forajidos. Dio origen al comunidad "Hermanos del Evangelio" le sitúan como un "faro místico" volcado en los humildes y poblaciones tuaregs muy recordado en la espiritualidad de la TdL Beatificado en 2005 por Benedicto XVI Teólogos La TdL encontró inspiración en prácticas pastorales y textos teológicos aparecidos en Francia desde la década de 1930 que constituyeron los movimientos conocidos como la Nouvelle Théologie y de los sacerdotes o "curas obreros". En 1937 el teólogo francés dominico Marie-Dominique Chenu publicó un opúsculo titulado Une école de théologie: le Saulchoir (Una escuela de teología: la Saulchoir), donde se formaron entre otros teólogos relacionados con la "nueva teología", Yves Congar y Edward Schillebeeckx. Chenu y Congar publican en 1963 Pour une Eglise servante e pauvre (Por una Iglesia sirviente y pobre). En 1938 el sacerdote jesuita francés Henri de Lubac publicó su primer libro, Libro famoso Catholicisme, les aspects sociaux du dogme y en 1946 su polémica obra Surnaturel (Sobrenatural). Lubac integró el movimiento de la "Resistencia francesa" durante la ocupación nazi de Francia, fue nombrado cardenal por Juan Pablo II en 198 y está considerado uno de los teólogos más destacados del siglo XX, que tuvo una gran influencia en el Concilio Vaticano II. En 1977 el destacado teólogo alemán Karl Rahner (1904-1984) publicó su libro Befreiende Theology en cuyo prólogo defiende la validez universal de la teología de la liberación diciendo que "la teología de la liberación nos ha abierto los ojos a la injusticia estructural. Cosa que no aparecía antes en nuestros libros de moral y que es importantísima". Rahner fue uno de los teólogos católicos más importantes del siglo XX, que influyó al Segundo Concilio Vaticano. Su obra Fundamentos de la fe hacia el final de su vida, es su trabajo más desarrollado y sistemático. Rahner había trabajado junto a Yves Congar, Henri de Lubac y Marie-Dominique Chenu, teólogos de la escuela de pensamiento emergente denominada Nouvelle Théologie. La "teología dialéctica" protestante La TdL encuentra también raíces en movimientos, prácticas pastorales y pensamientos teológicos provenientes también de las iglesias protestantes, desarrolladas en la primera mitad del siglo XX. El teólogo protestante Karl Barth y las reflexiones y prácticas teológicas del grupo suizo "Teología dialéctica" y la "Iglesia Confesante" son uno de los primeros antecedentes de la TdL (1886-1968) y alemanes todos ellos teólogos como Emil Brunner y Ditetrich Bonhöfer-ejecutado por el nazismo- Martin Niemöller, Jürgen Moltmann. o podemos olvidar, también dentro del ámbito ecuménico a figuras como Richard Shaull (1919-2002) un teólogo presbiteriano estadounidense y sociólogo, que fue ordenador pastor en 1941 y misionero en Colombia. Pionero en Brasil (1952) de la teología en Hispanoamérica, en los procesos de concientización sobre los problemas sociales relacionándose con la gente de las "favelas" o "villas miseria" y zonas rurales en Brasil muy en la línea de la TdL. Escribió sobre la "teología de la revolución" como legítimo deseo popular de sustituir las estructuras sociales injustas pero oponiéndose tanto a la violencia como a la concepción marxista de la revolución, que deshumanizaba y sustituía un poder opresor por otro. Richard Shaull junto a otros jóvenes protestantes empezaron a discutir esos temas con sacerdotes dominicos e intelectuales católicos comenzaron a trabajar en el barrio obrero de las Villa Anastacio de Sao Paulo. En los años 60 tuvo un papel importante en la creación del movimiento latino americano: Iglesia y Sociedad en América Latina ISAL, del cual formaron parte los principales teólogos protestantes de la liberación, como el argentino José Miguez-Bonino, el uruguayo Julio de Santa Ana y el brasileño Rubem Alves, a los que nos hemos referido antes. Otra inspiración-también ecuménica- para la TdL latinoamericana en su lucha por los marginados proviene de la lucha llevada a cabo por los llamados "derechos civiles", que a su vez ganó derechos para los ciudadanos negros de Estados Unidos liderada por Martin Luther King (1929-1968). A su vez una "teología de liberación negra" ha sido desarrollada por James H. Cone y otros. En Sudáfrica concretada en la lucha contra el apartheid. En Asia la teología "minjung" (en coreano: de la masa popular), o la teología campesina en Filipinas expuesta por Charles