Decálogo de eu-thanasia justa, humana y espiritualmente:
1.- La persona paciente tiene derecho a que se respete su dignidad cuando pide que le ayuden a vivir dignamente mientras se muere. 2.- Hay que reconocer el derecho a vivir dignamente durante el proceso de morir y mientras se muere. 3.- Hay que acompañar a la persona doliente moribunda, apoyando razonable y responsablemente sus demandas de ayuda humana y espiritual para vivir dignamente el proceso de morir. 4.- Hay que acompañar la decisión autónoma de la persona doliente que elige el cuidado paliativo justo, incluida la sedación terminal, debidamente protocolizada y consentida. 5.- Hay que acompañar la decisión autónoma de la persona doliente que elige el rechazo de recursos sanitarios fútiles, desproporcionados u onerosos, sobre todo cuando solo sirvan para alargar el proceso de morir; (opción por limitarse al uso proporcionado de los medios de prolongación de la vida incluida la renuncia a la alimentación e hidratación artificiales). 6.- Hay que acompañar la decisión autónoma de la persona doliente que solicita la ayuda personal y social (sanitaria, legal y psicológica o de acompañamiento espiritual), para llevar a cabo responsable y justamente la aceleración directa e intencionada del proceso de morir. Hay que proteger los derechos, autonomía y dignidad de la persona paciente en los casos de opción justificada por una aceleración del proceso de morir que, al menos, convendría despenalizar. 7.- Las opciones arriba mencionadas pueden calificarse como eu-thanasia justa o ayuda a vivir dignamente el proceso de morir. Etimológicamente, eu-thanasia es buen morir, vivir dignamente el proceso de morir. Eu-thanasia valdría para designar la eutanasia justa. La eutanasia injusta sería simplemente “mala muerte”. 8.- Ética cívica y legislación democrática han de garantizar la seguridad jurídica para la protección del vivir durante el proceso de morir:
Dejar morir dignamente no es matar, sino ayudar a vivir dignamente al morir y en el morir. La persona tiene derecho a vivir dignamente hasta el momento de morir. Es un extremismo identificar el respeto a la dignidad con la prolongación a toda costa de la vida biológica. Es un extremismo suspender los soportes vitales por motivos meramente económicos u otros intereses no confesados, o por no reconocer la dignidad de la persona en esa situación. El buen morir respetando la dignidad de la persona (que puede conllevar a veces una solicitud de eutanasia justa) no se debería confundir con una eutanasia irresponsable. Una eutanasia justa (cumplidas las condiciones de respeto a la dignidad y libertad de la persona) no se puede equiparar con el homicidio, como tampoco puede ni debe llamarse suicidio al asumir responsable y libremente la propia muerte. 10.- Tomar decisiones creativas acerca del fin de la vida no tiene necesariamente que estar en contra de una fe religiosa, si se entiende que el Creador ha creado criaturas creadoras encargándoles que co-creen, es decir, que cooperen a la creación y cuidado continuo de la vida. Lo cual no significa absolutizar el mantenimiento a ultranza de la vida biológica, sin tener en cuenta las exigencias de la vida personal y espiritual destinada a transformarse en vida eterna, en el seno de la Vida de la vida.
1 Comentario
Joaquín Gorreta
2/24/2020 06:50:45 am
¿QUIERES VER A DIOS?
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