BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English
  

La vida por: Miguel Ángel Munárriz Casajús

3/23/2021

0 Comments

 
Primero fue la materia, luego la vida, luego la inteligencia, la conciencia, la libertad, el amor… Desde nuestra posición en lo alto de la escala evolutiva, todos estos conceptos nos resultan tan familiares que hemos perdido la capacidad de asombrarnos con ellos, de quedar fascinados por ellos, de alucinar pensando que —como se afirma desde ambientes científicos y filosóficos— «ha sido nuestra existencia la que ha determinado la estructura del universo», de sentirnos profundamente agradecidos por esta morada que Dios preparó para nosotros con montañas, con mar, con estrellas, con sol, con atardecer, con vida, con alegría, con amor…
Todo ello fascinante, pero hoy nos vamos a centrar en la vida.
Antes no había vida; en aquel mundo inerte ni siquiera el concepto “vida” tenía ningún significado; era imposible concebir una idea tan radicalmente distinta a la única realidad existente. Pero en un momento dado ésta aparece… ¿Y en base a qué?...
Desde el ámbito científico se afirma que ciertos elementos químicos se combinaron para formar moléculas orgánicas cada vez más complejas; que éstas se agruparon creando unos aglomerados caóticos llamados protobiontes, y que uno de ellos acabó convertido en célula viva; una bacteria. Y en buena lógica, la cosa debió ocurrir más o menos así, pero este relato presenta una seria inconsistencia, y es que la materia no tiene la facultad de generar vida.
La vida es una realidad ontológica —una forma de ser— muy superior a la materia, y en la Naturaleza nada puede ser origen de algo que está más alto en la escala ontológica. Cuando muere un ser vivo desciende en esta escala porque pierde la vida, pero los muertos no pueden resucitar; no pueden ascender. La experiencia nos dice que no se puede hacer surgir algo de la nada, ni dotar de vida a un ser inanimado ni de conciencia a un animal irracional...
Por tanto, el relato científico queda cojo, y no porque esté mal planteado, sino porque le falta un elemento crucial: que la estructura celular que se formó por evolución tuvo forzosamente que recibir un “principio vital” para ponerse en funcionamiento. En la Grecia clásica a este principio vital se le llamaba alma —ánemos(ánima, en latín)--. Un ser vivo está animado, y cuando el alma, el ánima, le abandona, se convierte en un ser inanimado.
El misterio de la vida no está en saber cómo se formaron los nucleótidos o aminoácidos, ni en cómo estos polimerizaron, ni en cómo llegaron a convertirse en estructuras celulares, sino en cómo el “principio vital” se coló en la Tierra dando lugar a la vida... La Biblia nos dice que fue el soplo de Dios: «Formó Yahvé Dios al hombre de la arcilla y le sopló en el rostro aliento de vida», y ésta es sin duda una interpretación preciosa.
Pero lo más asombroso es que aquel evento crucial para el desarrollo de la Tierra y nuestra propia existencia, no supuso singularidad alguna que pudiese ser percibida; podríamos decir que pasó inadvertido. En apariencia todo seguía igual, pero todo había cambiado. Es como una semilla insignificante que se siembra en el campo y al principio ni siquiera se ve, pero luego se convierte en un árbol majestuoso que se yergue sobre todo lo demás.
La vida de aquella bacteria en nada se parecía a las formas superiores de vida que conocemos, pero tenía la capacidad de trasmitir el principio vital que ella había recibido creando nueva vida, y ésta, la de ir evolucionando hacia seres cada vez más complejos en los que el concepto “vida” iba teniendo un significado cada vez más rotundo, más pleno. La vida, al principio vegetativa, se convirtió en sensitiva, luego en intelectiva, y no solo apareció la razón, sino la conciencia, la libertad, el amor...
Con dos partículas “insignificantes”, Dios construyó el cosmos, y con una bacteria “insignificante” llenó nuestro planeta de vida... ¡Fascinante!
0 Comments



Leave a Reply.

    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Enero 2022
    Diciembre 2021
    noviembre 2021
    octubre 2021
    septiembre 2021
    agosto 2021
    julio 2021
    junio 2021
    mayo 2021
    abril 2021
    marzo 2021
    febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    noviembre 2020
    octubre 2020
    septiembre 2020
    agosto 2020
    julio 2020
    junio 2020
    mayo 2020
    abril 2020
    marzo 2020
    febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    noviembre 2019
    octubre 2019
    septiembre 2019
    agosto 2019
    julio 2019
    junio 2019
    mayo 2019
    abril 2019
    marzo 2019
    febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    noviembre 2018
    octubre 2018
    septiembre 2018
    agosto 2018
    julio 2018
    junio 2018
    mayo 2018
    abril 2018
    marzo 2018
    febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    noviembre 2017
    octubre 2017
    septiembre 2017
    agosto 2017
    julio 2017
    junio 2017
    mayo 2017
    abril 2017
    marzo 2017
    febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    noviembre 2016
    octubre 2016
    septiembre 2016
    agosto 2016
    julio 2016
    junio 2016
    mayo 2016
    abril 2016
    marzo 2016
    febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    noviembre 2015
    octubre 2015
    septiembre 2015
    agosto 2015
    julio 2015
    junio 2015
    mayo 2015
    abril 2015
    marzo 2015
    febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    noviembre 2014
    octubre 2014
    septiembre 2014
    agosto 2014
    julio 2014
    junio 2014
    mayo 2014
    abril 2014
    marzo 2014
    febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    noviembre 2013
    octubre 2013
    septiembre 2013
    agosto 2013
    julio 2013
    junio 2013
    mayo 2013
    abril 2013
    marzo 2013
    febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    noviembre 2012
    octubre 2012
    septiembre 2012
    agosto 2012
    julio 2012
    junio 2012
    mayo 2012
    abril 2012
    marzo 2012
    febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    noviembre 2011
    octubre 2011
    septiembre 2011
    agosto 2011
    julio 2011
    junio 2011
    mayo 2011
    abril 2011
    marzo 2011
    febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    noviembre 2010
    octubre 2010
    septiembre 2010
    agosto 2010
    julio 2010
    junio 2010
    mayo 2010
    abril 2010

    Categorias

    Todos

    Fuente RSS

    Dirigido por:
    Picture
    Centro Humanistico
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2022
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English