R. Avila, han sido expresiones relacionadas con la TdL latinoamericana. Según Gustavo Gutiérrez, en las diferentes confesiones cristianas, surgieron en diferentes lugares, reflexiones que a partir de sus respectivas tradiciones asumieron la óptica liberadora inspirada en el mensaje del Reino de Dios. 11 - Apéndice: Otras figuras y países relacionados con la TdL Nota: Este capítulo está pensado con el ánimo de completar con algunas figuras y países las lagunas que nos fueron quedando a lo largo de las 5 presentaciones sobre la Teología de la Liberación. Dom Hélder Cámara (Brasil), un precursor excepcional Dom Helder Cámara (1909-1999) arzobispo brasileño de Olinda y Recife es uno de los personajes que podemos considerar como destacado "antecesor o precursor" de la TdL. Inspirador y redactor del conocido "Pacto de las Catacumbas" (16 nov 1965) que suscribieron en las Catacumbas de Domitila en Roma cuarenta sacerdotes y obispos latinoamericanos, que se encontraban en Roma participando en el Concilio Vaticano II. Dom Helder participó en las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II. En 1999 la Iglesia católica lo reconoció como "siervo de Dios", y la Congregación para la Causa de los Santos emitió su parecer favorable para el inicio del proceso de beatificación. El documento "Pacto de las Catacumbas", considerado como uno de los antecedentes de la TdL apoyado en la llamada de Pablo VI en la encíclica Populorum Progresio, contiene un compromiso de los obispos firmantes a caminar con los pobres asumiendo un estilo de vida sencillo y renunciando a todo símbolo de poder, lejana tanto de la opresión del pobres como del colectivismo totalitario y la persecución religiosa. Postura muy cercana a la TdL que surgiría después. Al arzobispo brasileño dom Helder Cámara se le recuerda por aquel aforismo suyo: "Cuando doy comida a los pobres, me llaman santo. Cuando pregunto por qué son pobres, me llaman comunista". ¿No se esconderá en esta pregunta de hace tantos años de Helder Cámara la explicación del porqué el interés de una corriente importante de la Iglesia es considerada como izquierdista o marxista por utilizar algún instrumento social? Dom Helder Cámara fue uno de los fundadores de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) y defensor de los derechos humanos durante la dictadura militar brasileña (1964-1985). Por su actuación recibió numerosos premios nacionales e internacionales, siendo el único brasileño candidato cuatro veces al Premio Nobel de la Paz y en vida fue nombrado doctor honoris causa por más de una docena de universidades. Joseph Cardijn (1882-1967) Después del Concilio, tanto la Conferencia Episcopal de Medellín (Colombia) como la de Puebla (México) insistirán en que no hay otra experiencia cotidiana que la injusta pobreza en que son obligados a vivir millones de hermanos latinoamericanos es decir: "el análisis de la realidad, su reflexión desde la fe y las opciones pastorales". En esta "experiencia fundante" se basa la TdL en estos tres elementos: los pobres, las formas de la caridad cristiana hoy y la opción por ellos. Pasos que se corresponden con la ya veterana metodología "Ver, Juzgar y Actuar" del sacerdote belga oseph Cardijn. Este luchador del compromiso social de la Iglesia católica en los comienzos del siglo XX y fundador del movimiento Juventud Obrera Católica (JOC) fue nombrado cardenal en 1965 por Pablo VI y actualmente en proceso de beatificación. Otro digamos "adelantado" de las Comunidades de Base y de la TdL. Paulo Evaristo Arns (1921-2026) religioso franciscano, arzobispo y cardenal de Sao Paulo. Tras su doctorado en la Universidad de La Sorbona de París, al retornar a Brasil fue profesor en facultades de Filosofía, Ciencias y Letras. Su actuación pastoral fue orientada hacia los habitantes marginados, los trabajadores, y a la formación de comunidades de base en los barrios, principalmente los más pobres, y a la defensa de los derechos humanos denunciando las torturas durante la dictadura que rigió en Brasil durante dos décadas. 