MARÍA MADRE
Una fiesta más de María y una nueva oportunidad de tratar un tema que puede ser importantísimo para nuestra vida espiritual. La fiesta litúrgica se titula “María madre de Dios”, pero hoy tenemos conocimientos suficientes para ir más allá de la pura mitología que se encierra en esa expresión. Lo que se ha creído durante mil y pico años no tiene nada que ver con la verdadera declaración del concilio de Éfeso. No se trataba de un dogma sobre María sino de un dogma sobre Jesús. Una vez entendido esto, podemos descubrir que todo lo que se ha dicho sobre María basándose en una traducción literal de la expresión dogmática, no tiene sentido ninguno. Esto no quiere decir que no podemos sacar provecho de una fiesta de María como MADRE. Seguramente el concepto de “madre” es el que se aplicó a Dios en los orígenes de la religiosidad humana. Sin duda ninguna es el que mejor puede expresar la originalidad de Dios, entendiendo originalidad en el sentido más etimológico del término… Pero debemos ir a lo profundo del significado de ese término cuando lo aplicamos a Dios. Dios no es origen porque una vez haya sido causa de que la realidad material exista. Dios está en cada criatura como el fundamento, en cada instante de su existencia. Dios es el origen y el fin de toda la creación. En realidad, la creación no es más que lo visible de Dios. Podemos decir que lo material es la misma divinidad reflejada en un espejo. Para poder ver algo en un espejo, es imprescindible que esa realidad material esté de la otra parte del espejo. En cuanto desaparece esa realidad, desaparece la imagen. Por aquí podemos vislumbrar lo que es Dios como origen de todo lo creado. En María madre, hemos volcado todo lo que no nos atrevemos a proclamar de Dios como principio de nuestro propio ser. María es el dios Madre que en un contesto patriarcal, no nos atrevemos a imaginar. El bendito Juan Pablo I, en el primer encuentro con los cardenales a los pocos días de ser elegido papa, les espetó: “Dios es padre, pero sobre todo es madre”. Con esa sola frase abrió más horizontes a los cristianos que muchas sesudas encíclicas de decenas de páginas. Todo lo que se ha dicho de María a través de los siglos, tenemos que atrevernos a pensarlo y decirlo de Dios directamente. Este sería el mejor homenaje que le podríamos hacer hoy a María; atrevernos a ver a Dios como verdadera Madre que nos engendra y da a luz a todos en cada instante. Si descubriéramos esta realidad, no haría falta ningún argumento adicional para que todos nos consideráramos verdaderamente hermanos. Esta vivencia es el fundamento de todo el mensaje de Jesús. Sin esa vivencia el evangelio llegará a ser a lo sumo una programación más, que en ningún caso calará más allá de la epidermis. LA CIRCUNCISIÓN Es muy difícil que hoy nos hagamos cargo de lo que significaba este rito para el pueblo judío. Era el signo de pertenencia, que para ellos significaba dar contenido a su vida entera. Hoy no necesitamos este arraigo para sentirnos seres humanos, pero no era así en aquella época. Una persona que no perteneciera a una familia y a un pueblo, no era absolutamente nada. Nuestro bautismo tiene un significado estrictamente religioso y es el signo de identidad como cristianos, pero para los judíos, lo religioso, lo social e incluso lo económico no se diferenciaban; de tal manera que el fallo de uno de los aspectos llevaba consigo el derrumbe de toda la persona. Era un signo solo para hombres porque la mujer no era más que lo que el hombre al que pertenecía le aportaba. Tampoco estamos capacitados para entender lo que significaba en aquella época poner un nombre a una persona. En el nombre se significaban todas las expectativas que la familia ponía en el recién nacido. En este caso, se puede descubrir esa importancia en el hecho de que, según Lucas, el nombre de “Jesús” no es una ocurrencia humana, sino elección divina. Jesús significa “Dios salva” que era precisamente lo que los ángeles dijeron a los pastores: “Os ha nacido un salvador”. Para mí el centro del evangelio de hoy está en esta frase: “María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón”. No se trata de memorizarlas y buscarles un sentido lógico, sino de rumiar todo lo que está pasando para asimilarlo y tratar de que pase a formar parte de la vida. Recordemos una vez más que se trata de teología de las primeras comunidades retrotraída al nacimiento de Jesús. Que el relato no sea una crónica de sucesos, nos obliga a darle mayor importancia y a tratar de hacer nuestro el mensaje. Llevamos dos mil años intentando ir al Dios de Jesús a través de razonamientos. Es hora de abandonar ese intento fallido y entrar por el camino del corazón, es decir, de la vivencia interior que me lleve a descubrirlo desde lo hondo. AÑO NUEVO La inmensa mayoría de los seres humanos se conforman hoy con celebrar un “cronos”, es decir una fecha del calendario. No es ese el sentido religioso de la fiesta. Se trata de celebrar un “cairos”, es decir el momento oportuno para hacer algo vital que pueda trasformar mi vida. El tiempo cronológico se nos va de las manos, casi siempre esperando que otro tiempo mejor llegue en algún momento. Si esperamos que las circunstancias cambien para conseguir los objetivos principales de mi vida, estamos cayendo en la trampa de la artificialidad. En este instante puedo conseguir el logro más importante de mi vida. Ahora están todas las posibilidades a mi disposición. En cualquier momento de mi vida tendré las mismas pasibilidades, pero si estoy esperando algo distinto, consumiré la vida sin encontrar lo que me debía importar de veras. DÍA MUNDIAL DE LA PAZ Sería estupendo que pudiéramos disfrutar por lo menos durante un día de paz en todo el mundo. Pero si estamos envueltos en guerras y conflictos de todas clases, ¿Qué puede significar celebrar un día de la paz? La inmensa mayoría de nosotros desearíamos la paz, pero creemos que muy poco o nada podemos hacer por conseguirla. Este es el error. Tú puedes hacerlo todo por conseguir la paz. Simplemente lleva paz a todas tus relaciones con los demás. La paz no es una realidad que podamos conseguir como si fuera un objeto que descubrimos aquí o allá. La paz es una consecuencia de nuestra manera de actuar. Reinará la paz cuando las relaciones entre los hombres sean verdaderamente humanas. Meditación-contemplación En este día tan señalado cronológicamente, trata de trascender el tiempo y el espacio, descubre lo que hay en ti de eternidad y sumérgete en el cairos de tu existencia. ………… En todo tiempo y en cualquier lugar puedes hacer presente tu verdadero ser, que no es lo que hay en ti de terreno sino lo que hay en ti de divino. ………… María es madre de Dios porque le hace presente en este mundo. También tú puedes concebirle y darle a luz si trasciendes tu ego y penetras en tu verdadero ser. Todo lo que es María desde Dios lo eres también tú.
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