BLOG DE TEOLOGIA
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English
  

La tercera hija por: Dolores Aleixandre

10/10/2011

0 Comentarios

 
Estábamos leyendo en la comunidad una copia del manuscrito en que Mateo había consignado muchos hechos y dichos de Jesús y, al llegar a la parábola de los dos hijos, a todos nos dejó pensativos la posibilidad de creernos que vivíamos según  la voluntad del Padre y llamándole “Señor”, cuando en realidad los verdaderos señores de nuestra vida eran otros (el dinero, la fama, el honor…)

En cambio el hijo que en principio se negó a obedecer a su padre pero terminó por ir a trabajar a la viña, nos pareció que era el que de verdad había acertado. Sólo Livia, la mujer de Antipas, levantó la voz para decir que no estaba de acuerdo y que, en su opinión, lo que le faltaba en la parábola era una “tercera hija” y que le parecía estaba también ausente en otra parábola, una del evangelio de Lucas que leían los cristianos de Roma pero que también había llegado a nosotros. Era aquella en la que aparecían también dos hijos, no se sabía cuál de los se había comportado peor con su padre.

– “Porque el pequeño – dijo Livia- le pidió la herencia como si tuviera prisa por acelerar su muerte y la despilfarró de mala manera y, si volvió a su casa fue porque tenía hambre, y pensó que junto a su padre no le faltaría nunca un plato caliente, aunque fuera trabajando como un asalariado. En cuanto al mayor, peor aún, porque ni se había enterado de cuánto le quería su padre y se sentía como un criado en su propia casa, a pesar de que el padre le había dicho lo más grande que alguien puede decir a otro: “Tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo…”

Así que creo que esos dos padres de las historias que cuenta Jesús se merecían tener una hija que le quisiera de verdad, que no dudara ni un momento de su cariño y que, cuando su padre le pidiera algo, lo hiciera a la primera y además con alegría. Porque era así cómo muchos personajes de la primera Alianza habían respondido a Dios: cuando Él llamó a Abraham a salir de su tierra, a Samuel en medio de la noche y a Isaías enviándole a ir a su pueblo en su nombre, ello le respondieron: “¡Aquí estoy!”, usando esa preciosa expresión hebrea  hinnení  de disponibilidad y prontitud.

Soy tímida y no suelo atreverme a hablar en público pero doy muchas vueltas en mi interior a las cosas cuando tocan mi corazón. Y cuando oí lo de “Hinnení”  recordé la respuesta de Maria, la madre de Jesús, cuando recibió el anuncio del ángel: “Aquí está la esclava del Señor”, dijo.

Ella era la verdadera hija de Abraham que ella había sido siempre un “sí” a Dios y cuando escuchó lo que le pedía, expuso ante Él su existencia como una tierra vacía y pobre y esperó silenciosamente que fuera Él quien sembrara en ella a su Hijo. Acogió mansamente aquello que no comprendía, lo guardó en su corazón y esperó en las horas de oscuridad a que llegara la luz.

Supo estar atenta a la música que Dios tocó en cada momento de su vida y danzó a su ritmo, con la despreocupada confianza de quien no pretende conducir, sino ser conducida. Se abandonó como la arcilla en manos del Dios Alfarero, para que fueran sus manos las que modelaran su vida, aceptó los sorprendentes caminos de su hijo, le acompañó de lejos y cuando le oía, sus palabras eran para ella como el amanecer para el centinela. Y le escuchaba como lo haría el último de los discípulos, como si de todos ella fuera la más pequeña, la más sedienta por aprender, la más necesitada de sabiduría.

No había en ella ni un rastro de mirada hacia sí misma, nada que no fuera pura receptividad y el secreto júbilo de estar siendo enseñada por aquél a quien había llevado en su seno y de poder decir: Aquí estoy, hágase en mí según tu palabra…

Me llené de alegría al darme cuenta de que en María, Dios ha encontrado por fin, esa “tercera hija” que todos nosotros estamos llamados a ser. Y entendí también por qué, de entre todos los que Jesús había proclamado bienaventurados, a ella, la más dichosa, íbamos a llamárselo todas las generaciones.

0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Picture
    Ayuda al Blog que publica todos los días diferentes áreas, queremos seguir publicando

    EL BLOG

    El blog es uno dedicado al análisis en general de muchos puntos desde la ópica teológica. La meta es impulsar el estudio amplio y profundo de la fe y de la razón, siendo ambos elementos fundamentales de la vida.

    Picture
    Picture
    Picture
    Picture
    SABES QUE PUEDES HACER COMENTARIOS A LAS REFLEXIONES O ENSAYOS TEOLOGICOS QUE APARECEN EN EL BLOG, SI PUEDES INTENTALO...

    Archivos

    Septiembre 2022
    Enero 2022
    Diciembre 2021
    Noviembre 2021
    Octubre 2021
    Septiembre 2021
    Agosto 2021
    Julio 2021
    Junio 2021
    Mayo 2021
    Abril 2021
    Marzo 2021
    Febrero 2021
    Enero 2021
    Diciembre 2020
    Noviembre 2020
    Octubre 2020
    Septiembre 2020
    Agosto 2020
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Abril 2020
    Marzo 2020
    Febrero 2020
    Enero 2020
    Diciembre 2019
    Noviembre 2019
    Octubre 2019
    Septiembre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Octubre 2018
    Septiembre 2018
    Agosto 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Enero 2018
    Diciembre 2017
    Noviembre 2017
    Octubre 2017
    Septiembre 2017
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Noviembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015
    Marzo 2015
    Febrero 2015
    Enero 2015
    Diciembre 2014
    Noviembre 2014
    Octubre 2014
    Septiembre 2014
    Agosto 2014
    Julio 2014
    Junio 2014
    Mayo 2014
    Abril 2014
    Marzo 2014
    Febrero 2014
    Enero 2014
    Diciembre 2013
    Noviembre 2013
    Octubre 2013
    Septiembre 2013
    Agosto 2013
    Julio 2013
    Junio 2013
    Mayo 2013
    Abril 2013
    Marzo 2013
    Febrero 2013
    Enero 2013
    Diciembre 2012
    Noviembre 2012
    Octubre 2012
    Septiembre 2012
    Agosto 2012
    Julio 2012
    Junio 2012
    Mayo 2012
    Abril 2012
    Marzo 2012
    Febrero 2012
    Enero 2012
    Diciembre 2011
    Noviembre 2011
    Octubre 2011
    Septiembre 2011
    Agosto 2011
    Julio 2011
    Junio 2011
    Mayo 2011
    Abril 2011
    Marzo 2011
    Febrero 2011
    Enero 2011
    Diciembre 2010
    Noviembre 2010
    Octubre 2010
    Septiembre 2010
    Agosto 2010
    Julio 2010
    Junio 2010
    Mayo 2010
    Abril 2010

    Categorias

    Todo

    Canal RSS

    Picture
Centro Humanístico © Derechos Reservados 2010-2023
  • Blog
  • Escritos de Teólogos
    • + Mons. Romero
    • Leonardo Boff
    • David Guadalupe EJ
    • Jose Maria Castillo
    • José Arregui
    • Felix Struik OP
    • José Antonio Pagola
    • Sor Lucia Caram OP
    • Hans Kung
    • Jesus Bastante
  • Poemas
  • Preguntas
  • Envía tu escrito
  • Información
    • Contactenos
    • Centro Humanístico
    • Términos y Condiciones de Uso
    • Política de Privacidad
    • Derechos de Autor
  • Languages
    • Francés
    • Italiano
    • English