1978 fue uno loss cardenales "papables" en el cónclave en el que fue elegido Juan Pablo II. José María Pires (1919) A sus 98 años es el mayor de los obispos brasileños. Fue nombrado arzobispo de Paraibá. Encontró en dom Helder Câmara amigo personal y aliado en la lucha por los derechos humanos frente a las dictaduras militares. Fue uno de los firmantes del "Pacto de las catacumbas" tras el Concilio. Siempre ha sido considerado como uno d elos prelados más cercanos a las Comunidades de Base (CEBs) y a la TdL por su proximidad a los más débiles. Pedro Casadáliga (1928) Obispo emérito e Sao Félix de Araguaia en el Mato Grosso brasileño es un religioso claretiano español, escritor y poeta que ha permanecido gran parte de su vida en Brasil, siempre como defensor de los indios y los derechos de los menos favorecidos. En 1985 realizó una polémica visita a Nicaragua para mostrar su solidaridad con los religiosos nicaragüenses. En 1988 viajó hasta la Ciudad del Vaticano y fue recibido en audiencia por el papa Juan Pablo II. Unos meses más tarde recibió una seria advertencia por parte de la Santa Sede que criticó su apoyo a la causa sandinista y de la TdL. Se le invitó a salir del país y descansar cosa que no admitió participando en la elección de su sucesor y continuando con "su gente". Eduardo Pironio (1920-1998) cardenal argentino que según el teólogo jesuita argentino Juan Carlos Scannone con sus trabajos teológicos puede considerarse la cabeza de una de las de cuatro ramas de la TdL, denominándola "Teología de la Liberación desde la Praxis Pastoral". Con ello se puede afirmar que fue uno de los teólogos fundadores de la teología latinoamericana basada en la "doctrina social de la iglesia" en el punto medio de la TdL distante del más radical en el que se veían sombras de marxismo. Arturo Paoli (1912-2015) Sacerdote misionero italiano que perteneció a la Congregación de " Hermanos de Jesús" del padre Charles Foucauld siguiendo sus pasos en Argelia y Sahara. En el año 1960 fundó en Argentina, donde se había traladado la Cooperativa Fortín Olmos, junto con un grupo de militantes católicos, viviendo entre los leñadores lo que provocaría enfrentamientos con la política y la economía local. El obispo Angelelli tuvo con él una gran amistad convirtiéndole en su consultor teológico. Después vivió en Venezuela (1974) y Brasil (1983). Paoli está considerado como uno de los padres de la TdL con libros como Diálogo de la liberación (1969) y ha sido también uno de los referentes teológicos del Papa Francisco que le recibió en 2014. Lucio Gera (+ 2012) era un sacerdote católico, teólogo y profesor de la Pontificia Universidad Católica Argentina. Fue uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo en 1967 -del que redactó su Reflexión teológica- antecedente de la TdL y artífice principal de la "Teología del pueblo" que se conformó como rama autónoma de la misma, siguiendo el principio madre de la opción preferencial por los pobres. Lucio Gera junto a Juan Carlos Scannone están considerados como los dos teólogos que más han influido en el l pensamiento del papa Francisco. Participó en las Conferencias Episcopales de Medellín (1968) y Puebla (1979). En las ideas de Gera influyó también la "Teoría de la dependencia", elaborada en esos años desde la sociología, la política y la economía. Jerónimo Podestá (1920-2000), sacerdote argentino, que sería nombrado obispo de Avellaneda en 1962 junto a otros sacerdotes, como Eduardo Pironio y Antonio Quarracino que llegarían a cardenales, participó en las sesiones del Concilio. En 1967 fue obligado a renunciar a su obispado y suspendido a divinis por la Santa Sede fundando después la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados junto a su esposa Clelia Luro. En sus años de sacerdocio formó parte del conocido grupo de "curas obreros de Avellaneda", similar a la "Misión de sacerdotes en Francia y uno de los antecedentes de la TdL en su vertiente de "Teología del Pueblo". Se adhirió al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y era buen amigo del entonces sacerdote el futuro arzobispo Hélder Cámara. Juan García Elorrio (1938-1970) fue un seminarista argentino y político que fundó y dirigió la revista Cristianismo y Liberación que se vincularía al Movimiento Sacerdotes para el Tercer Mundo y fue uno de los mentores de los fundadores de la organización guerrillera Montoneros, Fuerzas Armadas Peronistas (FAR) y Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Hugo Assman (1933-2008) brasileño teólogo (doctor por Univ. Gregoriana de Roma) sociólogo (Universidad de Frankfurt, Alemania) es uno de los pioneros de la TdL Su obra tiene un carácter fuertemente interdisciplinario y ecuménico, transitando entre la economía, las ciencias sociales, la comunicación y la pedagogía. Tendencia pedagógica muy presente también en el pedagogo brasileño Paulo Freire (1921-1997) uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX. Desde una postura cristiana, desarrolló un nuevo de alfabetización mediante un proceso de concientización difundido en 1967 en su primer libro titulado La educación como práctica de la libertad en la que iban comprometiéndose movimientos de estudiantes y de trabajadores de Acción Católica e intelectuales católicos. Le ofrecieron el puesto de profesor visitante en la Universidad de Harvard en 1969. El año anterior había escrito su famoso libro Pedagogía del oprimido, que fue publicado en inglés y en español en 1970. Alberto Methol Ferré (1929-2009). Urugayo, era uno de los intelectuales latinoamericanos más fecundos por su producción y originalidad de su pensamiento. Escritor, periodista, profesor de historia y filosofía, y uno de los principales desarrolladores de la TdL desde la vertiente de la "teología del pueblo. Integró el equipo de reflexión pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), ocupando la secretaría del Depart. de Laicos y organizando los cursos de Historia de la Iglesia en América Latina en su Instituto Pastoral entre 1977 y 1982 en Medellín y en Bogotá. Fue también miembro del Pontificio Consejo para los Laicos entre 1980 y 1984. En la actualidad, se considera uno de los más influyentes en el pensamiento del papa Francisco junto con Scannone y Galli. Diego Irarrazábal (1942) Sacerdote chileno de la Congreg. Sta. Cruz. En 1970 viéndose en peligro en la dictadura de Pinochet se fue al altiplano de Perú desarrollando su tarea misionera entre las comunidades indígenas aimaras. Desarrolló en sus publicaciones la teología de la liberación en su dimensión de la inculturación y el pluralismo religioso. Desarrolló después su tarea en una iglesia de Chille siendo también profesor del diálogo interreligioso y la antropología cultural en la Universidad Católica de Santiago. Presidente de la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo ASETT. Coeditor de "Concilium" y de la organiz. Intern. Amerindia. Vincent Cosmao (1923-2006) religioso dominico francés miembro de la Comisión Pontificia Justicia y Paz que creó Pablo VI haciendo miembros dee la misma al cardenal Etchegaray y a Cosmao. El famoso dominico Louis-Joseph Lebrert, a quien ya nos referimos, le nombró director del Centro Internacional de Desarrollo y Civilización siendo un seguidor fiel del pensamiento del fundador de Economía y humanismo según el espíritu de la encíclica Populorum Progressio de Pablo VI. Participó en 1988 en el grupo de trabajo creado por la Unesco para discutir la encíclica Sollicitudo rei sotialis de Juan Pablo II. Su decidida posición por un cambio en el marco social y económico, sobre todo en cambiar el mundo como una tarea urgente para la Iglesia le sitúa en la línea fundacional de la TdL. Jean-Bertrand Aristide (1953) Pese a integrar el grupo de los que diríamos "radicales o revolucionarios" lo hacemos porque siempre se le ha incluido entre los seguidores de la TdL Este religioso salesiano haitiano se convirtió en una figura líder del ala más radical de la iglesia católica en Haití hasta ser expulsado en 1988 de la orden salesiana porque sus actividades «incitaban al odio y la violencia». Secularizado e convirtió en el primer presidente constitucional en la historia de Haití en tres momentos 1991 (7 febrero), 1994 a 1996, y 2001 a 2004). El Papa Francisco visita a Colombia La próxima visita del papa Francisco a Colombia en el mes de septiembre justifica la referencia final al país andino por su especial relación con el tema que tratamos. El papa Francisco visitará cuatro importantes ciudades: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. Bogotá fue donde un papa, Pablo VI, besaba hace casi 50 años (22 agosto 1968) por vez primera tierra americana para desplazarse a Medellín en donde inauguraría la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM) la aplicación a América Latina del Concilio y de influencia tan directa en la TdL y que el Papa Francisco conoce bien en su rama de la "Teología del Pueblo". Según el gran teólogo Schillebeeckx, "la TdL es el espíritu de Medellín plasmado en teología". Es en Bogotá donde adelantándose a posteriores celebraciones tuvo lugar en 1970 (6 y 7 de marzo) un Simposio de Teología de Liberación "Aportes para la Liberación" de la apenas naciente teología latinoamericana al que asistirían los primeros teólogos y mil personas. Se repetiría al año siguiente como "Encuentro latinoamericano de teólogos. Liberación en América Latina" (26-31 julio 1971). Ambos organizados por el sacerdote y sociólogo Gustavo Pérez Ramírez director del Instituto Colombiano de Desarrollo Social ICODES que era compañero y amigo en la Universidad de Lovaina de Camilo Torresa Restrepo (1929-1966) el famoso "cura guerrillero" de cuya biografía más directa es el autor. El sacerdote colombiano Camilo Torres que había fundado junto con Orlando Fals Borda, la primera Facultad de Sociología de Colombia en la Universidad Nacional de Bogotá ingresó como guerrillero en el Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN), resultando muerto en su primer combate contra el ejército regular en 1966. Representa el otro extremo radical-revolucionario de esa TdL con la que nada tiene que ver y que llevó a intervenir a las instancias vaticanas. Era el extremos que llevó a algunos clérigos una mal interpretada "opción por los pobres" que es la que defiende la Iglesia y le lleva al papa Francisco a visitar la histórica Cartagena de Indias, uno de los lugares de la primera evangelización que tenía como principal tarea la población india, negra, pobre y marginada siendo su prototipo el misionero jesuita san Pedro Claver. Por una parte, el teólogo Juan José Tamayo arremete drásticamente contra la moral machista de “la religión organizada”, y el papa Francisco pide, no reducir a mujeres y laicos, literalmente “a siervos de nuestro recalcitrante clericalismo”. Yo siempre he defendido, contra el parecer de muchos de mis colegas curas, que el Concilio Vaticano II intentó, seriamente, superar la realidad de la sangrante división de la Iglesia, en dos estamentos paralelos, como son clero y laicado, algo contrario, y opuesto, a la enseñanza de Jesús en el Nuevo Testamento, (NT), algo que no existió hasta después del edicto de Milán, del emperador Constantino, año 313, y que supuso colocar a la incipiente experiencia de los seguidores de Jesús en las lista de las religiones oficiales.
LA Religión es una creación humana, muy digna y transcendente, pero humana, al fin y al cabo. Esto quiere decir que tiene todas las cualidades y problemas de todas las obra humanas. Y al ser una creación humana que toca puntos decisivos, como el sentido de la vida, de la Historia, del devenir, del dolor, de la muerte, es reconocida por la sociedad correspondiente, en la época de su fundación, con las luces y sombras de esa sociedad. Así como al evolucionar, no tiene otro modo de hacerlo que acompañando los avances y retrocesos que las sociedades humanas experimentan. Y recibirá las influencias de las ideas filosóficas, sociales, económicas, políticas y de toda orden de la sociedad que practica y sustenta esa Religión. Y si la sociedad es machista, en el sentido de que es el varón el que modula y organiza los quehaceres de la comunidad humana, pues la Religión lo será también, porque, por definición, las religiones no tienen en su propio seno una luz propia, una guía segura, pues son creación humana, como las artes, el Derecho o la Política, para apartarse de lo que no puede percibir como un defecto o déficit, inmersos en la dinámica y la tarea de la propia organización y desarrollo del aspecto religioso. Así que no nos debería extrañar que las religiones, por tratar asuntos de máxima transcendencia, se constituyan en elementos moderadores, y en frenos, de los cambios que la propia sociedad produce, y que van mucho más deprisa que la solemne quietud que siempre se afirma, y se predica, como característica casi preponderante de los elementos religiosos. No nos deben extrañar, pues, ni la cáustica afirmación de Castillo, ni la ponderada, pero agria, queja de Francisco: porque Jesús no inventó, ni creó, una nueva Religión, sino que más bien profirió terribles vituperios contra los abusos que los jefes de las religiones perpetraban contra el pueblo ignorante, asustado, y, desgraciadamente, engañado. Pocos alegatos más tórridos y disolventes contra la Religión que los Evangelios, y, en general, el Nuevo Testamento (NT). el problema es que es más fácil manipular una religión, y a sus miembros, que una Revelación, que viene de lo alto, y que anuncia, y produce, un estado de libertad interior, mucho más difícil de manipular desde fuera, ni de invocar ninguna pretendida autoridad para ejercer ese control. Mucha gente se extraña, se escandaliza, o se entristece, al oír que el Cristianismo NO es una Religión, pero hay pocas constataciones tan liberadoras, gratificantes y dignificantes como esta. La mente no puede captar lo real, porque la trasciende por completo. Lo más que puede hacer es elaborar sistemas de creencias a partir de lo que constituye su primer postulado: la idea del propio yo.
El resultado es que todas las personas creen estar en la verdad. Y en cierto modo es así: cada una tiene la suya. Sin embargo, ninguna “verdad” sustentada por la mente es real. Es solo una construcción mental, que proyecta “fuera” lo que ella percibe. Y de esa manera crea un mundo acorde con sus propias creencias, juicios, preferencias…, para terminar concluyendo que eso es verdad. Y ciertamente lo es para quien se halla en ese nivel, pero no tiene nada que ver con lo real. Del mismo modo que el inconsciente crea todo un mundo onírico que, mientras dormimos, tomamos como verdadero –el único verdadero en ese momento–, la mente crea el mundo de vigilia que, mientras permanecemos en el nivel mental, se nos antoja completamente objetivo. Sin embargo, ambos son solo apariencia. De hecho, basta simplemente despertar para percibir su inconsistencia. Eran “verdaderos” en su nivel, pero no reales, sino meras construcciones mentales. Decía que esa construcción gira en torno a un eje central: la creencia de que somos el yo individual que nuestra mente piensa. Eso explica que nos tomemos todo personalmente, y que vivamos preocupados por la suerte que pueda correr ese yo. Tan asumida tenemos esa creencia que vivimos en la idea de que yo soy el centro del universo, la persona más real e importante que existe. Un egocentrismo de ese calibre nos resulta socialmente repulsivo y por eso no presumimos de él. Pero eso no niega que la mente nos configure de esa manera. Incluso quien se rebele contra esta afirmación convendrá en que no ha tenido ninguna experiencia de la que no haya sido el centro absoluto. Es así: todo lo demás –lo que llamamos el “mundo”, en el sentido más amplio del término- se encuentra “fuera”; lo que vivimos nosotros viene revestido de una impresión de certeza inmediata e irrevocable. ¿Cómo no habríamos de considerarnos el “sujeto” de todo el universo? Sin embargo, esa misma idea del yo –y nuestra identificación con él- es ya una construcción mental, la primera. Porque lo que llamamos “yo” no es sino un pensamiento más, creado por la mente –que se apropia de sus contenidos, identificándose con ellos- y sostenido por la memoria. II. LO REAL ES LO QUE ES La simple constatación de que el yo es solo un pensamiento más, el primero de todos, tendría que ayudarnos a aflojar la identificación egoica. Entonces seríamos capaces de tomarnos con humor, reírnos de nosotros mismos y aceptar con sencillez que también nuestro ego, como todos los humanos, puede sentir frustración, decepción, fracaso, dolor… y muerte. Dejaríamos de tomarnos todo personalmente y, en paralelo, soltaríamos la pretensión (inconsciente) que nos situaba en el ombligo del cosmos. El alivio que ello produce no es menor, ya que aprendemos a mirar todo lo que nos sucede como si no nos sucediera a nosotros. Y en realidad es rigurosamente así: porque no somos ese yo al que le ocurren todo tipo de cosas. Al descubrir su carácter de constructo mental, advertimos que el yo es solo “una ilusión óptica de la consciencia” (Einstein). Es “verdadero” para quien permanece en el nivel mental, pero no es real. Desenmascarado el sueño del yo, queda al descubierto también la irrealidad del nivel aparente (mental). Quien se halla en él no podrá advertirlo, del mismo modo que quien duerme no alcanza a ver la irrealidad de su sueño. Por eso, se afanará en aquello en lo que considera que le va la vida. Y será esa misma ignorancia la que se convierta en fuente constante de sufrimiento y de alienación, tal como expresaba el sabio Nisargadatta: “Compare usted la conciencia y su contenido con una nube. Usted está dentro de la nube, mientras que yo la miro. Está usted perdido en ella, casi incapaz de ver la punta de sus dedos, mientras que yo veo la nube y otras muchas nubes y también el cielo azul, el sol, la luna y las estrellas. La realidad es una para nosotros dos, pero para usted es una prisión y para mí un hogar”. Si el mundo que pensamos es solo una construcción mental, verdadero en esa dimensión, pero carente de realidad, ¿qué es entonces lo real? La respuesta, de tan simple, parece infantil: Lo real es lo que es. La vida sin más añadidos, que se despliega constantemente dando lugar a infinitas formas. Del mismo modo que la materia es, en último término energía, y esta a su vez es solo información (consciencia), todas las formas que perciben nuestros órganos neurobiológicos y que nuestra mente conceptualiza o modula, no son sino Vida (pura consciencia de ser). A partir de esta comprensión, cae el yo y todos sus sistemas de creencias. Dejas de vivir en la mente y de girar alocado en torno a los intereses del ego, para anclarte en la consciencia de ser. Importa poco cómo le vaya a tu yo. Lo que eres –la Vida- se halla siempre a salvo. No solo aprendes a fluir con la Vida, rindiéndote a su Sabiduría, sino que sabes que tú eres la Vida misma. Todo es como tiene que ser –algo que en el nivel mental suena escandaloso- y tú también. Ahora bien, descubrir que el mundo mental es irreal, no significa negarlo ni desinteresarse. Tales actitudes serían igualmente “mentales”, nacidas de un ego más o menos decepcionado. La sabiduría consiste en reconocerse en el plano profundo –en la certeza de que nuestra identidad es la Vida misma- y, desde ahí, vivir el despliegue del mundo aparente, en un sí constante a la Vida, en un “vivir viviendo” que no necesita aferrarse a ningún sistema de creencias, porque reconoce que la Vida no las necesita. Resulta que en cuanto otra persona es distinta o comete algún error, no nos cae bien. Enseguida sentenciamos al condenarla y castigarla. Y a poder ser, rechazarla y aislarla de la sociedad.
Y así, los que nos creemos buenos, sanos o cuerdos, retiramos, metemos a los demás en un lugar aparte: cárceles, psiquiátricos, hospitales... Caín, en la mitología bíblica, había matado a Abel. Dios dice que “nadie le toque ni castigue”. Para ello, le puso una señal, aunque seguía con el castigo de no producirle frutos la tierra y andar errante. Ya es un paso para la mentalidad de entonces. Jesús va mucho más allá “a quien te hiere en una mejilla, ponle la otra”. Estamos haciendo un mundo de buenos y malos. Claro, los malos son los otros. Y así la pelea es continua. No hay más que ver la dificultad de los inmigrantes, refugiados, expresos para vivir normalmente y ser aceptados en la sociedad. Es bueno pensar que en la sociedad, cada uno tenemos nuestras cualidades y defectos. Y que la vida, las instituciones no son para quitarnos de encima a las personas difíciles, Porque entonces ya no es sociedad, ya no es comunidad. “La familia, el pueblo, el país, el mundo, no puede ser -como dice Carta a una maestra- un hospital que cura a los que están bien y rechaza a los que están enfermos”. Eso solo ocurre con las clínicas de Lifting Facial. Unos tenemos hacia otros una labor preciosa que realizar. Todos estamos sanos y todos estamos enfermos. Descubrir nuestra enfermedad y la de los demás. Pero sin condenar, sin rechazar, sino descubriendo las formas de ayudar a sanar. Me toca muy a menudo celebrar la eucaristía en la cárcel. ¡Qué atentos están y cómo participan! Todos los días comentamos: somos capaces de sacar lo mejor que hay en nosotros y que eso supere y sane a los que hay de torcido. Nos imaginamos lo que supondría el que todas las personas e instituciones tuviésemos como meta no el castigar, sino el sanar, el curar, el que aflore lo mejor que hay en cada corazón. Este pueblo del que soy parte, hemos decidido acoger a dos familias: una de tres personas y la otra con cinco niños. El calor humano que van a aportar es fenomenal. No solo son niños para la escuela en un lugar pequeño, sino que transmiten su alegría infantil al pueblo. Muchas personas nos sentimos tocados en el corazón por ellos. Un abuelo, que ya no está para andar con niños, ayer me saludó y en la mano metió un billete para ellos. Dominar el mal con el bien nos dice Pablo. Y ese es el camino. Poner amor, comprensión. Y esto no solo aisladamente cada persona sino que las instituciones tengan este fin: recuperar, hacer personas. No cabe otra solución: los hospitales son para los enfermos, no para los sanos: “no he venido a curar a los sanos sino a los enfermos”. Y ahí adquiere sentido nuestra vida. |
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